ACERCA DEL DECORO EN LA LITURGIA EUCARISTICA 1. Convinimos en nuestra reunión anterior que la espiritualidad más propia, de nosotros los servidores y ministros de la Eucaristía, es la contemplación, la meditación y la oración del misterio adorable que significa encontrarnos, realmente, en la presencia del Señor Jesucristo, sacrificado y resucitado, sobre todos los altares donde se celebra la Santa Misa. Esa espiritualidad es la del amor a la Eucaristía. Allí está Él; Dios con nosotros, hasta el fin de los tiempos; allí está el Emmanuel, en un aquí y un ahora, que nos urge y que nos apremia, que nos exige y que nos interpela. San Pablo, en la Epístola a los Corintios (1,23b) dice que la resurrección del crucificado es “escándalo para los judíos, necedad para los gentiles”; hoy día es locura para los incrédulos. Sin embargo, para nosotros, el Cristo crucificado es Fuerza y Sabiduría de Dios, es la Verdad y la Vida y es el Único Camino a la Salvación. 2. ¿Cómo acomodar, entonces, nuestra contemplación, nuestra meditación y nuestra oración a tan enormes condiciones (ser la Verdad y la Vida); para tan próxima circunstancia (ser presencia real de Cristo); y con tan altos propósitos (ser nuestra Salvación)? ¿Cómo disponer, preparar, representar y ajustar de modo conveniente aquellas cosas con éstas o con otras? ¿Cómo hallar un ritual convenientemente respetuoso, unos gestos y unos actos, unas conductas y unos comportamientos tan circunspectos y graves, tan puros y honestos, tan sinceros y humildes como amerita la ocasión de tales encuentros? ¿Cómo programar el recinto requerido, cómo vestirlo y cómo vestirnos? ¿Cuál ha de ser nuestro decoro? 3. Las Hipótesis. 3.1 . More geometrico, para usar la idea de Baruch Spinoza (el filósofo, que como todo judío, era estudioso de la Thora o Pentateuco) y a la manera de un científico positivista, que se instala más acá de la hermenéutica, y como si postulara y quisiera demostrar un teorema, yo podría proponer las siguientes hipótesis; 3.1.1 Hay dos modos de decoro: uno de contenido y contenido y otro de contenido y continente. Se dice, a veces, de estas otras maneras: uno de materia y materia y otro de materia y forma; o uno de significado y significado y otro de significado y significante. 1 3.1.2 El concepto y el ejercicio del decoro son radicalmente bíblicos, según los Testamentos Antiguo y Nuevo; pero, también, están hincados en la Tradición. 3.1.3 El decoro en la Liturgia Eucarística - que es una y sólo una- es adecuado y recomendable cuando se adapta a los condicionantes específicas de lugar, tiempo y cultura, propios de quienes la celebran, sin perder su universalidad. 4. Demostración. 4.1 . Para demostrar estas hipótesis vayamos, en la primera, al significado de Eucaristía. Esta palabra griega, que se engendró en la segunda lengua de los Apóstoles, dice: Amor bueno, Amor hermoso, Amor de Dios. 4.2 . San Pablo, en la Epístola a los Romanos (8,31-39) nos revela lo siguiente sobre el Amor de Dios. “31 Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está con nosotros ¿quién contra nosotros? 32 El que no perdonó ni a su propio hijo, antes bien lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos dará con Él, graciosamente, todas las cosas? Dios? 34 33 ¿quién acusará a los elegidos de ¿quién los condenará? ¿acaso Cristo Jesús; el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? 35 ¿quién nos separará del amor de Cristo? ¿la tribulación?, ¿ la angustia?, ¿la persecución? ¿el hambre?, ¿la desnudez? ¿los peligros?, ¿la espada?;…37 Pero en todo esto salimos vencedores gracias a Aquél que nos amó, seguro de que ni la muerte ni la vida 38 Pues estoy ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades 39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del Amor de Dios manifestado en Cristo, Señor nuestro.” 4.3 . El Amor de Dios, es pues, gratuita, gozosa, irrestricta e infinita donación del Sí Mismo del Padre al Hijo, y a las criaturas otras, sean prójimas o extrañas. 2 Este sentimiento tiene en griego un nombre, se llama Agape*, sinónimo en castellano de Banquete festivo. La metáfora es de una simplicidad y una profundidad abismantes. 4.4 . El sentimiento recíprocamente decoroso (hablamos de decoro de significado), apropiado, acomodado a ese Amor de Dios, se identifica con el Dios – Redentor, con el de nuestro Señor y Modelo. También San Pablo en la primera Epístola a los Corintios (13, 1-13) nos dice: 1 Aunque hablara la lengua de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que resuena o címbalo que retiñe. 2 aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor nada soy. 3 Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha.4 el amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es pretencioso, no se engríe; 5 es decoroso; no busca su interés, no se irrita; no toma en cuenta el mal; 6 no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. nunca. Desaparecerán Desaparecerá la ciencia, las 13 profecías. 8 7 El amor no acaba Cesarán las lenguas. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres, pero el mayor es el Amor. Ese amor es el Amor del Hijo por el Padre y paradigma del amor que las criaturas debemos a nuestro Creador- Redentor- Consolador; al Dios uno y trino. Entre ambos hay decoro de contenidos o de materias o de significados. 4.5 . Para referirme a la segunda hipótesis (3.1.2 Supra: que, recordemos, decía: el concepto y el ejercicio del decoro son radicalmente bíblicos, según los Testamentos Antiguo y Nuevo; pero también están sujetos a la Tradición), haré un rodeo táctico, un ex – curso breve: Entre los de mi oficio de arquitecto, se habla y se practica la búsqueda de una cierta conformidad entre el aspecto de los edificios y sus destinos: adecuación que llamamos, acertadamente, decoro o decoración. * Vale la pena recordar, ahora, que en griego se dice amor, con palabras diferentes de acuerdo a su naturaleza: A) Eros, diosillo infantil y travieso. B) Filo, componente de muy serios conceptos: Filosofía, Filantropía, etc. C) Epitimia, que, a veces, se traduce como temor de Dios. D) Storge, que es el amor del patriota, del noble por su estirpe, del campesino por su campo, etc. 3 Decoro es, pues, también el ajuste entre materia y forma; entre contenido y continente, entre significado y significante, entre teoría y praxis. Lo que acabamos de analizar del Amor del Padre y su respuesta en el Amor del Hijo es repito, decoro, en cuanto congruencia de materias, de contenidos, etc. 4.6 . ¿Cuál y cómo es el decoro en que se ajustan esos contenidos con los continentes, esos significados con los significantes. ? ¿Cuáles y cómo son los continentes condignos de tan rico tesoro, como lo es la Eucaristía? En el texto veterotestamentario, de donde parte la Tradición, hay una preocupación obsesiva por detallar el aparato del decoro ritual que asegura el encuentro de Dios con los hombres. Los gestos, los actos, los modos, las conductas y los comportamientos están minuciosamente descritos. Moisés que los comunica, no es sino el portavoz de Dios mismo y Dios es el autor de tales prescripciones. Allí se describe: 1. El Banquete Pascual, cuando nace, en Éxodo 12,1-28. 2. La Ley sobre el Altar (Ex. 20,20-26) 3. Normas para la construcción del Santuario y para sus ministros (Ex.25) 3.1. La tienda y el mobiliario. 3.2. La mesa de los panes de la proposición. 3.3. El candelabro. 3.4. La Morada, cortinajes y toldos (Ex.26). Esta morada bíblica se la describe como “primer lugar sagrado del pueblo de Jacob”. 3.4.1. El armazón. 3.4.2. El Velo. 3.4.3. El altar de los holocaustos. 3.4.5. El atrio. 3.4.6. El aceite para el alumbrado. 3.4.7. Los ornamentos sacerdotales (Ex.28) El Efod; (alba) El pectoral; (casulla) El Manto; (estola) 3.4.8. Las ofrendas (Ex.29). 3.4.9. El banquete sagrado, cuando rememora. 3.4.10. El altar del incienso (Ex.30). 4 3.4.11. El tributo para la tienda. 3.4.12. La pila de bronce. 3.4.13. El óleo de la unción. 3.4.14. El incienso sagrado. También se detallan gestos y conductas del ejercicio sacerdotal. El cumplimiento de tales disposiciones era exigido hasta la muerte: Nadab y Abihú, sacerdotes, hijos de Aarón, se atrevieron a “mejorar” una disposición y ofrecieron un fuego profano que Dios no les había mandado… Y un fuego salido del mismo Yahveh los consumió, por eso, en castigo. Aarón no dijo nada (Levítico 10,1-3). 4.7 . En el texto del Nuevo Testamento por otra parte, vemos a Jesús, Nuestro Señor, en Jerusalén, poco antes de la Pascua Judía (San Juan 2,14-16) “14 Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas en sus puestos. 15 Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; 16 Y dijo a los que vendían palomas: quitad esto de aquí. No hagáis de la casa de mi padre una casa de mercado”. ¿Qué fue lo que motivó esta purificación del Templo? Sin duda el decoro formal insatisfecho. En el mercado en que lo habían transformado no se hacían sino actividades prácticas y podría decirse buenas, para ayudar a los peregrinos judíos, que (cuando subían anualmente al templo, viniendo, a veces, de lejanas tierras) evitaban las penurias de acarrear a los animales que ofrecerían en sacrificio. Este servicio consistía en cambiar monedas extranjeras por otras locales, que servían a su vez para pagar las compras de esos bueyes, ovejas o palomas. Sin embargo, las relaciones comerciales (en latín se dice veniales) favorecen la comisión de abusos, opuestos a la santidad del templo. La raíz etimológica de santidad (como la de sacerdote, sacramento, sacrilegio, sacrificio, sagrado) es sgk y se remonta hasta el sánscrito, denotando y connotando una garantía prescriptiva o prohibitiva, santa o sacrílega, fascinante o tremenda siempre simbólica, o sea, mutuamente identificadora, dada por la Divinidad a los hombres y recíprocamente por los hombres a Dios. En el llamado discurso evangélico de San Mateo (capítulo 6) el Señor Jesucristo señala el modo decoroso de la limosna, la oración y el ayuno: 5 Para la limosna recomienda: “no practiques vuestro amor delante de los hombres... que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”... El modo decoroso de la oración será: “entra en tu aposento y ora en lo secreto...” Respecto del ayuno enseña: “Perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que sólo tu sepas que ayunas” El ayuno, la oración y la limosna eran los pilares de la piedad judía, eran toda la praxis de su amor a Dios. San Mateo (23,5-7) trae también esta joya para definir lo indecoroso en la práctica del amor a Dios. Nuestro Señor dice: “Los Escribas y los Fariseos 5 hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; 6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas* que les saluden en las 7 plazas y que la gente les llame Rabbí” O sea, mantos más costosos, filacterias más ostentosas, lugares de privilegio, títulos de prestigio que contrariamente a lo buscado “humillan al que se, ensalza”, como dice el propio Jesús. 4.8 . El decoro es también asunto valioso para la Tradición eclesial; o sea, se enriquece y nutre con las competencias que suscita el Espíritu Santo en la comunidad a lo largo del tiempo. Leamos el capítulo 31 del Éxodo, que dice: “2 mira que he designado a Besalel hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, 3 Y lo he llenado del Espíritu de Dios concediéndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase de trabajos; concevir y realizar proyectos en oro, plata y bronce; 5 4 para para labrar piedras de engaste, tallar madera, y ejecutar cualquiera otra labor...7b y todos los utensilios del altar, del incienso, del altar del holocausto con todos sus utensilios, la pila con su base, las vestiduras de las ceremonias...” El Espíritu Santo dispensa, así, en la Iglesia, las cualidades extraordinarias y, en este caso, las habilidades artísticas, artesanales y técnicas , todas las cuales se asientan en * En las sinagogas, incluso hoy, se compran los lugares más importantes para presumir de riqueza... ¡No! Podría ser para simular piedad. Pero no hay decoro en la piedad falsa. 6 la experiencia y el ejercicio tradicional. Los proyectos y las construcciones de los recintos, y el diseño y fabricación de los objetos sagrados se incardinan en la historia de cada comunidad 5. Respecto de la tercera hipótesis, (la repito: el decoro de la liturgia eucarística - que es una y sólo una - es adecuado y recomendable cuando se adapta a los condicionantes específicas del lugar, tiempo y cultura, propios de quienes la celebran, sin perder su universalidad), en la encíclica Ecclesia de Eucaristia de Su Santidad Juan Paulo II (2003) éste nos recuerda su experiencia: “51) En mis numerosos viajes pastorales, he tenido la oportunidad de observar en todas las partes del mundo cuánta vitalidad puede despertar la celebración eucarística en contacto con las formas, los estilos y las sensibilidades de las diversas culturas. Adaptándose a las mudables condiciones de tiempo y espacio”... y sigue”es necesario que tan importante trabajo de adaptación se lleve a cabo siendo conciente siempre del inefable misterio, con el cual cada generación esta llamada a confrontarse”. Pero, también señala que “por desgracia es de lamentar que, sobre todo a partir de los años de la reforma litúrgica post conciliar, por un malentendido sentido de la creatividad y de adaptación, no hayan faltado abusos, que para muchos han sido causa de malestar” 5.1 . El Concilio Vaticano II dispuso modificaciones litúrgicas radicales que no se conocen o, peor, no se cumplen por conservar rutinas vacías. “(antes los templos) eran estructuras monodireccionales, enfocadas hacia un punto en el que convergía la atención. Ese punto concentraba todos los elementos de la acción litúrgica: el altar, como lugar de la celebración de la Misa; el tabernáculo para la reserva y adoración eucarística; y el retablo para la veneración de los santos”. Han pasado cuarenta años o más desde que el Concilio dispuso evitar esa banalidad formal, esos espacios sin significación ni simbología litúrgica, etc. Quizás por prejuicios similares las iglesias herméticas y oscuras, impropias para la celebración gozosa del encuentro comunitario de los hermanos con su Señor, han proliferado por doquier. “En los nuevos templos... – dice Ignacio Vicens, arquitecto español y asesor de obispos y liturgos ibéricos – hay que separar para clarificar”. “Separar el ámbito de la reserva del de la misa; distinguir en éste lugares específicos para la presidencia, la lectura de la palabra y la celebración del sacrificio... (Sede, ambón y altar)... ubicando “la imagen que se ofrece a la veneración de los fieles de forma que nunca distraiga la atención de las celebraciones”. Cada ámbito ha de tener una calificación diversa, según sea el sacramento que se celebre. (En el templo) “es 7 prioritario y determinante la dimensión comunitaria de la participación activa del pueblo de Dios”, (su carácter y su esencia de encuentro festivo) en la eucaristía, en el bautismo, en la confirmación, en el orden sacerdotal, en el matrimonio, en la unción de los ancianos. Sólo frente a la reserva se ha de buscar la adoración personalizada. Para la reconciliación se requerirá, aislación y recogimiento. “Así, pues, las estructuras post-conciliadoras deben ser pluridireccionales, con puntos diversos de atención y ámbitos diferentes. Ser espacios complejos que incluyen lo colectivo y lo personal, donde la simetría cede ante la euritmia” (en cuanto acompasamiento con la fiesta de peregrinación que celebra el pueblo), “la convergencia ante el policentrismo, la disposición contemplativa estática ante la participativa y dinámica”. La penumbra de una falsa mística cede ante la iluminación global e integradora. Concluye Vincens con una frase que resume mucho de lo expuesto y que plantea también un desafío: “La Arquitectura sacra católica es una arquitectura para la liturgia. Su objeto no es “la construcción de la casa de Dios”, sino “la construcción de la casa del pueblo de Dios”, que se reúne a celebrar gozosamente los misterios de su redención”. “En fin en la arquitectura sacra católica el culto es el fin y el medio la liturgia, que asume para el arquitecto el papel del programa”: porque la liturgia es la entelequia de la arquitectura sacra. 6. Se podría concluir afirmando que el gran reto que nos impone la dimensión Decoro formal, en la celebración eucarística (de suyo sagrada y universal) es amalgamar la creatividad personal, la cultural, la nacional y la parroquial con el amor que silenciosa, pero elocuentemente practican a las”formas católicas” - quiero decir extendidas por todo el orbe - hasta las más apartadas y nimias comunidades de nuestras feligresías fraternales. Me atrevo a sugerir una solución de transacción distinguiendo entre tradiciones teológicas, disciplinares, litúrgicas y devocionales. Las primeras tres deben pertenecer más a la centralidad de la Iglesia y, la última (que ha nacido, permanecido y, a veces, desaparecido en las iglesias locales) ha de mantenerse en este último ámbito. 7. Queridos hermanos, dejo en las manos de ustedes, decidir ¿cómo nos afecta localmente tener que buscar esa transacción? Ya que no soy quién para recomendar alguna, excepto rogarles que concurran asiduamente a la celebración de la Santa Misa; porque lo demás lo suscitará el Espíritu Santo. Respecto de cómo aparecemos nosotros los servidores de la eucaristía – ministros extraordinarios de la comunión – ante los hermanos ¿quizás lo mejor sería preguntar a la feligresía? Encuestar 8 ¿cómo nos ven? Y ¿cómo les gustaría vernos? Porque podría darse la situación que nuestra percepción difiera de la de ellos. Al Señor Jesucristo sacramentado sea el honor y la gloria, Amén. 9