Monografía: Implicancias de la muerte en la vejez

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III FORO NACIONAL DE DOCENTES E INVESTIGADORES
UNIVERSITARIOS SOBRE ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ
II JORNADAS NACIONALES “LA VEJEZ, ABORDAJE
INTERDISCIPLINARIO “
6 y 7 de Agosto de 2004.
Mesa Redonda: "EL DEVENIR SUBJETIVO Y EL ENVEJECIMIENTO"
Coordinación: Prof. Psic. Graciela Petriz
Ponencia: La vejez y la muerte.Implicancias de la muerte en la vejez.
Autora: Lic. Marina E. Canal
El envejecimiento es un proceso dinámico, es un cambio que se da en forma paulatina
que atañe al sujeto en diferentes dimensiones. En los últimas décadas se ha transformado
el envejecimiento en un momento vital del desarrollo humano que lleva a conceptuar
términos e investigar teorías que den cuenta del envejecimiento poblacional. Conocido es
el impacto social producido por el aumento de la población de mayores que conduce a
repensar los conceptos desde las ciencias para explicar el fenómeno y dar respuestas
acordes a las demandas del sector.
A nivel subjetivo, el sujeto que envejece se enfrenta a una serie de cambios y
transformaciones que deberá elaborar, significar, y realizar un verdadero trabajo psíquico
para asumir un nuevo lugar en lo intra, inter y transubjetivo. Transita una posición
compleja y conflictiva.
El inevitable paso del tiempo genera desajustes en la identidad, la cual parece fugarse por
el espejo. La resignificación del pasado, la consolidación del presente en toda su
complejidad y la puntualización de estrategias para organizar el futuro convergen en un
intenso proceso elaborativo. Se instala para el sujeto la conciencia de finitud. Implica un
reposicionamiento en relación a su imagen corporal, a su lugar en la estructura familiar,
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su lugar en la sociedad, ocurridas en el entrecruzamiento de un tiempo cronológico, un
tiempo madurativo y un tiempo lógico propio del sujeto psíquico.
Una nueva imagen se impone al yo jaqueando su integridad frente al espejo, encuentro
muchas veces horroroso que inquieta al sujeto y lo moviliza a un trabajo minucioso de
duelo, de investir libidinalmente a ese nuevo cuerpo, nueva imagen, casi como el
adolescente preguntándose ¿quien soy? ,¿Quien es el que está allí? Preguntas que
movilizan a la construcción de una nueva representación de esa nueva imagen. Nuevas
identificaciones, nuevos otros que acuden y son tomados como referentes para la
constitución subjetiva propia del envejecimiento.
Implica un proceso singular y particular que lo hace único y diferencial. Lejos de
entenderse hoy el envejecimiento como enfermedad distintas disciplinas encolumnadas
en la gerontología dan respuesta a las múltiples formas de envejecer desde lo médico,
psicológico, antropológico, social, etc. Es por ello que se habla de un proceso diferencial,
en el que intervienen una cantidad de variables y factores que modelan y configuran
diversamente a la persona que envejece. Ejemplo de ello son: los factores económicos
(vejez y pobreza), culturales (efecto de cohorte), médicos (vejez y enfermedades o
limitaciones físicas o psíquicas, pérdida de autonomia, punto Q, Etc.
No podemos homogeneizar el envejecimiento, sabremos ya que la heterogeneidad es la
regla. El envejecimiento es un proceso singular que se dará en un tiempo marcado por
los cambios y transformaciones sociales. Nuevas representaciones sociales se construirán
a cerca de que es envejecer, imágenes y actitudes sociales se forjarán sobre el
envejecimiento.
El envejecimiento como proceso incluye como tema”a tratar” dirá Alfredo Schwartzc el
tema de la muerte. Diferentes afectos, como el miedo, la angustia, y la influencia de
factores culturales tendrán su implicancia. Desde que el mundo es mundo las preguntas
vinculadas a la muerte tienen su existencia. En la vejez la muerte propia se presentifica y
se aproxima a través de seres queridos (amigos, familiares, pareja), a la par distintas
pérdidas ocurridas llevan al encuentro de darlas por muertas; ya no volverán, ya no se
realizarán . Tiempo de balance, de adquisiciones y pérdidas enfrentan al sujeto con los
irrealizables, aquello que se constituye para las generaciones posteriores la posibilidad
de continuidad. Continúen con su obra, trascienden más allá de su presencia.
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Se irán tomando diferentes posiciones frente a la muerte, asimismo se implementarán
defensas ante la angustia que despliega. La muerte se presenta como hecho inevitable y
hecho del azar. Bien sabemos dice Maud Mannoni que el desenlace fatal nos tomará
siempre desprevenidos.
Freud,S, nos propone que el inconsciente no cree en la propia muerte , se conduce como
si fuese inmortal, las contradicciones se funden con él y la realidad psíquica desconoce y
descree del acto de la muerte. Más fácilmente dice, Freud, aceptamos la muerte cuando se
trata de algún extraño o un desconocido. Añade Lacan la vida no quiere curarse la vida
conjuntamente con la muerte retorna a la muerte, pero en el fondo de nosotros mismos
rechazamos esta realidad . Cuando nos enfrentamos con ella nos quedamos sin palabras,
petrificados. La muerte se emparenta con lo innombrable, deja al sujeto sin palabras para
abordar lo que le toca en el trance que comparte con el deudo.
Dos actitudes opuestas ante la muerte, chocan y entran en conflicto, la que la reconoce
como aniquilamiento de la vida y la que la niega como irreal. La pérdida de una persona
amada, del padre, de la madre, de un hijo, de un ser querido, implica un patrimonio
propio, son partes del yo, pero por otro lado son parcialmente extraños y enemigos.
La filosofía ha afirmado que el enigma intelectual, la imagen de la muerte planteaba una
reflexión del tema. Lo que dio el impulso a la investigación humana no fue el enigma
intelectual, ni cualquier muerte , sino el conflicto sentimental emergente de la muerte de
seres queridos, el hombre no podía mantenerse alejado de sí la muerte propia.
Joseph M Fericgla, en Envejecer, una antropología de la ancianidad, propone pensar la
religiosidad como la función simbólica y de imagen mental para resolver la muerte a
nivel psicológico y realizar una creación simbólica. A partir de investigaciones realizadas
en Cataluña señala que 42,2% de los ancianos no piensan nunca en la muerte, o bien no
quieren reconocerla , se piensa en ella cuando está cerca. Las practicas para la
preparación de la muerte son escasas.
Las respuestas de los viejos ante el tema de la muerte puede dividirse en dos grandes
bloques:
1) Mientras goza de facultades físicas para mantener los patrones de consumo de
ocio que establece el modelo oficial de la Cultura de la Ancianidad se concibe
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como un insulto que alguien hable de la muerte. Principalmente si lo menciona un
joven.
2) Cuando los sujetos seniles viven el deterioro físico como un hecho duro de
soportar y sienten que van aproximándose a la muerte, hablan del tema con una
tranquilidad que contrasta con la actitud observada en períodos anteriores.
A medida que el sujeto envejece los amigos van muriendo, los lugares que formaban
parte de los referentes vitales han sido transformados y van desapareciendo los
elementos externos que conforman su identidad.
Al llegar al período vital, hablar de la muerte se convierte en un hecho natural, y se
empieza a aceptar. Alguien decía: “No me siento viejo, la vejez no quiere decir nada,
salvo el dolor de una etapa donde los compañeros de una vida comienzan a dejarnos.
Cuando muere un amigo con él se va una parte”.
Ante ello diferentes mecanismos de defensa se ponen en juego:
La idealización para Freud, es un proceso que afecta al objeto, engrandeciéndolo,
exaltándolo psíquicamente sin que cambie su naturaleza. La idealización de la muerte
se presenta ante todo quienes padecieron una vida de privación. Avizoran la muerte
como un encuentro como la paz.
La renegación concierne no solo a una afirmación que se impugna, sino a un derecho
o bien que se rechaza. Estas dos posiciones participan de nuestra actitud frente a la
muerte y frente al que está por morir.
Aspectos Sociales y Culturales.
En diferentes culturas a lo largo de la historia han otorgando a la muerte
significaciones propias del lugar.
La política de la vejez de las sociedades occidentales reduce a sus miembros a la
condición de desechos por cuanto ya no son explotables, la sociedad se aparta de los
trabajadores no productivos . Se inicia con una sociedad en la que los jóvenes quedan
apartados y aislados de los viejos.
Fericgla, por su parte encuentra en sus investigaciones que en las sociedades europeas
va en aumento las internaciones a personas en su fase terminal; generando
aislamiento. Con relación a las instituciones se observa una falta de preparación a
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enfrentar la muerte de un paciente, la resistencia del medio hospitalaria a la muerte es
proporcional a la impotencia que siente el médico cuando no pude prolongar la vida
de sus pacientes. Desde el contexto familiar y social es importante observar como se
implican y acompañan al adulto en su fase terminal.
Desde los aportes psicoanalíticos, el ser humano se sostiene hasta el final de la
pregunta hacia el otro, que me quiere el otro? Es desde la mirada de otro sostén y
soporte de su identidad que encuentra seguridad e inseguridad.
Desde el origen de la vida es el otro quien significa e interpreta las necesidades
propias del lactante que irá construyendo desde las marcas primordiales la propia
subjetividad.
Durante su devenir en cada momento de la vida el hombre es llamado a realizar el
duelo de lo precedente. Este trabajo de duelo precisa sostenerse de una dimensión
narcisista, idealizada , a saber : que aún degradado en sujeto esté seguro de que
hallará en el otro un garante.
Algunas observaciones en los grupos:
En los grupos pertenecientes al Pepam (Taller: Lectura Compartida), los alumnos van
expresando diferentes apreciaciones sobre la temática. El grupo está conformado por
adultos mayores de 55 años y un promedio de edad de 70 a 75 años, asimismo forma
parte del proyecto de investigación “Proceso identificatorio y efectos del acceso a
nuevos conocimientos a través de actividades compartidas en envejecentes de La
Plata y Gran La Plata. En las expresiones se escucha la muerte asociada a alguno de
los personajes o en situaciones hipotéticas de intención de morir (suicidio) se lo
vincula a la evitación del sufrimiento o a la falta de motivaciones y deseo de vida, la
ausencia de un proyecto vital se lo asocia al personaje con la muerte. Carmen
expresa: “Para mi el personaje principal piensa en suicidarse, porque que le interesa
de la vida nada, cuales son sus motivaciones?”
Con frecuencia y mayor capacidad de reflexión surgen verbalizaciones sobre pérdidas
ocurridas (viudez), pérdidas físicas y transformaciones a nivel corporal en relación a
su imagen interpretándolas como quienes ya no volverán a ser. Se encuentran dos
respuestas fácilmente identificables y opuestas:
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1) quienes se miran frecuentemente al espejo
2) quienes expresan que hace tiempo por no decir “años” que no se miran. Julia
refería: “El espejo es muy importante estuve dos años sin mirarme cuando me vi
pensé, ¡qué vieja estaba!
En los temas vinculados a la infancia, adolescencia y juventud, se consideran
momentos perdidos, que valiéndose de la reminiscencia le dan una nueva
significación y lugar en la historia.
La viudez, la jubilación y las funciones materna y paterna son revisadas y
reflexionadas desde un lugar de cambio y perdida. María decía:” Ahora que mi
marido murió tengo que decidir cosas que me cuestan como por ejemplo mudarme,
pero me voy a tomar un tiempo para pensarlo”
En cuanto a las funciones materna y paterna van construyendo desde un ir y venir;
desde sus lugares de hijos , visión de sus padres y mirada hacia sus hijos. Se produce
una especie de revisión de modelos nuevos y viejos. Zunilda haciendo referencia:
“Eran mamá y papá, no veíamos a nuestras madres con espíritu crítico, hoy nuestros
hijos son como espejos, nos dicen un montón de cosas agradables y nos critican otros
aspectos para mejorar”
Amelia: “Nuestros padres eran más severos, hoy nuestros hijos tienen más
comunicación con sus hijos y con nosotros mismos”.
Las reflexiones demuestran un trabajo continuo de elaboración de las situación de
perdidas, que en su posibilidad de ponerle palabras van construyendo con y junto a
otros una nueva historia y un nuevo proyecto vital ligado a su nueva realidad.
Conclusiones:
Tal como se ha ido planteando, la muerte es un tema enigmático, presentando
diferentes modos de entender, comprender y aceptar la muerte como formando parte
de la vida.
Exige una reflexión y pensar espacios donde la palabra de la posibilidad de hablar de
las situaciones vinculadas a la muerte. No solo la muerte propia sino la de seres
queridos, poner palabras allí donde falta el objeto perdido. La elaboración a través del
proceso de duelo, permite asumir una nueva realidad , Freud. considera el duelo como
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un proceso normal, largo y doloroso que termina resolviéndose por si solo al hallar
objetos de reemplazo para lo perdido. La muerte se presenta como un tema de difícil
tratamiento y ayudar desde distintas vertientes de la salud colabora a considerar el
tema.
Desde las expresiones registradas observamos que aún manifestando situaciones de
pérdida, el desafío y la insistencia está en construir un proyecto vital. Cuando las
verbalizaciones son de desgano, desánimo y falta de motivaciones, lo significativo es
que se encuentran allí reunidos pensando y reflexionando juntos como continuar
construyendo, como seguir eligiendo en pos de un tiempo por vivir.
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Bibliografía
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