Síntesis teológica El aporte de la teología a la vida del ser humano

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Síntesis teológica
El aporte de la teología a la vida del ser humano
Jonathan Andrés Rúa Penagos. Febrero de 2011
Teólogo. Fundación Universitaria Luis Amigó
[email protected]
Índice general
I.
Introducción
II.
Composición a propósito de la consciencia de Dios
1. Estatuto epistemológico de la teología
2. El ser humano
3. El ser humano en su contexto histórico
4. La realidad llamada Dios
5. La revelación y la fe
a. La Revelación
b. La Biblia como fuente privilegiada del cristianismo.
c. La fe
6. La escatología
7. La Iglesia
8. La liturgia
9. Los sacramentos
10. Las costumbres
III.
Claves para ser conscientes de Dios
IV.
Bibliografía
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I.
Introducción
Al transcurrir cuatro años de formación teológica en el contexto universitario
surge la pregunta: ¿Qué es y para qué sirve la teología? Esta pregunta parece
elemental, y en verdad, es una pregunta que nos pone de caras a lo fundamental
en la reflexión teológica. Mientras padecemos un contexto de persecución,
violencia, hambre, discriminación, instrumentalización de la persona humana,
lógicas de mercado y políticas muchas veces inhumanas, nos piden que
realicemos una construcción epistemológica a propósito de la teología. ¿Qué
sentido tiene escribir sobre problemas (teológicos) que nos son prioritarios en
nuestro contexto Colombiano? Esto ha motivado en mí el deseo de esforzarme
para que esta síntesis no sea una simple reconstrucción de lo que se puede leer
en otros textos, que es lo que me han pedido, sino la explicitación de una
experiencia personal y contextualizada.
La teología puede servir para muchas cosas como para “evadir” la realidad,
o para legitimar sistemas injustos, pero también sirve para educar religiosamente
al ser humano, para contribuir a su formación integral, propiciando herramientas
para el cultivo de una sana espiritualidad. El experimentar a Dios (y eso se puede
hacer en el ejercicio teológico) sólo produce una cosa, un estado de bienestar.
¿Cómo lograr articular esa experiencia de Dios con el contexto en el que está
inserto el teólogo? Pretendo hacer esta articulación en esta síntesis. Realizar una
síntesis de la teológica significa hacer una composición a propósito de la realidad
que llamamos ser humano en relación con la conciencia/explicitación de la
experiencia que ha tenido de Dios, esto, en su devenir histórico. Deseo además
recoger lo que he experimentado de Dios, y explicitar/publicar lo necesario para
vivir una vida mística, caracterizada por una actitud de asombro hacia todo lo
creado y en especial por el ser humano. Ese es el fin de la teología, ese será el
fin de esta síntesis teológica.
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Para efectos de este escrito se utilizará un método inductivo. La
metodología a utilizar será una descripción general de la realidad del ser humano
en el contexto colombiano, la consulta de otros saberes y su concepción de la
realidad, el decir acerca de esta realidad desde la teología de tradición
judeocristiana, y por último, daré algunas claves para asumir en la vida cotidiana
un compromiso por el ser humano.
II.
Composición a propósito de la consciencia de Dios
1. Estatuto epistemológico de la teología
La teología etimológicamente es un tratado sobre Dios. Este saber es
fundamentalmente conciencia de Dios, es la explicitación de la experiencia que el
ser humano ha tenido de Dios. Dios es la categoría que el ser humano ha
nombrado para expresar una realidad liberadora, transformadora, realidad que
acompaña al ser humano en su historia y lo salva, es decir, proporciona los
medios para la realización personal, la plenitud humana, la santidad.
Muchas formas se han empleado para profundizar en esta realidad que
llamamos Dios. La forma más sencilla quizá, es la simple explicitación por medio
del lenguaje de lo que se ha experimentado de esta realidad. Esta explicitación se
da de forma oral o escrita. Esta forma de hacer teología es la que han utilizado los
autores de los libros sagrados de las diferentes religiones del mundo. Se es
conciente de Dios mediante la oración, la conversación, la meditación, etcétera.
En los primeros siglos del cristianismo las personas que poseían una
tradición religiosa judeocristiana hacían teología mediante las analogías y las
metáforas, haciendo énfasis en el aspecto espiritual de la revelación (Escuela de
Alejandría) o en su aspecto histórico (Escuela de Antioquía). En esta época no
había mucha preocupación por la cientificidad de la teología, lo importante era vivir
de acuerdo a la voluntad de Dios e instaurar el Reino de Dios en el mundo.
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En la edad media se hace teología mediante una tesis, una antítesis y una
síntesis. Este método es deductivo. En la misma época se empieza a hablar de la
teología como ciencia, Santo Tomás por ejemplo, afirmaba que la teología era
ciencia porque tenía unos presupuestos (artículos de fe) de donde se llegaba a
unas conclusiones. Fue un gran aporte también las fuentes que propuso Melchor
Cano para hacer teología, entre ellas estaban la experiencia, la historia, la
filosofía, la Biblia, el Magisterio de la Iglesia, los teólogos, etcétera. Luego de la
edad media se destaca el uso del método dogmático, que consistía en proponer
una tesis, y comprobar su veracidad acudiendo sobre todo al Magisterio de la
Iglesia.
En la modernidad ya no se puede hablar de un método en teología sino de
métodos. Hay una diversificación de la teología sobre todo en sus objetos
formales. Se destaca por ejemplo el método genitivo que consiste en partir de una
tesis y luego mirar su evolución en la Biblia, la Tradición y los teólogos. Surge
también un método inductivo, llamado de revisión de vida, el cual es conocido
comúnmente como ver, juzgar y actuar. En Latinoamérica sobresale el método de
la teología de lo político (Teología de la liberación) con su triple mediación, a
saber, la socio-analítica, la hermenéutica y la práctica.
En la FUNLAM se está elaborando una forma de hacer teología llamada
Teología crítica. Está forma de hacer teología invita a los teólogos a arriesgarse a
pensar y a elaborar la teología desde la lectura, conversación y escritura de textos,
además de ser una propuesta transdisciplinar, es también una propuesta
pedagógica que concibe al estudiante como el gestor del conocimiento y no como
un agente pasivo.
2. El ser humano
¿Quién es el ser humano? Para abordar este problema será pertinente
preguntarse por la naturaleza del ser humano y su origen.
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La realidad que nos ocupa ha sido denominada como ser humano. La
humanidad ha sido el fruto de un largo proceso evolutivo. Al ver las grandes
similitudes genéticas que tenemos con otros seres, es evidente que no hemos
aparecido de la nada, sino que somos universo. Somos el fruto de una serie de
cambios cósmicos que han desembocado en la vida. La vida se ha modificado de
tal manera hasta llegar a ser conciente de sí misma y de lo que la rodea. Han sido
millones de años los que han pasado hasta la aparición del ser humano.
El ser humano desde su experiencia explicitada en la tradición teológica
judeocristiana constata que todo este proceso que ha culminado con la aparición
de la persona humana ha sido dirigido por la realidad denominada Dios. Dios ha
creado el universo, ha creado al ser humano. Crear significa organizar. La
experiencia que ha tenido el pueblo de Israel ha sido que Dios ha hecho que
seamos y ha organizado todo, librándolo del miedo de dejar de ser. Dios ha hecho
esto de forma gratuita (Gracia), todas las capacidades y potencialidades humanas
son fruto de la gratuidad de Dios.
El hombre (entiéndase por hombre a la persona humana) es
fundamentalmente bello. Él ha experimentado que es valioso en sí mismo, que es
un misterio asombroso. Esto ha sido expresado con la figura de ser hecho a
imagen y semejanza de Dios. Todos poseemos por el hecho de ser humanos una
dignidad, dignidad que siempre debe ser promovida. De allí que el ser humano
entienda que debe cuidar de sí mismo, de los otros y del cosmos porque todo ello,
y sobre todo el ser humano es valioso.
El ser humano es biológico, esto hace referencia a su materialidad. Ya
hemos dicho que es universo. Cada sujeto es un compuesto organizado de piel,
huesos, cerebro, músculos, nervios, articulaciones, sentidos, etc. También es
psicológico, posee una estructura mental. Decir que el ser humano es Psiqué
significa que posee tres actitudes fundamentales, a saber, la afectiva (afecto), la
cognitiva (cognición) y la conductual (conducta). Esto quiere decir que el ser
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humano se apega, se vincula con otra persona, una cosa o con Dios. Además
tiene la posibilidad de aprehender, de conocer, de comprender la realdad, de ser
conciente de sí mismo, de percibir lo que lo rodea, de hacerse una idea de las
cosas (Lenguaje), de pensar. Por otro lado el ser humano es acción, se comporta
muchas veces de forma estructurada y otras de forma espontánea (libertad). La
libertad es la capacidad que tiene el ser humano de obrar según a su voluntad y
sin determinismo alguno. El ser humano es persona. Ser persona equivale a ser
relación. No es posible existir si no se está en relación. El ser humano es también
trascendente. Esto es, el ser humano va más allá de sí mismo. El hombre ha
experimentado que nada de lo que posee y sabe lo satisface y ha dirigido su
mirada hacia aquello que puede saciarlo, el misterio. La trascendentalidad del ser
humano es la capacidad que el ser humano tiene de dirigirse hacia el infinito, lo
eterno, Dios. Por esta razón se ha dicho en muchas ocasiones que el ser humano
es religioso por naturaleza.
3. El ser humano en su contexto histórico
En este punto no se pretende abordar de forma exhaustiva la temática.
Más bien se quiere dar una visión general a propósito del contexto en el que está
inmerso el ser humano. Hablaremos del contexto colombiano.
Colombia es un país que socioculturalmente ha sido permeado poco a poco
por un fenómeno denominado globalización. Si bien este fenómeno es más
evidente en otros países del mundo no podemos negar que ya es un fenómeno
que permea toda la cultura nacional. La influencia de los medios de
comunicación, nuevas construcciones de conocimiento, un cierto desinterés por
las relaciones duraderas y estables, son características de este fenómeno.
Colombia es un país pluricultural, hay diversidad de personas, razas, tradiciones,
lenguajes, etc., riqueza que está siendo destruida poco a poco por el descuido del
Estado y por la violencia a cargo de movimientos al margen de la ley e incluso por
grupos legales. También es un país con muchas tradiciones morales, religiosas,
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artesanales y deportivas. En Colombia es alarmante la violación continua de los
derechos humanos por parte de todos los miembros del país, desde el que camina
en la calle, hasta las altas cúpulas estatales. Vale la pena mencionar que el
sistema deportivo actual es un sistema que ha fortalecido mucho el deporte de alto
rendimiento (que no es saludable y que es para unos pocos) y ha descuidado
notoriamente el deporte social comunitario y saludable, lo que dice de una cierta
incongruencia constitucional.
Sociopolíticamente el país está siendo dirigido por una política de seguridad
democrática que pretende el fortalecimiento de la seguridad nacional y la
recuperación del territorio nacional por parte del estado. Además se pretende
promover la confianza inversionista y la intervención social. Colombia ha sido
tradicionalmente un país con múltiples problemas a nivel político, como la violencia
entre partidos políticos, la corrupción y los intereses particulares de muchos
gobernantes. Las políticas de salud y educación no han sido prioritarias en este
gobierno, lo cual se hace evidente en la destinación de los recursos para estos
ámbitos de la vida nacional y la crisis actual en el sistema de salud del estado.
El país económicamente no ha crecido mucho en el último año, contrario a
lo que sucede con el sector bancario que ha crecido de forma vertiginosa.
Colombia es un país en el que en el año en curso casi la mitad de la población es
pobre y en el que la tasa de desempleo con relación al año anterior ha crecido.
Cada día los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Los seres
humanos colombianos son seres que paradójicamente son catalogados como muy
felices, pero que padecen y han padecido años de sufrimiento y dolor.
A nivel religioso Colombia es un país que podríamos llamar católico, por lo
menos estadísticamente halando. El magisterio de la Iglesia colombiano es
fundamentalmente de corte tradicionalista y está en su mayoría desvinculado con
las problemáticas más urgentes del país, por lo menos en cuanto a acciones
concretas se refiere.
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4. La realidad llamada Dios
El ser humano a través de la historia ha experimentado una realidad
salvífica para él, en la cual encuentra sentido a su vida y se realiza como persona,
a esta realidad la ha llamado Dios. El pueblo de Israel ha considerado que Dios
es como una fuerza que lo acompaña en cada momento, es la fuerza vital, la que
los hace vivir; a esta fuerza que hace que las cosas tengan vida la ha llamado
Espíritu de Dios.
Hay otra figura que el pueblo de Israel ha utilizado para hablar de Dios, la
figura de Padre. Dios ha sido experimentado como un padre para el pueblo. Esto
se debe seguramente a la importancia que esta cultura le daba a la figura paterna
como figura de autoridad en la familia. El padre era quien transmitía la fe, quien
instruía y quien legitimaba los actos de los niños y las mujeres. Decir que Dios es
padre significa que Dios es el gran cuidador del pueblo, quien da la ley, el fuerte,
el poderoso, quien sostiene al pueblo.
En el Siglo I a.C. surge en Nazaret una persona llamada Jesús. Su
comportamiento causó conmoción en su cultura. A pesar del peligro que
implicaban sus acciones para su supervivencia, él decidió y optó por anunciar que
Dios padre estaba reinando en su pueblo desde siempre. Para mostrar esta
realidad vivió como un hombre justo, dio de comer al hambriento, acogió a los
discriminados como las mujeres, curó a los enfermos, conversó con los
pecadores y denunció las conductas que consideraba que eran contrarias al
proyecto que Dios había tenido para su pueblo. Algunos judíos de la época vieron
en la persona de Jesús la acción de Dios, vieron como Dios actuaba en favor de
su pueblo a través de él, era Dios mismo quien actuaba. Según Jesús de Nazaret,
el medio básico para vivir una salud espiritual es el amor, la opción preferencial
por los pobres, los excluidos, los maltratados, los sufrientes, el anuncio del reinado
de Dios en la vida de todos y el testimonio de este reinado.
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Esta experiencia de Dios se fue extendiendo por todos los pueblos de
oriente medio y se consolidó en lo que se conoce hoy como la doctrina de la
trinidad. Decir que Dios es trinidad significa que el ser humano ha experimentado
a Dios como fuerza de vida, como padre misericordioso y que su acción se ha
hecho evidente también en la persona de Jesús.
5. La revelación y la fe
a. La Revelación. La Revelación no es un dictado que Dios le hace al ser
humano, ni el fruto de un trance, la revelación es la conciencia que el ser humano
tiene de Dios. También es definida como la autocomunicación de Dios hacia el
hombre como fruto de la gratuidad y del amor. Dios se ha revelado y el hombre ha
sido conciente de Él de muchas formas, de allí que la Revelación sea siempre
universal. Dios se ha revelado siempre, todo y a todos. Por la diversidad de
personas en el mundo hay diversidad de experiencias y diversidad de
“revelaciones”, es decir, diferentes experiencias de Dios.
Para los Judíos Dios se ha revelado en la historia como un Dios liberador.
Esa es la gran experiencia del pueblo de Israel. Esa revelación se ha dado a
través de mediaciones como la Palabra, la ley y los profetas. Más tarde los
cristianos consideraron que Dios se ha revelado plenamente en Jesús de Nazaret.
Tradicionalmente las fuentes de la revelación han sido tres, a saber, la
Biblia, la Tradición y el Magisterio. Sin embargo, al considerar que Dios se revela
en cada ser humano, necesariamente hay que afirmar que la gran fuente de la
revelación es la experiencia misma del ser humano, Dios mismo. Culturalmente
hay fuentes que serán más o menos normativas que otras como las que hemos
mencionado anteriormente, pero lo que hay que sostener es que cada fuente es
tan valiosa como la otra y debe ser tenida en cuenta a la hora de hacer teología.
b. La Biblia como fuente privilegiada del cristianismo. Merece una mención
importante una de las fuentes de la Revelación, a saber, la Biblia. La Biblia no es
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un libro de historia, en el sentido moderno del término, sino que es un conjunto de
libros que recoge la experiencia de Dios que ha tenido un pueblo. Allí está
consignada una de las maneras para que el ser humano se realice como persona.
Este libro fue organizado en dos Testamentos.
El primer Testamento recoge la experiencia del pueblo de Israel, como la
liberación de Egipto, la consolidación como pueblo, el surgimiento de sus
costumbres (Torá), o su experiencia en los exilios, la forma en que Dios le hablaba
a través de personajes significativos, y la manera en que podían permanecer en la
justicia y en la fidelidad a Dios (profetas). También consigna textos que muestran
la riqueza poética del pueblo, así como historias que dan cuenta del avance en la
comprensión de Dios y la interpretación de algunos acontecimientos del pueblo
como acontecimientos salvíficos propiciados por Dios (Los escritos).
En el segundo Testamento están consignadas las experiencias de personas
del Siglo I d. C. con relación a Jesús de Nazaret, textos denominados evangelios.
Los evangelios dan cuenta de la buena noticia de Jesús. Algunos evangelios son
muy similares en su estructura (sinópticos), y en general dan cuenta de las
palabras y obras de Cristo. Además de los evangelios que muestran como ser
seguidor de Jesús, hay otros textos en el segundo Testamento escritos en forma
de cartas. Estas cartas dan cuenta de la configuración de la primera comunidad
cristiana, de su doctrina y costumbres (Cartas de Pablo y Santiago, Juan y Pedro).
También hay un texto que pretende consolar a los cristianos del siglo primero
perseguidos por el imperio romano, a saber, el libro de la Revelación o
Apocalipsis.
c. La fe. La fe no es creer en lo que no vemos. La fe es la disponibilidad
que el ser humano tiene para escuchar a Dios y vivirlo en su vida cotidiana.
Los judíos consideraban que la fe era fundamentalmente confiar en Dios a
ejemplo de Abraham. En esta concepción el ser humano debe confiar en que Dios
siempre está presente en su vida y lo acompaña en la historia y en cada
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acontecimiento. Tener fe significa también hacer la voluntad de Dios, es decir,
llevar una vida justa.
Para los cristianos la fe tiene que ver con el seguimiento de una persona,
de Jesús de Nazaret. Seguir a Jesús significa adherirse a él, y prolongar su
misión en el mundo, misión que consiste en el anuncio de la buena noticia y en el
testimonio del Reinado de Dios en la Tierra. Hacer evidente el Reino es mostrar
que Dios está preferentemente con los pobres, los excluidos, los pecadores, las
mujeres, los niños, los maltratados, etcétera.
Durante la historia ha habido una preocupación por la relación fe y razón.
En un principio se creía que ambas realidades eran incompatibles, o que la una
estaba subordinada a la otra. A pesar de ello, hoy se considera que las dos se
complementan. Si entendemos la fe como confianza en Dios y como
disponibilidad para hacer su voluntad y a la razón como el proceso mediante el
cual se organizan las ideas, no hay oposición entre la una y la otra, más bien, son
dos procesos o actividades humanas que dicen de la pluralidad de elementos en
la realidad humana. Ambas realidades son necesarias para el desarrollo integral
de la persona, ambas facilitan su crecimiento y progreso.
6. La escatología
La persona humana es espiritual, esto significa que su vida está dirigida
hacia una realidad que es salvífica y liberadora. La persona es un ser que espera
su realización en Dios. La esperanza es una actitud que caracteriza al ser
humano. Además de esperar el ser humano es libre y responsable de sus
acciones y decisiones.
La vida del ser humano es un proceso de maduración continua, a esto es a
lo que llamamos purgatorio. La purificación de la vida se da en un proceso
continuo de desarrollo fundamentado sobre todo en las decisiones que el ser
humano toma en cada momento. Este proceso de crecimiento implica muchas
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veces incertidumbre y sufrimiento, no como castigo por las acciones, sino como
consecuencia de ellas, cuando el ser humano se desprende de cosas que no son
fundamentales para él y a las cuales estaba apegado sufre.
Es posible también que la persona viva angustiada. La angustia que el ser
humano experimenta en su vida ha sido expresada por la Tradición en la figura del
infierno. El infierno es el estado de angustia que experimenta el ser humano cada
vez que se niega a ser amado y a amar. Está en el infierno quien decide
contradecir la dignidad humana y quien realiza acciones contrarias a lo que se es
y al proyecto que se tiene establecido.
Además de vivir angustiado y en un proceso maduración continua, el ser
humano puede vivir estando bien. El estar bien, el bienestar, es lo que hemos
llamado cielo. Quien se realiza como persona vive en el cielo. El cielo es el
destino del ser humano, todos los seres humanos tienen como destino el cielo y
estarán así si lo desean. Estar bien no depende tanto de las acciones buenas o
malas que se hacen, es más bien un regalo de Dios para el ser humano, regalo
que si se descubre trae a la persona el deseo de vivir conforme a eso que le ha
sido regalado, vivir en el amor, la justicia y el respeto al otro y a la naturaleza.
La muerte no es el fin de la vida sino su prolongación, es la consumación en
el amor de lo que se ha experimentado y decidido hasta entonces. Dicen algunos
que en la muerte se decide el estado en que se va a permanecer de ahí en
adelante, estado de angustia o de bienestar, el proceso de maduración que se ha
iniciado en algún momento llega a su culmen. La muerte es el momento en que el
triste será consolado, el discriminado incluido, el hambriento saciado, el tullido
sanado, es el momento de la resurrección, el momento en que Dios actúa
liberando al ser humano definitivamente de todo lo que lo condiciona, poniéndolo a
su derecha, exaltándolo.
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7. La Iglesia
Jesús de Nazaret fue un judío que instauró una nueva manera de vivir, o
más bien, trató de purificar la forma de vivir en la que estaban viviendo sus
contemporáneos. Su vida era tan atractiva que muchas personas decidieron
seguirlo y anunciar lo que él anunciaba. Este grupo de personas luego de la
muerte de Jesús se fue configurando poco a poco y fue adquiriendo una identidad.
Se empezó a expandir más allá de los confines de Jerusalén.
En el 380 Teodosio hace que el estilo de vida de este grupo de personas
que seguían a Jesús que hasta entonces de denominaba cristianismo, fuera la
religión oficial del Imperio Romano. Esto hizo que la Iglesia (comunidad de
seguidores de Jesús), se extendiera por todo el imperio y fura de obligatorio
seguimiento. Esto hace que muchos cristianos se vean seducidos por el poder y
los excesos que había en las élites del Imperio. Fue el inicio de la perversión del
cristianismo. A esto responden algunos cristianos que se van al desierto para vivir
lo que era el cristianismo en sus inicios. Este tratar de vivir lo que inicialmente
vivió Jesús es lo que dio origen a un estado de vida con la profesión pública y
reconocimiento canónico de los votos (vida religiosa).
Mucho más tarde la Iglesia Universal empieza a diversificarse, dividirse a
causa de las diferencias doctrinales y las luchas de poderes al interior de ella. Y
da origen a las grandes tradiciones cristianas como los ortodoxos, romanos,
luteranos, anglicanos, divisiones dadas en los siglos XI y XVI d. C. A pesar de los
intentos de renovación y de unidad como por ejemplo el Concilio Vaticano II, la
Iglesia de tradición romana insiste en tomarse el poder y demostrar su
superioridad frente a las otras tradiciones lo que se hace evidente aún en la
actualidad.
La Iglesia de Cristo que es una, santa, universal (católica) y apostólica, se
ha pensado de muchas formas a través de la historia, se ha pensado como
sociedad perfecta, cuerpo de Cristo, y recientemente se piensa como Pueblo de
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Dios. Decir que la Iglesia es Pueblo de Dios significa que todos sus miembros
participan de una igualdad de condiciones y están en comunión. Lo que hace que
cada miembro del pueblo (Laico) tenga su particularidad en la Iglesia y
desempeñe una función en ella. No hay mejores o peores funciones, cada
servicio corresponde a un carisma dado por Dios para el bien de la comunidad.
Cabe mencionar también que la Iglesia se ha pensado como madre, a
ejemplo de María. María es la madre de Jesús, es virgen, santa, y comparte con
su hijo la gloria a la que ha sido destinado el ser humano. Ella es considerada
como seguidora de su hijo, cumplidora de la voluntad de Dios, y observadora de
los designios de Dios. Es vista como ejemplo de obediencia, fidelidad y pureza.
La Iglesia como madre y como Pueblo de Dios realiza una serie de
actividades en favor de la humanidad, acciones denominadas pastorales. La
pastoral de la Iglesia está constituida por las acciones que Dios realiza en la
historia a través de su creación. Sobresalen aquellas acciones que promueven la
dignidad humana y denuncian las acciones contrarias al bienestar de los hombres.
8. La liturgia
El ser humano es simbólico. Todo lo que realiza y experimenta está
mediado por el lenguaje. Mediante los símbolos el ser humano se comunica con
otros y expresa lo que ha experimentado de la realidad. Es en el contexto de lo
simbólico donde la liturgia adquiere su significado.
La liturgia es el conjunto de ritos que la Iglesia utiliza para hacerse
conciente, celebrar y vivir el misterio de Dios. El centro de la liturgia cristiana es la
Pascua. Todo lo que la Iglesia recuerda está consignado en el año litúrgico. Este
año es el año de la Iglesia, diferente del año civil. El año de la Iglesia está
conformado por el tiempo ordinario, la pascua, la cuaresma, el adviento y la
navidad. En cada una de estas épocas se conmemora un aspecto específico de la
historia de la salvación.
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La liturgia está ordenada partiendo del cosmos, es el universo y el
movimiento de la luna y las estrellas lo que va indicando la época en la que las
fiestas se realizan. La liturgia de la Iglesia se ha ido configurando a través de la
historia y tiene sus orígenes en la tradición judía, romana y de otras culturas, de
allí ha retomado algunas fiestas y ritos resinificándolos a la luz de la vida y obras
de Jesús.
9. Los sacramentos
Dentro de la liturgia cristiana se contemplan los sacramentos. Los
sacramentos son acciones simbólicas que actualizan, celebran e invitan a vivir lo
que Jesús vivió, a saber, la voluntad de Dios. Algunos sacramentos inician a las
personas en el seguimiento de Jesús, es el caso del bautismo por medio del cual
la persona se adhiere al misterio de Cristo; la confirmación mediante la cual el
cristiano reafirma su compromiso bautismal; y la Eucaristía mediante la cual el
cristiano celebra en comunidad el hecho de que Dios acoge a todos los pecadores
en su seno y los invita a ser fieles a la justicia aún cuando la consecuencia sea la
muerte.
Hay otros sacramentos que ayudan a la perfección del ya iniciado en el
misterio de Jesús. Es el caso de la confesión en donde se celebra el perdón de
Dios; la unción de los enfermos donde se celebra que Dios acompaña al enfermo
y lo consuela; el matrimonio donde se festeja que dos personas se aman así como
Dios los ama a ellos; y el orden mediante el cual la comunidad elige a una persona
para que dirija el proceso espiritual de la comunidad.
El mayor sacramento es el ser humano. La persona humana está
constituida como signo del amor de Dios, signo salvífico que da cuenta de las
maravillosas obras del señor. Ningún ser humano debe ser violentado ya que es
signo visible de Dios, muestra de la presencia permanente de Dios.
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10. Las costumbres
Somos sociables y vivimos en comunidades, en grupos. Nos relacionamos
en cuatro ámbitos: con nosotros mismos, con los otros, con el cosmos y con Dios.
El deseo por seguir siendo ha motivado la formación de reglas y patrones de
conducta que aseguren la supervivencia del género humano, esto es lo que se
conoce como la ética y la moral. De allí que todo aquello que impida el adecuado
desarrollo humano sea contrario a la dignidad humana. Este hecho ha sido
llamado por muchas culturas como pecado, el pecado no es más que atentar
contra la dignidad humana, contra el mandato que ha recibido y que ha asumido
responsablemente de cuidar de sí mismo, de lo otro y de los otros. Hay un pecado
que se ha denominado original. Este concepto ha surgido como la manera de
explicar la razón por la cual el ser humano a pesar de ser bello, en muchos
momentos de su vida tiende al mal, al pecado.
La moral cristiana tiene como gran fundamento la dignidad humana y
defiende en primer lugar la preservación de la vida, sobre todo de la vida humana.
La naturaleza y los animales deben ser igualmente cuidados ya que poseen
también un valor incalculable. Además de la defensa de la vida y la naturaleza es
costumbre promover una adecuada relación sexual entre seres humanos. Las
relaciones entre sexos deben tener siempre presentes que el fundamento de los
vínculos debe ser el amor, el amor que es dado por toda la persona y desde todas
sus dimensiones. La moral sexual del cristianismo nos invita a valorar la
sexogenitalidad como don de Dios, como signo visible del amor de Dios, como
muestra de amor y como gran vínculo de respeto.
Es igualmente importante la moral social. Esta denominación de la moral
tiene que ver con la humanización de la política, la economía, la cultura y la
religión. Cada uno de estos ámbitos humanos son para el hombre y no viceversa.
Ninguna aspiración humana de poder, dinero, prestigio o placer puede contradecir
la dignidad humana, de allí que sea necesario promover un desarrollo humano
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integral, que implica el desarrollo de todo el ser humano y de todos los seres
humanos.
III.
Claves para ser conscientes de Dios
a) Ver al ser humano integralmente y respetar su dignidad.
b) El contexto colombiano deber ser profundizado y es necesario ver la
realidad de una forma crítica.
c) Es fundamental liberar a la teología de las pretensiones de algunas
tradiciones religiosas. Hay que reconocer la valides de las distintas experiencias
de Dios y de las diversas teologías que van surgiendo con el pasar de los años.
d) El espíritu de Dios consuela a los seres humanos a través de su
creación. Que interesante sería consolar al triste y al maltratado.
e) Dios es padre, protector y quien sostiene toda la realidad. El cristiano
debe luchar por seguir siendo conciente del reinado de Dios, esto, mediante la
justicia, la paz, la inclusión social.
f) El seguimiento de Jesús implica comer con los pecadores y vivir conforme
a la voluntad de Dios hasta la muerte.
g) Dios se ha revelado siempre, todo y a todos. Esta realidad debe ser
valorada. Para ello es fundamenta promover una teología del pluralismo religioso.
h) El ser humano se hace más humano cuando está atento a lo que Dios le
va contando en la historia. Es necesario mantener una actitud de escucha
permanente.
i) Nuestras decisiones diarias deben estar orientadas hacia Dios, de modo
que podamos liberarnos cada día de las situaciones angustiantes y alcanzar un
estado pleno de bienestar. Salvarse implica salvar el cuerpo también, y la
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actividad física contribuye a que la vida del ser humano sea cada día más
saludable.
j) Un aspecto importante para la vida del cristiano es la vida en comunidad.
Es en la comunidad donde el ser humano se desarrolla y crece. Es fundamental
que nuestras acciones pastorales estén siempre dirigidas a promover las
relaciones sanas entre todos los miembros del Pueblo de Dios.
k) Es motivo de alegría la celebración continua del amor de Dios. Esta
celebración se hace mediante los sacramentos. De allí que ellos ocupen un lugar
importante en la vida del ser humano.
l) Toda la vida económica, política, cultural y religiosa del ser humano debe
estar orientada por la justicia, el bien común, la paz, la dignidad humana, el amor y
el respeto.
IV.
Bibliografía
Beinert, Wolfgang. (1981). Introducción a la teología. Barcelona: Herder
Biblia de Jerusalén. (1998). Bilbao: Desclée De Brouwer.
Boff, Leonardo. (1981). La Vida más allá de la Muerte. Bogotá: CLAR.
Boff, Leonardo. (1986). La trinidad, la sociedad y la liberación. 2 ed. Madrid:
Ediciones Paulinas.
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realidad que nos interpela. Recuperado el 29 de enero de 2011, de
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