La independencia del Istmo de Panamá

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Uepública de Panamá.-
J.firdster£o de Relaciones E:cteTiorcl!.- Pallamá,
DiciembTe 18 de 100/J.
!JÓic;' @on (]-?,am6nJ,£. Valdés
£Junta
recibido
COlt
de §io6iernoffrovisiona[de la RepÚblica lla
positiva
servido publicar
lJue justiJium
NovÙmbre
satisfaccioll el folleto que Ud. se lla
sobre los autacedeutes y sobre las calHas
el movimieuto
separatista
realizado el 3 de
Último, que ha dado por resultado el estaUeci·
mimto dcfimtivo de esta Rep,íblica como Nacion
Ùldepelt.
diente J' libre; )' me ha encargado manifestar
á Ud. la
aprobación (omple/a que ha merecido tal trabajo histórico,
por la fidelidad
en la exposicion de los hechas, por los cle-
z,ados conceptos que contiene J' por los datos)'
docltmentos
oficiales interesantes que Ud. ha 1"Ccogt"do
con pO'SCèJerallÚa
é inteligcncia.
Soy de Ud. atto S. S.
Çf V. de fa Csprieffa.
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LA INDEPENDENCIA
SllS ANTECEOENTES,
DEL ISTMO DE PANAMA.
SUS CAUSAS
Y SU JUSTlFICACION.
No han faltado ni faltarán quiene,,; se en~arguen de la tal'ea de
sostener que el Istmo Je Panamá ha sido feliz bajo la dominación de
los Gobiernos de Colombia; que los sentimientos reinantes en los natiVOH de esta hermosa comarca, que sirv0. de puente al munùo civilizado,
han sido y son de perenne aùhesión y de cordial gmtitud á la nación
colombiana pOI' los grandes beneficias que ella nos !.Iadispensado, pam
concluir con la ùemostración de que el movimiento separatista llevado
li término con tan buen SUC8S0 el día :3del mes actual no es f¡'uto espontáneo <lela voluntad popular, sino un extravío momentáneo producido
hábilmente por unos pocos especuladore.s audaces, que sanifican los
mÚs puros ideales al desapoderado deseo de Iw,cer ó aCI'ecentar su fortuna <:onla empresa del canal intermarirlO.
Otros, ó los mismos tal vez, pretenù()l'ún probar que el primero y
único autor del tras<:(Hldenteacontecimicnto es el coloso del ::\orte, que
ha supedItado nue,,;tra lideliLlad á Colombia pOl' vengarse del rechazo
que hizo esta. nación del TI'atado Herrán-IIay y que aquél ha considemdo como imperdonable ofcmm.
Ello ha lIe sucedI\¡' corno lo prevemos, y por e~o ci momento e;;¡
oportul1o pam dccil' Ia vCl'lhd, para re\'el<1r hechos que importa dar á
conocer del mundo entero, y p11r;linfundir ann en los más incrédulos ú
oùcecados la convicción de que el acto eumplitlo el día a de Noviembre
en eurso, es el de¡,;enlace lógico de una situación ya improrrogable, la
solución de un problema gravÍsilllo é inquietante, la manifestación sincera, fil'me, definitiva é irrevocable de la voluntad de un pueblo.
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I
No sería justo censurar á los egregios varones que nos emanciparon del poder de Espaúa por su determinación de anexar el Istmo á la
República de la Gran Colombia, que parecía surgir poderosa y con un
porvenir lleno de luz y de prestigios del ciclo épico de la Independencia.
En idénticas circunstancias los contemporáneos habríamos obrado de
igual modo; pero bueno es hacer presente que la cuestión de escoger la
nacionalidad suramericana á quo debía unirse el Istmo fue motivo de
apasionadas y largas deliberaciones entre los próceres. La incertidum_
bre de que una comarca pequeña, escasamente poblada, pudiera sostenerse ~ola, sin peligros para su soberanía, y la eircunstancia de estar
nuestro territorio adyacente al de Colombia-aunque la vasta extensión
intermedia se hallaba entonces, como se halla h(.y, desierta, sin vías de
comunicación y entregada al imperio casi absoluto de una naturaleza
bravía,--fueron razones suficientes para que nuestros antepasados re·
solvieran unir las Provincias del Istmo al Estado republicano mencionado, conformándose con el único medio de la comunicación marítima,
para mantener el trato y la inteligencia COllun Gobierno asentado en el
interior del continente, á centenares de leguas d~ldistancia, sobre ellomo penosamente accesible de la cordillera de 10E Andes.
Esos inconvenientes materiales á que hemos aludido se complicaron con otros de naturaleza distinta y excepcionalmente graves. Colombia se organizó con un régimen central que debía ser funesto para
el Istmo, porque ese régimen, dejando á las provinp,ias en un desamparo tanto mayor cuanto más lejos se hallasen de In capital, les quitaba á
la vez sus medios y recursos propios para satisfal~er sus necesidades y
las mantenía en Ull completo enel'vamiento. A los Congresos nacionales concurrían Diputados de las dos provincias del Istmo-Panamá
y
Veragua&-pero la acción aislada de esos Diputado:) ningún bien podía
producir á sus provincias, y su fUllción quedó reducida. á. compartir
responsabilidades políticas por efectos del sistem!t implantad.).
Para colmo de males los granadinos, lo mismo que los veqezolanos, resultaron ser hombres rehacios á todo sistema ordenado de gobierno, y se mostra.ron como una raza turbulenta y de tendencias di80ciadoras. A la raíz misma de la independencia SIl vieron los primeros
síntomas de anarquía y florecieron las revueltas int~stiuas y las conjuraciones más tenebrosas, que arrancaron al Libertador Simón Bolívar
aquella frase angustiada de que no alcanzaba á ver salud para la Pat,'ia. La confusión de ideas era indecible; algunos colom.bianos llegaron hasta pensar y proponer el establecimiento ell el país de una monarquía, que tuvo numerosos prosélitos, y el Libertador, adverso á toda
idea monárquica, declaró que era necesario buscar la protección de una
potencia extranjera.
La contemplación de ese lamentable estado de cosas ínspir64un
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historiador colombiano esta rcflexión melancólica: "Colombia ha"Qi·.L
vivido tan de prisa sus arIos de gloria y de !tazai'las que, niña aún, llegaba á una decrepitud prematura."
(.)
Fue general el sentimiento de disgusto que se reveló en el Istmo v
un arrepentimiento de lo hecho dominó á nnestros mismos próce~
La tendencia de scparar el Istmo tuvo su génesis desde entonces. y
1830, nueve años apenas después de la espontánea anexión á Colombl. ,
se manifestó cruda.mente en una junta popular, convocada en esta ciudad por el General José Domingo Espinar, panameiio de nacimiento,
distinguido milita.r de la independencia y á la sazón Intendente ó Gobernador de Panamá y uno de los más fervientes partidarios de la idea
separatista.
El acuerdo memorable de esa junta patriótica contenía esta decisión primera:
"Separm'se del resto de la República, especialmente del
Gobierno de Bogotá."
Ese primer ímpetu seccionador no dejó de ser recogido en los an?,les de Colombia, y el mismo historiador á que nos hemos referido lo
menciona de este modo:
"Lamllntahle era el cuadro de la Repúhlica quc, YIt ent re sombras, .¡¡visaha el
Libertador.
l<~1
Congrll:;o ùe Venezuela, su patria, pedía su expulsión; Montilla se
pronuucialJa en su rttvor en Cartagena, )' su ejemplo era seguhlo por l~spinar, Cil
Paultm í, y por los hijos Il.., la valerosa Mompox. De vario~ puntos de Venezuela
recibía calurosas excitacionlls para que aceptara la lucha; Río Hacha se pronunciaba cn contra de Bolh'ar v pcdm auxilios li Venezuela, de donde salÍtt Caruja con la
fuerza qUlllaego hubo ùê batir \loI Coronel Blanco en San Juan de Cesar. Lus provincias del Atlántico iban hasta la idea de cOD,;tituir un cuarto Estado, y Panamá
hasta la prohibida e:mg,¡raciím de anexarse á la Gran Bretafta,"
Cediendo al reclamo prestigioso del Libertador, los istmeños acallaron sus anhelos de separación y se sometieron al Gobierno nacional
esperándolo todo del genio y del sublime patriotismo del gran caudillo
suramericallo.
II
Pero el sentimiento no se extinguió, ni podía extinguirse, porque
sus causas ~eneradoras no sólo subsistían sino qUese reagravaban. Tan
pronto como en lS'l0 se pronunciaron varias Provincias do la Nueva
Granada contra el régimen central, el pueblo de esta capital se sublevó,
ellS de Noviembro de ese afio, encabezado por el entonces Coronel Tomás Herrera, á quien el porvenir reservaba carrera tan brillante, y proclamó otra vez la independencia del Istmo, dejando constancia del hecho en una acta popular auténtica
Era tan general el favor con que se
miraba la idea de separación que los pueblos todos de las provincias istméñas se adhirieron inmediatamente á la proclamación y enviaron sus
delegados á la Convención que poco después se instaló en esta ciudad
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para establecer las bases políticas del Estado independiente y organizar
los poderes públicos.
Nuestros compatriotas leerán hoy con interés y entusiasmo la
~ey fundamental que expidió aquella Convención admirable y que á
.tinuación
transcribimos:
"LEY
}1'lJNDA.)lE)lTAL
DEL
ESTADO.
"La C01l1'enciún del Estado del Istmo,
"CO~SIDER.UmO
:
"1.0 Que J,Lmayoría de la~ Provincias de la Nue,:.:LGrnna(]¡~ se ha pronulleínùo expresamente CI.1con t.ra, del Uobí('rno eE'ntral. ~"pllr!1nùose (~eel, y proclamaHùo
la fderaciólI, romplCndo lL~1eompletlLmente el pacto soclOl de lIul ochocientos tremta
y dos.
"2. o QIll! mientras se reeonstituy,) la RepÚblica, .,egún el vot.o ùe los ¡Hlehlos, el Istmo no pnede permllnecer indifermJte li su su£'rte, Sii10que ha de emplear,
Íllouenos
provisoriamente, los medios propios pam obtener Sil seguridad y bienestltr.
"De eonforlUidall COliel artículo 15.odel ada poptltll' de 18 de Nodembre
Último,
"DE\'P.F.TA:
"Artículo 1.0 LOSclll1tonesde las antiguas Provir..cias de Panamá. y Vel'lLguas \,olDpondrÍln un Estltdo independiente y soberano, que serÍl constituido como
tal 1'(11'la presente Conyen, i"n baJO elnombl'è de "Estado del Istmo".
"Artículo 2. o Si la organización que se diel'e la Xuevlt Granada fuese federal, y '~onveniente tÍ los illtel'e~es de los pueblos del Istmo, é~te formará un Estudo
ùe la f<~deraci6n.
''i~único. En ningím caso se incorporar'l el 15tm) li la República de la
N ueV!1\Jl"llna(la blLjoel sbtellla ceutral.
"Artículo 3,' L¡I Con"'nCi\;1l acreditar!. dos comÍ5ionados ('crea del cuerpo
~ue n'l'l'l'sente debidarnentl'
las Pr<>vineias que \,olUpusicron la l{t>pÜblica de la
Nueva Granada, l'am que negocien la in/)OrpOI'llción (leI };}'taJo (Iellstmo ú. la
!cderací{¡n qllc aqucllos formen. IJ!l. Conveneión expedirá, por un acto espedal.
las instruccIOnes li que deben ceñirse ('stos comisimllLdos, y arreglará toùo lo reJat.iyo lÍ este asunto
"Artículo 4. ,. No se llllmitir!í en el Estado ningún p1oblo que, sl'pal'lilldo~e
de algnna de las Provincias de la federuci{¡n. quiera incorp0l'arse ú,:1. Tumpoco sc
permJtiríl 'Ille nillg"ullo dc los que hastll ahora. han corresp<Hl\lido :í Jas antiguas
provincias dc P,Lnam{¡.y Vel'llgua~, se desmerubl'e del Esta<lo del Istmo.
"Artícnlo 5." El RSlllc!O del Istmo reconoce y ofrece p!\gar de III ùeuda
interior y exterior, qllClllctulLlmente pesu sobre Jos grana.dincs, lo que le toque proporciolHl;mente á su lJOblación; y t.ambién ofrece no distraer <leSll objeto los fondos
destinados al cl'l:dito públbo.
"Daùa en ilLsala de las sesiones de III Convención.
"Pallamá, á die:>:y o('ho de ~Iar7.o ùe mil ochocientos CllrentJI y uno.
E! Presi<[,~lltc,.Josi;!lE OIlALDiA.-EI Vicepresidente, Diputllll<, pOI' Pltll:\má. MARI Axo AILOSMIENA.-Elllipntlldo por el cantón de Alnnje, JUlln ManuellJó~7..
--El Diputado por Bocas del Toro, .rosr Palacio5.-I~1 Diputaùo por BOClts
del Toro, .Ios,: l\laría Trimlclo.--EI Díruta.~o por La Chorrera, Bernardo
Arze ~fatlL,-)';1 Diputado por La Chorrera. J lInll Bautista l!'eraud--EI Diputado por el Darién, l\lllnuel.rosp Borhú'l..-EI Diputa:1o por el cl1ntón del
Dari(:n, :\Il1.riano Arosemel\ll Quezlldll.-EI
Dit,utado por ~atá. Marcelino
VegIL.-EI Diput.ado por Nnt,í, Satu/"llino Castor Osrínll ..-l<:1 Diputado por
Paritn, .Tos(:Garcia (lc l'are<les.-El Diputado por IIl1"Ítll, Autumo Amador.
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El Diputudo por Pllnamú, .José María l{rmún.- ·El Diputado por Portobelo, Ramón
Vallllrmo.-!<;¡ Diputado [Jar Portobelo, Antonio Nicanor Ayarza-EI
Dipunt.do por Los Suntos, .ToséMarin Goitiu.-El
Diputado por el t'lintón de Los
Santos, ¡"mnciseo Asprilla.-EI
Diput.ado por el cant{m de SlIutiago, José
}''¡íhreg,¡,Bllrrel'll.-El Diputado por Sant.iago, Nicolás Orosco.--EI Secretario (le la Con\'cl,ción, J08f, Angel San{o8.
"Panamá, Marzo 20 de 1841.
"CÚmplase. circÚlese y publiquese.
'l'O~IA:S llEHRERA-(L.
S.l-Por
S. E. el .Jefe Superior del Estado el Secretario Gcnell~l, .Ios~ AGUSTiN.ARAXGO."
'
Ln. Conven<:Íón, quc permaneció reunida cinco meilcs, reglamentó todos los ramos del servicio público y legitimó el poder encomendad.) á la perit.:ia elel Coronel Tomás Herrera, alma y brazo del
movim¡ento, y del doctor Carlos de Icaza, á quienes acompañó como
Ayudante y Secretario General el inteligente y denodado al par que
arrogante caballero don José Agustín Arango.t*) De esos actos merecen
conocerse los que en segnida inserta1llos, que pal'ccen cobrar nueva
dda al contacto de los emocionantes sucesos actuales:
D E C It E ']' O
eUI1ccdienno linn roedallu. ùc honor cívico al senur Coronel 'l'onu\s Herrerll.
¡;a COIwellciún Con.stituyente del Estado delblmo,
COXSIlJERANDO:
1.' Que el Corollel Tomús Herrera es acreedor Ii la gratitud de sus conciudadanos por su l'lieu? eooperamón á In trallsformaciÓII politica, procllllllaJa el ilusue y ml'lIlorable día décimo octavo del mes de Noviembre de mil ochocientos
cnarcnta, )' por ,,( tino udministrativo con que hn marchado el Gobierno provisorio
del E:;t.aùo, confiado ent.onces á su patriotismo)' capaciùad;
2. Que estos servicios son dignos de remunerarse por los apoderados de todo el pueblo i:;trneiío,
u
DECRETA:
Artículo único. Se concede III Coronel Tomús lIõrrem el uso de una medalla
de ora, que llevarú al lado Izquierdo del pecho, pendiente dl' una cinta tricolor.
Es\,¡~medulla seríLdn fig-ut'lIelíptica, de quince lineas en su rlilLInetro llllLyor, y de
ollce Cil el menor. y j/.,,·anl cn su an verso, en bajo rclieve, este lema,orleado dc una
palma de laurel: "·Soldado ciudadano", y en el reverso, del mismo modo, este otro:
"La Cunvenciúr. de los pueblOS del 18lmo en mil ochocient(l~ cuarenta y uno", todo
de lamulwra qne se desig-ulIen el modelo adjunto á este deereto.
Dado en lu Sal", de las sesiones de lu Convención.
Paulmlú, á seis de Abril de mil ochocientos cl:urellta y uno.
El President.e, !\icoI.,\.s ORosco.-El Secretario, ,Ju8f, Angel San los.
Palllunú, 20 de Abril de 1841.
EjeCÚTese y publiquese.
CARLOS DE lCAZ.\.--(L.
8.)-1'01' S. Eo el Vice-Jefe del Estaùo encargado
,lei Gobièrllo, el Secretario General, JosÉ AOUSTINARA~OO,
(*j >;\1 hUo,de i!\"ulllnomurc,
no de ln HepÚbIieu (le PLLunmÚ.
cs llno <lelos miemhros de lu actual Junta
Goblel'-
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D E () It E T O
"obre
pabellón
y armas
del EStllllo.
La Cmwmciún ConRtituyente det E.stado dei istmo,
DECItE'rA:
.J
Art. 1.' El Estado del lstmo contilllumí, por ahora, usando del pabellón y
armas de la Nueva Granada.
Art. 2." En tallos los actos oficiales, en que ante~ sc ponin Rl>pública dc la
NUl>vnGl'unlldn, se pondríi. en lo sucesivo Estado del Istmo.
Dado en la Salll de las sesionl>sIle III Convención.
!'anlln¡¡i á 'l'Ciutt' y seis de Abril de mil ochocientos cuarenta y Ulla,
El Presillente, lIL\RIA~OAROSEMENA.-El Secretario, .José Angel Santos.
!'aulllllÍL, Íl.4 ùe ).[ayo de 1841.
Ej=eútesc y publíquese.
TOIlL\S EIEI{REI{A.-(L. S.)-l'Ol' S. E. cI Jefe Supcrior del Estallo, el Secretario Gcncral, .losÉ .dUl;STÍ~ ARANGO.
El Congreso constituyente de 1B41estaba, como se.ha visto, compuesto de un floriùo perdonal istrneiío, sobresaliente por sus talentos y
por su posiciÓnsocial y política. Fueron esos convencionistas troncÓs
venerables de distin¡¡;uidas familias, y la idea de emancipación que
ellos abrazaron con tanta decisión y energía tenía que ser, como ha sido,
una herencia moral que sus sucesores recogieron y conservaron.
Las numerosas lagunas que presenta. la Histor;a de Colombia respecto dll los acontecimientos politicos que se sucediel'on en el segundo
tercio del siglo pasado, nos han impedido descubl'ir' los detalles de la
reincorporación dol Istmo de Panamá á la RepÚblic2,de la Nueva Granada. como entonces se llamaba. Pero sí sabemos que esa reincorporación fue el resultado de negociaciones diplomáticas que tuvieron
lugar eu esta ciudad, en 1842, entre el Gobierno del Estado del Istmo y
el Gobierno granadino representado por el General Tomás C. de :Mosquera, en las cuales hizo éste, con el carácter de que estaba investido,
promesas generosas tocante á la descentralización política y administrativa, para que los pueblos del Istmo pudiesen atender por sí mismos
á sus necesidades é intereses, y comunicó su fe {!TI mejüres y más
bonancibles tiempos para la ~ueva Granada.
III
Las promesas fueron falaces, pues en 1843sc expidiÓ en la RepÚblica una nueva Constitución que no era sino la copia de la anter ior,
con retoques y modificaciones aún más autoritarias y centralistas, y
en la cual nada se proveía pera crear en Panamá un Gobierno adecuado á su posición y á sus necesidades. Las guerras ci viles no daban sino
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COl'tísima!itrcguas <Í lo~ ánimos angustiados y devoraban con un apetito de vorágine la riqueï::t privada eu pos de la riqueza pÚblica.
Empero el incesante clamor de los istmeiio!i y sus pmtcstas, quo
estallaban á "eces con accnto (:ol()rico, convencieron al cabo li los
granadinos de que para evitar quo Panamá, herido de cstUpOl' por 01
pcligro, se c!csun¡;icra dd carl'O arrastrado con rumbo tan seguro hacia
el abismo, era necc!;llrio pcrmitirle un Gobieruo especi'll, que fuese
cI'eado y o1'l.çanizadopor sus pl'Opios hijos, con facultades cn cierto modo antúuOIll<l!i,resignar:do en sus manos el cuidado de guiar esta apartaùa regiÓn á la meta d e sus destinos.
¡llás vale tctrde que nunca debieron de exclamar nuestros cunterráncos dc la ;'utcriol' gcneración cllnndo se promulgó el Acto de 27 de
}i'ebrcro <lclS;¡5. adieional á la Constitución Granadina de 185:1,por ci
cual ~e crcó el Estado ¡"cderal Sobcrano ùc Panam(\, mientms to(la"! las
<lemás Provincias grcumdinas permanceían atadas al poste del centmlisulU.
Los n0rnbre~ do los cimLtdmlOs ilustres que ejcreieron el POllet,
Ejecutivo en Panamá de 18,,);; á lBü) --Justo Arosomona, .b'ranciseo de
FAu¡'cg,t. Bartolomé Calvo, Hamón Gamboa, Rafael ~Úiicz y .Tasé de
ùbaldía-- abonan la afirm'1ción do que el rÓg-imcndc Gobicrno cnsaya_
do en ese lustro cn cst:) territol'io dió todo el bicn que de él podía ,',tzonablemolltp cspcrarse. Í<:I, sin embargo, resultó incficaz para colmar laR
aspil'aciollCS patl'iÚtieas y remc<liar los males quo agobiaban al rstmo,
porque la souflrunía ac·jrdada al Ei;tado era ilusoria, dei;de que estaba en
el landa coartada po:' p'amles restriccioues (IUOmantenían ontm el
E.;;t;1.doy la :'\Tneiónel vínculo que line el vasallo al soi10l' cuyos planos
sil'vc y <'~quicn d('be dal'lo mcjol' (PlOpo:we como ínexeusable tributo .
.Eu lS5H se cstablceiú de modo goncralla Feclcraeión en la Nueva
Granada, pcro d siguiûnte mio ya se creyó necesH.rioamainar velas, pOI'
telUol' do quo la nave do la Nación tomaso con demasiado ímpetll un
j'llIllUO (¡till, mllcho,.; creycron pcligroso para el poderío del Gohierno
(;l'Jltral. En lS:)!! el Congreso de la NaciÓn dictó varias loyes ---entro
ella..
..;una SOUI'O
eleeeiolles --quo ccrcena.ban gran pUl'te do las faculta.ùes
conccdidas á los 1<:::;taÜos
y quc pugnaban con lil Constitución federaliRta de 1858.
Alzósc aimdo el Estado del Cauca, presidido pal' el Gcncral lIosqucra, dosconociendo las leyes quo mcnoscababan sus fllel"OSy rchusando obediencia al Gobierno eloBogotá; luego sllulevál'Onse también los
EstadoR de Bolínu', Santander y otms más, llelUJ,ndopor bandera laR
eonquistns dc la Fcdl'raeÍón y se empoñó Unit lucha oncarnizaLl,t y tel'l'iule entl'e lOi;partidos políticos clc la Confcdcración Granaùina.
DUl'ante esa san¡:;'l'ienta revuelta, quc se prolon~ó aun después de
h entrada triunfal <Id (\-cneral )Iosquera á Bogotá, el Esta.do de Pana.mii. ROmantuvo cn relativa cfllma, pues sólo ocurrió, el 27 de Septiembre de 1HtiU, el PI'otLlnci:.tmiento del General Bucnaventura Correoso
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con otros compañeros, dirigido. 110 contra el Presidente dcl Estado, se"
ñor José de Obaldía, sino más bien contra el Intendente don .losé
Ma¡'celino Hurtado, que servía de Agente al Presidente de la Confederación, don Mariano Ospina, y hacía esfuerzos por comprometer el 1st·
mo en la contienda auxiliando la causa del Gobierno á quien servía,
Simultáneamente con ese pronunciamiento del General Correoso, comenzó una nueva agitación en los puebloE del Istmo encaminada
á su separación de la Confedemción Granadina.
El eminente ciudadano y esclarecido patriùta don José de Obaldía, desde el encumbrado
puesto que ocupaba. había declarado categóricamente en una Circular,
que lleva su firma y la fecha de14 de Junio de :.860, que al Istmo, para
asegurar su bienestar, no le quedaba más camin.) que el que adoptaría
de emanciparse para siempre de la desorganízada Confederación Granadina. (*) Los pueblo,;;se ocuparon con ardor en pl'eparar el movimiento que babía de dar al Istmo vida autónoma bajo el protectorado
de los Estados Unidos de Korte AméricR, de F:ranci'l y de Inglaterra,
que encontraron justificado el intento. Fueron centl'OS activos de la
empresa separatista, esta ciudad, la de Santiago de Veraguas, en donde ejercía merecida influencia el notable istmeño don Francisco de !i'á
brega, y otras poblaciones del interior del Istmo.
Pero no faltaron panameños tan discretos como optimistas que.
confiando en la visión y la cordura de los conduetores de la República,
apagaran el ardor de los rebeldes con el fl'ío de sas consejos.
Ya instalado en Bogotá el General Mosquera, con el título de
Presidente Provisorio de los Estados Unidos de Nueva Granada, dirigió, con fecha 3 de Agosto de J861, al Gober'nadol' de Panamá, don Santiago de la Guardia, un interesante Mensaje en q~e se quejaba de la ac"
titud asumida contra él por don José de Obaldia, y refiriéndose á éste
decía:
"La enunciación de estos hechos os probará, sei'lor Gobemador, el grado de
responsabilidad que pcsa sobre vuestro antecesor, cuya política os dejó lleno d. embarazos el eleY/ldo puesto que os han confiado lo~ uabitaiJ\,es del Estado, .Y euaDdo esta conducta ha puesto al Istmo en un predl(:amento ùlfícil, el mismo ciudadano, en su calida<l de particular, es ulla de los que pro/Uuevenla separación absoluta
de aquel Estado, rompiendo los lazos fratl'rnales que le uncn á perpetuidad COD Ivs
demás de la Unión, queriendo arrebatar así á ese interesante ~stado el porveuÏ!'
que se le espera cUllndo venga Ii scr, si no la capital, el centro de una grande Confederación en el mundo de Colón,"
Y luego agregaba:
"Yo confío, sei'lor Gobernador. que en respuesta li esta carta me avisaréisque ei Estado ùe Panamá está. unido á los demás, y que mandéis el Plenipotenciario que debe tomar asiento en el Congreso, cuyo. convocatürio. se os comunica."
La gran revolución á que sirvió de caudillo el Geneml Mosquera
h'lbía casi disuelto los lazos políticos y sociales que unían las diversas
(")
FellI'"
pél'eZ. A nnlt8 d~ In R~"olucWn.
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porciones étnicas de ia Nación. Los Estados del Cauca y Bolívar, para
fluxilial'SCmútuamente, se habían confederado por medio de un TI'ata·
do, que lleva fecha 10 de Septiembre ùe ]860, y adoptaron la denomi·
nación de Estados Unidos de la Nueva Granada, y cada sección tenía
la tel¡dencia á organizarHe â su modo.
La ocasión era propicia para que Panamá se constituyese por sí
mismo en gstado libre é independiente.
El Presidente don Santiago
de la Guardia, istmcño leal y partidario decidido de la separación, veía
bien claro las ventajas ùe la situación; pero no se resolvió á realizar la
empresa, porque csperaba obtener el asentimiento unánime de todos
lo;; istmeños, sin disonancia ninguna.
No obstante, sintiendo en torno
suyo la respimción ardiente y poderosa del pucblv avasallado. propenso á la lucha por sU libertad. ('stimó como su deber aprovechar el momento para declarar en nombre de SllS gobernados, que el Istmo no
reanudaría SllSvínculos con la Nación gmnadina, sino en condiciones
quc le permitiCl'ãll gozar dc la autonomía que su bienestar hacía indispellsable.
Animado de ese espíritu celebl'ó un Conveuio en la ciudad de
Colón, el día () de SeptiemlH'e de 1861, con el doctor }lanuel Murillo,
eminente hombre pÚblico. que vino enviado al efecto por cI supremo
gobernante de la },"aciúll. Ese COllvenio debía ser sometido á la Legislatura del Estado y en él se consignaron, con el carácter de estipulacio·
nes, las exigencias que el Istmo hacía para continuar unido á la Nacióll
gnmndina,
Ji':¡ tllxto dc Cile ~onvenio es como sigue:
"Los i¡¡fl'llscritos, Santiago de In Guardia, Goberua,lor ,lei Esta,Io de PIllIl!m'l,l'or Ullll parte, y :\falluell\1urilllo 'l'oro, Cr¡lnisionado ,lel Gobil,mo d" 103Estados Ullidos de N ue"~ GmnaJu, por III otl"l, en "istn de las cir{,ullstancius en <jue se
hulln el territorio de hLr¡ue fue Confedemción Granadina, y consiùel'llndll la lIPCC,,¡(!lvl de poner término li la condición anómala de este Estado, cuyos intere~es
reclaman el reeollocirniellto de un Gobierno llaeiollnl y uu Pacto de Gui"o ell que
se con~grcn los principios feder;:.les pl'opimnent.e dichos, IlIll! convenÎ<lll eu el siguiente IlI'I'CgJO,CUrll ejeeución depelldl~rlLde 1,1aprobación de que SH trnt.a en el
artículo finlll.
"Art.. LQ El Estu.ùo Sobernno de PllnamlÍ se incorpora sí lit nUe\'lL enti,lad
nacional Cjllese ,lellllJllinR Estados Unidos de .Nueva Granada, y queda en consecuencill. forllllilHlo lino ùe Jos Estados Soberanos federales (lUCcomponen la dicha
llsocilleióll, cu Jos términos del trtwulo que se lljustó en Cllrtllg-enll ellO de :';eptielllbl'l' de 11l60, entre los PIenipotencilll'Íos de los :~stll,los de Bolívar y ci Cauen, al
(:lIlIl Sll ndhiere el Estudo de PallUlnlt con lus únicas reSel'l'ILSy conJiciOlws que se
expresan l'.n los urtienl,,;; signientes.
"Art. 2.
De eonformi<llld con el Decreto de 20 de .fulio Últ.imo, referente
al de 22 (le Ma\'zo anterior, el Estado de PanamlÍ cll\'jl\!'ú á la capita! de los }<~stados Unidos de NuevlL Gratllvlllun l~cprcscntant.e al Con¡rreso de Plenip0l.encial'Íos
l'ars la re\'lllu1.lIcilílldel Pacto d(~L"nión y convocatoria (le la Con,ellcioll nacional
'Ille 1mde lLeonln!' !It CO'1StitllciÓtl,t¡ncdundo por lo ml~mo incó\rpor:¡do Íl los Estaltos Ulli(lo~ mCtleiotlll,hs; pero el Estado,en uso <IllSil soberaníu,Be reserva llegar su
Ilprobaci"u Il dichu n\l',vo PtWIOy li III Constitución r¡\le lo JesllrrolIc,siempre que a
Sil jnieio se vulnerell, en perjuicio de la autOtlOmíll de los Estados,los priuripios
COllsllgl"lHlos
en el dicbo lr'atado de ClIrtllgena de 10 df> Septiembre, complementado
por el presente, a~í como si no se recolloce en favor del lstmo en hLsg\lerras intestin'.!:;, ,,¡\'Íles ú de rebelión, que surjl\tl en el resto de los Estados Uui,los, hL
Q
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mislUll neutrl\lidlld qUll le ha sido acorùada por el tratado con los Estudos Unidos
dc Norte América en las gucn'as internacionales.
"Én conSèeuencÍa r PIU·ll.mitrOI' elllridlvl en la inteligencia del tratado d,e 10
de Septiembre entre los Estados de.Holivar yel Cauca, se e~tipula pereutorialuente:
"I. o Que no habrá en el E~tlldo de Panamá o~ros cmpleados públicos con
jnrisdicción Ó IIlnt!do qnc los creados l'or las Jeyes del Estado, los cUll.le~serún III
mbmo tiempo Agentes del Gobierno de los Estados Unidos de Nueva Granada en
tod ~s los negocios que son ó fueren de su incumbencia;
"2." Que la wlministrllci6n de justicia ~;mí.independiente en el Esta<lo, y
los'tctos de sus funcionarios judicialcs exequibles sin snjecióu jlHnás á la revisión
de (.tros ftlnciolltlrios, en todo lo que dicha administraeión y dichos actos no se refiet"lm á los negucios propios del Gohier'no n.tcional;
"a." F.I Gobierno de los E,t.tdos Unidos no podrá OCUpl\rmihtarm\lnte
ningún panto (Ici Lerrit ¡l'il d '.1l!l;~,d,) ~ia e lll".~ntilll¡ellto expreso del Gobernlldol'
de éste, siempre qllC el mismo RsLa'lo mimtenglllll fuer;¡;a neecsar iu para la seguridad del tránsito dc uno á otro lIlur; y
"4,0 Que toùas las rentlls, propiedades y derechos de la C"n[ederación
Grarndinu. en el F~stll.(lode PanamÍ! per eneceriÍn á éste en aflelante, en los mismos
térlll¡no~ de la estipu¡'wión undécima dd tr,¡.tado de 10 di, Septiembre de 1860 entre
B ,¡¡v.lr y el C'\lua. s:d\7oSIll, OJlig¡willllcs, com,)romisos.Y empeñ')~ contl'aídos por
el lllltiguo Gobierno de 1.\ confederùcióll Gnm¡ldina qLe afecten á di£'has rentas,
propied'ldes ó derechos y en los CU/liesse sustituyen los Estlldos Unido~, á condición de que lo que erogue ó deje de percilnr el ¡':sl.ado por tal motivo se deduzca de
ht Clll'tlt con que deba contribuir para los gastos general,>s de hl Fnión, menos el
Villar .Je las tierl'ns bl\ldÍl~ que fucre preciso ceder en virtud de promeSft~ aoteriores
respe.:to del cll'tl no sc hará dicha deducción.
"Art. a," El territorio de P,mamá, sus habitante, v Gobierno serlÍn reconocidOti<lomoperfecta.mcntlJ neutrales en la.~guerms civiles ó d¡, rebeli6n que surj,m en
el resto del tl'rritorio dl' los F.shdos Unidos, en los mismos términos en que el artícnlo ali del truh.lo con los F.stados Unidos del Korte los reconoce y el derecho
i nternllcional dcflnc y estatuye la. nentrlllidull pura los pUf'blos ext runjeros.
"Art. 4," Sé ha convenido ademíts \lll que la neutr,\lidad dc que trata el artículo 11Ilterior serú pruetic.\dl\ religiosamente
desde ah»I't\; de mancra que este
gstudü no tl)mnrá parte algunu cn favor ni en eontra del Gobiel'no de la Unión,
Inieutrll.s sea comblltido por los partidltrios de I¡textingui,l" Confederación y del
Hobierr!o que III representaba,
Tampoco serú oblig¡¡.do el E~tado de Panamá á
Nllltrihuir por mediu <leempréstitos forzosos {¡ contribnciones extraonlinllrias para
gustos hechos il por haœr en III lucha lldualmcnte empeñudll en los otros Estados.
"Art, 5,° El Gobierno de los Esados Unidos de Nueva Grunltùa reconocerá los gl~~tOShechtls ÎI ordelll\dos hasta esta fecl¡;t en el E~tado de Punamá para
ohjetos lIucionales, siempre que se comprucben debidamente y cstuvieren autorizados por las leyes que rCiFíl"1en III Conl'e<lül"ación. Del mismo modo serlin reeobochi"s á <~llrgode la F niou los gastos ahsolutamente indispensables para I¡cenciur y
enviar ;Í sus cas!',s lllos individuos de ]1\ g-ullrnición (lue en nombre y por C\l('llta. de
III extinguirIa (;oufedcra.ciÔn Granadina,
e~iste aun en la ciuda.d de Panamá,
"Al,t. 6. Los individuos encarcclados ó de cualq.Üer lUodo perseguidos.
con proceso (, Sill él, P,)!"moti\'ils l;lrovcnient.es de la guerra civil (Ille se ha sostenido
en los Qtros E.st,dos, sm'iÍ.lIin'uedlatl\llIflute pucstos en completa ibertad.
"Art, 7." L'H bU'llWS. armIs y otros ~Iem:)ntos ùe gllCl"l"i\que se hayan
ll(lquirido eon fmulos de la ext in~lli()¡£ Con[ederaeiÔll se¡'án puestos á disposición
del Gobwrno dc Jos Estados V'nill,)s como propiedad¡'s Illteionales.
"Art. 8." El present.e convenio se sometl'rá al eXllmen y aprobación de la
Asalllhlcll LCA'ishttim del Estallo de PanamlÍ acLnalmeote reunida, sill cuya. aprobación no r \lede lIev'!rse li efecto.
"[~n fe de lo ClII£J finnamos dos ejemplares del presente COllvenio ell Co16n,
á seis de Septiembre de mil ochoeient.os sesenta y uno, v sedn a.utorízu,dos por el
Secretario de Estudo .•
0
S.
DE
LA GUARDIA,--:\I. l\IuRILLo.-EI
Secrdario
de E8t[\<}".-.8. Arze Mata."
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Ln. Asamblea Le~islativa del Estado apl'Obó el tratado por Ley
de 15 <leOctubre del mismo alio, que concluía con esta expresa determinaciÓn para salvaguardar los:interese3 del Istmo:
" ..... Se autorir.a al ciudadano Gobernador del Estado para
que al reconst:tuirac lu Hepública, lo incorpol'e á ella siempre que ,~ele
hagan las mi8ma~ conce8¡;one.~que en el COIwen;o de G de Septiembre
último. "
IV
Sosegado ya el país en 1863, COllYOCÓSe
la gran Con,ención nacional que debía rcnni1"He,y que se rcunió, en 1 L ciudad de Rionegro,
;E>:lt:ldo
de Antioquia, Call cI objeto de reconstituil" la. "República, 1<-:n
representación <leIIstmo concurrieron á csa Constituyente los señores
,TU'ltl) '\'t'OSf-lm3a:t,BJenaventura COrl'eoso, Gabriel Neira, Guillermo
Lynch, .José EnCf,l'nación Bmndao y G~.til1ermoFiguel'Oa, á quienes
arl';lstI'Ó, de buen ó ùe m:tl grado, la ola de eltusiusmo que brotó entre
1.)'3convencioni5ta-; al (liscuti¡' el proyecto de Constitucióu en que se
ad.)ptaba para la.RepÚhlica la. misma organización federal implantada
e'llo!'! "~stados Unidos de Norte Amél"ica. Sin tener' en cuenta que la
felicidad y el pro¡;reso producidos en aqnel gmn pais por sus institucione,; son d resultado de circum;tancias combinadas, muy distintas á
lus DU(~strai';,creyeron los miembros de la Convención haber acertado
eon la fórmula maravillosa de lu perfección política, y juzgaron que
nada mús se necesitaba para que todus las entidades de la H.epública
consi~uiesen la calma y lu prosperidad por que anhelaban. Los compromisos contmídos por la HepÚblica en favor de Panamá en el Convenio Guardia-:\1urillo fueron naturalmento desechados por la. Conven<:ión,como inoticiosos y perturbadores de la armoníl-\ del conjunto.
La Constitución le Hionegro se alzó como árbol frondoso en el
suelo de lo!';Estados Unidos de Colombia, extendiendo sus ramas sobre
la.:;nuevo entidades confederada". Mas á poco hubieron de advertir los
ifltmeños que el ár'bol se desarrollaba en una atmósfera de tempestad, se
nutría de jugos empoDzot1ados y proyecta.ba una sombra maléfica.
Notal"on á la vcz que ulla de sus raíces penetraba vigorosa y profundamente en el tcrritorio del Istmo absorbiendo su rica savia y propa.gando
el cont'lgio de lIna enfermedad espantosa, que parece ser connatural y
crónica en la tierra colombiana,
Conforme á la COIlstitnción, la elección de Presidente de la RfJpúbhea se hacia por el voto de los E!';tados, teniendo cada Estado un voto,
que era el de la mayorb relativa de sus respectivos electores, según su
legislaeión. El Congreso, compuesto de Senadores y Representantes
elegidos por los l<~stados,declara.ba electo Presidente al ciudadano que
obtp.IlÍa la mayoría absoluta de los sufragios de los Estados.
Ese principio (~stublecidoen la ley suprema y la facultad que se
dejó e:l la misma al Poder Ejf~cutivo de la Unión para organizar y sos-
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tener fuerza pública á BU servicio en los Estados. fueron causas muy
eficaces del gran desastre que sobrevino á la. RepÚblica entera y especialmente á Panamá; pero el factor principaL el factor determinante
de todos los males consistió en la ambición de n'lando; el fanatismo
político, caracterizado por una intransigencia feroz, y.el espíritu revoludonario, avezado á todas las violencir.s, que parecen ser, con señaladas excepciones, cualidades innerfllltes á Jos hombres públicos de
Colombia, tanto dviles como militares.
Como los Gobiel'nos seccionales ejercían un influjo inevitable sobre el resultado de Jas elecciones populares, cada vez que llegaba la
época de reemplazar los Presidentes de los Estados, ó de dar sucesor al
mandatario supremo de la Kación, ó de designa.r popularmente los Senadores y Representantes que en el Congreso habían de concurrir COD
su voto á declarar definitivamente la elección de aquel mandatario, la
fuerza pública nacional acantonada en cada Estado se entregaba con
frenesí á la tarea inmoral de coartar ó violar el sufragio, para que en los
Estados, calificados irrisoriamente de soberanos, no h ubicse sino servidores sumisos del círculo político dominante en Ia capital, y para que
el voto final de cada sección se prollUnciase en.el sentido que más CODvenía á los intereses de aquel falansterio bogotano.
Si á eso se agrega que la elección presidencial había sido inconsuItamente regulada por brevísimos períodos d.edos años, fácilmente se
acertará con la explicación de por qué ae hizo más grave é intenso el
mal que afligia ci la Na-.:ión colombiana. No tuvieron otra causa Jas
guerras generales que con furia se desataron, y los choques, escándalos, golpes de cuartel, sublevaciones, inicuos derrocamientos de Presidentes regionales, toda esa serie de trágicos y luctuosos sucesos que se
desarrollaron en el Istmo de Panamá durante lID cuarto de siglo, imputables todos ellos, directa ó indirectamente, á los gobernantes de Colombia y que tan desgraciados hicieron á los hijos de este suelo.
Todos Duestros conterráneos conocen la exactitud de e3e juicio,
y, sólo por la consi:leración de que fuera de nuestro territorio se ponga
en duda nuestra veracidad, aducimos los siguientes testimonios oficiales auténticos, tomados al azar entre un nÚmero infinito de pruebas.
Sea el primero la célebre réplica. rebosante de indignación, que el
doctor Pablo Arosemena, distinguidísimo .estadi:3tllde Pan[\má, audaz·
mente derribado de la Presidencia del Estado, porque no secundaba los
planes electorales de un Presidente de la Nación, dirigió al General
Sergio Camargo, ejecutor del atentado, cuando éste le comunicó su esc.'lndalosa intimación.
Dice así:
"Estados Unidos de Colombia.-E~tado
namá, 12 de Octubre de 1875.
Soberano dtoPanaχ.-Presidencia.-PI\-
"Sei¡;or General en Jefe del Ejército de la Unión.
"Seilor: Acabo de recibir con la nota de usted de estn fechn, sin nl¡merO,
Is resolución que usted ha dictado hoy, declaJ'ándome enemigo del Gobierno l{ene-
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mI, intinlllndome /lI'J'Pôtoy ('xi~iéndorne el desarme Ile la fuerzlI que sostiene mi
~obiern() y lit cnt¡'cg:l de todos los plcmentr.s de gnerrn,
HA l'csar <le tod"s los atentados éOOletidos por el Gobierno de la Unión y por
sus ngcllu's, no ha I'0dido IllPI]OSqlle sorprendCTllle la rtso]¡u·iól] qUl' usted DIe comunica, que el] '1'IIl'<jllíadal'Í" Jugur á UI]Itlllanifestación PllbHc/l, dietadlt dl's()llés
de hahenne ustcd dieho repetidas veces que rel·onocía mi gobierno COIllOlegítImo,
que se cntcndería con él, y que los rebel(les que lo atacllblln no recibirían ùe listed
ningÚn nllxilio.
"Esta eomluctll (le usted me pnleba que usted observa rígidameute la ,lei
Gobierno tÍ. cuyo servicio se halln, que rehaja cuando dice prOlllO\'Cr, inten'iene
de;;clll'/tllnlllente cuando ,lice prescindir, despelIaza las instituciones cuand" se jacta
de <lefcnderllls, y rompe los [¡¡ZOS de ulJión cuumln hace alarde de fortifi('arlos,
"Rehuso comtitui-me pl'Ísionero en mi casa, lo mismo que guarùar elllrresto
qne ust.ed pretende illlponerme COllla facultllll de lit gllardia colombianlt ú. sus órdencs, Sin fuerzas pllra. resistir é. usted, yo tcngo que limitarnw li protestar contra.
el ('norn)e Ilt('ntlldo de que USl,·t!~e huce responsable, que cs llll lIuel'O golpe uescargado (:ontl'll las iustit'I<:Ï¡·ne;;, <¡uereYrla III auscncia de tOllo esplritu de justicia y
ofrece blll<l,ín (rcsco al titulo po1ítieo <¡ue,le este Tara laHrel ha hecho ya tall auundante cosecha.
Prol esto tlllnuién en nombre de Csttl patrilL hoy humillada, 'lile ell tiempo
menos infortunado resist:ó ILlLibcrt.ador Ile cinco l{CpÚOIiCllS,)' al hombre que hoy
ví\'e en hLhi>tolÜ y 'lile honró ell CUllspu,llos colores nacionales; cont.ra este poder
perdido que ¡ill reemplllzúdo tOflo el clll,ítulo de laoSgarantías íllllividuales cun el
derecho lie III guerra,
"¡';I Jefe de hLpluza entregllrli li las fuerzas de llsted todos los elemcntos de
que dispone.
H
"PAIlLO
ARos¡';ME~A,"
Aquel acto audaz mereció también la siguiente protc¡:,ta de la
Legislativa del Estado:
A::;umblea
"La Asamblea Legislaliva del Estado Soberano de Panamú
··CO~SIDER.AXOO:
"Que por ]a prisión impuesta al ciudarlano Presidcnte constituciollal dc] Estll.<]O,por el Geneml Ser¡:¡ío Camargo, Oeneral Cil ,le{e de lit guardia COIOlllbiILllU,
Ilpoyado en las fnerzas na"ionaJes, no puede aquel distinguido ciudadano desempeñar sus {unciones;
"COXSIDERANDO:
"Que el mismo Uelleral ha ;;ustituído un Gobierno de hecho al constitucional, I'rescindicJldo dB los sustitutos;
"CO:l'SIlJEIlA SDO:
"Que faltando el Presidente constitucional, la Asamb]ea no tieno con quiell
entenderse constitucionall1lcnte para la SRIlCi,íllde las leyes;
"CO~SlDERA1WO:
"Quc ]a guardia co]olI1bianll ha i1ailo deei,liclo apoyo It los individuos rebe]ados ('ontra c] Gobierno legítimo del Estado. contrariando]a ley nacional de 16 de
Abril de 1~(í7,sobre orden público;
"COXSlDER,\~DO :
"Que e] ataque Ii.la soberanía del Estado)'
por la g'ullrdia eolmIlbiana,
el cambio de Gobierno se efectu6
"RESl;ELV¡'::
"Protestar,
CO/110
en electo protesta ante la Nación, y como cumple Il.la dig-
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lIirlad -I('}E~tarlo, {'O!ltm (') IItentlHln cometido por el .Ide de lu guardiu
colombiu!lU. IIp!'isiollnJlllo al Pre~ir1ellte constÎtn('ional.
cllrnbialldc 'u (](,hier1l11 po!' nnl.> de
IH::eho y d<>,.;lrnyendo la ,.;nben\llía (Ir·l Estado,
<¡ue d('sd" (',.;le 1lll.>Ill/'nto (¡uedn il
Illerced ,leI ,Ide ,le dicha guardia y de I(lS revoluciollari(l~
Ú Cjuicnes huu{'ogido
¡mj"
su prot,~cción; ,lenuneIar el ntent.u(lo It los Poderes 1'edemle!; y ÎI ]os Gobierno~ de
los demÍls Estados th- III UniÓn: y su¡;pen,ler ,u¡; se"iones or¡linarias hastn 'lue el !,,;gimen constit nciona] VUe!VII :í imI"'mr en el país.
"l'UIl!IIIlÍt. lí 12 de Octuùrc
de 1875.
"J. 1II. AlzaIllofl\ ••1. li£. CusÍs, Claudio .J Carvajal,
J oaqllÍn A roscmenn. -Waldino
Aro,.;elll<>nll, ~Ill-1lue! l'anlirw Or·lIña •. J. Bmdlo,
;\Iu.rlllel .:Ilnn'l'lino IIerrcr8,
.:IIuteo !turralde.
DOIllillgo DiIlZ, Francisco OJa('ir<>¡.:ui. n. \'alllu·jno. Alejandro Ar('(', Cllrlo~ Y .• 'rose!n<>llll, C. Arosemena •• José E. Bnmdllo,
Anto1lio
)luría ES(,l1lonn, ;José Márquez."
En 18H2 el Presidente del Estado, sei'íol' Dámaso Cervera, en Sll
Mensaje á la Asnmblea, esbozaba <.:onestos ra8~0¡; elocuentes la situadón .~reada en el Istmo:
" ..... , " _l,os re~llltl1'los de Ulla política fl'llllea~' amistosa, bien ¡;e corns
prende, teníull (¡ue ser fa\'omb]es pura el orden y la cstallllidad
dd Gobierno del
Estndo, yíP-tima por lo ordinario de las influeneins indebidns dn fnncionurios
públicos de la l'nciÓn, nombraelus Íl veces prellleditadamentl>,
!;ill COllsllltar los iuteres<>perllunentl'g
¡{el puÍs y, lo Cjlle <>smús, eOIl el deliheraùo
pl'opÔsito de hostilizar al
Gobierno
del Estado.
".Repetidos hun sido los escán¡lnlr,s con que 111lt\política federal. distinto. á h
ohscJ'I"ada Últilllnmeute,
hahía alejadu de este priYÏlegmdo suelo ha.~to. la ('sp<>l"nllza
de uleanztu' unu yidtl soscgaela y laboriosa ni umpal'O úe In 1'117.. Y lo peor de todo
es 'lu,~ Panaullí 1m cargado casI siempre IlllLe el murlllo ci','iliznd(. con el gl'llye pecado de la resporm¡hilidnd
de l'SOS actos, eUlllldo sill la indo-_" .v eurÍlctcr gencralm<>n1<>nr.>hJe de SIIS hijns, los hábitos ,leI trabajo se habrían p"r<lido y las mlÍ.s t riyiales
Iloeicnes del bien ,.;crillll ,h".;conocidus, lIev,índoulls con puso segllro Ii. III ùarbarie.
"Ya In AdministrueitÍn
,Ici Estado en Itl78 se halla apercibido
de tamuÎins
i1'l'e~lIlaridadc;;, eallsa eficiente de Jos mlÍs serios ùe~órd"nes ('Il l'llnllllll\
"
y el año siguiente decía con e¡;píritu optimista en otm :Mensaje:
".Juzgo que In. época '~Il que h\ guar¡liu
co]ombÜwa
derroeabll
Gobiernos
constitueiolln]('~
ha pasllelo entre lIosotro.';, pero IllienLl us ln Ley de Ol'llen Públieo se
preSle ,\ interjll'('taclOlle,.; cllpC'iosas, 1'0.1">\el encargado
de aplieRrla. los Gobiernos
SeCf>iOIlales qu<>exclusi\'Ulllente
se apoyar. en aquella
fuerza
cstán eX¡lIll'slos ,i suellm'oir cUllll>lo mellos lo eS¡.>l'I'CIl,si usí conviniere ú los intereses
políticos dc) .Jcfe
de li, Unión."
Investigando las cansas generales de la condición desgl'aciada. de
Colombia, el señor Victorino Lastarria. impar~jal publicista chileno.
emitía, en WI libra que se dió á. la esta.mpa en 1867', un largo eoncepto,
que se repl'odujo como verídico en El P01"l.:enÍl· de Cartagena, el año
de 1886, y del cnal acogemos aquí este solo párrdo:
"
AÎiádase tOlluvíu ia flLita completa
ae lIocioncs y de húbitos Il,·
ju,.;ticia y dt' mOl':llidu,ll'u
pueh]os cdlleados bnjo Ull régimen
l'Il que la Icy ó la
t'uerzll lo jllst.itieall lodo, y tendrelllos unll explicación
de In rubia y crueldad con
que se han perseguido los pUl tIdos, y de la facili<llld t;OIl /lue hlln creído ]kito lodo
media de host ilidatl, toùa ext,lu~iàn, to(lo ataque
al (Ierecho. a1\n It'S h()lllbr~,.; que
por Sil probidad pl'rSOnalllo se pl'rlllitiritlTl en "\IS I'l'laeiml<>s pl'iva.,las ae·tos scmeja,¡tes.
Estlt fullu <l" probidad política, y aquella falta ,lc J'ospeto por ¡,~~
opiniones
é Íl¡t.erescs de ]ns adversarios,
son (los J'eminisc(,nelus ùe la cil'i!izaClÚn española que
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IIIUlllPutfllli:!.ndu la~ C"lHli('j'i1I(,s democrlÍtÍ<~ltSlll'! Pueblo Co!ombínllo ." (Iu(' han da,¡o ,¡ ~Il' COlllll()(~iuIICSUlI l'lll'lí"ll'r all''':!.;' Ulla '¡ligulaI'
dI'SIII"l'lllizllCi\JlI <¡llCquita
tOllo su vulor lÍ, lus ilbtituci"lIcs
y á la, ,'¡;forI/lOIS,"
y t'n -¡SH2 d doctor RIfad !\ÚÎÏ<'z,<¡\le había ele ser elevado por
('uarta vez á la PreRidendn ùe la Hl~públi(~a,para indinar los pucblos ¡Í
la rcfol'nla de llU:;illstitu<:Ïolles pOI' él Iwedi<:attt, r,lsumía la historia política <leColombia en e,ta expresi va reflexión:
"En el c!l/',so de.!¡O aí¡o.~ eSC080,s que l!el)(tIIW,~ de 'Vida política
des1newtrmirniento del orden púúZ¡co ha sido, pues, la exeepciún,
y la (Juel'ra civil la regla general,"
de
18,~:!,el
Si en el O/'denpolítico fue tan funesta para cI Istmo la tutela de
Colombin, en el ol'den fiscal y económico no nos fue menos perjudicial.
Las institucÍone:,; no dejaron al E~tado ~il\o bienes y rentns de cseasa
Rignificación pam sufrngal' á sus mlÍ.!'lpremiof:a" Ile~esidacles, en tanto
que la. XaciÚn uSllfl'uctua ha de los }lroventos y recursos fiscales máq valiosos. Favorecido el btmo ('on una po~ición inmejorable pnm el tráfico del mllndo, parecía equitativo que Rele dejase disfl'utar, en l;uota
suficiente, dtl (~SOH media;; ele prosperidall 'lue Dios le oturgó con mana
próvida; pero no fue sin grandes csfuenos como se obtuvo el del'echo
de pelTibir WH!' d6eima parto do la renta vincnlada en el fel'l'ocarril iutermal'iuo; y Cil Cllallto á los contmtos pam la excavación elel cunnI en
nuestl'v tl~lTitorio, el Istmo quedó excluído de toda pal'ticipaeión en las
inmensas utiliùadps que esa empl'csu ha producido Ít la nación colombiana,
Bajo el réglluen federal de 18G3á l8S;) el espíl'Ïtu separatista del
Istmo no tuvo revelaciones ostensibles: se adonrwció; pero ello debe
estimarse, hasta 1878,como uno de los extraños fenómenos de la ins:uH\
emul'îaglwz que los pueblos halLm.lIIen el fondo ele la copa dorada que
so les brindó pérfidamente con el nombre de Soberanía de los Estados;
y despué,.;dn tlquel año, como efecto de las eRperanzas quo hizo !lacer
l'Il los i~tml'iios el contrato para la upel-tura del l'allaI, celeul'ado con el
seílor Luciano ;:.;.B, "\Vyse,y cuya~ cunseeueneias favomblefl á nueRtra
illllppendcueia hemos cioeonsider'a¡' más adelante
En los quince años anteriores á la colebmción de ese contl'uto,
vi vierun los i;;,tmeiiosuna vida artificial y engafiosu en que perdieron
ùe vh;ta !iUS verdaderos intereses y sus tendencia..'$tmdicionales.
v.
:\lientl'ns el Istmo se henchía con ulla prodigiosa inmigración de
hombl'eq de toda", las razas do todos los climas, que venía.n atraídos
por la p;mn obn (h·1 <.:unal,ya en plena actividad, y el tm,bajo remunerador aliviaba la condición aun de los más menesterosos, en la Nación comellzó d apostohlllo de ulla falanp;e de estadistas, á cuya cabeza
se destacaba la jigura dd doctor Hafal'! Núiiez, que predicaban con voz
y
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= Hi =
clamorosa una regeueraClOl1 fundamental para impedir lt~ catástrofe
política. atribuyendo á In Federación t.odoRlos males que azotaban á
la Patl'ia,
Hubo en la República una tremenda convulsión social, seguida
de una pavorosa carnicería, y lar; instituciones se transformaron
Volvimos al régimen central de 1843. Al organismo político de
la Nación se dió otra vez la contextura de un pulpo giga,utesco, de poderosos é innumerables tentáculos desparramados sobre el país, de los
cuales se servía ci monstruo para ahogar la más pequeña manifestación de vida Ilutónoma en los municipios y ('evomrles la méùula,
En la crisis de 1885 y 1886 no dejaron de ocurrir en esta ciudad
:3eriostrastornos. que eran episodios obli~adl)s ùe la san~rienta tragedia nadonal; pero es evidente que el nuevo orden de cosas encontl'ó á
los istmeños con la bandera negra del escepticismo político plantada
en todos los hogares Así Jas encontró, desengañados de todas las vallas prome¡;;asy pomposas teorías con que babían anestesiado su espiJ"Ítulos tribunas, estadistas y gobernantes de Colombia.
y como corrían sin cesar los raudales d'31Pactolo qlle trajo á este
territorio la Compañía del Canal, los istmefioHse mantuvieron en la ri·
vera del maraTilloso río, empeñados en labrar su personal prosperidad
con los medios materiales que se hallaban al alcance de SllS maflos.
Contados fueron los istmeii08 que tomaron algún interés ó alguna participación en los asuntos pÚblicos, de los cuales la masa se desentendió
por completo, dejándolos al arbitrio de los colombiallús que habían hecho de ellos una profesión lucrativa. ¿ Quién había ya de ereer en la
virtud del Centralismo ni del Federalismo, cuando ambos sistemas ha
bian sido ya ensayados con igual desastroso resultado para Panamá,
por culpa de la ineptitud y la mala fe políticas de J08 gobernantes de
Colombia? ¿~o eran acaso los mismos hombre!':, y después sus herede~
ros y discípulos, los que habían de apiicar hs instituciones~ ¿Para
Qué tratar de influÍl' en los destinos del país, cuando el I8tmo, como entidad política, no era sino un miembro cuya salud dependía del cuerpo
ineurablemente enfermo en que estaba articulado?
En la Constitución de 1886 hubo una novedad: el excepcional
artículo 2"1, ¡.;egúnel cual el Departamento de Panamá quedó "sometido á la autoridad directa del Gubierno central y administrado con
arreglo á leyes especiales. "
Aún está por averiguar si la mayol'Ía de 108legIsladores que
establecieron esa especialidad procedieron cen r,~ctaó dañada intención
hacia el Istmo; pero lo cierto es que el citado art.iculo constitucional no
hizo sino deprimir á Panamá entronizanùo en d una dictadura de Ja
más odiosa especie. Quedó este Departamento en peor condición que
los demás: nuestras Asambleas, Gobernadores, corporaciones y empleados de todo orden no ejercían má.s funciones que las muy preea.
l' ias que los gobernantes de Bogotá tenían la misericordia ó la mezquin-
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dad de concederIes. El capítulo de ~arantías individuales, lo mismo
que los demás derechos asegurados por la Constitución á los colombianos, no existían para los istmefios. Semejante vida era intolerablo
para un pueblo, y tras mucho bregar se obtuvo, en 1894,que el precepto
abusivo dejara de regimos.
La generosidad que inspiró á los congresistas de Colombia en la
derogatoria del artículo 201 de la Constitución--que puede llamarse
Articulo Panamá-·-se mide por el textoùe la ley que lo abolió, concebida en estos términos:
"LEV41.
"(6
que reforlllll
DE NOVIE1IBRE),
el llrtí<:ulo 201de lu
COIlStitllciÔuy
el ordiulll
t.' del unículo
7U
<lt>]llffiisffia.
"El Congreso d,! Colombia,
"llECRETA:
"Artículo único. Dcrógnse el artículo
delurtíclllo 76 de la misllla: en r:ollseeuencill,
cOlllprendido <ln 111 !egislncilm geneml de la
"~. En materia fiscal podrún dictarse
especiales jll\rn el Departamento de Panamá.
201 de la Constitución yel ordinal 4.·
el Depll.Itlllllento ùe PanllllllÍ. quedar¡,
Repúbli'la.
disposiciones Icgislativas y ejecutivas
"Daùo. en Bogota, Ii tres !le Septiembre de mil ochocicntos noventa y dos.
"El PresÍ!hmte !le! Senaùo, JosÉ DOMINGO
OSPINA C.-El
Presidente de la OIÍ/IlUra
de Heprescntllontes, ADRIA1W 'l'alDÍN.-EI Secretario del Sellado, Rnriq1/.fde NaruMz. -El Secretario de la Cámara de Representantes, .Jfiguel A.
PeiÙlredonda. "
A los istmefios nos tocó sentir por atormentadora experiencia la
profunda verdad que encierra este principio de derecho constitucional
enseñad u por los jurisconsultos más notables del mundo: quo todos los
sistemas de gobierno, aun aquellos intrínsecamente mejores, resultan
malos, si han de ponerse en práctica por hombres que no se inspirun en
el bien público, que no conocen el carácter del pueblo, ni sus instiutus
y que prescinden de sus necesidndes y aspiraciones.
La única salvación que se veía para esta comarca era la apertura
del canal. porque esta obra, destinada á satisfacer necesidades industriales del mundo entero, nos pondría bajo la vig-ilancia de naciunes
poùerosas y civilizadas, quienes, por la lógica de lus acontecimientos,
veudrian á. ejercer sobre nosotros un colcctivo y benéfico protectorado;
nus rescatarían, más ó menos pronto, del poder de la turba de alienados en cuyas manos nos pusimos incautamente en 1821;ó bien curarían
el mal de éstos por los procedimientos científicos más avanzados.
Esa solución era estimada como equÏ\'alente do una virtual
emancipación de la metrópoli colombiana, y por eso el espíritu sepa.ratista uo volvió á presentarse franco y desnudo, cuma lo había hecho
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en ocasiones anteriores, mientras huho la e!lperanzn.de lograr aquel
natural y p.oncilio.dordesenlace
El cl4Dalinteroceánico debía ser nuestra redención. Sea que
procediesen por instinto, por presentimiento, por convicción ó por clarividencia de los bienes futuros á. que hemos aludido, el hecho es que
no ha habido istmeño de sana razón que no fincase sus esperanzas de
I';lZ y de dicha en la apertura de la pr0digio,~'l vía intermarina, y ql16
lia SA considerase obligado á hacer euanto do él dependiese para que
la gran obra se llevase á término.
~
De abí los ruegos clamorosos, la ardiente propaganda, los plebis.
citos, las delegaciones de personas notables enviadas á Bogotá todM
(~sasmanifestaciones con las cuales el Istmo expresaba al Gobierno de
Colombia su deseo de que la Compañía francesa del Canal impetrase
las prórrogas que pedía para llenar sus obligaciones y que la quiebm
formidable de 1889 habia hecho necesarias.
Vióse al cabo que la mencionadlt Compañía frances \ no contaba
con Jas recursos suficientes para abrir la ruta; pero el sentimiento de
estupor que semejante descubrimiento podía producir en el Istmo. fue
neutralizado por la noticia de que el Gobierno de los Estados Unidos de
Narte América, reconociendo al fin las ventajas de nuestra vía sobre la
de Nicaragua, por razones de l'Jeguridadexterior de esa gran Nación y
por la neccsidad de desarrollar sus ingentes riquezas, consentía en encargarse de la cjecución de la magna obra, con tal de que lograra ajustar convenios apropiados y equitativos con la Compa1iía concesionaria
y con:el Gobierno de Colombia.
Los accionistas de la Compafiía frar..ce!c'aallanaron dificultades,
y se hizo el arreglo, que quedó pendiente sólo del asentimiento de la
República de Colombia.
Como en el contrato S~lgn.r-\Vyse se había estipulado que la
concesión no vodia ser transferida á ningún Gobierno cxtranjero y como, por otra pal'te, el derecho escrito de Colombia declara á esos Gobiernos juridicamente incapaces para adquirir bienes raíces en el territorio de la República, el permiso para el traspaso debía ser obra.
privf\tiva del Congrcso, en quien reside la f¡¡CllltaJ de derogar óreformar las leyes.
La voluntad dè ese cuerpo soberano no podía explorarse en tan
grave materia, sino por medio de un convenio ad referendum, pactado
entre los gobernantes de las dos nadones contratantes, el cual, una vez
ra.tificado por los legisladores de ambos paises, asumiría el carácter
solemne de Tratado público.
Se ajustó el convenio Herrán-Hay y el Senado de Norte América
lo aprobó inmediatamente; no así el Senado de Colombia, que, contra
toda juiciosa expcctativa, desconociendo los inmensos beneficios que el
Tratado reportaría á la República, sill mimmiento á los grandes intereses de los I~stados Unidos del Norte y de la Francia, inspirado por UIl
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orgullo miope y una arcaica nodón del patriotismo, pronunclO un
veto indignado y enfático, que fue UIldesafío insei1sato á. la civilización y al progreso del orbe.
Ql.Iidquid delirant
reges, plp.ctuntur Achivi: "Cada vez que
deliran los reyes, reciben golpes los griegos. "
La ne~ativa repel'cutió en los ámbitos dol territorio
istmeño
como el anuncio pavoroso de inminente cataclismo, porque se sabía
que la ruta rival de Nicaral.lua contaba en Norte Amél'iea con osudos y ardientes partidarios, i quienes la actitud del Senado de Colombia acababa de hhcer el juego, y porque, simultáneamente con la decisión de ese cuerpo de legisladores, apareció cercana la elección de
Presidente de la República, se oyeron voces siniestras, precursoras de
una nueva contienda armaùa y las miradas se volvieron con espanto
á las antes rientes aldeas y llmènOScampos del Istmo, convertidos, por
la última reciente guerra, en desolados departamentos de una vasta
necrópolis
La hora había sonado. El pueblo del Istmo, después de pade
eel' una agonía de ochenta años, recibía de sus amos la sentencia de
III uorte :
Pero la desesperación obra pr9digios; ella, como la fe, transIJOrta las montañas y á. veces, también, las despedaza con esfuerzo
formidable.
El ansia de libertad, largo tiempo contenida y silenciosa, aunque latía febrilmente en las capas populares, como esas corrientes de fuego yue caldean las entrafias del planeta, brotó, al fin á la
superficie con mdomable brio, y aventó á lo lejos el poder que se
asentaba con abmmadora
pe&'ldumbre sobre este viril y generoso
pueblo.
VI.
La suspicncia y h maldad acusarán acaso á los Estados Unidos
del Nol'te de haber promovido la insurreceión en el Istmo; pero
semojantc Cal'go, inexacto y vil, no alt:anzará á manchar ]a gloria inrr,aculn.da de esta hora blanca, de esta hora santa en que las
naciones del mundo saludan con alborozo el advenimiento de la
nueva RepÚblica y alaban el pasmoso valor eívico do sns fundadores.
Quien haya leído esta larga exposición se convencerá de quo
la tendencia separatista se ha trasmitido con fuerza do tradición casi
secular, de generación en generación, en esta comarca centroamericana, y que it ella com;agraron devoción entusiasta los istmeños más
conspicuos de todos los tiempos. Quien estudie ·serenamente la grandiosa transfcrmación política que acaba de realizal'se en el Istmo de
Panamá y examine las P,:U-Sfl¡; que la produjeron, advertirá claramente
que un acto de tal magnitud y de tan grandes tl'ascendencias sociales
no puede tener otro resorte que un sentimiento espontáneo y unánime del pueblo, que busca con seguro instinto su propio bienestar, y
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que semejante acto y el modo como se ha cumplido excluyen toda
idea de intervención extrafia.
Revelando aptitudes de estadistas, no sospechadas en Colombia, los istmefios no han hecho otra cosa que consultar en la hora
precisa los signos del tiempo; calcular con juicio certero la calidad, el
número y el poder de los elementos que podían favorecer la independencia; prever las contingencias, y obrar con la fe y la resolución
que infunde un levantado propósito, sin vacilar ante las tremendas
consecuencias de un fracaso posible. Sin contar con la garantía de
compl'omisos de ninguna potencia extraña. se dió el paso decisivo,
porque obvio era que éste había de merecer el aplauso y el favor, no
sólo de la gran República norteamericana-próxima
á romper sus
relaciones con Colombia y natural y admirable protectora de todos
los pueblos oprímidos de este continente--sino también de las demás
naciones, que tienen todas intereses tan gr;;¡.ndesvinculados en nuestro
tel'ritorio, los cuales acababan de ser temerariamente despreciados por
los poderes públicos de Colombia.
Esos intereses, que son también los nuestros, debían ser, y han
sido, razón determinante de una alianza, que no por no estar escrita ha
sido menos efectiva y que asegurará de modo permanente la inde.
pendencia y la prosperidad de nuestra R¡,pública.
j Loor á 108 hombres que s~pieron gdar el movimiento y llevarIo
á tan feliz resultado! i Loor al pueblo que para conquistar sus libertades políticas no ha necesitado lanzarse al exterminio, ni derramar una
sola ~ota de sangre!
Para corroborar la extonsa enumeración que hemos hecho de las
causas internas que originaron, y que jU!ltifieall, la. definitiva separación del Istmo de la Nación á que ha pertenecido, recogemos aquí las
siguientes sentenciosas palabras, que ofrecemos á la meditación del
mundo entero, y que nosotros, desde una curul del Congreso de Colombia, oimos pronunciar clara y distintamente al señor don José :M:anuel
Marroquin, actual Presidente da esa RepÚblica, el día 7 de Agosto de
1898,en el acto solemne en quo prestó el juramento:
••_.... , _.. Los odios, las envidia8, las amhiciones, dividen 108
ánimos; en la esfera de lapoWica se batalla con ardor, menos por conseguir el triunfo de principios que por hundir ó levantar personas y
bandos; la tranquilidad pÚblica, indispensable para que cada ciudadano pueda disfrutar á contento del bienestar que deba á la suerte ó al
trabajo, nos va siendo desconocida; vivimos una vida enfermiza; la crisis es nuestro estado normal; el comercio y todas las industrias echan
de menos el sosiego;que han menester para ir adelante. La pObreza to·
ea á todas las puertas.
"NUESTROS DISTURBroS POLíTICOS HAN HECHO QUE SE CONFUNDA Ó
LA IDE,A QUE DE LA PATRIA SE TIENE
HE ANULE LA NOCIÓN DE PATRIA.
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=
ESTA DE T,\L lIIA~ERA
Y CON
~o
ES RARO
rC~AL
aIR
ENTRE
'SOY COLO~BIANO"
'SOY FRANCÉS?'"
'Yo
CON
=
LA
DE
Y DESCONFIANZAS
Á t:N PAISANO
DE OTRO PAís:
"¿ HAllR"\.
CIR:
ASOCIADA
LA DE LAS ZOZOBRAS
21
NVESTRO
Q1:ISIERA
NOSOTROS
C0310
TCRBl:LENCIAS
QCE ELLAS
HABER
NACIDO
POLíTICAS
ENGF.:-;DRA~,
LO QCE NO SE OIRÍA
)I1:CHOS
UN
LAS
Á NI:'WÛ:-;
SE
X.\-
El'<"OTRA PARTE'
Q{;E :-¡~: ENOR(T"CLLEZCAl'<"
FRANCÉS
QO:
ENOIWULLEúE
AL
AL
DE-
DECIR:
t*)
Honrados conceptos esos del supremo :Magistrado de Colombia.
como que eran la exacta fotografía de un sentimiento ¡:;eneral sometitlo
al análisis, la reyelación ingenua de un estado de alma, dominante en
1[1,mayoría de los colombianos. Esas palabras de corte y sabar casi
bíblicos, que tienen un sentido particularmente intenso para los habitantes de Panamá, son la mejor, más completa y más alta vindicaci,',n
de la presente actitud de los istmeños y de los qne, sín haber nacido
cn nuestro territorio, vinieron á él; fundaron hogares honorables; ma ncomunaron con nosotros sus intereses, sus anhelos y sus esperanzas;
padecieron alIado nuestro por los martiriz:ítltes extravíos de 108 GobiE-l'nos de Colombia y, en la hora supramn., nos acompañaron ¡-1 formal'
nna patria mejor, dispuestos abnegadamente á ofrendarla con nosotros
desvelos, tranquilidad y hn.sta la vida misma, si necesario fuere.
Yu.los males de que, al igual de sus antecesores, hizo bre,e y
sombrío recuento el actual Presidente de Colombia, han dejado de producir en el Istmo sus funestos efectos, merced á la gloriosa independencia, que extirpó para siempre su raíz. Las almas se serenan; los
enemigos ayer mortales, sobre el oreado campo de la incipiente Ilepública, se despojan, como de túnica inflamada, de los odios políticos que
~ll ellos prendieron los partidos de Colombia; se adelantan con igual espontáneo movimiento y se dan el ósculo de paz.
¡Bendita sea la obra que empieza por producir un bien tan inmensO I
Panamá, Noviembre 18 de 1903.
F(AMON JIl. VALDES,
(*)
Di~cur,() inaugural
del Prcõl<lente dll ht HepÚbllca, señor don José ~fantlel
,·r0'luín.--Díario
Oficial. de Colombht, número
10, ¡:!-l, <le 1 (Ic Ago~lu <le 1898.
)(".
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