8.3. La España del siglo XVI: el modelo político de los Austrias. La

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8.3. La España del siglo XVI: el modelo político de los Austrias. La unión de reinos
Durante el siglo XVI aparece en Europa la monarquía autoritaria que consiste en crear una estructura de gobierno que
permitiera imponer la autoridad del rey. En España este tipo de gobierno ya había sido iniciado por los Reyes Católicos y
fue perfeccionado por la familia de los Habsburgo. Para poder ejercer el control sobre los diferentes Estados que
componen el Imperio (España, dominios europeos y americanos), los Austrias utilizaron los consejos, los virreyes y los
corregidores.
Los órganos de Gobierno y Justicia residirán fundamentalmente en la Corte. Felipe II la implantó definitivamente en
1561, estableciéndola en Madrid. La Administración de este gran territorio se hacía a través de los Consejos reales. Se
amplió el número de Consejos hasta catorce. Los Consejos eran órganos consultivos formados por especialistas,
fundamentalmente juristas, nombrados y pagados por el rey. La nobleza será sustituida en las tareas de gobierno por
hombres formados en las universidades y si algún noble estaba en algún cargo, lo hacía por meritos propios y no en
razón de nacimiento. Aumentó el poder de los Secretarios del rey, que llegaron a ser figuras clave del modelo de
gobierno. Eran los encargados de informar al monarca de las decisiones de los distintos Consejos.
Este conglomerado de Estados no podía contar con la presencia del monarca, por ello la casa de Austria extendió el
modelo aragonés de los virreyes1. Felipe II aumenta el número de corregidores en las ciudades españolas y de
gobernadores en los territorios americanos. El único vínculo institucional de todo este conglomerado de territorios era
el Consejo de Estado, creado por Carlos I, del cual formaban parte personas de los diversos reinos. Su cometido era
asesorar al rey en importantes aspectos de la política del Estado.
En definitiva, la monarquía hispánica de los Austrias, ofrecía unidad por la cumbre, pero descentralizado por la base. A
nivel local la pieza clave seguían siendo los municipios, institución muy desprestigiada debido a la venta de cargos. La
complejidad del modelo político explica la necesidad de que el rey se ayudara de hombres de confianza, aunque en
algunos casos terminaron traicionando al rey. Todo este sistema político tiene como consecuencia que los reyes cada
vez dependan más de los secretarios, de los consejos y de las juntas como intermediarios, gestando un clima que
posibilita la llegada de los favoritos o validos en el siglo XVII.
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Habrá virreyes en Aragón, Cataluña, Navarra, Valencia, Nápoles, Portugal, Sicilia y Cerdeña. Además en América se crearán dos virreinatos, el de
Nueva España (Méjico) y el del Perú (Lima).
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