Cómo contarle a sus hijos un nuevo amor

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EL MUNDO. LUNES 5 DE MAYO DE 2014
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Fecha: 05/05/2014
Sección:
EM2 CIENCIA
CIENCIA
Páginas: 41
41
/ EM2
ULISES
PSICOLOGÍA
Los divorcios son cada vez más habituales pero, ¿cómo y cuándo deben los padres explicar a los niños
que tienen una nueva pareja? Los expertos ofrecen un decálogo para enfrentarse a ese momento
Cómo contarle a sus hijos un nuevo amor
BEATRIZ G. PORTALATÍN / Madrid
Un divorcio es una situación más
que habitual en nuestros días pero,
como cualquier cambio, trae consigo consecuencias que hay que saber gestionar. En España, según el
Instituto Nacional de Estadística, el
número de divorcios, separaciones
y nulidades en 2012 fue de 110.764.
Un 57% de los matrimonios tenía
hijos, de los que el 47,9% eran menores de edad.
Cuando hay descendencia, no sólo hay que seguir un buen decálogo
para un divorcio saludable, sino
también saber enfrentarse a todo lo
viene después. Por ejemplo, cuando
la madre o el padre empiezan a salir con otras parejas, ¿cómo y en
qué momento deben contar a los hijos que se tiene un nuevo amor? La
clave está en vivir los cambios de la
forma más gradual posible, asegura
a EL MUNDO Patricia Huelves, sexóloga de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE). Sin
cambios drásticos.
Durante el divorcio, expone Huelves, los padres deben explicarles a
los hijos que la ruptura es definitiva,
evitando buscar culpables y no hablando nunca mal de la expareja. Es
muy importante que diferencien
(tanto en los hijos como en ellos mismos) el rol de pareja de la faceta de
padres. Hay que ayudar a los hijos a
expresar lo que sienten y evitarles en
todo momento la sensación de culpabilidad, si la tienen, por haber roto la familia. «Sólo cuando todo esto
está más o menos interiorizado, pue-
de ser un buen momento para presentarles a la nueva pareja», mantiene. Por ejemplo, podemos hablarles
previamente de esa nueva persona,
explicándoles que no sustituirá nunca a su madre o padre, que es alguien que les hace felices y que es
importante que la conozcan.
Por su parte, Rosa Collado, especialista en psicoterapia integradora
del centro Álava Reyes de Madrid,
considera un error presentar a la pareja al niño al poco de separarse porque le crea confusión y no le permite integrar esa información del mis-
Durante el divorcio
los padres deben
dejar claro que la
ruptura es definitiva
Hay que animar a
los hijos a expresar
sus sentimientos y
evitar la culpabilidad
mo modo que lo haría un adulto.
Conviene acercar a los hijos a esa
persona cuando la relación se convierta en estable, con probabilidad
de seguir a largo plazo. Hasta que
no haya seguridad en esto, es mejor
retrasar los encuentros. También es
importante remarcarles que el he-
cho de estar con alguien es porque
les hace felices, pero que nunca esa
persona sustituirá a su padre/madre
biológico. Por último, transmitir la
idea de que por muy importante que
sea la nueva pareja, ellos son lo fundamental, lo más grande en su vida.
«La mitad de los niños de una clase pueden ser hijos de separados»,
explica Paulino Castells, doctor en
medicina y cirugía, especialista en
pediatría, neurología y psiquiatría.
No obstante, este profesor de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona indica que en la adolescencia
hay que tratarlo de forma diferente
porque es una etapa muy sensible
para los chicos y es importante que
se sientan en todo momento respaldados y escuchados por sus padres.
Las explicaciones y las conversaciones de los padres, agrega Huelves, tienen que ajustarse a las capacidades y edad de los chicos, es
decir, usar un lenguaje para jóvenes, no para niños. Es muy importante buscar el momento adecuado
y explicarles la situación de forma
clara. Collado recomienda «decirlo
cuando padre e hijo compartan algo divertido o cuando compartan
tiempo de ocio para disfrutar de algo que les guste a ambos».
Es conveniente dar un plazo razonable para que el adolescente
pueda preguntar o rechazar la situación y, aun así, continuar respetando ese espacio y aprovecharlo
para mejorar la comunicación y la
relación entre ambos. Incluso, «al
principio, es mejor que los padres
no hablen de pareja, sino de amigo/a», sostiene Castells.
Una vez que pasa la adolescencia
y los chicos están en una etapa más
madura, puede que el trance no sea
menor que en las etapas anteriores.
Al ser más mayores, explica Collado, en muchas ocasiones, se les utiliza como árbitros de la situación de
divorcio y los padres se atacan entre sí. Muchas veces usan a los hijos
como intermediarios de sus conflictos, algo que es un verdadero error.
«Pero la aceptación de la libertad
de los padres para tomar decisio-
«Al principio es
mejor que no hablen
de nueva pareja, sino
de un ‘amigo/a’»
Explíqueles que esa
persona le hace feliz
y no sustituirá a su
otro padre o madre
nes sobre sí mismos y el entendimiento de la búsqueda de su propio bienestar y felicidad, dependerá de las variables personales de
cada uno y cómo se adapte a las situaciones novedosas y de cambio a
nivel afectivo», indica Collado.
Pese a todo, mantiene Huelves, un
hijo mayor de edad probablemente
se haya dado cuenta de que las cosas
no iban bien y hasta es posible que
haya sugerido que la separación sería una buena opción: «A medida
que crecemos, la sensación de posesión que sentimos hacia nuestra familia disminuye, de la misma forma
que cuando vamos viviendo experiencias de amor y desamor, entendemos mejor las vivencias de nuestros padres y sus decisiones». No
obstante, señala que normalizar una
situación supone nombrarla, invitar
a expresar los sentimientos que nos
despierta y recalcar los mensajes de
tranquilidad y amor incondicional.
En todas estas situaciones, es
muy importante la educación recibida. «Educar a los hijos consiste en
prepararlos para la realidad en la
que vivimos», dice la especialista. Y
a partir de las situaciones cotidianas, de las películas, de los telediarios o de la música podemos trasmitirles ciertos mensajes que ayudan
a entender este tipo de cambios.
Hoy en día, en nuestra sociedad,
las familias son mucho más plurales
que antes. La familia nuclear (madre-padre-niña/o) es una más de los
múltiples modelos que existen. Por
este motivo es importante, tal y como recomienda Huelves, enseñarles
la pluralidad, que las parejas pueden
no durar para siempre y que a veces
lo mejor es una ruptura. Y, sobre todo, concluyen los expertos, deben
interiorizar –tanto padres como hijos–, que la relación de pareja es una
y la relación con los hijos, otra.
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