TEMA 2-Carolina - Grado de Historia del Arte UNED

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TEMA 2 – LOS MITOS COSMOGÓNICOS Y TEOGÓNICOS
Mito pelasgo de la creación
La diosa Eurínome, que surgió desnuda del caos, no encontró una base sólida de apoyo y separó el mar del
cielo bailando sola sobre las olas. En su danza fue fecundada por el viento del norte, Boreas también
llamado Orión. Eurínome tomó la forma de una paloma y anidó en las olas, poniendo el Huevo Universal del
que procede todo lo que existe (planetas, luna, sol, Tierra, seres vivos). Eurínome y Boreas establecieron su
morada en el monte Olimpo, pero ésta desterró a Orión a los abismos subterráneos ofendida por la
afirmación de éste de que él había sido el creador del universo. La diosa engendró a continuación las siete
potencias planetarias, poniendo cada una bajo el control de un Titán y una Titánide. El primer hombre fue
Pelasgo, quien surgió del suelo de Arcadia. Le siguieron otros a los que enseñó a construir casas,
alimentarse y a cubrirse con pieles. La denominación de pelasgos se aplicaría de forma imprecisa a todos
los habitantes prehelénicos de Grecia.
Mito homérico de la creación
En su relato recoge la idea de que los dioses y todas las criaturas vivientes se originaron en la corriente del
Océano que envuelve al mundo y que Tetis fue la madre de todos sus hijos.
Mito órfico de la creación
Según ellos, la Noche, que inspiraba temor al propio Zeus, fue cortejada por el Viento poniendo un huevo de
plata en el vientre de la oscuridad. Cuando Eros, el Deseo, salió de ese huevo puso el universo en
movimiento. Eros creó la tierra, el cielo, el sol y la luna, pero la diosa gobernó el universo hasta que su cetro
pasó a Urano.
Eros
Su figura evolucionó mucho en el mito. En las teogonías más antiguas se le considera un dios nacido a la
par que la tierra, salido directamente del caos primitivo. De la acción de Eros surgen de Caos, Érebo y Nix,
por lo que la oscuridad primordial queda dividida en dos principios: masculino y femenino. De su unión
proceden otros dos principios: Éter, cielo superior, y Hemera, el Día, luz de la atmósfera terrestre.
Eros según Platón: genio intermediario entre dioses y hombres, nacido del Recurso y la Pobreza, siendo
una fuerza permanentemente insatisfecha e inquieta.
Eros según Hesíodo: primero fue el Caos, luego la Tierra, y Eros, el más hermoso de los inmortales que
penetra con su dulce languidez a dioses y hombres, doma los corazones y triunfa de los consejos prudentes
Mito olímpico
Al principio la Madre Tierra, Gea, surgió del Caos y mientras dormía primero parió a su hijo Urano, la
personificación del Cielo como elemento fecundo. Urano derramó lluvia fértil sobre la Tierra y ésta concibió
la hierba, flores, árboles y animales que podía vivir en ella, además de montañas, ríos, lagos y mares.
Los primeros hijos de la Tierra tenían forma semihumana, los Hecatónquiros o gigantes de Cien Manos
(Briareo, Giges y Coto). Luego nacieron los tres Cíclopes de un solo ojo (Brontes, Estéropes, y Arges), a
cuyos hijos según Homero, encontró Odiseo en Sicilia. Sus fantasmas habitaban las cavernas de Etna
desde que Apolo los mató en venganza por la muerte de Asclepio. También nacieron los seis Titanes y las
seis Titánides. Titanes es el nombre genérico dado a los seis hijos varones de Gea y Urano: Océano, Ceo,
Hiperión, Crío, Jápeto y Crono, los cuales se unieron a sus hermanas para engendrar toda una serie de
divinidades. Las Titánides eran: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis. Ellas no favorecieron a sus
hermanos en la Titanomaquia, lucha que dio el poder a los Olímpicos.
Mitología clásica e iconografía cristiana
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La castración de Urano
Gea descontenta de su fecundidad y de que Urano hubiera arrojado a sus hijos rebeldes al Tártaro para que
no vieran la luz, los Hecatónquiros y los Cíclopes, convenció a los Titanes para que castraran a su padre. El
menor, Crono, se encargó de ello armado con una hoz que su madre le había dado, cortando los genitales
de su padre y arrojándolos al mar. De algunas gotas de sangre de la herida, que cayeron en la Tierra,
nacieron las tres Erinias, las Furias romanas que vengan los crímenes de parricidio y perjurio (Alecto,
Tisífono y Mégera). También de esta sangre surgieron las ninfas del fresno, las Melíades y los Gigantes. Los
Titanes liberaron a los Cíclopes del Tártaro y pusieron en manos de Crono la soberanía.
El mito de Urano es patriarcal y fue aceptado oficialmente por el sistema religioso olímpico. Al parecer ganó
su posición de Padre Original al ser identificado con Varuna, divinidad pastoral integrante de la triada
masculina aria.
Cuando Crono se sintió dueño del poder, desterró de nuevo a los Cíclopes y a los Hecatónquiros al Tártaro,
y tomó como esposa a su hermana Rea, gobernando en la Élide, como cuenta Hesíodo.
Genealogía de Crono con Gea, último cuadro castración de Crono:
Cíclopes:
- Arges
- Brontes
- Estéropes
Hecatónquiros:
- Briareo
- Coto
- Giges
Titanes:
- Ceo
- Crío
- Crono
- Hiperión
- Jápeto
- Océano
Titánides:
- Febe
- Mnemósine
- Rea
- Tea
- Temis
- Tetis
Erinias:
- Alecto
- Megera
- Tisífone
Gigantes
Melias
El gobierno de Crono
Con su gobierno nace la segunda generación de dioses. Como Urano y Gea le habían predicho que sería
destronado por uno de sus hijos, Crono los iba devorando a medida que nacían. Así engendró y devoró a
Hestia, Deméter, Hera, Plutón y Posidón. Rea, trató de evitarlo y antes de nacer el último, Zeus, huyó a
Creta y lo dio a luz en secreto. Luego envolvió una piedra en unos pañales y se la dio a su esposo, que no
descubrió el engaño.
Representaciones
Gea: se representaba en la cerámica pintada como una mujer surgiendo de la superficie de la tierra.
Urano: dios primordial sin forma humana, equiparado al cielo, aparece esporádicamente en forma de
bóveda celeste o techo de bronce, en ocasiones sujetado por el titán Atlas, y sólo adopta apariencia de
hombre en las escenas de su mutilación.
Crono: se identificó con el dios romano Saturno, asimilándose más tarde por una confusión lingüística, con
una segunda divinidad, Cronos, el Tiempo. Considerado como un dios de la agricultura y la legislación, es
decir, de la prosperidad, la abundancia y el orden frente al caos, porta como atributos la guadaña forjada por
Gea para castrar a Urano. Su tipo iconográfico es el de un anciano barbado que en ocasiones cubre su
cabeza con un manto o velo. En la Edad Moderna se insistió en su forma más cruel, el rito antropófago que
lleva a cabo intentando detener su destino de ser destronado por uno de sus vástagos. Su carácter sombrío
se evidencia del mismo modo como alegoría del Tiempo que todo lo devora con su guadaña, y asociado a
las artes funerarias, y sólo rara vez es vencido por el Amor y la Esperanza. Crono/Saturno también
personifica la melancolía en la doctrina de los temperamentos, vinculada a la creación intelectual.
Zeus como poder supremo
Cuando Zeus nació con la ayuda de Metis, hija de Océano, hizo tomar a Crono una hierba con la que vomitó
a los hijos que había devorado, los cuales, dirigidos por Zeus, se levantaron contra Crono y sus hermanos
Titanes. La guerra duró diez años, y como le había predicho un oráculo de la Tierra, Zeus ganó al aliarse
con los seres que Crono había lanzado al Tártaro y con sus hermanos y hermanas rescatados: Deméter,
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Hades, Hera, Hestia y Posidón. En este lugar quedaron encadenados Crono y los Titanes, custodiados por
los Hecatónquiros. El mayor de ellos, Atlas (2º generación), fue condenado a sostener el cielo sobre sus
hombros por apoyar a Crono. Tras vencer a los Titanes, Zeus y sus hermanos lucharon contra los Gigantes
y con Tifón.
Los Gigantes son hijos de Gea que nacieron, para vengar a los Titanes, de la sangre que manaba de la
mutilación de Urano. Son seres enormes, de fuerza descomunal y aspecto terrorífico, con espesa cabellera,
barba hirsuta y con serpientes como piernas. Apenas nacidos, amenazaron al cielo lanzándole árboles
encendidos y rocas enormes. Los dioses Olímpicos se dispusieron a luchar, especialmente Zeus y Atenea,
junto con Heracles, el mortal necesario para acabar con ellos. También les ayudaron Dionisio y los Sátiros,
Hera y otros dioses. Los Gigantes son seres divinos pero mortales, pudiendo ser destruidos con la acción
conjunta de un dios y un humano. Para evitar su muerte, existía una hierba mágica capaz de sustraerlos a
las heridas de los mortales, que Zeus recogió antes de que se pudiera utilizar. De esta manera fueron
vencidos por los rayos de Zeus y sus flechas. A Encédalo, uno de ellos, cuando logra huir, Atenea le lanzó
encima la isla de Sicilia.
Después de vencer a Titanes y Gigantes, hubieron de vencer a Tifón, el menor de los hijos de Gea. Éste era
un ser intermediario entre hombre y fiera, mayor que todas las montañas, que a menudo tocaba el cielo con
la cabeza. Tenía el cuerpo alado y despedía llamas de los ojos. Cuando los olímpicos vieron que atacaba el
cielo huyeron al desierto de Egipto y se ocultaron, adoptando formas de animales. Tan sólo Atenea y Zeus
resistieron, fulminándolo Zeus desde lejos y abatiéndolo con su sable de acero. Pero Tifón se recuperó y
logró cortarle los tendones de brazos y piernas, dejándole indefenso en la gruta Coricia. Hermes y Pan
robaron al gigante los tendones y se los colocaron de nuevo a Zeus, de manera que recuperó sus fuerzas y
se puso a lanzar rayos contra Tifón, y al huir le aplastó con el monte Etna.
Después, Zeus y sus hermanos lucharon entre sí por el poder. Los dioses masculinos se repartieron el
mundo: Zeus, rey de los dioses del Olimpo y dios del cielo; Posidón, rey de los mares; Hades de los
infiernos. De las diosas femeninas Hera se convirtió en la esposa de Zeus y diosa protectora del
matrimonio; Deméter de la agricultura y Hestia del fuego y hogar.
Representaciones
Titanomaquia: es la lucha de Zeus y sus hermanos los Cíclopes y los Hecatónquiros para derrocar a Crono
y a los Titanes, e imponer el gobierno de la tercera generación de dioses, denominada Olímpica. Su
plasmación en las artes de la Antigüedad es anecdótica, siendo a partir de la E. Moderna cuando aumentan
sus representaciones, aunque suele confundirse con la batalla contra los Gigantes. Los Cíclopes en
agradecimiento por haber sido liberados del Tártaro, regalaron a los dioses las armas con las que lucharán,
convirtiéndose en sus atributos: Zeus, rayos y truenos; Plutón, el yelmo; Posidón, el tridente.
Gigantomaquia: simboliza en la cultura griega el triunfo de la civilización y orden natural sobre la brutalidad,
ignorancia y el caos, siendo muy frecuente su tratamiento en las artes helénicas. Aparecerá repetido cientos
de veces en la cerámica, siendo los templos el marco de representación más adecuado, al recordar por un
lado, la supremacía de los dioses en su lugar de culto, y por razones plásticas, al adaptarse las formas de
serpiente de las piernas esculpidas de los gigantes a los ángulos de los frontispicios.
*Véase: Lado norte del friso del Tesoro de Sifnios en Delfos. Metopas del lado este del Partenón. Friso del podio del altar de Zeus y
Atenea en Pérgamo, hoy en Berlín.
Nacimiento de Atenea
Sobre el nacimiento de Atenea hay una gran diversidad de tradiciones. Según Hesíodo, procede de Zeus y
la titánide Metis. Ésta trató de huir de Zeus que la deseaba, adoptando diversas formas, pero no lo
consiguió y concibió a Atenea. Un oráculo dijo que sería una niña y que si Metis volvía a concebir sería un
hijo destinado a destronar a Zeus, igual que hizo él con su padre. Así que Zeus se tragó a Metis, y decía
que ella le aconsejaba dentro del vientre. En el momento del parto Zeus sintió un terrible dolor de cabeza e
hizo que gritara desesperadamente. Hermes adivinó la causa y convenció a Hefesto para que abriera el
cráneo de Zeus. Así Atenea salió completamente armada y dando un fuerte grito.
Las representaciones de Atenea saliendo de la cabeza de Zeus son muy abundantes en la cerámica griega
hasta el siglo VII, desapareciendo paulatinamente en las artes posteriores.
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Nacimiento de Afrodita
Afrodita, diosa del deseo, nació de la espuma del mar y montada sobre una concha marina acudió a varios
lugares hasta que escogió su residencia en Pafos (Chipre). Allí donde pisaban crecían hierbas y flores.
También se decía que había nacido de la espuma de mar que rodeaba los genitales de Urano. También se
habla de Zeus como su padre y de Dione, hija del Océano o de Aire y Tierra, como su madre.
Representaciones
Tabla desparecida de de la Venus Anadyomene pintada por Apeles: en la que se utilizó como modelo a
Campaspe, concubina de Alejandro Magno, basada supuestamente en un fresco pompeyano.
Relieve del Trono Ludovisi: inspirado en el relato de Hesíodo, en el que Afrodita surge de las aguas
asistidas por las Horas que cubren su desnudez.
La iconografía más habitual del nacimiento de la diosa la representa desnuda, reclinada o de pie sobre una
concha surgiendo de la espuma del mar amparada por criaturas marinas como tritones o náyades.
Botticelli: recuperó la versión interrumpida durante la Edad Media, pero asoció a la diosa con la Humanitas,
la armonía y el conocimiento enmarcados entre los tres elementos: agua, tierra y aire.
Venus Púdica: arriba a las costas de Chipre, Citera o Pafos impulsada por el soplo de Céfiro y Clotis. Enla
tierra la aguarda una Hora para cubrirla con un manto de flores.
Tras las versiones barrocas de Rubens y Boucher, los pintores académicos franceses retomaron el tema
como excusa para el desnudo femenino y el ejercicio del dibujo.
Nacimiento de Apolo y Ártemis, Hermes y Dionisio
Zeus se unió a numerosas ninfas descendientes de Titanes o de dioses y después de la creación del
hombre con mujeres. Cuatro de las grandes divinidades olímpicas fueron engendradas fuera del
matrimonio: Apolo, Ártemis, Hermes y Dionisio.
Apolo y Ártemis
Estos dioses gemelos son hijos de Zeus y Leto (hija de los titanes Ceo y Febe). La celosa Hera envió a la
serpiente Pitón para que persiguiera a Leto y no lo diese a luz en ningún lugar donde brillase el sol. En las
alas del Viento Sur, Leto llegó a Ortigia, donde nació Ártemis. Ésta, recién nacida, ayudó a su madre a
cruzar a Delos, lugar en el que nació Apolo tras nueve días de parto, entre un olivo y una palmera. Desde
entonces, la isla de Delos, que había sido flotante, se quedó firmemente anclada no pudiendo nadie nacer ni
morir en ella.
Hermes
Su madre fue Maya, hija de Atlante. Era una ninfa del monte Cileno, donde Zeus se unió a ella. El mismo
día de su nacimiento Hermes demostró una gran precocidad al escapar de su cuna a Tesalia, donde su
hermano Apolo guardaba entonces los rebaños de Admeto.
Dionisio
Zeus, disfrazado de mortal, mantenía una relación con Sémele (hija del rey Cadmo de Tebas), pero Hera
celosa se disfrazó de anciana y la convenció, en su sexto mes de embarazo, de que pidiera a su amante
que le revelara su verdadera forma. Cuando Zeus se negó, ella le rechazó, y enfurecido se manifestó como
un rayo y la consumió. Zeus salvó al feto cosiéndoselo dentro de su muslo para que se completara la
gestación, por lo que se llamó a Dionisio el dos veces nacido. Éste fue confiado a Hermes cuando nació y
encargó su crianza al rey de Orcámenos, Atamante y a su esposa Ino, que la vistió de niña para escapar de
Hera, pero ésta se dio cuenta y en venganza volvió loca a Ino. Zeus se llevó al niño a Nisa para que lo
cuidaran las ninfas y lo transformó en cabrito.
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Las edades de Oro, Plata, Bronce e Hierro
Edad de Oro, Hesíodo
Al principio hubo una raza de oro, cuando Crono reinaba en el Cielo. Los hombres vivían como dioses,
libres de penalidades y de miseria sin conocer la vejez. Eternamente jóvenes, al morir se sumían un plácido
sueño, libres de una vida de trabajo. Con el reinado de Zeus esta raza desapareció de la tierra, pero
quedaron como genios benéficos guardianes de los mortales.
Edad de Plata
Eran hombres comedores de pan, creadas por obra de la divinidad. Los varones estaban sometidos a sus
madres y nunca les desobedecían. Eran ignorantes y belicosos, pero no luchaban entre ellos. Zeus los
destruyó a todos.
Edad de Bronce
Los hombres caían de los árboles como frutos y poseían armas de bronce. Comían carne, pan y amaban la
guerra, eran insolentes y despiadados. La Muerte Negra se los llevó a todos. A éstos les sucedió una
segunda raza de hombres de bronce, más nobles y generosos, y que eran hijos de dioses y mujeres
mortales. Éstos lucharon en el asedio de Tebas, en la expedición de los argonautas y en la guerra de Troya.
Convertidos en héroes, habitaban los Campos Elíseos.
Edad de Hierro
La de los hombres contemporáneos, a los que Hesíodo ve como indignos descendientes de la segunda
generación de la Edad de Bronce. Son degenerados, crueles, injustos y lujuriosos.
Cosmogonía de Hesíodo
Hay una organización horizontal del espacio. El Cielo arriba como un espacio sólido; la Tierra en medio,
sede mortales e inmortales; el Mundo Subterráneo, reino de los muertos. A estos tres espacios les separan
dos grandes huecos: el Caos, entre el Cielo y la Tierra; y Tártaro, entre la Tierra y el Infierno.
La creación del ser humano
En una primera versión los hombres vivían en armonía con los dioses en la Edad de Oro, hasta que surgió
la rivalidad. Prometeo pretendió engañar a Zeus, pero éste descubrió su engaño y castigó a los hombres
con todo tipo de sufrimientos. Prometeo quiso compensar a los hombres trayéndoles el fuego, provocando
nuevamente la ira Zeus, quien lo encadenó a una roca del Cáucaso. Cada día un águila le devoraba las
entrañas que volvían crecerle cada noche.
Una segunda tradición dice que no hubo hombres mortales hasta que Prometeo los formó con arcilla y
agua, a semejanza de los dioses, y con el consentimiento de Atenea, luego les infundió vida con su aliento.
Pandora (igual que Eva), trae la desgracia a la humanidad. En Hesíodo aparece creada por Hefesto y
Atenea, con ayuda de todos los dioses y por orden de Zeus, confiriéndola belleza y gracia, pero Hermes
puso en su corazón la mentira y el engaño. La curiosidad por saber que contenía el cofre cerrado, en el que
estaban ocultos todos los males, la llevó a abrir la tapa, escapándose todos y afectando al género humano.
De entre los descendientes de Pandora y Prometeo están Deucalión y su esposa Pirra. Cuando Zeus quiso
destruir a los hombres de la Edad de Bronce decidió enviar un diluvio para arrasarlos, considerando que
sólo Deucalión y su esposa merecían salvarse. Aconsejados por Prometeo, construyeron un arca con la que
flotaron sobre las aguas durante nueve días y nueve noches hasta llegar a las montañas de Tesalia. Al pedir
Zeus a Deucalión que le solicitar un deseo, éste rogó tener compañeros, para lo cual el dios le ordenó a él y
a su mujer lanzar los huesos de sus madres por encima del hombre, pero Deucalión comprendió que se
refería a las piedras, los huesos de la Madre Tierra, y al arrojarlas nacieron hombres y mujeres, viviendo
largo tiempo y procreando hijos que constituyeron los ancestros de las distintas ramas de la raza helénica.
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Representaciones
Prometeo: las artes figurativas de la Antigüedad representaron con insistencia el motivo de Prometeo
encadenado y liberado, que aparece en algunos sarcófagos romanos modelando con arcilla e insuflando un
alma a los hombres, según el relato de Ovidio. Menos habitual es el capítulo del robo del fuego o las
ofensas a Zeus. En la Edad Moderna predominará la imagen del castigo que padece le redentor,
prefiguración de Cristo en la cruz. Entre las visiones más impactantes predominan las de Tiziano, Rubens y
Ribera, plasmando al titán sometido a la tortura del águila. En el siglo XIX se convirtió en un símbolo de la
creatividad y el conocimiento que no se someten a autoridad alguna, y luchan por su libertad, perviviendo
hasta hoy.
Pandora: según Hesíodo fue modelada en arcilla por Hefesto, como un bello mal funesto en respuesta al
deseo de venganza de Zeus contra la osadía de Prometeo de dotar a los hombres del fuego divino.
Epimeteo, hermano de Prometeo, la tomó como esposa para aplacar la ira de Zeus, pero no pudo impedir
que esta abriera la caja de los males, infectando a la humanidad, quedando sólo dentro la esperanza. La
iconografía de Pandora es infrecuente en la Antigüedad, limitándose a algunas cerámicas del siglo V a.C.
Desde el arte paleocristiano se convirtió en un símil pagano de Eva, consideras ambas responsables de la
caída del hombre por su malicia y curiosidad. Sus representaciones fueron minoritarias hasta el
Neoclasicismo, donde los pintores ingleses enfatizaron su belleza, causante de desgracias.
El relato de Deucalión y su esposa Pirra apenas se reproduce en la Antigüedad, apareciendo de forma
puntual en el Renacimiento y no teniendo un paralelismo con el relato mítico del diluvió de Noé.
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