identidad en la literatura occidental

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IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL
Conferencia pronunciada por la Dra. Isabel Laura Cárdenas
en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires
en la sesión pública del 3 de noviembre de 2011
La publicación de los trabajos de los académicos y disertantes invitados se
realiza bajo el principio de libertad académica y no implica ningún grado
de adhesión por parte de otros miembros de la Academia, ni de ésta como
entidad colectiva, a las ideas o puntos de vista de los autores.
Presentación
del Académico Titular Dr. Roberto J. Walton
Tengo el agrado de presentar a la Dra. Isabel Laura Cárdenas,
Doctora en Sociología recibida en la Universidad Católica Argentina.
La Dra. Cárdenas ha sido Profesora de Religión y Moral e Investigadora y Profesora de Inglés. En 1951 fundó el Instituto Becú para la
enseñanza de este idioma. Actualmente se desempeña como Secretaria de Publicaciones de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
Desde 1953 hasta la fecha, la Dra. Cárdenas ha publicado más
de una docena de libros. Particularmente significativa ha sido su
producción en la última década durante la cual salieron a la luz las
obras Sobre héroes y niños (2003), Paso en falso (2004), Escalar montañas (2005), Esperando la lluvia (2007), Faro de José Ignacio, Ayer
y hoy (2008), El hombre de la túnica blanca (2010; segunda edición:
2011) y En distintas direcciones (2011, en colaboración).
Además, la Dra. Cárdenas es maga. Se podría suponer que, por
ser literata, profesora de inglés y maga, nos hablará
Of the dreamer Merlin and his prophecies,
And of a dragon and a finless fish,
A clip-wing’d griffin and a moulten raven,
A couching lion and a ramping cat,
And such a deal of skimble-skamble stuff
As puts me from my faith1.
Pero no. No nos hablará del mago y vidente de la leyenda del rey
Arturo. No se limitará a la literatura inglesa ni se ocupará de un
bestiario fabuloso con animales maléficos o monstruosos como el
dragón y el pez sin aletas, el grifo con alas de águila y el cuervo
implume, el león que acecha y el gato amenazador. Añadirá otras
literaturas y se referirá a nuestra variada y disgregada humanidad
con sus aún más raras identidades personales que, en mucho mayor
1
William Shakespeare, King Henry IV, Parte I. Acto III, Escena 1.
3
grado, configuran un material inconexo y sin-sentido – a greater deal
of skimble-skamble stuff.
El tema de esta magnífica conferencia que nos ofrece la Dra.
Cárdenas, y con cuya lectura ya me he deleitado, es ‘‘Identidad en la
literatura occidental’’.
4
IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL
Dra. ISABEL LAURA CÁRDENAS
Resumen
El tema de la identidad personal no ha estado limitado solamente al
pensar filosófico, sino que también se ha abordado en forma recurrente en
la literatura a través del tiempo. Son numerosos los autores occidentales
que desafían el concepto de que el ser humano permanece él mismo a través de las posibilidades que se le presentan y de las circunstancias que lo
rodean. En distintas formas, cuestionan la individualidad humana proponiendo distintas alternativas a la concepción de un ser único e invariable.
A través de diferentes ejemplos, se presentan algunas de las opciones
planteadas en diversas obras literarias: cambio de identidad (1.1); proyección
de la persona en otro ser (1.2); conversión de persona a seres no humanos
(1.3); invisibilidad (1.4); creación de seres a partir de materia inanimada
(1.5), ubicuidad del protagonista (1.6).
La estrecha relación que existe entre la vida humana, la literatura y la
filosofía demuestra que algunos seres humanos, consciente o inconscientemente, desearían, sin lograrlo, provocar un cambio en su identidad personal.
Abstract
The theme of personal identity has not only been approached by philosophical thought but also and frequently by literature. A number of Occidental authors defy the concept that human beings do not alter in spite of
the possibilities that they encounter and the circumstances that surround
them. In many ways they challenge human individuality by proposing alternatives to the idea of a unique and invariable human being.
Different examples in literature illustrate some of these transformations: change of identity (1.1); projection of one person to another human
being (1.2); transformation of people into non human beings (1.3); invisibility (1.4); creation of human beings from inanimate matter (1.5); ubicuity of
protagonists (1.6).
The close relation that exists among human life, literature and philosophy proves that some human beings, consciously or unconsciously, wish,
without achieving it, to bring about a change in their personal identity.
5
La identidad personal es uno de los grandes problemas filosóficos que ha encontrado un espacio permanente de exploración en la
literatura. Los clásicos se plantean continuamente el tema del hombre y de su ser auténtico. Shakespeare, por ejemplo, refleja en su
obra la búsqueda del destino de cada ser humano, del secreto que lo
distingue de los otros. Polonio parece definir esta búsqueda cuando
afirma que es necesario ser sincero con uno mismo para comportarse con sinceridad frente a los demás.
En un cuento corto, Giovanni Papini describe el sufrimiento de
su protagonista al comprobar que ‘‘no puede no ser él mismo a pesar
de su desesperado deseo de no ser lo que es’’1. Sin embargo, numerosos autores desafían el concepto de que el ser humano permanece él
mismo a través de las posibilidades que se le presentan y las circunstancias que lo rodean.
En diversos pueblos de todas las épocas encontramos el mito del
‘‘doble’’ o ‘‘espíritu acompañante’’ y existen innumerables leyendas en
las que una persona se convierte en otro ser, ya sea en una constelación, un animal, monstruo o piedra.
Además, el estudio de los sueños, del sonambulismo y la hipnosis, explorados por psiquiatras desde fines del siglo XVIII, condujo
frecuentemente al abandono de la concepción unitaria de la persona
humana. Desde el romanticismo hasta la actualidad, el tema del yo
ha estado permanentemente en el pensar filosófico literario.
Así, Sigmund Freud analiza con lujo de detalles el problema de
la duplicidad del individuo. Si bien cita numerosos ejemplos de la
literatura, se refiere especialmente a ‘‘El hombre de arena’’ de
Hoffman, a quien considera un maestro sin par de lo siniestro2.
La literatura ha dado cauce a esta inquietud freudiana a través
de la creación de un otro materializado y a numerosos temas relacionados con la identidad humana.
1. Transformación del ser humano
1.1. La persona se convierte en otra y se produce un cambio de identidad
Un posible acceso al tema consiste en analizar aquellos casos en
Papini, G., ‘‘No quiero más ser el que soy’’.
Lo siniestro u ominoso pertenece al orden de lo terrorífico y, según Freud, se
produce cuando un conflicto familiar que debería mantenerse secreto sale a relucir.
1
2
6
que el individuo cambia su ser de modo que es él mismo, transformado. Los autores que lo han abordado –novelistas, dramaturgos, escritores de cuentos cortos y de comics– provienen de distintos países:
Inglaterra, Escocia, Francia, Norteamérica, Italia, Argentina y sus
estilos y géneros son diferentes. Entre ellos encontramos a:
Robert Louis Stevenson: describe magistralmente el tema en
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886).
El doctor Jekyll, un personaje ‘‘respetable’’ de cincuenta años de
edad, médico e investigador, procura ocultar su deseo de placeres
censurados por la sociedad victoriana a la que pertenece. Trabajando en su laboratorio, descubre un brebaje que le permite transformarse en el señor Hyde, que materializa el lado oscuro de su
psiquismo.
El doctor Jekyll no tiene necesidad de abandonar su vida decorosa porque ha logrado asumir dos naturalezas que comparten la
memoria y se dividen las demás facultades entre ambas. Sin embargo, llega un momento en que el cambio de un personaje a otro ocurre sin que él haya tomado la poción. Poco a poco, el señor Hyde
comienza a dominar la voluntad del doctor Jekyll: la sombra ha usurpado la personalidad del amo.
Luigi Pirandello encara el mismo tema en Seis personajes en
busca de un autor (1921). En esta obra, como en la mayoría de sus
creaciones, Pirandello cuestiona la identidad del ser humano.
Una compañía de teatro está ensayando en el escenario cuando,
desde las butacas, aparecen seis personajes integrantes de una familia: el padre, la madre, el hijo, la hijastra, la hermanita y el hermanito, con máscaras desdibujadas y le piden al director que les permita
actuar su vida a través de los actores de su elenco. Estos seres tristes, desconsolados, se transforman en actores que representan fragmentos de sus propias vidas.
El marciano (1950) de Ray Bradbury presenta a un individuo
que tiene la peculiaridad de transformarse de acuerdo con los personajes que aparecen en su vida. Algo semejante sucede en Zelig, película en la que el protagonista, encarnado por Woody Allen, tiene la
extraordinaria facultad de convertirse en la persona con la cual dialoga. Recuerda a otro individuo, creado por Henry James, que al volver a su casa desaparecía porque ‘‘solo existía en público’’.
7
En la novela de Ítalo Calvino, El vizconde demediado (1950),
el cuerpo de Medardo de Terralba queda destrozado en el campo de
batalla cuando lucha contra los turcos. Calvino lo hace revivir convertido en dos Medardos: uno maligno, el otro, benigno. Las dos
facetas del vizconde finalmente se unen y conforman un hombre que
está, a la vez, lleno de amor y de odio.
En su obra Orlando (1956) –que se desarrolla a lo largo de cuatro siglos, desde el período isabelino hasta el siglo XX–, Virginia
Woolf describe a un joven noble nacido en el siglo XVI que, al quedar dormido durante siete días en la ciudad de Constantinopla, se
transforma en mujer.
Según la autora, tiene otro sexo pero una misma identidad porque ‘‘la identidad está más allá del sexo’’. Al sostener que el género
es trascendente, su personaje se convierte en un ser que abarca
ambos sexos.
También se da un juego entre la persona humana y la transformación de su identidad en las obras del dramaturgo Jean Genet.
Así, por ejemplo, en El balcón (1956), donde los protagonistas visitan
un prostíbulo para recrear sus fantasías de ser rey, obispo y general.
Cuando triunfa la revolución, que se percibe sutilmente a través de
la obra, se convierten en los personajes que habían actuado en su
mundo de ficción.
El comic, como género popular del siglo XX, ofrece innumerables ejemplos del doble3. Una figura clásica es la de Clark Kent Superman: el periodista se convierte en héroe.
1.2. Transformación de personas en seres no humanos
Ya en la mitología griega aparecen múltiples transformaciones
de toda índole. Por ejemplo, el mito del joven Narciso, que al ver su
reflejo en un lago quedó deslumbrado por su propia belleza. Los dioses lo convirtieron en una flor, el narciso y, como tal, se contempla
a sí mismo a través de los años.
Tanto los mitos griegos y romanos como los infantiles tienen una
gran vigencia. Por ejemplo, en estos días se acaba de estrenar Narciso Opera Rock, basada en el mito griego.
3
Ver www.comicsdoubleidentity.
8
El retrato de Dorian Gray (1890), la novela de Oscar Wilde, es
una de las últimas obras clásicas de la novela de terror gótico con una
temática faustiana.
Un pintor, impresionado por la belleza de Dorian Gray, le hace
un retrato. Cuando Dorian se transforma en un ser deleznable, su
vida se refleja en el cuadro. La figura que representa comienza a
deteriorarse a través del tiempo y en función de las perversiones del
protagonista. Finalmente, Dorian Gray destruye la pintura y al instante se transforma en el miserable ser del cuadro y muere, mientras
que el retrato recupera su belleza original.
Metamorfosis de Franz Kafka, Axolotl de Julio Cortázar
y Rinoceronte de Eugenio Ionesco
La metamorfosis (1915) de Franz Kafka narra cómo un comerciante de telas, Gregorio Samsa, amanece transformado en un insecto. El protagonista retiene sus facultades cognitivas pero su cuerpo
sigue siendo el de un insecto hasta que, para alivio de los familiares,
muere.
9
En Axolotl (1952) de Julio Cortázar, el narrador relata su relación con los axolotls a los que observa reiteradamente en el acuario de un zoológico parisino. Se siente identificado con esos ‘‘batracios
del género amblistoma’’ y, en un momento dado, él mismo se transforma en uno de ellos, que piensa como un hombre ‘‘como lo hacen todos los axolotls dentro de su imagen de piedra rosa’’.
También en Rinocerontes (1959), la obra de Eugenio Ionesco que
revolucionó el teatro, los habitantes de un pueblito francés comienzan a transformarse en estos feroces animales de acuerdo con la
nueva modalidad que les propone la vida. El único que, aunque atraído por el cambio, se niega a aceptarlo, es Berenguer que pronuncia
un largo monólogo en defensa del ser humano.
Otra transformación de persona a animal y viceversa se da en
diversas narraciones infantiles: así en Cascanueces y el rey de los
ratones y El lago de los Cisnes. En muchos relatos, cuando el amor
triunfa, la persona recobra su ser normal, por ejemplo, en ‘‘La bella
y la bestia’’.
1.3. El hombre se proyecta en otro ser
Así como, en los ejemplos anteriores, se mencionaron casos de
transformación, en otras creaciones literarias el protagonista sobrepasa los límites de la identidad humana y, cuando lleva el desdoblamiento a su extremo, el otro yo se separa del individuo y se
personifica. Naturalmente, queda la duda de si ambos seres tienen
las mismas impresiones digitales y el mismo ADN4.
En William Wilson (1839), de Edgar Allan Poe, el doble es una
figura idéntica a la del protagonista, lleva su nombre y nació el mismo día que aquél. La única diferencia es que siempre habla con voz
susurrante.
William Wilson viaja y se dedica al juego y al malvivir. En diferentes circunstancias, el doble se le aparece y le habla al oído, aconsejándole que abandone su vida licenciosa. Finalmente, cuando
William Wilson, con máscara negra y capa de terciopelo azul, asiste
a un baile de disfraz, el tocayo vestido igual que él irrumpe en la fies4
En ‘‘La casa de azúcar’’, Silvina Ocampo menciona que ambas protagonistas
tienen las mismas huellas digitales.
10
ta; para liberarse, William Wilson hunde su espada en el pecho del
doble. Éste le dice: ‘‘En mí existías…., y al matarme te has asesinado a ti mismo’’.
En El doble (1846), Fyodor Dostoyevski, con su rara intuición
en materia de esquizofrenia, desarrolló el conflicto del doble con todas sus posibilidades espeluznantes. Como en el caso de Gogol, la
obra se refiere a la deshumanización del funcionario público, pero no
se limita a este tema sino que tiene un alcance más profundo.
El protagonista, Yakov Petrovic Goliadkin, es un humilde consejero titular que trabaja en una modesta firma. Cuando el jefe lo
echa del baile de su hija, al que no ha sido invitado, se le aparece el
doble en el camino a su casa. Este personaje se transforma en su
nuevo compañero: tiene el mismo nombre, proviene del mismo sitio
y Goliadkin lo acepta como a un gemelo. Pero su alter ego, al principio sumiso, se transforma en un individuo malévolo que lo desplaza
en su trabajo y en toda su vida.
Otro caso extraño es el de Dos imágenes en un estanque (1906),
de Giovanni Papini. El protagonista regresa a su ciudad natal y, al
acercarse al estanque que le recuerda su juventud, ve dibujarse otra
imagen junto a la suya y comprueba que es su yo joven. Al principio,
se deleita con la compañía del otro pero, de a poco, comienza a aburrirse de él. Como su doble se niega a abandonarlo, el protagonista
le ruega que lo acompañe al estanque y lo hunde con toda su fuerza,
hasta ahogarlo.
Henry James, por su parte, en el cuento ‘‘El rincón feliz’’ (1908),
nos describe a su protagonista, Spencer Brydon, un norteamericano
que regresa a su patria después de una ausencia de veintitrés años.
Visita una de sus mansiones, El Rincón Feliz, donde pasó su
infancia y juventud antes de partir para Londres. Recorre la casa,
poblada de un halo nostálgico, y de golpe se le aparece un ser rígido,
consciente, espectral, de su misma sustancia y estatura que, efectivamente, es él mismo, tal como sería actualmente si se hubiera quedado a vivir en esa mansión.
En su cuento El otro (1969), Jorge Luis Borges se refiere a un
pasado y a un futuro modificable. Nos presenta una concepción elástica del tiempo al reunir dos fragmentos de una misma persona en
diferentes épocas de su historia personal. El Borges adulto se pone
11
a conversar con el joven Borges; le cuenta episodios de su vida y le
pronostica lo que le va a suceder en el futuro.
Otro autor contemporáneo, José Saramago, en El hombre duplicado (2003) nos presenta a Tertuliano, su protagonista mediocre
y depresivo que descubre a un personaje idéntico a él en un video. Al
enfrentar a su usurpador se producen planteos semejantes a los ya
mencionados.
Resulta imposible enumerar las numerosas obras sobre el tema;
pero para terminar un pequeño recorrido, se puede mencionar La
mitad oscura (1989), de Stephen King, una novela de suspenso en
que la duplicación se produce entre un escritor y el doble literario que
ha creado.
1.4. Invisibilidad
Otra manera de destruir la identidad de la persona humana es
volverla invisible. Sería, tal vez, el secreto deseo de los que ambicionan estar presentes en determinadas situaciones sin ser vistos.
En Japón se están haciendo experimentos lumínicos para lograr
esta propiedad en los cuerpos. Sin embargo, mucho antes, la literatura pone de manifiesto esta aspiración del hombre.
A fin del siglo XIX, cuando Guy de Maupassant empezó con
sus propios delirios, se publicó El Horla5 (1887) relato en el que el
protagonista afirma que un ser invisible lo sigue, que entra en su
dormitorio aunque las puertas estén cerradas y que bebe el agua y
la leche que deja sobre la mesa. Es el Horla, un personaje que lo
domina y lo enloquece.
Posiblemente el texto más conocido sobre este tema sea El hombre invisible (1897) de H. G. Wells, en el que se relata como un personaje logra desaparecer mediante una fórmula secreta.
El extraño ser llega a un pueblo con un sobretodo largo, guantes
y la cara cubierta por vendas y, aprovechando su invisibilidad, comete innumerables fechorías. Finalmente, unos hombres lo golpean
hasta producir su muerte y, en ese instante, su cuerpo desnudo se
hace visible.
5
Del francés ors là.
12
Julio Verne escribió una novela poco conocida que fue modificada por su hijo Michel: El secreto de Wilhelm Storiz (1910). Esta vez
es una mujer, Myra, la que toma una poción secreta y se vuelve invisible. Con mucho coraje sigue su vida ‘‘normal’, si se puede llamar
así y, cuando nace su primer hijo, recobra la visibilidad.
El protagonista de El caballero inexistente (1959) de Ítalo
Calvino es un hidalgo cuya voz metálica se escucha dentro del yelmo cerrado. Esta extraña vibración, semejante a la de una chapa, se
produce porque la armadura está hueca.
Lo curioso del caso de Aguilulfo es que no existía pero, con su
fuerza de voluntad y de convicción, logró forjarse un ser.
Se pueden citar numerosas obras que se refieren a personajes
invisibles: Otra vuelta de tuerca, de Henry James, es uno de los ejemplos más acabados.
También se retoman en textos contemporáneos elementos que
tienen el poder de otorgar la invisibilidad. En Harry Potter (1997) se
cita la capa, elemento infaltable en los relatos clásicos. En El señor
de los anillos (1984), la conocida obra de Tolkien, el anillo de Frodo
tiene ese mismo poder.
La capa de invisibilidad en Harry Potter. El anillo de Frodo en El señor
de los anillos
13
1.5. El hombre ‘‘crea’’ otros seres humanos
Así como existe interés en imaginar la posibilidad de un ser humano sin cuerpo, también, desde tiempos remotos, ha existido el deseo de dar vida a seres animados a partir de materia inanimada.
En ambos casos el origen proviene de una concepción maniquea
del universo que separa el cuerpo del espíritu, produciendo criaturas
que no poseen la identidad propia de la persona humana, ya sea un
individuo sin cuerpo u otro que carece de alma.
Entre los numerosos ejemplos que brinda la mitología griega, se
puede mencionar el de Pigmalión, que al crear la escultura de marfil de una joven muy hermosa, quedó deslumbrado por su obra. Los
dioses le insuflaron vida a la estatua y ésta, Galatea, se transformó
en un ser humano. De la misma manera, muchos siglos después,
Collodi inventa a Pinocchio, un muñeco de madera fabricado por el
carpintero Geppetto, que fue transformado en un niño de carne y
hueso por un hada bondadosa.
Pigmalión y Pinocchio
En el folclore medieval el Golem es, precisamente, un ser animado compuesto a partir de materia inanimada. El primer Golem fue
Adán, antes de que Dios le insuflara la chispa divina a su creación;
luego, Eva. Se pensaba que también algunas personas, con cierto
grado de santidad, podían dar la vida a un Golem. Esta criatura no
tendría alma ni podría hablar.
14
El relato más famoso sobre este extraño personaje se refiere al
rabino Judah Loew, el Maharal de Praga (1525-1609), que creó un
Golem para defender al gueto de esa misma ciudad. El Golem del
siglo XVI se puso violento y empezó a matar gente por lo cual fue
destruido por su creador.
Mary Shelley6 escribió Frankestein, el Prometeo moderno
(1818), una novela sobre un Golem, posiblemente la más conocida
sobre el tema de los seres creados por los humanos.
Víctor Frankestein, estudiante de filosofía de Ginebra, fabrica un
monstruo a semejanza del hombre, aunque más grande y de apariencia terrible. Como esta creación es el resultado del desdoblamiento
de su creador, se le da el nombre de Frankestein. Cuando el estudiante se niega a crearle una contraparte femenina, se convierte en un ser
agresivo; el doctor Frankestein procura destruirlo y ambos mueren
al final de la obra.
El director Pedro Almodóvar admite la influencia de la novela de
Shelley en su última obra, La piel que habito. En ella, el protagonista
procura cambiar la identidad de una persona mediante experimentos científicos, cometiendo ‘‘el peor de los abusos’’ según el cineasta.
En Las ruinas circulares (1944), Jorge Luis Borges retoma el
tema, en este caso al presentar a un mago que desea crear un joven
por medio de sus sueños.
Fracasa en su primer intento, pero cuando comienza desde el
corazón, logra crear ‘‘un mancebo íntegro, con criterio propio y dueño de su pensamiento’’. Solamente difiere del ser humano en un aspecto: el fuego no lo afecta. El mago, al comprobar que el fuego
tampoco tiene poder de dañarlo a él mismo, comprende que, a su vez,
es el sueño de otra mente que lo creó.
Una de las primeras computadoras de la década del 50 se llamó
Golem. Y, en la actualidad, la energía nuclear, la informática y la ingeniería genética son nuestros Golems. Surge un nuevo problema
cuando el hombre se plantea si puede dominar sus creaciones, controlar los ‘‘riesgos fabricados’’. Según afirma el doctor Mario Solari, los accidentes nucleares severos, como el de Fukushima y el de Chernobyl,
aún tienen final abierto. Esta afirmación trae a la memoria al aprendiz de brujo, que no pudo desactivar el invento que logró utilizar.
6
La mujer del poeta Percy B. Shelley.
15
1.6. El protagonista aparece simultáneamente
en dos lugares distintos
En numerosos obras, el personaje central aparece en dos lugares simultáneamente. Así ocurre en El Decurión de Abelardo Castillo, y en varios relatos de Julio Cortázar, como por ejemplo, en
Lejana.
La vida Privada, de Henry James, menciona una reunión en
un hotel en Suiza donde un escritor inglés está conversando con los
otros congresistas en el salón y alguien comprueba que, al mismo
tiempo, se encuentra escribiendo en su habitación.
En un cuento de Francis Korn, Más Amalias de las que se puede tolerar, una mujer descubre que es ubicua, o sea, es tantas
Amalias corpóreas como se podía pensar al mismo tiempo y en distintos lugares. El conflicto surge cuando una se le escapa del radio de
acción, con consecuencias sorpresivas.
Se pueden mencionar dos casos contemporáneos sobre este mismo tema. El primero es la última novela del autor Kazu Ishiguro,
que aunque nació en Japón vivió la mayor parte de su vida en Inglaterra. Nunca me abandones (2005), definida como ‘‘delicadamente
atroz’’, se refiere al tema de los clones humanos que el autor analiza con su estilo lánguido, reposado, profundamente intenso y perturbador. La obra es otro ejemplo de distropía o antitutopía.
La acción se desarrolla en un marco espacio-temporal realista:
tanto Hailsham, un colegio situado entre colinas y bosque de Inglaterra en la década de 1990, como la granja de los Cottages, de la segunda parte de la obra, tienen un perfil británico reconocible.
Los profesores educan a sus alumnos para un futuro ‘‘muy importante’’ y las palabras ‘‘sois especiales’’ tienen una connotación misteriosa. De a poco, el lector percibe que los alumnos son estériles y
que no tienen padres, ni familia, ni un pasado: son clones, destinados a donar sus órganos a los ‘‘posibles’’ cuando éstos los necesiten.
Sus órganos se usarán para futuros trasplantes ya que han sido creados para extinguirse. O sea, para sanar muriendo7.
En el año 2003, salió a la luz el concepto Second Life o Segunda
vida, inspirado en la novela de Neal Stephenson.
7
La película La Isla anticipó el tema de los clones.
16
Por medio de un navegador en Internet se contempla un universo virtual; los usuarios pueden crear personajes y transitar libremente por ese cosmos, interactuando con las aproximadamente diez
millones de personas que han creado un alter ego virtual. Participan
en actividades grupales y viajan por el mundo que se llama the grid.
Se inicia así una nueva versión de uno mismo, una ‘‘segunda
vida’’ en la que existen pocas limitaciones. Los personajes eligen su
cuerpo y edad; tienen capacidad de volar, pueden escapar con otros
habitantes y charlar con los residentes.
Este mundo virtual 3D proporciona herramientas para modificar la forma de vida, conocer otras tierras y transformarse en personas totalmente diferentes a las que son en realidad.
2. Otros temas relacionados con la identidad
de la persona humana
Hay otros aspectos que aparecen vinculados con los cambios de
identidad; entre ellos: el demonio, el espejo, la sombra y los mellizos.
Fausto, Peter Pan y el conde Drácula
17
2.1. El demonio
Numerosos escritores, entre ellos: Christopher Marlowe,
Johann Wolfgang von Goethe y Thomas Mann, han abordado en
Fausto, como tema central de la obra, el pacto con el demonio. En
todos los casos, Fausto promete entregar su alma a cambio de dinero, amor y poder.
El demonio también se manifiesta con un papel preponderante
en obras de otros autores, como la novela Beltenebros, de Antonio
Muñoz Molina; Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffman y en
la película El estudiante de Praga, dirigida por H. H. Sewers en
1913, además de manifestarse, veladamente, en muchos de los ejemplos ya mencionados.
2.2. La sombra
La ausencia de esta compañera permanente representa al hombre que ha perdido la identidad. Así en el caso de Peter Schlemihl del
escritor Adelbert von Chamizo; La sombra, de Hans Christian
Andersen y La mujer sin sombra, ópera de Richard Straus, basada
en la obra homónima de Hugo von Hofmannsthal.
2.3. El espejo
Así como se puede ocultar la sombra, en este caso, el azogue del
espejo se niega a representar al protagonista de la obra. Cabe mencionar el caso de Drácula de Bram Stoker (1897), que es un nosferatum, o sea, un ser no muerto ni vivo. También sucede lo mismo en
la película El estudiante de Praga y en ‘‘El Horla’’ de Guy de
Maupassant, ya citados.
2.4. Mellizos
Diversos autores se refieren a las complicaciones que surgen en
el caso de mellizos y gemelos. Shakespeare lo hace en Noche de
reyes; Charles Dickens en Una historia de dos ciudades; Mark
Twain, en Príncipe y mendigo; Gilbert y Sullivan, en Los gondoleros.
18
3. Protagonistas masculinos de los cambios de identidad
La mayoría de las transformaciones a las que se ha hecho referencia tienen como protagonistas a individuos del sexo masculino,
casi siempre solteros. Según opinión de Henry James, el principal
efecto de la ausencia de mujeres es el de ‘‘profundizar la horrorosa
tonalidad del cuento’’.
Cabe señalar otra razón por la cual los escritores de ciencia ficción, por lo general, evitan la referencia al tema. La mujer embarazada lleva a otro ser en su cuerpo, un hijo que pronto tendrá su vida
propia. Julia Iribarne8 afirma que la historia de la identidad de este
niño comienza aún antes de que logre designarse a sí mismo como
‘‘yo’’. Disimulada tras la insistencia del hombre en la superioridad
masculina, algunos autores sostienen que existe una arcana envidia
a la mujer que puede dar a luz a otro ser humano9. Esta envidia,
sumada al pudor y a cierto temor ligado a la maternidad impediría
a los autores escribir sobre personajes femeninos.
Don Quijote de la Mancha de Cervantes, Esperando a Godot de Samuel
Beckett y Superman - Clark Kent
8
9
Iribarne, J., ‘‘Avatares del futuro’’.
Ver, al respecto, obras de Margaret Mead, Karen Horney, Erik Erikson.
19
4. Conclusión
Desde Don Quijote de la Mancha de Cervantes, hasta obras de
escritores modernos como James Joyce, Samuel Beckett, Marco
Denevi y muchos otros, la pregunta sobre la identidad personal está
siempre presente.
¿Es posible que nos transformemos en otro ser a voluntad? ¿Puede el individuo duplicarse y crear un doppelgänger o hacerse invisible? ¿Tiene capacidad para crear otro ser humano desde la materia
inanimada o encontrarse en dos lugares simultáneamente?
Prescindiendo ahora de la ficción y pasando a la vida real, es
verdad que se actúan diferentes ‘‘personajes’’ de acuerdo con las situaciones que se presentan e impulsan a asumir distintos roles: frente al jefe de la oficina, al empleado, la pareja, el amigo o la amiga10.
Dibujos de Tristán Luis de Villalobos basados en una historieta de Nik
10
Dos historietas se refieren al tema: El otro yo del doctor Merengue de Divito
y Don Fulgencio de Lino Palacio.
20
En rigor, estos roles que se actúan no pueden ser considerados
cambios de identidad, sino más bien una serie de adaptaciones que
exige la vida. Son pequeñas máscaras que ayudan a adecuarse al
medio en que a cada uno le toca vivir sin dejar de ser el que es realmente uno mismo.
Borges dice que nunca ha compartido el secreto que hace que sea
él mismo porque todos somos únicos e insondables. ‘‘Un destino no es
mejor que otro’’, explica, ‘‘pero todo hombre debe acatar el que lleva
adentro’’.
Sin embargo, como ha quedado demostrado a través de este trabajo, la estrecha relación que existe entre la vida humana, la literatura y la filosofía demuestra que algunos seres humanos, consciente
o inconscientemente, desearían, sin lograrlo, provocar un cambio en
su identidad personal.
21
MESA DIRECTIVA
- 2011-2013 -
Presidente
Dr. HUGO FRANCISCO BAUZÁ
Vicepresidente 1º
Dr. MARCELO A. DANKERT
Vicepresidente 2º
Dr. FAUSTO T. L. GRATTON
Secretario
Ing. JUAN CARLOS FERRERI
Prosecretaria
Dra. AMALIA SANGUINETTI DE BÓRMIDA
Tesorero
Ing. LUIS ALBERTO DE VEDIA
Protesorero
Ing. ANTONIO A. QUIJANO
Director de Anales
Académico Titular Dr. Alberto Rodríguez Galán
Consejo Asesor de Anales
Académico Titular Dr. Amílcar E. Argüelles
Académico Titular Dr. Mariano N. Castex
Académico Titular Dr. Roberto J. Walton
Secretaria de Redacción
Dra. Isabel Laura Cárdenas
Impreso durante el mes de diciembre de 2011 en Ronaldo J. Pellegrini Impresiones,
Bacacay 2664, Depto. 23, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina
correo-e: [email protected]
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