continuación de la actividad empresaria y las cooperativas

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ESPECIALIZACIÓN EN ASESORAMIENTO EN CONCURSOS
CONTINUACIÓN DE LA ACTIVIDAD EMPRESARIA Y LAS
COOPERATIVAS DE TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
TUTOR: Dra Patricia FERRER
AUTOR: Cra. Claudia GONZALEZ D´AVANZO
Agosto 2004
Sede: La Plata
CONTINUACIÓN DE LA ACTIVIDAD
EMPRESARIA Y LAS COOPERATIVAS DE
TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
INDICE DE CONTENIDOS
INTRODUCCION
DESARROLLO HISTORICO
LA CONTINUACION EMPRESARIA EN LA ACTUAL LEY
FIDEICOMISO DE ADMINISTRACIÓN DE ENTIDADES
DEPORTIVAS
COOPERATIVAS DE TRABAJO EN LA CONTINUACION DE
SOC. QUEBRADAS
INTERROGANTES QUE PLANTEA LA REFORMA
INCONVENIENTES EN LA CONTINUACION DE LA EXPLOTACION
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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EMPRESARIA Y LAS COOPERATIVAS DE
TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
INTRODUCCION
Es el propósito del presente trabajo, analizar ciertos interrogantes que considero importante su dilucidación y que se le plantean a un Profesional de
las Cs. Económicas en su labor como Síndico Concursal,
Analizando la ley de Quiebras, encontramos en su art. 77 que la misma puede ser declarada:
1) En forma indirecta (inc. 1)
2) En forma directa (inc. 2)
Si el Síndico es el mismo que actuó en el concurso preventivo conoce el ente
y podrá resolver con mayor conocimiento de la situación.
Distinto es el caso del Síndico que acepto el cargo si la quiebra fue declarada
en los casos del art. 77 inc. 2. ¿Con qué tiempo cuenta para analizar las causales? ¿Puede fundamentar seriamente los hechos? La ley le exige el análisis
de hechos:
1) evidentes;
2) que produzcan un daño grave al interés de los acreedores o a la conservación del patrimonio
Estas cuestiones se presentan en la labor del Síndico cuando debe informar
al Juez de la Quiebra sobre la posibilidad excepcional de continuar con la explotación de las empresas del fallido, ya que considera que de la interrupción
podrá sobrevenir un daño grave para los acreedores y a la conservación del
patrimonio. La decisión que deberá tomar sin tener elementos convincentes
que permitan afirmar que la misma tiende a la certeza, será una decisión de
riesgo.
Algunas de las cuestiones por analizar son:
A. ¿Con qué Capital de Trabajo contará en la Continuación de la Explotación; será posible acceder a créditos que permitan hacerse de líquido o podrá
contar con la ayuda de los proveedores que brinden alguna forma de cancelar las materias primas y que no sea al contado?.
B. ¿Cómo confecciona el Síndico un plan de explotación en 20 días, si por
ejemplo , la actividad que desarrollaba la ahora fallida le es totalmente extraña, o en mejores términos es muy específica?
C. ¿Con qué personal contará en el desarrollo de las tareas? ¿y decide despedir personal, que criterio utiliza para llevarlo a cabo?
Pero a la luz de las últimas reformas sufridas por la ley concursal en su art.
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EMPRESARIA Y LAS COOPERATIVAS DE
TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
190, referidas a la posibilidad de que los trabajadores o acreedores laborales
a través de ciertas mayorías que se estipulan, soliciten al Juez la formación
de una COOPERATIVA DE TRABAJO, muchos más parecen ser los interrogantes.
Como se comentará en el presente trabajo, la continuación de la explotación es una posibilidad excepcional que tiene como objetivo no producir
más daños al patrimonio por la interrupción de un proceso productivo (art.
189), o en forma excepcional continuar con la explotación y así obtener un
mejor precio de venta con la empresa en marcha (art. 190). Esta continuación tiene un plazo bien establecido por la LCQ, es de sólo cuatro meses
con posibilidad de ampliación por treinta días más. Por todo ello, podemos
afirmar que centralmente los interrogantes analizados apuntan a determinar
la continuación como instrumento esencial de la liquidación de la empresa
como unidad.
Si esto es así, se nos presenta el primer interrogante: La cooperativa de trabajo que surja por voluntad de los trabajadores o acreedores laborales, ¿debe
constituirse regularmente como cualquier otro tipo de sociedad comercial?,
y si esto es así ¿debe conformarse con todos los órganos cooperativos que
se estipulan en la ley 20.377 de Cooperativas?, ¿Con qué patrimonio contará
para llevar adelante su cometido?, ¿Es necesario un mínimo de asociados
para constituirla?, etc.
Y algo de gran importancia en la labor del funcionario sindical: ¿Qué rol
cumplirá el Síndico en esta nueva cooperativa?, se incorpora a la misma como parte de alguno de sus órganos o sigue siendo el funcionario judicial cuya
función es la conservación y administración de los bienes del fallido y cuya
responsabilidad es indelegable.
Y, ya sea el responsable de la continuación de la actividad el síndico; o se
constituya una cooperativa de trabajo, ¿con qué fondos contarán para llevar
adelante la misma, y teniendo siempre en cuenta que no se generen nuevos
pasivos que coloquen a los acreedores de causa o título anterior en una situación desventajosa.
CONTINUACION DE LA ACTIVIDAD EMPRESARIA
Viabilidad o no de la figura. Que rol cumple el Sindico según las nuevas
reformas
DESARROLLO HISTORICO
La continuación de la empresa en quiebra es un instituto que de alguna manera se encontraba en el viejo Código de Comercio, después desapareció con
las leyes posteriores, y fue implantado en el proyecto de ley que derivó en la
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ley 19551 del año 1972. En esto siguió principalmente a la doctrina italiana
sobre continuación de la empresa y estableció como requisito:” el interés de
los acreedores y la conservación del patrimonio.”
Esta postura fue discutida, ya que la continuación de la empresa, sobre todo
en Europa, no está pensada como un mecanismo para que el acreedor, en
definitiva, cobre mayor cuota de liquidación, sino que está pensada en atención a la función social de la empresa, teniendo en cuenta a los trabajadores
y la utilidad de la empresa en el mercado.
Por el contrario, otros autores sostienen que no, que tiene que existir interés
de los acreedores en la continuación. Con la ley 19551 se establece como
requisito para la continuación, que la interrupción pudiera producir un
daño grave e irreparable al interés de los acreedores y a la conservación del patrimonio. O sea, pone el interés de los acreedores entre los
intereses en juego.
Al decir de Eduardo Favier Dubois (h): “no es buena o mala la continuación
de la empresa en sí misma. Habrá que ver como se usa y en qué situaciones
se la aplica. La experiencia, al menos a nivel de Capital Federal, no fue demasiado buena”.
Analizando el principio de la conservación de la empresa como uno de
los principios modernos del derecho concursal, debemos aclarar que la
continuación de la empresa fallida es uno de los tantos medios de instrumentación de la conservación de la empresa, pero no es el único ni el más
importante, entre ellos encontramos el concurso preventivo, el salvataje de
empresas, los acuerdos preconcursales, o la conversión de la quiebra en concurso preventivo.
En 1942, la ley mexicana de quiebras recogió el principio de conservación
de la empresa, como norma fundamental de los concursos, y con relación
a la continuación de la empresa quebrada, establecía que el síndico podía
proponer al juez del concurso esa continuación, siempre que la interrupción
pueda ocasionar grave daño a los acreedores, por la disminución del valor
que supone la disgregación de los elementos que la componen y siempre que
el juez deduzca la viabilidad de la empresa y la utilidad social de su conservación.
En Francia, con la ley de 1985, se crea un sistema de observación a fin de
evaluar las
posibilidades de la viabilidad de la empresa, a través de un funcionario experto en crisis concursales, éste debe proponer un plan de continuación de la
actividad, o su transmisión a terceros, o la liquidación de sus bienes.
Otros autores alegan que, el proceso de la quiebra desde sus más remotos
orígenes ha tenido, como cuestión central, la liquidación de un patrimonio
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en su conjunto con la finalidad de pagar los créditos que lo gravan, teniendo
como precedente necesario la insolvencia.
La tradicional composición de la fórmula falencial insolvencia-liquidación
(todo el patrimonio para pagar a todos los acreedores) sanción (saneatoria
y represiva) se mantuvo durante siglos casi sin modificaciones de fondo, sin
embargo, a fines del siglo pasado comienza a cobrar importancia un nuevo
fenómeno que influirá decisivamente en tal composición, incidiendo, en
forma particular en el último término de la fórmula señalada. Se imponía
un reenmarcamiento de la fórmula falencial en orden a que la quiebra de la
empresa ya no actúa en lo económico sólo como una cuestión atinente a
acreedores y deudor, sino teniendo en cuenta otras situaciones ajenas.
Persiguiendo esta finalidad y atendiendo al mantenimiento o conservación
de la empresa, comienzan a participar en la materia concursal, otros componentes, entre ellos y principalmente los medios de prevención de la quiebra.
Nuestra legislación concursal se enmarca dentro de los conceptos de a) soluciones atinentes a la resolución de las “crisis patrimoniales”, a través de
medios de prevención que actúen antes de la cesación de pagos; b) mayor
diversidad de soluciones preve tivas cuando la cesación de pagos ya se ha
producido; c) una más profunda injerencia de la oficiosidad en el proceso
concursal; d) reformulación de la actividad sindical; e) institutos que tienden
a conseguir la liquidación del patrimonio falente como unidad.
El principio general orientador atiende a la conservación de la empresa
desde el punto de vista de la trascendencia de la actividad en el marco de
la reinserción de la empresa en la economía resguardando, de tal modo, los
valores ínsitos en ella (recursos, trabajo, etc) –aspecto cuantitativo-, y a la vez
convirtiéndose en motor de la “tutela del crédito” –aspecto cualitativo-.
Respecto de los antecedentes argentinos, sólo en forma tímida se insinúa la
Continuación de la empresa en el derecho nacional anterior a 1972. Es en
el antecedente inmediato a la ley 19.551, la ley 11.719, donde se dispone esa
posibilidad para las empresas prestadoras de algunos servicios públicos cuyo
funcionamiento no podía suspenderse.
En 1970 se dicta el decreto-ley 18.832 donde se modifica y amplía el art. 195
de la ley 11.719. A través de éste, el Poder Ejecutivo Nacional, por razones
de interés público y con el fin de asegurar la paz social, podía disponer la
continuación del funcionamiento de determinadas sociedades que fueran
declaradas en quiebra, las que serían dirigidas por un administrador oficial.
El sistema funcionaba gracias al adelanto de fondos para la explotación que
les efectuaba el Estado. Decía García Martinez al respecto que “ al amparo
de ésta legislación, el Estado recolectó la más diversa gama de empresas en
dificultades, convirtiéndose en administrador de un batiburillo de mil cosas
distintas.”.
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CONTINUACIÓN DE LA ACTIVIDAD
EMPRESARIA Y LAS COOPERATIVAS DE
TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
La exposición de motivos de la ley 19.551 de 1972, señaló la conservación
de la empresa como uno de los objetivos orientadores de la reforma. En
general, se ha considerado que ésta ley fracasó en esta institución, y que las
expectativas que había despertado quedaron sólo en eso.
En base a la experiencia judicial y a la crítica de la doctrina, la nueva LCQ, introdujo reformas importantes y sustanciales, con la idea de convertir esta solución en algo excepcional, aplicable a empresas viables y de significación.
En referencia a ello, Rivera,Vítolo y Roitman dicen que tanto el régimen de
la ley 19.551 como el de la ley 18.832, revelaron notorios defectos: “Fueron
aplicadas indiscriminadamente a empresas absolutamente inviables y carentes de toda significación económica o social; de éste modo se postergaba
indefinidamente la liquidación de los activos y la percepción de los créditos”,
causando nuevos pasivos preferidos a los créditos en la masa. Por último,
dicen que esas empresas se constituirían “muchas veces en un factor de
distorsión de la competencia, pues es subsidiada directa o indirectamente
(postergando el pago de obligaciones impositivas o previsionales)”.
LA CONTINUACION EMPRESARIA EN LA ACTUAL LEY
La vigencia de la ley 24.522 ha introducido variantes de singular importancia
al esquema que, para continuación inmediata de la explotación y venta de la
empresa o algunos de sus establecimientos en funcionamiento, había estatuído la anterior ley 19.551.
Aún admitiendo que el instituto que nos ocupa es de muy escasa presentación en la práctica del ejercicio de la sindicatura judicial, provocado por el
carácter de excepcionalidad que la ley le confiere, hay que afirmar que de su
estudio emanan una serie de situaciones de innegable riqueza analítica tales
como: a) la dicotomía de tiempos que se manejan en sede judicial frente a la
necesaria velocidad en la toma de decisiones empresariales; b) los condicionantes a los que se enfrenta una explotación continuada en estado de quiebra
(crediticios, política de personal, impositivos, etc.): c) la no prolongación
de dicha continuación a efectos de no cargar de mayor obsolescencia
al activo empresario, que disminuya aún más su posible valor de realización,
en abierta contraposición con el espíritu del legislador; lo que le confiere a la
temática bajo análisis una trama de entretejidos jurídicos, procesales, económicos, financieros y sociales que aparecen como muy difíciles de consensuar
con éxito.
Podemos afirmar que la nueva Ley de Concursos se diferencia de su antecesora en ciertos aspectos tales como: a) Con la ley 24.522 se restringe la
posibilidad de abordar la continuación empresaria a un marco de excepcionalidad en el que debe evaluarse la alternativa dispuesta, coherente esto
con el espíritu plenamente liquidativo que encierra la filosofía concursal
reinante para reinsertar asi en el circuito económico los bienes susceptibles
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de realización; b) La reducción de 40 a 20 días corridos con que cuenta el
síndico para presentar el informe sobre la factibilidad de continuar con la
explotación, aún más, deberá ahora el órgano sindical fundar su dictamen
siguiendo taxativamente una serie de pautas que la ley le da en su art. 190; c)
La innovación traída por el art. 199 donde se expresa que “...el adquirente
de la empresa cuya explotación haya continuado NO es considerado sucesor
del fallido y del concurso respecto de todos los contratos laborales existentes....”
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE EL REGIMEN DE
ADMINISTRACIÓN DE LAS ENTIDADES DEPORTIVAS
CON DIFICULTADES ECONOMICAS.
En el análisis histórico de los clubes desde la etapa de la fundación de los
principales hasta la fecha, los mismos han pasado por dos etapas diferenciadas.
La primera culmina a principios de la década de los ’70, la que se caracterizó
por un desarrollo sostenido en la que consolidaron sus principales activos
tangibles.
En los últimos veinticinco años, por el contrario, las asociaciones civiles
han paralizado la dinámica de su crecimiento global y han mostrado una
tendencia a un sobreendeudamiento cada vez mayor, con escasas o nulas
posibilidades de revertirlo atento su operatoria deficitaria.
Surge a partir de Julio de 2000 una nueva ley en el ámbito del derecho
comercial, la número 25.284 bajo el nombre de “Régimen Especial de
Administración de las Entidades Deportivas con dificultades económicas.
Fideicomiso de Administración con Control Judicial”, de gran intromisión
política y que resultó ser un respiro de ahogado; cuyo objetivo es según
prescribe la misma:
-Proteger al deporte como derecho social;
-Continuar las actividades que desarrollan las entidades referidas..., a los
efectos de generar ingresos genuinos...;
-Sanear el pasivo mediante una administración fiduciaria...;
-Garantizar los derechos de los acreedores a la percepción de sus créditos;
-Superar el estado de insolvencia;
-Recobrar el normal desempeño institucional de la entidad.
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Y lo significativo de la reforma es el plazo acordado de hasta nueve años
para mantener la administración judicial a costa de los acreedores que ven
postergados su derecho al cobro, a la espera que el superávit a obtenerse los
satisfaga y que también ven perdidas sus posibilidades de ser satisfechos por
medio de acuerdos consensuados con el deudor.
Es público y notorio que numerosos clubes de fútbol profesional se encuentran en estado de grave crisis que ponen en riesgo su continuidad como
personas y de su actividad. Asimismo, varias de estas conocidas instituciones, están tramitando su concurso preventivo y/o quiebra.
Frente a éste cuadro indeseable, ni el nivel dirigencial del rubro ni el político
en general, han podido detener dicha tendencia negativa ni tampoco han
dado elementos y pautas precisas para su reversión. Tampoco han previsto
este estado de situación.
La clave para resolver la solución crítica radica en una normativa que aborde
el problema con un diagnóstico acertado tanto respecto a la especificidad de
los clubes de fútbol profesional como de las causas reales que motivan las
dificultades económico-financieras.
La crisis se origina entonces, en el déficit y queda enmarcada y oculta hasta
tanto aparezca la posibilidad de liquidación falencial, ya que la operatoria
deficitaria desemboca fatalmente en quiebra cuando la misma es crónica. El
incremento del pasivo que ella genera, marcha inexorablemente a que en un
momento determinado alcance una magnitud y una exigibilidad que lo hace
ingobernable.
Para mantener esa operatoria viciosa, las asociaciones civiles dedicadas al
fútbol profesional, han recurrido reiteradamente y en un grado cada vez más
masivo, al uso de algunos remedios concursales –especialmente el preventivo- para terminar finalmente en quiebra.
La conducción política del Estado Nacional, especialmente a través del Poder Legislativo, no previó el resultado de la tendencia negativa y deficitaria
iniciada hace varios años y tampoco advirtió sobre su existencia, pese a los
esfuerzos de la doctrina en su denuncia.
Con la solución en examen se pretende continuar dilatando las liquidaciones falenciales, sin tampoco advertir que esa dilación agrava definitivamente el
cuadro de situación ya que, no sólo es necesario operar con supervávit sino
que además, a éste se le va a exigir una magnitud en incremento y en relación
directa al aumento del pasivo que se acumula.
La solución propuesta por el fideicomiso de administración de quiebra parte
de un criterio absolutamente contrario al histórico que inspiró las leyes falenciales de la Nación y es especialmente antagónico al de la ley 24.522 hoy
vigente.
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De lo expresado cabe concluir que para el legislador, el origen de la situación
perniciosa de los clubes y su eventual solución, radica en que:
I. La mayoría de las instituciones deportivas está atravesando una situación
de crisis;
II. No hay antecedentes de estudios cualitativos ni cuantitativos sobre el particular ni se han utilizado para proponer la legislación en la especie;
III. El errado accionar de los administradores naturales han llevado a la situación descripta;
IV. Se constituya un fideicomiso con los bienes integrantes del activo de la
quebrada para cuya administración se designan funcionarios especiales que
serían más idóneos y eficientes que la sindicatura y/o los órganos naturales
institucionales;
V. Para revertir la crisis se considera que corresponde el desplazamiento de
dichos administradores naturales e incluso la sindicatura prevista por la ley
24.522. No hay razón lógica alguna que haga suponer por ejemplo, que el
órgano fiduciario esté mejor capacitado que la sindicatura actuante o vaya a
conseguir mejores resultados que ésta.
VI. El fideicomiso de los bienes integrantes del activo debe ser administrado
por medio de un órgano fiduciario cuyos integrantes se designan judicialmente y de igual manera se ejerce el control del mismo;
VII. De la administración realizada por dicho órgano fiduciario se procurarán obtener resultados superavitarios y con esta ganancia se satisfacerá a los
acreedores, sólo por el capital verificado pero no por los intereses devengados en el período pese a su inusitada prolongación;
VIII. Para obtener ese superávit se establece un plazo generoso (de hasta
nueve años) para la administración fiduciaria, dentro del que se enerva la
posibilidad de liquidar los bienes de la fallida; y
IX. Si no se consiguiere el aludido resultado superavitario en la administración fiduciaria, se liquidarán los bienes.
COOPERATIVAS DE TRABAJO EN LA CONTINUIDAD
DE SOCIEDADES QUEBRADAS.
La publicidad de los medios masivos de comunicación con relación a las
empresas reconducidas por cooperativas de trabajo, como novedad, debe
en realidad retrotraerse, respecto de sus modalidades de organización y sus
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orígenes a fines de los años 70 y principios de los 80 como respuesta a la
primera oleada del proceso de desindustrialización.
Estas empresas tienen varios rasgos en común:
1) Se orientaron preferentemente hacia el mercado interno en ramas afectadas por la importación y/o afectadas negativamente por sus dificultades de
exportación (empresas frigoríficas, textiles, de tractores, acopiados, metalúrgicas, plásticos, etc.) que se encontraban en proceso de quiebra, convocatoria
de acreedores o directamente abandonadas por los empresarios y en donde
los trabajadores aparecen como acreedores o damnificados, ya que en general, la crisis de la empresa estuvo precedida por la ruptura de los contratos de
trabajo lo que se tradujo en reducción de sueldos y salarios, pago con vales,
carencia de aportes previsionales, etc.
2) En la transición hacia el nuevo régimen jurídico, los trabajadores toman
en alguno de estos casos, la producción, estableciendo acuerdos con sus
proveedores y/o clientes que les aseguran un cierto capital de trabajo para el
funcionamiento acordando una retribución mínima de ingresos comúnmente complementada con retiros en especie o mercaderías, sujetáñndose a las
pautas de una cooperativa de trabajo en cuanto tal.
3) En la mayoría de las empresas recuperadas mediante cooperativas de trabajo, se verifica en principio una deserción empresaria que puede ser parcial
o total.
Si es parcial, es posible que los anteriores propietarios se mantengan como
asociados en la nueva forma jurídica que adopte la empresa. De hecho las
formas jurídicas que sustituyen el régimen de propiedad anterior son variadas y van desde la cooperativa de trabajo hasta alguno de los tipos de sociedades comerciales, aunque difícilmente se agoten en estas formas conocidas,
ya que en algunas empresas recuperadas recientemente, surgieron figuras
nuevas: “estatización con control obrero” o con “administración obrera”.
4) El rol de los sindicatos en estos casos no es homogéneo ya que, en algunos de ellos adoptaron una actitud semejante a la de los empresarios y abandonaron a los operarios a su suerte. Otros sindicatos en cambio, impulsan la
recuperación de empresas en nombre de la defensa de la fuente de trabajo
promoviendo la formación de cooperativas de trabajo.
5) En general, salvo excepciones, las empresas recuperadas por cooperativas
tuvieron serias dificultades y, en no pocos casos, insalvables. Ahora bien, cuál
es la alternativa legal actual que brinda el espacio para lo que ya se ha dedo
en llamar el “ Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas”.
La espuesta podemos encontrarla en la reforma que introduce la ley 25.589 a
la redacción del art. 190 de la LCQ a través de la llamada “contrarreforma”
publicada en el B.O. el 16 de mayo de 2002, el que quedó redactado de la
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siguiente forma:
Art. 190: “En toda quiebra, aun las comprendidas en el artículo precedente,
el síndico debe informar al juez dentro de los veinte días corridos contados
a partir de la aceptación del cargo, sobre la posibilidad excepcional de
continuar con la explotación de la empresa del fallido o de alguno de sus
establecimientos y la conveniencia de enajenarlos en marcha.”
“En la continuidad de la empresa se tomará en consideración el pedido
de los trabajadores en relación de dependencia que representen las dos
terceras partes del personal en actividad o de los acreedores laborales
quienes deberán actuar en el período de continuidad bajo la forma de
una cooperativa de trabajo.”...
Para ello el juez, como consecuencia del “pedido formal de los trabajadores en relación de dependencia que representen las dos terceras partes del
personal en actividad o de los acreedores laborales quienes deberán actuar
en el período de continuidad bajo la forma de una cooperativa de trabajo”,
puede determinar la continuidad de las actividades del patrimonio del deudor quebrado.
Es decir, no se han cambiado los objetivos de la continuación de la explotación que existían con anterioridad a la reforma. Estos objetivos podemos
resumirlos de la siguiente forma:
I. La continuación de la explotación es una posibilidad excepcional dentro
del objetivo liquidativo que persigue la Ley de Quiebras;
II. Del informe del síndico debe surgir “la posibilidad de mantener la explotación sin contraer nuevos pasivos”, “la ventaja que resultan para los acreedores de la enajenación de la empresa en marcha”, “la ventaja que pudiera
resultar para terceros del mantenimiento de la actividad”.
III. Que “El síndico o el administrador, de acuerdo a lo que haya resuelto el
juez, se consideran autorizados para realizar todos los actos de administración ordinaria que corresponda a la continuación de la explotación, consecuencia de lo cual vemos, de conformidad con la ley, quien es el órgano de
administración.
IV. Que la continuación “...será dada por el juez sólo en caso de que de su
interrupción pudiera emanar una grave disminución del valor de realización
o se interrumpiera un ciclo de producción que puede concluirse.
V. Que “El juez puede poner fin a la continuación de la explotación antes del
vencimiento del plazo fijado si ella resultare deficitaria o de cualquier otro
modo resultare perjuicio para los acreedores”.
VI. Que la continuación de la explotación no debería exceder el plazo de
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cuatro meses, con una prórroga excepcional de 30 días (art. 217 LCQ). Esta
norma debería ser interpretada coordinadamente con la contenida en el último párrafo del art. 190 mediante la cual se faculta al juez, quien podrá “...
de manera fundada extender los plazos que se prevén en la ley”.
Analicemos algunos interrogantes que plantea la reforma:
♦ La nueva forma asociativa deberá constituirse legalmente: El texto del
nuevo art. 190 hace alusión a que los legitimados “deberán actuar en el período de continuidad bajo la forma de una cooperativa de trabajo”, por lo
que pareciera que la intención de los legisladores ha sido que la cooperativa
de trabajo deba ser un nuevo sujeto de derecho.
De suponer lo contrario, es decir, que la voluntad haya sido la de obligar
a constituir a los acreedores laborales que así lo soliciten una sociedad
legalmente constituida, se tendría que haber modificado la Ley de
Cooperativas, puesto que la misma estipula que las cooperativas de trabajo
son por tiempo indeterminado, situación que no se condice con el objetivo
de la ley de concursos y quiebras, ya que la continuación de la explotación no
puede superar de 4 meses, prorrogables por el juez por 30 días más. 1
En el supuesto caso de que legislador hubiera pretendido con la reforma,
que la cooperativa deba constituirse legalmente en una sociedad, veamos
algunos inconveniente que se plantean:
a) Hay que analizar si la cooperativa podría iniciar sus actividades (continuar
con las del quebrado) antes de estar legalmente constituída2. Si la respuesta
fuera afirmativa, debemos analizar ahora la responsabilidad de los fundadores3. Por el contrario, si la respuesta fuere negativa, entonces no tendría sentido seguir hablando de continuación de las actividades del patrimonio del
quebrado con esta nueva figura, pues el tiempo que insume su constitución
e inscripción registral excede las pautas de la ley de Quiebras e inmovilizaría
el patrimonio por un tiempo que económicamente resulta perjudicial a los
acreedores.
b) Las cooperativas de trabajo tienen limitaciones en cuanto a la cantidad
mínima de asociados que la pueden integrar4. Si las resoluciones que regu1
El art. De la ley 24.522 dice: “Plazos: Las enajenaciones previstas en los arts 205 a 213 y 214, parte final
deben ser efectuadas dentro de los cuatro (4) meses contados desde la fecha de la quiebra, o desde que ella
quede firme, si se interpuso recurso de reposición. En casos excepcionales, el juez puede ampliar ese plazo
en
treinta (30) días.
2
Según la información obtenida, en la Provincia de Buenos Aires, el trámite para obtener la inscripción
registral de una Cooperativa insume no menos de 6 meses.
3
La ley de Cooperativas 20.337 en su art. 10 establece: Responsabilidad de fundadores y consejeros: Los
fundadores y consejeros son ilimitada y solidariamente responsables por los actos practicados y los bienes
recibidos hasta que la cooperativa se hallare regularmente constituída.
4
En la Provincia de Buenos Aires, el Instituto Provincial de Acción Cooperativa estableció por resolución
255 que las Cooperativas de Trabajo deben estar integradas por un número mínimo de 10 asociados. Posteriormente, por resolución 750 se establece un número mínimo de entre 6 y 9 asociados, difiriendo en éstos
casos las normas a seguirse para su inscripción registral.
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TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
lan estas cuestiones se deben cumplir, en el supuesto de continuación de la
explotación con una cooperativa de trabajo, quedarían fuera de esta posibilidad todos los procesos quebrarios que incluyan a patrimonios que ocupan
menos de 6 empleados y acreedores laborales.
La conclusión al interrogante planteado es que si la continuación de la explotación solamente tiene carácter de transitoriedad hasta que finalmente se
adjudique el patrimonio a terceros interesados5, no sería necesaria la constitución legal de la cooperativa.
♦ ¿A quién debemos considerar legitimados para solicitar la continuación de
la nueva forma asociativa? El art. 190 de la LCQ establece que “... se tomará
en consideración el pedido formal de los trabajadores en relación de dependencia que representen las dos terceras partes del personal en actividad o de
los acreedores laborales...”
¿Las dos terceras partes están referidas a los trabajadores en relación de
dependencia o de los acreedores laborales?, o ¿deberíamos entender al
conjunto de todos los legitimados? Nos inclinamos por la segunda de las
interpretaciones posibles a fin de evitar que eventuales comportamientos del
sujeto hoy quebrado, mientras se hallaba “in bonis”, pudieran privar de una
continuidad laboral a trabajadores despedidos.
Pareciera que el texto plantea la alternativa de que a la fecha de quiebra, el
fallido puede o no estar ocupando personal en relación de dependencia. Si
no estaba ocupando personal en relación de dependencia es casi seguro que
no se hallaba la explotación “en marcha”. En este supuesto los ex empleados, que serían acreedores laborales, ¿podrían solicitar el reinicio de las actividades? Estimamos que para que ello sea posible, previamente el síndico
debería evaluar la conveniencia del reinicio de las actividades, puesto que lo
contrario podría ser violación de la norma contenida en el art. 191 LCQ.
¿Si las actividades se estuvieran desarrollando a la fecha de la sentencia de
quiebra, los ex empleados que son acreedores laborales, podrían solicitar su
reingreso?
En principio nos parece que podrían hacerlo, pero la decisión del juez debería considerar el consejo de la sindicatura dentro del marco del art. 191 inc.
3 de la LCQ, oportunidad en la cual el órgano debe mencionar “La cantidad
y calificación profesional del personal que continuará afectado a la explotación”.
♦¿ Quién administra la explotación bajo estas circunstancias?
No cabe duda que quien administra el patrimonio que continúa en actividad
Dentro de los terceros interesados deberíamos considerar la alternativa de que los mismos trabajadores
quieran ser tenidos en cuenta para convertirse en adjudicatarios del patrimonio como una sola unidad
o unidades separadas. Para ello no cabe dudas que debería iniciar formalmente la constitución de una
5
sociedad de las tipificadas por nuestra legislación, entre ellas las Cooperativas de Trabajo.
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TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
es el síndico. No existe en la LCQ ninguna limitación de las funciones de la
sindicatura como consecuencia de una nueva modalidad de continuación de
las actividades ni tampoco se han introducido cambios en el art. 179 (conservación y administración por el Síndico), o en el art. 252 (indelegabilidad de
funciones del síndico), o el art. 258 (actuación personal. Alcance)
Analicemos la Ley de Cooperativas respecto de sus órganos integrantes y
veámos como encuadra la figura del síndico:
Como todo sujeto colectivo, la cooperativa de trabajo posee tres órganos
claros y definidos los que tienen, entre otras, las siguientes características:
• El órgano volitivo: Expresa la voluntad del ente, está integrado exclusivamente por los asociados de la cooperativa y entre otras funciones tiene que
designar y remover a los sujetos que integran el órgano de administración y
de control.
Siendo que la administración del patrimonio en quiebra se halla a cargo del
síndico, ¿podríamos suponer que el mismo puede ser removido por la asamblea de asociados de la cooperativa? El criterio de esta profesional diría que
no, pues el síndico únicamente puede ser removido por el juez y de conformidad con lo establecido por la LCQ.
Muchos otros interrogantes se presentan al tratar esta cuestión, como por
ejemplo: el síndico debería entonces integrar el órgano de administración
de la cooperativa de conformidad con lo previsto con la ley de Cooperativas? En mi opinión no debería, ya que tendría que asociarse a la cooperativa
y en este caso, debería excusarse de seguir interviniendo como órgano del
proceso concursal.
Otro interrogante se presenta ante las facultades de éste órgano respecto
de la aprobación de la gestión del órgano de administración. Podría aprobar
la gestión del síndico? La respuesta es no; la merituación de la gestión de la
sindicatura es atribución exclusiva y excluyente del juez de la causa.
• El órgano de administración: Está integrado exclusivamente por los
asociados elegidos en Asamblea Ordinaria y se ocupa de administrar los
recursos materiales y humanos de la cooperativa y de efectivizar las medidas
conducentes a hacer efectivas las políticas que emanan del órgano volitivo;
representa legalmente la Cooperativa. ¿Ello implicaría que representa a la
masa activa y puede administrar el patrimonio? Creo que cumpliría funciones de representación y de administración no desapoderadas..
• El órgano de control: integrado exclusivamente por asociados elegidos en
15 (Comentarios a la ley 25589 de Concursos y Quiebras – Juan Manuel Céspedes – Trabajo incluído en el
libro “Temas Actuales de Derecho Concursal” Director: Ariel Ángel Dasso – Editorial: Ediciones Jurídicas
Cuyo).-
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Asamblea Ordinaria; se ocupa de fiscalizar la gestión de los administradores,
función que no es posible de realizar en la administración del síndico en la
quiebra.
Otro punto que debemos tener en cuenta son los recursos patrimoniales con
que cuenta la Cooperativa: si nos encontráramos en presencia de un sujeto que
ha sido una Cooperativa de Trabajo desde su inicio o con cierta antigüedad
estaríamos pensando que los recursos, económicos y contablemente
conceptualizados, son de propiedad del sujeto, es decir, constituyen el activo
del mismo; pero en esta forma de continuación que analizamos, los recursos
patrimoniales son activos de la cooperativa? Evidentemente no ya que esos
activos constituyen los bienes a ser distribuidos entre los acreedores del
fallido.
Analicemos ahora algunas cuestiones fundamentales que hacen que el síndico
a la hora de decidir la continuación, evalúe “la posibilidad de hacerlo sin
contraer nuevos pasivos y la ventaja que resultaría para los acreedores la
enajenación de la empresa en marcha”.
¿Cual es entonces la ventaja de continuar las actividades “bajo la forma de
una cooperativa de trabajo?
Primero: No se pueden contraer nuevos pasivos, es decir que la continuación
no puede generar endeudamiento que surja de una explotación deficitaria en
términos financieros.
Al hacer los estudios necesarios para llegar a esta conclusión la sindicatura
analizará el costo de los productos a ser vendidos o producidos, el costo
de los materiales directos e insumos necesarios en la operación y los gastos
generales de la actividad.
Dentro de estas variables a analizar se encuentra la magnitud de la mano de
obra o masa salarial, los aportes y contribuciones al régimen de seguridad
social y cuestiones conexas como vacaciones, sac, beneficios por convenios
colectivos de trabajo, etc.
Es la opinión de algunos profesionales consultados al respecto que lo
trascendente de la reforma, en lo que hace a la continuación “bajo la
forma de una cooperativa” radica justamente en tratar de convertir la
inflexibilidad del costo de la mano de obra en una cuestión flexible a través
de la transformación del derecho del trabajador a una remuneración y
condiciones laborales preconvenidas en un derecho patrimonial sobre el
excedente que informe el resultado de la explotación, es decir, que asumirían
los derechos patrimoniales al resultado que antes de la quiebra pertenecían a
16 - (El proceso ejecutivo del concordato preventivo - Carlos Monzó y Susana Monzó - Trabajo incluído
en el libro “Temas Actuales de Derecho Concursal” Director: Ariel Ángel Dasso – Editorial: Ediciones
Jurídicas Cuyo).-
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los propietarios. Pero tengamos presente que de no haber resultado, no hay
retribución.
De esta forma se soluciona uno de los mayores problemas que se halla para
continuar las actividades de la explotación, y permitir que los trabajadores no
integren las legiones de desocupados que hoy padece nuestro país. Además
los acreedores se verían beneficiados patrimonialmente puesto que las
unidades económicas que se mantienen en actividad son realmente las que
pueden interesar a terceros en su adquisición.
Segundo: Que excedente patrimonial se repartirá entre los trabajadores que
actúan bajo la forma de una cooperativa. De acuerdo con los conocimientos
elementales de la contabilidad (fundados además en el derecho y en la
economía), la determinación de la ganancia o pérdida de un proceso
económico durante un tiempo determinado, debe necesariamente contar
con dos mediciones patrimoniales: una de inicio y otra de cierre. Cualquiera
sea el sistema de registración contable, la ganancia debe coincidir con la
expansión del Patrimonio Neto existente entre la determinación inicial y
final del mismo.
El Patrimonio Neto Inicial surge, si fuera propia quiebra, con el cumplimiento
del contenido del art. 11 LCQ. Que exterioriza el fallido en oportunidad de
su petición; si fuera quiebra pedida por tercero o quiebra indirecta, de la
incautación que realiza la sindicatura.
El Patrimonio Neto Final debería ser elaborado por la sindicatura en su rol
de administrador de la quiebra.
Determinado el incremento del patrimonio, es decir la ganancia del período,
la misma debería ser íntegramente distribuída entre los trabajadores que
la generaron, de acuerdo a pautas que no necesariamente debería ser
continuadora de las disposiciones que regían mientras eran empleados en
relación de dependencia.6 De esta forma los trabajadores no se distribuyen
el producido de los activos sino el acrecentamiento del patrimonio que ellos
mismos originan con su trabajo y en el período de continuación de las actividades en la quiebra.
Tercero: Por qué los trabajadores bajo la forma de una cooperativa no pueden distribuirse el producido de los activos?
En las cooperativas de trabajo rigen distintas formas de reconocer al asociado
patrimonialmente el esfuerzo que el mismo realiza durante el tiempo en que mantiene
su capacidad laborativa a disposición de la comunidad llamada “cooperativa” .Así
y atendiendo a las distintas funciones o roles de cada asociado, debe buscarse el
equilibrio ideal que compense distintas calidades de trabajo con el tiempo de servicios
efectivamente prestados. Esta forma de compensación al “trabajador bajo la forma de
cooperativa” debería ser elaborada por el síndico con el asesoramiento del Consejo de
Administración y puesto a consideración del juez para su aprobación.
6
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En primer lugar podríamos encontrarnos con trabajadores que son acreedores del fallido y otros que no lo son, o con procesos que tienen acreedores
laborales y otros que no tienen esta clase de acreencias.
Debemos recordar que el activo existente a la fecha de la sentencia de quiebra (momento en el cual se produce el desapoderamiento) que desde el punto de vista jurídico es la prenda común de los acreedores, constituye la
masa sobre la cual tienen derechos patrimoniales aquellas personas que
la ley 24.522 llama “acreedores del fallido”.
Por lo tanto, el valor de los activos existentes a la fecha de sentencia de quiebra, debe ser preservado para su distribución entre los acreedores de causa
o título anterior a esa misma fecha, motivo por el cual la LCQ ha realizado
las previsiones de los incisos 1 y 2 del art. 190. Lo contrario no sería otra
cosa que atentar contra el derecho de propiedad de éstos. Lo que sucede en
muchos casos es que el Estado expropia activos de propiedad de la quiebra
y se los entrega a la cooperativa de trabajo de modo de poder continuar
con la producción, provocando en estos casos el nacimiento de un crédito a
favor de la masa. En la práctica existen ejemplos de expropiación por Ley
en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
de activos productivos; sin embargo éstos avances son transitorios ya que
la expropiación propiamente dicha no se consolida hasta que el Estado no
efectúa el correspondiente pago.
En otros casos se puede hablar de una transferencia de activos y pasivos de
la empresa comercial a la cooperativa de trabajo, o de un régimen de participación. En la mayoría de los casos se establece un contrato de alquiler entre
la cooperativa formada por los trabajadores y el Juzgado donde está radicada
la Quiebra.
Los antecedentes de quiebras o cierre de empresas en que se ha planteado este tipo de acciones indican que en todos los casos el equipamiento
y la infraestructura están técnicamente obsoletos y sobredimensionados
como consecuencia de haber atravesado una etapa de desinversión y falta
de rentabilidad en la empresa anterior. Además estas empresas, en general,
pertenecen a sectores productivos que se encuentran en declinación por lo
que el diseño de un proyecto alternativo, difícilmente va a ser comparable
al anterior régimen de explotación. La recuperación de la cadena comercial
anterior de la empresa puede convertirse en uno de los objetivos iniciales,
este desafío implica que la gestión adquiera credibilidad entre proveedores
y clientes, luchando contra la falta de capital de trabajo como uno de los
inconvenientes mas visualizados.
La experiencia nuestra el predominio de los casos en que la explotación de
la fábrica se realiza, en una primer etapa, bajo la modalidad de “facón” esto
es venta del servicio de procesado industrial a clientes que provean la materia prima y retiran el producido para su comercialización o transformación
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posteriores.
Esta modalidad tiene la ventaja de que no es necesario disponer de capital de
trabajo y que se evita la etapa de comercialización, en los casos en que los trabajadores no poseen experiencia o no controlan. El inconveniente principal
es el bajo ingreso y la dependencia estructural de éstos clientes-proveedores
con los que necesariamente será oportuno realiza alianzas estratégicas.
Otra solución que podría ser viable para empresas que se encuentren es
este tipo de situación, sería la posibilidad de locación de las mismas, total o
parcial, cuyo plazo no exceda del período en que presumiblemente podrá
disponerse la venta de la misma. Ya algunos autores hacen mención a la
posibilidad de locación, con la vigencia de la anterior Ley de Concursos
19.551, observando que la solución de la continuación inmediata o definitiva
se obstaculiza con innumerables inconvenientes de índole práctica y financiera. Dicen que a los ya señalados inconvenientes que provocan diversos
plazos procesales establecidos en la ley dentro de los cuales el síndico debe
informar el Tribunal sobre la posibilidad de la continuación propiamente
dicha, respecto de los dependientes que seguirán prestando servicios durante el período, sobre la ejecución de los contratos a cargo del fallido, etc., se
suman otros mucho más complejos y conflictivos, como ser la ausencia de
crédito para operar la empresa, la dificultad para conseguir insumos, ya que
los proveedores, por razones obvias, se niegan habitualmente a financiar su
provisión y únicamente acuerdan su entrega mediante el pago al contado y,
en efectivo. A todo ello se suman la presión del personal en relación de dependencia a los fines de la percepción puntual de sus salarios y satisfacción
de los caídos y los reclamos de los diversos sindicatos involucrados, etc.
Si la tarea del empresario “in bonis” no es fácil, sobre todo en la actualidad,
a nadie que se enfrente a la realidad que nos rodea podrá escapar que al síndico, administrador natural de la empresa que continúa su actividad, quien
a sus habituales funciones sindicales, indelegables por virtud de la manda
legal, se le agrega la nada sencilla de empresario, a veces secundado por un
co-administrador designado por el Juez del concurso, lo que no siempre
facilita esta tarea, el desempeño de toas esas obligaciones se le hacen muy
difíciles realmente.
Según mencionan esos autores, la locación total o parcial , además de aventar
todos estos inconvenientes, evitaría a la masa asumir el riesgo empresario,
trasladándolo a un potencial locatario de la empresa.
Se podrá decir que no serán muchos los interesados en una locación de una
empresa, ya en quiebra, para continuar con una explotación deficitaria, porque ello impondrá la necesidad de hacer tal vez, inversiones por un período
muy breve de explotación que impediría su recupero o su rentabilidad. Parecería que esto no sucedería si por ejemplo en el contrato de locación se le
otorga al empresario locatario una opción de compra para cuando se decida
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la venta en iguales condiciones que a la mejor oferta cualitativa y cuantitativamente hablando.
Tal opción sería un verdadero estímulo para que el locatario optimizara la
eficiencia de la empresa durante el período del alquiler, de tal forma que
cuando se erigiera en su propietario, la marcha de la misma ya se encontrará
en óptimas condiciones productivas y comerciales. Y otro aspecto importante para el proceso concursal de la alternativa en análisis, lo constituye el
hecho de que la locación del fondo de comercio de la fallida hará ingresar a
la quiebra fondos líquidos provenientes del pago del alquiler.
Cuarto: Analicemos las relaciones del patrimonio que continúan las actividades bajo la forma de cooperativa de trabajo con los suministradores de
recursos.
Tanto desde el punto de vista legal, como del económico o patrimonial,
toda persona que entrega un bien de su propiedad a otra, o que presta un
servicio, constituye el origen de ese recurso y si el mismo fue transmitido sin
contraprestación en el acto, origina una obligación a cargo del ente, es decir,
un pasivo a cargo del ente.
¿Los que constituyen el pasivo dentro de este concepto, son acreedores de la
cooperativa o de la quiebra? No me cabe dudas de que lo son de la quiebra
con el alcance previsto en el art. 240 de la LCQ.
No podemos dejar de analizar a está altura de los hechos la situación precaria
e inestable en que se encuentra un patrimonio quebrado que por resolución
judicial continúa las actividades de la explotación. Se lo puede considerar
patrimonialmente un sujeto “in bonis”. Considero que no. Desde el punto
de vista de las relaciones con terceros, no nos hallaríamos con un sujeto merecedor de crédito por la existencia de una cultura en nuestro medio que así
hace ver estas situaciones.
Ahora bien, si es éste el concepto que nuestra sociedad tiene de una quiebra,
¿qué credibilidad merece un patrimonio que además de estar quebrado, su
administración estaría en manos de una cooperativa de trabajo? Parecería
que sería de menor calificación aún.
Entonces ¿sería posible imaginar que en la práctica diaria una cooperativa
de trabajo que administra un patrimonio quebrado puede desarrollarse con
un mínimo de eficiencia empresarial? Suponemos que esto podría darse
limitadamente a actividades exclusivas de mano de obra donde el tercero
que contrata con el sujeto quebrado entrega bienes para su manufactura no
transmitiendo la propiedad de los mismos y sí recibiendo los beneficios de la
mejora o transformación de los bienes cedidos transitoriamente.
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VENTAJAS E INCONVENIENTES EN LA
CONTINUACION DE LA EXPLOTACION.
Analicemos algunos problemas que se plantean con esta figura, ya sea que la
continuación se realiza a través de una cooperativa de trabajo o sea el síndico
el responsable de la misma .
El problema principal es el capital de trabajo, generar dicho capital de trabajo. Y esto, si bien puede tener algunos remedios, los remedios no llegan, no
se dan, no siempre se pueden conseguir.
Los remedios estarían dados, por un lado, con algún crédito. A veces se consiguen créditos políticos o créditos blandos, a veces no y a veces el crédito
es de los proveedores.
Otra variante básica de financiamiento está dada por la posibilidad de vender
algún bien que no sea indispensable, o gravar algún bien que no esté aún
gravado con prenda o hipoteca.
Pero en la cuestión de la obtención de fondos, lo que ocurre es que normalmente llegan tarde, y en una empresa, en la medida que cierra un tiempo, se
desmantela o no puede trabajar, la posibilidad de reactivación es mucho más
difícil.
La segunda línea de problemas se refiere a la legalidad interna de la empresa. El administrador, sea el síndico o el coadministrador tiene que trabajar
todo en blanco, y esto lo pone en desventaja respecto de los competidores.
También es dudoso que pueda librar cheques posdatados, como es habitual
en el comercio.
En tercer lugar ¿quién le da crédito a una empresa en quiebra? Hay países
donde existe un fondo para este tipo de empresas y está bastante organizado.
En nuestro país hubo algunos proyectos. Lo importante es que exista cierto
capital de trabajo. Una vez que se logra conseguir el mismo, el segundo inconveniente es el déficit.
En un intento de mejorar el análisis de este capital de trabajo, utilicemos
ciertas herramientas del análisis financiero de estados contables que le permitirán al síndico ir evaluando la situación de la empresa continuada.
Teniendo en cuenta que el período por el cual se continuará con la actividad
de la empresa es de corto plazo, será de interés ver cual será su índice de liquidez a través del cual veremos que capacidad tiene la misma para cancelar con
bienes de rápida realización los pasivos de corto plazo (y hablamos de pasivos porque aunque la LCQ en su art. 190 inc. 1 prescribe que la explotación
deberá mantenerse sin contraer nuevos pasivos, pensamos que se refiere a
aquellas deudas que sea imposible su cancelación con el giro normal del ne-
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gocio). La conformación del ratio es el siguiente:
Activo Corriente
Pasivo Corriente
Activo Corriente es el conformado por el efectivo y activos que se espera
convertir en efectivo dentro del período bajo análisis.
Pasivo Corriente es el que debe ser cancelado dentro del período bajo análisis.
El significado general del mismo es que cuanto más alto es su resultado, más
capaz se supone el emisor del informe de afrontar sus deudas en el corto
plazo.
Un complemento del ratio anterior es el llamado prueba del ácido, o en
su acepción inglesa acid test:
Activo Corriente (menos bs de cambio)
Pasivo Corriente
Algunos autores sostienen que debe tomarse como un complemento del cálculo de la razón de liquidez, y su resultado supone una hipótesis de desastre:
¿qué pasaría si en los próximos períodos la empresa continuada no lograse
vender nada o vendiese algo pero no lo cobrara?
Y si de la situación personal del síndico hablamos, hay quienes opinan que
salvo casos de escasa cuantía económica, el funcionario judicial tiene una
primer imposibilidad de tipo temporal/horaria para desempeñar también
el rol de admnistrador. Pero no es la única, casi necesariamente deberá entremezclar su rol de órgano dictaminador imparcial en cuestiones atinentes
a la auditoría de pasivos de la empresa fallida, con la de negociador con
proveedores que – en muchos casos- habrán de ser también acreedores de
la quebrada.
Pero no todo es oscuro, este sistema de liquidación de los bienes de la fallida
tiene también cierto tipo de ventajas como ser:
a) En el primer aspecto, la probable obtención del mejor precio que el obtenido de la venta singular
b) En relación al segundo aspecto:
1) se adquiere la empresa en marcha mediante una inversión razonablemente
inferior a la requerible para la instalación de una nueva;
2) adquisición de la empresa sin pasivos diversos a los que resultan del saldo
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de precio o, contingentes como los derivados de la relación laboral;
3) inmediato aprovechamiento de la inversión al recibir una actividad productiva en funcionamiento;
4) transparencia de la inversión;
5) inexistencia de contingencias graves tales como pasivos ocultos, etc.
CONCLUSIONES
Es el propósito de ésta parte del trabajo, dar respuesta a ciertos interrogantes
que se me plantearon en el desarrollo del mismo y que me parece importante
dejarlos resueltos al menos en lo que en mi forma de ver parecen resueltos.
Como consecuencia de la reforma introducida al art. 190 de la LCQ por la
ley 25.589 pueden distinguirse en la actualidad dos sistemas diferentes de
continuación de la empresa en quiebra:
a) la continuación “judicial”, regida por los arts. 189 a 199 de la LCQ, y
b) la continuación por “cooperativas de trabajo” respecto de la cual tales
normas no pueden aplicarse derechamente sino que deben ser compatibilizadas en cada caso
Respecto de éste último punto, en oportunidad de asistir a las Jornadas
Interdisciplinarias sobre Continuación de Empresas Insolventes por los
Trabajadores organizadas por la Universidad Notarial Argentina, tuve la
oportunidad de escuchar distintos tipos de criterios sobre éstos temas pero
las conclusiones a las que se arribaron y las que según mi criterio son las
más acertadas fueron:
1) Ante el pedido formal de continuación por una Cooperativa de Trabajo,
resulta pertinente verificar:
ü Que se haya constituído regularmente y se encuentre autorizada por
la autoridad respectiva;
ü Que esté efectivamente integrada por las dos terceras partes de los trabajadores o ex dependientes;
ü Que exista un régimen democrático de gobierno interno, para lo cual
puede resultar conveniente la convocatoria a una asamblea especial de todos
los trabajadores y ex dependientes.
2) El pedido formal de la cooperativa, para ser admisible, debe contener:
ü El plan de empresa;
ü Los cálculos relativos a la factibilidad de la explotación;
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ü El proyecto de contrato que se pretende celebrar con la quiebra por el
cual asumirá la explotación (concesión, leasing, fideicomiso, etc.);
ü La compatibilidad del plan con la venta de la empresa y el pago a los
acreedores, sea expresando el modo en que la cooperativa afrontara el pago
del precio, el proyecto de venta a un tercero o la existencia de una expropiación en trámite.
3) En el trámite previo a la decisión de continuar o no la empresa con la
cooperativa debe realizarse una tasación comparativa de la venta en marcha
y de la venta en remate y debe darse oportunidad a los acreedores para que
sean oídos, principalmente los privilegiados.
4) La entrega de la empresa a la cooperativa requiere inventario, garantías y
el posterior control permanente de la sindicatura. El contrato de adjudicación debe permitir la recuperación inmediata de la empresa en caso de
incumplimiento.
5) Una variante de la continuación de la empresa por “cooperativas de trabajo” se presenta cuando la empresa es expropiada por el gobierno (nacional,
provincial o municipal), en cuyo caso el valor de la empresa será pagado por
el Estado a la Quiebra. Dicha modalidad implica un nuevo pacto social.
En tales casos el trámite de la quiebra se suspende hasta que el Estado pague
y se formule una distribución final del producido.
6) Las cooperativas de trabajo presentan ventajas en materia de costos (menor tributación y cargas laborales) y de democracia interna (un socio un
voto), pero su régimen societario no admite un inversor capitalista. Y en lo
que a créditos respecta no corren con muchas ventajas ya que no existen
líneas especiales de crédito para empresas recuperadas como se las llama a
las nuevas cooperativas de trabajo que surgen de empresas quebradas. Según
dirigentes del llamado Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, todas las cooperativas recuperadas caen en ciertas Cuevas Financieras donde
los intereses van del 50% al 70% anual.
Finalmente será una vez más, entonces el Juez de la Quiebra quien debe
completar los aspectos legales no considerados en la reforma introducida
por la ley 25.589 concluyendo que los trabajadores de la empresa ahora fallida, si desean hacerse cargo de la explotación de la empresa por un tiempo,
deberán constituir una cooperativa de trabajo, con las formalidades de la
ley 20.337, el síndico mantendrá sus facultades y responsabilidades sobre
los bienes desapoderados, pudiendo el Juez autorizar la explotación de los
bienes, determinando las pautas y límites de los mismos, a través de alguna
de las formas jurídicas previstas en la LCQ, sin perder de vista el objetivo
final, que será la liquidación de los bienes, para obtener el resultado líquido,
que permita elaborar el informe final y proyecto de distribución, para abonar
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TRABAJO. EL ROL DEL SÍNDICO
el dividendo concursal a los acreedores concursales verificados y declarados
admisibles, junto a los gastos de justicia respectivos.
BIBLIOGRAFIA
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LEY 25.589 MODIFICATORIA DE LA LEY 24.522
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EMPRESARIA Y LAS COOPERATIVAS DE
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