CUANDO EL OTRO EXCEDE1 BIBIANA APONTE ANDRADE2 Asesora: Mónica Patricia Larrahondo3 UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA DE CALI FACULTAD DE PSICOLOGÍA ESPECIALIZACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA CON ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA SANTIAGO DE CALI 2015 1 Este artículo se deriva del estudio realizado como trabajo de grado para optar el título de Especialista en Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica. Inicio Octubre 2014, finalización Agosto 2015 2 Estudiante de la facultad de Psicología – Especialización en Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica de la Universidad de San Buenaventura seccional Cali, Colombia [email protected] 3 Psicóloga, Magíster en Psicoanálisis de la Universidad de Buenos Aires. Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali [email protected] 1 RESUMEN En este trabajo se trató, mediante la revisión de una viñeta clínica, de identificar las manifestaciones del estrago materno, así como los efectos del estrago y la relación posible con el acting out y el pasaje al acto. En esta perspectiva se tuvo en cuenta el complejo de Edipo como núcleo central de la relación entre madre-hija, las características que comporta y donde se sitúa el estrago materno en la subjetividad de una mujer. PALABRAS CLAVE Estrago, acting out, pasaje al acto 2 1. INTRODUCCION El vínculo madre-hija es una relación tan importante como poderosa y cargada de muchos ingredientes a nivel psíquico y emocional. Freud, en el texto “Sobre sexualidad femenina”, plantea el término “odio-enamoramiento” para dar cuenta, precisamente, del lazo tensionante que puede haber entre una madre y una hija en la fase pre edípica. Efectivamente, en la práctica clínica llegan muchos casos donde se evidencia una ambivalencia en la relación materno filial: rencores entre madre-hija, malas relaciones, madres sobre protectoras, estragantes, inhibidoras, etc. Incluso, uno de estos casos es el que inspira este trabajo, en el cual se pretende mostrar por medio de una viñeta clínica el caso de una mujer donde la relación conflictiva con su madre, las relaciones amorosas efímeras y los intentos suicidas resultan ser el conjunto de manifestaciones que podrían dar cuenta de aquello que Lacan denomina “Estrago Materno”. En este sentido, el presente trabajo tiene como Objetivo General evidenciar los efectos que puede tener el estrago materno en una paciente de 21 años que demuestra continuamente actos impulsivos que responde al acting out y al pasaje al acto. Se plantea entonces la siguiente hipótesis: el pasaje al acto y el acting out pueden llegar a ser efectos de la relación estragante con la madre. En el caso particular que convoca el presente trabajo, la paciente no encuentra los recursos simbólicos que permita mediar la relación imaginaria con su madre, y como consecuencia advienen una serie de actos que intenta introducir un corte allí donde lo simbólico fracasa en su función. Se inicia con la exposición del caso clínico para después continuar con el apartado del desarrollo en donde se pretende realizar un anudamiento teórico práctico alrededor de tres conceptos: estrago, pasaje al acto y acting out. El recorrido teórico empieza por el complejo de Edipo como núcleo central en la relación con el objeto primario de amor: la madre, en su lugar necesario, prohibido y de conflicto, En torno a la posibilidad de nombrar las consecuencias que puedan devenir del desenlace edípico. 3 Posteriormente, se aborda el caso clínico en torno al pasaje al acto y acting out, en tanto se tiene la hipótesis que son efectos del estrago materno. 2. VIÑETA CLINICA Se trata de un caso que llega al servicio de psicología de una institución de salud del régimen subsidiado. S es una mujer de 21 años que vive con su madre. Sus padres se separaron a raíz de un conflicto familiar en donde se sospecha abuso sexual por parte de un tío paterno hacia S. No obstante, S refiere como motivo de consulta “estar en muchas situaciones”, sin mencionar la sospecha de abuso. En este punto conviene señalar que el presente trabajo no ahonda en la temática de abuso, en tanto no se percibe carga emocional ni malestar subjetivo, así como tampoco resulta de interés para desarrollar en este trabajo. S manifiesta entonces, de manera angustiada, problemas de relación continua con su madre, dado que es una mujer que está continuamente pendiente de los movimientos de su hija, la cual expresa de esta manera: “siempre me está molestando, está ahí, ahí, pendiente de lo que hago” el establecimiento de normas y limites dentro de la casa son sentidos como una molestia, en tanto intensifica la mirada de su madre. “Tengo que decir para donde voy, con quien voy a salir, cuánto tiempo me voy a demorar”, dichos maternos que redoblan la idea de una madre omnipresente, la cual se acentúa más cuando interroga sobre la forma cómo S establece sus relaciones de pareja. En efecto, cuando la madre de S cuestiona sus relaciones amorosas, ella en reiteradas ocasiones ha recurrido a intentos suicidas: sobredosis de pastillas, intoxicación con diversas sustancias, lanzarse de alturas y cortadura superficial en ambas muñecas. Sus actos impulsivos le han generado inconvenientes a nivel laboral, pues fue despedida después de un intento suicida en el lugar de trabajo. Dicho incidente sucedió después de una confrontación con la madre por una supuesta infidelidad de S hacia el novio del momento. S manifiesta que frecuenta redes sociales, medio por el cual se contacta con hombres con quienes posteriormente tiene relaciones sexuales, generalmente en una primera y única vez. 4 La paciente tiene como diagnostico “Retraso mental leve”; sin embargo, terminó estudios secundarios y cursa nivel técnico laboral. Es manejada por psiquiatría bajo el diagnóstico “Trastorno depresivo recurrente”, y en la última consulta “Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos”. La pluralidad de los diagnósticos ocultan su singularidad subjetiva; no obstante, todos ellos nombran de alguna manera u otra, la precariedad simbólica de la paciente, lo que dificulta la capacidad para regular emociones y mediar relaciones conflictivas. En su discurso reitera que se siente aburrida y desesperada,“mamá no me deja hacer nada”, “otra vez me equivoque… busqué hombres”, “mi mamá no me entiende, me siento mal”, “no sé qué hacer con mi vida”. Todos estos son los enunciados con los que nombra su malestar subjetivo. Lo que Freud entendió como “odioenamoramiento” hacia la madre, lo nombra como ligazón madre, y que en Lacan se conceptualizó como estrago materno. 5 3. DESARROLLO 3.1 CONCEPTO DE ESTRAGO 3.1.1 Estrago en Freud Freud concibe la ligazón madre-hija dentro de la fase fálica, anterior al complejo de Edipo, donde priman sentimientos de ambivalencia hacia la madre y se constituye en un factor importante y determinante para el desarrollo psicosexual femenino, donde de acuerdo a su prominencia puede o no generar ciertos apremios psíquicos en la vida adulta de la mujer. La castración como entrada al complejo Edípico, el viraje en el cambio de objeto logrará la salida de esta fase. Para definir la ligazón madre-hija desde Freud, es necesario primero iniciar con el Complejo de Edipo, el cual designa una gran importancia en la estructuración subjetiva. Consiste en insertar al sujeto en la ley, tomando como objeto de amor a su madre y odiando al padre, quien es el que instaura la ley que la madre debe sancionar. Lo importante es plantear las relaciones de estructura y de constitución para que el sujeto pueda llegar y salir sin secuelas de éste. Desde un principio Freud (1905) da una generalidad al Edipo cuando en el texto Tres Ensayos para una Teoría Sexual menciona que a todos los seres humanos les aplica la tarea de vencer el complejo de Edipo. Las primeras elaboraciones sobre esta teoría se basaban en el modelo del varón, pensando que se podía trasladar igual en la mujer, pero ese postulado se fue modificando. 6 El “complejo humano”, como lo denominó Freud, siendo un aspecto no solo importante sino fundamental, se presenta durante el periodo de la etapa fálica y la salida de este inicia la entrada a la fase de latencia. Es en el periodo de la etapa fálica donde se encuentra el desarrollo de la sexualidad infantil, y es preciso que se presente tanto en el varón como en la mujer, pero no para ambos tiene el mismo “nudo y desenlace”, su planteamiento y resolución vienen a determinar la sexualidad en la edad adulta: dentro del modo particular de elección de objeto de amor y acceso a la genitalidad. En su presentación normal, el niño experimenta una cierta hostilidad-rivalidad hacia su padre y una elección de objeto amoroso dirigida hacia la madre, la amenaza de castración por el padre es el determinante para la renuncia al objeto incestuoso. Es decir, el complejo de castración expulsa al niño del complejo edípico, y ahí el Edipo termina de forma abrupta. El final puede ser: una identificación con la madre o el refuerzo de la identificación-padre. Siendo esta última la más normal. La identificación-padre cobra ahora una tonalidad hostil, se trueca en el deseo de eliminar al padre para sustituirlo junto a la madre. A partir de ahí, la relación con el padre es ambivalente; parece como si hubiera devenido manifiesta la ambivalencia contenida en la identificación desde el comienzo mismo. La actitud {postura} ambivalente hacia el padre, y la aspiración de objeto exclusivamente tierna hacia la madre, caracterizan, para el varoncito, el contenido del complejo de Edipo simple, positivo. (Freud, 1923, p.33) En la mujer el complejo de castración la ingresa al complejo edípico.”El complejo de Edipo es en la mujer el resultado final de un desarrollo más prolongado; no es destruido por el influjo de la castración, sino creado por él” (Freud, 1931). 7 En el texto Sobre sexualidad femenina Freud (1931) enseña sobre el complejo de Edipo y sugiere una posible explicación a las fases de éste en torno al desarrollo de la sexualidad femenina, además de establecer las diferencias entre los sexos en relación al mismo. En un principio, para entrar a la etapa del complejo edípico tanto para la mujer como para el varón es la madre el primer objeto de amor, pero la diferencia radica en el viraje que se da para superar esta etapa. Por una parte, se puede dar al complejo de Edipo un contenido más lato, de suerte que abarque todos los vínculos del niño con ambos progenitores; por otro lado, también se puede dar razón de las nuevas experiencias diciendo que la mujer llega a la situación edípica normal positiva luego de superar una prehistoria gobernada por el complejo negativo” (Freud, 1931, p. 228). En la niña para llegar al complejo edípico normal debe superar una prehistoria, “un complejo negativo”, el pre Edipo, el cual “califica el periodo del desarrollo psicosexual anterior a la instauración del complejo de Edipo, en este periodo predomina, en ambos sexos, la ligazón con la madre” (Laplanche y Pontalis, 1979, p.285). Esta fase pre edípica tiene una significación especial y que no corresponde al varón, su característica principal es la ligazón-madre, al respecto menciona Freud en el texto de la 33ª conferencia sobre la feminidad: La hostilidad a la madre que no necesita ser creada como si fuera algo nuevo, experimenta ahora un gran refuerzo, pues deviene la rival que recibe del padre todo lo que la niña anhela de él. Por largo tiempo el complejo de Edipo de la niña nos impidió ver esa ligazón-madre pre edípica que, sin embargo, es tan importante y deja como secuela fijaciones tan duraderas. (Freud, 1933, p.119) 8 Esta fase tiene una duración inesperada en la mujer y puede dejar una conexión importante relacionada con la etiología de la histeria y es un aspecto fundamental en cuanto al desarrollo de la sexualidad femenina. 3.1.2 Estrago en Lacan Lacan habla de “estrago” haciendo referencia a las consecuencias de la relación primordial con el Otro materno en la constitución del sujeto, y lo ubica como una dificultad para pasar al segundo tiempo del Edipo. En el Seminario 17, El reverso de psicoanálisis, en el capítulo titulado: Edipo, moisés y el padre de la horda, menciona: …A saber el rol de la madre es el deseo de la madre. Es absolutamente capital porque el deseo de la madre no es algo que uno pueda soportar así nomás, en definitiva, y que eso les sea indiferente: entraña siempre estragos.(Lacan, 1970) Compara este deseo con: Un gran cocodrilo en cuya boca ustedes están, es eso la madre… No se sabe si de repente se le puede ocurrir cerrar el pico: eso es el deseo de la madre” Y para que esto no suceda. “había pues algo que era tranquilizante, improviso, había un rodillo, así, bien duro, de piedra, que está en potencia a nivel del pico: eso retiene, eso atranca, es lo que se llama el Falo, el rodillo que los protege si de golpe se cierra! (Lacan,1970). Es decir, el estrago materno se encuentra vinculado con un deseo materno no regulado, ni mediatizado por el falo, el rodillo que protege sí de golpe, el cocodrilo cierra la boca. Para Lacan el complejo de Edipo es comprendido como estructura en tanto que cada personaje tiene una función y se define con relación al otro y al lugar que ocupa: 9 No basta con que el sujeto alcance la heterosexualidad tras el Edipo, sino que el sujeto, niño o niña, ha de alcanzarla de forma que se sitúe correctamente con respecto a la función del padre. Este es el centro de toda la problemática del Edipo. (Lacan, 1957) Y agrega un cuarto elemento a la triangulación que es el falo: …Se trata de que el niño asuma el falo como significante, y de una forma que haga de él instrumento del orden simbólico de los intercambios, rector de la constitución de los linajes. Se trata en suma de que se enfrente al orden que hace de la función del padre la clave del drama. (Lacan, 1957) La fase pre edípica que menciona Freud con relación a la niña, dice Lacan 1957, “es mucho más simple para la mujer, aunque este Edipo comporte de por sí toda clase de complicaciones, incluso obstáculos en el desarrollo de la sexualidad femenina” (p.205). Lacan en el Seminario 5 explica el Edipo freudiano en lo que se conoce como “Los tres tiempos del Edipo”: En el primer tiempo “lo que el niño busca en cuanto a deseo de deseo, es poder satisfacer el deseo de su madre, es decir, tobe or not tobe el objeto del deseo de la madre” (p.197). El niño quiere ser el falo de la madre, ser el objeto que ella desea, entrar en la ecuación simbólica falo=hijo. En el segundo tiempo, en el plano imaginario, el padre interviene como privador de la madre, y esto significa que la demanda dirigida al Otro si obtiene el relevo conveniente, es remitida a un tribunal superior: la madre también está castrada, en ella opera la ley paterna. 10 En el tercer tiempo, tan importante como el segundo, pues de ella depende la salida del complejo de Edipo, también interviene el padre, solo que en esta ocasión se trata de un padre que promete: promete dar al varón títulos de virilidad. Ahora bien, en lo que respecta a la sexualidad femenina, la niña sabe de inmediato que no tiene el falo, pero sabe a dónde dirigirse para ir a buscarlo: al padre. Dice Lacan con respecto a este tercer tiempo del Edipo: la salida del complejo de Edipo es diferente, como todos saben, para la mujer, pues, para ella, esta tercera etapa es mucho más simple, ella no tiene que hacer esta identificación ni que conservar este título para la virilidad; ella sabe dónde está, ella sabe dónde tiene que ir a tomarlo, es del lado del padre, hacia aquél que lo tiene” “y eso también les indica en qué lo que se llama una feminidad, una verdadera feminidad, tiene siempre un poco también una dimensión de coartada, las verdaderas mujeres, eso tiene siempre algo de un poco extraviado. (Lacan, 1958, p.201) Entonces,…la elucubración freudiana del complejo de Edipo, que hace de la mujer pez en el agua, por ser la castración en ella inicial (Freud dixit), contrasta dolorosamente con el hecho del estrago que en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como mujer más sustancia que de su padre – lo que no va con su ser segundo en ese estrago”. (Lacan citado por P. Álvarez. 2008. Pág. 43) Se trata entonces de un estrago que designa ese vínculo materno caracterizado por un odioenamoramiento que en el caso de S se presentifica en las peleas con la madre. En esta dinámica materno - filial están inmersos la sexualidad de S y la estructura limitante de la madre. La queja principal de S es “mamá no me deja hacer nada”, aquí 11 S atribuye a la madre un poder de ley (que sanciona, prohíbe y castiga) que a la vez transgrede. Teniendo presente la teoría de Freud, se podría decir que pese a ser la madre el primer objeto de amor, este también es un vínculo cargado de hostilidad y agresividad; por varias razones: “El rencor por haberle impedido el libre quehacer sexual desempeña un gran papel en el desasimiento de la madre”.En el mismo texto “Sobre Sexualidad Femenina”, cuando nombra la etapa pre edípica, Freud establece los “reproches” que la niña hace a su madre y que son motivo de su gran sentimiento de hostilidad hacia ella, estos son: que omitió dotarla del genital correcto, la amamantó de manera insuficiente, no cumplió todas las expectativas de amor, y por último, incitó primero el quehacer sexual propio y luego lo prohibió” (Freud, 1931). S frente a los comentarios maternos responde en acto lo que la madre no puede soportar, en este caso: una sexualidad desenfrenada. La forma como S asume su sexualidad, busca las relaciones sexuales y las desarrolla no tienen nada de secreto, estos actos parecieran más un desafío, una provocación dirigida,que un genuino intento por tener una pareja. En este sentido las prácticas sexuales de S podrían ser el “soporte de aquello que falta en el campo del Otro” (Lacan, 1963, P.124) La madre de S no tiene pareja, separada del padre desde que esta tenía 8 años a causa de un conflicto familiar: un supuesto abuso sexual a S por parte de un tío paterno. Desde entonces, el padre de S se distancia totalmente de la madre y de sus hijas (S y hermana). No obstante, los conflictos intrafamiliares existían desde antes. S afirma: “mi papá nunca está pendiente de mi”. 12 Entonces, las relaciones de pareja que establece S son meramente sexuales, vacías, por lo que después llega la insatisfacción, pero sin ser la causa de su sufrimiento.Es decir, ella no sufre porque sus relaciones sean vagas, instantáneas, simples, ni siquiera por un antecedente tan importante como el supuesto abuso, ella sufre por lo que le impide su madre. Su angustia se sitúa allí en la diada madre-hija. Su madre le quita, le prohíbe, la imposibilita a ser ella misma. Situada así en el orden del estrago. Es por esta razón que se considera que el estrago materno puede tener como respuesta series sucesivas de acting out. 3.2 ACTING OUT Y PASAJE AL ACTO: De acuerdo a la definición de Laplanche y Pontalis, el acting out: Es un término utilizado para designar acciones que presentan casi siempre un carácter impulsivo relativamente aislable en el curso de sus actividades, en contraste relativo con los sistemas de motivación habituales del individuo, y que adoptan a menudo una forma auto- o - heteroagresiva…(1979, Pág. 5-6). En este sentido se comprende al acting out como una “salida a flote” de una situación inconsciente vivida que no corresponde a la época actual, si no a épocas muy tempranas de la infancia del sujeto. El concepto psicoanalítico denominado agieren, traducido al inglés como "acting out", aparece en 1914 cuando Freud escribe Recordar, repetir y reelaborar, definiéndolo como una “repetición” en contraposición con la capacidad de "recordar". Lo que no es consciente se repite en acto."repite para no recordar". Dice Freud: “El analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace” (Freud, 1914, Pág. 151-152). El sujeto en lugar de recordar la vivencia traumática y somatizarla, la actúa. 13 Más tarde, en 1940 [1938] en Esquema del Psicoanálisis Freud le da el mismo significado al término agieren pero agrega que responde a asuntos del pasado infantil y que puede presentarse fuera del tratamiento, fuera del encuadre y fuera de la transferencia. Lacan en el Seminario 10,sobre la angustia, menciona que: “el acting out es esencialmente algo, en la conducta del sujeto, que se muestra. El acento demostrativo de todo acting out, su orientación hacia el Otro, debe ser destacado… Y donde lo que se muestra, se muestra esencialmente distinto de lo que es”. (Lacan, 1963, p.136) El acting out como característica es el “esbozo de la transferencia….Se dirige al Otro, y si se está en análisis se dirige al analista” (Lacan, 1963, p.131) El acting out no se constituye como síntoma, Lacan establece además la diferencia entre el uno y otro, y su relación con la interpretación: “el acting out llama a la interpretación” y esta se puede realizar con una condición a saber y es que “la transferencia esté establecida”. Por otra parte, “el síntoma No es como el acting out que llama a la interpretación….El síntoma NO es la llamada al Otro, no es lo que muestra al otro”, afirma: el síntoma, en su naturaleza, es Goce. No necesita la presencia del Otro, se basta a sí mismo” a diferencia del acting donde el Otro debe hacer presencia porque es esto a lo que convoca. (Lacan, 1963. Pag.139). Ahora bien, en lo que respecta al pasaje al acto,en la clínica psiquiátrica se tiende a reservarlo en forma exclusiva para designar actos impulsivos violentos, agresivos y delictivos (crimen, suicidio, atentado sexual. Etc.). El sujeto pasa de una representación, de una tendencia, al acto propiamente dicho. No hace referencia a una situación transferencial (Laplanche & Pontalis, 1979, Pág. 6). Es decir, no va dirigido a Otro, es una huida respecto del Otro. 14 El pasaje al acto supone una salida total de la escena. Se trata de un dejar caer – niederkommen Lassen, como lo menciona Freud en “Sobre un caso de homosexualidad femenina”, que es retomado posteriormente por Lacan. J.Miller en el Seminario 10 sobre la angustia comenta: El momento de pasaje al acto es el de mayor embarazo del sujeto, con el añadido comportamental de la emoción como desorden del movimiento, es entonces cuando, desde allí donde se encuentra – a saber, desde el lugar de la escena en la que, como sujeto fundamentalmente historizado, puede únicamente mantenerse en su estatuto de sujeto –se precipita y bascula fuera de la escena. Esta es la estructura misma del pasaje al acto. (1963, p. 128). Por consiguiente, el acting out es un acto de repetición inconsciente, como acto de traer el pasado al presente, una forma de emerger lo reprimido. Acting out implica hacerse notar del otro, el sujeto queda como parte de la escena, es un llamado, tiene un carácter demostrativo. Por otro lado el pasaje al acto, permite una huida del otro que causa la angustia. Donde el sujeto cae como objeto del fantasma del Otro.Indudablemente, ambos son recursos del sujeto frente a la angustia, aunque su forma de movimiento es diferente. En este sentido, la vida de S transcurre entre episodios de depresión, angustia, ideaciones e intentos suicidas, actos que están enmarcados en algunas situaciones bajo el estatuto de acting out, y en otras situaciones bajo el estatuto del pasaje al acto. Se observa que algunas de las tentativas de suicidio están enmarcadas en el deseo de “desligarse” de su madre, quien la cohíbe, la ahoga y la rebaja al estatuto de objeto. Es allí cuando S realiza pasajes al acto, en donde se precipita al vacío y ella cae como objeto del fantasma materno. 15 Pretendiendo cambiar la escena de una madre estragante, S intenta por medio del intento suicida encontrar una salida vía el acto impulsivo. Es como S aspira salir de la presencia excesiva y abusiva de la madre, pues en estos momentos obtiene una mirada diferente por parte de esta, pues requiere ya sea atención médica primaria u hospitalización en USM. Después de los “intentos de suicidio” la madre transforma en reducida medida la actitud limitante y estragante hacia su hija, así, S “puede mantenerse en su estatuto de sujeto”. Cuando S está conectada en la computadora (medio por el cual establece los contactos y encuentros sexuales) la madre está siempre vigilante, siempre merodeante bajo el estatuto del deber: “preocuparse por su hija”, pese a lo que significa hacer efectivos los encuentros sexuales: regaño - conflicto con su madre. Es decir, ignora la orden de la madre, se va. En efecto, S atrae la mirada de su madre, se “sube a la escena”, se hace notar. Los actos repetidos de S están dirigidos a un gran Otro materno, que no escucha lo que ella desea comunicarle, no la ve, salvo cuando ella se hace notar. Todo lo anterior se ha convertido en una dinámica casi constante entre S y su madre, donde ésta no rebaja la posición estragante, donde pasa de protectora a devoradora. Permanece en su posición de un Otro excesivo, voraz y omnipresente, y S a merced de él, sin recursos simbólicos que le permitan el pasar este periodo pre edípico y vincularse por fuera del estrago materno. Los medicamentos psiquiátricos como tratamiento para la “depresión recurrente” son el único elemento que le permiten a S “vivir”. Ocultando permanentemente la posibilidad de hallar esos recursos que le admitan una subjetivación con referencia a su propio deseo. 16 La dirección de la cura consiste entonces en alojar su angustia en el dispositivo analítico, para que una vez instalada la transferencia, ella pueda encontrar otros modos de tratar su angustia y separarse de las palabras atormentadoras de su madre. Conviene mencionar que la paciente abandona el tratamiento, debido a la gestión administrativa que exigen las instituciones de salud para el proceso de atención, se conoce por el reporte de datos del ente regulador que S reincide en hospitalización en Hospital Psiquiátrico con el mismo diagnóstico: “Trastorno depresivo recurrente”. 17 4. CONCLUSIONES El manejo del caso de S, por parte de la medicina psiquiátrica la deja en un lugar relegado con respecto a su propio deseo, pues los medicamentos formulados para el tratamiento de la “depresión recurrente”, le impiden un ordenamiento subjetivo que le permitan la conformación de elementos simbólicos para su estructuración. Desde la concepción psicoanalítica se pretende destacar la singularidad subjetiva en la que la paciente puede encontrar tratamientos, o formas para resolver su angustia. Teniendo presente la viñeta clínica de S se concluye en primer lugar, la presencia de aquello que Lacan nombra como “Estrago Materno”, y que en Freud aparece bajo la conceptualización de una ligazón madre pre edípica que resulta ser ambivalente para la hija. En S el estrago materno se presentifica en las peleas con la madre representado en la presencia estragante y omnipresente de ésta en calidad de protectora y que S lo designa como “siempre me está molestando, está ahí, ahí pendiente de lo que hago” dando lugar a un anulamiento de su estatuto como sujeto, no le permite ser. En segundo lugar se concluye que en la singularidad del caso de S, dicho estrago materno tiene por respuesta el pasaje al acto y acting out evidenciado en los intentos suicidas cuando la madre de S cuestiona sus relaciones amorosas,y en la manera particular como S presenta su sexualidad, dándole así el carácter de huida y demostración respecto del Otro que genera la angustia en este caso, la madre. Finalmente, cabe mencionar que se trata del recorte de un caso clínico, sobre el cual se puede plantear múltiples cuestiones; no obstante, para fines prácticos, el presente trabajo pretendió poner el acento sobre una problemática específica: los efectos 18 subjetivos que puede tener la presencia omnipresente de una madre sobre un sujeto femenino. Las reflexiones planteadas posibilitarían estudios en las que se ponga en relación el intento de suicidio con diversas patologías del acto. Se espera entonces que este trabajo sea el inicio para posteriores investigaciones. 19 5. BIBLIOGRAFIA Álvarez, P. (2008). Hacia una clínica del estrago en Goldemberg, M. De astucias y estragos femeninos, Buenos Aires, Grama ediciones. Freud, S.(1924). Sepultamiento del complejo de Edipo. Obras completas. Volumen XIX. Buenos Aires. Amorrortu editores. [CD-ROM] Estándar Edition.1979 ________(1914-1916). Un caso de paranoia que contradice la teoría psicoanalítica. Obras completas. Volumen XIV. Buenos Aires. 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