Todas Las Bendiciones Espirituales En Cristo

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Sermones y Artículos Sobre Jesús de Nazaret -- 1
Anotaciones
Todas Las Bendiciones Espirituales
En Cristo
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efe. 1.3).
Con estas palabras, Pablo empieza el corazón de su carta a la iglesia en Efeso.
Aprendí este versículo de memoria cuando era un muchacho y su verdad porque vino
a ser importante para mí ahora que soy viejo. Por favor considere estas lecciones de
este versículo.
Toda Bendición Espiritual
No todas las bendiciones de Dios son espirituales. Dios generosamente nos ha
bendecido con bendiciones físicas también. El es nuestro Creador (Gén. 1:1) y Sustentador. Nos da “lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de
alegría nuestros corazones” (Hch. 14:17). “Porque en él vivimos, y nos movemos,
y somos...” (Hch. 17:28). (Véase Salmo 65:9-13, para orar a Dios por Su obra en el
sostenimiento de Su creación).
Este versículo enseña que “toda bendición espiritual” está “en Cristo.” Ni este
versículo ni ningún otro versículo enseña que toda bendición física está “en Cristo.”
Las escrituras enseñan que las bendiciones físicas de Dios caen sobre justos e injustos
igualmente (Mat. 5:45). La prosperidad del malvado ha sido un problema para el
entendimiento del justo (véase Salmo 73); con todo aun, estos versículos demuestran
que las bendiciones físicas de Dios no están limitadas a aquellos que están “en Cristo.”
Esta es una lección que necesita ser recordada. Aquellos que están asociados con
el PTL, el club 700, y los ministradores de la fe salvadora enseñan que las bendiciones
físicas de Dios están especialmente dirigidas hacia los justos. ¿Quién no ha testificado
a alguno en uno de estos programas en donde se relata su testimonio? El describe su
condición despreciable y desesperada antes de convertirse en Cristiano en palabras
mas o menos como estas, “Yo estaba sufriendo de alguna enfermedad, había perdido
mi trabajo, mi esposa y yo estábamos teniendo problemas maritales, nuestros hijos
estaban andando con personas incorrectas, y mis acreedores me estaban persiguiendo.” Después dice de como dio su vida a Jesús, y luego relata su actual condición en
palabras como estas: “Ahora me siento bien y ya estoy sanado de mi enfermedad, mi
esposa y yo somos muy felices más de lo que en algún momento habíamos sido, mis
hijos son pequeños encantadores, y tenemos más dinero del que teníamos antes.” Las
implicaciones de estos testimonios es que las bendiciones de Dios están especialmente
dirigidas a los justos. Ningún versículo en la Biblia enseña eso. La vida de Jesús y
de Job verifican (comprueban) que ésta no es una doctrina verdadera.
En Cristo
Pablo declaró que Dios nos ha bendecido con toda bendición espiritual “en Cristo.”
“En Cristo” designa una relación que el creyente sostiene con Jesús.1 Todas las
bendiciones espirituales de Dios son hechas disponibles al hombre por medio de
Jesucristo. El es el “agua de vida” la cual de esta manera apaga las necesidades del
hombre para que nunca vuelva a tener sed (Juan 4:13-14). El es el “pan de vida” de
modo que llena a una persona para que nunca vuelva a tener hambre (Juan 6:35).
Toda necesidad espiritual que el hombre tenga es completamente saciada en Cristo.
Las implicaciones de esta declaración son obvias. No necesitamos mantenernos
escudriñando como Dios tuviera otras bendiciones espirituales para el hombre que
no está a disposición de aquellos de nosotros que estamos en Cristo. El Hinduismo,
Islamismo, Budismo, Sintoísmo, y cualquier otra así llamada religión “mundial” no
tiene ninguna bendición espiritual para el hombre que no está disponible en Cristo. No
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necesito entristecerme porque no haya leído el Corán, el Bhagavad Gita, el Rig-Vedas,
u otros libros “santos.” No necesito los escritos de José Smith, Mary Baker Eddy,
Elena G. White, el reverendo Moon, o algún otro profeta declarando haber recibido
una revelación para los últimos días. Si todas las bendiciones espirituales de Dios
están a disposición para mí en Cristo, perfectamente puedo estar contento sabiendo
que tengo todo lo que Dios tiene para el hombre cuando yo tengo la revelación de
Jesucristo en la Santa Biblia.
La persona que no está en Cristo no participa en o recibe algunas de estas bendiciones espirituales. Indiferente de cuan bueno, honesto y sincero un hombre pudiera
ser, a no ser que esté en Cristo, no recibe las bendiciones espirituales de Dios. Todas
las bendiciones espirituales de Dios están en Cristo; ninguna de ellas está fuera de
Cristo. A menos que usted esté ”en Cristo,” ninguna de estas bendiciones espirituales
están disponibles para usted.
Las Bendiciones en Cristo
Pablo no nos deja en dudas de cómo estas bendiciones de Dios son hechas disponibles para nosotros en Cristo. Considere algunas de ellas:
1. “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
hechos santos y sin mancha delante de él” (1:4). Algunos solamente leen “según
nos escogió” y luego declaran la doctrina Calvinista de la predestinación. Lo que este
versículo enseña es que Dios nos escogió para hacernos hombres santos (santificados
y apartados) y sin mancha (no teniendo ningún pecado cargado a la cuenta de uno)
delante de El. Esto era para ser hecho a través de Jesucristo. En consecuencia, por
medio de Jesucristo, yo puedo disfrutar de las bendiciones espirituales de ser santo y
sin mancha. (Véase también Efesios 5:25-27).
2. “Ser adoptados hijos suyos” (1:5). Dios también nos adoptó como Sus hijos por
medio de Jesucristo. Como hijo de Dios, puedo llamar a Dios como mi Padre (Mat.
7:7-11). Dios pudo haber escogido una variedad de relaciones para con nosotros.
Pudo haber sido indiferente hacia este mundo, como la imaginación Deísta; pudo haber
estado entreteniéndose con este mundo, como algunas personas antiguas pensaron de
los dioses del Panteón; pudo haber estado lleno de animosidad hacia nosotros. Pero
en lugar de eso, escogió adoptarnos como Sus hijos. “Mirad cual amor nos ha dado
el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios...” (1 Juan 3:1).
3. “Nos hizo aceptos en el Amado” (1:6). Aquellos de nosotros que estábamos
alejados y éramos extraños para Dios hemos sido reconciliados con El a través de
Jesucristo.
4. Tenemos “redención por su sangre, el perdón de pecados” (1:7). En Jesucristo,
nuestros pecados han sido perdonados a través de la purificación la cual ocurre cuando
Su sangre nos lava. Nada sino la sangre de Jesús puede lavar los pecados (comp. 1
Ped. 1:18-19). Esta es otra bendición espiritual la cual Dios nos ha dado en Jesucristo
— el perdón de nuestros pecados.
5. Nos ha “dado a conocer el misterio de Su voluntad” (1:9). La revelación de la
voluntad de Dios hacia el género humano fue dada a través de Jesucristo. No tenemos
que andar a tientas en la obscuridad, escudriñando para encontrar la voluntad de Dios.
La ha revelado a nosotros en el evangelio. La obra del Espíritu en la revelación de la
voluntad de Dios para con nosotros fue el cumplimiento de la promesa de Jesús a los
apóstoles (Juan 14:26; 15:26; 16:13).
6. Reunió todas las cosas en Cristo (1:10). Los hombres de toda condición social
están unidos en Cristo. Machos y hembras, esclavos y libres, Judíos y Gentiles, negros
y blancos, ricos y pobres están reconciliados con Dios en un cuerpo por medio de la
cruz (Comp. Efe. 2:16). La unidad la cual tenemos en Cristo Jesús es una bendición
espiritual de Dios.
Anotaciones
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Anotaciones
7. “Tuvimos herencia” (1:11). En Cristo, tengo una esperanza para heredar las
bendiciones del cielo. Tengo “una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos” (1 Ped. 1:4) para mí. Miro hacia adelante para recibir la
vida eterna, vivir con Dios, y tener todo lo malo de este mundo removido (Ap. 21:4).
Esta es la “una esperanza” de Efesios 4:
La Plenitud de Dios
Las bendiciones que Dios tiene para nosotros en Cristo están disponibles en la
iglesia. La iglesia es el cuerpo de personas por quienes Jesús dio Su vida (Efesios
5:25), “...Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela
a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha” (5:27). Las bendiciones espirituales que Dios
tiene para nosotros en Cristo están disponibles para aquellos que están en Su iglesia.
Consecuentemente, la iglesia es el “cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo” (1:23). La plenitud de las bendiciones de Dios para el hombre
están en la iglesia. Muchas religiones miran la plenitud de las bendiciones de Dios en
algún momento futuro cuando Jesús retornará a esta tierra y la gobernará por mil años.
Eso está en conflicto con lo que Pablo reveló. Declaró que Jesús está actualmente
reinando sobre toda cosa (1:20-21) y que la iglesia es la plenitud de las bendiciones
de Dios para con nosotros.
No miramos hacia adelante a un futuro reinado terrenal. Miramos hacia adelante
a la segunda venida de Cristo, al juicio, y a nuestro hogar eterno en el cielo.
Cómo Logramos Estar “En Cristo”
En vista de que estar en Cristo es importante para que uno pueda heredar estas
bendiciones espirituales, necesitamos saber cómo logramos estar en Cristo. El Señor
nos dice como conseguimos estar en Cristo.
Para lograr estar en Cristo, un hombre debe escuchar el evangelio predicado, creerlo,
arrepentirse de sus pecados, confesar su fe en Jesús, y ser bautizado (sumergido) en agua.
Pablo escribió, “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos
los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gál. 3:26-27).
El hombre que no cree en Jesús no puede participar de las bendiciones espirituales
de Dios (Juan 8:24). El hombre que no se haya arrepentido no puede participar de
las bendiciones espirituales de Dios (Luc. 13:3). El hombre que no confiese a Cristo
no participará de las bendiciones espirituales de Dios (Mat. 10:32-33). El hombre
que no sea bautizado no puede recibir el perdón de su pecados (Hch. 2:38) o ser salvo
(Mr. 16:15-16; 1 Ped. 3:21).
Amigo mío, toda bendición espiritual está en Cristo. ¿Está usted en El?
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NOTA AL PIE
1. Aquellos que sostienen una doctrina de una morada personal del Espíritu Santo necesitan examinar
cuidadosamente este lenguaje. Estar “en Cristo” no significa que yo entro al cuerpo físico de Jesús y
moro en El. Más bien significa que yo sostengo una relación espiritual con El. Lo mismo es verdad
cuando uno lee que el Espíritu Santo mora en nosotros. Esto no significa que el Espíritu Santo viene a
estar dentro de mi cuerpo, lo cual sería una encarnación de la Deidad y destruiría la singularidad de Jesús;
más bien, esto significa que yo entro a una relación espiritual con el Espíritu Santo.
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(Guardian of Truth, Vol. 28, Núm. 21, pág. 642, Mike Willis).
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