Descargar el folleto nº 1.

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Parroquia de la Asunción.
Albacete.
CÉLULAS-GRUPOS
PARROQUIALES DE
EVANGELIZACIÓN
(Folleto de trabajo nº 1)
“Parroquia Misioneraevangelizadora:
Planteamientos.”
Un Instrumento:
Las Células
1
Nos renovamos para evangelizar
Y año de La Fe
El gran mandato:
“Id y predicad”
«Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Jesús)
(Mc 16,15)
Nuestras Parroquias
La Parroquia es la porción del Pueblo de Dios, en un determinado territorio, con un sacerdote
párroco como pastor propio. Por lo tanto, la Parroquia son las personas, no el territorio, ni el
templo parroquial; parroquia es el Pueblo todo, no sólo los sacerdotes. Como porción del
Pueblo de Dios, el fin de la Parroquia es el mismo de la Iglesia: "existe para evangelizar" (EN
14), porque "toda la Iglesia y cada Iglesia es enviada a las gentes' (RM 61 c).
La Parroquia actual está llamada a vivir en estado permanente de misión, dirigiendo su
acción misionera tanto hacia adentro ("misión ad intra") como hacia afuera ("misión ad
extra").
Una Parroquia Misionera (o Parroquia en estado permanente de misión) es aquella que:
1.- Es profundamente consciente de que “la tarea de la evangelización de todos los hombres
constituye la misión esencial de la Iglesia”, que “evangelizar constituye la dicha y vocación
propia de la Iglesia, su identidad más profunda” y que “ella existe para evangelizar” (EN 14).
2.- Está convencida de que la Parroquia es para todos los que integran su jurisdicción, tanto
para los ya bautizados como para los que todavía ignoran, prescinden o rechazan a Jesucristo
(NMA 72), y que la Iglesia no debe quedarse tranquila solamente con los que la aceptan y
siguen con mayor facilidad (SD 131). En este sentido:
- Entiende que la evangelización se hace más urgente respecto a aquellos que aún no
conocen el nombre de Jesús. Por ello, su acción evangelizadora no se limita a revitalizar la fe
de los creyentes habituales, sino que busca también anunciar a Cristo a todos aquellos que
no lo conocen (cfr EA 71) dirigiendo hacia ellos acciones concretas de primera
evangelización (cfr RM 33a).
- Comprende que una importante parte de las personas que viven en su jurisdicción
parroquial, aún siendo bautizados, han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se
reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su
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Evangelio. Por ello, la nueva evangelización de los alejados, ocupa también un lugar
preferencial en su acción pastoral (cfr. RM 33b), promoviendo un nuevo impulso misionero
hacia estos fieles, saliendo a su encuentro. (SD 131)
3.- Sabe que la misión es obra de todo el pueblo de Dios y es tarea de todos los fieles, que
tienen la obligación general, y gozan del derecho, tanto personal como asociadamente, de
trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los
hombres en todo el mundo (cf RMi 71). En tal sentido, entiende que todos los fieles de la
parroquia (con todos los movimientos, apostolados y comunidades que la conforman) son
corresponsables de esta misión, cada uno según sus posibilidades y carismas, participando de
ella ya sea mediante la acción evangelizadora específica, mediante la animación misionera, o
la cooperación misionera espiritual o material. Por ello motiva y alienta a las comunidades y
movimientos eclesiales para que redoblen su servicio evangelizador dentro de la orientación
pastoral de la Iglesia local. (SD 131)
4.- Conoce profundamente la realidad de los distintos grupos humanos que habitan en su
jurisdicción parroquial, lo cual le permite planificar su acción evangelizadora para alcanzar a
todos y cada uno de ellos, adaptándose a sus necesidades y expectativas.
5.- No se contenta con esperar a los que vienen: Por lo tanto, imitando al Buen Pastor que fue
a buscar a la oveja perdida, se siente movida continuamente a expandir su presencia misionera
en todo el territorio confiado a su cuidado pastoral. Esto lo hace mediante misiones populares
y misioneros de manzana, creación de comunidades de base y de grupos de oración en las
casas, instaurando “células-grupos parroquiales de evangelización”, catequesis, etc. (NMA
94b). Por ello, sin descuidar la atención de los cercanos, sale al encuentro de los que están
alejados. (SD 131)
6.- Incluye la animación misionera en su acción pastoral, que tiende a despertar numerosas
vocaciones misioneras entre sus fieles, dispuestas a llevar la buena noticia de Jesús a otras
regiones y pueblos del mundo que todavía no la conocen (LPNE 44). Como decía Juan Pablo
II: “Las Iglesias locales, por consiguiente, han de incluir la animación misionera como
elemento primordial de su pastoral ordinaria en las parroquias, asociaciones y grupos,
especialmente los juveniles”.(RM 83)
7.- Cultiva la comunión con la Iglesia universal, “de la que la parroquia es una parte”. Más
aún, para responder a las necesidades de las ciudades y de los sectores rurales, no limita su
cooperación dentro de los límites de la parroquia o de la diócesis, sino que procura más bien
extenderla a campos interparroquiales, zonales, interdiocesanos, nacionales o internacionales.
Por tanto, vive preocupada por las necesidades del pueblo de Dios, disperso en toda la tierra y
hace sobre todo labor misionera, prestando auxilios materiales e incluso personales (AA 10),
esto es realizando cooperación misionera tanto espiritual como material, y a través de
grupos o comunidades específicamente misioneros que realizan una actividad misionera
específica “ad extra”.
8.- Se sabe permanentemente necesitada de ser ella misma evangelizada, si quiere conservar
su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el Evangelio (EN 15).
9.- Procura la formación permanente de sus agentes pastorales para el apostolado: sabe
que “el apostolado solamente puede conseguir plena eficacia con una formación multiforme y
completa”. (AA28)
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El camino hacia la Parroquia Misionera...
Algunos autores, al presentar el tema de la Parroquia Misionera, suelen proponer los
siguientes "modelos" de Parroquia, que son modelos graduales de crecimiento y maduración
en el proceso de renovación de la Parroquia, desde el modelo tradicional, hasta el modelo
ideal de la Parroquia Misionera. Este esquema no tiene por objetivo minusvalorar unos estilos
u otros, sino ayudarnos a descubrir los pasos a dar, para recorrer un camino misioneroevangelizador.
Tipos de Parroquia
Características
· Predomina la sacramentalización, lo devocional, lo cultual, lo
tradicional, lo que se ha hecho siempre;
Parroquia
Administradora de
Sacramentos
· No existe distribución de tareas; el sacerdote lo hace todo;
laicos totalmente pasivos.
· Sensibilidad social casi nula.
· No hay grupos parroquiales ni consejo pastoral.
· Predomina la catequesis de niños (primera comunión) y jóvenes
(confirmación).
· Trata de evangelizar mediante la celebración litúrgica digna y la
homilía bien preparada.
· Un grupo de seglares colabora con el párroco en la marcha de la
parroquia.
Parroquia
Centro de
Servicios
· Si hay algunos movimientos o grupos, estos ocupan un espacio
en la Parroquia, pero no se involucran realmente con su misión.
· Moderada sensibilidad social ante los derechos humanos, y de
tipo asistencial más que promocional.
· El esfuerzo del párroco se vuelca hacia la “masa, grande o
pequeña” que se acerca a
Misa, hacia los “visitantes
ocasionales” que
solicitan los sacramentos (bautismos,
casamientos)
· Es comunidad de comunidades, donde todos los grupos y
movimientos, son responsables de la evangelización de toda la
comunidad
Parroquia
Evangelizadora
· Es lugar de la iniciación cristiana, de la educación cristiana y la
celebración de la fe
· Está convencida de que la Parroquia es para todos los que
integran su jurisdicción, tanto para los ya bautizados como
para los que todavía ignoran, prescinden o rechazan a Jesucristo,
por ello emprende acciones concretas de evangelización hacia
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los alejados, hacia los que no se acercan, hacia los no cristianos.
· No se contenta con esperar a los que “vienen”, sino que sale al
encuentro de los que “no vienen”.
· Se sabe permanentemente necesitada de ser ella misma
evangelizada.
· Procura la formación permanente de sus agentes pastorales para
el apostolado.
· Es parroquia Evangelizadora (con todo lo que esto implica)
Parroquia
Misionera
· Participa en la evangelización universal más allá de sus
fronteras
·
Realiza acciones concretas de formación, animación y
cooperación misioneras
Criterios para saber si una parroquia o comunidad
“funciona bien”
Muchas parroquias creen que no les va mal porque aún llenan el templo... pero este criterio es
engañoso.
Las diócesis de Solsona y Vic invitaron al obispo de Toulon, Dominique Rey, a su congreso
sobre Nueva Evangelización. Dominique Rey, desde el año 2000 pastor de una diócesis de 1,1
millones de habitantes donde apenas un 5% de la población es practicante, pero que tiene un
fuerte avivamiento en vocaciones, clero y comunidades, presentó su experiencia.
Una enseñanza especialmente interesante fue su lista de los 7 criterios para discernir si una
parroquia, diócesis o comunidad está creciendo, "le va bien", y que no pasa necesariamente
por tener los templos medianamente llenos. Muchas diócesis españolas, por ejemplo, aún
llenan sus parroquias, pero sólo con personas de edad avanzada que inexorablemente tienden
a disminuir.
¿Cumple nuestra parroquia, grupo, movimiento o diócesis estos
criterios?
Los 7 criterios de la comunidad que "funciona bien":
1) El pastor tiene capacidad de delegar: cuenta con colaboradores formados y recurre a ellos...
No intenta ser un hombre-orquesta que lo realiza todo en persona. Eso significa que dedica
esfuerzo y recursos a formar a sus colaboradores.
2) El pastor discierne los dones de los demás y les hace dar fruto. En vez de buscar cómo
rellenar tal o cual puesto, se pregunta "¿qué dones y carismas tiene mi gente?" y reorganiza la
comunidad (grupo, parroquia, diócesis) de acuerdo a esos dones, es decir, de acuerdo a la
gente y sus capacidades.
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3) La comunidad es gozosa y se nota. El grupo mantiene el entusiasmo. Tiene capacidad de
expresión alegre y huye de una estética moralizante. El gozo y la celebración van primero.
4) La comunidad cambia sus estructuras para adaptarlas al régimen de "Nueva
Evangelización". El régimen de "Cristiandad" ya pasó y no tiene sentido mantener estructuras
organizativas de esa época que no funcionan en la actual.
5) La comunidad cuida la belleza y dignidad de las celebraciones, sobre todo de la eucarística.
La Iglesia no puede ganar al mundo en el terreno del mero espectáculo o la diversión, pero
puede ofrecer sacralidad, y mucha gente está buscando sacralidad, reverencia y misterio.
6) La comunidad se organiza en grupos pequeños, células y grupos de "iglesia en casas". "Son
la clave del crecimiento", dijo. A un recién convertido no le puedes invitar directamente a la
Misa del domingo, donde será un número anónimo, no entenderá aún la liturgia y le aburrirá.
Le has de invitar al grupo pequeño que se reúne en tu casa para rezar, empezar a recibir
enseñanzas, charlar, y escuchar sus inquietudes. Alabó el sistema de células de evangelización
parroquial iniciadas en la parroquia italiana de San Eustorgio, Milán, hoy extendidas por
varios países.
7) La comunidad irradia caridad hacia fuera y entre sus miembros. No basta con el servicio de
Cáritas. Debe ser una relación entre los miembros de la comunidad que se conocen y ayudan
mutuamente, y eso se ve desde fuera. Los feligreses no van a la iglesia (o a su ropero, Cáritas
o comedor social) como consumidores de servicios, sino como un miembro con lazos
afectivos.
¿Hacia dónde podemos y debemos caminar?

Una comunidad -o comunión de comunidades- de vida, de amor, de solidaridad, de
servicio, de fe y de esperanza (Hechos 2,42-4ó y 4, 32-35).

Convocada por Jesucristo como único dueño y Señor (Mt. 16,18) y donde El está
presente todos los días hasta el fin (Mt. 28,20), en orden a una misión. ¿Podemos
decir honradamente que la vida diaria de nuestras parroquias se parece a la de un
cuerpo vivo, en la que cada miembro contribuye al proceso vital de la totalidad?

En ella fuimos engendrados como cristianos por el Bautismo, y ella acompaña a sus
hijos desde que nacen hasta que mueren.- Escuela en la que nos formamos y
maduramos en la fe por la evangelización y la catequesis, que debe acompañar a la
persona durante toda la vida, y por eso debe ser permanente, en vista a una conversión
personal y comunitaria, entendida como un proceso que nunca acaba, como
experiencia profunda de Dios, como interiorización de las actitudes, valores y
motivaciones de Jesucristo en nuestra vida, para poder decir como Pablo: "Estoy
crucificado con Cristo, y ahora no soy yo el que vive, sino que es Cristo el que vive en
mí" (Gal. 2,20), o "para mí el vivir es Cristo..."(Filp.1,21).

Lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los
pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de
nueva humanidad, o, como dijo Juan Pablo II: "es el lugar de las familias-, de las
comunidades, de los diversos movimientos, grupos y asociaciones", en la que:
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o
o
o
o
Proclamamos la Palabra de Dios: la escuchamos, la participamos, la
interiorizamos, la hacemos vida y oración; donde revitalizamos la vida de los
creyentes y llenamos de dinamismo evangélico y evangelizador a las
comunidades.
Celebramos la fe y la vida, con sus alegrías y tristezas, angustias y
esperanzas, fracasos y triunfos,...; especialmente en los sacramentos, teniendo
como centro la Eucaristía, y haciendo que las celebraciones se vinculen a la
vida.
Nos sentimos hijos de Dios y hermanos de todos y por eso compartimos lo
que somos y tenemos.
Y nos comprometemos en el mundo, "sin ser del mundo" (Jn. 17,14), ya que
"el campo propio de la actividad evangelizadora de los laicos es el mundo
vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía, de la cultura, de
las ciencias, de las artes, de la vida internacional, de los medios de
comunicación social, así como otras realidades abiertas a la evangelización: el
amor, la familia, la educación de los niños y jóvenes, el trabajo profesional, el
sufrimiento...... (EN 70).
Por tanto, nuestra tarea en la Iglesia debe ser:
- "al interior": preocupación y servicio por los hermanos de nuestras comunidades
cristianas, y apertura hacia los problemas de otras estructuras eclesiales: arciprestazgos,
vicarías, diócesis....
- "al exterior": preocupación y servicio por los que "están fuera" de ellas: a los de
cerca o "situaciones misioneras", y a los de lejos, "misiones", teniendo siempre presente y
manteniendo viva la dimensión universal de la Iglesia, sintiéndonos en comunión con las
demás Iglesias empobrecidas, marginadas, oprimidas y perseguidas, ya que somos hermanos
en Cristo.
Por lo tanto, es urgente pasar de una pastoral de mantenimiento (época de la cristiandad), a
una pastoral de misión, ya que somos enviados por Cristo y por la Iglesia (Hech. 13,1-3).
Asumimos un compromiso: debemos salir, ir, buscar, como Jesús (Mc. 1,38-39), a todos
aquellos que no "valen" en nuestra sociedad, a los marginados (pobres, presos, enfermos,
drogadictos, prostitutas, parados .... ), y comunicarles con nuestra palabra y vida, con nuestra
presencia, actitud y servicio, la "Buena Noticia": que ellos son los preferidos de Dios, que
Dios los ama porque son sus hijos, que somos hermanos, que sientan que no están solos,...
La Iglesia ha de tener una opción clara y preferencial (no excluyente) por los pobres (Lc.
4,1ó-20; Sal. 14ó).
Nuestras parroquias deben ser:
o
el lugar de la comunión y de la participación, donde todos nos sintamos, unas
veces objeto y otras, sujeto de la evangelización; donde cada uno sepa
descubrir, a través del discernimiento personal y comunitario, los dones del
Espíritu y los pongamos, con gozo y alegría, al servicio de los demás; donde
cada cristiano tenga un ministerio y donde todos nos sintamos corresponsables
de la evangelización.
7
o
o
o
o
o
o
o
Parroquias donde quede claro. que la oración y los sacramentos son necesarios
para poder vivir el “encuentro con el Señor y con los hermanos” y poder
cumplir la misión evangelizadora.
Parroquias abiertas, no replegadas sobre sí mismas, o encerradas sólo en tareas
intraeclesiales, olvidando que su misión es ser para el mundo, para la
humanidad.
Parroquias, donde la fe de los cristianos esté conectada con la vida del barrio,
con las situaciones y problemas que van apareciendo en cada época, que se
abra al entorno social y se encarne en la realidad.
Parroquias abiertas al pluralismo, donde las personas de los diferentes grupos,
asociaciones y movimientos, con su compromiso y testimonio, puedan
integrarse en las varias delegaciones, siendo la parroquia el centro integrador,
el lugar de convergencia de los distintos carismas, servicios y ministerios.
Parroquias que están siempre dispuestas a acoger nuevos miembros, porque
saben que "toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta
rectamente, goza de su estima" (Hech. 10,3 ).
Parroquias donde se desarrolle la dimensión social y política de la fe,
defendiendo y promocionando los derechos del hombre, denunciando y
criticando valientemente aquellas situaciones en que estos derechos son
conculcados.
Parroquias que se sientan parte de un todo, de la Iglesia, ya que uno solo es el
Cuerpo y uno el Espíritu, como una es la esperanza a la que han sido llamadas
(Ef. 4,4).
La creciente descristianización de nuestras ciudades y pueblos, la generalización de una
cultura de increencia, la insolidaridad, los graves problemas humanos de hoy y el sufrimiento
de tantos hombres en una sociedad como la actual, que genera marginación y nuevos pobres,
constituye un reto para los cristianos y un poderoso llamamiento a la evangelización.
Una pedagogía pastoral evangelizadora parte de las aspiraciones, de las necesidades, de las
realidades del pueblo, y propone actitudes fundamentales de escuchar, acompañar, despertar
potencialidades, estimular, animar.... y tiene como rasgos característicos el ser comunitaria,
experiencial, de comunión y participación, misionera, litúrgica, ecuménica, ser progresiva,
profética y transformadora.
Para conseguir todo esto, es preciso la corresponsabilidad de todos, y por supuesto, es
necesaria la oración personal y comunitaria
Proceso Evangelizador
La evangelización es un desafío permanente. Es participar en la misma misión de Jesús y
hacer que la misión de la Iglesia actual sea una realidad viva. La misión de la Iglesia, como la
de Jesús, no es otra que la evangelización.
"Evangelizar constituye la dicha y vocación de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella
existe para evangelizar". (Pablo VI. Evangelii Nuntiandi)
Ahora bien, ¿qué significa evangelizar?
. Pablo VI, en la Evangelii Nuntiandi, 24, decía:
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"Es un proceso complejo, con elementos variados:
- renovación de la humanidad....
- testimonio, anuncio explícito... - adhesión del corazón...
- entrada en la comunidad, acogida de los signos... - iniciativas de apostolado...
Y los Obispos Españoles, en el Documento de "La Catequesis de la comunidad", también
dijeron palabras como éstas:
"Se entiende, pues, por evangelización el proceso total, mediante el cual la Iglesia, Pueblo
de Dios, movida por el Espíritu Santo:
- anuncia al mundo el Evangelio de! Reino de Dios...
- da testimonio ante los hombres de nueva manera de ser y vivir...
- educa en la fe a los que se convierten a El...
- celebra (mediante los sacramentos) en comunidad, la presencia del Señor Jesús y el don
del Espíritu...
- impregna y transforma con toda su fuerza el orden temporal". (Nº. 24 a 29)
Uno y otro documento hablan de evangelización como de un proceso. Este proceso lo
sigue la Iglesia a través de sus miembros, según los dones recibidos.
Y el proceso de Evangelización tiene varias etapas o momentos:
* Nos lanzamos primero a hacer público un anuncio misionero, una oferta.
* Después, educamos a la personas según su edad y circunstancias para que acepten el
mensaje.
* Y luego enseñamos a vivir los compromisos cristianos.
Anuncio misionero.
Significa el primer anuncio, la llamada inicial, la proclamación y el ofrecimiento del
mensaje de Cristo. Se encuentra en el corazón de la acción misionera de la Iglesia. Esta
acción, que se realiza mediante el testimonio de los cristianos, no es completa si no implica el
anuncio explícito de la Buena Noticia.
Cuando este anuncio provoca en quien lo recibe un deseo de conocer a Jesús y seguirle y
una apertura a la conversión, esta persona es creyente. No cabe duda de que muchos de los
destinatarios actuales de la acción misionera han escuchado anteriormente el anuncio explícito
del Evangelio, y no cabe hablar con ellos ya de un "primer" anuncio.
Los destinatarios del anuncio misionero implican una situación más definida. Se piensa en
ellos como desconocedores del mensaje evangélico. Y se supone que son de diversos tipos:
* O bien no son creyentes y, por lo tanto, estén o no estén bautizados, no han tenido nunca
una fe clara y consciente o la han perdido, en el caso de que la hayan poseído durante algún
período de su vida.
* O bien se han alejado conservando algunos rescoldos de lo que un día poseyeron. Los
alejados de la fe cristiana pueden tal vez tener algún contacto con la comunidad cristiana, pero
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en la realidad y en su vida personal y concreta caminan y construyen su pensamiento y
sentimientos al margen del mensaje de Cristo.
Cualquier creyente que viva su fe, y en cualquier lugar, puede hacer el primer anuncio
misionero, despertar la chispa que lleve a la fe inicial. En este momento hay que hacer una
presentación primera de lo fundamental del hecho cristiano. Es la pre-catequesis. Después ya
vendrán las personas preparadas para la tarea de la catequesis.
Acción de catequesis en comunidad
Comienza entonces la etapa de la formación, de la profundización, del desarrollo, de lo que
llamamos o podemos llamar acción catequética o catequización de la Comunidad. Es la etapa
en la que ya se ha descubierto la buena noticia y se ha optado por Jesús.
Quienes se mueven en este momento de maduración de su fe se inician en todos los aspectos
de la vida de la comunidad creyente (Ministerio de la palabra, liturgia, relaciones
interpersonales de creyentes, oración, servicios de caridad...) y así se van integrando cada vez
más como sujetos activos en la Comunidad.
El documento de los Obispos Españoles sobre la "Catequesis de la Comunidad Cristiana"
define así la idea y la realidad de la Catequesis: “Catequesis es la etapa del proceso
evangelizador en la que se capacita básicamente a los cristianos para entender, celebrar y
vivir, el Evangelio del Reino, al que han dado su adhesión, y para participar activamente en
la realización de la Comunidad eclesial y en el Anuncio y difusión del Evangelio.
Esta formación cristiana (integral y fundamental) tiene como meta prioritaria la confesión
de la fe”. (Catequesis de la Comunidad 34)
Desde esta perspectiva, podemos sugerir algunas consideraciones clarificadoras:
* Es un proceso que tiene un principio y un fin. Dura por lo tanto un tiempo. Se caracteriza
por su sistematización.
* El proceso catequético sigue a la acción misionera y prepara los cimientos de la comunidad
cristiana, es decir de la iglesia querida por Jesús.
* La Catequesis se inspira en los estilos del Catecumenado previo al bautismo instaurado en
la Iglesia de los primeros siglos.
Esta Catequesis inspirada en los modelos catecumenales de los primeros cristianos
implicaba:
- Una iniciación en el Misterio cristiano.
- Una iniciación en la vida evangélica.
- Una iniciación en la oración y en la celebración litúrgica.
- Una iniciación en el compromiso apostólico y misionero.
- Una iniciación en la inserción activa, personal, en la Comunidad
- La misión de fundamentar y consolidar la fe.
- El deseo de aspirar a que el cristiano termine "confesando su fe".
Podemos decir, que: "La Catequesis no consiste únicamente en enseñar la doctrina, sino en
iniciar a toda la vida cristiana". (Juan Pablo II. Cat. Tradendae. 33)
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Dimension pastoral
Es la que se realiza con los que ya han sido catequizados y están dispuestos a comprometerse
en obras de salvación y de servicio fraterno que la iglesia ha recibido como misión para
ofrecer a los hombres. No se realizan esas obras en forma individual y como ocurrencias
particulares, sino en forma comunitaria, en cuanto fruto de una Comunidad madura y
corresponsable.
Estas obras se realizan en diversas formas o en variados ámbitos:
- Se realizan en el interior de la comunidad, para bien de sus miembros. Así son las acciones
de catequesis y otras formas de educación de la fe, mediante la liturgia, mediante trabajos y
servicios de caridad...
- O se realizan también mirando a otros ámbitos humanos, según las circunstancias en las
que se mueve cada uno. Se realiza entonces una manera de pastoral misionera. Se puede
aspirar, por ejemplo, a que se renueven y se transformen las estructuras sociales en medio de
las que se vive y se piensa, tratando de que sean más humanas y más concordantes con la
dignidad de los hombres.
El proceso para llegar a esta acción pastoral implicará, como es evidente, cierta madurez
humana en quienes han sido catequizados, es decir educados en la fe de manera suficiente,
abierta y profunda. No hay que tener prisa en quemar etapas, pues la naturaleza humana y
también el desarrollo de la fe, supone tiempo y condiciones positivas. Pero no hay que perder
tiempo, ya que la personalidad tiene que desarrollarse en conformidad con todos sus valores
fundamentales.
Algunas cuestiones para pensar
1.- Catequesis y formación
La formación forma parte de la misión.”Existe una unidad profunda entre el acto con el que se
cree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento.” (Benedicto XVI Motu
proprio Porta fidei n° 10). Si Dios se ha hecho logos, es decir sabiduría y razón, nuestra fe en
Cristo debe ser transracional. Esta pastoral de la inteligencia debe ofrecer diversas puertas de
acceso y varias etapas, en función del “público” señalado: los principiantes, los que
comienzan de nuevo, los catecúmenos, los cristianos comprometidos…
Las proposiciones de formación deben apuntar, no solamente a la adquisición de
conocimientos, sino que también deben permitir entrar en una experiencia espiritual, teologal
y eclesial, para poder apropiarse del discernimiento de la Iglesia y saber “dar razón de nuestra
esperanza” (2 P 3,15)
La nueva evangelización solicita asimismo la formación específica de los responsables
pastorales, para tomar en cuenta los nuevos modos de evangelización, la acogida de nuevos
carismas. El aprendizaje de los métodos y los procedimientos misioneros que ya han dado
buena prueba… debe permitir la disposición de una “caja de herramientas”, cuyo uso no
deberá ser jamás ni mecánico ni “sistémico”. La formación de los responsables pastorales
debe obedecer a la regla de las 5 “C”.
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Formar hombres y mujeres:
- De convicción, es decir de fe, y que mantienen una relación personal con Cristo y con la
Iglesia.
- De coherencia, cuya vida es un testimonio de pertenencia a Cristo y a la Iglesia.
- De conocimiento, capaces de dar razón de la esperanza del Evangelio, y que han adquirido la
inteligencia de la fe.
- De comunión, es decir insertados en una comunidad creyente y que confiesa la fe.
- De comunicación, que tienen la inquietud de transmitir alrededor de ellos la alegría de creer.
Dado que el sacerdote preside el cuerpo eclesial en el nombre de Cristo y recuerda la fuente
trinitaria de la vida cristiana, será el primer actor de la evangelización. El ministerio de
santificación, de comunión y de enseñanza del párroco reclama hoy día una cualificación
particular (recibida desde el seminario), para conducir al despertar misionero de las
comunidades y garantizar su inscripción en el crecimiento del conjunto del cuerpo eclesial de
la Iglesia diocesana y universal.
2.- Eclesiología de comunión
“La comunión genera comunión, y esencialmente se configura como comunión misionera…
La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí, se compenetran y se implican
mutuamente, hasta tal punto que la comunión representa a la vez la fuente y el fruto de la
misión: la comunión es misionera y la misión es para la comunión.” (Christifideles Laici n°
32).
La tensión misionera no es una dispersión por la cual la comunidad arriesga su disolución o su
extenuación en un aumento de activismo. Debe hacer entrar en la comunión trinitaria y
fraterna. Como cristianos, estamos llamados a creer, y también a pertenecer a un cuerpo.
“Sois la familia de Dios” (Ef 2, 19). La participación a la comunidad cristiana puede, en
ciertos casos, ser también factor de integración social.
La comunidad se pone en misión cuando está al servicio del crecimiento espiritual y humano
de aquellos que son receptivos al Evangelio de salvación. La comunidad recibe su fecundidad
sacramental de Cristo resucitado y la despliega en la vida de cada uno de sus miembros. Este
crecimiento misionero de la comunidad se muestra igualmente en su estructura interna, en su
cohesión orgánica que ofrece a cada fiel el sustento necesario, en la importancia dada a la
oración, a las obras de caridad, en la presencia en medio del mundo, y de los pobres.
En la perspectiva de una eclesiología de comunión, el dinamismo misionero conduce a la
integración gradual de la persona interpelada por la proposición de la fe, en el seno de una
comunidad que confiesa la fe y que es fraterna. La acogida, la escucha, la gratuidad de la
hospitalidad, el testimonio de la caridad son primordiales. “Es la manera con que he sido
acogido, lo que me ha dado el deseo de venir”, confiaba un catecúmeno que había descubierto
la Iglesia participando a unos encuentros durante una comida parroquial.
La comunión se construye a partir de la “cabeza”, en el seno del equipo sacerdotal reunido
alrededor del párroco. Configurados al sacerdocio de Cristo para ser servidores del sacerdocio
bautismal de los cristianos, los sacerdotes son responsables de la vitalidad del espíritu de la
comunión misionera de la parroquia. Pastores dabo vobis (n° 18) evocaba “un nuevo estilo de
vida pastoral” para los sacerdotes. Ellos tienen por vocación “vivir entre ellos la comunión”
que por responsabilidad deben hacer compartir a todos, de desplegar una vida espiritual
arraigada en su apostolado y en la Palabra de Dios orada, compartida y celebrada
fraternalmente. Es a partir de todo ello, como la visión pastoral puede construirse y como el
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compromiso misionero de la comunidad puede desarrollarse. Se trata de entrar en una nueva
dinámica espiritual y misionera que pueda constituir un cambio radical en relación a las
prácticas del pasado.
Una vez establecida la comunión de los pastores alrededor de una visión común, será
necesario suscitar una pequeña comunidad reunida alrededor del párroco, compuesta de
sacerdotes, consagrados y laicos. Esta comunidad estará llamada a compartir la visión
misionera y a apropiársela. Este “núcleo” constituye, alrededor del párroco y de los
sacerdotes, una “fraternidad parroquial” de oración, de vida espiritual y pastoral a fin de
llevar a cabo, juntos, la animación misionera, y asumir realmente la carga misionera. De entre
ellos, se podrán elegir los miembros del Consejo parroquial, primera instancia de comunión
en la parroquia.
La “fraternidad parroquial” tiene por meta el testimoniar de manera permanente la posibilidad
de una vida de comunión dirigida hacia la misión. Debe promover el proceso de crecimiento a
partir de la visión misionera inicial, compartida por todos los actores de la misión.
La fraternidad puede reunirse de manera regular, alrededor del equipo sacerdotal, alrededor de
la Palabra, para la formación, para rezar juntos.
El objetivo es de definir y de hacer compartir un proyecto misionero global e integrante de las
diferentes dimensiones de la misión, y este coloca a los bautizados en un proceso de
proposición de la fe. Este proyecto realizará el inventario de los medios espirituales,
comunitarios, pastorales y de formación que dispone la parroquia y que puede movilizar, en
relación estrecha con los aportes exteriores.
En función de los lazos de pertenencia a la comunidad parroquial, podemos definir siete
círculos inclusivos de compromiso:
-1: equipo sacerdotal
]
-2: consejo pastoral
] fraternidad parroquial
-3: parroquianos comprometidos ]
-4: parroquianos “ordinarios” (practicantes regulares)
-5: parroquianos ocasionales (practicantes irregulares)
-6: parroquianos excepcionales (petición sacramental excepcional: matrimonio, bautismo,
entierro, etc)
-7: sin contacto con la Iglesia
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El proyecto misionero debe integrar una “estrategia” específica para cada circulo,
promocionando el proceso de inserción del circulo mas exterior hacia el más próximo del
núcleo (la fraternidad parroquial). El proceso de integración hará pasar al cristiano del
estatuto de “consumidor” al de “actor”, que toma a su cargo la vitalidad de la comunidad y la
considera como un bien propio, como su casa.
La comunión fraterna necesita ser profundizada sin cesar (iniciación a “lo eclesial”), ampliada
a los recién llegados, renovada por acontecimientos o proyectos movilizadores e
“instituidores” de una auténtica fraternidad. En efecto, la comunidad existe y se desarrolla
gracias al compromiso de sus miembros.
3.- Liberar el crecimiento y el desarrollo de la comunidad
Se necesita la puesta a punto de varios criterios. Estos han sido verificados por estudios de
sociología religiosa.
La delegación de responsabilidades. Favorecer el trabajo en equipo. Formar,
sostener, motivar y acompañar cada uno de los colaboradores.
Apoyarse en los carismas. El acceso tecnocrático busca sin descanso
“voluntarios” en función de los servicios a desarrollar. El rol de los responsables consiste más
bien a desarrollar un acceso personalizado: localizar los dones y confiar los servicios en
función de estos.
Mantener el entusiasmo y la expresión personal de la fe, frente a una tendencia
legalista y moralizante.
Una organización eficaz. El crecimiento de la comunidad es frenado por
estructuras inútiles y tecnocráticas; al contrario, la ausencia de organización es un factor de
desorden y de tensiones.
El ars celebrandi, que recuerda Benedicto XVI, promueve experiencias
edificantes e inspiradas que sostiene la fe.
La puesta a punto de ecclesiolae. Cuanto más crece una comunidad, más crece
el principio de casas, y esto es determinante para su crecimiento a la vez numérica y
cualitativa.
Una evangelización adaptada a las expectativas de nuestros contemporáneos y a
las situaciones en las cuales se encuentran las personal situadas en el umbral.
Mantener la “amistad y trato convivencial” en el seno de la comunidad.
¿Cuánto tiempo pasan juntos los cristianos? ¿Se invitan mutuamente? Allí donde falta la
caridad, el crecimiento de la comunidad está comprometido.
Una necesidad: Descubrir nuevas formas de evangelización
Benedicto XVI, en el Motu Proprio "Ubicumque et semper" de septiembre de 2010, por el que
crea el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, no usa la palabra "métodos" pero sí
pide "descubrir y promover las formas e instrumentos" para realizar esa Nueva
Evangelización. El Papa también señala que eso "no significa elaborar una única fórmula
igual para todas las circunstancias".
Los métodos de la nueva evangelización pueden clasificarse en 7 grupos, según a quién
van dirigidos:
1.- Los de pre-evangelización, para suscitar preguntas sobre el Bien, la Verdad, al Belleza y lo
trascendente.
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2.- El "Kerygma" o "primer anuncio".
3.- Los de "avivamiento" (para católicos "rutinarios").
4.- Los de "segundo paso" (para conversos recientes),
5.- Los de multiplicación (para formar evangelizadores).
6.- Los métodos de mantenimiento y formación de quien ya tiene fe.
7.- Los métodos de terapia, para gente especialmente herida por adicciones, enfermedades u
otras circunstancias.
"En nuestra opinión, el objetivo -al final- es vivir en comunidad", "primero con un
compromiso leve, disfrutando de la vida fraterna, y luego, creciendo en madurez y
compromiso. Sin comunidad, creemos que es muy difícil llevar una vida cristiana en el
ambiente de hoy".
Entre los muchos instrumentos que existen, queremos hablar ahora de:
Células-Grupos Parroquiales de Evangelización
1.- HISTORIA
Don Pigi, párroco de San Eustorgio en Milán, en 1987, después de haber visitado una parroquia
en Florida, llamó a cuarenta fieles de su parroquia a compartir el compromiso de formar en su
parroquia una comunidad animada por una fe ardiente, una gran experiencia de adoración
eucarística y una dedicación especial a la evangelización. Esta experiencia se ha ido extendiendo,
como por contagio, por todo el mundo.
El Pontificio Consejo para los Laicos, en mayo del 2009 ha reconocido la experiencia de las
células parroquiales de evangelización.
Queremos aprovechar este momento, para exponer algunas ideas, un tanto adaptadas a nuestra
situación, y colaborar para introducir este método de evangelización en las parroquias que lo
deseen, cuyo objetivo es contribuir a la renovación de las parroquias, como medio para hacerlas
más misioneras. El carácter espiritual del método, sus fundamentos teológicos, su historia, así
como la manera de ponerlo en práctica, lo hacen atractivo.
2.- CONVICCIONES
1.- En la base de la evangelización: La adoración eucarística
Según este método de evangelización, la adoración eucarística es la base de la evangelización. Se
necesitan momentos fuertes de oración, para dar un nuevo impulso a la fe y la esperanza de los
católicos. Es necesario incorporar a toda la comunidad cristiana de la parroquia. Por ejemplo: En
las Eucaristías, momentos de oración comunitaria, etc orar por esta experiencia que se va a
iniciar.
Iniciar la adoración eucarística es la primera iniciativa de una parroquia que quiere llevar a cabo
la aplicación del método de las células. Muchos han tratado de prescindir de la adoración, pero el
sistema de células no duró mucho.
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El primer efecto de esta iniciativa, según los que lo practican, es el crecimiento de la caridad
fraterna en la parroquia, así como el crecimiento del espíritu de comunión. Es necesario que Jesús
y nosotros, seamos un cuerpo, Su Cuerpo, es decir, la Iglesia. Y esta unión con Cristo es lo que
nos une y nos impulsa a servir, a evangelizar.
2.- Una conciencia clara de que el Espíritu Santo es “el agente principal” en la tarea
evangelizadora.
Esto debe llevarnos a invocarle, confiar en Él, contar con su impulso, …
3.- Una referencia necesaria a la exhortación apostólica de Pablo VI, Evangelii Nuntiandi.
De hecho, hemos de estudiarla en varias reuniones.
4.- Incorporada en la comunidad Parroquial
La célula es parte de un cuerpo, la parroquia, en la que cada recién llegado encuentra
naturalmente su lugar. Tan pronto como se dé cuenta de los dones que el Señor le ha dado, él
mismo se pondrá también a servir y a evangelizar. Mientras tanto, le rogamos que vaya haciendo
su lista de “los más cercanos” para ir pasando poco a poco, del papel de persona invitada a la de
evangelizadora.
De esta manera, la célula se convierte en la experiencia de una mediación comunitaria. De hecho,
se encuentra entre una pequeña comunidad: la familia y una gran comunidad: la parroquia, con
beneficios para todos.
3.- ¿QUÉ SON? Sería una pequeña comunidad de cristianos que mantienen entre sí relaciones
naturales (primarias) y que quieren evangelizar en su entorno (familia, vecinos, amigos,
compañeros de trabajo, estudio y ocio). Con ellos es con quienes, en las relaciones naturales de
cada día, estoy llamado por Dios a vivir y compartir la fe.
4.- OBJETIVO: La EVANGELIZACIÓN en el propio medio ambiente de cada uno.
PRIORIDAD EFECTIVA EN LA PARROQUIA.
5.- PROCESO:
El ideograma (dibujo o gráfico que presentamos un poco más abajo), con apariencia como de
una bomba, en un primer momento espantó al Padre Cantalamessa, predicador de la casa
pontificia, pero después de una detallada explicación concluyó: verdaderamente se trata de una
bomba, que explota en el interior, con una fuerza de amor que se difunde en una reacción en
cadena desde un extremo de la tierra hasta el resto de la humanidad diseminando amor, paz y
alegría. Tal es la fuerza del anuncio de Jesús como Señor y Salvador que promueve el paso de
aquel que ha sido evangelizado y lo convierte en evangelizador. Los protagonistas son: el Espíritu
Santo, el evangelizador, y el hermano a evangelizar.
El proceso se compone de 7 etapas:
1.1.- Oración y planteamientos.
1.2.- Lista del “oikós”: 10 amigos, etc
2.- Servicio
3.- Compartir a Jesús
4.- Explicación, respuesta a los interrogantes
5.- Invitación a participar en una célula o grupo
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6.- Reuniones de la célula en una casa
7.- Paso a la Comunidad-parroquia. De evangelizada a evangelizadora.
Fase 1ª: 1.1.-Oración y planteamientos
1.- Presentación del proyecto al Consejo Parroquial de Pastoral, en el contexto del nuevo Plan
Diocesano de Pastoral: “Nos renovamos para Evangelizar”. Se hará mención de la invitación a
“Nuevos métodos de Evangelización”. En esta reunión se podría dialogar sobre los pasos a ir
dando para iniciar esta experiencia en la parroquia. Se podría proyectar el Power Point sobre
“Parroquia misionera-evangelizadora y células parroquiales”
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2.- Elaborar y repartir una octavilla –y fijarse y hacer algunas llamas a título personal- para que
pueda empezar un grupo parroquial de evangelización (De aquí saldría, posteriormente, el grupo
de líderes o animadores de los grupos en las casas, de las células).
3.- Tarea de búsqueda, formación de este primer grupo parroquial de evangelización, Explicación
del proyecto, etc Este grupo empezaría a funcionar siguiendo los pasos que se indican en el
apartado número 4. Se reuniría semanalmente y elegirían una o dos personas coordinadorasresponsables de este grupo.
4.-Oración en todos los grupos y celebraciones litúrgicas y religiosas de la parroquia, por este
proyecto de evangelización en la parroquia.
Fase 1ª: 1.2.- Oikós
1.- Una vez conseguido este grupo, empieza a reunirse, todas las semanas. En la reunión semanal
iremos estudiando y dialogando sobre diversos materiales, que servirán para ir tomando
conciencia de lo que es una parroquia misionera y evangelizadora. Se estudian, especialmente,
unas fichas que nos acercan al conocimiento de la Evangeli Nuntiandi, de Pablo VI. También el
manual de formación de líderes. Iremos madurando como personas, como creyentes y discípulos
de Jesús, así como posibles futuros líderes o monitores. Al mismo tiempo, en la vida diaria y
personal:
2.- Se les invita a tomar conciencia de las personas de su entorno (familia, trabajo, amistades,
etc), en especial de aquellas que están alejadas o un tanto apartadas de la Iglesia, de la práctica de
sacramentos, etc y escribir sus nombres en un folio. Cada miembro del grupo va haciendo su
propia lista, con los nombres de diez personas.
3.- Se les anima a orar todos los días por esas personas y, en particular, por aquellos que nos
parezca que Dios nos llama a Evangelizar, especialmente.
Fase 2ª: Servicio
Hacerse próximo y construir puentes de amistad y de servicio.
-- De esa forma ofrecemos el testimonio de vida que se espera de los cristianos. Al servir a los
que no conocen la fe, construimos lazos de amistad que más tarde podrán conducir al evangelio.
-- Es el gran secreto que hemos aprendido de Jesús mismo: "El Hijo del Hombre, dice, no vino
para ser servido, sino a servir y a dar a su vida en rescate por muchos "(Mc 10:45).
Y agregó: "Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con
vosotros" (Jn 13:15).
-- Es posible que estas personas (la lista de los 10), cuando vayan comprobando nuestro servicio,
entrega, se sientan receptores de un amor sincero especial, una entrega sin cálculos y sin medida,
y puedan preguntarse: "¿Por qué y cuál es la razón que le impulsa a hacerlo?".
-- En nuestras reuniones semanales, además de la formación y oración, seguimos poniendo en
común cómo va nuestra oración y servicio a la lista de cada uno.
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Fase 3ª: Compartir
Testificar al Jesús que conozco.
-- Cuando llegue el momento oportuno, se procurará ir facilitando pequeños encuentros con cada
una de las personas de mi lista de 10, individualmente. En esos encuentros, se buscará la forma
de poder compartir con ellos, la propia experiencia de fe.
-- Cada uno de esos hermanos con los que estamos haciendo amistad y servicio, podrán ir
familiarizándose con el evangelio, a través del puente de la amistad que hemos construido con el
servicio. En esta etapa, podemos compartir con él nuestra propia experiencia de fe y testimonio, y
decirle qué lugar ocupa Jesús en nuestra propia vida y cómo influye en todo nuestro ser.
Fase 4ª: Explicación
Aportar las razones de mi esperanza
--Esta fase requiere de una gran sensibilidad, paciencia y amor para ayudar al hermano a superar
los prejuicios, las dudas y temores.
-- En esos breves encuentros, y si esas personas le hacen preguntas, se interesan por su vida y sus
creencias, etc los acompañará en los primeros pasos de la fe, respondiendo a sus preguntas, a sus
objeciones, a sus temores etc
Fase 5ª: Invitación a una célula-grupo
Favorecer una relación personal con Cristo
-- Cuando llegue el momento oportuno, les ayudará y animará a un conocimiento y conversiónaproximación, muy incipiente, a Jesús. Para ello les invitará a formar- con otros como él- de un
pequeño grupo que se reuniría en las casas una vez a la semana, a hablar de estas cosas y leer un
poco el Evangelio. Este grupo le permitirá caminar con otros y profundizar poco a poco en su
vida espiritual. Será una transición entre su vida fuera de la Iglesia y la comunidad Eucarística,
en la que podrá integrarse más tarde, cuando esté preparado.
Fase 6ª: Reuniones de la célula
Acoger un nuevo hermano. Abrirse a una experiencia espiritual.
Testimoniar un camino de fe y curación. Cuando un hermano se incorpora a la célula, se da
cuenta de lo esperado y deseado que es. Durante la reunión con la célula, el hermano sentirá la
necesidad de profundizar en su propio compromiso, para conocer la parroquia, y también a su
sacerdote.
-- Cuando un miembro del grupo inicial (que hemos llamado de líderes, monitores o
coordinadores) tiene ya unos pocos que le han dicho que quieren formar un grupo, empieza a
reunirse con ellos, semanalmente, en una casa, lo más normal es que sea en la suya. A este grupo
se podrá ir incorporando, poco a poco, otras personas, pues estas personas del grupo, a lo largo de
las reuniones, también tendrán que ir haciendo su propia lista de diez amigos o cercanos y seguir
con ellos los mismos pasos que acabamos de señalar: oración, servicio, etc
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-- Si llega un momento en que el grupo se hace muy numeroso, se divide en dos grupos.
-- En seguida, indicaremos qué hacer en esas reuniones de grupo en las casas.
Fase 7ª: Paso a la Comunidad-Parroquia
-- El último paso de cada uno de estos grupos y de estas personas, no es quedarse siempre en esos
grupos que se reúnen en las casas. Estas reuniones en las casas, han sido un paso intermedio,
para pasar – en su momento- a la gran familia que es la Parroquia.
-- Cada lider o monitor irá viendo cuándo llega el momento de que el grupo o algunos del grupo,
puedan pasar a un grupo parroquial, por ejemplo, de catecumenado de adultos e iniciar un camino
de crecimiento y maduración en la fe: lo que creemos, lo que celebramos, lo que vivimos, lo que
oramos.
-- Sería conveniente que, antes de pasar al grupo parroquial, tengan una experiencia fuerte de fin
de semana (Cursillos de cristiandad, encuentro espiritual, etc)
6.- LOS 7 MOMENTOS DE LA REUNIÓN DE LA CÉLULA-GRUPO
1.- Canto y oración de Alabanza.
2.- Compartir.
3.- Enseñanzas del sacerdote.
4.- Profundización. (Diálogo, etc)
5.- Problemas o cuestiones prácticas.
6.- Oración de intercesión.
7.- Oración, de sanación, para sanar, por los enfermos, etc
Momento 1º: Canto y Oración
( La reunión se hará en el salón de la casa elegida. Pueden ponerse alrededor de una mesa de
centro. Encima de la mesa, o de la mesita, puede ponerse una Biblia, una Cruz y una vela
encendida. Lo que ponemos a continuación puede ser el esquema general de todos los
encuentros, con variaciones que pueden hacerse según las circunstancias. El primer encuentro,
si no se conocen e incluso aunque se conozcan, puede ser un poco más amplio)
Una vez que se han saludado, puede entonarse un canto o hacer una oración. Esta oración puede
ser para invocar al Espíritu Santo, o una oración de alabanza a Dios,…
Momento 2º: Compartir
Pueden dedicarse unos minutos a compartir. En un primer momento, este compartir puede ser
para poner en común algunos hechos, sucesos, pensamientos, sentimientos, etc que cada uno ha
tenido durante la semana y que le han hecho “sentirse alegre, ilusionado, motivado,
esperanzado,… o desanimado, triste, preocupado, etc”
En un segundo momento, este compartir puede centrarse en algo así, como: Durante esta semana,
¿qué ha hecho el Señor por mí, en mí y en otras personas, a través de mí? Y una vez se ha puesto
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en común todo esto, se puede continuar con esta otra pregunta: ¿Y qué he hecho yo por el Señor?
¿Cómo he tratado de servir a mis hermanos, durante esta semana?
Momento 3º: Enseñanzas
Se escucha una charla en
párroco.
MP3, escrita o con audio CD, descargado desde Internet, o del
También puede hacerse Lectura de la Palabra de Dios “lectura orante, Lectio Divina”. Se leerá un
texto del Evangelio. Pasos:
-- Lectura del texto
-- Lectio y explicación del texto leído
(Nota:- Para este momento y el siguiente, tenemos elaborado un bloc con 40 reuniones, lectio
divina del evangelio de Lucas).
Momento 4º: Profundización
Se continuarían con los siguientes pasos de la Lectio Divina:
-----
Meditación del texto leído y aplicación a nuestra vida.
Oración.
Breve momento contemplativo
Compromiso para la semana.
Momento 5º: Cuestiones prácticas
Se puede pasar a dar algunos avisos o cuestiones prácticas, si los hay.
También será el momento – cuando lleven ya algunas reuniones del grupo-célula, de ir
planteando y revisando todo lo relacionado con “la lista de los 10 cercanos” y sus pasos
sucesivos.
Momento 6º: Oración de intercesión
Se puede terminar con una oración de intercesión, orando unos por otros, pidiendo unos por las
intenciones de los otros, por necesidades de la Iglesia y del mundo, …
Momento 7º: Oración para sanar
Y con una oración de sanación, pidiendo por nuestras propias heridas, por los que sufren, por los
enfermos de cualquier clase de enfermedad, …
Conclusión
Sostenido por esta visión de crecimiento, el sacerdote – y los seglares- dedicados a la Célula
Parroquial de Evangelización, podrán experimentar cómo se derrama la gracia del Señor. Gracia
que ellos recibirán con gratitud, para emprender el mandato misionero. Esta visión experiencia,
trasciende y estimula. Ella da coraje, entusiasmo y pasión. El ministerio del sacerdote y la tarea
de los seglares que se comprometen y viven esta experiencia de “las Células Parroquiales de
Evangelización” no tiene otro objetivo que no sea aquel de actualizar y aplicar lo que Pablo dijo a
los cristianos presos de Colosas: “anunciar cumplidamente la palabra de Dios” (Col 1,25) porque
el Evangelio “da fruto y crece en todo el mundo” (Col 1,6).
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INSTAURAR EL
CATECUMENADO
BAUTISMALDE
ADULTOS Y DE
NIÑOS
HACER PRIMER
ANUNCIO Y
DESPERTAR
RELIGIOSO EN
DIVERSOS
CONTEXTOS
PARROQUIA
MISIONERA:
COMUNIDAD DE
COMUNIDADES
CULTIVAR LA ESPIRITUALIDAD
DE COMUNION Y REALIZAR LA
COORDINACION PASTORAL
PRIMER ANUNCIO
E
INSTITUCION
CATECUMENAL
CUIDAR
CELEBRACION AÑO
LITURGICO,
SACRAMENTOS,
PASTORAL DE LA
SALUD Y EXEQUIAS
REALIZAR
ENCUENTROS PARA
PREPARAR EL
BAUTISMO, EL
MATRIMONIO Y
PRIMERA COMUNION
COMUNIDAD
EUCARISTICA
DOMINICAL
PROMOVER PEQUEÑAS
COMUNIDADES DE
ASOCIACIONES Y NUEVOS
MOVIMIENTOS: p.e. Células
parroquiales de
Evangelización.
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MOSTRAR AMOR
CONCRETO Y
PERSONAL A LOS
POBRES Y
MARGINADOS
PARTICIPAR EN LOS
ÁMBITOS
CULTURALES,
SOCIALES,
POLITICOS Y
EDUCATIVOS
FAVORECER
LUGARES DE
ENENCUENTRO
RELIGIOSO Y
FAMILIAR
OFRECER ITINERARIOS
DIFERENCIADOS QUE
TENGAN EN CUENTA
LAS SITUACIONES
FAMILIARES
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