EL OJO HUMANO

Anuncio
EL OJO HUMANO
En el ojo humano hay dos lentes convergentes: el cristalino y la córnea. El cristalino es una lente
biconvexa que tiene aprox. un tercio de pulgada (0.846 cm. aprox.) de diámetro. La córnea se encuentra
en la parte exterior del ojo, en frente del cristalino y tiene un poder convergente mayor que éste. El
sistema de lentes córnea−cristalino forma una imagen invertida del objeto que se mira.
El interior del ojo está tapizado por una capa de células sensibles a la luz, los fotorreceptores. Estos
fotorreceptores están conectados a fibras nerviosas, que forman el nervio óptico, y que llevan la
información visual hasta el cerebro. La parte de la retina que tiene mayor concentración de
fotorreceptores y que queda en su centro se denomina fóvea. Allí, cada una de las células está conectada
a una fibra nerviosa. Al alejarse de la fóvea, la densidad de las células receptoras disminuye y una fibra
nerviosa puede estar conectada a varias de ellas.
El ojo trabaja de tal forma que el cristalino y la córnea hacen que la imagen invertida (imagen real),
que se forma sobre la retina se localice lo más precisamente posible sobre la fóvea, para lograr que las
imágenes de objetos a diferentes distancias del ojo puedan ser formadas sobre la fóvea, el cristalino
cambia su forma gracias a pequeños músculos del ojo, de tal manera, que la distancia focal cambia.
Este proceso se conoce como acomodación.
A medida que un objeto se acerca más al ojo, el cristalino se hace más grueso, de tal manera que la
imagen se forme sobre la fóvea, al disminuir la distancia focal del sistema de lentes, córnea−cristalino.
Existe una distancia límite al acercar un objeto al ojo, que se conoce como distancia de punto cercano.
Si esta distancia disminuye, el cristalino no es capaz de acomodarse más y la imagen que se forma es
borrosa, ya que el foco de sistema de lentes se encuentra más allá de la retina, a donde llegan los rayos
de luz antes de formar la imagen claramente.
1
Estructura del ojo
Derecha: La cantidad de luz que entra en el ojo se controla por la pupila, que se dilata y se contrae con este
fin. La córnea y el cristalino, cuya configuración está ajustada por el cuerpo ciliar, enfoca la luz sobre la
retina, donde unos receptores la convierten en señales nerviosas que pasan al cerebro. Una malla de
capilares sanguíneos, el coroides, proporciona a la retina oxígeno y azúcares. Izquierda: Las glándulas
lagrimales secretan lágrimas que limpian la parte externa del ojo de partículas y que evitan que la córnea
se seque. El parpadeo comprime y libera el saco lagrimal; con ello crea una succión que arrastra el exceso
de humedad de la superficie ocular.
El ojo en su conjunto, llamado globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de
diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera. La parte exterior, o la cubierta, se
compone de tres capas de tejido: la capa más externa o esclerótica tiene una función protectora, cubre unos
cinco sextos de la superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente; la capa media
o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la coroides muy vascularizada, reviste las tres quintas partes
posteriores del globo ocular continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación
el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. La capa más interna es la retina, sensible a la luz.
La córnea es una membrana resistente, compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el
interior del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor acuoso) que separa la
córnea de la lente del cristalino. En sí misma, la lente es una esfera aplanada constituida por un gran número
de fibras transparentes dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y
la rodea mediante unos ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos circundantes forman el cuerpo ciliar y esta
estructura aplana o redondea la lente, cambiando su longitud focal.
El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en
el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes, aumentando o
disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo.
Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa (el
humor vítreo) encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del
humor vítreo mantiene distendido el globo ocular.
2
La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a
la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Estas células tienen la
forma de conos y bastones y están ordenadas como los fósforos de una caja. Situada detrás de la pupila, la
retina tiene una pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea
central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa sensorial de la fóvea se compone sólo de células
con forma de conos, mientras que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según
nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes
exteriores de la retina sólo existen las células con forma de bastones.
El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central,
originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta estructura forma el punto
ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz.
Enfoque del ojo
Los rayos de luz que entran en el ojo son refractados, o reflejados, al pasar por el cristalino. En una visión
normal, los rayos de luz se enfocan justo sobre la retina. Si el globo ocular es demasiado ancho, la imagen se
enfoca más cerca que la posición donde está la retina. Esto se llama miopía, es decir, una persona corta de
vista que no distingue con claridad los objetos distantes. La condición contraria se llama hipermetropía; se
produce cuando los globos oculares son demasiado estrechos. En este caso, una imagen enfocada de forma
correcta queda detrás de la retina. Estas condiciones también se pueden dar si los músculos oculares son
incapaces de variar la forma del cristalino para que enfoquen los rayos de luz de forma correcta.
Defectos de la visión
La distancia de punto cercano cambia de acuerdo con la edad. Para un niño pequeño es de 10 cm., para un
adulto joven es de 25 cm. Se conoce como presbiopía.
Otros defectos comunes de la visión son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Las personas que
sufren de miopía no tienen problemas para ver objetos cercanos, pero no pueden ver claramente objetos
lejanos. Esto se debe a que la forma del ojo es tal, que su profundidad es mayor que la máxima distancia focal
que el sistema de lentes córneas−cristalino puede alcanzar. Así, los rayos de luz provenientes del objeto ya
han divergido un poco cuando alcanzan la retina y la imagen que se forma es borrosa. A medida que el objeto
se acerca más al ojo, la imagen se forma más allá del foco hasta que los rayos de luz alcanzan la retina.
3
Las personas con hipermetropía tienen una distancia de punto cercano más grande que la normal, y por lo
tanto pueden ver objetos lejanos con claridad pero los objetos cercanos no. En este caso, la distancia focal es
mejor que la profundidad del ojo y los rayos de luz alcanzan la retina antes de converger. El cristalino se
acomoda permitiendo que los rayos de luz provenientes de objetos lejanos se curven lo suficiente para que la
imagen se proyecte en la retina. Al ir acercando el objeto al ojo, el poder de acomodación del cristalino va
disminuyendo y los objetos cercanos se ven borrosos.
Finalmente, el astigmatismo se presenta cuando la curvatura del sistema de lentes no es la misma en todas las
direcciones. Por ejemplo, cuando la curvatura de izquierda a derecha es distinta que la curvatura de arriba
hacia abajo, la luz que viene de los lados converge en un punto distinto al punto de convergencia para luz
proveniente de arriba y abajo.
Estos defectos se pueden corregir cambiando la distancia focal del sistema de los ojos colocando otro lente
con el número de dioptrías apropiado. La forma de determinar la nueva distancia focal es tomando el inverso
de la suma del número de dioptrías del nuevo lente, con el del sistema córnea−cristalino. Si el nuevo lente
tiene un número positivo de dioptrías, la distancia focal resultante es menor. Si el número de dioptrías es
negativo, la distancia focal aumenta.
Movimiento del ojo
Sólo un objeto cuya imagen se sitúe en el centro de la retina (región de la fóvea) estará enfocado. Por
tanto, es necesario un control preciso de la posición de los globos oculares. Seis músculos trabajan en
grupo para mover los ojos arriba, abajo, en sentido central o nasal, en sentido lateral, temporal o en
rotación. Estos músculos permiten enfocar unos 100.000 puntos diferentes del campo de visión
4
Documentos relacionados
Descargar