CARTAS AL DIRECTOR La epilepsia tardía Sr. Director. Reconocida desde siempre como muy frecuente, la epilepsia ocupa un lugar aparte entre las enfermedades conocidas por el gran público. Ciertamente, no existe ninguna otra afección que sea objeto de tantos mitos y prejuicios, tan falsos como persistentes. Esta enfermedad incide en toda clase de individuos y no respeta la edad, el sexo, ni la cultura. Lusitanus descubrió la importancia de la existencia de una predisposición que se hereda, como base genética de la epilepsia esencial; en años ulteriores, se comprobó que, junto a esta epilepsia idiopática, los traumatismos, las hemorragias, los tumores, las inflamaciones y otros procesos orgánicos del encéfalo podrían desencadenar –naturalmente con mucha mayor facilidad en los hereditarios predispuestos– el síndrome epiléptico. Ante esta dualidad etiopatogénica se deslindó un gran grupo de epilepsias sintomáticas, originadas por las más diversas afecciones cerebrales (tumores, arteriosclerosis, infecciones, etc.) y otro formado por la epilepsia esencial genuina o idiopática, de etiología ignota, casi exclusivamente heredada y capaz de ser directamente transmitida a los descendientes o, por lo menos, la predisposición a sufrirla. En Cuba se producen 4,7 casos por cada 1.000 habitantes en individuos de 20 años o mayores de esta edad. Con frecuencia, la elección entre la epilepsia juvenil y la de comienzo tardío es arbitraria. Motivados por la alta frecuencia de epilépticos en general y del adulto o de comienzo tardío en particular, nos dispusimos a realizar este estudio en nuestro universo, con el objetivo de precisar la causa y los tipos de crisis más frecuentes en los pacientes con epilepsia de aparición tardía. Este trabajo se basa en el análisis de las observaciones realizadas a 80 pacientes portadores de fenómenos claramente epilépticos y examinados por un neurólogo en los últimos dos años. Todos los pacientes concurrieron espontáneamente a nuestra Consulta de Neurología General o estuvieron ingresados en las salas del Hospital Provincial Docente Saturnino Lora de Santiago de Cuba. Esta casuística trata de representar la experiencia promedio dentro de un Servicio de Neurología y Neurocirugía del país. En primer lugar, se reunieron 94 casos, pero se excluyeron todos los que ofrecían dudas en cuanto a la exacta naturaleza de los ataques (probables cuadros sincopales, histéricos, etc.), así como los que no pudieron estudiarse satisfactoriamente. Todos los pacientes incluidos comenzaron a sufrir crisis epilépticas recurrentes después de haber cumplido los 30 años, edad límite escogida por el servicio para considerarlos de comienzo tardío. A los atendidos en Consulta Externa se les inició o completó el interrogatorio referente a la historia de la enfermedad actual y los antecedentes patológicos, y se indagó especialmente sobre meningoencefalitis, alcoholismo, traumatismo craneal, convulsiones febriles de la infancia, lúes y 640 padecimientos neurológicos en general, tanto del propio paciente como de sus familiares cosanguíneos. Se interrogó además a un conviviente y/o testigo de la crisis. A continuación, se les realizó un examen médico general dirigido a buscar cualquier condición anormal extraneurológica que pudiera causar o contribuir a los ataques. Por último, se llevó a cabo una exploración neurológica completa. Se indicaron análisis de laboratorio que incluían hemograma, glicemia, urea, serología y creatinina. Se realizó, además, electroencefalograma (EEG) intercrítico con registro poligráfico. Las investigaciones contrastadas, angiografía y neumoencefalografía (NEG), se realizaron en el Departamento de Radiología de nuestro centro. A 65 pacientes (81,25%) se les realizó una gammagrafía cerebral empleando indio (In113 ) y tecnecio (Tc99 ) como isótopos. Pudimos realizarle a más de la cuarta parte de nuestra muestra una tomografía axial computarizada (TAC) utilizando los equipos de tercera generación marca Somaton . Con todos estos elementos, se realizó un primer intento de diagnóstico etiológico que en determinados casos resultó claro y evidente. En los pacientes que presentaban alguna anormalidad en el examen físico o en los complementarios, en los que la anamnesis lo recomendaba y en aquellos que se presentaron con determinadas situaciones clínicas (estado epiléptico, hipertensión intracraneal, coma, sangrado subaracnoideo, etc.) se decidió su ingreso para estudio especializado completo. A continuación se discutieron los casos con el colectivo médico hasta llegar a un diagnóstico definitivo. En este sentido, han contribuido también las biopsias, las exploraciones quirúrgicas y las 10 necropsias realizadas. En total estuvieron ingresados 48 pacientes (60%). Los otros 32 individuos (40%) se estudiaron exclusivamente en Consulta Externa. Se realizaron 106 trazados EEG en 80 pacientes; 59 trazados completos de electrocardiograma y 65 gammagrafías cerebral. A 12 pacientes se les realizó un NEG. Se obtuvieron 38 angiografías en 25 pacientes, de las cuales 36 fueron carotídeas. Se realizó TAC a 22 pacientes. Nuestros resultados fueron los siguientes: Frecuencia. Durante los dos últimos años, se atendió en nuestra Consulta de Neurología General a 1.064 pacientes nuevos (591 varones y 473 mujeres). De este total fueron diagnosticados de epilepsia 268 (25,18%), entre los cuales había 80 pacientes con epilepsia tardía. El índice de frecuencia fue de 7,51%. Frecuencia según edad de comienzo y sexo. Se distribuyó a los pacientes en cuatro grupos de edades, divididos por décadas: grupo I: 30-39 años; grupo II: 40-49 años; grupo III: 50-59 años, y grupo IV: 60 o más años. Debemos aclarar que estas edades se refieren a la de comienzo de los ataques y no a la edad en el momento de ser atendidos por nosotros. Grupo I: 21 pacientes (26,25%, 11 varones y 10 mujeres); grupo II: 26 pacientes (15 varones (18,75%) y 11 mujeres (13,75%)); grupo III: 15 pacientes (10 varones (12,50%) y 5 mujeres (6,35%)), y grupo IV: 18 pacientes (12 varones (15%) y 6 mujeres (7,5%)). El sexo masculino siempre tuvo predominio en todos los grupos de edades y constituyó el 60% del total. Etiología. Distribuimos a los pacientes en seis grupos: vascular, tumoral, desconocida, traumática, infecciosa, abiotrófica. En 43 pacientes (53,75%) no fue posible precisar la etiología; son los que forman el grupo de causa desconocida. La distribución por grupos de edades fue la siguiente: grupo I, 14 pacientes; grupo II, 13 pacientes; grupo III, 8 pacientes, grupo IV, 8 pacientes; total: 43 pacientes. Éste ¿Cuál? fue el grupo más frecuente en nuestra muestra. En el mismo no hubo fallecidos. La lesión causal más frecuente en nuestros estudios fue la de tipo vascular con 14 pacientes (17,50%), de los cuales 3 fallecieron (3,75%). La distribución por grupos de edades fue la siguiente: grupo I, 3 pacientes (3,75%); grupo II, 5 pacientes (6,25%); grupo III, 1 paciente (l,25%); grupo IV, 5 pacientes (6,25%). Nueve de ellos corresponden a malformación vascular congénita (64,28%) y los 5 restantes a oclusión arterial de tipo trombótico. La segunda etiología por su frecuencia fue la tumoral ya que se diagnosticó en total a 11 pacientes (13,75%); de éstos, 8 fallecieron y 3 sobreviven. La distribución por edad de comienzo fue la siguiente: grupo II, 5 pacientes (6,25%), edad 40-49; grupo III, 2 pacientes (2,50%), edad 50-59; grupo IV, 4 pacientes (5,0%) edad 60 o más. Tres de ellos corresponden a meningiomas (27,27%), 2 a metástasis carcinomatosas (18,18%) y 6 a gliomas (54,54%). Entre los gliomas: 1 astrocitoma G1, 3 astrocitoma GII, 1 astrocitoma GIII y 1 astrocitoma GIV. Nueve casos fueron de origen traumático, lo cual representa el 11,25% del total, y todos sobreviven. La distribución fue: grupo I, 3 pacientes; grupo II, 3 pacientes; grupo III, 2 pacientes; grupo IV, 1 paciente. Es decir, que de estos 9 individuos, 6 se encontraban por debajo de los 50 años. Seis casos corresponden a trauma craneal cerrado y 3 a trauma craneal abierto. La causa infecciosa se halló en 2 pacientes (2,50%), 1 de los cuales ha fallecido. Por edades, uno se sitúa entre los 30 y 39 años y el otro entre 50 y 59 años. Los 2 casos corresponden a absceso cerebral. El paciente restante del total (1,25%) se denominó de causa abiotrófica y correspondía a una enfermedad de Pick desde el punto de vista clínico, electroencefalográfico y neumoencefalográfico en que se demostró la marcada atrofia cortical que presentaba. Su cuadro demencial fue progresivamente en aumento. Está incluido en el grupo de edad entre 50-59 años. Forma de inicio de la enfermedad. En 51 pacientes (63,75%) del total la epilepsia fue el primer síntoma de una enfermedad del sistema nervioso. Así comenzaron 8 de las vasculares (10%), 8 de las tumorales (10%) y 3 de las traumáticas (3,75%). En las de causa desconocida la epilepsia fue el primer síntoma en 32 pacientes (40,00%). Tipología. Las crisis fueron muy variadas. Un total de 32 pacientes presentaron crisis tonicoclónicas generalizadas de entrada (40%); 5 pacientes tuvieron crisis focales (6,25%), de las cuales 3 (3,75%) fueron sin marcha y 2 REV NEUROL 1999; 28 (5): CARTAS AL DIRECTOR (2,50%) con marcha; el 21,25% padecieron crisis focales secundariamente generalizadas (17 pacientes); 2 enfermos (2,50%) presentaron ausencias largas con automatismo y otros 2 (2,50%), otras ausencias más definidas; también puede observarse que 18 pacientes (22,50%) tuvieron más de un tipo clínico de crisis y las hemos agrupado dentro de las formas mixtas; por último, 3 individuos (3,75%) presentaron crisis sensitivas focales y 1 (1,25%) tuvo otro tipo de crisis no bien definida. Exámenes complementarios. A todos los pacientes se les realizó como mínimo un EEG, pero separamos los enfermos que tenían más de un EEG normal y escogimos aquellos que se correspondían con la crisis clínica. Del total de EEG realizados, sólo 14 fueron normales (17,50%) y 66 resultaron anormales. De estos últimos, 22 presentaban signos de sufrimiento, 28 signos de irritativos y 16 signos de sufrimiento/irritativo. Se realizó NEG a 12 pacientes, con un porcentaje de positividad del 41,67% (4 con tumor y 1 de causa abiotrófica). La anormalidad encontrada fue: 3 pacientes con atrofia cortical y 2 con asimetría de ventrículos. Los 7 estudios normales se realizaron en pacientes de causa desconocida. El angiocarotídeo fue la técnica radiológica de contraste que mayor y más útil información nos brindó; se realizó a 38 pacientes, de los cuales 20 fueron normales (52,63%). Los estudios anormales fueron 7 en tumores (18,42%), 7 en vasculares (18,42%), 3 con hematoma subdural (7,90%) y 1 con un absceso cerebral (2,63%). La TAC de cráneo se practicó en 22 pacientes (27,50%): fue normal en 18 (81,82%) y anormal en 4 pacientes (18,18%). Los 4 pacientes con TAC anormal correspondían 2 a tumores y 2 a lesiones vasculares. Conclusiones: 1.El 7,51% de los casos nuevos atendidos en nuestro servicio sufrían una epilepsia de aparición tardía. 2.La aparición de las crisis ocurrió entre los 30 y 78 años, acumulándose en las dos primeras de estas décadas el mayor número de casos, sobre todo en la segunda, es decir, entre los 40 y 49 años. 3.La etiología demostrable más frecuente fue la vascular (17,50%), seguida de la tumoral (13,75%) y la traumática (11,25%). No fue posible demostrar una etiología precisa en el 53,75% de los casos. 4.El tipo de crisis convulsiva más frecuentemente observado fue la TC generalizada de entrada (40%), seguido de las formas mixtas (22,5%) y las convulsivas focales secundariamente generalizadas (21,25%). 5.La angiografía carotídea y la TAC fueron las pruebas neurorradiológicas más valiosas para el diagnóstico etiológico de la epilepsia de aparición tardía. 6. Las características de los EEG de estos pacientes fueron: el 35% con signos de irritación; el 27,50% con signos de sufrimiento, y el 20% con signos de sufrimiento-irritativo, siempre con un predominio focal. REV NEUROL 1999; 28 (5): J.A. Dorado-Gallego Recibido: 07.09.98. Aceptado: 02.02.99. Servicio de Neurología. Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Saturnino Lora. Santiago de Cuba, Cuba. Correspondencia: Dr. Juan Antonio Dorado Gallego. Calle 7 # 106 alto. Reparto Santa Bárbara. CP 90300 Santiago de Cuba, Cuba. BIBLIOGRAFÍA 1. Liga Francesa contra la Epilepsia. Epilepsias y epilépticos: preguntas y respuestas. Barcelona: Liga Francesa contra la Epilepsia; 1982. p. 25-6. 2. Pedro-Pons A. Patología y clínica médicas. Vol. 4. 2 ed. Barcelona: Salvat Editores; 1969. p. 894-920. 3. Pascual MA. Prevalencia de la epilepsia: un estudio de la población. La Habana: Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, MINSAP; ¿AÑO?. p. 98. 4. Penfield W. 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