La verdadera historia de Jerusalén

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12
VIERNES
24 DE
MAYO DE
LA PALABRA ISRAELITA
2013
CULTURA
N
La verdadera historia de Jerusalén
POR JOYCE
VENTURA
«Jerusalén: la biografía», del historiador londinense Simon Sebag
Montefiore fue incluida por The
Economist en la lista de las mejores publicaciones de 2011. La voluminosa obra de 700 páginas se
encuentra en un lugar destacado
en las librerías de todo el mundo. También en Israel. Esto porque se trata de una fuente
cronológica completísima y sin
sesgo de la historia de Jerusalén
que abarca desde el rey David
hasta la guerra de 1967.
«Jerusalén, foco de lucha entre las
religiones abrahámicas, el santuario
de los cada vez más difundidos
fundamentalismos cristiano, judío y
musulmán, el campo de batalla estratégico de civilizaciones en conflicto, la
primera línea entre el ateísmo y la fe,
el centro de atención de una fascinación secular, el objeto de disparatadas
teorías de la conspiración y de mitos
creados por internet, y el escenario iluminado para las cámaras del mundo
en la era de los canales de televisión
las veinticuatro horas de noticias. Los
intereses religiosos, políticos y
mediáticos se alimentan los unos a los
otros para hacer de Jerusalén la ciu-
O V E D A D E S
en Biblioteca Jaime Pollak Ganz
dad más intensamente
observada en la actualidad, más que nunca antes», y añade el historiador en el prefacio: «En la
actualidad, el conflicto
entre Israel y Palestina es
más intenso y más emocional que cualquier otro
conflicto en la tierra».
Sin embargo, lo anterior es sólo para
contextualizar ya que el libro no busca
entregar una mirada particular ni contingente sino simplemente ceñirse a los
hechos y eso ha permitido que la obra
se valore y se masifique: «mi objetivo
aquí es el de escribir la historia de Jerusalén en su más amplio sentido, dirigida a los lectores en general, sean ateos
o creyentes, cristianos, musulmanes o
judíos, sin ninguna intención o propósito políticos, ni siquiera habida cuenta del conflicto actual».
Cananeos, israelitas,
asirios, babilonios, persas,
macedonios, seléucidas, romanos, bizantinos, cruzados,
sarracenos, tártaros, mamelucos, otomanos, británicos,
jordanos y finalmente israelíes,
fueron conquistando y borrando las huellas de sus predecesores. Destruida y vuelta a
construir, una y otra vez. Cada
guerra, persecución y masacre;
las traiciones, la perversión, la
corrupción, la hipocresía, también los períodos de paz, todo
está en «La biografía».
Sebag Montefiore (Londres, 1965) es descendiente de
Moses Montefiore, banquero y
diplomático inglés de la era
MAREK HALTER
«SARA.
HEROÍNAS DE
LA BIBLIA I».
PLANETA, 2004.
«Durante mucho
tiempo el ciclo de las
estaciones giraba
sobre sí mismo sin
dejarme huella. Un
día seguía a otro, y
mi cuerpo no llevaba la marca del tiempo.
Esta situación duró años y años. Yo no me
llamaba aun Sara, sino Sarai. Se decía de
mí que era la más hermosa de las mujeres,
de una belleza que atemorizaba y atraía a
la vez; una belleza que sedujo a Abraham
la primera vez que me miró; una belleza
que no se marchitaba, turbadora y maldita
como una flor que nunca iba a engendrar
fruto». ¿Cuál es, pues, la verdadera
historia de esta mujer tan hermosa que
acompañó a Abraham, padre del
monoteísmo, por las rutas de
Mesopotamia, Canaán y Egipto? Amante
esposa de un hombre destinado por D’s a
fundar un gran pueblo, Sara sufre todas las
funestas consecuencias ocasionadas por su
esterilidad: la sensación de culpabilidad, el
desprecio, el adulterio, la humillación que
supone que otra mujer sea la madre de su
hijo... Apasionada y conmovedora, Sara es
una de las heroínas más modernas de la
Biblia.
victoriana quien, como relata en el libro, se obsesionó con la reconstrucción
de Jerusalén comprando tierras a los
árabes. De origen sefaradí, fue el primer judío en visitar la explanada de
las mezquitas hasta donde llegó en
1855, a los 75 años, con su más de metro ochenta, montado sobre mulas en
una litera para respetar la ley judía que
prohíbe pisar la montaña sagrada.
Quiso, pero no logró, construir un ferrocarril entre Jaffa y Jerusalén. Construyó un molino para que los judíos
pudieran hacerse su propio pan, el cual
funcionó poco tiempo debido a la falta
de viento, el cual hoy es un símbolo de
su loca lucha por recuperar Jerusalén.
Por estos esfuerzos Montefiore fue el
más famoso y respetado filántropo judío aunque no el más rico. «En un Londres dominado por una rígida moral y
por un hebraísmo evangélico,
Montefiore representaba el ideal de lo
que los victorianos creían que debía ser
un judío: 'ese gran viejo hebreo' escribiría lord Shaftesbury, 'es mejor que
muchos cristianos'».
Hasta ahora el autor Sebag
Montefiore se había abocado a la historia rusa con dos elogiados libros sobre Stalin y Potemkin, sin embargo ha
dicho que «Jerusalén» es para él, como
lo fue para Moses, la obra de su vida.
MAREK HALTER
«SÉFORA.
HEROÍNAS DE
LA BIBLIA II».
PLANETA, 2004.
«Séfora se convirtió
en carne de mi carne.
Le di todo lo que
estaba en mi mano,
sobre todo mi
sabiduría, pues
desde la infancia se mostró más perspicaz
y sensata que sus hermanas. Todos la
tenían en gran consideración, sin celos y
sin reservas. Por desgracia, Séfora tiene la
piel negra. ¿Cómo iban a reconocer su
valía los hombres de Madián, si sus
prejuicios los ciegan más que el sol?»
(Jetro, padre de Séfora, a Moisés). Hace
más de tres mil años, una niña negra es
recogida a orillas del mar Rojo. Lleva por
nombre Séfora, «pequeño pájaro», y el
color de su piel ha decidido ya su futuro:
nadie la querrá por esposa. Sin embargo,
un día, cerca de un pozo, un hombre la mira
como a ninguna otra mujer. Su nombre es
Moisés y huye de Egipto. Amante
apasionada y esposa generosa, Séfora, la
negra, la extranjera, la no judía, tiene en
sus manos el destino de Moisés. Olvidando
sus temores y sus dudas, él comprenderá
gracias a ella el mensaje de D’s y legará a
la humanidad las leyes que, todavía hoy,
protegen a los débiles del poder de los
más fuertes. «Cierto día me pregunté si la
ausencia de mirada femenina en la Biblia
no sería el origen de algunas
interpretaciones erróneas que han
suscitado interrogantes y grandes debates
entre los hombres. Intenté, pues, releer la
Biblia a través de las mujeres. De pronto,
todo cambiaba: los acontecimientos
históricos recuperaban sus sentido, lo
inverosímil se desvanecía». (Marek Halter).
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