“VER Y CREER” Domingo de Pascua (Misa del día) CICLO B -20, 1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. -v.2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde lo han puesto”. -v.3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. -v.4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. -v.5 Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. -v.6 Después llegó Simón Pedro, que lo seguía y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo. -v.7 y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. -v.8 Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro; él también vio y creyó. -v.9 Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. Jn 20, 1-9 Introducción: La Iglesia celebra hoy la Pascua de la Resurrección del Señor, el domingo más importante de su calendario litúrgico. Los distintos relatos evangélicos de la Resurrección de Jesús son bastantes sobrios. De hecho, el momento y la manera de la resurrección no aparece en ninguno de ellos; nadie lo vio, nadie es testigo de ese momento glorioso. Jesús resucitado se va manifestando poco a poco y con distintos signos para que se lo pueda reconocer vivo. San Juan introduce sus relatos de la resurrección presentando el cuadro del sepulcro donde se ha colocado el cadáver de Jesús, con dos escenas bien definidas. En la primera la protagonista es María Magdalena, que lo había seguido, como otras, desde Galilea y lo había acompañado hasta la cruz y que al encontrar el sepulcro vacío corrió a comunicárselo a Pedro y a quien el evangelio llama con el nombre de “amado por Jesús”, Ambos son los protagonistas de la segunda escena, quienes al llegar al sepulcro observaron que solo quedaban las vendas con las que había sido envuelto el cuerpo. Al contemplar esto, el evangelio dice que el discípulo amado “vio y creyó”. Al final, san Juan ofrece la interpretación del porqué del sepulcro vacío: se ha cumplido lo anunciado en las Sagradas Escrituras y por lo tanto, el hecho se ha ver desde la fe en la Palabra de Dios. Aportes para la Lectura: -v.1 El texto comienza diciendo que María Magdalena, fue a la tumba de Jesús al comenzar el primer día de la semana, es decir, después del descanso semanal del día sábado, fecha que para los cristianos corresponde al domingo, el “Día del Señor”. El nombre con que se la conoce a María Magdalena indica que era natural de Magdala, una pequeña ciudad que estaba a orillas del mar de Galilea, al suroeste de Cafarnaúm. Su actuación durante la vida pública de Jesús es conocida a través de los evangelios sinópticos: se dice que Jesús había expulsado de ella siete demonios, lo que equivale a decir que había sido curada de alguna enfermedad muy peligrosa (Mc 16, 9; Lc 8, 2) y estaba entre las mujeres que acompañaban y servían al Señor con sus bienes (Lc 8, 1-3). No se debe confundir a María Magdalena con María de Betania, la hermana de Lázaro, ni con la pecadora arrepentida de Lc 7, 37-38, ni con la mujer adúltera de Jn 8, 1-11) Al llegar al sepulcro, María Magdalena ve que la pesada piedra que sellaba la entrada, había sido desplazada, lo que evidenciaba que algo trascendente había sucedido. -v.2 Al ver la piedra “quitada”, María, sin entrar siquiera en el sepulcro, corre a llevar la noticia a Simón Pedro y al discípulo al que Jesús amaba. La actitud de María Magdalena la muestra como una persona de una fe todavía débil. Ve el signo de la piedra movida pero no piensa en la resurrección de Jesús, su objetivo es recuperar el cadáver, dice: “no sabemos donde lo han puesto”. La expresión en plural “no sabemos”, implica que fueron al sepulcro varias personas. -v.3 Ante la denuncia de la mujer de que se habían llevado el cuerpo de Jesús del sepulcro, Pedro y el “otro discípulo” fueron de inmediato a constatarlo. -v.4 Al igual que María Magdalena, Pedro y el discípulo a quien Jesús amaba también corrieron, pero ahora ellos lo hacen en dirección al sepulcro. El discípulo amado fue el primero en llegar. Algunos autores han atribuido la rapidez de su carrera a la edad juvenil de este discípulo. Pero la mayoría argumenta que más bien se debe poner en relación con la situación privilegiada que tenía por ser “el amado de Jesús”: lo atestigua su ubicación durante la Ultima Cena (Jn 13, 23), fue el único que permaneció junto a la cruz (Jn 19, 26); el primero que llegó al sepulcro (Jn 20, 4); será el primero en tener fe en la Resurrección (Jn 20, 8) y en reconocer al Señor resucitado (Jn 21, 7). Su amor por Jesús se manifiesta en la rapidez con la que va a ver la tumba vacía. -v.5 Cuando el “discípulo amado” llegó al sepulcro, sin entrar, miró hacia el interior. Para poder hacerlo debió inclinarse porque generalmente las tumbas tenían entradas bajas y no se podía ingresar sin agacharse. Desde el exterior, vio las vendas caídas en el suelo. -v.6-7 Detrás del “discípulo amado” llegó Pedro y con su ímpetu característico entró precipitadamente en la tumba, sin preocuparse de si aún estaba custodiada por los soldados (Mt 27, 65-66). Al entrar al sepulcro vio también las vendas y el “sudario”, una especie de pañuelo con el que se envolvía la cabeza de los difuntos, anudándolo en el cuello. Éste no estaba caído junto a las vendas, sino enrollado y puesto en un lugar aparte. -v.8 Después que Pedro ingresó en el sepulcro, lo hizo también el “discípulo amado” y al ver las vendas y el sudario, el texto dice que “vio y creyó”. -v.9 Hasta ese momento, ni el discípulo amado, ni Pedro habían llegado a comprender las Sagradas Escrituras. Pero el evangelista no se detiene a explicar cuál es el texto o los textos que anunciaban la resurrección de entre los muertos. Aportes para la Meditación: ¿Qué significa para nuestra vida la resurrección del Señor? ¿A qué nos compromete? ¿Somos en nuestros ambientes familiares y laborales, testigos de la resurrección de Jesús? ¿Qué implica ser “testigos”? ¿Qué signos de vida y que signos de muerte se observan en nuestra sociedad? ¿Cómo colaboramos para que triunfe la vida? Modelo de Oración: Señor: Toma nuestro corazón con la luz y el poder de tu resurrección, para que podamos reconocer los signos de tu presencia en nuestras vidas y podamos “creer” cada vez más en ti y gozar de la gloria infinita de tu divinidad. - En torno a la luz de un cirio, podemos hacer un canto de Resurrección, manifestando nuestra alegría: “Suenen campanas” – “Cristo nuestro hermano”). - Con María nos alegramos también, cantando “Reina del Cielo”. Contemplación/Compromiso: La contemplación, nos invita a recorrer, silenciosamente, en nuestra mente y en nuestro corazón lo que Dios nos ha mostrado durante esta lectio y nos ilumina a realizar un compromiso determinado, el cual debe ser concreto y debe implicar una respuesta a lo que Dios me pide