1 Comisión Nº 15: ICP y educación religiosa escolar Nuestra comisión número 15 de “Educación religiosa escolar” ha recibido en todo este tiempo aportes de muy pocas diócesis, incluso algunos de ellos sin relación directa con la temática de la comisión, por ello enviamos a los diferentes miembros los aportes de todos para, nuevamente recolectar impresiones y motivar la lectura de los aportes de los otros. Para nosotros, los coordinadores, esto es ya un signo de lo que ocurre con esta área de la catequesis y un desafío muy grande a enfrentar los días del encuentro que viviremos en Morón. Trataremos de realizar un listado de los basta ya-sombras y tesoros-luces de lo que realizamos en las escuelas propiamente: TESOROS-LUCES: Algunas catequesis vivenciales Momento de encuentro, de compartir experiencias (los alumnos suelen buscar este espacio para mostrarse de otra manera, más abiertos al diálogo…) El momento de encuentro (los alumnos por un momento se muestran muy puros, verdaderos, etc.) Se puede entablar una buena relación, comunicación… El espacio para compartir con los chicos vivencias personales relacionadas al encuentro. Los alumnos tienen necesidad de contar qué les pasa. Oportunidad para acercarse a Dios, Jesús, María… Aprender valores conjuntamente con el aprendizaje escolar. Inculcarle la fe desde pequeños y acompañarlos a lo largo de su crecimiento (desde inicial a secundaria) Darse cuenta que para anunciar al Cristo vivo hay que conocerlo e impregnarse de Él. Necesidad de los alumnos de expresar lo que sienten. La hora de catequesis como un momento de más cercanía entre el docente y el alumno, mediado por Jesús seguramente. Permite a los niños expresar sus propias vivencias. Demuestran interés en las actividades que presenta el libro. Les gusta rezar y pedir por sus seres queridos. Participan comunitariamente de las misas de los primeros viernes en honor al Sagrado Corazón. Se realizan adoraciones eucarística, vía crucis, rosarios, van a procesiones. Una oportunidad para descubrir la necesidad de los hermanos más necesitados y poder dar respuesta organizando campañas solidarias, visitando hogares de niños, de ancianos… Los chicos y sus familias están ahí al alcance de nuestra mano. No tenemos que salir a buscarlos. Tenemos que reconocer en esto, una primera acción del Espíritu Santo en los corazones de esos papás que, teniendo otras opciones, eligieron nuestros colegios para anotar a sus hijos y aprovecharlo. Aunque no exista un compromiso serio de las familias con el crecimiento en la fe de sus hijos la mayoría acompaña la catequesis, siempre que nos les implique mucho esfuerzo. (demasiadas reuniones, misas, actividades fuera del horario escolar, etc). Este acompañamiento se manifiesta especialmente con la celebración de los sacramentos. Generalmente los chicos disfrutan de la catequesis y tienen muy buena relación con sus catequistas. Son momentos importantes las convivencias, los campamentos y el viaje de egresados de 7º, todos con una fuerte impronta catequística. Los tres años de nivel inicial y los siete de primario, dan la posibilidad de un proceso de crecimiento como discípulos – misioneros de Jesús, más fácilmente que en una parroquia. 2 La gracia de los Sacramentos que alcanza a todos los alumnos, porque casi todos elijen recibirlos. Los reclamos de los papás para que haya más Colegios donde se los integre con Formación Religiosa y Catequesis Sacramental y se los prepare para recibir los sacramentos de Iniciación Cristiana. Al ser parte del colegio el seguimiento tiene el marco de la Institución. Muchos alumnos por mucho tiempo, que favorece la relación interpersonal. Mayor contacto con las familias de los alumnos. Una institución que avala y contiene a la formación católica. El compromiso constante de los catequistas. La creatividad frente a la desinformación. Pensar y hacer planes de formación religiosa. Que cada vez se busca más una escuela en clave pastoral. Pensar la escuela como comunidad de fe Existe sentido de pertenencia por parte de la mayoría de los Docentes. Existen equipos de gestión que se reúnen periódicamente, respondiendo al P.E.I., promoviendo y garantizando la identidad institucional. El clima de fraternidad y la calidad de las relaciones humanas que los Docentes viven dentro de las instituciones educativas. Existen instancias de reflexión y perfeccionamiento que ofrecen nuestros colegios periódicamente a todos los docentes. El testimonio entusiasta de los Agentes Educadores, Sacerdotes, Religiosos y Catequistas para entregar el mensaje de Dios. Se propicia la misión compartida y de servicio. Los avances tecnológicos ayudan directamente en la educación de los jóvenes. BASTA YA-SOMBRAS: A los docentes catequistas nos falta formación e instrucción. (fue la sombra que se reiteró en la mayoría de los que participaron en este trabajo). Falta de compromiso docente. Falta acompañamiento familiar. Falta enamorase de Jesús. Falta acompañamiento por parte de los sacerdotes a los niños. No hay acompañamiento familiar en las misas. Muchas veces las familias eligen un colegio parroquial por la cuota, la contención, el nivel académico o la doble jornada, no por la catequesis. Las familias no participan de las actividades que les proponemos, desde la misa con niños, los sábados a las 18, hasta las propuestas puntuales de la Vicaría Arquidiocesana de Niños: peregrinación mariana, misa de todos los niños de la Arquidiócesis, etc. Sólo participan de estas actividades los chicos que se insertan en el grupo parroquial de Aspirantes de ACA, que se reúnen los días sábados. Nuestro mensaje muchas veces se opone a lo que escuchan en los medios y en sus propias casas, con lo que se hace muy difícil lograr que asuman un compromiso profundo y auténtico. El hecho de que nuestra propuesta catequística incluya la celebración de los sacramentos (Bautismo, en caso de que los papás lo pidan, reconciliación, primera comunión y 3 confirmación.) desdibuja un poco la respuesta libre a la iniciativa de Dios. Aunque nunca se impone a los alumnos recibir los sacramentos, generalmente todos lo hacen sin discernir. Que la Catequesis no sea el eje transversal de la Institución. Que Los docentes no se sientan parte de la Iglesia , cuestionen, critiquen y no acompañen los criterios de la misma. Que todavía haya colegios donde los Sacramentos no se realicen en la Parroquia. Falta de coordinación entre las líneas pastorales de la Parroquia y el programa planeado por el colegio. Escasa identificación de las familias con los valores cristianos. Pocos y malos ejemplos, por parte de los adultos de una vida de fe. Falta de adultos responsables para acompañar las actividades extra escolares (campamento, misión, convivencias, etc.) No tener contenidos curriculares claros. No saber nada y que nadie sepa nada de ese tema (contenidos). Que cada escuela haga como pueda en materia de catequesis. La dicotomía entre catequesis y educación religiosa como opuestos. Que se confunda escuela en pastoral con escuela con educación religiosa. Que los contenidos los arme gente que no entiende de educación. Equipos de gestión que no propician ni facilitan proyectos pastorales. Alto índice de voluntariedad en laicos que desempeñan el área. Escases de profesionales de ERE. No se propicia ni se estimula a los docentes al perfeccionamiento específico para el área ERE. Falta de acompañamiento a los docentes en sus realidades personales que repercuten en su labor. Falta de espacios comunes entre los docentes de los distintos niveles de enseñanza para confrontar las propuestas pedagógicas, sociales y de integración. La lectura de los signos de los tiempos resulta un tanto insuficiente ante la complejidad de las circunstancias e ideas existentes. Carencia de estrategias y elementos con los cuales nuestros alumnos puedan enfrentar los antivalores que presenta la sociedad actual. Los medios tecnológicos pueden ser una amenaza si no son bien utilizados en los colegios.