1 Autor: Ricardo Moreno Rodríguez Colección: Mi Pajarito Correo: [email protected] Página web: http://www.mipajarito.org Depósito legal: GR-4215-2011 y GR-2115-2013 Gestión técnica: Francisco José Moreno Llorca Obra licenciada bajo: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported puede ver información sobre esta licencia en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/ Querido amigo o amiga: 2 Éste que ves en la portada de este folleto soy yo, Tomás Bretón Hernández, músico español que nací justo en la mitad del s. XIX cuando musicalmente toda Europa estaba inmersa en el romanticismo musical con grandes figuras como Chopin, Liszt o Wagner; en España reinaba entonces la reina Isabel II a la que seguiría su hijo Alfonso XII. Toda Europa estaba llena de brotes revolucionarios como consecuencia de la pujanza de la nueva era industrial y de las ideas de la Revolución Francesa. MI INFANCIA Nací el día 29 de Diciembre de 1850 en la ciudad española de Salamanca, célebre entre otras cosas por tener la primera gran universidad de España en la era moderna; a pesar de ello por entonces era un ciudad empobrecida económicamente con una población de unos quince mil habitantes, casi sin industria y muy aislada en todos los aspectos de la vida cultural y política de Madrid; nosotros vivíamos en el barrio de Hospital; aquí tienes una bonita vista de Salamanca al entrar en la ciudad por el río Tormes. Mi familia era muy humilde y vivíamos de forma modesta; mi padre Antonio Bretón era panadero y mi madre Andrea Hernández era ama de casa ¿qué otra cosa iba a ser en aquellos tiempos? Tres años antes que yo había nacido mi hermano Abelardo y otros dos hermanos pequeños que murieron a corta edad, cosa que entonces era muy frecuente por la enfermedades y la falta de higiene y de medicamentos; yo también me crié débil y enfermizo pero muy despierto: a los cuatro años ya sabía leer de corrido. Tuve la desgracia de perder a mi padre antes de cumplir los tres años por lo cual mi madre nos tuvo que criar a los dos hermanos con mucho esfuerzo; alquilaba habitaciones a los músicos del Teatro del barrio de Hospital; cuando mi madre intuyó mis cualidades para la música, me 3 envió a la Escuela de Bellas Artes de S. Eloy y en cuanto pudo me compró un violín al que me agarré con un ansia desbordada. Mi primer profesor se llamaba Ciriaco Prieto y con siete años ya manejaba bien el violín y el piano; al poco tiempo tocaba en los cafés, en los bailes y en las iglesias cuando se terciaba y sobre todo en el teatro de Hospital cerca de casa donde se hacían representaciones musicales; ésta es la fachada de dicha institución. Como puedes imaginar, de esta etapa de mi vida no te puedo ofrecer ninguna foto, que ya existía, pero que para nosotros era desconocida. Con doce años tocaba en el foso del teatro de Hospital y con catorce como concertino (primer violín) de la orquesta; cuando en una ocasión nos visitó el director del Teatro Variedades de Madrid, se fijó en mí y aconsejó a mi madre que me enviara a la capital a estudiar en el Conservatorio con la promesa de que él me ayudaría; ella, que era una mujer decidida, nos cogió a los dos hermanos y marchamos a Madrid: estábamos en 1865, yo tenía quince años y pronto empecé a trabajar en el teatro Variedades ganando dos pesetas diarias ¡no estaba mal para aquellos tiempos! MI JUVENTUD Compaginaba mi trabajo con el estudio de la música en la que fui progresando gracias a los magníficos profesores que teníamos entre ellos al profesor Emilio Arrieta, compositor de la famosa ópera “Marina” donde se cantaba aquello de “A beber, a beber y a olvidar las penas del amor”; en uno de los cursos recibí el segundo premio de violín que fue para mí una recompensa estupenda. Luego pasé al teatro de Zarzuela, trabajé como violinista en la orquesta de la Sociedad de Conciertos y como concertino de la orquesta del Circo Price componiendo valses para los ejercicios acrobáticos de los trapecistas y también compuse mi primera sinfonía con ventiún años. 4 Por fin en 1872 acabé mis sesudos estudios del conservatorio con un Premio de Composición que tuve el honor de compartir con mi compañero Ruperto Chapí que llegaría a componer otra de las zarzuelas más queridas del público español: La Revoltosa; aquí nos ves a los dos aunque en edades diferentes. Ruperto Chapí Yo mismo Con esto comenzó mi etapa compositiva en serio con obras para orquesta y mis primeras zarzuelas: “Tic-Tac” o “El alma en un hilo” colaborando con músicos como con Chapí y Valverde. Y enseguida asomó mi deseo de acercarme a la ópera lo que hice con un tema muy español de entonces: la historia de “Guzmán el Bueno” estando situada la acción en la conquista de la plaza de Tarifa a los musulmanes; esta ópera se estrenó en Madrid en 1876 y más tarde en Barcelona con mucho éxito puesto que enardecía el heroísmo del padre que prefería entregar a su hijo a la muerte antes que faltar a su deber patriótico. En 1880 me casé con Dolores Matheu con la que tuve tres hijos: una niña, María, y dos niños Antonio Mario y Abelardo que más tarde fueron también buenos músicos; en esta foto tienes a Abelardo. 5 Al año siguiente conseguí una beca para estudiar en Roma en la Academia Española de Bellas Artes a donde pude marchar con mi mujer y nuestro hijo pequeño Mario; allí pasamos un año y me interesé por la música del Renacimiento, especialmente la música de Tomás de Victoria y de Francisco Guerrero, visitando además las ciudades de Nápoles, Milán y Venecia que eran grandes centros musicales de ópera; al mismo tiempo iba componiendo algunas obras como un “Bolero de Concierto” y el oratorio “El Apocalipsis” del que yo mismo hice el libreto. Me puse a aprender alemán y conocí al gran pianista alemán Franz Liszt. Ésta era la entrada de la Academia de BB. AA. de Roma, donde iban becados muchos españoles para consolidar sus estudios. Al año siguiente pasé mi segundo curso de beca en Viena, como sabes, uno de los grandes centros musicales europeos y donde pude escuchar y aprender mucho de la ópera de R. Wagner del que luego fui imitador en mis obras; anotaba todo lo que observaba sobre la música europea de entonces. Este es el rostro de Richard Wagner. El tercer año lo pasé en París en contacto con los músicos franceses y me centré en la composición de otra de mis operas que más alegrías me dio: “Los 6 amantes de Teruel” sobre el texto de una novela de escritor madrileño J. E. Hartzenbush. La representación de esta ópera más tarde tuvo muchos problemas para su estreno en el Teatro Real por su largura y porque los músicos más tradicionales como Arrieta, querían que fuese en italiano. El éxito fue muy grande y la noche del estreno fui llevado a hombros hasta mi casa por los asistentes a la primera representación. También organicé en Madrid unos Ciclos de Conciertos para ir dando a conocer al público madrileño la música española junto a la música extranjera que ellos pedían y que era imposible quitar del medio pero mi mayor éxito llegó con un zarzuela cuya composición rechazó el maestro Chapí y que tuve que componer en pocos días: se titulaba “La Verbena de la Paloma” y que describía el ambiente madrileño de la época con sus personajes más castizos: D. Hilarión el boticario, Julián y Susana -la pareja de enamorados-, D. Sebastián y la Señá Rita, incluyendo en ella bastantes números de baile que le dieron mucho colorido a la obra; el éxito de esta zarzuela corrió como la pólvora por España e Iberoamérica a donde llegaban enseguida los ecos de las obras estrenadas en la capital sobre todo a La Habana y a Buenos Aires; ésta es una escena de la obra y el cartel anunciador. Después de estos tres años en que tanto aprendí, volví a Madrid más convencido que nunca de que había que promocionar una ópera nacional con idioma y argumentos españoles a lo cual, como verás, dediqué casi 7 toda mi vida. MI MADUREZ En 1890 tuve la oportunidad de viajar a Londres con Albéniz y Arbós dando conciertos por varias ciudades inglesas durante varios meses con bastante éxito y experiencias muy apreciables. Fui nombrado director de la Sociedad de Conciertos de Madrid y mantuve una estrecha colaboración con los músicos de entonces todos ellos profesores del Conservatorio y amigos míos aunque tuviéramos algunas discrepancias como Pablo Sarasate, Fernández Arbós o Isaac Albéniz. Con esta orquesta hacía frecuentes viajes en las épocas de primavera especialmente a S. Sebastián, a Córdoba y a Granada; aquí los ves a los tres. Albéniz Arbós Sarasate Llegamos a la ciudad de la Alhambra después de veinticuatro horas de tren, requeridos por el Centro Artístico, para actuar en distintos momentos en las fiestas locales del Corpus dando conciertos en el incomparable marco del Palacio de Carlos V. y en el Teatro Isabel la Católica; al mismo tiempo pudimos ver la Alhambra y hacernos algunas fotos en el Patio de los Leones. Este recinto alhambreño era visitado por numerosos 8 escritores, pintores y músicos extranjeros que difundieron por toda Europa lo exótico de estos parajes y de los personajes que los habitaban: los gitanos. Ésta es la foto que nos hicimos en recuerdo de tan memorable fecha. Pronto llegó un clamoroso éxito de otra ópera mía donde las pasiones amorosas desatadas por los protagonistas se desarrollan en un ambiente más español que en las óperas anteriores; los temas musicales de esta ópera enardecieron al público sobre todo con su famosa “jota”; se trataba de la ópera La Dolores sobre esa mujer cuya leyenda corría por el pueblo aragonés de Calatayud después de casarse con un militar mayor que ella y llevar una vida alegre; a este pueblo me desplacé de incógnito una noche para oír las rondas de los mozos y escuchar las jotillas que cantaban a las mozuelas bajo las ventanas. Se estrenó la ópera en el Teatro de la Zarzuela en 1895 y más tarde en el Liceo de Barcelona con más de cien representaciones pasando luego a toda Iberoamérica y a algunas ciudades europeas; éste es el cartel de la obra. Como reconocimiento a estos éxitos y trabajos musicales fui nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando lo cual me reafirmó en la tarea emprendida; fui también nombrado Director del Conservatorio de Madrid en cuya dirección me sentí muy satisfecho componiendo para la labor de enseñanza algunas obras de cámara para tríos, cuartetos, quintetos, etc... y la música de ambiente granadino “En la Alhambra”. Luché mucho para que los conservatorios se abrieran a las clases populares y no sólo a la burguesía. En el año 1896 perdí a mi madre y puedes imaginar el desconsuelo de su ausencia cuando todo se lo debía a ella. Por estas fechas hicimos un corto pero útil viaje a Argentina Felipe Pedrell, José Serrano y yo para representar algunas de nuestras óperas en el Teatro Colón de Buenos Aires; pasamos allí un mes disfrutando de 9 aquella bella ciudad que fue siempre un centro de la cultura y del arte como pocos en Iberoamérica; del viaje en barco se me quedó una amarga impresión al ver a los emigrantes que iban en la clase tercera hacinados como animales. Ésta es la fachada del magnífico teatro Colón en la ciudad bonaerense. Como curiosidad te diré que era muy aficionado al ajedrez y que fui escogido como primer Presidente del Círculo de Ajedrez de Madrid. En otra ocasión varios amigos músicos tuvimos la idea de hacer entre todos una obra musical donde cada uno hiciese un trozo a modo de puzzle y resultó una pieza muy graciosa “La guitarra del Amor”; en ella participamos entre otros Pablo Luna, Gerónimo Giménez, Severiano Soutullo; éste soy yo en una caricatura amigable En 1917 murió mi mujer y me quedé muy solo y con la salud ya algo quebrantada; a pesar de todo le escribí a ella un poema sinfónico que titulé “Elegía y Añoranzas”; luego, no mucho después llegó el día de mi jubilación que yo traté de posponer pero no fue posible; había trabajado mucho por la música española con mis óperas y mis zarzuelas -más de cuarenta-. Con motivo de esto se me concedió la Gran Cruz de Alfonso XIII. Económicamente quedé regular pero gracias al prestigio de mi música logré una pensión vitalicia de 7.500 ptas. anuales con lo que pude vivir holgadamente el resto de mi vida que se acabó el día 2 de Diciembre de 1923 en mi casa de la calle Campomanes de Madrid; aquí me tienes ya mayor. 10 Dice mi pajarito que la noticia corrió por toda la ciudad rápidamente y cuando se lo notificaron al maestro Fernández Arbós que estaba dirigiendo un concierto, interrumpió la interpretación y todos cantaron a coro la jota de La Dolores lo cual fue recibido por el público con grandes aplausos. ¡Gracias amigo Arbós! Sé también que mis dos hijos Antonio Mario y Abelardo fueron músicos profesionales con no poco éxito que en parte ya conocía. Espero quedar amigo tuyo porque creo que mi música te gustará: es muy alegre y pegadiza ¡de veras!. Tu amigo Cuando hayas reposado este atracón de datos y anécdotas de mi vida, lee lo que a continuación te añado para completar otros aspectos de mi vida. Lo primero te pongo un croquis de los músicos españoles que fueron coetáneos míos y compartieron conmigo la ilusión de la ópera y zarzuela española; aquí los tienes. 11 En segundo término un esquema de mis correrías por Europa y España como te he contado en el texto 12 Y lo más importante: algunas de las melodías más conocidas para que las toques con algún instrumento y las oigas por los medios que puedas: ya verás que será entretenido.. 13 14 Y para el final lo más divertido: unos pasatiempos hechos por mí mismo para ti con mucha ilusión. PASATIEMPOS 1.- Adivina cuál es la respuesta correcta en esta quiniela musical sobre mi vida. 2.- En estas letras alargadas se esconde el nombre de una de mis 15 zarzuelas ¿Podrás adivinarlo? 3.- Investiga los datos que se te piden sobre estos cinco músicos españoles. 16 4.- Si ordenas las letras que hay sueltas dentro de cada cuadro, aparecerán cuatro nombre de músicos españoles del s. XIX. 5.- Colorea de este puzzle los cuadritos que tienen un punto en el centro y aparecerá un dibujo que tiene que ver algo conmigo ¿Por qué? 17 SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS 1.- 1-Viena (X), 2-Valverde (1), 3-Violín (1), 4-Madrileño (2) 2.- LA VERBENA DE LA PALOMA 3.- 1-Arrieta: La Conquista de Granada, El Dominó Azul, La estrella de Madrid. 2.-Chapí: Margarita la Tornera, El rey que rabió, La tempestad. 3.-Barbieri: Il buontempone, Jugar con fuego, Los diamantes de la corona. 4.-Pepita Jiménez, S. Antonio de la Florida, El canto de salvación 5.- Goyescas, Los ovillejos, La cieguecita de Betania 4.- Sarasate – Albéniz – Valverde – Victoria 5.- Torre de Ajedrez. Porque era muy aficionado a este juego. Solo me queda ofrecerte esta plumilla de mi rostro para que, si es de tu agrado, la conserves o la pintes o hagas un avión de papel con él; lo importante ha sido la música ¡gracias! 18 19 20