Leon de Dios - Saulo Villatoro

EL GRAN LEON DE DIOS
Es uno de los personajes más intrigantes y controversiales de la historia. Y quizás sea el hombre
que más ha influenciado el pensamiento y la cultura del mundo occidental. Era abogado, Fariseo,
teólogo y rabino judío. Pero quizás sea mas conocido en el mundo por haber sido comisionado
ha ser El Apóstol de los Gentiles. Me refiero a San Pablo.
Nacido Shaul de Tarshis en la provincia griega de Cilicia. Su madre, según se cree, fue Débora
bas Shebua una mujer llena de gracia, con una bella sonrisa y muy culta; ella recibió su
educación de tutores privados en la ciudad de Jerusalén. Su padre Hillel ben Barush era un
erudito judío, miembro de la secta de los fariseos. Ella era griega, el un judío devoto.
Cuando Shaul ben Hillel, mas conocido como Saulo de Tarso, creció, fue enviado a Jerusalén
para continuar su educación. Allí, según sus propias palabras, fue educado a los pies de Gamaliel
un eminente rabino. Gamaliel era un teólogo distinguido entre los fariseos y muy respetado por
los judíos de todos los tiempos ya que por su erudición, tubo la oportunidad de participar en la
redacción del Talmud, el segundo libro sagrado del judaísmo. Era también un doctor de la ley y
miembro distinguido del Sanedrín, el tribunal supremo judío.
El Dr. Lucas nos da una reseña de la personalidad de gamaliel: “Levantándose en el concilio un
fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado por todo el pueblo, mando que sacasen
fuera por un momento a los apóstoles, y luego dijo; Varones israelitas, mirad por vosotros lo
que vais a hacer respecto de estos hombres. Porque antes de estos días se levanto Teudas,
diciendo que era alguien. A este se unió un numero como de cuatrocientos hombres; pero él fue
muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Después de este, se
levanto Judas el galileo, en los días del censo, y llevo en pos de sí a mucho pueblo, pereció
también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. Y ahora os digo: apartaos de estos
hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas
si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis talvez hallados luchando contra Dios.” Hch. 5:3439. Este pasaje nos da in vislumbre de la sabiduría y el temor a Dios de Gamaliel.
Al igual que su maestro, Saulo de Tarso llego a ser un distinguido rabino y doctor de la Ley y
posiblemente miembro del Sanedrín, el cual estaba constituido por 71 miembros. Saulo hablaba
perfectamente el Griego, el Hebreo, el Arameo y posiblemente el Latín.
Saulo nació entre los años 5 y 15 del primer siglo. Era de baja estatura, calvo y con una apariencia poco agradable. Su nombre fue cambiado al Latín Paulus y al Griego Paulos, que
transliterado es Pablo. Su celo religioso le impulso a perseguir y encarcelar a los seguidores del
Camino, como se les llamaba a los cristianos en aquellos días. Saulo los odiaba ya que
consideraba que eran miembros de una secta hereje del judaísmo.
Con este propósito y con cartas del sumo sacerdote y del Sanedrín, Saulo se dirige a Damasco, la
capital de la provincia de Siria, alrededor del año 35 de nuestra era. Allí esperaba entrar en las
sinagogas y sorprender y arrestar a estos herejes y luego, traerlos a Jerusalén para ser juzgados y
castigados.
Pero le plugo al Dios Eterno cambiar los planes de este fariseo extremista y el Cristo resucitado
tuvo un encuentro con él. Así describe Saulo su experiencia con Jesús: “Aconteció que yendo yo,
al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeo mucha luz del cielo; y ahí
caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces
respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazareth a quien tu persigues”
Hech.22: 6-8.
Este encuentro es considerado el evento mas importante en la Historia Eclesiástica. Aquí la causa
cristiana obtuvo una doble victoria. Primero, se elimino al más temible y peligroso enemigo y en
segundo lugar, este se convierte en él más grande expositor y defensor de la fe cristiana. No cabe
duda que Saulo fue escogido por Dios para la mas grande obra misionera de todos los tiempos y
aparte de ello la contribución de este varón al impulso del evangelio no tiene comparación. Así
escribió él a la iglesia de Galacia: “Ya habéis oído acerca de mi conducta en otro en el judaísmo,
que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba, y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho mas celoso de las tradiciones de mis
padres. Pero..... agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su
gracia, revelar a su Hijo en mí para que yo le predicase entre los gentiles” Gal. 1:13-16.
La sabiduría, los escritos y por encima de todo, las revelaciones que Pablo recibió, han influenciado a millones a través de los siglos. Entre ellos San Agustín de Hipona quien después de haber
experimentado muchas creencias y religiones fue grandemente impactado por los escritos
paulinos, convirtiéndose en un eminente seguidor de Jesús y gran expositor de la fe cristiana.
Agustín dijo de Pablo: “Porque él es un confiable león, un león rojo, el gran león de Dios.”
Lo mismo sucedió con el Dr. Martín Lutero, un monje agustino, que en el S.XVI, después de
haber estudiado la Carta de Pablo a los Romanos, empezó el Gran movimiento de Reforma
protestante y desarrollo la doctrina de La justificación por la fe.
Definitivamente este gran león de Dios, el apóstol Pablo, fue un instrumento escogido por Dios,
y hoy por hoy, él pesa tanto o mas que el resto de los apóstoles. Sus expresiones son un estimulo
para nosotros hoy en día. Cuando sentimos que ya no podemos seguir, exclamamos como él
“todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Cuando el peligro nos acecha podemos decir sus
palabras: “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Si la fe se debilita, su, “yo sé en
quien en creído” nos recuerda nuestra posición. Pero una de sus frases mas citadas quizá sea
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios”.
Nuestro amado apóstol dedico su vida a sembrar el evangelio por toda el Asia menor, Grecia,
Roma y posiblemente España. Se embarco en tres viajes misioneros y se enfrento a los filósofos
griegos del Areópago en la Colina de Marte, donde no solo impacto con su doctrina, sino que
logro que el líder de los areopagitas se convirtiera al evangelio de Cristo.
El apóstol Pablo fue el que mas contribuyo en la escritura del Nuevo Testamento, con mas de
una docena de cartas las cuales hoy en día son la base de la doctrina cristiana.
Después de haberse enfrentado a innumerables pruebas las que incluyen azotes, cárceles persecusiones, naufragios y lapidaciones, Pablo concluyo su ministerio.
Era, según la tradición, el año 68 o 69, después de un largo cautiverio en Roma, durante el cual
Pablo permaneció preso en la principal cárcel de la capital del imperio, desde donde podía escula música y las bacanales del palacio del Emperador Nerón. En la cárcel todo era frió y escasez,
en el palacio todo era confortable y la comida y el placer abundaban hasta la saciedad. Dos hombres muy cercanos por ubicación, pero muy lejanos en conducta. Uno, desde el punto de vista
humano, poderoso y muy rico; el otro, frágil y sin un centavo en la bolsa, pero con la presencia
exquisita de Dios. Nerón, a quién Pablo llamaba león, tuvo el triste privilegio de decapitar a
Pablo, el gran león de Dios. Si, ambos hombres murieron casi al mismo tiempo. Pero hoy, al
recordarlos, nombramos a nuestros hijos Pablo y a nuestros perros, Nerón.