Ben Sidran: Dylan Different Con la música de Dylan hay que tener mucho cuidado. Al de Duluth hay que tratarlo con mucho cariño. De todos debiera ser conocido que uno de los músicos que mejor ha sabido versionearse, reinventarse y reinventar su repertorio es el propio Dylan. Por eso más de una vez ha pasado lo que ha pasado: sus canciones no son algo que pueda ir de mano en mano, salvo que el osado de turno tenga ganas de poder llegar a quedar en el más espantoso de los ridículos. Y aunque osadía es la de Ben Sidran de enfrentarse a algunos de sus temas míticos como “Blowin’ In The Wind”, “Highway 61 Revisited”, “Tangled Up In Blue”, “Knockin’ On Heaven’s Door”, “Subterranean Homesick Blues”, “Maggie’s Farm”, “Rainy Day Woman”, “Everything Is Broken” o “All I Really Want To Do”, el resultado no es algo baladí. En él sabe encontrar enfoques nuevos, distintos y variados para algunos de esos temas, algo que no es sencillo en absoluto. O quizás su acierto sea precisamente la sencillez, el cariño y la humildad con que afronta la reinterpretación de esos temas, a pesar de que algunas de esas colaboraciones de postín que hay en el CD pudieran hacer pensar precisamente en lo contrario. Pachi Tapiz Ben Sidran: Dylan Different Ben Sidran (voz, piano, Wulitizer, Hammond B3, Fender Rhodes), Alberto Malo (batería y percusión), Marcello Giuliani (bajo y contrabajo), Rodolph Burger (guitarra, voz en “Blowin’ in the Wind”), Bob Malach (saxo tenor, flauta, clarinete bajo), Michael Leonhart (trompeta, fiscorno), Amy Helm (coros), Georgie Fame (voz y órgano en “Rainy Day Woman #12 & 35”), Jorge Drexler (voz en “Knockin’ on Heaven’s Door”), Leonor Watling & Luca (coros en “Knockin’ on Heaven’s Door”), Leo Sidran (arreglos de metales, guitarra adicional, Hammond B3, Piano, Koto) 1.- “Everything Is Broken”, 2.-“Higway 61 Revisited”, 3.“Tangled Up In Blue”, 4.-“Gotta Serve Somebody”, 5.-“Rainy Day Woman #12 & 35”, 6.-“Ballad Of A Thin Man”, 7.-“Maggie’s Farm”, 8.-“Knockin’ On Heaven’s Door”, 9.-“Subterranean Homesick Blues”, 10.-“On The Road Again”, 11.-“All I Really Want To Do”, 12.-“Blowin’ In The Wind” Bonsaï Music, 2009 Guillermo Bazzola: una conversación libre improvisada, por Sergio Cabanillas Coloquio con Guillermo Bazzola por Sergio Cabanillas y Enrique Farelo. 29 de Octubre de 2009, 17:00h., emisión en directo del programa Universos Paralelos, Onda Verde Madrid 107.9 FM. Guillermo Bazzola © Sergio Cabanillas SERGIO CABANILLAS: Para empezar, una pregunta de sinceridad brutal y descarnada: ¿Qué clase de locura puede llevar a tres argentinos a montar en Madrid un trío de música de improvisación de alto riesgo, con la que está cayendo? GUILLERMO BAZZOLA: Precisamente por la que está cayendo tenemos tiempo libre en algunas oportunidades [risas]. Por eso decidimos hacer un grupo para tocar lo que nos apetece, pero en realidad es la experiencia argentina [risas]. Cuando uno está en Argentina dice: “Bueno, ¿qué hago?¿tengo trabajo? Más o menos, no tengo demasiado, así que vamos a hacer lo que nos apetece” [risas]. SERGIO CABANILLAS: Ironías aparte, vosotros habéis tocado a lo largo de vuestras carreras muchas cosas y muy distintas. ¿De dónde surge la iniciativa de abordar un grupo tan abierto, tan rupturista?¿Y la elección de instrumentos? GUILLERMO BAZZOLA: Bueno, la elección de instrumentos fue, más que nada, por la elección de personas. Éramos nosotros y tocábamos lo que tocábamos, no fue algo premeditado, queda entre nosotros. Marcelo [Peralta] y yo somos amigos desde hace muchísimos años, 27 al día de hoy, y nos reencontramos después de unos años de no vernos. Él vino aquí en el 96, yo en el 2001, fueron esos cinco años, pero la verdad es que el resto del tiempo, antes y después, estuvimos tocando juntos. A Marcelo le gusta el free y la improvisación abierta, y a mí también. Él lo había hecho más que yo en directo, y yo siempre lo había hecho de manera más privada, pero en mis discos, pese a la componente melódica, siempre había lugar para ello. En todos los discos que hice en Argentina hay temas que usan la improvisación libre; de modo que estábamos pensando hacer algo nosotros, y un buen día llegó Andrés [Litwin]. Yo lo conocí en una jam session, él vivía en Holanda y estaba de paso por aquí, tocamos y me gustó cómo tocaba. Intercambiamos teléfonos, y cuando se vino a vivir a Madrid, me llamó y me dijo si nos juntábamos a tocar. En esos días, él tenía unos conciertos con Marcelo y con Santiago Reyes, y a partir de reuniones decidimos montar el trío. Yo también le comenté a Marcelo, nos juntamos a dúo y grabamos unas cosas a finales de 2006, que fue cuando él llegó, y a partir de eso, al poco tiempo empezamos a tocar en algunos lugares como El Despertar, los Encuentros Portugalete en el Centro Cultural de Carril del Conde, en el Bogui… hicimos una serie de cosas y siempre nos gustó mucho tocar juntos, nos gustaba lo que iba saliendo y decidimos grabar. Así autoproducimos el engendro en cuestión. ENRIQUE FARELO: Viendo las distintas fechas de grabación, ¿cuánto habéis invertido en total en el disco? GUILLERMO BAZZOLA: Ahora no tengo muy presente cada fecha, pero más o menos a lo largo de dos meses fuimos haciendo algunas sesiones de grabación, más que nada, determinadas por el instrumento que tocara Marcelo. Yo tengo un pequeño estudio doméstico que usamos como sala de ensayo, y decidimos empezar a grabar el material que teníamos, por ejemplo, un día grabamos los temas con barítono, otro día los temas con alto, otro día con tenor… creo que fueron unas cuatro o cinco sesiones a lo largo de un par de meses. Decidimos hacerlo con mucha calma. Teniendo los medios a nuestra disposición tuvimos la tranquilidad de tomarnos tiempo, y después en el mismo estudio hice la mezcla, que también llevó muchas más horas que si lo hubiera hecho en otro estudio. Gnu Trío – Gnu Trío (GNU 001, 2009) ENRIQUE FARELO: De modo que hablamos de un trabajo artesanal y casero… GUILLERMO BAZZOLA: Absolutamente. En Argentina trabajé de forma intermitente como técnico de grabación. Si bien todo esto de la grabación en ordenador era algo relativamente novedoso para mí, me fui metiendo en el tema y, aprovechando que el coste de los materiales ha bajado bastante, me compré algunos micrófonos y otros accesorios. La verdad es que ha sido el primer trabajo grande que he hecho con mi estudio. ENRIQUE FARELO: Dado que el disco es autoproducido, no pertenece a ninguna discográfica. GUILLERMO BAZZOLA: No, no pertenece a ningún sello. Nos pertenece a nosotros, por suerte. No tengo nada en contra del hecho de hacer cosas con discográficas, pero a veces ciertas experiencias pasadas hacen que uno sienta que no gana demasiado por hacerlo de esa manera. Si yo pensara: “Bueno, el acuerdo no es muy ventajoso, pero uno tiene prensa, distribución, conocimiento… te abre puertas para conciertos…”, pero cuando el destino de los discos producidos en sellos ajenos es que, en el mejor de los casos, te queden cajas con discos en casa… dijimos: “Bueno, lo hacemos nosotros”. Lo vamos a ir vendiendo como podamos, a través de nuestra página web, por email… la verdad es que lo vendemos a gente conocida, en conciertos… poco a poco el disco va saliendo. SERGIO CABANILLAS: ¿No está en ninguna tienda virtual? GUILLERMO BAZZOLA: No. Yo he vendido discos a Estados Unidos y otros países. Recibimos un correo de los interesados y damos las instrucciones de pago por PayPal, un sistema ampliamente utilizado. También en mano a amigos, alumnos y otras personas que han colaborado con nosotros. En realidad lo que se pide es una colaboración, tampoco es un disco que sea particularmente caro. Todo el mundo se queja de que los discos son muy caros porque salen a 18, 20 euros o más, y nosotros lo vendemos a 10, poco más que una copa, tampoco es mucho más. No hay gastos de envío si lo compran en un concierto. En realidad no es un dinero con el que nosotros planeamos enriquecernos, sino juntarlo para grabar el próximo disco. GNU Trío © Sergio Cabanillas ENRIQUE FARELO: ¿Por qué el grupo se llama “ge” “ene” “u”? GUILLERMO BAZZOLA: Algunos lo llaman “ge” “ene” “u”, pero, en realidad, la idea sería “Nu”, que ni siquiera es el animal llamado “ñu”[risas]. Yo lo sugerí porque “nu”, en terminología moderna es “nuevo” [referido al inglés new, de igual pronunciación]. Es una manera fresca de decirlo, igual que algunos escriben “for” con el número cuatro o “to” con el número dos. También hay un pequeño guiño a un disco de mis favoritos, de los que llevaré siempre conmigo, que es GNU High de Kenny Wheeler, que es una enorme obra de arte. Leí una vez una entrevista que le hicieron donde decía que GNU High era como un nuevo standard, un nuevo listón en cuanto a calidad. Para nosotros en un nuevo trío, una nueva experiencia, es una nueva música que estamos haciendo y que no tiene necesariamente que ver con algo que hayamos hecho antes… o sí lo tiene, es en sí música orgánica, porque realmente sale de un montón de influencias, de ir probando cosas y de no cortarse con hacer nada… yo uso loops, uso pedales y cosas que antes no tenía. En realidad es música sin fronteras… SERGIO CABANILLAS: ¿…partiendo de una pequeña semilla escrita, o es improvisación totalmente libre? GUILLERMO BAZZOLA: Bueno, hay distintas corrientes de opinión dentro del GNU Trío. El material lo fuimos haciendo a medida que íbamos tocando, es decir, los primeros días que tocamos usamos algunos temas que estaban por ahí, y a veces tocamos, aunque no están en el disco, “India” de Coltrane, “Alone Together” o algún tema de Monk, algún tema de Marcelo o mío que pudiera haber. Después fuimos creando material para esto. En sí, el leitmotiv del grupo es la libre improvisación y la libre asociación de ideas musicales, pero la composición, digamos, lo que está escrito, es un estructurador. Hemos hecho algunos conciertos en los cuales prácticamente no tocamos nada que estuviese escrito, sino que nos pusimos a improvisar y a generar cosas, pero para un disco está interesante la idea de tener material escrito, de algún modo, dialécticamente integrado, es decir, tenemos material y en base a eso improvisamos libremente, pero también en base a lo que nosotros hacemos espontáneamente creamos composiciones. SERGIO CABANILLAS: Pero, al fin y al cabo, ha sido una forma de componer cooperativa y “en tiempo real”. ¿No es así? GUILLERMO BAZZOLA: Sí, eso en algunos casos. Obviamente, cuando uno tiene temas como los del disco, lo que hace la composición es darle carácter a la improvisación. Aunque sea una improvisación abierta, puede ser disonante, suave, fuerte, piano… tiene distinto carácter. La idea con estos temas fue darle el carácter a la improvisación. A mí me parece interesante, pero esto es una opinión absolutamente personal, a mí me gusta mucho la improvisación libre, pero siempre he sentido particular interés por los buenos compositores del jazz… como el mismo Ornette [Coleman] que sí, inventó el free jazz, pero ha compuesto unos temas y unas melodías extraordinarias, o Julius Hemphill, mucho más reciente, o Andrew Hill, gente que ha experimentado con distintas formas de improvisación. Marcelo Peralta © Sergio Cabanillas ENRIQUE FARELO: Cuando se habla de libre improvisación, parece referirse a un estilo en el que se crea partiendo de la nada, improvisando cada uno libremente, como decía Sergio, creando en tiempo real, mientras que vosotros partís de un tema escrito para improvisar. Creo que son cosas distintas, y merece la pena matizar. SERGIO CABANILLAS: Efectivamente, eso concreta mi pregunta. ¿Hay una composición de partida, en realidad? GUILLERMO BAZZOLA: En el disco, sí. SERGIO CABANILLAS: Esa es mi duda, si vosotros habéis llevado temas para pulirlos con el trío y se improvisaba sobre ellos, o si realmente ha habido composiciones que han surgido espontáneamente en el ensayo. GUILLERMO BAZZOLA: Es interesante la pregunta, y también para desarrollarla. Las primeras veces que nos vimos tuvimos distintas líneas de acción. Sugeríamos un standard e improvisábamos. O cualquiera de nosotros decía: “Tengo un tema”, lo tocábamos, y de tocarlo e ir probando cosas vimos lo que podía salir de ahí. La otra consistía en decir: “Bueno, pongámonos a improvisar”… y con ésta son tres líneas de acción distintas, empezaba uno de los tres con una idea y los otros se iban acoplando e iban generando una improvisación conjunta. Y en este sentido, no es demasiado distinta a una conversación, por ejemplo, entre nosotros tres. O bien hablamos sobre un tema rígido y no nos salimos de eso, que sería como tocar un standard, o bien cualquiera de nosotros dice: “¿Por qué no hablamos de esto? Acabo de leer un artículo en el diario”. Ninguno de los otros dos tiene idea de que estaba ese artículo, y empieza a comentar algo. La otra opción es decir: “¿De qué hablamos? No sé, empieza tú”, y empezamos a hablar. Uno sería el standard, otro sería la composición propia que sólo conoce el que la trae, y otro sería la conversación abierta. Siempre hay algún tema de conversación, más rígido o más laxo, pero siempre hay alguno. SERGIO CABANILLAS: De modo que la última modalidad que comentas no ha generado en sí ningún tema, sino que se ha utilizado para desarrollar lo que se traía como base de trabajo. GUILLERMO BAZZOLA: En el propio momento de hacerlo, no, pero siguiendo con el símil, digamos que, a la siguiente reunión en la que estuvimos los tres hablando de bueyes perdidos, por ejemplo, puede venir Enrique y decir: “…acerca de lo que estuvimos hablando el otro día, acabo de escribir esto…”. Esa sería su nueva composición basada en algo que improvisamos libremente. Andrés Litwin © Sergio Cabanillas SERGIO CABANILLAS: Así que del ensayo improvisado surgieron temas para el disco. GUILLERMO BAZZOLA: Sí, pero quiero matizar una cosa más. Respecto a la improvisación, hace tiempo leí un libro de Paul Bley que se llama “Time Will Tell”, que es una larga entrevista a este gran personaje del jazz, y él se refiere a algo que es muy importante señalar: más allá de la improvisación, el arte que todos tratamos de cultivar es el de la composición musical. El hecho de improvisar, extraer ideas de la improvisación y desarrollarlas en tiempo real, responderlas e ir creando colectivamente una improvisación no es otra cosa que otra técnica de composición musical. Lo que estamos haciendo es componer música. Para que la música resultante sea sólida, consistente o inconsistente, tiene que tener más o menos las mismas reglas que una partitura escrita. Obviamente, una fuga a cuatro voces no puede ser improvisada, pero un efecto de fuga sí se puede improvisar. Y eso, en la improvisación, es un buen disparador. ENRIQUE FARELO: Has hablado antes de un disco que para ti es la piedra angular de la música que te gusta –y que a mí también me gusta–, que es un disco de Kenny Wheeler que precisamente lleva el nombre del grupo en su título. ¿Existe una música que es objetivamente superior, por complejidad y por composición, a otras? ¿Existe esa objetividad dentro de la ética del arte? GUILLERMO BAZZOLA: La verdad es que es difícil de argumentar en ese sentido. No sabría decirte qué es mejor o qué es peor. Yo tengo lo mejor y lo peor para mí, y lo que veo muchas veces es que hay ciertos sobreentendidos entre gente que, más o menos, domina el tema. Por ejemplo, hay cierta música que está hecha con una finalidad comercial más explícita que otras… lo que ocurre es que es muy difícil de demostrar, es como el crimen perfecto [risas]. ENRIQUE FARELO: Tú mismo has calificado como obra maestra un disco concreto, ¿cómo llegas a esa conclusión? GUILLERMO BAZZOLA: Claro, probablemente yo largue esta opinión ante alguien con gustos parecidos a los míos, aunque no le parezca ésa exactamente la obra maestra, seguramente hablaremos de algo por el estilo porque estamos en el mismo círculo de afinidad. Yo creo que dentro de ciertos paradigmas y ciertas corrientes hay opiniones más o menos unánimes. Difícilmente podría discutir de lo mejor y de lo peor con alguien a quien le gusta, por ejemplo, el reggaeton, aunque tampoco me habilita para hablar mal de ello, porque tampoco lo conozco. SERGIO CABANILLAS: Esa descripción de criterios es un discurso muy sesudo que tiene mucho que ver con el jazz y su entorno. Fuera de este redil el criterio puede ser si me gusta y me satisface o no, porque, al fin y al cabo, la música es para sentirla. GUILLERMO BAZZOLA: Quizás ese discurso se dé entre especialistas o iniciados, me parece que es ahí donde se pueden tener ese tipo de conversaciones. Yo puedo discutir amablemente contigo si GNU High tiene mejores composiciones que tal otro disco de fulano, pero será de algo relativamente parecido. De todos modos, siempre me ha causado una cierta urticaria el hecho de leer comentarios acerca de que tal película es un bodrio horrible, o tal jugador de fútbol es malísimo. La música mala no existe para eso. Es el único caso en el cual todo es subjetivo. Guillermo Bazzola © Sergio Cabanillas SERGIO CABANILLAS: Sí, parece un tema tabú. De todas formas, yo creo que las apreciaciones sobre cualquier forma de arte son subjetivas y todo es opinable. ENRIQUE FARELO: Lo que quiero decir es que hay cosas que no son arte y pueden sobreponerse porque hay gente que opina que son mejores que las que verdaderamente son artísticas. Yo no puedo discutir si el disco de Kenny Wheeler es mejor que Photo With… de Jan Garbarek, me resulta difícil de discernir y algo absurdo, pero creo que esos discos están por encima de otros que tienen objetivos puramente comerciales. GUILLERMO BAZZOLA: En un punto –esto es conversación abierta– opino más bien al revés. Yo puedo argumentar más sólidamente por qué el disco de Kenny Wheeler me parece mejor que el de Garbarek –que además es un disco que me gusta mucho–, me parecería más fácil hacerlo en esa confrontación que respecto al último de algún artista pop. Eso sería más difícil, porque son dos mundos distintos, dos idiomas diferentes. SERGIO CABANILLAS: Creo que has hecho una apreciación fundamental: hablar de tu opinión. Hay mucha gente que habla en términos absolutos sobre lo que es bueno o malo, cuando lo más sano sería comenzar con “…en mi opinión”. Se tiende a obviar esa parte e ir directamente al resultado. GUILLERMO BAZZOLA: En un caso como éste, en una conversación amable y constructiva de aficionados al jazz, yo puedo decir que siempre he sentido más apego por Giant Steps de John Coltrane que por Kind Of Blue. Hay una cuestión de gustos, pero sí podría llegar a decir por qué, lo cual no quiere decir que uno sea mejor que otro. Yo no sé por qué el disco de Kenny Wheeler es mejor que tal disco de Enrico Rava, pero te puedo decir por qué para mí ha sido más valioso o más importante, y ese sí me parece un nivel de discusión más profundo. El hecho de decir que tal cosa es buena o mala, sirve o no sirve, tiene más o menos estrellitas, en realidad me parece que es un poco invalidante del resultado de la discusión. SERGIO CABANILLAS: Además todas esas valoraciones pretenden hacer objetivo algo que tiene mucho de opinión incluso en estos círculos. GUILLERMO BAZZOLA: Pero la opinión puede ser fundamentada. La historia de las ideas humanas es eso. Andrés Litwin © Sergio Cabanillas SERGIO CABANILLAS: También hay cierto tipo de crítica que juzga y condena sin fundamentarlo. GUILLERMO BAZZOLA: Y eso sí que, de nuevo, me produce urticaria. Si soy juzgado, quiero serlo por alguien que me diga por qué, del mismo modo que si te van a meter preso, el juez tiene que decir por qué. Eso, por suerte, en este país ya no existe, y es un avance. También sería un progreso en la crítica musical que haya una justificación de las cosas, aunque sea tu opinión. Yo he trabajado de crítico y comentarista durante bastante tiempo, y me he tomado el trabajo de opinar, así que si un artista me dijera: “¿Por qué opinaste esto de mi disco?”, yo tendría que ser decente y sólido en cuanto a fundamentar mi opinión. Lo que parece fuera de lugar es no fundamentar la opinión. SERGIO CABANILLAS: Esto es lo que se llama una entrevista libre improvisada…y muy satisfactoria [risas]. ¿Cómo enfocas el trabajo de la guitarra en un combo en el que no hay contrabajo? GUILLERMO BAZZOLA: Te voy a decir cómo no lo hago: ocupando el lugar del bajo. Puede haber alguna línea, como en el primer tema, pero afrontarlo pensando: “Como no hay bajo, yo hago el walking”… no. La idea era no hacerlo así, sino usar las texturas. Yo creo que a veces uno cae en estereotipos en cuanto a la función de cada instrumento. Por ejemplo, ya en el año 59 o 60, Jimmy Giuffre tenía un grupo con trombón y guitarra, con Bob Brookmeyer y Jim Hall… y no se murió nadie [risas], al contrario, fue una cosa novedosa y muy fructífera, entonces, lo nuestro tiene además otros antecedentes. No queríamos caer en remedar, por ejemplo, al más conocido de los grupos… SERGIO CABANILLAS: ¿…el Tiny Bell Trio? GUILLERMO BAZZOLA: …bueno, sobre todo el grupo de Paul Motian, que es el más antiguo, pero está el Tiny Bell Trio, otro que se llama Babkas, Joe Morris hizo algo así… la idea era no hacer algo que fuera a tomar un determinado grupo como referencia en cuanto a eso. Obviamente, los escuchamos y nos interesa ver cómo resuelven situaciones, pero nada más. Respecto a la guitarra, queríamos probar distintas texturas, ver qué tipo de sonidos se logran… SERGIO CABANILLAS: De modo que hablamos de un trabajo orientado más a las texturas que a la armonía. GUILLERMO BAZZOLA: Sí, absolutamente. Es más, se trata de uno de los aspectos más descuidados dentro del “jazz convencional”. En bebop, swing… hay más trabajo en el ritmo, en la armonía, en la melodía… pero las texturas, lo tímbrico y demás están en segundo plano, obviamente importa, pero lo hace más en términos orquestales, como Duke Ellington, Gil Evans, grandes empleadores de texturas dentro del jazz, pero no tanto en grupos pequeños. Sí, los hay, pero tienen un rol menos importante. Por eso yo uso distintos timbres con y sin distorsión, loops, wah-wah, pedal de volumen… SERGIO CABANILLAS: Decías que Marcelo y tú sois amigos desde hace 27 años. Con la entrada de Andrés, que es un músico mucho más joven, ¿habéis notado ese salto generacional en la forma de trabajar, en la forma de enfocar las cosas? GUILLERMO BAZZOLA: No, porque en realidad tenemos todos la misma edad de espíritu [risas]. Marcelo y yo somos amigos desde hace muchos años, nos divertimos mucho, nos seguimos reuniendo y riendo de las mismas cosas, y nos lo tomamos con mucho humor. Andrés puso un poco de seriedad en el grupo [risas]. La verdad es que tanto Marcelo como yo tenemos 48 y 47 años respectivamente, y Andrés andará por los 25, y lo cierto es que era la música que nos gustaba cuando teníamos 20 años y seguimos cultivándola. Es más fácil conseguir a alguien joven con vitalidad y entusiasmo que alguien de nuestra edad, lo nuestro ya es irrecuperable… [risas]. Andrés es un tipo muy creativo. Me gusta mucho cómo toca él y me gusta mucho ese tipo de baterista. Son tipos que no son estrictamente bateristas de jazz. Es alguien que toca muy bien jazz, pero también ha tocado funk, ha tocado rock y le gusta, lo conoce, tiene el lenguaje y tiene muchas cosas incorporadas de ahí. Tiene un enorme talento musical, y eso aporta mucha variedad, mucha vitalidad… mucha fluidez, en realidad. Marcelo Peralta © Sergio Cabanillas ENRIQUE FARELO: Hablando de “There’s A Bone In My Tea”, tu trabajo rítmico en la guitarra me ha recordado mucho a un grupo británico de jazz rock de los 70 que no es tan famoso como otros, pero siempre me pareció un gran grupo. El guitarrista era Gary Boyle, y el grupo Isotope. GUILLERMO BAZZOLA: No conozco al guitarrista. Me gustaban algunas cosas del jazz rock británico como Soft Machine, pero no lo conozco.¿De qué época es? ENRIQUE FARELO: Del 73 o 74 aproximadamente. En Isotope tocaron algunos de los miembros de Soft Machine. GUILLERMO BAZZOLA: El motivo inicial de ese tema en particular, que es el que toca la guitarra, salió de una improvisación. Cada cierto tiempo toco cosas y las grabo solo o con el Loop Station, y si me gusta alguna idea, la transcribo para usarla más adelante en alguna composición. Ése es un ejemplo de algo que salió de una improvisación, me gustó ese motivo, lo organicé un poco, lo acoté, porque era un poco caótico, le agregué una melodía de saxo y después le añadí otra sección que fue compuesta tomando materiales de eso. En ocasiones, de la nada salen cosas y después, en base a ciertas técnicas de composición musical, uno las organiza y le da forma a un tema. ENRIQUE FARELO: Para terminar, una referencia a la portada que siempre me gusta hacer, esa fotografía…. SERGIO CABANILLAS: …una preciosa foto de Marcelo. ENRIQUE FARELO: ¿De dónde ha salido esa foto? GUILLERMO BAZZOLA: Nuestra idea inicial era hacer el disco de manera completamente autoproducida, no teníamos grandes medios, y miramos a ver qué teníamos para hacerlo. Empezamos a buscar fotos, y Marcelo nos trajo unas fotos que nos causaron honda impresión… SERGIO CABANILLAS: …es un hospital de muñecas, ¿no? GUILLERMO BAZZOLA: Es un hospital de muñecas, exactamente. Incluso hay una parte en la que se lee “antes” y “después”, o “avant” y “après”. Te muestra cómo están unas manos de muñecas, rotas sobre una mesa y después de ser reparadas. De toda esta tira de fotos elegimos unas cuantas que nos gustaron. Tienen un carácter un tanto truculento, pero… SERGIO CABANILLAS: A mí me pareció una foto maravillosa cuando la ví. GUILLERMO BAZZOLA: …sí, es esperanzador, hasta lo que está roto puede ser arreglado [risas]. Tuvimos la colaboración de muchos amigos como Javier Nombela, que nos ayudó con el escaneado de fotos, de Alejandro Villegas, que es un diseñador argentino que también vive en Madrid y trabaja en publicidad, que nos echó una mano con el diseño y con algunas fotos… pero todas éstas han sido ideas nuestras. También hay una cuestión ideológica: creemos en el trabajo artesanal, en que realmente vale la pena ocuparse de controlar lo que uno está haciendo, el resultado es más auténtico. SERGIO CABANILLAS: ¿Para cuando un nuevo disco? GUILLERMO BAZZOLA: Eso ya saldrá, en la medida que tengamos nuevas cosas que decir. Ya hemos hablado sobre un hipotético segundo disco –podría ser segundo o tercero–, seguramente haremos algún disco en el cual sea prácticamente todo música improvisada. Cuando lo hemos hecho en directo nos ha salido bastante bien, y pensamos llevarlo también al trabajo discográfico. Por otro lado, también está interesante la idea de componer para un grupo así, no quiero perder ninguna de las dos. Información: http://www.myspace.com/gnutrio Contacto: [email protected] Texto y fotos:© Sergio Cabanillas, 2009. The Ex & Brass Unbound: de gira por el Reino Unido Lástima que la gira sólo va a ser por el Reino Unido, porque promete y mucho. Inquietos como siempre, en su retorno a las Islas Británicas (actuarán también a Belfast) para su primera gira desde 2003, los holandeses The Ex han reclutado al cuarteto Brass Unbound, que no son otros que Mats Gustafsson (saxo barítono), Ken Vandermark (saxo tenor), Wolter Wierbos (trombón) y Roy Paci (trompeta): ahí es nada. El repertorio de esos diez conciertos estará compuesto tanto por temas nuevos, como por los que The Ex ha tocado últimamente con su nueva formación en cuarteto, que para esta ocasión estarán arreglados para permitir la incorporación de los cuatro vientos. Según lo que comenta el propio grupo tocarán una música bailable, haciendo énfasis en la energía y con unas estructuras abiertas que dejen libertad para la improvisación. Las diez citas tendrán lugar entre el 29 de enero y el 6 de febrero de 2010 en Bristol, Glasgow, Gateshead, Birmingham, Brighton, Londres, Manchester, Liverpool y Belfast. Los teloneros serán los británicos Zun Zun Egui. Quizás con un poco de suerte, es posible que dentro de no mucho y gracias a The Ex Records, el sello del grupo, se pueda disfrutar con algún DVD o CD de la gira, como es la costumbre de los holandeses. Pachi Tapiz Tomajazz recomienda… un tema: “First Song (For Ruth)” por Stan Getz y Kenny Barron Stan Getz Kenny Barron. People Time / People Time. The Complete Recordingsplet e Recordings Que no se diga que Van Tenzing permite que sus seguidores terminen el año con una recomendación gamberra como la del lunes. En estos momentos invernales, fríos, oscuros (al menos en este hemisferio), el fin de año invita especialmente al balance y la reflexión (o a cocerse como vikingos en busca del Valhalla en la Tierra). En cualquier caso, sobrios o ebrios, esta composición de Charlie Haden interpretada por Stan Getz al saxo tenor y Kenny Barron al piano, debería servir a los leyentes y oyentes para detenerse un momento en su ajetreo cotidiano y saborear nueve minutos largos de música sublime. Disponible en People Time (2 CD, Verve/PolyGram 73145108232) y People Time. The Complete Recordings (7 CD, Universal 6 00753 21016 1) Escuchar en Spotyfy: “First Song” / People Time Komeda Projec t: Requie m Requiem: el segundo CD del Komeda Project. Dos músicos polacos (el saxofonista Krzysztof Medyna, el pianista Andrzej Winnicki) dirigiendo el proyecto, junto a tres músicos norteamericano s: el trompetista Russ Johnson y una rítmica integrada por dos músicos de primer nivel. Scott Colley y Nasheet Waits no habían participado en las formaciones anteriores de este proyecto y se enfrentaron en la grabación por primera vez a este repertorio. La música, toda ella salvo dos temas obras de Winnicki, fue compuesta por Krzystof Komeda. Un pianista y compositor fallecido en 1969 cuyo mayor reconocimiento le llegó por componer la música de algunas películas de Roman Polanski (La semilla del diablo o El baile de los vampiros entre otras). Sin embargo, su carrera como músico no consistió únicamente en su tarea de compositor, y en los años 60 dirigió un grupo en el que participaron el trompetista Tomasz Stanko (que en 1997 grabó en ECM Litania, compuesto exclusivamente por composiciones de Komeda), y el saxofonista y violinista Michel Urbaniak. En esta ocasión únicamente “Ballad for Bernt” (de Knife in the Water, El cuchillo en el agua en español) proviene de las composiciones de Komeda para películas. Entre el resto aparecen el tema en tres partes “Nighttime, Daytime Requiem” (magníficament e arreglado y que compuso tras conocer el fallecimiento de John Coltrane), dos de sus piezas más conocidas (la sobresaliente “Litania” y “Astigmatic”), y “Prayer and Question” que contiene los momentos más intensos del CD. En cuanto a los dos temas de Andrzej Winnicki, la sombra de Coltrane vuelve a aparecer con la modal “Anubis”, mientras que “Elukta” es un tema que ha pasado de ser inicialmente un dúo de saxo soprano y piano, a una pieza para todo el ensemble. A pesar de que en la grabación un componente tan importante como la sección rítmica era la primera vez que se enfrentaba al repertorio, o que dos temas como “Prayer and Question” y “Dirge for Europe” eran nuevos en el repertorio del Komeda Project, la música suena compacta, con Colley y Waits participando en un papel que va más allá del de meros invitados de piedra para dar empaque al proyecto. Con este disco, al igual que sucediera con el ya citado de Tomasz Stanko o The Komeda Project Live de Dani Pérez en nuestro país, la música de Krzystof Komeda sigue demostrando que es una magnífica fuente de inspiración y de melodías. Pachi Tapiz Komeda Project – Requiem Russ Johnson (trompeta y fliscorno), Krzysztof Medyna (saxos tenor y soprano), Andrzej Winnicki (piano), Scott Colley (contrabajo), Nasheet Waits (batería) “Night-time, Daytime Requiem”, “Ballad for Bernt”, “Dirge for Europe”, “Astigmatic”, “Elukta” (Andrzej Winnicki), “Prayer and Question”, “Litania”, “Anubis” (Andrzej Winnicki) Todos los temas por Krzystof Komeda, salvo los indicados. Grabado en 2009 en System Two Recording Studios, Brooklyn, Nueva York, EE.UU. Publicado en 2009 por WM Records. WMD 0-358852-2 http://www.kom edaproject.com Tomaja zz recomi enda… un disco: And Jazz de Kenny G Kenny G... and Jazz The Duets Album En el mundo del jazz nos gusta mucho, quizás demasiado, ignorar o abiertamente despreciar a músicos de gran éxito popular, a pesar de su indudable mérito musical, humano o aun capilar. Es el caso del saxofonista soprano Kenneth Bruce Gorelick, mejor conocido como Kenny G y según los casos, “ese pelmazo”. Atacado y vilipendiado por muchos, desde aficionados al jazz fieles a las inexplicables secciones de discos de los grandes almacenes, hasta asociaciones de diabéticos, este monstruo de la balada, este Luis XIV pelirrojo, ha destapado caja la de Pandora con su nuevo disco, la segunda parte de su conocido Duets. En esta ocasión los dúos son con sus héroes del saxo soprano: John Coltrane (“My Favourite Things”, “Mars”), Sidney Bechet (“Summertime”, “Petite Fleur”), Steve Lacy (“Skippy”, “Ruby, My Dear”) e incluso Wilbur Sweatman o Roland Kirk, como predecesores en la interpretación con varios instrumentos en la boca, o soplando a través de orificios insospechados. La balada “Petite Fleur” con el pionero neorleansiano del soprano es, sin lugar a dudas, lo mejor del disco. Disponible Kenny G: en I love jazz – Duets (vol. II) (Arista 314159-2) Escucha Petite Fleur en Spotify. Who The Fuck?: "El corrid o de Tacha ‘La Teibol era’" (Lila Downs, 2006) [0013, 24/12/ 09] “El corrido de Tacha ‘La Teibolera’“ La Cantina. “Entre copa y copa” Lila Downs 2006, Narada Stan Getz – Kenny Barron : People Time. The Comple te Record ings El 6 de junio de 1991 fallecía Stan Getz. Apenas tres meses antes, entre el 3 y el 6 de marzo, el saxofonista daba en tres días siete conciertos a dúo con el pianista Kenny Barron en el Café Montmartre de Copenhague, Dinamarca. Catorce de esos temas fueron publicados unos meses después de su fallecimiento bajo el título People Time. En 2009 Universal Music France ha publicado la grabación al completo de los siete conciertos que dieron lugar a ese doble CD. La caja de siete CD, titulada People Time. The Complete Recordings, abunda en lo ya escuchado. Stan Getz era “el sonido”, y a pesar de la supuesta dificultad que la enfermedad que le comía por dentro y que se lo llevaría en tan breve tiempo le suponía para tocar el saxofón, su sonido es magnífico, amplio, elegante, cálido y sensual, con esa calidad de terciopelo que se fue con él. Una primera figura plena de facultades. Tampoco es nada desdeñable el trabajo de Kenny Barron. En esta ocasión no fue un simple convidado de piedra. Todo lo contrario, su participación se convirtió en imprescindible para el magnífico resultado final. En lo referente a la edición al completo de esos siete conciertos, hay que señalar que al contrario de lo que sucede en otras ocasiones, en este caso sí hay aportaciones de interés que van más allá de lo puramente anecdótico o puntual. En total son 48 temas al completo, que suponen casi siete horas de música. A estos se añaden dos pistas con presentaciones , más la toma de sonido de prueba por parte del técnico y que se ha incluido para completar la edición con todo el material disponible, aunque con el buen tino de situarla como la última pista del último CD. Este conjunto de 48 piezas incluye versiones de 24 temas distintos, lo que casi dobla el número publicado originalmente. Por tanto, en este caso no estaríamos simplemente ante una mera reedición, sino ante una obra con un sentido pleno, que permite admirar y disfrutar con el sonido de uno de los grandes saxofonistas de toda la historia del jazz. Pachi Tapiz Stan Getz & Kenny Barron: People Time. The Complete Recordings Cecil Taylor : Live at Town Hall 1971 Hablar de Cecil Taylor no es hablar de cualquiera en esto del jazz. A pesar de ello, o precisamente por eso, hay quienes siguen parados dándole vueltas a si lo que este pianista lleva tocando décadas es o no es jazz, aunque a veces dé la impresión de que lo tengan más que claro, pero lo suyo es callar y mentir como bellacos. Pero eso no es lo importante. Lo fundamental es que cualquier grabación de Cecil Taylor, cualquiera, es bienvenida. Si como ocurre en este caso es un directo de 1971 a piano solo, publicado por un oscuro sello italiano y fuera de circulación de los circuitos comerciales al uso, la alegría es doble. Otra cosa es la calidad de sonido, que apenas llegaría a un B+ en foros de transacción de grabaciones piratas. Tampoco tiene sentido completar el CD con grabaciones en cuarteto, de la radio y de seis años antes que el concierto. Un imprescindible … sólo para taylorianos. El resto, abstenerse. Pachi Tapiz Cecil Taylor – Live at Town Hall 1971 Jimmy Lyons (saxo alto), Cecil Taylor (piano), Henry Grimes (contrabajo), Andrew Cyrille (batería). Nueva York, 1965 y 1971 Free Factory 06-2 Publicado originalmente en Cuadernos de Jazz 60 años de histor ia del piano en el jazz Desde el 15 de marzo de 1899 hasta el 29 de diciembre de 1958. Desde Scott Joplin hasta Bud Powell pasando por Fats Waller, James P. Johnson, Jelly Roll Morton, Eubie Blake, Bix Beiberdecke, Duke Ellington, Earl Hines, Mary Lou Williams, Art Tatum, Teddy Wilson, Jess Stacy, Meade Lux Lewis, Willie “The Lion” Smith, Nat King Cole, Count Basie, Mel Powell, Lennie Tristano, Dodo Marmarosa, Erroll Garner, George Shearing, Thelonious Monk, Dave Brubeck, Al Haig, Oscar Peterson, Wynton Kelly, John Lewis, Hampton Hawes, Ahmad Jamal, Herbie Nichols, Horace Silver, Hank Jones, Paul Bley, Junior Mance, Martial Solal, Ray Bryant, René Urtreger, Barbara Carroll, Duke Jordan, Carl Perkins, Red Garland, Eddie Costa, Cecil Taylor, Bill Evans, Phinies Newborn Jr., Randy Weston, Tommy Flanagan, Ellis Larkins, Mose Allison o Bobby Timmons, entre muchos otros. Estos son algunos de los nombres que aparecen a lo largo de los 25 CD con 524 más temas y de 32 horas que componen la monumental L’H istoire Du Piano Jazz. Casi 60 años en los que aparecen y se suceden múltiples etiquetas, y en el que los pianistas aparecen en formaciones diversas, si bien son mayoría abrumadora los solos, dúos, tríos y cuartetos. Como es habitual en las recopilaciones de Le Chant Du Monde, las más famosas son su serie de cajas de diez CD dedicadas cada una de ellas a un año concreto, en la recopilación está ordenada cronológicamen te y permite apreciar la evolución de la forma de tocar el piano progresivament e. En el amplio libreto (en inglés y francés) se incluyen las fechas y lugares de grabación, así como la formación para cada tema, y también una serie de breves textos que en presentan a cada pianista, y en algunos casos analizan algunos de los temas. Echando mano del dicho, es cierto que no están todos los que son, pero sí son todos los que están. El resultado es una magnífica recopilación que sirve para recorrer el jazz y su evolución en las teclas del piano desde sus inicios hasta casi el inicio de la década de los 60. Si fuera una película, habría que ponerle la etiqueta de “Recomendada para todos los públicos (del jazz)”. Pachi Tapiz Varios autores. L’his toire du piano jazz. Le Chant Du Monde, 2009. 5741801.25 Distribuido por Harmonia Mundi. Ella: Ella Fitzge rald No es por meterle a nadie el dedo en el ojo, pero entre escuchar a Ella Fitzgerald en Twelve Nights In Hollywood y a algunas de las supuestas “grandes” figuras del jazz vocal femenino de hoy en día, no hay color. Resulta que en 2009 Verve se ha sacado de la manga un cuádruple CD con más de 70 canciones inéditas grabadas en el club The Crescendo de Hollywood en 1961 y 1962 que permiten disfrutar con doña Ella Fitzgerald en uno de los momentos cumbres de su carrera. Ante una audiencia de unas 200 personas la cantante se muestra (parece que está allí mismo) deliciosamente encantadora y cercana. Además de obsequiar a la audiencia con sus temas más populares, se permite el lujo de bromear imitando la voz del mismísimo Louis Armstrong, de citarse sí misma. o a La ausencia de las dichosas false start o de alternate takes del mismo tema que tan pesadas y aburridas hacen algunas reediciones ayudan a que las más de cuatro horas de música se transformen en un instante si uno se deja llevar por la voz de una de las grandes del jazz vocal de todos los tiempos. La cuidada presentación convierte a esta grabación en un placer para los ojos y un lujo para cualquier discoteca. Para finalizar, puesto que todo el material es inédito, y aunque uno no sea amigo de ese tipo de clasificacione s, posiblemente por esta grabación haya que dar a Ella Fitzgerald el primer puesto entre las ediciones de jazz vocal femenino de 2009. Ni más ni menos. Pachi Tapiz Ella Fitzgerald – Twelve Nights In Hollywood (Verve, 2009. 4 CD) Tomaja zz recomi enda… un tema: “Conti nuum” (Jaco Pastor ius, 1976) Jaco Pastorius Jaco Pastorius Cuando uno se plantea el bajo eléctrico como instrumento solista, el primer músico en mente suele ser Jaco Pastorius (basta con pensar mero en el instrumento para que sea Pastorius quien, también, se aparezca cual criatura celestial). Virtuosos como Marcus Miller, Brian Bromberg o, especialmente, Michael Manring, han labrado excelentes trabajos donde el bajo se erigía en figura prominente, pero ni ellos ni la masa de bajistas y oyentes se ha recuperado aún de la aparición, en 1976, del primer disco, homónimo, de Jaco Pastorius, el autoproclamado “mejor bajista del mundo”. Aunque difícil es destacar piezas concretas, el tercer corte, “Continuum”, original de Jaco, dibuja una bellísima línea melódica sobre una sencilla armonía que aprovecha los recursos del instrumento en forma de cuerdas al aire (mi y la). La originalidad aparece en el uso de armónicos naturales, y el desarrollo del solo de Pastorius, con un simple acompañamiento de percusión y Fender Rhodes, es inmejorable. Jaco Pastorius, publicado en 1976 (Epic) Escuchar en Spotify: http://open.sp otify.com/trac k/0x7VRfhkHGfp bLB1L5KLV5 Sigüen za: reflex iones sin un orden precis o. El Festiv al de Jazz de Sigüen za por Chema García Martín ez Hablemos de música Un festival de momentos. Pequeños, medianos, incluso Grandes Momentos. Los que protagonizaron Daniel Humair y Ramón López en su concierto a dúo absolutamente memorable. La reunión de los distintos. Grestch (López) contra Yamaha (Humair). López, nobleza obliga, se doblega ante el mayor grado del suizo. Humair, movimientos aéreos y autoritarios: la autoridad de un Paul Bocuse ante los fogones. Humair-López persiguen un sueño imposible que es el mismo que llevó a Max Roach a reunirse con 9 percusionistas en “M´Boom Re: Percussion”. A alguna distancia se movieron las propuestas naif de Digital Primitives y Brigada Bravo y Díaz, por donde quiere decirse, Antonio Bravo, guitarra, “loops” y cachivaches, y Germán Díaz, zanfona, caja de música y cachivaches. Interpretar el repertorio cancioneril de la Guerra Civil entraña sus peligros y tienen que ver con el continente, el contenido y el difícil equilibrio entre una cosa y otra (para más información escúchese a Chema Saiz “jazzeando” a Manolo Escobar). La cosa funciona por el lado perverso: una “Internacional ” al estilo Stephane Grappelli; un “Arrión” (“arrión, tira del cordón, cordón de la Italia, dónde irás amor mío, que yo no vaya”…) que es un “Take Five” de aquella manera… La música de Digital Primitives (Cooper-MooreTsahar–Taylor) apela a un latido primitivo, básico, fundamental, puede que algo tosco. Lo que empieza en una noche de estrellas y “multikutis” (Don Cherry) termina en el “buenismo viva la gente” de Pharoah Sanders: “estamos tan felices de vivir en este mundo que no cabemos en nosotros mismos”. Cooper-Moore, puesto que de él se trata, trabaja sobre formas, instrumentos y técnicas con denominación de origen –el “khöömii” mongolconvenientemen te descontextuali zado/as. La música de Digital Primitives tiene su parte bucólica “easy listening” y su lado “free” que la audiencia seguntina disfrutó tanto o más que la primera. Para tomar nota. Vanguardia estilo “West Coast”, la de Larry Ochs Sax & Drumming Core. Música fronteriza al margen de cualquier corriente. El proceso de organización de la misma resulta tan interesante como el resultante. Secuencias acordadas sobre la marcha brotando de un lenguaje de signos que toma la forma a un extraño ballet. De Count Basie a Larry Ochs; de Duke Ellington a Natsuki Tamura convertido en un Arthur Whetsol desquiciado: el camino es el mismo. Sonidos sin un origen preciso que nacen y mueren sin darnos tiempo a reaccionar: nos rendimos a la apariencia de esta música desarraigada y desconcertante . Algo a lo que llaman jazz. Chema García Martínez Más sobre el tema en Tomajazz: El Festival de Jazz de Sigüenza por Javier de Cambra (La Razón) El Festival de Jazz de Sigüenza por Pablo Sanz (El Mundo) Reseña del V Festival de Jazz de Sigüenza en Tomajazz Pero… ¿qué pasó en Sigüenza ? La anécdota del V Festival de Jazz de Sigüenza : el punto de vista del Ayuntami ento Una entrada… con una entrada Berlanga y el Guardia Civil que sabía de jazz Larry Ochs Sax & Drumming Core: Stone Shift El Festiv al de Jazz de Sigüen za por Javier de Cambra (La Razón) La verdad sobre el caso Sigüenza La V edición del Festival de Jazz de Sigüenza se cerró con toda satisfacción el pasado lunes a ermita llena en cada una de sus veladas. Una población de 5.000 habitantes y un conjunto histórico excepcional abriga este certamen que ha encontrado su lugar en el panorama con propuestas arriesgadas. Y tiene un público que lo sigue año tras año, residentes y también visitantes ex profeso para el festival. Pero un muy leve incidente del que se dio un relato abracadabrante ha dado la vuelta mundo en al la red. En la Ermita de San Roque, no habilitada para el culto, dio la señal de partida Digital Primitives, un trío comandado por CooperMoore, que en esta banda se aplica a instrumentos de cuerda y viento de fabricación propia. Junto a los vientos de Assif Tsahar y el baterista Chad Taylor levantó música de precisa originalidad hasta acabar cantando con el público. La siguiente jornada presentó dúos: Brigada dos la Bravo & Díaz en la que la guitarra futuro de de Antonio Bravo se une a la zanfona (medieval) para el siglo XXI de Germán Díaz, con temario del cancionero de la guerra civil y una fiesta de la percusión con dos bateristas, el francés Daniel Humair y el español Ramón López, habitual colaborador de grandes músicos internacionale s. Dos estilos bien distintos y el mismo sentido de los sustantivo, el control tiempo del que impide fárrago. el Para la clausura, el saxofonista californiano Larry Ochs con su última formación, Sax & Drumming Core, con trompeta, piano/teclados y dos baterías. Una potente maquinaria de improvisación abierta, música de la sorpresa, también, pues no se encallan en los momentos de intensidad arrebatada, a los que sucede la calma. De charanga y pandereta Vayamos a los hechos. La ermita cuenta con una pequeña estancia donde está el control de entradas. Luego, otra gran puerta, la ermita. Pues a este ese vestíbulo se dirigió un asistente, reclamando el importe de su entrada, afirmando que lo que se oía no era jazz sino música contemporánea, lo que tenía desaconsejado psicológicamen te. Al no ser satisfecho de inmediato, llamó a la Guardia Civil, compareciendo dos agentes del cuerpo. En un momento y urgidos por el reclamante entraron a la ermita, donde al cabo de un minuto salieron con el alcalde, que se levantó al verlos. Preguntado al respecto por el reclamante, uno de los agentes expresó: «Esto no es jazz». El concierto no fue interrumpido, los músicos se enteraron del leve asunto al término de su actuación y apenas en las últimas filas pudo verse algo de este movimiento. Un diario madrileño publicaba una crónica con escaso relato puntual de los hechos y vocabulario de grueso calibre y en nada ajustado a realidad: «Larry Ochs despertó tras una noche de pesadilla», «(el concierto)… a punto estuvo de ser cancelado manu militari por la autoridad competente», «La que se formó fue de órdago», «uno de los uniformados (…) sometió la música de Ochs a una suerte de juicio sumarísimo…» . Chascarrillos que aquí han dado a todo tipo de malentendidos que vienen de mal explicados y que el diario británico «The Guardian» reproducía al día siguiente. De allí a la red y la rechifla universal del Guardia Civil que acude para dar juicios sobre jazz. En fin, tricornio para acabar con tanta charanga y pandereta. Eso podía desprenderse de una crónica que ha conducido a todo equívoco. Vi a Ochs a la mañana siguiente, excelente aspecto y humor: el triunfo ante un público receptivo y entusiasta. Y en Sigüenza, donde da gusto pasear, parar en cantinas y en templos y acudir al festival. Javier de Cambra.© La Razón, 2009 Publicado el 14 de diciembre en la versión impresa y de internet de el periódico La Razón Más sobre el tema en Tomajazz: Reseña del V Festival de Jazz de Sigüenza en Tomajazz Pero… ¿qué pasó en Sigüenza ? La anécdota del V Festival de Jazz de Sigüenza : el punto de vista del Ayuntami ento Una entrada… con una entrada Berlanga y el Guardia Civil que sabía de jazz Larry Ochs Sax & Drumming Core: Stone Shift Una entrad a… con una entrad a Entrada del concierto de Larry Ochs Sax & Drumming Core. V Festival de Jazz. 7 de diciembre de 2009. 20,00. Ermita de San Roque. Sigüenza, Guadalajara. Próximamente una nueva serie de camisetas de Tomajazz con la entrada y la leyenda: “Yo estuve viendo a Larry Ochs Sax & Drumming Core en Sigüenza”. Who The Fuck?: "Histo ry Repeat ing" (Prope llerhe ads, 1998) [0012, 16/12/ 09] “History Repeating” (featuring Miss Shirley Bassey) Decksandrumsan drockandroll Propellerheads 1998, Wall Of Sound El Festiv al de Jazz de Sigüen za por Pablo Sanz (El Mundo) El Festival de Jazz de Sigüenza acaba de cumplir su primer lustro de vida, un tiempo de firme y orgulloso compromiso con la cultura de la vanguardia. A pesar de su corta y solitaria edad, de la apuesta casi en exclusiva por las músicas libres y creativas, la ciudad monumental se ha reafirmado en lo que un día quiso ser: fortaleza y morada de aquellas mentes privilegiadas del jazz que una vez al año nos cuentan las músicas y lenguajes que nos habrán de visitar mañana. Buena nota debieran tomar otras citas capitalinas, Madrid y Barcelona, principalmente . En su quinta y recién concluida edición, el Jazz Sigüenza estuvo acotado entre dos propuestas dispares que tenían un mismo pulmón: la reelaboración de la música negra avanzada. El trío Digital Primitives, liderado por el pianista y multiinstrumen tista CooperMoore, y el quinteto Sax & Drumming Core, del saxofonista Larry Ochs, muestran un blues deconstruido y de muy difícil diagnóstico, ya que la mayoría de sus formulaciones llegan al oído como si fueran nuevas. En el caso de Cooper-Moore, además, su respiración se produce a través de extraños instrumentos, que van desde el diddley-bo al mouth bow y el hoe-handle harp (incluso al final, a pie de escenario, montó un pequeño museo con todas sus piezas raras). Sin embargo, la jornada de mayor gloria tuvo lugar en la noche del sábado, con sendas propuestas de duetos. En primer lugar salieron a escena los dos integrantes de la Brigada Bravo & Díaz, la formada por el guitarrista Antonio Bravo y el zanfonista Germán Díaz, al que ya debiera quitársele el latiguillo de “sobrino de Joaquín Díaz”. Lo de este chico es talento en estado puro y por pulir. La pareja colocó sobre la tarima de la ermita seguntina de San Roque un inventario jazzístico y audaz de canciones populares de la Guerra Civil, y resultó gracioso escuchar “La Internacional” encima del altar de aquel templo sagrado. De otro mundo fueron las improvisacione s a dos manos que nos regalaron, en segundo lugar, los bateristas Daniel Humair y Ramón López. Durante poco más de una hora, la audiencia quedó fascinada ante el diálogo desnudo de dos baterías con mucha música, porque lo suyo va más allá del ritmo y el virtuosismo. Lo de esta pareja es la explotación sin límites de todas las sonoridades que habitan en sus instrumentos, tocando los parches con los platillos y los platillos con las manos. Se insiste: no hay virtuosismo en su exposición, sino una capacidad expresiva que no conoce ningún margen. Mientras Humair improvisa, López le pone notas a pie de página, hasta que los papeles se invierten y es aquel el encargado de traducirnos los sueños rítmicos del otro. Ambos son dos leyendas de las baquetas y en su visita al Jazz Sigüenza todos se convencían y no dejaban de preguntarse: ¿cómo es posible hacer tanta música con dos palos y dos tambores? La verdad, al contrario de lo que se piensa, está mucho más cerca. Sólo hay que tener buena disposición para escucharla, porque, a partir de ahí, la felicidad llega por sí sola. © Pablo Sanz, 2009 Versión ampliada de lo publicado el pasado viernes 11 de diciembre en la edición impresa del diario El Mundo. Reproducido con permiso de su autor. Fotografía: Germán Díaz © Sera Martín, 2009 Más sobre tema Tomajazz: el en Reseña del V Festival de de Jazz Sigüenza en Tomajazz Pero… ¿qué pasó en Sigüenza ? La anécdota del V Festival de Jazz de Sigüenza : el punto de vista del Ayuntami ento Berlanga y el Guardia Civil que sabía de jazz Larry Ochs Sax & Drumming Core: Stone Shift Christ ine Wodras cka / Ramón López: Moment os Hay discos que tienen música y otros que tienen algo más. Momentos no sólo tiene música. Es un estado emocional. Han pasado ocho años desde la publicación de Aux Portes du Matin (Leo Records). Entre tanto han sucedido cosas. Muchas cosas entre las que las hay muy buenas, buenas, malas, muy malas y peores. Por eso es un placer escuchar de nuevo a Christine y a Ramón. Con su música, sus improvisacione s y sus diálogos. Con una música que por momentos (¡cómo no!) es luminosa y deslumbrante. Una música que (me) llena de alegría. Enhorabuena. Pachi Tapiz Christine Wodrascka / Ramón López – Momentos “Au debut du chemin”, “Ikkyu”, “Es verdad”, “Les enfants”, “Delante del fuego”, “Ensemble, la joie”, “Recuerdos de la luna”, “Entourés d’abeilles”, “Con la lluvia”, “Làbas”, “Pelea”, “Resistiendo” Christine Wodrascka (piano), Ramón López (batería) Grabado el 6 de octubre de 2007 en “La Muse en Circuit”, AlfortvilleParis. Publicado en 2009 por Leo Records. LR 542 Peter Brötzm ann: una noche en Yemen Pongámonos en situación. Un viaje a Yemen. Un aficionado a la música vuelve fascinado de ese país con más de 100 cassettes con música de la región. Peter Brötzmann queda igualmente fascinado con la música de esas cintas y un año después viaja hasta allí en compañía del batería Michael Zerang (de origen sirio) para tocar con una selección de músicos locales en Sana’a (Yemen). Estos, pertenecientes a la orquesta estatal y acostumbrados a tocar música árabe, habían no oido hablar en su vida de la improvisación. Por su parte Peter Brötzmann tenía consigo unas composiciones para el Chicago Tentet, pero ningunas intenciones de escribir las partituras de dichos temas para cada uno de esos instrumentista s. El encuentro entre Oriente y Occidente transcurre entre ensayos, grabaciones de los temas por Brötzmann en minidisc ante la ausencia de partituras, así como la grabación un par de de temas tradicionales por parte de los músicos árabes para Brötzmann. Una situación crítica, llena de nervios y desconfianza por parte de los organizadores locales. Y cinco días después, con esos antecedentes, tiene lugar un concierto por parte de estos músicos. Cinco años después, en 2009, se edita el CD. Éste recoge el encuentro entre estos siete artistas pertenecientes a culturas diferentes, con formas diferentes de entender la música, pero que sin embargo en ese directo logran un nivel de entendimiento que no sólo va más allá de lo aceptable, sino que por momentos llega a lo empático. Así pues se puede escuchar a Brötzmann realizar sus solos en los temas tradicionales, así como a esos músicos tradicionales atreverse con un repertorio aguerrido como son las composiciones de Brötzmann. Con la única pega, mínima, de que el sonido de la grabación no es todo lo perfecto que uno pudiera desear, aunque excusable por las circunstancias , este CD va más allá de ser un encuentro anecdótico y refuerza esa idea acerca de la música como lenguaje de entendimiento universal. ¿O acaso no lo es cuando es capaz de funcionar como vehículo comunicativo en el encuentro entre un maestro del free europeo, alemán por más señas, con unos músicos tradicionales yemeníes? Pachi Tapiz Berg-Und Talfahrt – A Night In Sana’a. Live At ‘Deutsches Haus’ Peter Brötzmann (saxofón, clarinete), Michael Zerang (batería), Abdul-Aziz Mokrid (violín), Kalid Barkosch (violonchelo), Achmed AlKhalidy (kanun), Ali Saleh (ney), Yasir Al-Absi (darbouka) “Aza-Hu Wa Adhla-Ni” (Tradicional), “Borne Back Home”, “Jumpin’ And Rollin'”, “The 3 Back 2 For Procedure”, “Song For Fred”, “Ya Nasim AlSahri” (Tradicional) Todos los temas por Peter Brötzmann, salvo los indicados. Grabado el 12 de diciembre de 2004 en Das Deutsche Haus, Sana’a, Yemen. Publicado en 2009 por ARM. ARM 02 Tomaja zz recomi enda… dos versio nes de “Ascen sion” de John Coltra ne por ROVA Rova. John Coltrane's Ascension A lo largo de su historia el cuarteto de saxofones ROVA (fundado en 1977 y cuyo nombre es un acrónimo de los apellidos de sus cuatro fundadores Jon Raskin, Larry Ochs, Jon Voight, sustituido posteriormente por Steve Adams, y Bruce Ackley) se ha enfrentado en varias ocasiones a la reinterpretaci ón de “Ascension” de John Coltrane. En 1995 aumentaba su formación con un saxofonista (Glenn Spearman), dos trompetistas (Dave Douglas y Raphé Malik), dos contrabajistas (Lisle Ellis y George Cremasehi), un pianista (Chris Brown) y un batería (Donald Robinson) para reinterpretar esta obra en el 30º aniversario de su grabación. El grupo estructuró la pieza de un modo similar al original, organizada a base de unos solos que recreaban magníficamente la intensidad de la grabación original Coltrane. de Rova::Orkestro va - Electric Ascension En 2003 volvían a la carga con este tema, pero con una formación (Orkestrova) y planteamiento totalmente distintos, con el título de Electric Ascension. Al cuarteto de saxofones ROVA se unían dos violines (Carla Kihlstedt, Jenny Scheinman), guitarra eléctrica (Nels Cline), bajo eléctrico (Fred Frith), batería (Don Robinson), cajas ritmos de y sampler Mori), (Ikue electrónica (Chris Brown), y electrónica más platos (Otomo Yoshihide). En la grabación además de solos, la música (de una gran intensidad) fue expuesta por pequeñas agrupaciones (dúos, tríos, cuartetos). Con esta grabación el cuarteto traladadaba hasta nuestros días, ya en pleno siglo XXI, el mítico tema de Coltrane. Ambas grabaciones son plenamente recomendables. Rova. John Coltrane’s Ascension: Rova’s 1995 Live Recording (Black Saint. 120180-2) Rova::Orkestro va. Electric Ascension (Atavistic. ALP159CD)