Una revolución que no puede detenerse Superar un

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LATERCERA Domingo 14 de abril de 2013
FRENTE A FRENTE
¿Qué está en juego en las elecciones presidenciales
de Venezuela?
Juan Barreto
David Smolansky
Coordinador nacional del Partido Redes
y ex alcalde mayor de Caracas
Responsable nacional de las Juventudes de Voluntad
Popular y periodista
Una revolución que
no puede detenerse
Superar un sistema
no democrático
L
V
A CRISIS global del capitalismo es el resultado de una formación
social que empobrece a
la naturaleza y explota
a millones de seres humanos a escala planetaria. Vivimos el apocalipsis de un
modelo que ha colonizado con sus
dogmas a los habitantes de la tierra.
La humanidad reclama un nuevo
modelo que supere las mitologías y
chantajes del fracasado y corrupto
modelo neoliberal.
Por eso, la Revolución Bolivariana,
hoy encarnada en Nicolás Maduro,
debe continuar, pues es la garantía
del avance de este marco de integración y paz en el continente. La continuidad del bolivarianismo es garantía de freno a las políticas invasivas
del Imperio y a la embestida del neoliberalismo como doctrina económica imperante en Latinoamérica.
Con el compañero Hugo Chávez se
abrió un período de participación
popular nunca visto, y éste ha permitido la maduración de la conciencia y
el relanzamiento de las luchas del
pueblo a una escala superior, para
avanzar hacia la constitución de
otras formas de organización directa
del Poder Popular que apuntan a renovadas formas y relaciones sociales.
Esto no sería posible si se rompe la
continuidad del proceso. La construcción, de abajo hacia arriba, del
nuevo sujeto social, protagonista del
Estado emergente, debe garantizarse.
Las fuerzas populares revolucionarias jamás deben perder la brújula
sobre la importancia de las tareas
pendientes para la profundización y
radicalización de la democracia directa, el impulso de formas asociativas y productivas alternativas al modelo capitalista dominante, para la
construcción de una nueva hegemonía. Los que levantamos un modelo
de seguridad y defensa de los productores estamos prestos para que no
se pierda el sueño de Chávez.
Chávez no sólo unió al pueblo; incluyó la heterogeneidad de diversas
corrientes y tendencias que enriquecieron el camino que hemos transitado. Su visión permitió un sacudimiento de las instituciones tradicionales, entre ellas la Fuerza Armada.
Elaboró una doctrina estratégica que
redimensiona el papel del aparato
militar del Estado, reconstituyéndolo al servicio del proyecto popular
revolucionario; escribiendo una
nueva doctrina militar, en oposición
a aquellas tesis contrainsurgentes
dictadas por El Pentágono para
América Latina. El resultado es la incorporación de la Fuerza Armada a
grandes tareas estratégicas y coyunturales de la Revolución Bolivariana.
Chávez supo sembrar en la sociedad un nuevo concepto de la mujer,
dándole reconocimiento y poder, sacando a la superficie el problema de
género; asimismo, ha sabido enfrentar con valentía y dignidad todo tipo
de homofobia, racismo, exclusión y
discriminación, permitiendo darles
visibilidad a problemas seculares
Vivimos el apocalipsis de un
modelo que ha colonizado con
sus dogmas a los habitantes de
la tierra. La humanidad
reclama un nuevo modelo.
La continuidad del
bolivarianismo es garantía de
freno a las políticas invasivas
del Imperio y a la embestida
del neoliberalismo.
Con Chávez se abrió un
período de participación
popular nunca visto, que
permitió relanzar la lucha del
pueblo a una escala inédita.
entronizados en nuestra sociedad;
estimulando el reconocimiento de
nuestros pueblos indígenas ancestrales y atendiendo a poblaciones en
riesgo, como nuestros hermanos en
condición de discapacidad. Esto no
puede perderse.
Con Chávez logramos detectar correctamente un conjunto de taras
endémicas de la sociedad venezolana
que vienen siendo superadas con
éxito a lo largo de todo su mandato,
problemas como vivienda, desnutrición, analfabetismo, la necesidad de
médicos en los lugares más desasistidos. Por esto, y por miles de razones
más, la Revolución Bolivariana continuará en su convicción de independencia y soberanía.
ENEZUELA vive hoy
unas elecciones sin
precedentes en
nuestra historia.
Después del fallecimiento de Hugo
Chávez el pasado 5
de marzo, el Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones 30 días después de la desaparición física del presidente, tal como lo indica nuestra
Constitución, pero sólo la fecha de los
comicios fue lo que respetaron los
distintos poderes públicos de mi país,
ya que hemos vivido una campaña
grotesca, abusiva, injusta y represiva.
El candidato del gobierno, Nicolás
Maduro, quien fue canciller de Chávez por más de seis años, fue el elegido por el propio ex presidente para
que lo relevara en el Palacio de Miraflores. Desde ese entonces, ha usurpado el cargo de jefe de Estado, con el
aval del Tribunal Supremo de Justicia, y se ha servido de todas las ventajas de estar en el poder para venderse
como la continuidad de la Revolución
Bolivariana. El uso excesivo de los
medios de comunicación del Estado
para hacer propaganda por Maduro,
la chequera ilimitada que aporta la
estatal Petróleos de Venezuela
(Pdvsa) para hacer campaña y hasta
afirmaciones vergonzosas del ministro de Defensa, Diego Molero, quien
dijo que había que “apoyar a Nicolás
Maduro y darle en la madre a la oposición” en plenos actos fúnebres de
Chávez, representan los principales
obstáculos que hoy enfrentamos desde la oposición.
Sin embargo, contra todas estas adversidades, al mejor estilo “David
contra Goliat”, se presenta nuevamente Henrique Capriles. Quizás
pocos líderes hubiesen aceptado tomar la decisión de aspirar a la Presidencia de la República en Venezuela
bajo las condiciones desiguales que
estamos afrontando. Además, después de haber perdido hace seis meses contra Chávez, cualquier político
podría pensar más en su futuro y sobrevivencia. Pero Capriles se ha desprendido de absolutamente todo.
Representa para los venezolanos el
rescate de la libertad, la justicia y la
paz. Significa para millones la oportunidad de demostrarle al mundo
que un verdadero sistema democrático no son sólo elecciones, sino tam-
bién es la separación y autonomía de
los poderes públicos, la garantía de
los derechos humanos, la transparencia en la gestión pública y el respeto a las minorías.
Capriles también lidera la lucha
contra la mentira permanente. Recordemos que por tres meses al país
nunca se le habló con precisión, claridad ni veracidad de la enfermedad
del caudillo. Además, Capriles tiene
como prioridad atender y buscar solución a los problemas que tenemos
en el país, específicamente la seguridad y la educación. Cuesta creer que
Maduro coloque de primer lugar a los
venezolanos luego que la chequera
petrolera financiara proyectos en
todo el mundo que sumaron más de
La fecha de los comicios fue lo
único que respetaron los
poderes públicos. Hemos vivido
una campaña grotesca, abusiva,
injusta y represiva.
Cuesta creer que Maduro
coloque como prioridad a los
venezolanos. Mientras fue
canciller financió en el exterior
proyectos por más de US$ 70
mil millones gracias al petróleo.
Contra todas estas
adversidades, al estilo “David
contra Goliat”, se presenta otra
vez Capriles. El representa el
rescate de la libertad.
US$ 70 mil millones durante su gestión como canciller. Dinero que bien
se pudo haber invertido para acabar
con la violencia -en Venezuela han
asesinado a más de 180 mil personas
en 14 años- o darles oportunidad de
estudio a más de un millón de niños y
adolescentes que se encuentran fuera
del sistema escolar.
Quebrar un sistema que carece de
rasgos democráticos requiere sacrificios y muchos riesgos. Sin embargo,
si queremos que las futuras generaciones crezcan en nuestro país y
aprendan cómo se recuperó la democracia en Venezuela, empecemos por
escribir la primera página de esa historia el día de hoy.
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