¿Comía cerdo el apostol Pedro?

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Publicación ID: 3105CCAP
¿Comía cerdo el apóstol
Pedro?
Pedro, los apóstoles y los primeros cristianos, ¿comían carnes declaradas
inmundas por la ley? ¿Limpió Jesús todas las carnes? Veamos los pasajes
del Nuevo Testamento que tratan este tema.
Por L Leroy Neff
H
ace muchos años, cierto
hombre muy piadoso me
dijo: "Pedro comía cerdo,
y yo también lo hago".
Busqué en la Biblia para ver si
tenía razón.
Él debía tener en mente el
incidente
de
Hechos
10,
especialmente lo que se refiere
a la visión de las carnes
inmundas.
Cornelio, hombre devoto pero
gentil, vio una visión en que se
le ordenó que hiciera venir a
Pedro desde Jope y que luego
siguiera
sus
instrucciones
(Hechos 10:1-8). Mientras los
mensajeros de Cornelio estaban
en camino, el apóstol Pedro
tuvo a su vez una visión. En
ella, sintió mucha hambre y vio
toda suerte de animales que no
debían comerse según la ley. "Y
le vino una voz: Levántate,
Pedro, mata y come" (versículo
13).
La reacción de Pedro sería
ilógica
si
Cristo
hubiese
limpiado los alimentos unos
años antes. Pedro no sólo se
había abstenido de todo lo
inmundo según la ley, sino que
tampoco había comido nada
que fuera común, o sea
contaminado ceremonialmente.
Tres veces se le dijo que
comiera de aquello. Además, se
le agregó: "Lo que Dios limpió,
no lo llames tú común"
(versículo 15). Nótese que se le
estaba hablando de aquello que
dejaba de ser común, no de
aquello que era limpio o
inmundo.
Hay
una
gran
diferencia entre lo común y lo
inmundo.
Pedro no entendía el significado
de la visión, pues las Sagradas
Escrituras
prohibían
muy
claramente estas carnes. Sabía
que si el mensaje venía de
Dios, no debía contradecir las
Escrituras inspiradas por Dios
mismo.
Mientras Pedro reflexionaba
perplejo,
llegaron
los
mensajeros
de
Cornelio.
Nuevamente, el apóstol recibió
instrucciones
de
Dios:
"Levántate, pues, y desciende,
y no dudes de ir con ellos,
porque yo los he enviado"
(versículo 20).
de otra nación. Esa había sido
una norma de los judíos basada
en su interpretación errónea de
la ley. Hasta entonces, Pedro y
la Iglesia habían guardado tal
costumbre celosamente. Dios
se valió de esta visión para
enseñarle a Pedro que debía
aceptar en la Iglesia a los
gentiles conversos. No le
estaba diciendo que la carne
inmunda se había convertido en
limpia.
Ni este capítulo ni pasaje
alguno de las Escrituras nos
dicen que Pedro comía cerdo u
otras
carnes
declaradas
inmundas por la ley. Mi amigo
estaba en el error, aunque no
creo que lo hubiera reconocido
aun si se le hubiera demostrado
claramente. Porque él no iba a
permitir que Dios ni nadie le
dijera qué podía comer y qué
no.
Significado de la visión
Por fin, Pedro logró entender el
significado de la visión, como él
mismo explica en el versículo
28: "Vosotros sabéis cuán
abominable es para un varón
judío juntarse o acercarse a un
extranjero; pero a mí me ha
mostrado Dios que a ningún
hombre
llame
común
o
inmundo".
La ley de Dios no les prohibía a
los judíos andar con personas
¿Limpió Cristo todo tipo de
carne?
Este texto, pues, no cambia la
ley sobre los alimentos. Pero
¿hay algún otro que sí la
cambia?
Algunos alegan que en Marcos
7:18-19 Jesucristo abrogó la ley
sobre las carnes inmundas. "Él
les dijo: ¿También vosotros
estáis así sin entendimiento?
¿No entendéis que todo lo de
1
fuera que entra en el hombre,
no le puede contaminar, porque
no entra en su corazón, sino en
el vientre, y sale a la letrina?
Esto decía, haciendo limpios
todos los alimentos".
Si esta última frase quería decir
que todas las carnes inmundas
se convertían en limpias, como
creen muchos, ¿por qué Pedro
no aceptó esa interpretación
años más tarde en el incidente
de Hechos 10:14?
Antes de proseguir con Marcos
7, debemos entender algo sobre
la ley de los alimentos limpios e
inmundos. Esta distinción se
conocía antes del diluvio. Dios
la repitió a Moisés y Aarón para
toda Israel (Levítico 11). Una
generación más tarde, Moisés
la reiteró delante de todo Israel
(Deuteronomio 14).
Si sabemos quién era el "Jehová" del Antiguo Testamento,
comprenderemos la importancia
del punto. Muchos pasajes de la
Biblia aclaran que aquel que
vino a ser Jesucristo fue el
mismo "Jehová" (o El Eterno)
del
Antiguo
Testamento
(Colosenses 1:13-18;
Juan
1:1-5; I Corintios 10:4). Fue
Cristo quien se hizo carne naciendo como hombre (Juan
1:14).
El mismo había dicho personalmente que la gente debería "hacer diferencia entre lo inmundo
y lo limpio, y entre los animales
que se pueden comer y los
animales que no se pueden
comer" (Levítico 11:47). Tanto
en este mismo capítulo como en
Deuteronomio 14 dijo que su
pueblo, que había de ser un
pueblo
santo
(Levítico
11:44-45), se haría abominable
si comiera alimentos prohibidos.
¿Por qué hizo Dios semejante
ley? El Todopoderoso siempre
hace las cosas con algún
motivo.
Analizando
varios
pasajes, como Levítico 26:14-16
y
Deuteronomio
28,
la
respuesta resulta obvia: Dios
prohibió comer ciertos animales
porque éstos no aportarían
nada a la salud y al bienestar
del hombre. La Biblia dice claramente de qué animales se trata
en Levítico 11.
¡Ni la carne de los animales
inmundos ni el sistema digestivo
humano experimentaron un
cambio milagroso en el primer
siglo de nuestra era!
Cristo hablaba de rituales
Ahora volvamos a Marcos 7.
Leyendo este pasaje cuidadosamente vemos que Jesús no se
estaba refiriendo al tema de las
carnes limpias e inmundas y
tampoco estaba cambiando sus
propias leyes.
Estaba señalando claramente
que los fariseos habían añadido
a las leyes de Dios muchos
mandamientos que Él no había
establecido. Uno de ellos tenía
que ver con la manera de
lavarse las manos y los brazos
antes de sentarse a comer.
También dijo que estos rituales
del hombre no purifican el corazón. La suciedad que podría
ingerirse por no lavarse las
manos no puede contaminar a
la persona. Lo que contamina
es lo que sale del hombre,
como los malos pensamientos,
los adulterios, la fornicación y
demás pecados (versículos
20-23).
La suciedad proveniente de
unas manos sin lavar no va al
corazón sino al "vientre, y sale a
la letrina" (versículo 19). Jesús
estaba diciendo que todos los
alimentos se procesan en el
sistema digestivo para que el
organismo pueda absorber los
nutrientes
y
eliminar
los
desechos.
Esta es la explicación lógica y
sencilla de este texto, que no
tiene nada que ver con el tema
de las carnes limpias e
inmundas.
¿Qué necesitamos para la
salvación?
Otro pasaje que supuestamente
abroga la ley de los alimentos
inmundos es Hechos 15.
Leamos los versículos 28 y 29:
"Porque ha parecido bien al
Espíritu Santo, y a nosotros, no
imponeros ninguna carga más
que estas cosas necesarias:
que os abstengáis de lo
sacrificado a ídolos, de sangre,
de ahogado y de fornicación".
¿Es esta una nueva fórmula de
vida cristiana? ¿Es todo lo
necesario para la salvación?
¿Abroga la ley sobre los
alimentos inmundos? ¿Abroga
el
sábado?
Hay
quienes
piensan que sí.
En tal caso, ¿elimina también la
necesidad del arrepentimiento
para el cristiano? ¿Puede el
cristiano matar, robar, fornicar y
tomar en vano el nombre de
Dios? Si todo lo que hay que
hacer ahora es cumplir los
cuatro puntos de Hechos 15:29,
¡bien podríamos deshacernos
del resto de la Biblia!
Pero eso no es lo que tenían en
mente los apóstoles Pedro y
Santiago ni los demás ministros
en Jerusalén. Para entender,
veamos qué problema estaban
tratando aquí. Este se menciona
en el versículo 1: "Entonces
algunos que venían de Judea
enseñaban a los hermanos: Si
no os circuncidáis conforme al
rito de Moisés, no podéis ser
salvos".
Algunos fariseos en la Iglesia
fueron aun más allá: "Es
necesario
circuncidarlos,
y
mandarles que guarden la ley
2
de Moisés" (versículo 5). Lo que
estaba en duda era la
circuncisión y la ley de Moisés,
no la ley espiritual de Dios ni
demás instrucciones de las
Sagradas Escrituras.
La decisión fue que los gentiles
conversos no estaban obligados
a circuncidarse ni a guardar las
leyes de Moisés, pero sí se les
dijo que se abstuvieran de las
cuatro cosas mencionadas en el
versículo 29: "de las cuales
cosas si os guardareis, bien
haréis". Nótese que si cumplían
estas
instrucciones,
harían
"bien"... pero no estarían
llenando todos los requisitos de
la justicia y de la vida cristiana.
Los cuatro puntos citados se
asocian directamente con las
prácticas idolátricas paganas de
aquella época, que eran
frecuentes entre los gentiles
antes de su conversión. Por
tanto, aunque no tenían que
circuncidarse como los judíos,
tampoco debían volver a sus
viejas costumbres religiosas.
¿Debemos comer de todo?
Otro pasaje que suele interpretarse
erróneamente
para
eliminar las leyes contra las
carnes inmundas es I Corintios
10:25: "De todo lo que se vende
en la carnicería, comed, sin
preguntar nada por motivos de
conciencia".
¿Significa esto que no debemos
preguntar qué carne es, de
dónde vino ni cómo se
sacrificó?
Nótese también el versículo 27:
"De todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada
por motivos de conciencia".
¿Está diciendo Pablo que
cuando nos invitan a comer no
debemos
hacer
ninguna
pregunta acerca de la comida
que ponen en la mesa?
¿Significa que no podemos preguntar sobre el origen, el tipo o
la preparación de la comida?
Algunas personas con problemas digestivos invitarían el
desastre si no hicieran algunas
preguntas discretas y se
abstuvieran de comer lo que les
cae mal. Si alguien nos da
veneno, ¿estamos obligados a
comerlo?
El contexto muestra claramente
que Pablo no tenía en mente
tales cosas.
La sección del versículo 14 en
adelante hasta el final del capítulo se refiere a los alimentos
sacrificados a los ídolos en un
templo pagano. Esto suena
extraño en el siglo 20 porque
hoy estas costumbres se
desconocen.
En aquella época la gente ofrecía animales como sacrificios en
los templos paganos. Más tarde
se vendía la carne en el
mercado y luego se revendía al
público. Este es el problema en
cuestión.
¿Qué debían hacer los gentiles
conversos? ¿Preguntarle al
carnicero o al anfitrión en una
comida si esa carne había sido
sacrificada a un ídolo? La
respuesta de Pablo era: No. No
había necesidad de preguntar,
pues eso no afectaba la
limpieza del alimento.
Pero si el anfitrión decía que la
carne había sido ofrecida a un
ídolo, entonces el cristiano
debía abstenerse de comerla
por la conciencia del otro
(versículos 28-29).
¿No hay nada inmundo
ahora?
En Romanos 14:14 Pablo dice:
"Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí
mismo".
¿Qué quiere decir esta afirmación? Debemos mirar todo el
contexto para saber de qué
estaba hablando Pablo. De lo
contrario, sacaríamos una frase
de su contexto para darle
nuestra propia interpretación. El
tema del capítulo aparece en el
versículo 2: "Uno cree que se
ha de comer de todo; otro, que
es débil, come legumbres".
Unos
comían
carne
y
legumbres, otros solamente
legumbres.
Pablo muestra en este capítulo
que un cristiano no debe
menospreciar a otro si es
vegetariano. Al contrario, debe
abstenerse de cualquier cosa
que haga tropezar al otro,
aunque esa cosa no sea
contraria a los caminos de Dios
(versículo 21).
Si este era el problema,
entonces ¿cómo explicar el
versículo 14 que dice que "nada
es inmundo en sí mismo"? La
respuesta se encuentra en la
palabra griega original traducida
como "inmundo".
Debemos ver el contexto de un
pasaje bíblico y no simplemente
sacar una frase de su contexto
para darle nuestra propia
interpretación de lo que quiere
decir.
La palabra griega es koinos, y
suele traducirse al español
como "común", no "inmundo".
En la Biblia de Jerusalén se
traduce como "impuro" en este
pasaje, pero cada vez que
aparece la palabra koinos
debería
traducirse
correctamente como "común".
La palabra griega para "inmundo" es akathartos y no se
usa en Romanos 14:14. La
palabra utilizada en Romanos
14:14 es koinos, o sea "común",
3
y no se asocia con lo que se
llama inmundo en Levítico 11.
La traducción incorrecta de este
versículo ha hecho pensar a
muchos, erróneamente, que
esta frase de Pablo le permite al
cristiano comer alimentos que
Dios mismo prohibió.
¿No hay que rechazar nada?
El último pasaje que se presta a
equívocos es I Timoteo 4:4:
"Porque todo lo que Dios creó
es bueno, y nada es de
desecharse, si se toma con
acción de gracias".
¿Acaso esto significa que no
podemos
rechazar
ratas,
culebras, arañas y buitres ya
que son buenos para comer y
fueron
creados
con
ese
propósito?
En esta carta a Timoteo, Pablo
envió instrucciones para él y
para la Iglesia. Dijo que algunos
se alejarían de la fe y de las
verdaderas doctrinas de la
Biblia para acoger doctrinas de
demonios (versículo 1). Una de
esas doctrinas era "abstenerse
de alimentos que Dios creó para
que con acción de gracias
participasen
de
ellos
los
creyentes y los que han
conocido la verdad" (versículo
3).
Si dejamos que la Biblia se interprete a sí misma en vez de
darle
nuestras
propias
interpretaciones,
veremos
claramente el significado de
este pasaje. ¿Qué alimentos
creó Dios para que los
recibamos con alegría? La respuesta está en Levítico 11.
Quienes creen las instrucciones
de Dios en Levítico 11 y han
conocido la verdad (de Levítico
11), pueden recibir estos
alimentos "con acción de
gracias". Entonces el alimento
será "santificado" (apartado
para uso y propósito santo) "por
la palabra de Dios [en Levítico
11] y por la oración [de gratitud
porque Dios lo creó como
alimento para el hombre]"
(versículos 4-5).
En I Timoteo 4:1-5 Pablo dijo
que
algunas
personas
acogerían
doctrinas
de
demonios y se abstendrían de
alimentos que Dios creó para el
consumo humano y que figuran
en Levítico 11.
Este artículo comenzó con el
apóstol Pedro y para terminar
vuelve a él. Pedro les dijo a los
cristianos: "Como hijos obedientes, no os conforméis a los
deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia;
sino, como aquel que os llamó
es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera
de vivir; porque escrito está:
Sed santos, porque yo soy
santo" (I Pedro 1:14-16).
El pasaje que Pedro cita aquí
aparece en Levítico 11:44-45,
¡el mismo que Dios usa para
enseñar a su pueblo a no comer
carnes inmundas! La parte
sobre la santidad tiene vigencia
hoy, y la parte sobre los
alimentos también.
Mi amigo que creyó estar siguiendo el ejemplo de Pedro,
estaba equivocado. Después de
su muerte prematura me he
preguntado muchas veces:
¿Habría vivido más tiempo si se
hubiera abstenido de comer lo
que Dios no creó para el
consumo humano? ¿Qué tal si
hubiera seguido realmente el
ejemplo de Pedro: si no hubiera
comido carne de cerdo?
Fuente:
El Mundo de Mañana
Febrero 1986
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