RELACIÓN ENTRE NUTRICIÓN Y EL SISTEMA INMUNE DE LAS AVES DE CORRAL DOUG KORVER BSA, MS, PhD Department of Agricultural, Food and Nutritional Sciences 4-10 Agriculture/Forestry Centre University of Alberta, Edmonton, AB T6G 2P5. Canada [email protected] Traducción Néstor Mondragón. MV., MSc. Universidad Nacional de Colombia I. Introducción: Los nutrientes juegan un papel importante en la protección del hospedero frente a patógenos invasores. Las deficiencias y excesos de nutrientes pueden afectar la función inmune, por lo general de una manera negativa. Sin embargo, ciertos nutrientes son capaces de modular la función del sistema inmune de una manera selectiva a través de una variedad de mecanismos. En este documento se analizará el efecto de la respuesta del sistema inmune respecto al estado nutricional y a las necesidades de los animales y se revisarán algunos ejemplos del impacto que tienen nutrientes específicos sobre la función inmune. II. Sistema Inmune de los Pollos: A pesar de los grandes avances que se han producido en los últimos años en área de nutrición de aves de corral, el campo se mantiene rezagado al compararlo con la inmunología en mamíferos. La disponibilidad de reactivos, kits de pruebas y modelos en mamíferos tales como los ratones ha permitido avances rápidos en el conocimiento de la inmunidad. Aunque los pollos no pueden ser considerados como Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 "ratones con plumas", los principios, si no los mecanismos exactos se pueden deducir de la inmunología de mamíferos. Los recientes avances tecnológicos y el aumento de la disponibilidad de reactivos aviares y la secuenciación del genoma del pollo han permitido recuperar algo de terreno a la inmunología aviar. Sin embargo, se puede aprender bastante acerca de los resultados, si no exactamente de los procesos de inmunidad aviar al revisar la literatura de mamíferos. La respuesta inmune se puede dividir en dos componentes básicos (Korver, 2012). Hay mecanismos de defensa no específicos, que protegen al hospedero mediante la exclusión de agentes patógenos o mediante la creación de condiciones dentro del hospedero que promueven un entorno inhóspito para una amplia gama de patógenos. Las barreras para evitar la entrada y la supervivencia de patógenos incluyen la piel, la mucosa del tracto gastrointestinal y moléculas tales como aglutininas, precipitinas, proteínas de fase aguda, lisozima, etc. Estos mecanismos actúan de forma no específica ya que no están dirigidos contra patógenos específicos de tal manera que una gran variedad de patógenos pueden inducir respuestas similares. Una vez que el patógeno ha entrado al hospedero, la respuesta inicial es de tipo inflamatorio. Debido a que esta respuesta no es específica, los efectos a menudo son sistémicos afectando todo el cuerpo. La fiebre, caquexia y anorexia son ejemplos de subproductos de la respuesta inflamatoria que tienen efectos sistémicos. La respuesta inmune innata es la primera línea de defensa para el ave (Erf, 2004) y durante la primera semana de vida del pollito, este tipo de respuesta es particularmente importante debido a que la inmunidad adaptativa (el otro tipo de inmunidad) aún es funcionalmente inmadura (Crhanova et al, 2011;.. Bar-Shira et al, 2003). Entre las células implicadas en la respuesta no específica están las células asesinas naturales (Natural Killer, NK) y células pro-inflamatorias tales como macrófagos, monocitos y heterófilos (Andreasen et al., 1993). La respuesta inflamatoria resulta en una serie de respuestas inmunológicas, de comportamiento, vasculares y metabólicas (Kogut, 2000;. Gray et al, 2013). La suma de estas respuestas resulta en una tasa de crecimiento más lenta, pérdida de músculo esquelético, disminución Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 del apetito, morbilidad y posiblemente mortalidad. La mortalidad es a menudo debida a los efectos de los mediadores de la inflamación producidos por el hospedero, más que por el patógeno mismo. Esto se evidenció al usar lipopolisacáridos bacterianos (LPS) para inducir una respuesta inflamatoria. En dicho modelo, los componentes de la pared celular bacteriana imitan los efectos de la infección bacteriana, a pesar que el LPS es estéril. El hospedero reconoce el LPS como extraño (Kumar et al., 2013) y monta una respuesta inflamatoria, a pesar que no si no respondiera no tendría efecto perjudicial en el hospedero. La respuesta inflamatoria puede resultar en una disminución drástica en la productividad de los animales y al parecer los antibióticos reducen al mínimo la necesidad de la respuesta inflamatoria hacia las bacterias (Roura et al, 1992.). Posterior a la respuesta inflamatoria, los animales pueden mostrar crecimiento compensatorio, tiempo durante el cual se pueden incrementar las necesidades nutricionales del animal. El segundo aspecto de la respuesta inmune es la respuesta específica, en la cual moléculas complejas como las inmunoglobulinas se producen para responder a un antígeno muy específico. Entre las defensas específicas empleadas por el hospedero están la respuesta humoral (inmunoglobulinas producidas por los linfocitos B; Scott, 2004) y la respuesta celular (mediada por células T; Erf, 2004). Esta respuesta es mucho más centrada, por lo tanto, en términos de nutrición, la acción del sistema inmunológico no tiende a mostrar un efecto directo significativo sobre el hospedero. De acuerdo a lo discutido previamente, las necesidades nutricionales de las células implicadas en las respuestas específicas son mínimas en comparación con las alteraciones en el metabolismo y la demanda asociada a una respuesta de tipo inflamatorio. Gran parte de la investigación en el área de la interacción entre inmunidad y nutrición está dirigida a modular las respuestas inmunes de tal manera que la respuesta específica sea la predominante en vez de la respuesta de tipo inflamatorio. III. Interacciones entre Nutrición e Inmunidad: La nutrición y la inmunidad pueden influir una sobre otra. Estas interacciones pueden ser directas o indirectas, en las que un nutriente en particular puede tener un Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 efecto directo sobre la función de un tipo de célula, o sobre la respuesta a un estímulo. Un ejemplo de un efecto indirecto es la selección de las aves para aumentar la tasa de crecimiento, lo cual repercute en un cambio de las necesidades nutricionales para la óptima función inmune o el cambio de la partición de nutrientes entre los procesos de crecimiento y otras funciones metabólicas tales como la inmunidad. IV. Impacto Indirecto de la Nutrición sobre la Respuesta Inmune: La selección genética de los pollos ha provocado un drástico aumento en la tasa de crecimiento y rendimiento de carne de pechuga (Schmidt et al., 2009). El aumento de la proporción de ingesta de nutrientes destinada al crecimiento y desarrollo muscular puede a su vez haber llevado a la disminución de los nutrientes disponibles para otras funciones fisiológicas tales como la inmunidad (Rauw et al., 1998). Parece que existe una correlación negativa entre la tasa de crecimiento en pollos de engorde y ciertos aspectos de la inmunidad en las aves de corral (Yang et al, 2000;. Qureshi y Havenstein, 1994;. Cheema et al, 2003). Al seleccionar las aves de corral para altas tasas de producción, se puede estar induciendo estrés metabólico en el animal y hacer que los animales de alta producción sean más propensos a las enfermedades infecciosas. Para evaluar lo anterior se realizó un estudio para comparar el efecto de un modelo experimental de desafío de celulitis en tres líneas de pollo de engorde: una línea de pollos de engorde que no había sido seleccionada para el crecimiento desde el año 1957 (aves 1957), una línea no seleccionada desde el año 1977 (aves 1977) y una línea de pollos de engorde comerciales de 1998 (aves 1998) (Inglis y Korver, datos no publicados). Debido a que se esperaba que la ingestión voluntaria variara bastante entre las tres líneas y que el nivel de consumo de alimento puede influir en la función inmune (Klasing, 1988), se realizó restricción alimenticia de acuerdo al nivel de consumo de la línea de pollo de engorde de 1957 a la mitad de las aves dentro de cada tratamiento y a la otra mitad de las aves de cada tratamiento se les permitió consumir alimento ad libitum. Cuando el peso corporal promedio de las aves dentro de cada tratamiento alcanzó aproximadamente 1,2 a 1,4 kg, la mitad de las aves Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 dentro de cada tratamiento fueron inyectadas con una cepa de Escherichia coli aislada de casos de campo de celulitis. La otra mitad de las aves de cada tratamiento fue inyectada con solución salina estéril. Entre las aves alimentadas ad libitum, las aves 1998 mostraron una reducción aproximada del 10% del peso corporal en cada una de las 2 semanas posteriores al desafío con E. coli. La tasa de crecimiento de las aves 1977 alimentadas ad libitum no se vio afectada por el desafío de E. coli. Las aves 1957 alimentadas ad libitum no mostraron reducción en la tasa de crecimiento en la primera semana post desafío, sin embargo en la siguiente semana mostraron una reducción aproximada del 50%. Pasadas las dos semanas posteriores al desafío, ninguna de las líneas mostró diferencia alguna en la tasa de crecimiento al compararlas con las aves de cada tratamiento que no fueron desafiadas (Figura 1). Figura 1. Cambios en la ganancia semanal de peso para los tratamientos de alimentación ad libitum en relación a los tratamientos de desafío (inyección de E. coli = E) y placebo (inyección de solución salina = S). Las inyecciones fueron administradas dos días antes de la medición del peso corporal para esa semana. Las letras a, b, x, y, hacen referencia a diferencias significativas entre los tratamientos desafío y placebo dentro de las diferentes líneas de pollo (P< 0.05). Al restringir el consumo de alimento de las aves 1957, se presentó una diferencia marcada en el efecto de la infección por E. coli al compararlas con las aves Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 alimentadas ad libitum. Las aves 1957 que fueron “restringidas”” mostraron una respuesta similar a las aves alimentadas "ad libitum" - una reducción aproximada del 50% en la tasa de crecimiento en la segunda semana después del desafío. Esto no es sorprendente debido a que el nivel de consumo de alimento fue el mismo entre los dos grupos. Sin embargo, las aves 1977 mostraron una reducción del 17% en la tasa de crecimiento debido a la infección por E. coli en la segunda semana de post infección. Las aves 1998 mostraron sólo una reducción del 3% en la tasa de crecimiento debido a la infección (Figura 2). Figura 2. Cambios en la ganancia semanal de peso para los tratamientos de aves con restricción alimenticia en relación a los tratamientos de desafío (inyección de E. coli = E) y placebo (inyección de solución salina = S). Las inyecciones fueron administradas dos días antes de la medición del peso corporal para esa semana. Las letras a, b, hacen referencia a diferencias significativas entre los tratamientos desafío y placebo dentro de las diferentes líneas de pollo (P< 0.05). La interleucina-1 (IL-1) es una citoquina que regula la fiebre, caquexia y muchos otros aspectos de la respuesta inflamatoria sistémica. En un experimento similar, la línea de pollos de engorde 1998 mostró células T con una capacidad de respuesta a la IL-1 significativamente mayor al compararla con las líneas no seleccionadas (Figura 3). Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 Estos resultados sugieren que en el pasado, la selección genética para la tasa de crecimiento pudo haber aumentado la susceptibilidad a las enfermedades infecciosas y que gran parte de este efecto estuvo asociado con el aumento en el consumo de alimento de los pollos de engorde comerciales modernos. Las líneas de pollos de engorde modernas tuvieron una capacidad de respuesta mucho mayor a la IL-1, lo que indica que el equilibrio de la inflamación sistémica después de una exposición a las bacterias ha cambiado con la selección genética para el rendimiento. Figura 3. Índice de proliferación de células T para células obtenidas de aves de cada línea en respuesta a la estimulación con citoquinas producidas por una línea de macrófagos aviares (HD11) estimulada con Staphylococcus aureus inactivado por calor. Las letras a,b denotan diferencias significativas (P<0.05). La buena noticia para la industria avícola es que es posible seleccionar tanto para aumentar la tasa de crecimiento como para el aumento de los índices de la función inmune. Los criadores de las casas matrices de las líneas comerciales han incorporado los aspectos de salud y viabilidad así como la productividad y la eficiencia en sus criterios de selección (D. Emmerson, Aviagen Inc., comunicación personal). Esto ha resultado en el aumento continuo de la productividad y la Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 eficiencia, así como la reducción de la incidencia de enfermedades metabólicas e infecciosas de las aves modernas. Desde 1998 han disminuido sustancialmente las enfermedades infecciosas como la celulitis, enfermedades metabólicas tales como la ascitis, defectos esqueléticos y el síndrome de muerte súbita en pollos de engorde comerciales, incluso cuando la tasa de crecimiento y la eficiencia de los pollos de engorde modernos sigue en aumento año tras año. V. Modulación nutricional directa de la función inmune Numerosos estudios a lo largo de los años han evaluado la influencia de varios nutrientes sobre diferentes aspectos de la función inmune. Es importante tener varias cosas en mente al examinar la literatura. El concepto de la modulación inmune puede definirse como: El suplemento de un nutriente que va más allá de los requisitos para el crecimiento, pero por debajo del nivel tóxico y que altera algún aspecto de la función inmune. Esto podría incluir nutrientes para los que no hay requisito específico (por ejemplo, la cantaxantina, el ácido linoleico conjugado, etc). Muchos estudios que han investigado supuestos nutrientes "inmunomoduladores" han suplementado estos nutrientes en niveles muy por debajo o por encima de los requerimientos y han interpretado en algunos casos los cambios de la función inmune como "inmunomodulación". Sin embargo, se debe tener cuidado en la evaluación de estos estudios, porque por lo general indican que la función inmune "óptima" se puede obtener al suplementar el nutriente probablemente de la manera en que ya son suplementados por la industria. Por lo tanto, no hay ningún beneficio extra en la adición de un nutriente en particular a un nivel que ya es suficiente en la dieta. Para que haya un beneficio, la industria necesita información sobre los nutrientes que le confieren un beneficio adicional a una dieta nutricionalmente completa. El propósito de este trabajo no es hacer una revisión exhaustiva de todos los nutrientes que pueden ser utilizados para modular la inmunidad en las aves de Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 corral. Más bien, se utilizarán ejemplos para ilustrar las formas en que algunos nutrientes específicos pueden ser utilizados por la industria. Es importante darse cuenta que las dos ramas de la inmunidad (innata y adquirida) trabajan juntas para proteger al huésped, están en equilibrio entre sí y que muy a menudo los factores que aumentan la función de una rama del sistema inmune tendrán el efecto opuesto sobre la otra (Anderson y Fritsche, 2002). VI. Ácidos Grasos Unos de los nutrientes inmunomoduladores ampliamente estudiados en la alimentación de aves de corral son los ácidos grasos. Aunque la alimentación de pollos con ácidos grasos poliinsaturados n-3 como el aceite de pescado aumentaron la expresión de citoquinas pro-inflamatorias después de un desafío inflamatorio (Sijben et al., 2003), los efectos sistémicos de la inflamación en los pollos tales como la reducción de la ingesta de alimento y de la tasa de crecimiento son suprimidos por el aceite de pescado de la dieta (Korver et al., 1997). El suplemento de ácidos grasos poliinsaturados n-3 (aceite de lino o aceite de pescado) aumentó la cantidad de anticuerpos contra la albúmina sérica bovina en las yemas de gallinas ponedoras al compararlas con gallinas alimentadas con grasa animal (Selvaraj y Cherian, 2004). Sin embargo, Sijben et al (2001) informaron que el ácido linolénico aumentó los anticuerpos contra la hemocianina de lapa de ojo de cerradura (molusco bivalvo), pero sólo cuando se suplementa en bajos niveles de ácido linolénico más que con altos niveles de ácido linoleico. Contrariamente, en el mismo estudio, los anticuerpos contra Mycobacterium butyricum se incrementaron cuando el ácido linolénico se suplementó en altos niveles, pero no con los bajos niveles. Por lo tanto, los ácidos grasos n-3 de la dieta pueden tener un efecto neto positivo sobre la producción de las aves de corral ya que pueden mover la respuesta inmune hacia una respuesta más dirigida y localizada, de esta manera reduciendo los efectos sistémicos. Aunque los ácidos grasos n-3 son claramente inmunomoduladores, la respuesta exacta a esperar puede ser dependiente del tipo de ácido graso n-3 (cadena larga vs. cadena media), y la composición de ácidos grasos del resto de la dieta. Otro ácido graso inmunomodulador es el ácido linoleico conjugado (CLA; Cook, Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 1993). Los pollos de engorde alimentados con mayor nivel de CLA (hasta el 1% de la dieta) han incrementado los niveles de proliferación de linfocitos después de la estimulación con concanavalina A o lipopolisacáridos, reducido la prostaglandina sérica y el número de células mononucleares de sangre periférica, así como aumentado la respuesta de anticuerpos primaria y secundaria a glóbulos rojos de oveja (Zhang et al., 2005b). Por lo tanto, el CLA parece aumentar la inmunidad mediada por células y la humoral, mientras que hay disminución de los aspectos relacionados con la inflamación. Esta última observación es apoyada por Cook et al., (1993), quienes informaron que en los pollos alimentados con 0,5% de CLA se había reducido la supresión del crecimiento después de la inyección de lipopolisacárido de E. coli. La inclusión de mayores niveles de CLA (hasta 10% de la dieta) no tuvo efectos similares (Zhang et al., 2005a). VII. Minerales En la literatura se ha reportado que muchos minerales pueden afectar la función inmune en pollos. Es evidente que existe una relación entre la inflamación y la inmunidad. Un ejemplo es cuando el hierro y el zinc son retirados de la sangre y se almacenan en tejidos tales como el hígado y el bazo del hospedero después de la infección, como un medio para limitar el crecimiento de patógenos (Blackmore et al., 2006). Por el contrario, los niveles de cobre aumentan en el plasma después de un desafío inflamatorio (Blackmore et al., 2006), probablemente debido a los efectos antibacterianos de este elemento. Sin embargo, estos minerales no son buenos candidatos como inmunomoduladores debido a que los efectos de los cambios en los niveles de la dieta sobre la función inmune generalmente sólo se observan cuando se suministran en niveles deficientes o excesivos al compararlos con los niveles comerciales típicos de la dieta. Además, la respuesta a los niveles deficientes o excesivos en términos de la función inmune generalmente se considera perjudicial para la salud del ave. El selenio (Se) es un mineral que potencialmente puede ser inmunomodulador. Aunque una deficiencia de Se reduce la eficiencia de eliminación de patógenos de las células fagocíticas (Arthur et al., 2003), hay algunos indicios que la adición de Se Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 a niveles de hasta 400 mg / kg de dieta, aumenta la tasa de proliferación de linfocitos de una manera lineal (Rao et al. , 2013). El efecto del Se en la función inmune puede ser mediado a través de su papel en la protección antioxidante, ya que con una mayor protección antioxidante el hospedero puede incrementar la producción de las especies reactivas de oxígeno (ROS), que son utilizadas por el sistema inmune para destruir los organismos invasores (Huang et al., 2012) VIII. Vitaminas y compuestos relacionados Tanto la vitamina E como la vitamina A están involucradas en la protección antioxidante de los tejidos (Surai, 1998; 2000). Como tales, pueden jugar un papel similar al del selenio en permitir el aumento de los niveles de ROS por parte del sistema inmune, de esta manera ofreciendo una mayor protección de las propias células del hospedero contra estos compuestos altamente reactivos. Dentro de un rango, la vitamina A o vitamina E pueden aumentar la producción de anticuerpos y proliferación de células T, aunque el exceso de vitamina A puede reducir la resistencia a la infección por E. coli (Sklan et al., 1994, Friedman et al., 1991). Del mismo modo, el aumento de la vitamina E en pollos de engorde de 0 a 50 UI / kg de alimento, da como resultado el aumento de los títulos de anticuerpos contra el virus de la bronquitis infecciosa, sin embargo el suplemento adicional no tuvo ningún efecto (Leshchinsky y Klasing, 2001). De hecho, la respuesta de anticuerpos a glóbulos rojos de oveja disminuyó a medida que la vitamina E se incrementó de 50 UI / kg a 100 y 200 UI / kg (Leshchinsky y Klasing, 2001). El suplemento de luteína a las reproductoras pesadas o a los pollos de engorde resultó en pollitos con efectos sistémicos reducidos de la inflamación después de la inyección de lipopolisacáridos de Salmonella typhimurium (Koutsos et al. 2006). La luteína de la dieta aumentó la respuesta de anticuerpos secundaria a vacunación con virus de la bronquitis infecciosa (Bedecarrats y Leeson, 2006). Otros carotenoides que pueden influir en la función inmune en las aves de corral incluyen cantaxantina (Zhao et al., 1998), la astaxantina (Waldenstedt et al., 2003) y la curcumina (Rajput et al., 2013), entre otros. Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 IX. Conclusiones El sistema inmune es esencial para la supervivencia de un animal cuando hay un riesgo de exposición a potenciales agentes patógenos. En el contexto de la producción de aves de corral, esto significa que la reducción en el uso de antibióticos promotores del crecimiento o su eliminación en las prácticas de producción de aves de corral forzará a una mayor dependencia en el sistema inmune del ave para prevenir enfermedades de tipo bacteriano. La inmunidad innata y la adquirida trabajan juntas para proteger al hospedero. Cada uno de estos aspectos de la inmunidad puede ser manipulado por los nutrientes en la dieta. Varios nutrientes pueden causar disminución de la función inmune cuando están presentes en niveles deficientes o excesivos. Sin embargo, el concepto de "inmunomodulación nutricional" para aumentar la salud de las aves requiere que el suplemento de un nutriente en particular, dentro del rango de requisitos mínimos y toxicidad, tenga un efecto específico, predecible y en la mayoría de los casos beneficioso sobre la salud de las aves o de la productividad. Varios nutrientes para los que no hay requisito nutricional establecido (por ejemplo, ácidos grasos poliinsaturados n-3, pigmentos carotenoides, etc) también pueden ser utilizados para lograr la inmunomodulación nutricional. Los sistemas de inmunidad innata y adquirida están en equilibrio entre sí y se comunican para coordinar la respuesta inmune. La regulación en alta de uno de las ramas del sistema inmunitario a menudo regula a la baja la otra rama del sistema inmune. Por lo tanto, cualquier plan para utilizar la inmunomodulación nutricional se debe hacer con una conciencia de los desafíos inmunológicos que probablemente el ave enfrentará y una comprensión de las posibles consecuencias negativas. Los pollos de engorde se han seleccionado para una tasa de crecimiento rápido y en el pasado, esto pudo haber dado lugar a una selección involuntaria contra la función inmune, particularmente la inflamación. Sin embargo, los programas más recientes de selección genética por parte de las casas matrices han adoptado un enfoque más equilibrado de tal manera que la salud y calidad de vida de las aves se han Memorias II Seminario de Nutrición Avícola - AMEVEA Bogotá, Colombia. 12 y 13 de Septiembre de 2013 convertido en importantes criterios de selección, además del crecimiento, producción de carne, y la eficiencia. Referencias: Anderson, M. and K.L. Fritsche, 2002. (n−3) fatty acids and infectious disease resistance. J. Nutr. 132:3566–3576. Andreasen Jr., J. 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