Consultorio Jurídico - Asociación de Escribanos del Uruguay

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CoNSuirTORio Jurídico.
Rev.
—
A.E.U., 55:415-26, 1969.
Consultorio Jurídico
Otorgamiento
y
de
autenticación
una
promesa
1. La firma de un sólo testigo a ruego. 2. La impresión digital.
en la consideración del otorgamiento y suscripción de la pro
Eficacia de la certificación notarial con referencia a ellos. 5. La forma
llena las exigencias de la ley 8.733.
SUMARIO:
3.
Dichos elementos
mesa.
4.
utilizada,
CONSULTA FORMULADA POR EL JUZGADO LETRADO DE PRIMERA
INSTANCIA EN LO CIVIL DE SEGUNDO TURNO*
Montevideo, setiembre 29 de 1967.
Señor Presidente de la Asociación de Escribanos del Uruguay, Escri
bano
Julio Sanguinetti. /
—
Presente.
La Comisión Directiva de la Asociación que Ud. preside, me ha hon
rado solicitando mi opinión sobre los puntos a que alude el eficio que trans
así: "N"? 1636.
cripto dice
Montevideo,
de la Asociación de Escribanos del
autos: "E.
mayo 9 de 1967. Señor Presidente
Buenos Aires N"? 580. En
Uruguay,
c/ J. A. C. D. y otro. Nulidad de promesa. L*?
periodo de prueba, de mandato del Señor Juez Letrado de
Primera Instanda en lo Civil de Segrmdo Turno, y a solicitud de la parte
actora se ha dispuesto librar a Ud. el presente a fin de que se sirva infor
mar a este Juzgado
con respecto al esquema de hecho que enseguida se
los puntos que a continuación se establecen: El es-i
acerca
de
consignará
es
el
Una
quema
siguiente:
promesa de venta a plazos de un inmueble fina
liza así: "No pudiendo firmar la vendedora E. D. lo hace a su ruego la
señorita X X
Luego lucen solamente las firmas de dicha señorita X X
y de J. A. C, promitente comprador y una impresión dígito
pulgar que
se atribuye a la
promitente vendedora. De inmediato consta la certificación
64. P?
B. de D.
514",
en
—
—
"
.
.
.
.
notarial extendida en esa forma: "N. N. escribana, certifica que: El señor
J. A. C. y la señorita X. X. mayores de edad y de mi conocimiento sus*
Dos informes sobre autenticación de otorgamiento
estadio realizado y la confrontación de opiniones
nos
y
suscripción de una
interés.
parecen de real
promesa.
El
—
cribieron
en
mi
presencia
el
416
—
precedente documento,
la última
testigo
como
también mayor de edad y de mi conocimiento cuya im
y por doña E. D.
manifestar no poder firmar,
presión dactilar luce al pie del documento por
de
diez y siete de junio de mil
la
conocer
ley
declarando los comparecientes
novecientos treinta y
uno
.
En fe de ello siento el
presente, que signo y firmo
en Montevideo,
julio de mil novecientos sesenta y seis. Hay un
La firma de la Escribana N. N. luce solamen
Escribana".
N.
N.
signo.
de certificación y no al pie de la promesa de venta propiameíite di
te al
a
once
de
pie
cha.
Sobre este esquema
Juzgado
los
casos
acerca
de los
de firmas
a
se
solicita de
esa
siguientes puntos a)
:
ruego de
un
Asociación informe
iSi
otorgante que
es
cierto
no
o no
a
que
nuestro
en
todos
sepa hacerlo
cierto o no que la
pueda
o no
preceptiva la intervención de los testigos, b) Si es
testigo que ha de firmar a ruego de dicho otorgante, debe ha
cerla este último de manera personal, c) Qué valor posee como exteriori-'
zación del otorgamiento por E. D. de la promesa de venta a que alude el
pulgar colocada al pie de la misma.
esquema, su atr'buída impresión dígito
d) Si, en el mismo esquema, puede afirmarse con verdad jurídica y validez
contractual, que "la exigencia del inc. 1"? del Art. 1585 del C. Civil se
llenó en forma íntegra ya que los dos testigos presentes al acto de otor
gamiento lo fueron la señorita X. X. y la propia Escribana que intervino
es
elección del
Más todavía dicha persona que actuó como testigo del
en certificación.
acto, firmó la promesa como tal a pesar de que era suficiente la firma de la
restante testigo. Es falso que la escribana actuó con un solo testigo ya que
el restante lo
era
ella misma, que firmó el documento y que incluso le dio
forma redactándolo y estando presente por ende, en el momento de sus
cribirlo las partes", e) Si la promesa de venta así otorgada pudo ser o no
inscripta en la Sección Única de Promesa de Enajenación de Inmuebles a
Registro General de Inhibiciones, de acuerdo a las disposiciones
reglamentarias vigentes al día 7 de setiembre de 1966. Saludo a
Ud. atentamente. Dardo Salgado (Actuario Adjunto)".
Plazos del
legales
y
INFORME DEL ESC. WASHINGTON LANZIANO
Antes de elucidar las preguntas formuladas en el oficio referido, estimo
imprescindible efectuar una exposición somera, que abarque en general, todo
lo cuestionado, que permitirá fácilmente evacuar la consulta
pedida.
¿La Promesa de Venta a Plazos es un contrato solemne?
La precedente interrogante, con la denominación textualmente indica
da en el aludido oficio, para el
presente caso, que se refiere a una promesa
de compraventa de fecha posterior a la
vigencia de la ley 8733, tiene una
única respuesta: es un contrato solemne,
cuya formalidad, consiste en que
se otorgue
por instrumento público o privado y tratándose de promesa de
417
-
—
enajenación de inmuebles a plazos, requiere además para lograr
protección legal, la pertinente publicación registral.
El tema en estudio, a partir de la vigencia del Código Civil,
soluciones
su
eficaz
tuvo di
En
efecto, en su primitiva redacción, el N*? 1
1664
del
C.
actual
Art.
del
Civil, entonces Art. 1625, establecía: "La ven
de
bienes
ta
inmuebles, servidumbre, censos y ja de una sucesión heredita
considera
no
se
ria,
perfecta ante la ley, mientras no se haya otorgado escri
versas
tura
legales.
Esta
pública.
disposición
se
extiende
a
la promesa de venta de los
so
Posteriormente, en la reforma de 1893, dicho artículo
con el N° 1638, entre otras modificaciones con relación al tópico,
luce
que
estableció: "...No obstante, la promesa de compraventa de inmuebles he
bredichos bienes".
cha
instrumento
en
perjuicios
ños y
privado,
en
caso
de
da acción para reclamar el resarcimiento de da
no cumplimiento".
En función de esta nueva
redacción, la doctrina debatió los efectos que producía la aludida relación
jurídica, según se hubiera celebrado en escritura pública o en documento
privado, sin perjuicio de admitir unánimemente, que se trata de un contrato
solemne. Promulgada la ley 8733 de 17 de junio de 1931, este aserto se
confirma
a, la vez que resuelve parcialmente el problema doctrinario
estableciendo por su Art. 2*? que la promesa de enajenación de inmuebles
a plazos, sólo será válida si se otorga por instrumento público o privado^
surtiendo también distintos efectos, según se haya inscripto o no en el Re
gistro General de Inhibiciones, Sección Único de Promesas de Enajenación
de Inmuebles a Plazos (Art. 18 de la ley 8733).
—
—
,
Estimo
en
bienes raíces
comunes
consecuencia,
es un
generales,
o
formalizarse
en
que la promesa de compraventa
contrato solemne que además de los
debe tener los
documento
público
o
específicos
privado.
de
cosa
a
requisitos
y precio,
plazos
de
esenciales
debiendo
Insisto, la formalidad instrumental, desde la vigencia del Código Civil
no es un requisito
para las promesas de compraventa de bienes inmuebles,
natural ni accidental, es un requisito esencial.
La promesa de enajenación de inmuebles a plazos, además de la docu
mentación mencionada, requiere el cumplimiento de los Arts. 2, 3 y 4 de
la ley 8733 y su inscripción en el Registro General de Inhibiciones, Sección
Promesas, Arts. 6, 13
y 15.
los contratos de promesas de com
praventa de bienes inmuebles y de promesa de enajenación de inmuebles a
Aunque parecidos,
plazos
son
distinguibles
.
En la promesa de compraventa mencionada, es inconcuso que se ha
violado el precepto dd ordenamiento jurídico civil, dado que no existe do
cumento privado, a estar al texto del Art. 1585 del Código Civil, que es la
norma
que
se
refiere
a
las formalidades de los Instrumentos
privados,
ot^r-
-4i8saben o no pueden firmar, que establece que cuando
pueda firmar, lo hará por ella uno de los testigos simuháneamente presentes al acto, los cuales no podrán ser menos de dos y
deberán saber firmar y aunque pudiera sostenerse que a texto expreso no
dos testigos y sí solamente la
se exige la suscripción por ese mínimo de
ambos
debiendo
testigos saber firmar, no admite esa
suscripción por uno,
si
el
legislador quiere que sepan firmar
supuesta interpretación, puesto que
dado que ya exigía que uno lo haga por la parte "que no sepa o no pueda
firmar" pudo haberse conformado con que el otro testigo supiera leer, pero
pide que sepa firmar y como debemos suponer que no hay contradicción en
el pensamiento legislativo, debe también el otro testigo suscribir, hallándose
la ratio legis, a la vez que en facilitar cuando corresponda, "el reconoció
por quienes
la parte no sepa o
gados
no
no
miento" por los testigos instrumentales, en determinarlos dado que
necesariamente que estar mencionados en el documento privado.
no
tie
nen
La solemnidad formal esencial de la promesa de compraventa de bienes
raíces, es su otorgamiento mediante documento público o privado cuya au
sencia
mo
la inexistencia.
apareja
que nadie pueda considerar a la documentación en estudio, co
instrumento público, sin perjuicio de recordar que la certificación de
No
creo
firmas, para muchos notarlalistas, es un instrumento público.
Cuando una promesa de compraventa otorgada en documento privado,
tiene autenticado
contramos
I)
o
el
la
en
otorgado
no
por los contratantes, que si tiene los
documento
fecha diversa
No
es
otorgamiento por acta o certificación notarial, nos en
generalidad de los casos, en presencia de dos documentos:
su
a
privado;
y
II)
requisitos para ello será
notarial, que puede tener
la de la convención.
absoluto el
principio
que la establezca.
En nuestra legislación,
en
que establece que
con
hay
no
general, las nulidades
y contratos y raramente, aunque
mentos
la certificación
se
nulidad sin
refieren
léxico valorativo distinto,
a
a
ley
los actos
los docu
.
Por
analogía, se aplica la teoría legalizada
y obligaciones consiguientes, a los instrumentos,
cepto o no logran aflorar plenamente como tales,
existentes
o
para los actos y contratos
cuando contrarían el pre
por
Corresponde
analizar la forma externa del
acto
teral, sinalagmático, solemne, objeto de la consulta,
tiene los
defectuosos, nulos,
in
anulables.
jurídico negocial,
a
bila
fin de determinar si
requisitos
extrínsecos para considerarlo documento privado.
se entiende por documento
define ni conceptúa, el documento
privado.
Nuestra ley civil, da el concepto de lo que
público
y
no
De las formas
requeridas por la ley
a
que alude el Art. 157í del
Código
—
Civil,
se
419
ocupa el Derecho Público
en
—
las diversas
que generan instrumentos públicos y en
cuanto a la forma de los actos y negocios
De los documentos
privados,
se
ramas
especial el
jurídicos.
de
Derecho
este
derecho
Notarial
ocupa el Derecho Privado y
en
en
espe
cial el Derecho Civil.
En nuestro C.
requieren
ser
Civil, hallamos, entre otros, documentos privados que
suscritos, que es lo normal, otros, que tienen valor inclusive
mero hecho de haber sido escritos
(manuscritos) asientos, registros
papeles domésticos (Arts. 1588 y 1589 del C. Civil) y otros, como las
cartas misivas, que aún manuscritos y suscritos o
simplemente suscritos, sólo
pueden ser utilizados en materia civil por el destinatario y no por terceros
(Arts. 354 dd C. de Proc. Civil y 1590 dd C. Civil).
Ante esa variedad de matices, ¿podríamos pensar que cualquier papel
escrito es un documento privado?
Por deducción, descubrimos, que todos esos documentos privados, ana
lizados en su aspecto extrínseco, tienen de común, además de los elementos
intransladables, tales como su sostén, la grafía y la suscripción cuando co
rresponde, un responsable, autor o autores inequívjocamente determinados
por el
y
o
determinables.
La arquitectura de la forma, en cuanto esencifica el documento, re
quiere según los casos referidos, la concurrencia de elementos ineludibles di
versos, según las circunstancias, indicados últimamente.
El derecho, sistema orgánico normativo, cuya fuerza no depende del
asentimiento personal, está regido por el principio de no contradicción, con
los correspondientes ajustes logrables por los principios de jerarquía, dero
gación y competencia.
Nuestro legislador, en materia de doctunentos privados, ha sido cohe
rente y no
existe antinomia
obstante la
vados,
pueda deparar.
no
la sección que trata De los Documentos Pri
perplejidad que una lectura superficial del articulado
en
El doctmiento privado, reconocido o dado por reconocido, tiene el mis
valor que la escritiffa pública no obstante las múltiples diferencias apuntables, y si recordamos que el instrumento público hace plena fe en cuanto
mo
al hecho de haberse otorgado, es innegable que el legislador da enorme im
portancia al otorgamiento, se considere tal el manuscrito por la persona a
quien se opone o simplemente por quien lo ha suscrito, sea como simple asen
timiento de verdad o como la utópica y doctrinaria declaración de voluntad
tendiente a producir efectos jurídicos.
Dados los efectos que dimanan de los instrumentos privados reconoci
dos judicialmente o dados por reconocidos (Arts. 1581, 1582 y 1577 del
C. Civil), la ley oriental previo expresamente otra especie de documentos
—
42Ó
—
otorgados por personas que no saben o no pueden firmar.
especie, que también legitima la libertad de obligarse, se legaliza
mediante la suscripción por dos testigos, de los cuales uno firma por el otor
hacerlo.
gante que no sabe o que está impedido para
documentos
de
en
este
Es inequívoco, que
privados, en protección
tipo
los
privados:
Esta
de los intereses de las personas que intervienen, se han aumentado las for
malidades, las que forzosamente se deben cumplir, aparejando su inobser
vancia
una
nulidad virtual y manifiesta.
parecido de la terminología que utilizo, con las expre
ley en el Art. 1560 del Código Civil, reitero, que el
emplea
las
de
formalidades, trae consigo el nacimiento de una nu
incumplimiento
lidad absoluta, por tratarse de solemnidad prescripta para el valor de ciertos
No obstante el
la
siones que
actos
o
contratos,
en
consideración
a su
naturaleza y
no a
la calidad
o
estado
de las personas que en ellos intervienen, circunstancias diversas de la protec
ción especial para quienes no saben o no pueden firmar.
La forma instrumental del acto,
titutiva
1664 inc. 2"? del C.
(Art.
intrínsecamente
como
es
obvio,
puede a
Civil) no
veces
ser
el aunque nulo, inexistente
afectar al acto.
,
considerado,
no
facultativa y
cons
así la forma del Instrumento
o
inválido, puede,
No está demás recordar, que no estoy considerando los diversos
esenciales para la validez de los contratos y sí, únicamente, el
quisitos
trínseco, el formal, que para el
te
en
documento
caso en
estudio,
es
re
ex
la solemnidad, consisten
privado.
Felizmente,
nuestro
legislador,
ha
no
seguido
al derecho
formulario,
que prefería la sustancia de los actos, los elementos constitutivos radicales
esenciales más generalmente imprescindibles, en servil homenaje de la tiranía
de la forma por la forma misma.
Cuando nuestro derecho exige formalidades } ^me refiero a las ad-solemnitatem y no a las ad-probationem
aquellas condicionan el nacimiento
—
—
del acto
jurídico,
de suerte tal que
su
cumplimiento
es
imprescindible,
so
pena de nulidad.
La fuerza del acto,
no
resultará de la volición de los intervinientes sino
del amparo que las normas dan a esa voluntad, debiendo cumplirse el orde
namiento jurídico, que contiene el principio de legalidad, a fin de evitar
la esterilidad de aquel.
El
derecho,
siempre formal y sus diversas expresiones oscilan entre
libres, aunque viablemente adecuadas y no ausentes, que
sirven para perfeccionar los actos
y contratos consensúales, hasta las más
saturadas de requisitos imprescindibles.
El documento privado, es una forma
solemne, cuya existencia, es ad
es
las formas más
substantian
o
ad
probationem,
pero aún
en
este
último caso,
ontológicamen-
—
te, tiene
su
producción
421
—
solemnidad formal, siendo aquel según los casos, demento de la
de la demostración del derecho, que integra siempre la llamada
o
forma documental.
¿Cuáles son los requisitos del documento privado en su aspecto extrín
seco, formal, plástico?
El documento privado, es un medio de la técnica jurídica, que crista
liza una dinámica, que en su aspecto externo, en general, se manifestará den
tro de una variedad de signos, por un. soporte o sostén material, que no tiene
necesariamente que ser de papel, en el que lucirán caracteres de escritura,
que no tienen por qué ser latinos, que contendrá la expresión de la intelec
ción, que no tiene por qué ser en idioma español y que, según los casos, sea-á
impresa en sus diversas variedades o manuscrita, sea con lápiz, tinta en
pasta o líquida, o con tiza, con cualquier estilo de letra en cualquier color,
que hará o no referencia a la lectura, a la presencia de testigos, al pedido o
no de firma a ruego y que según las circunstancias, tendrá o no firmas, se
llos, fecha, etc., y la siempre prescindible impresión digital.
De lo expuesto, se pueden extraer muchas conclusiones, pero que deli
mitadas a los puntos solicitados, concretizo por su orden así:
a) En todos los casos de firma a ruego de un otorgante, que no sepa
o no pueda hacerlo, es preceptiva la intervención de dos testigos.
Funda
menta este aserto el Art. 1585 del C. Civil y el Art. 3*? de la ley 8733
que se remite al inc. 1° del mismo artículo del C. Civil, mandando que se
haga constar por el Escribano el hecho de si alguno de los contratantes no
supiera o no pudiera firmar.
b) Los documentos privados, no dejan de ser tales, por el hecho de
lograrse la autenticidad de los mismos, que es un resultado.
La voluntad libremente expresada y consentida, existiendo firma a rue
go de dicho otorgamiento, es indudable que se efectúa de manera personal,
puesto que de lo contrario
no
habría tal ruego.
No obstante estar contestado el punto solicitado cometiendo una par
cial disgresión, cabe precisar: I) que nuestra legislación, en materia de do
exige expresamente suscripción por testigos a ruego
quienes
sepan
puedan firmar; II) que nuestra legislación no ha
bía previsto el otorgamiento de escrituras públicas por quienes no saben
32 del Decreto ley
o no pueden firmar y que por el hoy modificado Art.
1421, no habrían podido intervenir quienes estaban en esas circunstancias,
de no mediar los Arts. 148, 174, 282, 279, 329 y 329, de las Constitudones
de 1830, 1918, 1934, 1942, 1952 y 1966, respectivamente, y d inc. 2<? dd
Art. 2390 del C. Civil que dieron permanencia a la vigente ley 13 Tít. 25
Libro 4 de la Nueva Recopilación; III) que la acordada reglamentaria del
Decreto ley 1421 W 3354, en su Art. 129, para las escrituras públicas y las
cumentos
de
privados,
no
no
o no
—
422-
dispuesto en el Art. 135, se refiere a la firma a rue
de la promesa se efectuó por certificación; y,
autenticación
go; IV) que la
es por costumbre y no por imposición legal, que los documentos pri
V) que
vados otorgados por quienes no saben o no pueden firmar, aparecen suscritos
actas notariales por lo
a
ruego por el
testigo requerido
Para d
c)
para tal fin.
supuesto que la
impresión dígito
pulgar colocada
al
pie
de la promesa de compraventa corresponda a la seüora E D ese hecho no
implica expresión de otorgamiento, no tiene valor jurídico, carece de rele
.
.
vancia y únicamente demuestra que estuvo allí presente.
El otorgamiento, es diverso de la suscripción.
La cuestionada promesa pudo haber sido otorgada.
La
impresión digital, puede
servir de fundamento
a
una
presunción
judicial.
no obstante ser de aplicación
para las escri
las
actas
turas públicas y
notariales, el Art. 130 de la Acordada 3354 de la
Suprema Corte de Justicia, que también demuestra que el otorgamiento y
No está demás transcribir,
la
suscripción,
son
elementos diferentes.
obstante lo establecido
en
Dicho Art.
130, dice así: "No
el artículo anterior los otorgantes
llos que no saben o no pueden firmar, podrán solicitar que
vado para las firmas, se les permita colocar la impresión
de la
mano
tancia de
En
saben
derecha y,
hechos
esos
en su
en
defecto,
el de la
mano
en
ciegos
el
y aque
lugar
reser
digital del pulgar
izquierda, dejándose cons
la escritura".
circunstancias de otorgantes no videntes y de personas que no
pueden firmar, el Escribano autorizante podrá exigir la coloca
esas
o
no
ción de la
impresión digital,
en
las mismas condiciones indicadas
en
el inciso
anterior.
La
impresión digital,
se
La redacción de la
d)
mente su
hará
con
tinta
interrogante
es
apropiada.
algo equívoca, captándose igual
sentido.
La
exigencia del inc. 1? del Art. 1585 del C. Civil, no se llenó en for
ma integral.
Surge ampliamente de lo expuesto, que promesa de compraventa y cer
tificación notarial, son dos documentos distintos, debiendo aquella agotar sus
contenidos esenciales internos y extrínsecos.
En mi opinión, está ínsito que la promesa de
compraventa, debió ser
suscrita por otro testigo más, para perfeccionar el documento
privado, de
terminando la materia.
No
posible Integrar un documento privado con elementos ajenos al
diversa la prueba testimonial de la
instrumental, como también
diversa la valoración de los instrumentos sean estos
o
mismo,
es
es
es
requieran confesión judldal
o
reconocimiento
públicos
privados,
(Arts. 458 dd C. P. Civil
—
ÍS78, 1583,
4á3
—
1584 y 1585 dd C.
Civil).
principio de legalidad, exige el cum
plimiento del ordenamiento jurídico. Los poderes jurídicos de los que son
titulares los sujetos de derecho, expresados a través de su libre volición, en
su aspecto formal externo y perfeccionante, son Insuficientes
para Imprimir
fuerza a los actos y su protección surgirá del adecuado y estricto cumpli
miento de las normas. El Art. 1585 del C. Civil, es una norma jurídica
completa, inequívoca, para cualesquiera de las corrientes doctrinarias, cali
ficable como primaria.
Las normas jurídicas primarias, perfectas, son heterónomas y consenciales y no siempre armonizan con la teleología moral, con la teoría del ideal y
en especial con una de sus ramas: la
axiología.
y
solo
El derecho
es
una
Se expresa
en
el mencionado oficio que
testigo
estructura.
ya que el restante lo
El
...
"la escribana actuó
con
un
ella misma".
era
Sí la misión de la escribana
era autenticar el otorgamiento de la
pro
indudable que si la hubiera suscrito como testigo, no podría legali
zarla; pero es que yo sostengo que debió suscribir otro testigo, como elemen
to subjetivo necesario, por las razones precedentemente desarrolladas, moti
mesa, es
vo
por el que no doy relevancia al habilidoso planteamiento expuesto.
En el Registro General de Inhibiciones, sección Único de Promesas de
Enajenación
de Inmuebles
Plazos,
a
a
se
plazos, otorgadas
publican
las promesas de
enajena
privado, autenticadas
por acta o certificación notarial o en instrumento público y como en mi con
cepto por los fundamentos expuestos, no existe tal documento privado, no
debió procederse al asiento registral (Art. 13 de la ley 8733)
La inscripción produce entre otros, los principales efectos indicados en
los Arts. 15 y 16 de la ley 8733, sin perjuicio de recordar que en nuestro
derecho no rige en forma absoluta el principio de presunción de exactitud
registral, al que están subordinados los de legitimación y fe pública registral
El Registrador, por lo establecido en el apartado B) del Art. 58 de la
del
25 de setiembre de 1946, no debió proceder a la inscripción de la
ley
documentación presentada
La inscripción efectuada, no altera la sustantividad del problema, pues
to que de conformidad a lo establecido en la segunda parte del apartado C
del Art. 57 de la ley 13.318 del 28 de diciembre de 1964, la misma no vali
da los actos y negocios jurídicos nulos, ni subsana los defectos de que ado
lezcan conforme a las leyes.
La certificación notarial y la publicación registral, son insuficentes
ción de inmuebles
en
documento
.
.
.
para convalidar la cuestionada promesa.
Termino la consulta formulada, recordando que las conclusiones medu
lares esbozadas, con las que estoy jurídicamente convencido, me contrarían
—
axiológicamente,
ciación,
se
motivo por el que
con
ensayara
un
4¿4
me
—
complacería,
enfoque distinto,
con
en
otra
el
seno
de la Aso
perspectiva,
el
logro
de la más viable verdad jurídica.
Saluda al señor Presidente y demás miembros de la Comisión Directiva
las
con
expresiones
de
mayor distinción.
su
(Fdo.)
INFORME DEL ESC.
DR.
Esc.
Washington
Lanziano
LUIS ALBERTO VIERA
Montevideo, 31 de octubre de 1967.
Señor Presidente de la Asociación de Escribanos del Uruguay, Esc.
Carlos
Juan
Viapiana.
—
Presente.
De mi consideración:
Quiero fijar por escrito mi posición sobre el enjundioso trabajo presen
tado por el Esc. Washington Lanziano sobre los puntos consultados por
el Juzgado Letrado de 1^ Instancia de 2^ Turno, a pedido de parte y por
oficio.
Aunque
los altos méritos de dicho
reconozco
trabajo
que
no
son
sino
afirmación de la reconocida dedicación y estudio del autor de
los problemas atingentes al Derecho Notarial y al Derecho Civil, no com
nueva
una
parto las conclusiones
del
planteamiento
de
a
que arriba y considero que ellas
son
consecuencia
premisas erróneas.
colega sostiene que las formalidades prescriptas en el
Código Civil para el otorgamiento de documentos privados
cuando la parte no sabe o no pueda firmar son solemnidades cuya inobser
vancia apareja la nulidad absoluta del acto documentado.
Disiento con tal criterio. Resulta claro, en mi concepto, del propio tex
to del art. 1585 del Código Civil, que se trata de requisitos de carácter "ad
probationem" Ello se infiere, sin esfuerzo alguno, del hecho que el Código
califica al instrumento, cuando no se ha obtenido la confesión judicial de la
parte y ha sido reconocido por los testigos instrumentales, como "principio
de prueba por escrito" Estamos dentro de la teoría de la prueba; no de la
I.
El estimado
1585 del
Art.
.
de los instrumentos solemnes.
El documento constituirá
tiene la confesión
por escrito,
trumentales
si,
en
judicial
el
caso
plena prueba
del acto
representado
si
se
ob
de parte y sólo valdrá como principio de prueba
contrario, fuese reconocida por los testigos ins
.
Si el documento ha sido suscrito a
ruego por un solo
plena prueba sí se obtiene en juicio la confesión del
como
contrario sólo servirá
testigo, valdrá
otorgante; de lo
como un
simple
indicio.
—
425
—
Pero, en la especie, el documento contiene además de la suscripción por
testigo rogado la Impresión dígito-pulgar de la rogante. Como reconoce
el propio Lanziano esa impresión digital puede servir de fundamento de
una prestmción judicial. En la doctrina y jurisprudencia
argentina se ha lle
gado a sostener que sustituye a la firma (1), y en tal sentido parece incli
narse nuestra jueisprudencia (2)
Queda, pues, a la apreciación judicial el
determinar su valor, de acuerdo a las circunstancias de cada caso. Aunque
se trata de una situación no prevista expresamente
por la ley no debe olvi
darse que desde la sanción de la reciente ley de abreviación de los juicios
no hay limitación en cuanto a los medios de
prueba, aplicándose a aquellos
no expresamente previstos las reglas de los
análogos por su naturaleza.
un
.
Lo que antecede
II.
de
prueba
no
sabe
o
En el
se
refiere
a
los
principios generales
por documentos privados suscritos
no puede firmar.
particular
a
ruego de
un
en
materia
otorgante que
del documento
privado a que se refiere el Art.
junio de 1931 lo que le confiere carácter de plena
prueba, similar al instrumento público no es el hecho que haya sido suscrito
por un testigo a ruego del otorgante impedido, en presencia de uno, dos ó
diez testigos más sino la fe del otorgamiento que da el notario autorizante
del acta respectiva. Basta leer la disposición citada para deducir esta conse
cuencia sin esfuerzo alguno.
En efecto, dice la disposición en la parte pertinente :
"Si alguno de los contratantes no supiera o no pudiera firmar se hará
constar esa circunstancia (inciso I"? del Art. 1585 del Código Civil).
En todos los casos, el escribano se asegurará de la identidad de las
partes y dará fe del otorgamiento (artículo 65, inciso 8"? del decreto
ley
de 31 de diciembre de 1878)
El instrumento con los requisitos indicados, producirá los efectos es
tablecidos en los artículos 1581 y 1586 del Código Civil"
III.
¿En la especie se cumplieron dichos requisitos?
La escr'bana extendió la siguiente certificación: "El señor J. A. C. y
3*? de la
caso
ley 8733
de 17 de
,
.
la señorita X. X. mayores de edad y de mi conocimiento suscribieron en
mi pre: encía el precedente documento, la última como testigo y por doña E.
D. también mayor de edad y de mi conocimiento cuya impresión dactilar
luce al píe del documento por manifestar no poder firmar, declarando los
comparecientes
conocer
la
treinta y uno".
Aunque la redacción
ley
no
de diez y siete de
sea
técnicamente
tiene todos los elementos indicados. No existe
sacramentales
junio
de mil novecientos
perfecta,
entiendo que con
derecho términos
en
nuestro
.
La escribana da fe de la identidad de las partes y que el documento
se
—
426
—
presencia. Que la parte Impedida de firmar estaba presente,
puesto que puso su impresión digital y rogó al testigo J. A. C. que fir
mara por ella, en señal de aceptación del contrato.
¿Puede haber duda al
guna que dicha parte otorgó la promesa cuestionada?
otorgó
en
su
La intervención notarial, al dar fe de la identidad de las partes y de
la que confiere al documento privado su eficacia proba
instrumento público, en cuanto a las obligaciones y des
otorgamiento es
toria, equivalente al
su
cargos que contiene.
En consecuencia
el Art. S"? de la
que
ha
cumplido
con
la condición básica
ley 8733 y el documento
quedó habilitado
(Fdo.):
se
para
su
no
sólo hace
posterior Inscripción.
Luis Alberto Viera Escribano
Abogado.
prescripta por
plena prueba sino
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