Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. (Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2010; 57: 109-114) CASO CLÍNICO Síndrome de QT largo adquirido perioperatorio L. Goitia*, P. Pérez**, P. Sebastián**, J. M. Taibo**, A. Arizaga*** Servicio Anestesiología y Reanimación. Hospital de Galdakao-Usánsolo. Vizcaya Resumen Perioperative acquired long QT syndrome: a case report El síndrome de QT largo adquirido es una entidad poco frecuente, pero su diagnóstico es de vital importancia por el riesgo que tiene de desencadenar una Torsión de puntas y muerte súbita. Es una patología que se puede producir por diferentes causas en pacientes que tienen una susceptibilidad genética. Estos pacientes habitualmente presentan un intervalo QT normal de base. Algunos de los factores que pueden alargar el intervalo QT son fármacos de uso habitual, como son antibióticos o algunos de los fármacos empleados en la anestesia general. Por todo ello, es fundamental diagnosticarlo y conocer el manejo anestésico de este tipo de pacientes, así como la prevención y el tratamiento de la complicación más temida que puede dar, que es la fibrilación ventricular. Presentamos el caso de un paciente sin antecedentes de interés que en el contexto del perioperatorio urgente de un absceso periamigdalino presentó un síndrome de QT largo adquirido con varios episodios de Torsión de puntas y parada cardiorrespiratoria. Acquired long QT syndrome is a rare condition whose diagnosis is of vital importance given the risk of torsade de pointes and sudden death. This syndrome may be triggered by various events in patients with a genetic predisposition. Patients usually have a normal baseline QT interval. Some of the factors that may prolong the interval are exposure to common drugs such as antibiotics or agents used for general anesthesia. Diagnosis of the condition is essential, as is knowledge of how to manage anesthesia and prevent ventricular fibrillation, which is the most feared complication. We report the case of a man with no relevant medical history who underwent emergency surgery for a peritonsillar abscess. The patient developed long QT syndrome, with several episodes of torsade de pointes and cardiorespiratory arrest. Palabras clave: Síndrome de QT largo. Anestesia. Antibióticos. Infecciones. Key words: Long QT syndrome. Anesthesia. Antibiotics. Infections. Introducción cuencia cardiaca, a la hora de valorar un ECG es mejor calcular el intervalo QT corregido según la frecuencia cardiaca (QTc). Para ello existen diferentes fórmulas, entre las que destaca la fórmula de Bazett que es la más ampliamente utilizada. La Tabla 1 nos proporciona unos valores orientativos del QTc según la fórmula de Bazett. El síndrome de QT largo puede ser congénito2 o adquirido3. El síndrome de QT largo adquirido se produce en pacientes con susceptibilidad genética expuestos a factores que prolongan el intervalo QT. Se considera que el adquirido es una forma menor del síndrome de QT largo congénito, producido por una incompleta penetrancia de las mutaciones de los genes implicados, así como un polimorfismo de los mismos4. De momento, se han identificado más de 300 mutaciones en 6 genes que codifican ciertas subunidades de diferentes canales cardiacos de sodio, potasio y calcio. La alteración de dichos canales hace que se alargue la fase de repolarización del potencial de acción ventricular y que por El síndrome de QT largo es una patología congénita que se caracteriza por la prolongación electrocardiográfica del intervalo QT asociada a la aparición de taquiarritmias como la Torsión de puntas en relación a situaciones de estrés físico o emocional. Se considera un intervalo QT prolongado cuando éste mide más de 440 mseg en hombres y 450 mseg en mujeres. Teniendo en cuenta que el intervalo QT depende de la fre*Médico Interno Residente. **Médico Adjunto. ***Jefe de Servicio. Correspondencia: Dra. Leire Goitia Arrola Hospital de Galdakao-Usansolo Secretaría de Anestesia y Reanimación Barrio Labeaga s/n 48960 Galdakao (Vizcaya) E-mail: [email protected] Aceptado para su publicación en enero de 2010. 47 Summary 109 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 57, Núm. 2, 2010 TABLA 1 Valores aproximados del interval QT según la frecuencia cardiaca Frecuencia x´ QT (segundos) 50 60 70 80 90 100 110 120 0,38-0,48 0,35-0,44 0,32-0,41 0,30-0,38 0,28-0,36 0,27-0,34 0,26-0,32 0,25-0,31 (0,49) (0,45) (0,42) (0,39) (0,37) (0,35) (0,33) (0,32) consiguiente se produzca un ensanchamiento del QRS y del intervalo QT. La mayoría de los pacientes con un síndrome de QT largo adquirido presenta un intervalo QT basal normal, a diferencia del síndrome de QT largo congénito donde la mayoría lo tienen alargado, (sólo un 12% lo tienen normal)1. Ocasionalmente pueden tener ciertas alteraciones electrocardiográficas inespecíficas como una onda T alternante, una marcada onda T en diferentes derivaciones o una baja frecuencia cardiaca para la edad5. Clínicamente suelen ser asintomáticos, pudiendo presentarse en ciertos momentos como síncopes bruscos o cuadros epileptoides de etiología desconocida en posible relación a pequeños episodios de arritmia que se resuelven espontáneamente. Todo ello dificulta la identificación de este tipo de pacientes con alto riesgo de padecer una Torsión de puntas (Torsade de pointes) que termine en muerte súbita si no se trata adecuadamente6. Por eso es fundamental saber valorar el intervalo QT y, al mismo tiempo, sospechar esta patología en pacientes sin antecedentes cardiológicos de interés que presenten una parada cardiorrespiratoria súbita o síncopes repetidos y/o ataques epileptoides sin causa aparente. Caso clínico Presentamos el caso de un hombre de 52 años sin antecedentes de interés que fue ingresado por un absceso retrofaríngeo, pautándose tratamiento intravenoso con amoxicilina-clavulánico. Al segundo día de ingreso, se decidió realizar un drenaje quirúrgico de urgencia por un empeoramiento del cuadro clínico. El estudio complementario realizado para el preoperatorio incluyó hematimetría, electrocardiograma (ECG) y radiografía de tórax, siendo todas las pruebas estrictamente normales. Estando el paciente en la sala de hospitalización en espera de la intervención, se produjo un episodio descrito como parada cardiorrespiratoria que se resolvió tras breves maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y un choque eléctrico de 200 Julios con el desfibrilador automático (DEA). En el momento del suceso no se pudo tener registro de la arritmia en tiempo real por características del monitor, pero el inciden110 te quedó registrado en la “caja negra” del mismo, la cual no puede ser leída inmediatamente. Tras la estabilización del paciente, se realizó un ECG objetivándose una taquicardia sinusal a 100 latidos por minuto, sin destacar en el reconocimiento inicial ningún otro trastorno de la repolarización. A las dos horas de transcurrido el evento, el paciente fue trasladado al quirófano donde se procedió a realizar una anestesia general con inducción de secuencia rápida con propofol y succinilcolina, y posteriormente se mantuvo la anestesia con sevoflurano, rocuronio y fentanilo. En la educción para la reversión del bloqueo neuromuscular se administraron neostigmina y atropina. La intervención transcurrió sin incidencias, y tras su finalización el paciente fue trasladado a la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), donde permaneció asintomático. Se añadió al tratamiento metronidazol para ampliar la cobertura antibiótica empírica. Una vez en la sala de hospitalización, a las 16 horas de la intervención, presentó nuevo episodio de parada cardiorrespiratoria con arritmia ventricular maligna, taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, que se resolvió tras maniobras de RCP básica y un choque de 200 Julios con DEA, sin poder tener de nuevo trazado electrocardiográfico de la arritmia en tiempo real por las circunstancias comentadas anteriormente. Tras este segundo incidente, se decidió ingresar al paciente en la Unidad de Reanimación. En el ECG realizado al ingreso en dicha unidad, se observó un ritmo sinusal con un intervalo QT largo (QTc 593 ms). Al compararlo con el ECG realizado tras el primer episodio, se vió que dicho intervalo ya se encontraba alargado pero que había pasado desapercibido. El registro del ECG realizado para el preoperatorio confirmó un intervalo QTc < 440 ms que estaba dentro del rango normal. Tras estos hallazgos se sospechó que los episodios previos de parada cardiaca puedieran ser consecuencia de arritmias tipo Torsión de puntas. Con este diagnóstico de presunción se procedió a colocar marcapasos transcutáneo temporal a 90 latidos por minuto para prevenir la mayor prolongación del intervalo QT con las bradicardias y la aparición de nuevos episodios de arritmia. Además, se le añadió magnesio y potasio para disminuir el riesgo de recurrencia de la Torsión de puntas. Posteriormente se comenzó con el tratamiento con β-bloqueantes para acortar el intervalo QTc y al mismo tiempo disminuir una vez más el riesgo de recurrencia en el caso de que fuera un síndrome de QT largo congénito. Una vez establecido el tratamiento para la Torsión de puntas, se sustituyó el tratamiento antibiótico con metronidazol por ceftriaxona y clindamicina, ya que el metronidazol puede prolongar el intervalo QT. Con estas medidas se consiguió mantener al paciente asintomático y sin nuevos episodios de arritmia. Al revisar “la caja negra” del DEA con el que fue tratado el paciente, se confirmó en ambas ocasiones el registro de una torsión de puntas inicialmente que evolucionaba a una fibrilación ventricular y que revertía a ritmo sinusal tras el choque eléctrico (Figura 1). En los días siguientes, una vez estabilizada la situación eléctrica, se disminuyó progresivamente la frecuencia del marcapasos hasta que pudo ser retirado. Se le realizaron diferentes pruebas cardiológicas como un ecocardiograma transtorácico y un cateterismo cardiaco que resultaron ser 48 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. L. GOITIA ET AL– Síndrome de QT largo adquirido perioperatorio Fig. 1. Registro del ECG en la “caja negra” del DAI tras el primer episodio de parada. normales. Tras permanecer 12 días en la unidad de críticos asintomático y sin ningún episodio nuevo de arritmia, el paciente fue dado de alta de la Unidad con un intervalo QTc de 444 ms, con monitorización electrocardiográfica continua en cardiología. Al quinto día, tras 3 semanas de ingreso desde el inicio del proceso infeccioso, el paciente fue dado de alta a su domicilio con un intervalo QT < 440 ms, en tratamiento con β-bloqueantes. Discusión El síndrome de QT largo adquirido es una patología poco frecuente, pero grave, ya que cuando estos pacientes son expuestos a fármacos o situaciones que pueden alargar el QT, puede desencadenarse una Torsión de puntas que termine en muerte súbita. A pesar de su gravedad, es una patología que puede pasar desapercibida por la ausencia de alteraciones electrocardiográficas o por una mala interpretación del ECG, sobre todo cuando no se sospecha la posibilidad de este síndrome, que es lo que ocurrió en nuestro caso tras el primer episodio de parada. Por eso, ante la presencia de una parada cardiorrespiratoria inesperada en un paciente sin antecedentes cardiológicos de interés, es importante tener en cuenta este diagnóstico y hacer una lectura completa del ECG midiendo el intervalo QT corregido con la frecuencia. De esta manera, en el caso de detectar un intervalo QT largo, podremos realizar un tratamiento anestésico adecuado y evitar una prolongación mayor del mismo. Entre las causas que pueden producir una prolongación del intervalo QT, se encuentran además de la exposición a fármacos, alteraciones electrolíticas como la hipocaliemia, la hipomagnesemia o la hipocalcemia, exposición a tóxicos como la cocaína u organofosforados, la bradicardia severa y otras causas como la hemorragia subaracnoidea o el ACV (Tabla 2)7. Respecto a los fármacos, muchos de ellos pueden prolongar el intervalo QT, como los antiarrítmicos, los psicotropos entre los que destaca el droperidol y algunos antimicrobianos como las tetraciclinas, las quinolonas, los antifúngicos azoles y la ampicilina (Tabla 3)8. En nuestro caso, hay que tener en cuenta que tras una cardioversión eléctrica pueden producirse diferentes alteraciones electrocardiográficas como la descrita. Sin embargo, no se puede descartar en un primer momento que dicha prolongación fuese producida por un síndrome de QT largo adquirido, como luego se observó en la unidad de críticos tras 24 horas del segundo choque eléctrico. Por eso, hay que revisar cuál pudo ser la causa desencadenante del episodio. Al revisar la historia del paciente previo al primer episodio de parada no se observaron alteraciones analíticas, fármacos administrados ni otras causas adquiridas como las que aparecen en la Tabla 2 que pudiesen justificar la prolongación del intervalo QT. La única medicación administrada era la amoxicilina-clavuláni- TABLA 2 Causas de síndrome de QT largo adquirido7 Fármacos Cardiacos Quinidina, procainamida, disopiramida, sotalol, ibutilida, azimilida, amiodarona, fenilamina, bepredil No cardiacos Eritromicina, grepafloxacino, moxifloxacino, pentamidina, amantadina, cloroquina, trimetroprim-sulfametoxazol, fenotiacidas, haloperidol, antidepresivos tricíclicos, terfenadina, astemizol, ketoconazol, itraconazol, probucol, ketanserina, cisapride, papaverina, tacrolimus, trióxido de arsénico. Alteraciones electrolíticas Hipocaliemia, hipomagnesemia, hipocalcemia. Toxinas Cocaína, organofosforados Bradicardias severas Enfermedad de seno, bloqueo auriculoventricular severo, hipotiroidismo, hipotermia Otras causas Hemorragia subaracnoidea, accidente cerebrovascular, infarto agudo de miocardio, neuropatía autonómica, infección por el VIH. 49 111 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 57, Núm. 2, 2010 TABLA 3 Fármacos que pueden prolongar el intervalo QT5 Antiarrítmicos – – – – – Bepredil Fentolamina Antiarrítmicos clase IA: quinidina, flecainamida, disopiramida. Antiarrítmicos clase IC: flecainida Antiarrítmicos clase III: sotalol, ibutilide, azimilide, dofetilide y amiodarona. Antibióticos macrólidos Interacción de drogas – Antihistamínicos como terfenadina o astenizol conjuntamente con antiarrítmicos de clase IA, IC o III. – Astemizol y terfenadina a altas dosis usados conjuntamente con antifúngicos. Otras – – – – – – – – – – – – – – – Cisaprida Probucol Ketanserín Agentes antimicrobianos: eritromicina, claritromicina, grepafloxacino, moxifloxacino, pentamidina, amantadina, cloroquina, trimetroprim-sulfametoxazol Tacrolimus Arsénico Antifúngicos: ketoconazol, itraconazol. Antihistamínicos: terfenadina, astemizol. Antimigrañosos (improbable): sumatriptán, zolmitriptán. Droperidol Metadona (improbable) Anticonvulsivantes: felbamato Domperidona Antipsicóticos: haloperidol, tioridacina, pimozida, ziprasidona, clorpromacina, olanzapina, risperidona. Antidepresivos tricíclicos y otros antidepresivos: amitriptilina, desipramina, imipramina, sertralina, venlafaxina. co de la que no existe evidencia de que prolongue el intervalo QT. Descartadas en un primer momento las causas farmacológicas, hay autores que señalan la estimulación simpática como desencadenante de una Torsión de puntas en este tipo de pacientes por mecanismo de producción de una despolarización precoz y formación de circuitos de reentrada9. En el caso clínico que presentamos, la estimulación simpática secundaria al estrés producido por el ingreso hospitalario pudiera ser una causa a tener en cuenta como desencadenante de la Torsión de puntas en un paciente con susceptibilidad genética para este síndrome QT largo adquirido. Respecto al contexto del proceso infeccioso, en la bibliografía también se ha publicado la existencia de cambios inespecíficos del ECG en relación a infecciones respiratorias10, pero sin que exista evidencia de que pueda prolongar el intervalo QT. Por consiguiente, no podemos valorar la influencia que pudo tener el proceso infeccioso de nuestro paciente como causa precipitante de los acontecimientos. Posterior al primer episodio de parada, el paciente fue intervenido de urgencia sin haberse tomado las medidas anestésicas adecuadas para manejar el paciente con síndrome de QT largo. Tanto la medicación anestésica utilizada en el intraoperatorio (la atropina, la succinilcolina, el sevoflurano y la neostigmina)8, como los antibióticos administrados en el postoperatorio (en concreto el metronidazol11) pudieron prolongar más si cabe el intervalo QT y desencadenar el segundo episodio de Torsión de puntas y parada cardiaca. 112 El manejo anestésico adecuado de estos pacientes se realiza teniendo en cuenta ciertos aspectos que se resumen en la Tabla 4. Inicialmente, es necesario saber si el paciente que vamos a anestesiar está tomando β-bloqueantes como tratamiento preventivo de la Torsión de puntas (que se pauta en los pacientes con síndrome de QT largo congénito), y si es así, mantenerlos. Posteriormente hay que corregir las alteraciones electrolíticas que pudieran prolongar el intervalo si las hubiese. Hecho esto, se puede premedicar con benzodiacepinas para evitar una estimulación simpática, y si es necesario, se puede añadir anestesia tópica o esmolol intravenoso para evitar la descarga adrenérgica durante la laringoscopia. Intraoperatoriamente, se recomienda colocar las placas de marcapasos transcutáneo con función dual de desfibrilador para evitar las bradicardias extremas y, al mismo tiempo, administrar un choque eléctrico sincronizado si se produjese una Torsión de puntas y no sincronizado si evolucionase a una fibrilación ventricular. En caso de no tener un desfibrilador con función dual de marcapasos, se puede administrar el isoproterenol para aumentar la frecuencia cardiaca farmacológicamente si fuese necesario. Al mismo tiempo, se debe tener preparado sulfato de mangesio y cloruro de potasio para evitar la recurrencia de la arritmia en caso de aparición de la misma. Durante la intervención, hay que evitar todo aquello que pueda prolongar el intervalo QT, en este caso fármacos, así como diferentes alteraciones como la hipoxemia, la hipercapnia, 50 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. L. GOITIA ET AL– Síndrome de QT largo adquirido perioperatorio TABLA 4 Manejo anestésico de los pacientes con síndrome de QT largo16 Mantener tratamiento β-bloqueante (si lo tenía) Asegurar ausencia de alteraciones electrolíticas del potasio, calcio y magnesio Evitar fármacos que prolongan el intervalo QT (tabla 3) Premedicación ansiolítica Si ha presentado clínica previamente, valorar junto con el cardiólogo la colocación de un marcapasos. Si tiene un marcapasos puesto previo a la intervención, comprobar su correcto funcionamiento Preoperatorio – – – – – – Perioperatorio – Monitorización: • Medición invasiva de la TA • Dos derivaciones electrocardiográficas – Canalización de una vía central (preferiblemente la vena yugular interna) – Inducción con tiopental o propofol – Considerar mantenimiento con propofol – Evitar anestésicos halogenados (especialmente el halotano) – Relajación con vecuronio o atracurio, evitando la succinilcolina (no hay evidencia clínica sobre el uso del resto de relajantes salvo el pancuronio) – Evitar la reversión de la relajación neuromuscular – Minimizar la estimulación simpática: • Anestesia tópica o esmolol durante la laringoscopia e intubación • Técnicas regionales recomendables • Extubación cuidadosa – Mantener normoxia, normocarbia, normotermia y normoglicemia – Mantener normopotasemia, normocalcemia y normomagnesemia Postoperatorio – – – – – Manejo de la torsión de puntas 1. Tratamiento de la Torsión de puntas: Cardioversión 2. Prevención de la Torsión de puntas: • Magnesio iv • Marcapasos transvenoso a 90-110 lat/min Ingreso en Unidad de Reanimación Mantener monitorización electrocardiográfica Recuperación anestésica en un ambiente tranquilo Mantener tratamiento β-bloqueante (si lo tenía) Buena analgesia la hipocapnia, la hipotermia, la bradicardia y la hipertensión. Sobre la monitorización, es conveniente realizar una medición invasiva de la presión arterial para poder objetivar los cambios hemodinámicos que puedan producirse, colocar una vía central en la vena yugular interna por si hubiese que colocar un marcapasos endovenoso temporal y realizar una monitorización de dos derivaciones electrocardiográficas. Respecto a la medicación anestésica, hay diferentes fármacos de los que existe evidencia de que tienen efecto sobre el intervalo QT como son el tiopental, los halogenados (a excepción del isoflurano), la succinilcolina, el pancuronio, los anticolinérgicos e inhibidores de la colinesterasa en general, algunos opiáceos como el sulfentanilo y la metadona, el droperidol y el ondansetrón8. Teniendo en cuenta los fármacos que no podemos utilizar para realizar una anestesia general, se podría realizar una anestesia general con propofol12, fentanilo13 y vecuronio o atracurio14 de los que hay estudios que demuestran su ausencia de efecto sobre el intervalo QT. Es preferible evitar la reversión del bloqueo neuromuscular con neostigmina. Actuando con las medidas preventivas ya comentadas, también es posible realizar una anestesia intradural sin 51 incidencias si el tipo de cirugía lo permite, como se demuestra en el caso presentado por Macua et al15. En conclusión, el síndrome de QT largo adquirido es una patología poco frecuente pero muy grave por el riesgo que tiene de desencadenar una Torsión de puntas y una muerte súbita en pacientes con susceptibilidad genética no conocida y sin antecedentes previos de interés. Por eso es fundamental para el anestesiólogo saber diagnosticar el síndrome de QT largo valorando siempre el intervalo QT en el ECG preoperatorio y sospecharlo en aquellos pacientes que sin causa aparente tengan una parada cardiorrespiratoria inesperada. Ante la mínima sospecha de un síndrome de QT largo congénito o adquirido, hay que derivar al paciente al cardiólogo para un estudio más completo y mientras tanto tratar al paciente como si realmente tuviera la enfermedad, evitando en lo posible factores desencadenantes. BIBLIOGRAFÍA 1. Zareba W, Moss AJ, Schwartz PJ, Vincent GM, Robinson JL, Priori SG, et al. Influence of genotype on the clinical course of the long QT syndrome. N Engl J Med. 1998;339(14):960-5 2. 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