Confirmación al Almirante Cristóbal Colón de las Capitulaciones de

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Confirmación al Almirante Cristóbal Colón de las Capitulaciones
de Santa Fe
En el nonbre de la Santísima Trenidat y eterna hunidad, Padre e Hijo e Espíritu Santo,
tres personas realmente distyntas e una esençia divyna, que bive e reyna por syenpre
syn fyn, e de la byenaventurada virgen gloriosa Santa María, nuestra Señora, su madre,
a quien nos tenemos por señora e por abogada en todos los nuestros fechos, e a
honrra e reverençia suya, e del aventurado apóstol Señor Santiago, luz e espejo de las
Españas, patrón e guiador de los reyes de Castilla e de León, e asý mismo a onor e
reverençia de todos los otros santos e santas de la Corte Celestial. Porque, aunque
segúnd natura non puede el onme conplidamente conoçer qué cosa es Dios, por el
mayor conoçimiento que del mundo puede aver, puédelo conoçer, vyendo y
contenplando sus maravyllosas obras e fechos que fizo e faze de cada día, pues que
todas las obras por su poder son fechas e por su saber governadas e por su bondad
mantenidas, y asý el onme puede entender que Dios es comienço y medio e fyn de
todas las cosas; e que en él se ençierran y él mantiene a cada uno (sic) en aquel estado
que las hordenó, y todas le han menester y él no ha menester a ellas, y él las puede
mudar cada que quysiere segúnd su voluntad, y no puede caber en él que se mude ni
se canbie en alguna manera; e él es dicho rey sobre todos los reyes, porque dél an
ellos nonbre y por él reynan y él los govyerna e mantiene; los quales son vicarios suyos
cada uno en su reyno puesto por él sobre las gentes para los mantener en justiçia y en
virtud tenporalmente; lo qual demuestra conplidamente en dos maneras: la una dellas
es espiritual segúnd lo mostraron los profetas y los santos, a quien dio nuestro Señor
graçia de saber todas las cosas çiertamente e las fazer entender; la otra manera es
segúnd natura, asý conmo lo mostraron los onbres sabios que fueron conoçedores de
las cosas naturalmente, ca los santos dixeron que el Rey es puesto en la tierra en lugar
de Dios para conplir la justiçia e dar a cada uno su derecho, y por ende lo llamaron
coraçón e alma del pueblo; e asý conmo el alma está en el coraçón del onme, e por él
vive el cuerpo y se mantiene, asý en el Rey está la justiçia, que es vida e mantenimiento
del pueblo de su señorío; e asý conmo el coraçón es uno, e por el reçiben todos los
otros mienbros hunidad para ser un cuerpo, byen asý todos los del Reyno, maguer
sean muchos, son uno; porque el Rey deve ser e es uno, y por eso deven ser todos
unos con él para lo seguyr e guiar en las cosas / 1v que se ha (sic) de hazer; y
naturalmente dixeron los sabios que los reyes son cabeça del Reyno, porque conmo
de la cabeça nacen los sentidos porque se mandan todos los mienbros del cuerpo ,
byen asý por el mandamyento que naçe del Rey, que es señor y cabeça de todos los
del Reyno, se deve mandar e guiar lo obedecer; y tan grande es dicho el poder de los
Reyes que todas las leyes e los derechos tiene so su poderío, porque aquel no lo ha de
los onbres mas de Dios, cuyo lugar tiene en las cosas temporales; al qual entre las
otras cosas prinçipalmente pertenesçe amar e honrrar e guardar sus pueblos, y entre
los otros señaladamente, deve tomar e honrrar a los que lo mereçen por serviçios que
les ayan fecho; y por ende el Rey o el Prýnçipe, entre los otros poderes que ha, non
tan solamente puede, mas deve fazer graçias a los que lo mereçen por serviçios que le
ayan hecho y por bondad que falle en ellos. Y porque entre las otras virtudes anexas a
los Reyes, segúnd dixeron los sabios, es la justiçia , la qual es virtud e verdad de las
cosas, por la qual mejor e más endereçadamente se mantiene el mundo, y es asý
conmo fuente donde manan todos los derechos, e dura por syenpre en las voluntades
de los ombres justos e nunca desfalleçe, e da e reparte a cada uno ygualmente su
derecho, e conprehende en sý todas las vyrtudes prynçipales, y naçe dellas mui grande
hutilidad, porque faze bivyr cuerdamente y en paz a cada uno segúnd su estado, syn
culpa e syn yerro, e los buenos se hazen por ella mejores, reçibyendo galardones por
los bienes que fiçieron, e los otros por ella se endereçan e enmiendan. La qual justiçia
tiene en sý dos partes prinçipales: la una es comutativa, que es entre un onme e otro; e
la otra es destributiva, en la qual consysten los galardones e remuneraçiones de los
buenos e virtuosos trabajos e serviçios que los onbres fazen a los Reyes e Prínçipes e a
la cosa pública de sus reynos; y porque, segúnd dizen las leyes, dar galardón a los que
byen e lealmente sirven es cosa que convyene mucho a todos los onmes, mayormente
a los Reyes e Prínçipes e Grandes Señores que tienen poder de lo fazer, y a ellos es
cosa propia honrrar e sublimar a aquellos que byen e lealmente les sirven, e sus
virtudes e serviçios lo mereçen; y en galardonar los buenos fechos, los Reyes que lo
fazen muestran ser conoçedores de la virtud, e otrosý, justiçieros; ca la justiçia no es
tan solamente en escarmentar los malos, y más aún es gualardonar (sic) los buenos; e
demás desto naçe della otra mui grande hutilidad, porque da voluntad a los buenos
para ser más virtuosos e a los malos para enmendarse, e cuando asý no se faze podría
acaheçer al contrario. Y porque entre los otros galardones e remuneraçiones que los
Reyes pueden hazer a los que byen e lealmente les syrven, es honrrarlos e sublimarlos
entre los otros de su linaje, e los ennobleçer e decorar e honrrar, e les fazer otros e
muchos byenes e graçias e merçedes; por ende, /2r consyderando e acatando todo lo
sobredicho, queremos que sepan por esta nuestra carta de merçed e prevyllejo, o por
su traslado sygnado de escrivano público, todos los que agora son o serán de aquí
adelante conmo Nos don Fernando e doña Ysabel, por la graçia de Dios, Rey e Reyna
de Castilla, de León, de Aragón, de Çeçilia , de Granada, de Toledo, de Valençia, de
Galiçia, de Mallorcas, de Sevylla, de Çerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murçia, de
Jaén, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar, de las Yslas de Canaria, Condes de
Barçelona, Señores de Vyscaya e de Molina, Duques de Atenas e de Neopatria,
Condes de Ruisellón e de Çerdania, Marqueses de Oristán e de Goçiano, vimos unos
capítulos fyrmados de nuestros nonbres e sellados con nuestro sello, fechos en esta
guisa:
“Las cosas suplicadas e que vuestras Altezas dan y otorgan a don Christóval de
Colón en alguna satisfaçion de lo que a de descubrir en las Mares Oçéanas, y del
vyaje que agora, con el ayuda de Dios, a de fazer por ellas en serviçio de Vuestras
Altezas, son las que syguen:
Primeramente, que Vuestras Altezas, conmo Señores que son de las dichas Mares
Oçéanas fazen dende agora al dicho don Christóval Colón su Almirante en todas
aquellas yslas e tierras fyrmes que por su mano o yndustria se descubrirán o
ganarán en las dichas Mares Oçéanas para durante su vyda, y después de él muerto,
a sus herederos e subçesores de uno en otro, perpetuamente, con todas aquellas
preminençias e perrogativas (sic) perteneçientes al tal ofiçio, e segúnd que don
Alonso Enríques nuestro Almirante Mayor de Castilla e los otros predeçesores en
el dicho ofiçio lo tenían en sus distritos. Plaze a Sus Altezas: Juan de Coloma.
Otrosý, que Vuestras Altezas fazen al dicho don Christóval Colón su Virrey y
Governador General en todas las dichas yslas y tierras firmes, que conmo dicho es,
él descubriere o ganare en las dichas Mares; e que para el regimiento de cada una y
qualquier dellas faga él elección de tres personas para cada ofiçio; e que Vuestras
Altezas tomen e escojan uno, el que mas fuere su serviçio, e asý serán mejor
regidas las tierras que Nuestro Señor le dexará fallar e ganar a serviçio de Vuestras
Altezas. Plaze a Sus Altezas: Juan de Coloma.
Item, que todas e qualesquier mercadurías, siquier sean perlas, pyedras preçiosas,
oro, plata, espeçiería, e otras qualesquier cosas e mercaderías de qualquier especie,
nonbre e manera que sean, que se conpraren, trocaren, fallaren, ganaren e ovieren
dentro de los límites del dicho almirantasgo, que dende agora Vuestras Altezas
fazen merçed al dicho don Christóval e quieren que haya y lieve para sý la dezena
parte de todo ello, quitadas las costas /2v todas que se fizieren en ello por manera
que de lo que quedare linpio e libre aya e tome la dézima parte para sý mismo, e
faga della a su voluntad, quedando las otras nueve partes para Vuestras Altezas.
Plaze a Sus Altezas: Juan de Coloma.
Otrosý, que sy a causa de las mercadurías que él traherá de las dichas yslas y
tierras, que ansý conmo dicho es, se ganaren e descubrieren, o de las que en
trueque de aquellas se tomarán acá de otros mercadores, naçiere pleito alguno en
el logar donde el dicho comerçio e trato se terná y fará, que sy por la
preheminençia de su ofiçio de Almirante le perteneçerá conoçer de tal pleito, plega
a Vuestras Altezas que él o su teniente, y no otro juez, conosca del tal pleito, e ansý
lo provean dende agora. Plaze a sus Altezas, sy perteneçe al dicho ofiçio de
Almirante segúnd que lo tenía el dicho Almirante don Alonso Enríques y los otros
sus anteçesores en sus distritos, y siendo justo: Juan de Coloma.
Item, que en todos los navíos que se armaren para el dicho trato e negoçiaçión,
cada e quando, e quantas vezes se armaren, que pueda el dicho don Christóval
Colón, sý quisiere, contribuyr e pagar la ochava parte de todo lo que se gastare en
el armazón; e que tanbyén aya e lieve del provecho la ochava parte de lo que
resultare de la tal armada. Plaze a Sus Altezas: Juan de Coloma.
Son otorgados e despachados con las respuestas de Vuestras Altezas en fyn de cada
un capítulo en la villa de Santa Fee de la Vega de Granada, a dies e syete de abril del
año del naçimiento de nuestro salvador Ihesuchristo de mil e quatroçientos e
noventa y dos años.Yo, el Rey. Yo, la Reyna. Por mandado del Rey e de la Reyna:
Juan de Coloma. Registrada: Calcena”.
E agora, por quanto vos el dicho don Christóval Colón, nuestro Almirante del mar
Oçéano, e nuestro Visorrey e Governador de la tierra firme e yslas, nos suplicastes e
pedistes por merçed que porque mejor e mas conplidamente vos fuese guardada la
dicha carta de merçed a vos e a vuestros hijos e deçendientes, que vos la
confyrmásemos e aprobásemos, e mandásemos dar nuestra carta de previllejo della e
conmo nuestra merçed fuese. E mas acatando lo susodicho, e los muchos e buenos e
leales e grandes e continos serviçios que vos el dicho don Christóval Colón, nuestro
Almirante, e Visorrey e Governador de las yslas e tierra firme descubyertas e por
descubryr en el Mar Oçéano en la parte de las Yndias, nos avedes fecho, e esperamos
que nos fazes, e espeçialmente en descubrir e traher a nuestro poder, e so nuestro
señorío a las dichas yslas e tierra fyrme; mayormente porque esperamos que, con
ayuda de Dios nuestro Señor, redundará en mucho serviçio / 3r suyo e honrra nuestra,
e pro e hutilidad de nuestros reynos porque esperamos con ayuda de Dios, que los
pobladores yndios de las dichas Yndias se convertirán a nuestra Santa Fe Católica,
tovímoslo por byen. E por esta dicha nuestra merçed de prevyllejo, e por el dicho su
traslado sygnado conmo dicho es, de nuestro propio motivo, e çierta çiençia e poderío
real absoluto de que en esta parte queremos husar, e husamos, confyrmamos e
aprovamos para agora e para syenpre jamás a vos el dicho don Christóval Colón e a
los dichos vuestros fijos, nietos e deçendientes de vos e dellos, e a vuestros herederos
la sobredicha nuestra carta suso encorporada, e la merçed en ella contenida; e
queremos e mandamos, e es nuestra merçed e voluntad, que vos vala, e sea guardada a
vos e a los vuestros fijos e deçendientes agora e de aquý adelante ynviolablemente,
para agora e para syenpre jamás en todo e por todo byen e conplidamente, segúnd e
por la forma e manera que en ella se contiene; e sy neçesario es, agora de nuevo vos
façemos la dicha merçed, e defendemos fyrmemente que ninguna nin algunas personas
non sean osados de vos yr ni venir contra ella nin contra parte della, por vos la
quebrantar nin menguar en tienpo alguno nin por alguna manera; sobre lo qual
mandamos al Prínçipe don Juan, nuestro mui caro e mui amado fijo, e a los ynfantes,
duques, perlados, marqueses, condes, ricosombres, maestres de las Hórdenes, priores,
comendadores e subcomendadores, e a los del nuestro Consejo e oydores de la
nuestra Abdiençia, alcaldes e alguaçiles, e otras justiçias qualesquier de la nuestra Casa
e Corte, e Chancillería, e alcaydes de los castillos e casas fuertes e llanas, e a todos los
conçejos e asistentes, corregidores, alcaldes, alguaçiles, merynos, prevostes, e otras
justiçias de todas las çibdades, vyllas e lugares de los nuestros Reynos e Señoríos, e a
cada uno dellos, que vos fagan e fagan (sic) guardar esta dicha nuestra carta e
prevyllejo e confyrmaçión, e la carta de merçed en ella contenida; e contra el tenor e
forma della non vos vayan ni pasen, nin consientan yr ni pasar en tienpo alguno ni por
alguna manera, so las penas en ella contenidas; de lo qual vos mandamos dar esta dicha
nuestra carta de previllejo e confyrmaçión escrita en pergamino de cuero, e firmada de
nuestros nonbres, e sellada con nuestro sello de plomo pendiente/3v en filos de seda a
colores; la qual mandamos al nuestro chançiller mayordomo e notario, e a los otros
ofiçiales que están a la tabla de los nuestros sellos que sellen e libren e pasen; lo qual
todo que dicho es en los dichos capítulos suso encorporados, y en esta nuestra
confyrmaçión contenidos, queremos y es nuestra merçed e voluntad que se guarde e
cunpla asý segúnd que en ellos se contiene; e los unos nin los otros non fagades nin
fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merçed e de diez mil maravedís
para la nuestra cámara a cada que lo contrario fiziere. E demás, mandamos al onme que
vos esta carta nuestra mostrare, que vos enplaze que parescades ante Nos en la
nuestra Corte, doquier que Nos seamos, del día que vos enplazare fasta quinze días
primeros siguientes so la dicha pena, so la qual mandamos a qualquier escrivano
público, que para esto fuere llamado, que de ende al que se la mostrare testimonio
sygnado con su sygno, porque Nos sepamos cómo se cunple nuestro mandado.
Dada en la çibdad de Burgos a veynte e tres del mes de abril, año del naçimiento de
nuestro Señor Ihesuchristo de mil e quatroçientos e noventa y syete años.
Yo, el Rey. Yo, la Reyna.
Yo, Fernando Álvarez de Toledo, secretario del Rey e de la Reyna, nuestros Señores,
la fiçe escribir por su mandado. Rodericus, Dotor. (En blanco), Dotor.
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