fundalex coincide con preocupacion de relatores de oea y onu

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COMUNICADO DE PRENSA
FUNDALEX COINCIDE CON PREOCUPACION DE RELATORES DE OEA Y ONU SOBRE AMENAZAS A
GLOBOVISION EN CARACAS
México, D. F., a 22 de mayo de 2009
La Fundación para la Libertad de Expresión (México) manifiesta su coincidencia con la
preocupación del Relator de las Naciones Unidas (ONU) para la Libertad de Opinión y Expresión,
Frank La Rue, y la Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Catalina Botero en
torno a las medidas administrativas tomadas por el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela contra
la empresa Globovisión el pasado 7 de mayo.
Entendemos es un procedimiento que no sólo afecta a la libertad de expresión y de prensa, sino
que abre el camino para la clausura de otro medio de comunicación en ese país.
La FUNDALEX manifiesta su repudio a estas actitudes gubernamentales que sientan un negro
precedente para el ejercicio del periodismo libre y el desarrollo de la libertad de expresión en
América Latina.
Expresamos nuestra solidaridad y apoyo a Globovisión en su tarea de informar libremente y
condenamos estos procedimientos gubernamentales que generalmente se enmarcan en una
política de hostigamiento, que luego concluye con el cierre del medio cuestionado.
Creemos en FUNDALEX que estas prácticas socavan un derecho fundamental y sientan el
precedente nefasto de actitudes totalitarias que riñen con los principios de la libertad y de la
democracia en el continente.
Al tiempo de apoyar la labor de la Organización de Estados Americanos y de las Naciones Unidas
en defensa de la libertad de prensa y de expresión en Venezuela, instamos a estar alerta ante
nuevas restricciones a ambas libertades en esa querida nación sudamericana.
ARMANDO PRIDA HUERTA
Pdte. de la Fundación para la Libertad de Expresión
-o0o-
RELATORES PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE LA ONU Y DE LA OEA MANIFIESTAN
PREOCUPACIÓN POR SEÑALAMIENTOS DE ALTAS AUTORIDADES DEL GOBIERNO DE VENEZUELA
CONTRA CANALES PRIVADOS DE TELEVISION
Ginebra.– Washington, D.C., 22 de mayo de 2009 - El Relator de las Naciones Unidas (ONU) para la
Libertad de Opinión y Expresión, Frank La Rue, y la Relatora Especial para la Libertad de Expresión
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), Catalina Botero, manifestaron su preocupación por las recientes declaraciones
de altas autoridades del gobierno de Venezuela en contra del canal de televisión Globovisión y
otros medios privados en ese país.
De acuerdo con la información recibida, el 4 de mayo de 2009 Globovisión trasmitió –antes de ser
emitido el reporte oficial correspondiente–, una noticia sobre un sismo que afectó algunos lugares
de Venezuela. Durante la trasmisión, el director del canal señaló que no tenía reportes sobre la
existencia de daños graves y criticó el hecho de que no se hubiere dado oportunamente
información oficial. Notas sobre el sismo se repitieron varias veces durante el día. Luego de esta
noticia, las más altas autoridades de Venezuela, han acusado públicamente a los medios privados,
especialmente a Globovisión, de acudir al “terrorismo” y al “discurso de odio” con “fines
desestabilizadores”. Asimismo, importantes autoridades exhortaron a la Comisión Nacional de
Telecomunicaciones (Conatel), a imponer las más drásticas sanciones a Globovisión.
El 7 de mayo de 2009, Conatel, entidad del Poder Ejecutivo nacional, abrió un procedimiento
administrativo a la empresa Globovisión, al considerar que la información suministrada al público
con ocasión del sismo podría “generar alarma, temor, zozobra o pánico entre la población,
produciendo en los individuos un sentimiento de que están en peligro y desprotegidos”1. Esta
investigación se suma a dos investigaciones anteriores abiertas contra Globovisión por la
trasmisión en directo de declaraciones en vivo de terceras personas ajenas al canal. Según
información suministrada por el Estado, estas investigaciones ya estarían en etapa de decisión.
Estos procedimientos podrían conducir a la revocatoria de la licencia del canal por la aplicación de
la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión.
En oportunidades anteriores, los relatores para la libertad de expresión de la ONU y de la OEA han
recordado a las autoridades su obligación de respetar la libertad de expresión en los medios de
comunicación y en las emisiones de radio y televisión y, en particular, la independencia editorial
de los medios de comunicación. En este sentido, se ha señalado que, en una democracia, la crítica,
la oposición y la contradicción, deben ser toleradas como condición del principio de pluralismo,
protegido por el derecho a la libertad de expresión. La labor de las autoridades es la de crear un
clima en el cual todas las personas puedan exponer sus ideas u opiniones sin miedo a ser
perseguidos, sancionados o estigmatizados.
En la presente oportunidad, La Rue y Botero manifestaron su preocupación frente a la existencia
de declaraciones de las más altas autoridades del gobierno, que generan un ambiente de
intimidación en el cual se ve seriamente limitado el derecho a la libertad de expresión. Al respecto,
recordaron que las autoridades tienen el deber de hacer cumplir la ley y el derecho a responder
las críticas que consideran injustas o engañosas. Sin embargo, los funcionarios públicos,
especialmente los que ocupan las más altas posiciones del Estado, tienen el deber de respetar la
circulación de informaciones y opiniones, incluso, cuando éstas son contrarias a sus intereses y
posiciones. Asimismo deben promover la tolerancia y la diversidad de ideas y opiniones.
Finalmente, los relatores para la libertad de expresión de la ONU y de la OEA hacen un llamado al
Estado de Venezuela a mantener la plena vigencia del derecho a la libertad de expresión
establecido en instrumentos internacionales adoptados por el Estado y a proteger de manera
adecuada las garantías internacionales en los procesos que se adelantan contra los medios de
comunicación privados y, en este caso, contra Globovisión. En este sentido, los Estados deben
garantizar que los procesos administrativos o las facultades regulatorias no impliquen actos de
censura indirecta motivados por la línea editorial del medio.
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