El camino hacia la paz y el gozo

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El camino hacia la paz y
el gozo
Élder Richard G. Scott
Del Quórum de los Doce Apóstoles
"¿Estás aprovechando plenamente del poder redentor del
arrepentimiento en tu vida, con el fin de tener mayor paz y
gozo?"
Existe un aspecto esencial del plan de
felicidad de nuestro Padre Celestial que
con frecuencia se pasa por alto, aun
cuando invariablemente otorga paz y
gozo. El Salvador dio Su vida para que
ese aspecto esencial se utilizara para
bendecir a todos los hijos del Padre
Celestial. Ese tema comúnmente se
interpreta mal y a menudo se le teme.
Algunos piensan que deben emplearlo
sólo quienes han cometido graves
transgresiones; sin embargo, el Señor desea que cada uno de
Sus hijos lo utilice constantemente. Él ha mandado una y otra
vez a Sus profetas y líderes a proclamarlo y a hablar casi
exclusivamente de ello1. Me refiero a la bendición del
arrepentimiento verdadero, sincero y continuo, que es el camino
a la paz y el gozo. Es la senda que lleva al poder reformador del
Señor y, cuando se comprende y se utiliza, es un amigo querido
y preciado.
El arrepentimiento no es optativo. Un ángel mandó a Adán:
". . .te arrepentirás e invocarás a Dios en el nombre del Hijo para
siempre jamás"2. A cada uno de nosotros se nos ha mandado
arrepentirnos e invocar a Dios en forma continua a lo largo de la
vida. Esa pauta permite que cada día sea una página impecable
en el libro de la vida, una nueva y flamante oportunidad. Se nos
ha dado el privilegio renovador de superar los errores de
comisión y de omisión, sean pequeños o sumamente graves. Un
arrepentimiento completo da como resultado el perdón
acompañado de una renovación espiritual. En cualquier
momento de la vida, se puede sentir la limpieza, la pureza y la
frescura que acompañan a un sincero arrepentimiento.
El Señor ha dejado muy en claro que es un requisito: ". . .te
mando que te arrepientas y guardes los mandamientos. . . no
sea que te humille con mi omnipotencia. . ."3.
De igual forma, Jacob lo enseñó con diáfana claridad:
"[El Santo de Israel] viene al mundo para salvar a todos los
hombres, si éstos escuchan su voz. . .
"Y él manda a todos los hombres que se arrepientan y se
bauticen en su nombre, teniendo perfecta fe en el Santo de
Israel, o no pueden ser salvos en el reino de Dios"4.
¿Por qué nos mandan arrepentirnos nuestro Padre y Su Hijo?
Porque nos aman. Ellos saben que todos violaremos leyes
eternas. Ya sea pequeña o grande, la justicia requiere que se
satisfaga toda ley quebrantada para conservar la promesa de
gozo en esta vida y el privilegio de regresar con nuestro Padre
Celestial. Si no se satisface, en el Día del Juicio la justicia hará
que seamos desterrados de la presencia de Dios y quedemos
bajo el control de Satanás5.
Nuestro Maestro y Su acto redentor es lo que hace posible que
podamos evitar esa condenación. Eso se realiza por medio de la
fe en Jesucristo, la obediencia a Sus mandamientos y la
perseverancia hasta el fin con rectitud.
¿Estás aprovechando plenamente del poder redentor del
arrepentimiento en tu vida, con el fin de tener mayor paz y gozo?
La confusión y el desaliento muchas veces son señales de la
necesidad de arrepentirse. A su vez, la falta de dirección
espiritual que buscas en la vida podría ser el resultado de leyes
quebrantadas. Si hubiera la necesidad, un arrepentimiento total
pondrá tu vida en orden y resolverá todos los complicados
dolores espirituales que provienen de la transgresión. Pero en
esta vida no se pueden remediar algunas de las consecuencias
físicas que los pecados graves traen como resultado. Sé
prudente y vive siempre dentro de los límites de la rectitud que
ha fijado el Señor.
Hay varios pasos fundamentales para el arrepentimiento y cada
uno de ellos es imprescindible para lograr que éste sea total. El
presidente Joseph F. Smith precisó algunos de ellos así: "El
arrepentimiento verdadero no sólo es sentir pesar por los
pecados y hacer humilde penitencia y contrición delante de Dios,
sino que comprende la necesidad de apartarse del pecado, la
suspensión de toda práctica. . . inicu[a], una reformación
completa de vida, un cambio fundamental de lo malo a lo
bueno. . . restituir hasta donde sea posible, por todo lo malo que
hayamos hecho. . . Éste es el arrepentimiento verdadero, y se
requiere el ejercicio de la voluntad y toda la fuerza del cuerpo y
de la mente para llevar a cabo esta obra gloriosa del
arrepentimiento"6.
A los pasos esenciales de reconocimiento, sentir pesar,
apartarse, confesar, restituir hasta donde fuera posible, es
también fundamental añadir el requisito de guardar
diligentemente todos los mandamientos7. Porque el Señor ha
declarado: ". . .yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con
el más mínimo grado de tolerancia. No obstante, el que se
arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será
perdonado"8.
Cuando existe la determinación de guardar todos los
mandamientos, se recibe una gran fortaleza y un poder
vigorizante para lograrlo. El Señor espera que se dedique la vida
entera a la obediencia al plan de felicidad, incluso, según fuese
necesario, a un continuo arrepentimiento. Él dijo: ". . .sólo se
salva aquel que persevera hasta el fin"9.
Se han ideado métodos para ayudar a recordar algunas de las
medidas necesarias para un arrepentimiento total. Pero aunque
éstas puedan ser de ayuda, por lo general pasan por alto el
aspecto más fundamental del arrepentimiento: que está centrado
en Jesucristo y en Su expiación, que tiene validez porque Él
estuvo dispuesto a pagar el precio total por medio de Su
sacrificio expiatorio en virtud del amor perfecto que siente hacia
Su Padre y hacia cada uno de nosotros. Alma declaró:
". . .durante tres días y tres noches me vi en el más amargo dolor
y angustia de alma; y no fue sino hasta que imploré misericordia
al Señor Jesucristo que recibí la remisión de mis pecados.
Pero. . . clamé a él y hallé paz para mi alma.
"Y te he dicho esto. . . para que aprendas sabiduría, para que
aprendas de mí que no hay otro modo o medio por el cual el
hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él. . ."10.
La paz es el valioso fruto de una vida recta; es posible obtenerla
gracias a la expiación del Salvador y se gana por medio del
arrepentimiento total, que lleva al perdón renovador. El
arrepentimiento abre las puertas del conocimiento y ayuda a la
inspiración11. El arrepentimiento trae la salvación por medio del
perdón12, pero ésta no llega automáticamente, sino que deben
cumplirse cada uno de los pasos del arrepentimiento.
Cuando los recuerdos de los errores pasados invadan tu mente,
dirige tus pensamientos hacia el Redentor y hacia el milagro del
perdón con la renovación que proviene por medio de Él. Tu
depresión y sufrimiento serán reemplazados por paz, gozo y
gratitud debido a Su amor.
El sentir pesar y sentirse motivado a confesar es el comienzo
correcto, pero no es suficiente. Cuando la confesión es
voluntaria, las medidas necesarias para el arrepentimiento se
simplifican en gran manera. No resulta beneficioso que una
persona obstruya el desempeño de un juez en Israel a fin de
instar al arrepentimiento, ya sea negando que se ha cometido
una verdadera trasgresión o siendo inflexible de otra manera.
Lehi enseñó: ". . .él se ofrece a sí mismo en sacrificio por el
pecado, para satisfacer las demandas de la ley, por todos los de
corazón quebrantado y de espíritu contrito; y por nadie más se
pueden satisfacer las demandas de la ley"13. Deben existir
humildad14 y pesar15.
¡Qué difícil debe ser para Jesucristo, nuestro Salvador y
Redentor, ver que muchos sufren sin motivo debido a que hacen
caso omiso de Su don del arrepentimiento! Debe sentir mucho
dolor al ver la agonía sin sentido, tanto en esta vida como detrás
del velo, que acompaña al pecador impenitente después de todo
lo que Él hizo para que no sufriéramos.
Te sugiero que leas el inspirado libro del presidente Spencer W.
Kimball, El Milagro del Perdón, que continúa ayudando al fiel a
evitar los peligros de una trasgresión seria. Además, es un
manual excelente para todos los que hayan cometido errores
graves y deseen encontrar el camino de regreso. Antes de leer
cualquier otra cosa, lee primero los dos últimos capítulos a fin de
apreciar el milagro del perdón en su totalidad.
Si te has arrepentido de transgresiones graves y erróneamente
crees que serás siempre un ciudadano de segunda clase en el
reino de Dios, debes entender que eso no es verdad. El Salvador
dijo:
"He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado;
y yo, el Señor, no los recuerdo más.
"Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He
aquí, los confesará y los abandonará"16.
Busca ánimo en la vida de Alma, hijo de Alma, y en la de los
hijos de Mosíah. Ellos fueron trágicamente inicuos, pero su
arrepentimiento pleno y su servicio hizo que se les considerara
tan nobles y justos como el general Moroni17.
Si te has arrepentido sinceramente pero aún así continúas
sintiendo el peso de la culpa, quiero que sepas que el seguir
sufriendo por los pecados de los cuales ya te has arrepentido
como se debe, y que han sido perdonados, lo suscita el maestro
del engaño. Lucifer te alentará para que sigas reviviendo los
pormenores de los errores pasados, porque sabe que esos
pensamientos obstaculizan tu progreso. Por eso él trata de
amarrar cordeles a la mente y al cuerpo para manipularte como
un títere y así impedir tu logro personal.
Testifico que Jesucristo pagó el precio y satisfará las exigencias
de la justicia por todos los que obedezcan Sus enseñanzas. Es
por eso que se otorga un completo perdón y los efectos
angustiosos del pecado no tienen por qué permanecer en tu
vida. En realidad, no pueden permanecer si se comprende de
verdad el significado de Su expiación. Alma superó los
pensamientos de su pasado indigno al recordar la misericordia
del Redentor. Dijo maravillado:
"He aquí, él no ejerció su justicia sobre nosotros, sino que en su
gran misericordia nos ha [dado]. . . la salvación de nuestras
almas"18.
A muchos jóvenes se les ha hecho creer que la intimidad sexual
"no es tan mala" siempre y cuando se evite el acto que puede
causar el embarazo. Eso no es cierto. Fuera del convenio del
matrimonio, la intimidad sexual, en cualquiera de sus formas, es
un grave pecado. El pecado grave se convierte en una adicción.
Crea hábitos difíciles de quitar. Si has quebrantado esas leyes,
busca a tu obispo o a tu presidente de estaca y pídele ayuda, ya
que para dar el paso necesario para el perdón de esas
transgresiones es preciso confesarlas tanto al Señor como a ese
juez. Esta clase de pecados se puede evitar no permitiendo que
nadie toque las partes privadas y sagradas de tu cuerpo ni
haciéndolo tú con otra persona.
¿Te has alejado del sendero de la felicidad y te encuentras ahora
donde no quisieras, con sentimientos que no deseas tener?
¿Ansías regresar a la paz y al gozo de una vida digna? Te invito
con todo el amor de mi corazón a arrepentirte y a regresar.
Decide hacerlo ahora. La jornada no es tan difícil como parece.
Puedes poner a un lado la culpabilidad, superar la depresión,
recibir la bendición de una mente tranquila y encontrar un gozo
duradero. Ora pidiendo ayuda y guía, y la encontrarás. Ve a
donde sabes que brilla la luz de la verdad. Busca a un amigo
verdadero o a un amoroso obispo o presidente de estaca, o a un
padre comprensivo. Por favor, regresa. Te amamos; te
necesitamos. Emprende el camino hacia la paz y el gozo por
medio del arrepentimiento total; y, a medida que sigas con
sinceridad los pasos del arrepentimiento, el Salvador te ayudará
a obtener el perdón. Él es el Redentor. Él te ama y quiere que
tengas paz y gozo en la vida. Ahora testifico que Él vive, que te
ayudará. En el nombre de Jesucristo. Amén.
NOTAS
1. Véase D. y C. 6:9.
2. Moisés 5:8.
3. D. y C. 19:13, 20.
4. 2 Nefi 9:21, 23.
5. Véase 2 Nefi 9:810; 2:5.
6. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith,
págs. 6364.
7. Véase Enós 1:10.
8. D. y C. 1:3132.
9. D. y C. 53:7.
10. Alma 38:89.
11. Véase Alma 26:22.
12. Véase Alma 32:13.
13. 2 Nefi 2:7; cursiva agregada.
14. Véase D. y C. 61:2.
15. Véase 2 Corintios 7:910.
16. D. y C. 58:4243.
17. Véase Alma 48:1718.
18. Alma 26:20.
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