capítulo iii consideraciones doctrinales

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UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
UNIVERSIDAD
FRANCISCO GAVIDIA
Tecnología, Humanismo
y Calidad
MONOGRAFÍA
TEMA:
“LOS TERCEROS DENTRO DEL PROCESO CIVIL”
PRESENTADO POR:
BACHILLER: RODRIGO ALONSO MENDOZA LÓPEZ
PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE:
LICENCIADO EN CIENCIAS JURÍDICAS
ASESOR:
LIC. ALDO ENRIQUE CADER CAMILOT
SEPTIEMBRE DE 2004
SAN SALVADOR
EL SALVADOR
CENTROAMÉRICA
UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
AUTORIDADES
RECTOR
ING. MARIO ANTONIO RUÍZ RAMÍREZ
SECRETARIA GENERAL
LIC. TERESA DE JESÚS GONZÁLEZ DE MENDOZA
DECANA DE LA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
LIC. ROSARIO MELGAR DE VARELA
DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
DR. JORGE EDUARDO TENORIO
SAN SALVADOR
EL SALVADOR
CENTROAMÉRICA
ÍNDICE
PAGINA
DEDICATORIA……………………………………………………………………… iv
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. v
1.1. Planteamiento del problema………………………………………………….. vi
1.2. Objetivos………………………………………………………………………… vi
1.2.1. General…………………………………………………………………… vi
1.2.2. Específicos………………………………………………………………. vi
1.3. Justificación…………………………………………………………………….. vi
1.4. Metodología…………………………………………………………………….. vi
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
1.1. Época Antigua………………………………………………………………….. 1
1.2. Roma……………………………………………………………………………. 1
CAPÍTULO II
CONCEPTOS Y NATURALEZA JURÍDICA
2.1. Etimología y significación gramatical………………………………………… 2
2.2. Conceptos doctrinales………………………………………………………… 2
2.3. Concepto legislativo…………………………………………………………… 5
2.4. Concepto que se propone……………………………………………………. 5
2.5. Naturaleza jurídica…………………………………………………………….. 7
CAPÍTULO III
CONSIDERACIONES DOCTRINALES
3.1. Sección Doctrinal Extranjera…………………………………………………. 8
3.1.1. La Tercería…..………………………………………………………….. 9
A. Principios y clases…………………………………………………… 9
a. Requisitos…………………………………………………………9
b. Procesos a los que se aplica……………………………………9
c. Promoción simultánea…………………………………………..10
d. Posición procesal de las partes………………………………..10
e. Posición procesal del tercerista………………………………..10
f. Oportunidad………………………………………………………11
g. Competencia…………………………………………………….. 11
h. Trámite…………………………………………………………….11
i. Prueba…………………………………………………………….. 11
j. Sentencia…………………………………………………………. 11
k. Caducidad de la instancia……………………………………….12
l. Recursos…………………………………………………………..12
m. Costas…………………………………………………………….12
B. Tercería de dominio…………………………………………………13
C. Tercería de mejor derecho…………………………………………14
3.1.2. Levantamiento de embargo sin tercería…………………………….. 15
3.1.3. El litisconsorcio………………………………………………………….16
3.2. Sección Doctrinal Nacional……………………………………………………17
3.2.1. La Tercería………………………………………………………………17
3.2.2. Tratamiento procesal………………………………………………......18
CAPÍTULO IV
RÉGIMEN EN EL DERECHO VIGENTE
4.1. Constitución……………………………………………………………………. 19
4.2. Código Civil……………………………………………………………………. 19
4.2.1. La prelación de créditos……………………………………………… 19
4.2.2. La reivindicación………………………………………………………. 19
4.3. Código de Procedimientos Civiles………………………………………….. 19
4.3.1. Los terceros opositores en el juicio ordinario……………………… 20
4.3.2. Los terceros opositores en el juicio ejecutivo……………………… 22
4.4. Anteproyecto de Código Procesal Civil y Comercial de El Salvador……. 25
CAPÍTULO V
SITUACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO
5.1. En España………………………………………………….………………….. 29
5.2. En Argentina…………………………………………………………………….30
5.3. En Uruguay…………………………………………………………………...... 31
CAPÍTULO VI
JURISPRUDENCIA DE LOS TRIBUNALES
6.1 Jurisprudencia Nacional……………………………………………………….. 33
CAPÍTULO VII
CRÍTICAS A LA TERCERÍA
7.1. Crítica positiva…………….…………………………………………………… 36
7.2. Crítica negativa………….…………………………………………………….. 36
CAPÍTULO VIII
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
8.1. Conclusiones…………………………………………………………………… 37
8.2. Recomendaciones…………………………………………………………….. 38
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………… 39
ANEXOS
DEDICATORIA
- A Dios todopoderoso, a la Universidad Francisco Gavidia y su Facultad de
Ciencias Jurídicas, con el prestigio reconocido nacional e internacionalmente
como la de mayor auge; al señor Rector Ing. Mario Antonio Ruiz y a los
destacados
catedráticos
en
todas
las
ramas
de
la
profesión
jurídica,
comprometiéndome con los valores éticos, morales y humanistas de la
Universidad y con los altos confines de la nación.
- A mis padres, por todo su apoyo en los arduos caminos de la educación en esta
gran Universidad.
- Al Dr. Jorge Eduardo Tenorio, Director de la Escuela de Ciencias Jurídicas, al
Lic. y Mr. José Mario Fuentes Rubio, Subdirector de la Escuela de Ciencias
Jurídicas, y al Lic. Aldo Enrique Cader Camilot, catedrático de la Universidad
Francisco Gavidia y asesor respectivo de la presente monografía.
- A la Corte Suprema de Justicia, máximo tribunal de la Nación, por sus excelentes
referencias jurídicas.
- A la nación salvadoreña, a la que beneficie plenamente el Derecho como ciencia
normativa de la convivencia en todas sus manifestaciones, y así lograr la tan
anhelada Justicia.
ABREVIATURAS USADAS
CN.
=
Constitución.
C.
=
Código Civil.
C. Pr. C.
=
Código Procesal Civil.
C. Pn.
=
Código Penal.
C. Pr. Pn.
=
Código Procesal Penal.
LOS TERCEROS
DENTRO
DEL
PROCESO CIVIL
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo monográfico, tiene como propósito brindar una información
detallada acerca del tema de Derecho procesal que se refiere a los sujetos
denominados terceros dentro del proceso civil, los cuales intervienen en el juicio
de maneras distintas, sobre los cuales se planteará el problema de sus
consideraciones y aspectos más destacados.
En los antecedentes históricos, se hará una explicación moderada de su
desarrollo en los distintos pueblos, haciendo énfasis en Roma como principal
cultura jurídica de la antigüedad. Más adelante, se hará una exposición de los
conceptos de los autores más famosos del Derecho Procesal y se establecerá la
naturaleza jurídica de los terceros, las consideraciones doctrinales de autores
extranjeros y nacionales especializados en materia procesal civil, el régimen en el
Derecho vigente de El Salvador, la situación en el Derecho comparado de tres
países destacados en la legislación de este tema como lo son España, Argentina y
Uruguay, la jurisprudencia de los tribunales nacionales, con una sentencia de la
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, resolviendo un caso de
tercería en amparo. Además, se hará una razonada crítica a la figura de la
intervención tercerista procesal, y las conclusiones y recomendaciones de la
presente obra.
En fin, a lo que se aspira no es a escribir un libro especializado sobre el tema,
sino brindar una información suficientemente investigativa acerca de lo que es la
figura de los terceros o tercería, fijando concretamente sus campos de actuación
en el proceso civil.
1.1. Planteamiento del Problema.
¿Constituyen los terceros como sujetos procesales dentro de la esfera civil,
verdaderas partes en el juicio?
1.2. Objetivos.
1.2.1. Objetivo General:
9 Determinar los acaecimientos de la figura jurídica de la tercería.
1.2.2. Objetivos Específicos:
9 Establecer si la intervención de los terceros es aceptada doctrinalmente.
9 Señalar si los derechos de los terceros son distintos y diferentes.
9 Indicar si la intervención de los terceros es aceptada por la ley y por la
jurisprudencia en El Salvador.
1.3. Justificación.
Se da porque la intervención de los terceros y la tercería son frecuentes en los
procesos civiles, y por tanto, tienen que fijarse sus limitaciones, a los procesos que
se aplica, a la posición general de las partes, a posición general del tercerista, a la
tramitación, a la competencia y a tantos otros aspectos que derivan de su
regulación, para contribuir a solucionar la problemática judicial.
1.4. Metodología.
El método lógico que se utiliza es el analítico y el sistemático, pues es el orden
que llevan los conocimientos jurídicos estudiados en los aspectos doctrinales de la
presente obra.
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
1.1. Época Antigua.
Comprende desde la prehistoria hasta la caída del Imperio romano de
Occidente (476 d. C.). En Egipto, India, China, Mesopotamia y Grecia se conocen
ya algunos avances importantes de organización jurídica procesal, aunque de
manera exigua, pues estas civilizaciones no alcanzaron un grado muy alto de
desarrollo en sus instituciones y sólo se conocen algunos documentos que
escribieron reyes, emperadores y gobernantes de esa época. Con todo, se dan en
Grecia los primeros albores de la relación jurídica procesal, cuando Antisoaes es
llamado el primer abogado de la historia. Sin embargo, es en Roma donde el
Derecho alcanza su máximo desarrollo, estandarizando las ramas jurídicas.
1.2. Roma.
Según lo menciona Petit1, cuando se refiere a la comparecencia de las partes
en el procedimiento, únicamente hace alusión al tercero como sustituto del
demandado: “Por razón de los debates que debían empeñarse delante del
magistrado, era absolutamente necesario que el demandado compareciese en
persona, o fuese reemplazado por un tercero capaz de figurar en justicia, porque
era necesario que las dos partes estuviesen presentes para entenderse sobre la
redacción y aceptación de la fórmula…”. Como podemos observar, este tercero no
es propiamente el mismo del tema que nos ocupa, sino más bien tiene el carácter
de representante. Los romanos no aceptaron nunca la figura del tercero en el
proceso, por que los efectos del juicio no los alcanzan. Por eso, a continuación se
analizará detalladamente el concepto de tercero como sujeto del proceso civil.
1
Petit, Eugene. “Derecho Romano”, Ed. Época, México, 1977, Pág. 629.
CAPÍTULO II
CONCEPTOS Y NATURALEZA JURÍDICA
2.1. Etimología y significación gramatical.
El Diccionario de la Lengua Española define: tercero (Del latín tertiarius) adj.
“Que sigue inmediatamente en orden al o a lo segundo. Persona que no es
ninguna de dos o más de quienes se trata o que intervienen en un negocio de
cualquier género”. Ahora bien, estas dos definiciones que podrían parecer
someras, se amplían notablemente al hacer referencia a la voz tercería: “Derecho
que deduce un tercero entre dos o más litigantes, o por el suyo propio, o
coadyuvando en pro de alguno de ellos”. Aquí observamos una definición más
atinada con relación al tercero, porque hace alusión al ámbito jurídico.
2.2. Conceptos Doctrinales.
Son varios los autores doctrinarios que escriben sobre el tema de los terceros,
entre ellos mencionaremos los conceptos más importantes.
Según El Dr. Osorio2, “el proceso generalmente se constituye y desarrolla en
perfecta bilateralidad: un actor frente a un demandado; a quienes afecta
directamente la sentencia; pero, a veces, sus efectos pueden extenderse en forma
refleja a terceros, que pueden resultados afectados de dos maneras, según que se
trate de procesos de conocimiento o de ejecución.
En el primer caso, el tercero defenderá su derecho interviniendo en la relación
procesal pendiente para evitar los efectos de una sentencia perjudicial; en el
segundo (aunque a veces, también en los de conocimiento), interviene
2
Osorio, Manuel. “Enciclopedia Jurídica OMEBA”, Ed. Bibliográfica, Buenos Aires, Argentina, 1968, Pág.
140.
conservando su calidad de tercero para reclamar el dominio de la cosa
embargada, o una preferencia sobre el producido de la venta de la misma para el
pago de su crédito. Mientras en el proceso de conocimiento, el tercero asume la
calidad de sujeto, y por tanto, se encuentra afectado por la sentencia que decida la
cuestión sustancial, en el proceso de ejecución, al tercerista (sea de dominio o de
mejor derecho) no le interesa directamente la forma como se vaya a decidir o haya
decidido la cuestión principal, sino que se le devuelva la cosa embargada, o se
levante el embargo trabado, o que se le pague en el orden de preferencia que
corresponda si ella es subastada”.
Según Chiovenda3, “del concepto de parte no puede deducirse siempre del
mismo modo la solución lógica rigurosa de todos los problemas citados. A veces
conviene atenerse no tanto a la letra de la norma que emplee la palabra parte o la
palabra tercero como a su razón de ser. El hecho de que, en algunos casos,
determinadas personas físicas que no son partes obran en virtud de la ley, en
lugar de quienes lo son y que se pueda admitir también la representación procesal
de personas capaces, demuestra que la palabra parte puede entenderse más o
menos ampliamente. El representante puede ser considerado a veces como
parte”.
Según Couture4, “la tercera corriente de la relación procesal es de forma
triangular. No se trata solamente de relaciones de partes a juez y de juez a partes,
sin nexo de las partes entre sí. Por el contrario, existen vínculos entre las partes.
La cosa juzgada no alcanza, por regla general, a los terceros. Si bien en principio
la sentencia sólo afecta a las partes, en determinados casos ella proyecta sus
efectos hacia terceros que no han litigado. En esos casos, se admite a favor del
tercero un recurso de apelación. Si el tercero es ajeno a los límites subjetivos de la
cosa juzgada y no resulta afectado por ella, carece de recursos”.
3
Chiovenda, Giuseppe. “Curso de Derecho Procesal Civil”, Ed. Pedagógica Iberoamericana, México, 1997,
Pág. 321.
4
Couture, Eduardo. “Fundamentos de Derecho Procesal Civil”, Ed. DePalma, Buenos Aires, Argentina,
1999, Págs. 134 y 363.
Según Carnelutti5, “parte se llama, no sólo al sujeto del litigio, sino también al
sujeto de la acción. Ello sucede, no sólo por la normal coincidencia del sujeto del
litigio con el sujeto de la acción sino también porque la acción, al igual que el
litigio, requiere una pareja de sujetos, de la que cada uno es una parte. El tercero
en pleito pendiente entre otras personas interviene en forma adhesiva sea y no
sea parte al mismo tiempo, de modo implícito, se llama tercero; por el contrario,
cuando se establece el modo como las partes han de proveer para la declaración
de nulidad de un acto, se refiere también al interviniente en virtud de tercero”.
Según Vescovi6, “en los códigos hispanoamericanos se admite, en principio, la
intervención de un tercero en el proceso, además de las partes, cuando tiene un
interés propio en la litis que se desarrolla. El caso más claro es el del tercero de
dominio, que pretende un derecho propio (excluyente) del que las partes alegan
sobre un bien. En dichos casos, y asimismo si el tercero pretende ayudar a una de
las partes invocando un interés coincidente (coadyuvante), se acepta, en general,
la intervención en un juicio entre otras partes. También aquí, como en todo el
proceso acumulativo, la conexidad aparece como elemento esencial para admitir
la intervención”.
Según Lorca7, las tercerías se dividen en: “tercería de dominio y tercería de
mejor derecho. La tercería de dominio tal y como se regula, se ubica
sistemáticamente en el lugar que le concierne: el embargo de bienes. A través de
la tercería de dominio se resuelve sobre la pertenencia del bien y la procedencia
del embargo. La tercería de mejor derecho es la prioridad del embargante. El
embargo concede al acreedor ejecutante el derecho a percibir el producto de lo
que se obtenga de la realización de los bienes embargados a fin de satisfacer el
importe de la deuda que conste en el título, los intereses que procedan y las
5
Carnelutti, Francesco. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”, Ed. Pedagógica Iberoamericana, México,
1997, Pág. 162.
6
Vescovi, Enrique. “Teoría General del Proceso”, Ed. Temis, Bogotá, Colombia, 1984, Pág. 202.
7
Lorca, Antonio María. “Tratado de Derecho Procesal Civil”. Ed. Dykinson, Madrid, España, 2000, Págs.
342 y 367.
costas de la ejecución. El tercerista alega que la cosa es de su propiedad o que
tiene una preferencia”.
Según Guasp8 “dentro del estudio de las partes es preciso abarcar no sólo
aquellas que se consideran como partes strictu sensu, sino también a los simples
interesados. La tercería es aquel tipo de pluralidad de partes que se produce
cuando los diversos litigantes aparecen situados en un mismo plano, pero no
unidos, sino enfrentados, en su actuación procesal. Suele llamarse a esta figura
intervención, pero lo importante no es tanto que se trate de una pluralidad
sobrevenida cuanto del enfrentamiento de una tercero, de modo total o
parcialmente contradictorio, a la posición procesal de las dos partes. Ahora bien,
hay que distinguir entre la tercería voluntaria y la tercería forzosa”.
2.3. Concepto Legislativo.
El Código de Procedimientos Civiles define a los terceros en el Art. 456, de la
siguiente manera:
“Tercero opositor es aquel cuya pretensión se opone a la del actor o a la del
reo, o a la de los dos. En los dos primeros casos se llama opositor coadyuvante, y
en el tercero excluyente”.
De dicha definición legal, podemos notar que es muy exigua, ya que sólo se
limita a manifestar las dos clases de terceros opositores. Por eso, a continuación
pasamos a definir el tema de los terceros, complementando todas sus
características procesales.
2.4. Concepto que se propone.
Después de los grandes conceptos doctrinales de distintos autores que
acabamos de enunciar, podemos proponer un concepto adaptado a nuestro
Derecho Procesal, de la siguiente manera:
8
Guasp, Jaime. “Concepto y Método de Derecho Procesal”, Ed. Civitas, Madrid, España, 1997, Pág. 160.
Tercero es, el sujeto de la relación procesal, que interviene en el juicio
ordinario unido a la pretensión del demandante o del demandado para evitar los
efectos de una sentencia desfavorable, o, que interviene en el juicio ejecutivo
contra ambas pretensiones de las partes, para reclamar el dominio de la cosa
embargada, o una preferencia para su pago si la cosa es subastada; asimismo, se
considera tercero a un interesado en el proceso civil.
Con ésta definición creemos haber abarcado todas las posibilidades inclusivas
de los terceros en el proceso civil, ya sea en el juicio ordinario, ya sea en el juicio
ejecutivo, o en el sumario, correspondiente a las actuales doctrinas del Derecho
Procesal.
Cuadro 1
JUICIO ORDINARIO
JUEZ
ACTOR O DEMANDANTE
DEMANDADO
TERCERO
(COADYUVANTE)
TERCERO
(COADYUVANTE)
JUICIO EJECUTIVO
JUEZ
EJECUTANTE
EJECUTADO
TERCERO
(EXCLUYENTE)
Como vemos, en el cuadro anterior se expone de una manera sencilla la
actuaciones de los sujetos procesales; primero, en el juicio ordinario se presenta al
actor o demandante y al demandado, como las partes que disputan sus
pretensiones contrarias, con la adhesión eventual de un tercero a cualquiera de
las mismas, y, segundo, en el juicio ejecutivo se presenta al tercero propiamente
tal, en calidad de parte demandante contra las otras dos (ejecutante y ejecutado),
las cuales son demandadas por aquél.
2.5. Naturaleza Jurídica.
Pertenece a la esfera del Derecho Público, porque el Estado actúa como
sujeto en su carácter de poder público, siendo también referente a la organización
judicial que es pública. Es una institución de Derecho Procesal Civil, ya que los
sujetos que se relacionan en la tercería son particulares ejerciendo derechos
propios, los cuales se encuentran establecidos en las normas jurídicas
respectivas, ya sea las que regulan en el juicio ejecutivo o en el juicio ordinario,
haciéndose notar la sistematización de normas afines que rigen un sector que
puede ser amplio, y que satisfacen igualmente a los particulares que han sido
perjudicados en sus derechos.
1. Ramas jurídicas.
Derecho Público y Derecho Privado.
2. Regulación.
El Derecho Procesal Civil manifestado en el Código de Procedimientos Civiles,
y otras ramas jurídicas procesales, rigen la organización de todos los tribunales de
justicia y la actuación de los sujetos del proceso, con la superposición del Estado
como entidad rectora.
CAPÍTULO III
CONSIDERACIONES DOCTRINALES
Es de hace notar que los distintos autores mencionados en el capítulo anterior
muestran puntos de coincidencia en lo que respecta a las dos clases de terceros
procesales.
De manera general, los sujetos actúan en el proceso para ejercer sus
derechos ya sea como demandante, como demandado o como tercero. Los
terceros son considerados como tales, pero sólo si son introducidos en el proceso
en calidad conexa con los principales, más no como parte. Aunque se presenten
muchos demandantes o muchos demandados, serán considerados partes en el
juicio, pero como una figura jurídica diferente a la del tercero. Las personas
jurídicas también pueden ser partes en el proceso, pero lo que se tiene que hacer
es comprobar si tienen la capacidad de goce y si en realidad tienen existencia
jurídica dichas entidades.
La legitimación procesal en la causa es la consideración legal respecto del
proceso y a los sujetos que se encuentran en una determinada relación con el
litigio y por la cual se exige que las personas sean realmente interesadas en el
juicio.
3.1. Sección Doctrinal Extranjera.
Las tercerías en el juicio ejecutivo, tal como lo hablamos en los conceptos
anteriores, pueden ser de dos tipos9: a) tercería de dominio; b) tercería de mejor
derecho.
Además, se informará más adelante acerca del levantamiento de embargo sin
tercería.
9
Osorio. Ob. Cit. en nota 2, pág. 141.
3.1.1. La Tercería.
A. Principios generales y clases.
a. Requisitos.
1. Existencia de un embargo. La admisibilidad de la tercería –cualquiera sea
su carácter- se encuentra condicionada a la existencia de un embargo
trabado, cualquiera sea la circunstancia y oportunidad en que hubiese sido
dispuesto, lo cual importa un principio de ejecución sobre la cosa.
2. Un interés jurídico. La restricción al derecho que importa el embargo
determina la existencia de un interés jurídico que debe ser tutelado. Caso
contrario, no existiría tal interés, toda vez que aun en el caso de que en un
proceso ajeno la litis versara sobre un bien de propiedad del tercerista, la
sentencia que se dictara sería inoponible y carecería de toda virtualidad
para despojarlo de ese bien.
3. Verosimilitud del derecho o fianza. Constituye requisito de forma, que el
tercerista pruebe, con instrumentos fehacientes o en forma sumaria, la
verosimilitud del derecho en que se funde, o que preste fianza para
responder de los perjuicios que pudiere producir la suspensión del proceso
principal.
b. Procesos a los que se aplica.
Las tercerías proceden en todo tipo de procesos (de conocimiento o de
ejecución, aunque generalmente en estos últimos). También en los casos de
embargos preventivos, aunque no haya demanda; y en los concursos (civiles o
comerciales).
c. Promoción simultánea.
Ambos tipos de tercería en forma principal, parece inconciliable; en cambio,
nada obsta a que sean propuestas en forma subsidiaria, como sería, la que verse
sobre el dominio de los bienes embargados o, en su defecto, para que reconozca
el privilegio que le acuerda la ley como vendedor a quien no se le ha pagado el
precio.
d. Posición procesal de las partes.
En los procesos de tercería, el ejecutante y el ejecutado (o demandante y
demandado) asumen el carácter de demandados comunes frente al tercerista.
Se explica, porque al ejecutante se le niega el derecho de ejecutar los bienes
embargados o de hacer efectivo su crédito con preferencia al tercerista; al
segundo, se le niega la propiedad de los bienes, o se le atribuye una deuda de
pago preferente. Pasan a ser litisconsortes pasivos necesarios con relación al
tercerista, aplicándose pues, las reglas del litisconsorcio. Pero, actúan por
separado, siendo independientes los plazos para cada una de ellas.
En el cuadro 1, se ve claramente la relación jurídica procesal entre las partes y
los terceros ante el juez, diferenciándose dichos sujetos en los dos tipos de juicios:
ordinario y ejecutivo.
e. Posición procesal del tercerista.
a) En la tercería. El tercerista es parte en la demanda de tercería; y tiene
todas las facultades y cargas procesales inherentes a tal calidad.
b) En el proceso principal. El tercerista no es parte; por ello no puede
intervenir en la sustanciación del mismo, salvo en lo que incida
directamente sobre su interés.
f. Oportunidad.
Son varias para promover tercería, según sean de dominio o de mejor
derecho, todo esto va a depender de lo que se reclama ante el tribunal, un dominio
o un pago.
g. Competencia.
Tratándose de un proceso incidental, conexo con el principal, es juez
competente el que interviene en éste, cualquiera sea el valor de la cosa
embargada o el monto del crédito del tercerista.
h. Trámite.
Se sustancia la tercería por el trámite del juicio ordinario o del sumario, según
lo determine el juez atendiendo a las circunstancias. Esta resolución será
irrecurrible. Es una cuestión de hecho, según sean las cuestiones propuestas que
deberá meritar el juez en atención a la necesidad de mayor o menor amplitud de
debate y prueba. En tal forma, no será necesario tener que recurrir al proceso
ordinario.
i. Prueba.
La carga de la prueba pesa sobre el tercerista que afirma ser el titular del
dominio de la cosa embargada, o del mejor derecho que ostenta.
j. Sentencia.
La sentencia debe limitarse a decidir sobre el levantamiento del embargo (en
la tercería de dominio), o del mejor derecho del tercerista sobre el crédito del
ejecutante; sin perjuicio de las pretensiones que pudieran corresponder al
ejecutante o ejecutado, sobre el crédito o la cosa.
k. Caducidad de la instancia.
El hecho de que la tercería presuponga la existencia de un proceso anterior no
obsta a que la inactividad de las partes debe ser juzgada, a los fines de la
caducidad de la instancia, en forma independiente, es decir, con prescindencia de
las actuaciones cumplidas en el expediente principal.
l. Recursos.
a) Apelación. Durante la secuela del proceso, y con relación a la
sentencia, caben los mismos recursos que sean admisibles de acuerdo
al tipo de proceso dispuesto por el juez (ordinario o sumario). La
resolución que imprime el tipo de trámite a la tercería es irrecurrible.
b) Extraordinario. A los fines del recurso extraordinario, se ha considerado
como sentencia definitiva, la dictada en una tercería de dominio
interpuesta en una ejecución (prendaria), si se trata de la ocasión
pertinente para la tutela del derecho (o de los derechos) que se estima
vulnerado.
c) Amparo. No procede la acción de amparo, si quien la promueve pudo
obtener reparación por medio de la tercería. Ya se hablará del amparo
en la jurisprudencia.
m. Costas.
Rige el principio general, o sea, que la parte vencida deberá pagar todos los
gastos de la contraria, aun cuando ésta no lo hubiese solicitado. Sin embargo, el
juez podrá eximir total o parcialmente de ésta.
B. Tercería de dominio.
La tercería de dominio10, como su nombre lo indica, debe fundarse en el
dominio sobre la cosa (mueble o inmueble) que afirma el tercerista ser de su
propiedad.
El dominio -como derecho real perfecto- tiene tres características principales:
a) absoluto, en tanto somete la cosa a la voluntad y acción de una persona; b)
exclusivo, permitiendo excluir a terceros del uso, goce o disposición de la cosa; c)
perpetuo, es decir, que subsiste independientemente del ejercicio que se pueda
hacer de él.
Cuando en un proceso se embargan bienes pertenecientes a un tercero, éste
puede oponerse invocando su derecho de dominio, para lo cual, la ley le brinda la
tercería.
1. Bienes.
Dos clases:
A) Inmuebles.
1º.) Título.
a) Escritura traslativa de dominio. Para la transmisión del dominio es menester
la reunión de dos requisitos: la escritura pública y la tradición; bastando la
omisión de uno de ellos para que el dominio no se transfiera.
b) Falta de escritura. La simple entrega de la posesión no es suficiente para
convertir al tercerista en dueño de la cosa.
B) Muebles.
Rigen otros principios.
a) Buena fé. La buena fé del tercerista, es esencial para ampararse en la
presunción que emana del Código Civil.
10
Osorio. Ob. Cit. en nota 2, págs. 144, 145 y 146.
b) Posesión. Es también esencial que el tercerista tenga la posesión de la cosa
mueble embargada, caso contrario, no puede prosperar.
c) Título. El título para poseer, no basta, si no se tiene la posesión de la cosa
mueble.
2. Prueba.
A los efectos de la prueba, tratándose de muebles, es necesario hacer una
distinción:
a) Posesión del tercerista en el momento del embargo. Probada la posesión,
corresponde hacer lugar a la tercería, porque el poseedor tiene a su favor la
presunción de propiedad; debiendo el ejecutante producir prueba suficiente
tendiente a desvirtuar tal presunción.
b) Posesión del ejecutado en dicha oportunidad. Pero si al trabarse el
embargo el ejecutado era quien se encontraba en posesión del bien, al
tercerista corresponde probar su derecho de dominio, porque al acreedor
embargante le basta invocar la posesión de su deudor.
C. Tercería de mejor derecho.
La tercería de mejor derecho11, tiene por objeto reclamar el pago de un
crédito, con preferencia al del ejecutante, una vez realizados los bienes
embargados.
1. Privilegio.
Con precisión, se define, en los siguientes términos: “el derecho dado a un
acreedor, exclusivamente por la ley, sin que medie convención a tal efecto para
11
Ibid. págs. 147 y 148.
ser pagado con preferencia a otro acreedor, con el producido de la venta de un
determinado bien o de un conjunto de bienes.
Los privilegios pueden ser: generales o especiales. A su vez, los primeros,
pueden recaer sobre todos los bienes; o bien solamente sobre todos los muebles.
Los especiales, sobre ciertos muebles o sobre un inmueble.
2. Acreedor hipotecario.
Procede la tercería de mejor derecho de quien se subrogó en el privilegio del
acreedor hipotecario. Que el mejor derecho del banco tercerista debe limitarse al
monto por el que trabó el embargo y la inhibición, no pudiendo incluirse intereses
posteriores que son ajenos a la prelación.
3. Prueba.
De acuerdo a los principios generales que rigen en materia de prueba, el
tercerista deberá justificar la existencia del crédito y del privilegio que invoca en la
demanda.
3.1.2. Levantamiento de embargo sin tercería.
No siempre es menester deducir una tercería de dominio para obtener el
levantamiento de un embargo; pues, cuando la propiedad del inmueble o posesión
de la cosa mueble puede justificarse en forma fehaciente, sin necesidad de
sustanciación de prueba, debe admitirse tal medio para ocasionarle mayores
perjuicios al interesado y por razones de celeridad y economía procesal. Como se
advierte, es un caso de excepción y, como tal, de interpretación restrictiva12
1. Trámite.
12
Ibid. pág. 148.
Se trata de un incidente dentro del proceso en el cual se trabó el embargo. Se
sustancia con un traslado al embargante.
2. Procedencia.
Se halla supeditada a la circunstancia de que se acredite en forma efectiva y
fehaciente, la propiedad o posesión de los bienes embargados.
3. Improcedencia.
Se ha resuelto que no procede el levantamiento liso y llano del embargo por
simple incidente.
4. Costas.
Rigen las normas generales sobre costas en los incidentes. No se puede
imponer costas al tercero, sin promover tercería.
3.1.3. El litisconsorcio.
Etimológicamente de litis (litigio), con (junto), sors (suerte). Es la situación
jurídica en que se encuentran los sujetos que se apersonan en el juicio de manera
conjunta, ya sea como demandantes o demandados.
El litisconsorcio puede ser activo, pasivo o mixto13.
Pero la clasificación que interesa es la del litisconsorcio voluntario y del
litisconsorcio necesario. El primero, depende del libre albedrío de las partes; el
segundo, en cambio, puede ser dispuesto de oficio por el juez, quien puede
integrar la litis citando a aquellas personas sin las cuales su decisión no tendría
13
Vescovi. Ob. Cit. en nota 6, pág. 199.
importancia, o disponiendo que la contraparte lo haga so pena de declarar
improponible la demanda.
Entonces la sentencia, aunque es una sola, puede afectar en forma distinta a
cada litisconsorte: uno puede apelar sin obligar al otro, cada uno puede oponer
diversas defensas o excepciones y el proceso puede terminar anormalmente de
manera de manera independiente.
Únicamente los actos procesales, por ser el proceso uno solo, aparecen
ligados, de modo que el acto del impulso procesal de uno repercute sobre la
suerte de los demás.
3.2. Sección Doctrinal Nacional.
3.2.1. La Tercería.
Según Canales Cisco14, “se entiende por tercero procesal en sentido amplio,
quien no es parte. Si la noción de parte es positiva, el concepto de tercero sólo
puede enunciarse negativamente; lo es quien no es parte, quien no está en el
proceso”. Tal concepción doctrinaria es bastante general, pues no distingue a que
clase de tercero se refiere, aunque se deduce que lo hace en amplio sentido.
La jurisprudencia salvadoreña, realizando una interpretación extensiva de a
quién debe considerarse tercero procesal en los términos aquí estudiados; se
incluye además, el concepto legal indeterminado de “interesado en la causa”,
mencionado en varias normas procesales entre éstas en los Arts. 982 y 1248, del
C. Pr. C.
14
Canales Cisco, Oscar Antonio. “Derecho Procesal Civil Salvadoreño”, Ed. Impresos Gráficos UCA, San
Salvador, El Salvador, 2003, Págs. 30 y 31.
3.2.2. Tratamiento procesal.
En la legislación procesal civil, particularmente en el Art. 11, no se menciona al
tercero procesal, que se le atribuya la calidad de sujeto procesal, aunque si
avanzamos en la normativa procesal, se reconoce eventualmente de manera
involuntaria a otra persona que pueda intervenir en el proceso, denominándole
tercero opositor, a quien la doctrina y la legislación moderna acepta como parte en
el proceso civil.
De la lectura en la legislación procesal en nuestro ámbito nacional, el tercero
procesal tiene su propio lugar tanto en el proceso ordinario, como en el proceso
ejecutivo; interviniendo en las dos clases de procesos, Art. 455 C. Pr. C.
La ley es categórica en afirmar que esta figura puede surgir sólo en estos
procesos y no en otros como los sumarios y verbales.
1. Recapitulación.
De todo lo dicho, nos hace pensar que estamos ante dos clases de
intervención: una que se da en el juicio ordinario y, otra que se da en el juicio
ejecutivo.
En el juicio ordinario, las diferentes legislaciones hacen una apartado capitular
de los artículos referidos a la “intervención de terceros”, para en un posterior
apartado incluir los artículos referidos a la “tercería”. Tenemos entonces, una
división del tema de los terceros procesales, según sus actuaciones en los juicios
mencionados.
Los coadyuvantes reclaman un derecho propio en el juicio para evitar una
sentencia que los perjudique, mientras que los excluyentes reclaman un derecho
independientemente del juicio principal, es decir, que lo que les interesa es la cosa
embargada o el pago.
CAPÍTULO IV
RÉGIMEN EN EL DERECHO VIGENTE
4.1. Constitución.
En el Art. 2, inc. 1º., se exponen los derechos individuales de la persona, y
entre ellos, el de la propiedad y defensa de ese derecho15.
4.2. Código Civil.
Lo relativo a las tercerías se encuentra regulado en el Libro Cuarto, Título XLI
y en el Libro Segundo, Título XI, Capítulos I, II y III, del Código Civil.
4.2.1. La prelación de créditos.
1. Artículos del Código Civil.
Del Art. 2212 al Art. 2230.
4.2.2. La reivindicación.
1. Artículos del Código Civil.
Del Art. 891 al Art. 905.
4.3. Código de Procedimientos Civiles.
Los terceros opositores se encuentran regulados en el Libro Primero, Título V
y en el Libro Segundo, Título III, Capítulo VI, del Código de Procedimientos Civiles.
15
Hacemos referencia a los artículos de la Constitución y del Código Civil, para mostrar los temas que tienen
relación con la tercería de dominio y la tercería de mejor derecho, pero no los transcribimos para no
extendernos demasiado sobre el tema y a los cuales remitimos para su correspondiente corroboración.
4.3.1. Los terceros opositores en el juicio ordinario.
1. Artículos del Código de Procedimientos Civiles.
Art. 455.- “Los terceros opositores pueden tener lugar tanto en el juicio
ejecutivo como en el ordinario. Después se hablará de los primeros y ahora de los
segundos”.
Art. 456.- “Tercer opositor es aquel cuya pretensión se opone a la del actor o la
del reo, o a la de los dos”. En los dos primeros casos se llama opositor
coadyuvante, y en el tercero excluyente”.
Art. 457.- “Tanto los terceros opositores excluyentes, como los coadyuvantes,
deben fundar sus derechos en interés propio”.
Art. 458.- “Este derecho debe ser positivo y cierto, auque su ejercicio dependa
de algún plazo o de alguna condición que debe cumplirse; y el tercerista será
obligado, a solicitud de cualquiera de las partes, a dar fianza de pagar costas,
daños y perjuicios, como los otros demandantes, para el caso de que no resulte
probado su interés, o no triunfe en sus pretensiones, excepto el caso del artículo
1646 C”.
Art. 459.- “Los terceros opositores sean de la clase que fueren, pueden, aún
sin ser citados, apersonarse en el juicio en cualquier estado en que se halle y en
cualquiera de las instancias. Los opositores excluyentes pueden también hacerlo
al tiempo de la ejecución de la sentencia”.
Art. 460.- “El tercer opositor coadyuvante se reputará por una misma persona
con el principal que litiga, debiendo tomar la causa en el estado en que se hallare”.
Art. 461.- “No puede hacerla retroceder ni suspender su curso, excepto para
prueba de algún hecho importante a juicio del Juez, y que no hubiese sido
propuesto por el principal. Tampoco puede alegar ni probar lo que estuviere
prohibido a éste por ser pasado el término o por cualquier otro motivo.
En el primer caso del inciso anterior, la prueba se recibirá dentro de ocho días
perentorios”.
Art. 462.- “Al tercer opositor excluyente se concederá en causas de hecho y en
cualquier instancia un término de prueba, que no podrá pasar del señalado por la
ley, y será común a todas las partes litigantes aunque hubiesen ya pasado sus
pruebas. Lo dicho en este artículo se entiende cuando el tercer opositor
excluyente ocurre a la causa ya pasado el término de prueba o parte de él”.
Art. 463.- “La sentencia que se pronuncie comprenderá tanto a los principales
litigantes como a los terceros opositores”.
2. Comentarios de los artículos del Código de Procedimientos Civiles respecto
al Juicio Ordinario.
El Art. 455, alude a los dos tipos de juicios: el primero, de conocimiento; el
segundo, de ejecución. El Art. 456, define la figura y expresa la diferencia entre el
opositor coadyuvante y el opositor excluyente. El Art. 457, manifiesta los intereses
de ambas clases de terceros en relación a sus pretensiones. El Art. 458, quiere
decir que el tercer opositor debe alegar un derecho existente, además la fianza
según el Art. 18 Pr. y el Art. 1646 C. en lo que respecta a la evicción. En el Art.
459, se exponen las dos clases de intervenciones en juicio de ambos terceros; el
coadyuvante, en cualquier etapa del proceso, y, el excluyente, incluso en la
ejecución de la sentencia.
En el Art. 460, se identifica al coadyuvante con
cualquiera de las partes en litigio. En el Art. 461, se advierten las limitaciones
procesales al tercero coadyuvante, y sólo se le admite prueba. En el Art. 462, se
hace referencia al término de prueba que se le concede al tercero excluyente, si
acude a la causa ya pasado el mismo. En el Art. 463, se refuerza la doctrina de la
calidad de parte de los terceros en el juicio, ya que los abarca la sentencia dada.
4.3.2. Los terceros opositores en el juicio ejecutivo.
1. Artículos del Código de Procedimientos Civiles.
Art. 650.- “El tercer opositor que alegue dominio en los bienes embargados,
podrá pedir su entrega presentando su solicitud con todos los caracteres de una
demanda, de la cual se dará traslado por tres días a cada una de las partes; y si el
ejecutante no se opusiere al contestar el traslado se declararán excluidos del
embargo, dejando su derecho a salvo al tercer opositor y al ejecutado para que
ventilen sus derechos como les convenga, por separado. Al ordenarse el
desembargo, se librará nuevo mandamiento a instancia del acreedor para el
embargo de otros bienes propios del deudor o de sus fiadores”.
Art. 651.- “Si hubiere oposición por parte del acreedor para la entrega de los
bienes, y la tercería se fundase en instrumento público o auténtico, inscrito en el
Registro de la Propiedad, se mandará suspender la ejecución y seguir el juicio de
tercería por los trámites del ordinario, en pieza separada, dejando razón de este
decreto en los autos ejecutivos. En el mismo auto se ordenará el traslado por el
término ordinario al ejecutante y ejecutado.
Si la tercería no se fundase en instrumento inscrito en el Registro de la
Propiedad, el Juez ordenará previamente al tercer opositor, a petición de parte,
rinda fianza suficiente dentro de seis días, de responder al ejecutante, por las
costas, daños y perjuicios en que pueda salir condenado, cuya suma se
determinará aproximadamente; y rendida y aprobada la fianza conforme al inciso
final del artículo 19, o cuando ésta no se hubiere pedido por el ejecutante al
evacuar el traslado, se procederá como se establece en el inciso que precede.
Más si transcurrieren los seis días sin que se rinda la fianza, o no fuere aprobada
la que se haya presentado, se continuará la ejecución hasta su término, sin hacer
mérito de la tercería.
Siempre que la tercería no se funde en instrumento inscrito en el Registro de la
Propiedad, se decretará a petición del ejecutante, en el mismo auto en que se
ordena el traslado por el término ordinario o en cualquier estado del juicio de
tercería en que se hiciere la solicitud, que se le entregue el inmueble embargado
para que lo administre, previa fianza aprobada por el Juez con audiencia del tercer
opositor, debiendo llevar cuenta exacta de los productos liquidados que perciba
para que los restituya con el inmueble al tercero excluyente en caso de que así lo
disponga la sentencia que se pronuncie en el juicio de tercería.
Si el opositor sucumbe, será condenado a pagar las costas, daños y perjuicios
que con la tercería cause a las partes.
Cuando la tercería se refiera únicamente a alguno o a algunos de los bienes
embargados, podrá continuarse la ejecución, si lo solicita el ejecutante, respecto
de los bienes no comprendidos en la tercería”.
Art. 652.- “Cuando el tercer opositor sólo alegue derecho preferente o pida que
se haga pago a prorrata con el producto de los bienes embargados, si la tercería
se funda en instrumento ejecutivo, se continuará la ejecución, concediéndose
término del encargado para discutir en él los derechos del tercero, y la sentencia
que se pronuncie contendrá también la resolución correspondiente respecto de
ellos. Pero si la tercería se fundare en cualquiera otra especie de prueba, se
exigirá fianza al tercero en los mismos términos y con iguales efectos que los
expresados en el artículo anterior, y sólo en el caso de que sea rendida y
aprobada, se mandará seguir la tercería en pieza separada, en el respectivo juicio
ordinario con intervención del acreedor y del deudor, quedando depositado el
producto de la venta de los bienes que han sido objeto de la tercería hasta que
recaiga en el nuevo juicio sentencia ejecutoriada. Cuando se presenten dos o más
opositores con título ejecutivo se procederá como se dispone en el artículo 662.
Las cauciones de que tratan éste y el anterior artículo, deberán ser de persona
notoriamente abonada o de hipoteca suficiente, todo a juicio prudencial del Juez.
En toda sentencia que declare sin lugar una tercería de dominio excluyente,
cuando el instrumento en que ésta se fundó, apareciere que fue falsificado,
suplantado o simulado, el Juez mandará testimoniar lo conducente, para juzgar a
los autores, cómplices o encubridores del delito, procediendo incontinenti a
decretar su detención al pie del testimonio, y dará cuenta con éste y el reo o reos
a la autoridad competente, si él mismo no lo fuere.
De la misma manera prevenida en el inciso anterior, procederá contra el tercer
opositor de dominio excluyente y aun contra el ejecutado, cuando éstos negaren
un acto o contrato que apareciere que personalmente hubieren ejecutado o
celebrado, si dicha negativa hubiere sido la causa o fundamento de la acción de
tercería, artículo 500 Pn.
No se admitirán tercerías de dominio contra una acción hipotecaria, sino
cuando el derecho del tercerista haya sido inscrito con anterioridad a la hipoteca o
bien cuando ese derecho aparezca de algún modo en el título que sirvió al deudor
para constituir la hipoteca.
La tercería de dominio que no reúna las condiciones indicadas y que no se
presente acompañada de los documentos que la justifiquen, será rechazada de
plano, sin que por ello deba interrumpirse o diferirse ninguna diligencia de la
acción hipotecaria”.
2. Comentarios de los artículos del Código de Procedimientos Civiles respecto
al Juicio Ejecutivo.
El Art. 650, se refiere al ejecutante, al ejecutado y al tercer opositor excluyente,
el cual deberá presentar una solicitud con características de una demanda, para
esperar que se deje salvo su derecho. En el Art. 651, se hace énfasis en que si la
tercería debe estar inscrita en el Registro de la propiedad, y que el tercerista debe
rendir fianza, para que la tercería tenga validez. El ejecutante pedirá que se le
entregue el inmueble embargado para que los administre, pero que los restituya al
tercero si es favorecido por la sentencia. Además, si la tercería sólo se refiere a
alguno de los bienes embargados, se seguirá el juicio a solicitud del ejecutante. En
el Art. 652, se hace énfasis en la preferencia de pago con la venta de los bienes
embargados, y la tercería también se tiene que fundar en instrumento ejecutivo,
además, si se fundase la tercería en cualquier otra clase de prueba, se exigirá
fianza al tercero como en el artículo anterior, igualmente mandada a juicio
ordinario, y se esperará sentencia ejecutoriada en el nuevo juicio. También habla
el inciso siguiente de la posible falsificación de dicho instrumento y el juicio penal a
los responsables del delito. Se refiere el otro inciso, a que la tercería no se admite
a contra una acción hipotecaria, tan sólo si es anterior a la misma.
4.4. Anteproyecto de Código Procesal Civil y Comercial de El Salvador.
Por otra parte, el Anteproyecto de Código Procesal Civil y Mercantil de El
Salvador, versión 2003, regula la institución de la tercería en las disposiciones
siguientes:
1. Artículos del Anteproyecto de Código Procesal Civil y Comercial.
Intervención procesal del coadyuvante
Art. 75.- “Mientras se encuentre pendiente un proceso, podrá ser admitido
como coadyuvante del demandante o del demandado quien acredite tener interés
directo y legítimo en el resultado del proceso, porque pueda ver afectados de
manera indirecta o refleja sus derechos o intereses por los pronunciamientos de la
sentencia.
Si la solicitud de intervención no se hubiera denegado de plano, el juez dará
traslado de ella a todas las partes personales por tres días, sin suspender el curso
del proceso, para que puedan manifestar lo que a su derecho convenga,
decidiendo seguidamente el juez. La solución que admita la intervención no es
susceptible de recurso; la resolución que la deniegue puede recurrirse en
apelación, que será admitida en un solo efecto”.
Actuación procesal del coadyuvante
Art. 76.- “Si fuera admitida la intervención, no se retrocederá en el curso de las
actuaciones y el coadyuvante se incorporará al proceso en el estado en que se
halle al momento de su intervención.
El coadyuvante limitará su actuación procesal a la defensa de su posición y se
le permitirán las alegaciones necesarias para su defensa, que no hubiere podido
realizar por corresponder a momentos procesales anteriores a su admisión en el
proceso. De estas alegaciones se dará traslado, en todo caso, a las demás partes,
por plazo de tres días.
Se le reconocerá al coadyuvante el derecho a recurrir la sentencia, pero en
ningún caso podrá actuar en contra de la parte a la que ayuda, ni realizar actos de
disposición del derecho de ésta”.
Intervención provocada o denuncia de la litis del demandante
Art. 77.- “En caso de que la ley permita que el demandante llame a un tercero
para que intervenga en el proceso sin la cualidad de demandado, por tener
vínculo, obligación o responsabilidad respecto del objeto del proceso, la solicitud
de intervención deberá realizarse en la demanda, salvo que la ley disponga
expresamente otra cosa. Admitida por el tribunal la entrada en el proceso del
tercero, éste dispondrá de las mismas facultades de actuación que la ley concede
a las partes”.
Intervención provocada o denuncia de la litis del demandado.
Art. 78.- “Cuando la ley permita al demandado llamar a un tercero para que
intervenga en el proceso, por tener vínculo, obligación o responsabilidad respecto
del objeto del proceso, solicitará del juez, dentro del plazo concedido para
contestar a la demanda que se notifique al tercero la pendencia del proceso,
quedando entre tanto en suspenso el plazo concedido para la contestación.
De la solicitud de intervención presentada por el demandado se dará traslado
al demandante por tres días y se resolverá lo procedente.
Si se acuerda la notificación, se emplazará al tercero para contestar a la
demanda en la misma forma y en idénticos términos a los establecidos para el
emplazamiento del demandado.
Si comparecido el tercero, el demandado considerare que su lugar en el
proceso debe ser ocupado por aquél, se procederá conforme a lo dispuesto para
la sucesión procesal.
Desestimada la solicitud de intervención, contestada la demanda por el tercero
o transcurrido el plazo para ello, el demandado deberá contestar a la demanda en
el plazo que le hubiera restado”.
Ahora analizaremos otros artículos que se ubican más adelante en el
Anteproyecto, siempre referidos a los terceros.
Intervención del ejecutante en otra ejecución
Art. 578.- “El ejecutante podrá intervenir en otra ejecución en la que se
estuvieren realizando bienes de su deudor con suspensión de la que él hubiera
instado, previa autorización del juez competente. La intervención da derecho a
participar en la ejecución hasta que se efectúe la distribución de la suma
obtenida”.
Intervención de terceros
Art. 579.- “Podrán intervenir en la ejecución para la defensa de sus derechos e
intereses, aquellos cuyos bienes o derechos hubieran resultado afectados a la
ejecución, aun cuando no sean parte ejecutante ni ejecutada conforme a este
Código.
La intervención alcanzará al ejercicio de todos los derechos y posibilidades
que conceda el ordenamiento jurídico para su defensa, quedando sujetos a las
obligaciones y cargas que éste determine”.
A continuación, se mencionan los artículos referentes a la tercería de dominio
y a la tercería de pago:
Tercería de dominio
Art. 649.- “Podrá interponer tercería de dominio, en forma de demanda, quien,
sin ser parte en la ejecución, afirme ser dueño de un bien embargado como
perteneciente al ejecutado y que no ha adquirido de éste una vez trabado el
embargo.
Podrán también interponer tercerías para el alzamiento del embargo quienes
sean titulares de derechos que, por disposición legal expresa, puedan oponerse al
embargo o a la realización forzosa de uno o varios bienes embargados como
pertenecientes al ejecutado”.
Tercería de pago
Art. 656.- “La intervención de un tercero en la ejecución fundada en su derecho
a ser reintegrado de su crédito con preferencia al acreedor ejecutante deberá
deducirse ante el juez que esté conociendo de la ejecución, y se sustanciará con
el ejecutante y ejecutado, por los trámites del proceso común.
La
tercería
así
promovida
no
suspenderá
la
ejecución
tramitada,
continuándose hasta la realización de los bienes o derechos embargados. Su
importe, hasta el límite de la cuantía discutida, se depositará en la cuenta de
Fondos Ajenos en Custodia”.
2. Comentarios de los artículos del Anteproyecto.
Como
podemos
observar,
estos
artículos
del
Anteproyecto
regulan
ampliamente la intervención de los terceros en el juicio, y las dos clases de
tercerías se encuentran muy bien delimitadas (aquí se denomina tercería de pago
a la tercería de mejor derecho), lo cual formará un código procesal que se
compone de dos materias, como son la civil y la comercial.
CAPÍTULO V
SITUACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO
De manera breve, realizaremos un estudio sobre los terceros procesales en
los Derechos de España, Argentina y Uruguay, los cuales tienen diferencias y
similitudes con el nuestro.
5.1. En España.
La Ley de Enjuiciamiento Civil de España, regula la tercería en referencia al
embargo de bienes de terceros y de la tercería de dominio. El Art. 593, habla
sobre la pertenencia al ejecutado y la prohibición de alzamiento de oficio del
embargo. El tribunal se basa en indicios y signos que deduzca una pertenencia. El
juez da un plazo de cinco días para que comparezca el tercero y si el dominio está
inscrito quedando a salvo el derecho de los eventuales titulares no inscritos. Si el
embargo es sobre un bien donde vive el tercero, y las partes consintieren no
realizar el embargo, el tribunal no lo acordará. El Art. 594, habla sobre la posterior
transmisión de bienes embargados no pertenecientes al ejecutado. Si el rematante
adquirió los bienes embargados de modo irreivindicable, el titular de la tercería de
dominio no podrá impulsar la enajenación. Lo dispuesto es sin perjuicio de
resarcimiento o nulidad de la enajenación. El Art. 595, habla sobre la legitimación
de la tercería de dominio. Define la tercería. Se tiene que aportar un principio de
prueba de la pretensión del tercerista. El Art. 596, habla sobre el momento de
interposición y posible rechazo de plano de la tercería de dominio. La interposición
es desde que se haya embargado el bien o bienes. El tribunal rechazará de plano
la demanda si no contiene el principio de prueba. El Art. 597, habla de la
prohibición de segundas y ulteriores tercerías. No se permiten ulteriores tercerías
al que interponga al tiempo de la primera. El Art. 598, habla sobre los efectos de la
tercería. Sólo se suspende al bien que se refiera. Condiciona la tercería a que
preste caución por daños y perjuicios. El Art. 599, habla sobre la competencia y
sustanciación. El juez que conozca de la causa en la ejecución y juicio ordinario.
El Art. 600, habla sobre la legitimación pasiva, el litisconsorcio voluntario y la
intervención del ejecutado no demandado. El Art. 601, habla sobre el objeto de la
tercería de dominio. Es dirigida al alzamiento del embargo. El Art. 602, habla sobre
los efectos de la no contestación. Si los demandados no contestan la demanda de
tercería de dominio, admiten las alegaciones del tercero. El Art. 603, habla sobre
la resolución sobre la tercería. Por medio de autos. Este se pronunciará sobre las
costas. A los demandados que no contesten no se les impondrán las costas, salvo
que el tribunal vea mala fe. El Art. 604, habla sobre resolución estimatoria y
alzamiento del embargo. El auto ordenará el alzamiento de la traba y la remoción
del depósito, así como la cancelación de la anotación preventiva y cualquier otra
medida de garantía del embargo.
5.2. En Argentina.
El Código Procesal Civil de Argentina, regula la tercería. En el Art. 90, habla de
la intervención de terceros voluntaria. El que acredite su interés propio. La
legitimación en el juicio, para demandar o ser demandado. El Art. 91, habla de la
calidad procesal de los intervinientes. La intervención será accesoria y
subordinada a la parte que apoyare. El Art. 92, habla del procedimiento previo. El
pedido de intervención con requisitos de demanda, si hay oposición se sustanciará
en una sola audiencia. La resolución se dictará en diez días. El Art. 93, habla de
los efectos. La intervención del tercero no suspenderá el juicio en ningún caso. El
Art. 94, habla de la intervención obligada del tercero. El Art. 95, habla del efecto de
la citación. Suspenderá el procedimiento hasta su comparencia o vencimiento del
plazo. El Art. 96, habla de los recursos y alcances de la sentencia. Es inapelable la
resolución que admita la intervención de terceros. Después de la intervención del
tercero, la sentencia lo alcanzará como a los litigantes. El Art. 97, habla del
fundamento y oportunidad de las tercerías. Se deben de fundar en el dominio de
los bienes embargados o en el derecho que tuviere a ser pagado con preferencia.
El Art. 98, habla de la admisibilidad, requisitos y reiteración. No se dará curso a la
tercería si quien no probare fehacientemente su derecho fundado. En la tercería.
Sólo si es por falta de fianza. El Art. 99, habla de los efectos sobre el principal de
la tercería de dominio. Se suspenderá el procedimiento principal. El tercerista
podrá, obtener el levantamiento del embargo dando garantía al embargante. El
Art. 100, habla de los efectos sobre el principal de la tercería de mejor derecho. El
juez podrá disponer la venta de los bienes, suspendiendo el pago hasta la
preferencia, salvo si hay fianza. El Art. 101, habla de la demanda, sustanciación y
allanamiento. La demanda de tercería deberá deducirse contra las partes y se
sustanciará por juicio ordinario. El allanamiento no podrá ser invocado contra el
embargante. El Art. 102, habla de la ampliación del embargo. El embargante
pedirá que amplíe o mejore. El Art. 103, habla de la connivencia entre tercerista y
embargado. El juez ordenará la remisión a la justicia penal. El Art. 104, habla del
levantamiento del embargo sin tercería. El perjudicado podrá pedir el
levantamiento, acompañado por título de dominio. Se dará traslado al embargante.
La resolución es recurrible.
5.3. En Uruguay.
El Código General del Proceso de Uruguay, regula la tercería. En el Art. 48,
habla de la intervención del coadyuvante y litisconsorcial. Define al coadyuvante y
la intervención en el proceso como litisconsortes de una parte. El Art. 49, Habla de
la intervención del excluyente. El Art. 50, habla de los requisitos y forma de la
intervención. Debe haber interés directo y la solicitud debe estar ajustada a la
demanda. La intervención de la instancia hasta la conclusión de la audiencia de
prueba para sentencia. El Art. 51, habla de la intervención necesaria por citación.
El demandado podrá solicitar el emplazamiento de un tercero a quien la sentencia
pueda afectar. El Art. 52, habla de las oposiciones al llamamiento de terceros. La
contraparte puede oponerse a la citación de un tercero. El Art. 53, habla de la
denuncia de terceros. El demandado, considerará que otra persona tiene la
obligación o responsabilidad en la cuestión, debe denunciarlo. El Art. 54, habla del
llamamiento de oficio, en caso de fraude o colisión. En cualquiera de las
instancias, si hay fraude en el proceso, el tribunal avisará a los que puedan salir
afectados para que hagan valer sus derechos. El Art. 55, habla de la
irreversibilidad del proceso. Los intervinientes en el proceso lo harán lo tomarán en
el estado en que se encuentre en el momento de su intervención.
1. Diferencias entre los tres Derechos.
La verdad es muy difícil encontrar unas diferencias tan marcadas y si las hay,
más bien son de forma y no de fondo, puesto que estos países de influencia
románica tienen una normativa casi unificada en este tipo de figuras procesales,
además de sus doctrinas.
2. Similitudes en el juicio ordinario.
1) Un interés propio en la causa.
2) Un derecho conexo con la parte principal.
3) El llamamiento de las partes a los terceros.
4) La consecuencia de la sentencia a todos los sujetos.
5) Intervención en el momento del juicio.
3. Similitudes en el juicio ejecutivo.
1) Un interés o un derecho propio.
2) Un embargo.
3) Una exigencia de fianza.
CAPÍTULO VI
JURISPRUDENCIA DE LOS TRIBUNALES
6.1. Jurisprudencia Nacional.
Con respecto al tema de los terceros en el proceso civil, la Sala de lo
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, en la sentencia pronunciada a las
nueve horas del día veintitrés de marzo de dos mil, en los procesos de amparo
registrado al número 847-99, sostuvo el siguiente criterio:
“Generalmente, el proceso se desarrolla con el esquema de un sujeto en cada
una de las dos posiciones de parte, activa y pasiva. No obstante ello, se presenta
la posibilidad que en el transcurso del proceso entren a formar parte del mismo
unos sujetos que hasta ese momento han permanecido ajenos a la relación
procesal, los cuales ostentaran la consideración jurídica, en ciertos supuestos, de
terceristas y, en otros, de parte.
La tercería entonces es una especie del fenómeno de pluralidad de sujetos,
que se produce cuando los diversos litigantes aparecen ubicados en un mismo
plano, pero intervienen enfrentándose en su actuación procesal con las
pretensiones de una o ambas partes.
El derecho procesal moderno admite la intervención de terceros cuando
demuestran un interés directo en la causa que se controvierte, en el pleito entre
otros sujetos, en cuyo caso, una vez admitidos en el proceso, tendrán los deberes
y cargas que corresponden a las partes.
La doctrina destaca entre las diversas clases de tercerías las llamadas
tercerías voluntarias y las forzosas, esto es, la de quienes comparecen por sí y
quienes lo hacen porque son llamados al juicio.
Además, atendiendo a la situación de los terceros respecto de las partes
originarias del proceso, las tercerías se clasifican en coadyuvante y excluyente…;
sin embargo, es preciso aclarar que tal clase de tercería en realidad no lo es, ya
que el sujeto que interviene como aparente tercerista al adherirse a una de las
posiciones esgrimidas por las partes se verá desde luego afectado directamente
por las sentencia que se dicte en el proceso correspondiente, es decir, que el
pronunciamiento jurisdiccional desplegará sus efectos vinculándolo de forma
inmediata; por ello debe entenderse que su naturaleza procesal no es
verdaderamente de tercerista sino más bien de parte, configurándose así un
litisconsorcio sobreviniente en uno de los extremos de la relación jurídicoprocesal”.
Y continúa más adelante:
“…es dable sostener que resultaría desatinado realizar un parangón entre el
tercero beneficiado en el amparo y lo que la doctrina y la legislación definen como
terceristas coadyuvantes o excluyentes en el proceso civil; en virtud que el tercero
beneficiado no se opone directamente a la pretensión de la parte actora ni a la
resistencia de la autoridad demandada, que giran alrededor de la controversia
acerca de si ha existido o no una violación a derechos constitucionales a través de
la actuación u omisión que se impugna; y por otra parte, su actuación no está en
principio
dirigida
a
realizar
una
defensa
objetiva
e
inmediata
de
la
constitucionalidad del acto que se discute, lo cual podría, sin embargo, efectuar
como un argumento complementario, tendente a la conservación de los beneficios
o ventajas obtenidas mediante el acto de autoridad. Por lo anterior, es factible la
caracterización del tercero beneficiado en el amparo como un tercerista sui
generis, -dado que no encaja en los supuestos que prevé la doctrina respecto de
las denominadas tercerías coadyuvantes o excluyentes- pues pretende con su
actuación evitar el perjuicio jurídico que se le podría ocasionar como efecto reflejo
de la sentencia estimatoria que llegara a dictarse en el proceso de amparo;
interviniendo, consecuentemente, en defensa del provecho obtenido o que
pretende obtener a través de la materialización o conservación del objeto de la
pretensión procesal”.
Y por último, haciendo una relación entre el actor o demandado y el tercero,
dice:
“De acuerdo a las más modernas corrientes del Derecho procesal, las medidas
cautelares aparecen como los medios jurídico-procesales cuya función es evitar
que se realicen actos que impidan o dificulten la efectividad de la satisfacción de la
pretensión del actor, y esa función se lleva a cabo mediante una incidencia en la
esfera jurídica del tercero beneficiado, adecuada y suficiente para producir ese
efecto, garantizando así el eficaz funcionamiento de la justicia”.
Comentarios de la sentencia.
De todo lo dicho en ésta sentencia emitida por la Sala de lo Constitucional,
podemos observar que la misma se refiere a los terceros coadyuvantes, como
partes y no como realmente terceros, pues lo que forman es un litisconsorcio en
una de las partes principales de la relación procesal civil, y por lo tanto, el
verdadero tercero es el excluyente, porque exige unas alegaciones y pruebas que
le son propias. Por último, llama tercero sui generis al beneficiado en el amparo
por no encajar en la doctrina respecto a los terceros coadyuvantes o excluyentes,
sino que lo único que pretende esta clase de tercero es evitar un perjuicio
ocasionado como reflejo de la sentencia estimatoria que se dicte en el proceso de
amparo.
CAPÍTULO VII
CRÍTICAS A LA TERCERÍA
7.1. Crítica positiva.
El tercero opositor excluyente, es el verdadero tercero procesal, porque su
pretensión se opone a la de las dos partes principales, que son el demandante
y el demandado, alegando un derecho distinto, y posee numerosas
responsabilidades del dominio o del derecho que litiga, convirtiéndose, de
acuerdo a los doctrinarios, en parte procesal en el juicio ejecutivo. De lo dicho,
se puede deducir que el tercero excluyente es una parte totalmente distinta a la
otras dos, porque en el juicio ejecutivo la ley le da tratamiento principal, en el
sentido de las posibilidades de actuación procesal que este sujeto posee, que
como ya se dijo anteriormente, es el protagonista más importante del tema de
la tercería procesal.
7.2. Crítica negativa.
El tercero opositor coadyuvante, al reputarse una misma persona con el
principal, puede dar lugar a la confusión procesal con la figura del
litisconsorcio, en el cual son varios demandantes o varios demandados, y que
se da con cualquiera de las partes en el juicio, lo que le resta mucha libertad de
actuación, por lo cual es un sujeto o varios sujetos que acompañan a la parte
demandante o a la parte demandada. Como ya dijimos, este tercero al
acompañar a cualquiera de las partes en el juicio, la ley le reduce las
posibilidades de intervención procesal a este sujeto, el cual se limita a una
accesoriedad procesal en relación a las partes principales, de acuerdo a lo
visto.
CAPÍTULO VIII
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
8.1. Conclusiones.
•
Las tercerías no pueden considerarse iguales en el juicio ordinario y en el
juicio ejecutivo, en el primero importa la sentencia que afecta a todos los
sujetos, en el segundo no importa la sentencia.
•
El tercero opositor coadyuvante puede oponerse a favor del demandante o
del demandado, fundando sus derechos en interés propio, pero identificado
con el del principal, aun no siendo parte.
•
El tercero opositor excluyente se opone al demandante y al demandado,
fundando sus derechos en interés propio, pero distinto con el de las
principales, y es el tercero propiamente tal.
•
La participación en los juicios no es la misma para los coadyuvantes y para
los excluyentes; los primeros los hacen en cualquier momento del proceso,
los segundos lo hacen incluso y más que todo en la ejecución de la
sentencia.
•
El juicio ejecutivo desarrolla todas capacidades del tercero excluyente, el
cual, se erige en el verdadero tercero, debido a su papel de sujeto y parte
totalmente diferente, opuesto a las pretensiones del demandante y del
demandado, los cuales en este caso se llaman ejecutante y ejecutado, por
estar en otro juicio.
8.2. Recomendaciones.
•
Que defina claramente, tanto por la doctrina, por la legislación, y por la
jurisprudencia, las distintas formas de la figura de la tercería, en este caso, el
opositor coadyuvante y el opositor excluyente, y así lograr una adecuada
diferenciación.
•
Que se haga todo un estudio comparativo de esta institución jurídica, a fin de
delimitar todas las posibilidades facultativas que tienen en los dos tipos
juicios ambos terceros, en los aspectos de sus intervenciones procesales en
cada uno de los mismos.
•
Que se establezca de una buena vez que el interviniente coadyuvante no es
tercero, sino un conexo con la parte, es decir, un acompañante que
compartirá los efectos de la sentencia dictada con el principal, el cual tiene
para sí la causa.
•
Que los terceros opositores puedan intervenir no solo en los juicios
ordinarios y ejecutivos, sino también en los procesos sumarios y verbales,
agilizando
la
actividad
jurisdiccional,
para
solucionar
todos
los
inconvenientes derivados de los litigios suscitados por la aplicación de las
normas procesales en la esfera civil.
•
Que se promueva la elaboración de un Código General Procesal en El
Salvador, que unifique, entre muchas otras figuras, la regulación de la
intervención de los terceros o las tercerías en los juicios en todas las ramas
jurídicas, en el sentido de evitar perjuicios en los derechos de los terceros y
de las otras partes.
BIBLIOGRAFÍA
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13. “Derecho Procesal Civil Salvadoreño”.
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Editorial Impresos Gráficos UCA.
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