La visualización del otro como parte del proceso de constitución de

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AISTHESIS
N°
34, 2001
ESTUDIOS
LA VISUALIZACIÓN DEL
OTRO, COMO
PARTE DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
DE LA IDENTIDAD EN SUB TERRA
DE BALDOMERO LILLO
Patricia Espinosa H.
Instituto de Estética
Pontificia Universidad Católica de Chile
En
este
trabajo
se plantea que
base de la narrativa
este
siglo,
itinerario
vida
propio en el
de
sus
pensamiento
la
tion of
des-idealizada
habitantes.
a
transformarse
que afloraba en
Baldomero Lillo forma
the
del otro,
concern
el
habitante del
that is
at
the basis
metic enthusiasm
identity,
whose
to discover
itinerary
one's own
is
of
parte
de
el comienzo
un
de
the native-naturalist
refers
marked
in the
en una
las formas
mundo popular.
this century first three decades. This
a national
cuyo
entusiasmo mimético por
crítico, cuya principal función fue permitir
exposes
narrative of
identidad nacional,
una
inicial
paisaje, hasta llegar
realidad
una nueva visualización
This work
de
aparece marcado por el
descubrir lo
la
de las tres primeras décadas de
preocupación que se encuentra en
afirmación'
la
se refiere a
recriminación por
de
la
criollista-naturalista
by
to the
affirma-
the initial
landscape,
mi-
until becom-
for the de-idealized reality that emerged from the
lifestyles of its dwellers. Baldomero Lillo belongs to a critical thought
trend, whose main function was to make possible a new visualization of
ing
the
a recrimination
other:
the popular world dweller
Al estudiar la identidad
siglo,
es posible constatar que
chilena en el contexto
la historia literaria
de la
chilena
narrativa
ha
de principios de
sido sometida a
la
ley
de la periodización que determina el inicio y término de épocas y la consolidación
de la matriz generacional. Con ello, se pone en ejercicio un enorme aparataje de
exclusiones,
y descalificaciones frente a textos y autores
segundo término, el sistema de
donde es claramente perceptible la existencia de ele
silenciamientos
disfuncionales
al proyecto
hegemónico. En
periodización, dibuja un mapa
mentos dominantes (el naturalismo-criollismo), residuales (un sector importante
de la crítica literaria) e innovadores (nuevamente el criollismo en tanto su capaci-
125
AISTHESIS
dad
N"
transformar
para
refiere a
marcado por el
el
la
inicial
de
entusiasmo
a
transformarse en
que afloraba en
una amarga recriminación por
las formas de vida de
que permitió que el
imaginario
monolíticamente
integradas,
En las líneas
a
la
constatación
no son
tramas de
o, que más
sus contra
sociales
cosmovisiones2.
bien, adquiere una discursividad específica,
(por lo menos
Como veremos, no
a golpear
a
es que
la
la
a
estremecer)
miseria
y
Sub térra
un otro que viene
sociedad santiaguina
desamparo fueran
el
de
comienzos
de
elementos que esa
"preocupación"
hubiera ignorado. Al contrario, ya había una gran
fenómeno, lo
de
formaciones
siguen, intentaremos reafirmar y ampliar algunas de estas
de la lectura de Sub térra de Baldomero Lillo. Hay aquí algo
siglo.
sociedad
eficacia
función
forma de na
que
conclusiones a partir
que surge
sino complejas
realidad
explicativa, sino en su
las épocas históricas
que
la
habitantes. Pero la
sus
chileno accediera a una
directa
cionalismo que se complejizaba en relación
dicciones. Esto demuestra
este
una
estas obras criollistas no reside en su capacidad
mitogenética,
pre
identidad nacional, cuyo itinerario aparece
mimético por descubrir lo propio en el paisaje, en
de
afirmación
campo, hasta llegar
des-idealizada
literario)1. Por último, puede plantearse que la
la base de la narrativa de las tres primeras décadas de
el campo
ocupación que está en
siglo, se
ESTUDIOS
34, 2001
por aquel
de
discursividad
narrativa, la cual sólo será posible a partir del entrecruce de variados factores. En
nuestro análisis, nos ocuparemos principalmente de las discursividades dominan
tes, que dibujaban el terreno de lo enunciable; lo visible, por la época analizada y
por
que sucede es que
es el
umbral3
nosotros; y, además, del horror como forma de
una nueva
percepción
del
otro.
APUNTES SOBRE LA VIDA DE BALDOMERO LILLO
En 1903, la Revista Católica dio
con el relato "Juan
como ganador
Fariña"
Baldomero Lillo
El
autor
de su concurso de cuentos a
había llegado a Santiago en
1899. Aquí lo esperaba su hermano Samuel Lillo, quien concluía sus estudios de
derecho y estaba ligado al incipiente mundo literario de la capital4. Fue Samuel Lillo
quien dio a conocer a su hermano a los escritores reunidos en el
Ateneo, al leerles
relatos que
do
térra,
ba
Baldomero no
como el ganador
que en
la
del
versión original
con el enunciado
1 Miliani señala
Cuentos
dar
incluía
mineros.
y códigos
y desfase entre
secuencias
culturales?"
2 Cfr. White, Hayden. El
Visor,
Entre
septiembre
y
Publica, en 1904, Sub
cuyo
título
se completa
y diciembre de
ese año se
en
Ana Pizarro (coord.). La literatura latinoamericana
1985. p. 102 y ss.
como
Universitarias,
contenido
al concepto umbral
1995.
sólo ocho cuentos
sido nomina
época puede observarse la coexistencia de códigos institucionalizados,
desgaste. Ángel Rama a su vez, habla de la discontinuidad, superpo
de un mismo período. Cfr. Miliani, Domingo. "Historiografía literaria
históricos o códigos
Buenos Aires: Bibliotecas
3 Respecto
Después de haber
creció rápidamente.
en
¿períodos
proceso.
a conocer.
fama
que en una misma
códigos emergentes
sición
se atrevía a
concurso su
de la forma. Barcelona:
de época Cfr.
Paidós, 1992. p.167 y ss.
Jauss, Hans R, Las transformaciones de lo moderno.
Madrid
:
p.68.
el fundador del Ateneo de Santiago
5 Ya en octubre de 1904 Juan García escribía en El chileno : "tanto se ha escrito, tanto se ha hablado sobre
el éxito inmenso (...que ha obtenido en nuestro mundo literario el libro de
Baldomero Lillo que en reali
4 Fue
dad
es audacia
de
mi parte
Lillo, Baldomero. Obras
126
decir
completas.
algo ahora que
Santiago
:
tantas
Nascimento,
plumas autorizadas me
1968.
p.51.
han
precedido).
Cfr.
N°
AISTHESIS
34, 2001
ESTUDIOS
publican nueve críticas en
como
la prensa5,
indicador del impacto
Baldomero
Lillo, sobre
hoy
cifra que aún
en el
campo
es altamente significativa
literario santiaguino que logró
fué su primer libro. Todos los
todo considerando que éste
le fueron favorables, aunque constantemente se hicieron referen
las dificultades técnicas que el autor no pudo superar. Sin embargo, a na
die dejó indiferente la crudeza en el tratamiento de los temas, la perspectiva
comentarios
cias a
que Sub térra impuso. Incluso, se suponía que éste era sólo
larga y fructífera carrera literaria. Cuando, luego de la publi
cación de su segundo libro, en 1907, Sub
solé, se comenzó a hacer patente que la
fecundidad escritural de Lillo había mermado, algunos le reprocharon su falta
chocante,
impactante,
el comienzo
de
de dedicación
Lo
una
a
la
literatura,
cierto es que el momento
resurgimiento
una
jubilación
los 56
de
acusándolo
de
de dejarse
una penosa enfermedad
anticipada en
arrastrar por
la indolencia6.
más elevada producción se acaba
1917,
pulmonar,
junto
con el
lo llevó incluso a pedir
de su muerte en 1923, a
que
sólo seis años antes
años.
EL CAMPO LITERARIO CHILENO HACIA 1900
La
las
décadas del siglo por un
factores determinantes en la
transformación profunda del campo cultural chileno. Aunque la enorme brecha
existente entre los sectores pudientes
y los desposeídos sigue siendo determi
nante, el surgimiento de una capa social intermedia y de obreros culturizados
provoca un giro radical en las preocupaciones estético-literarias, siendo la ob
fuerte
sociedad chilena atraviesa en
proceso
de
alfabetización
y
primeras
escolarización,
servación
y el análisis de lo propio lo que se impone como tarea fundamental7.
Según Melfi: "la literatura y los hombres que a ella se entregaban, pertenecían a
otra clase social: la clase media"8. Su irrupción en el campo literario no fue hecha
de
manera
inconsciente
o
ingenua. Al contrario,
se puede plantear que estos es
critores tenían claro que su presencia estaba provocando un cambio
de
propor-
6 En
1915, en el periódico Monos y Monadas aparecieron los siguientes versos recriminatorios, cuyo desti
lugar a dudas, Baldomero Lillo : "con talento y con destreza / hizo cuentos de valía / y
Cfr. Ibid. p.29.
después, de noche y día / rezóle a Santa
natario era, sin
Pereza."
7 Gonzalo Catalán suma a los factores señalados otros que también intervinieron en el cambio del panorama
"A principios de siglo es perfectamente perceptible la emergencia de importantes núcleos
de obreros y artesanos con demandas y expectativas culturales bastante sorprendentes. De orientación anar
cultural chileno:
quista,
en su
mayoría, estos grupos
de 'proletarios
ilustrados'
-en
quienes se advertía
la influencia de los
inmigrantes
conjugaban su espíritu de rebeldía con hábitos culturales y literarios en verdad nota
bles. González Vera, en su libro Cuando era muchacho nos ha trazado un magistral cuadro de estos círculos y
europeos-
personajes, de los que él mismo era asiduo: "Dominaba en los anarquistas el deseo de saber, el
sobresalir en los oficios, el afán de ser personales. El individuo lo era todo. Cada uno buscaba
anhelo
de
su acento
Augusto Pinto llegó a ser el mejor zapatero santiaguino,
y era raro encontrar dos semejantes
de continuar estudiando un año entero geografía, otro francés, filosofía, sociología y así durante
decenios. Lezana leyó mucho, derivó hacia el volteranismo, salvo en asistir a conciertos y exposiciones de
propio
.
.
.
además
el hojalatero, fue un buen conocedor de la poesía francesa. En las
discursos ni indicaciones, pero discurría con gusto sobre Mallarmé o Rimbaud, si a su
a los clásicos, aprendió italiano
alcance encontraba a Gómez Rojas o Manuel Rojas. Frandsco Pezoa
(en Catalán, op.cit. 111).
y fue un buen conocedor del
8 Melfi, Domingo. El viaje literario. Santiago : Nascimento, 1945. p.78.
pintura con
la
mayor
devoción. Farías,
reuniones no aportaba
.
.
.leyó
cooperativismo."
127
AISTHESIS
ciones en
la
34, 2001
por
la
tador de
sino
sociedad
ESTUDIOS
literaria
escena
literario,
modo
dos
N°
chilena.
también
Por ello, intentaban legitimar
costumbres
usos
y
letrada. Esta legitimación de
hasta
no sólo un
desprecia
ese momento
un nuevo segmento social por
en la obtención de
de siglo: Baldomero
Lillo gana el concurso convocado en ocasión de la fundación de Zig-Zag; Fer
nando Santiván, el Concurso del Centenario
y Gabriela Mistral los Juegos Flora
les de 1914: todos ellos provincianos9. Ahora bien, si nos adentramos más en los
procesos educacionales, podemos advertir que la formación literaria se daba bajo
los tres
la
estético-literaria, se ve confirmada
una renovación
literarios
premios
importantes de
única influencia de las letras
casi
existiera más allá
de las
obliga a que
los
principios
Ocurría
españolas.
como si
lo
chileno no
los escritores
de origen fran
pinceladas pintoresquistas aportadas por
del XIX. La influencia del
cés,
más
y del
realismo
escritores vuelvan
en especial
naturalismo,
la
hacia lo
mirada
que
les
es más cercano.
LA IRRUPCIÓN DE LO OTRO: LO ENUNCIABLE Y LO VISIBLE
Como hemos señalado, la primera versión de Sub térra incluyó sólo ocho
No fue sino hasta 1917 que fueron agregados otros cinco cuentos en una
relatos.
con introducción de Armando Donoso. Primitivamente, el li
de "Los inválidos", "La compuerta
12", "El grisú", El pago",
"El chiflón del diablo", "El pozo", "Juan Fariña", y "Caza mayor". A este respec
to cabe hacer notar que, en opinión de Leónidas Morales, la versión original
segunda
bro
edición,
N°
se componía
de
'unidad'
"
'cohesión'
interna, la cual quedaría
del '17. Más aún, para Morales, esa unidad, que forma
un "cerrado sistema de formas
determinaría un límite que deja
fuera a los cuentos "El
y "Caza mayor",- ya que:
contaría con un grado mayor
destruida
por
la
o
edición
expresivas"
ría
pozo"
ría
No desenvuelven la
desvía del
que en su
abierto
círculo
Es interesante
y
mayor", se
El
que
los
motivo amoroso
alejan
de la
el
tono
zona
otros
y su expresividad se
de "El pozo", no obstante
liviano,
de
asoleado
y
a campo
sentido unitario que se ex
relatos10-
comprender cómo
inicial (Morales
comprender esa suerte
escribe en
de
hasta
en un contexto
la década del
'60)
se
de Baldomero Lillo, trazando
rían un núcleo de intencionalidad
límites,
unitaria
supuestamente
-seis
de los
muy
alejado
intentaba
efecto poderoso que producen
ros
de los
intencionalidad
visión.
intriga intervienen mineros, y
de "Caza
tiende a los demás
recepción
misma
de la
los
de la
aprehender
relatos más oscu
internos,
ocho cuentos
que separa
originales-
relatos que estarían regidos por otra mecánica.
9 Debemos
tuvieron su expresión en la Revista Claridad, un periódico semanal
y actualidades, órgano oficial de la Federación de Estudiantes de Chile. Su primer
número, octubre 12 de 1920, aparece dedicado a la muerte en prisión del poeta José D. Gómez Rojas.
Alrededor de ella y de otros grupos intelectuales y artísticos se nuclean personajes como Carlos Pezoa
Veliz, Baldomero Lillo, Antonio Acevedo Hernández, Domingo Gómez Rojas, Benito Rebolledo, Max Jara,
y más tarde, Manuel Rojas, González Vera y el propio Neruda.
10 Morales, Leónidas. "Seis cuentos de Baldomero Lillo". Estudios Filológicos N°2 : (1966): 63.
recordar que estos autores
de sociología,
128
arte
AISTHESIS
N°
Ahora
por
34, 2001
bien,
Morales, lo
'sistema
de
más allá
de
estar
acuerdo o no con
que quisiera rescatar aquí es
de formas
cerrado
una
la
"visón
la división
asociación que
formado
expresivas
él denomina
con aquello que
lector
ESTUDIOS
poética
los
por
del
él
establecida
realiza entre ese
seis cuentos
aludidos,
infierno"
que produce que
termina la lectura se sienta poseído
por "el sentimiento descon
quien ha vivido algo abso
de
pesadilla,
insólito"11
lutamente
Este impresionismo que fundamenta la perspectiva para
la lectura infernal de Sub térra permite plantear el problema del efecto de reali
el
certante
cuando
de
de
quien viene
dad (de verdad),
del libro.
que
Ninguna de las
Lillo fuese cierto,
le hizo
historias. De
Y
rración,
es que
primera edición
ver esa
algún
modo, la
lo
aunque
absoluta,
Sub térra
la
provocado por
de 1904 puso en duda que lo
"cierta dosis de incipiente
nueve críticas
nera rotunda credibilidad
controversial.
una
fue la base del impacto
sólo se
que contenían sus
de
salir
palabra
de Lillo
la
alcanzó
fuera
que presentara
de la
parece moverse en medio
permitiendo siempre que sea
narrado por
socialismo"12
de
ma
altamente
crónica
y la na
forma
narración quien predomine como
discursiva. En efecto, según Hayden White: "la narrativa es un metacódigo, un
—universal humano sobre cuya base pueden transmitirse mensajes transculturales
acerca
de la
naturaleza
porque en esta
de la
realidad
última "no habla
común"13,
Los
nadie.
y
se
diferencia de la
acontecimientos parecen
crónica
hablar
por
la narratividad, pero no lo consigue, pues no
logra finalizar adecuadamente un relato: "el autor de la crónica la representa
como si los acontecimientos reales se mostrasen a la conciencia humana en la
sí mismos"14-
forma de
La
crónica aspira a
inacabados"15.
relatos
plicar su eficacia
ca,
la
cual
se
minimización
haciendo
resuelve
del
tando la ligazón
efecto
con
lo
Así, los
textos
una continua
en
favor de la
de "menos
de Baldomero Lillo
transición entre la
parecen multi
narración
y la
cróni
Este movimiento, logra la
dado por la ficcionalidad, aumen
primera.
verdad"
real/verdad por medio
de la
crónica.
Ciertamente
de los fundamentos más explotados por
Lillo conocía bastante bien de la mano de Zola, en
que
Naturalismo,
esta mecánica es uno
el
corriente que
especial a partir
Germinal16.
de la lectura de
Este punto
recta entre
lo
lo
solo,
y lo
11 Ibid.
enunciable.
inversa"17
histórico
y
de determinar
Según Deleuze
entre el ver
dice, y a la
de lucha, de batalla
pero que se necesitan
período
al momento
irreductible
que se
una suerte
básico
visible
una separación
en
es
y
el
hablar
Entre lo
entre
dos
:
visible
si
hay una
existiría una
concitan constantemente.
de lo
di
disyunción,
"lo que se ve nunca aparece
y lo enunciable se establece
elementos que son
tendría su propio estatuto
correlación
irreductibles
a uno
Así, para cada época, cada
enunciable
y de lo
visible.
p.64.
12
Gana, Federico en Lillo, Baldomero.
13 White, op.cit. p.17.
op.cit. p.35.
14Ibid.p.l9.
15 Ibid. p.21.
16 Cfr. Sedgwick, Ruth. "Baldomero Lillo y Emile Zola". Iberoamericana. Vol.
17 Deleuze, Gilíes. Foucault. Buenos Aires : Paidós, 1987. p. 93.
VII, N°14 (1944): 321-28.
129
AISTHESIS
N"
ESTUDIOS
34, 2001
libro Sub terral
¿Cómo articula esta relación opositiva el
marcada su
ces,
importancia
terribles,
Es
cuentos?
miento casi
la
más que por
decir,
enunciación comprendida
es posible plantear que
la discursividad deja lugar
a un movi
que permite apreciar el modo cómo el poder se manifiesta
pictórico,
como una estrategia
¿No está acaso
de visibilidades, atro
en la realización de los
porque posibilita una nueva zona
tenaz
trabajador..
reiterativamente ejercida contra el
y
En efecto, la denuncia de un orden o sistema represivo atraviesa los doce
relatos de Sub tetra. Baldomero Lillo se aproxima a la figura de un otro, general
trabajador,
mente un
terminado
por
simplemente
la
acontece,
sin
caballo
Ambos,
sano
vigoroso
y
hasta
de
de
un
re,
poder.
necesidad
Es éste,
alusión a
opera como
dispositivo de
paulatina,
"
Los
de
como algo que
inválidos"
nos
y su referencialidad.
la figura del trabajador.
producción que privilegia el cuerpo
pero constante
de desecho. El
un universo
de sobrevivir,
alternancias entre una metáfora
que su
ser considerado producto
del
discursividades filosóficas. En
pútrido, agonizante,
son víctimas
redes
y la
carencia material
encontramos con un juego
El
las
atrapado por
disminución, lo llevan a
subalterno que
opera como una pieza cuya utilidad es transitoria.
la
El
modernidad requie
cuerpo
En
funciona así,
de un
desgastado,
y
da tregua irrumpe la figura del anciano, transfigurado, casi como
un 'apóstol', el cual intenta discursivamente transgredir el orden. Su gesto, en
términos pragmáticos, es inútil, sin embargo logra incluir su discursividad como
como un significante
horror
un
se
medio
que no
instrumento eficaz
ciado.
reemplazable.
envilecido
Es
en este
mantiene, que
tienen menos
Lillo
neral"18
en
tanto
contexto,
simplemente
el viejo se
integra
a
valor por el
circular,
en
nos presenta a un personaje cuya
juego de la
hecho de ser enun
donde
las filas de "aquellos
valor para sus explotadores que uno solo
se mantiene precariamente en el
En
tiene
con una estructura
el estado
de los trozos de
dignidad
inicial
galeotes cuyas vidas
ese mi
es un patrimonio que
sobrevivencia.
términos de
una dignidad no negociable,
la confrontación hacia el poder de
un modo
encarnada en la oposición entre el joven obrero
el ingeniero "Mr. Davis". La dignidad del joven lo conduce no
"Viento
y
sólo a su propia destrucción, sino también a la del superior. Es extraño que la
figura del trabajador no manifieste resentimiento. Antes al contrario, se deja so
meter
y cuando se rebela, desaparece.
oposición a este
relato,
en
"
El grisú", texto
mucho más directo
encontramos
en el que surge
Negro"
Baldomero Lillo,
personajes masculinos.
para
lo
más
con extrema
mínimo, se repliega
mos con esta extrema pasividad
el
padre,
pasividad
de
sus
cuyo salario ni siquiera alcanza
lamentaciones. Si por un lado nos encontra
ante las circunstancias, por otro, aparecen com
en
justifican
en cuanto dispositivos de supervi
"El chiflón del diablo", donde un muchacho
oculta a su madre que se desempeñará en la zona más peligrosa del
mineral, o en
"La compuerta
12", relato en el que un niño es separado de su familia por el
propio padre para insertarlo en el trabajo minero. El tema del sacrificio atraviesa
portamientos
vencia.
trágicos,
crudeza, destaca la inútil
En "El pago",
Así sucede,
N°
18 Lillo
130
op.cit. p.112.
por
que sólo se
ejemplo,
en
AISTHESIS
N°
34, 2001
El despojamiento
ambas narraciones.
da de
ESTUDIOS
manera ritual
y
vital o
la liminaridad
existencial es asumi
trágica. A la pasividad masculina se opone,
de las mujeres, o más bien, de la figura materna capaz de
llegar incluso al suicidio ante la muerte del hijo.
el arrojo
dolor
o
Por
su
parte, "Juan
Fariña"
es un relato
tástico con el realismo-naturalista
le
que
do,
ayuda a vengar
directamente
pasa
ya en
inserta
1903,
un
la
muerte
que conjuga el género
fan
sino por
la
naturaleza.
El
relato
fue
percibi
ámbito de las leyendas populares, lo cual
cuanto a las fuentes de donde se nutre la
como perteneciente al
nuevo
registro en
discursividad de Lillo. También
las dominantes de Sub térra: "El
deseo de dos hombres
resulta
pozo".
por el cuerpo
aborda, por primera vez en el
libro,
de
el
singular el
Se trata de
una mujer.
tema del
único
cuento que escapa a
un relato erótico en
Lillo,
con gran
torno
al
minuciosidad,
placer carnal que
desencadena
tragedia.
una
Estamos
le
parte,
exteriorizar el
insertando un personaje asociado al demonio
del padre obrero. La venganza de Fariña no
los poderes,
por
híbrido
por otra
de
sición
donde
ante narraciones
manifiesta como una entidad
subalterno siempre es
el poder
jamás negocia,
porque el otro se
indiferenciada. Sin embargo, quien ocupa la po
capaz de identificar al poder en su singularidad.
En "Caza mayor", metonímicamente el perro del patrón "es", para el viejo caza
dor, el patrón. Sólo desde la precariedad del sometido, históricamente despoja
do,
es posible entender su gesto
arrebatarle el producto
alma
de
de la
siervo experimentó un
enfurecido se presentó a su
Una
vez alterado el curso
secuencias,
ya que nunca
minando cada uno
IDENTIDAD,
de
de
violencia al
cacería :
"pasado
disparar
al animal que
el primer estallido
desfallecimiento
supremo...
imaginación produciéndole
de
insiste
y la figura del
un escalofrío
en
cólera... su
de
amo
terror"19
de los acontecimientos, el personaje prefigura las con
ha estado solo, el poder ha estado siempre ahí, deter
sus actos.
LITERATURA Y MIRADA HORRORIZADA
de las funciones principales de Sub térra se
cumple al permitir la apertura de nuevos espacios de visibilidad, es decir, hay
ahora un otro, el miserable,
y una situación, la injusticia social, que pueden ser
Aceptamos
entonces que una
hacen visibles, pero ¿para quién? y ¿dónde?.
Santiago, la cual se había ido convirtiendo, desde la segunda
mitad del siglo 19, en un espacio cada vez más desconocido (para la mirada de
las élites)
más problemático (en términos de su administración). Los procesos
vistas,
que se
Un dónde:
y
de transformación económica (una industrialización que comenzó a dibujar los
barrios obreros) y las consecuentes crisis, la migración cada vez más acentuada,
el acelerado crecimiento urbano, permitieron que el antiguo orden de conviven
cia aparentemente estable entre
los distintos
grupos
sociales, se
rompiera.
Ya
en
19 Ibid. p.178.
20 Cfr. Romero, Luis Alberto. "¿Cómo son los pobres ? Miradas de la élite e identidad popular en Santiago
hacia 1870". Opciones N°16 (1989): 67.
131
ESTUDIOS
AISTHESIS N 34, 2001
1872, E^njarnín Vicuña Mackenna expresaba que : "Santiago
es por su
topografía
un distrito pacífico y laborioso
de ciudad doble que tiene
y
otro brutal, desmoralizado y feroz"20.
Esta bipartición de la urbe no sólo implica un problema urbano, sino que
refleja una crisis social en donde dos partes se habían distanciado, generando
.
.
una especie
.
.
mundos altamente contradictorios.
ta lo que sería
las
una constante en
la
Sin embargo. Vicuña Mackenna
captación
del
otro, marginal, subordinado: a
decadencia
condiciones materiales miserables, se asocia una
ble,
definitivamente
que estigmatiza
la
no existen ni pueden existir el pudor ni
De
esta
forma, finalizando
consenso en cuanto a
siendo
la
primera
la
la ineludible filiación
la inversa22. La incipiente
las
donde
élites
desde la
así,
modernidad
periferia
de la
ciudad negaba
alguna preocupación
la
se
había llegado
y
de
moral, no
segunda, sino que, muchas veces, a
una
generó, entonces,
y
"allí
a una especie
entre miseria material
desconocido,
el otro se convirtió en un
una visibilidad que negaba
te, hubo
de la
causa explicativa
insalva
periferia:
decencia"21
19,
el siglo
moral
de la
todos los habitantes
a
ya manifies
amenazaba su estilo
existencia
del
otro como un
reflejada, por ejemplo,
en
discursividad
un ser
las
de
en
peligroso, que
vida.
Se dibujó
igual. Ciertamen
campañas
de
higie-
fin de combatir la mortalidad infantil y las plagas (las pestes, la
horrorizada'
Sin embargo, lo que Romero llama la mirada
hegemortizó
la visión de las élites respecto al otro23. El roto, ensalzado por su gloriosa partici
nización con el
sífilis).
pación en
la Guerra del Pacífico, ha
caído
hasta
y la chingana, ^el hijo del vicio y de la
dibuja de esta manera una ciudad partida en
no ser más que el producto
que
lo 'decente',
rodeado por un mundo
del
(vicuña Mackenna)24. Se
miseria"
rancho
cuyo centro
horroroso,
del
lo
visible no es más
cual es escasamente res
ponsable.
Ese centro,
ahí que
conformado por
la élite,
no sólo posee un poder
traza las
de todo
material,
sino
De
de lo
simbólico25,
la aparición de Sub térra sea tan altamente significativa, no sólo en cuanto las
también
un poder
implicaciones
que
propiamente
literarias, sino,
marcas
sobre
la hegemonía del poder simbólico. Lillo, y en
presente una nueva visualización
y una
todo,
general el
por
el orden
real.
las transformaciones de
criollisrno-naturalista, hace
nueva enunciación.
Permite
que se vea
la
discursivo, se la asocie con una estructura de poder (hay que
aceptar que también en Lillo se patentiza una mirada horrorizada, pero ésta, se en
miseria
y que,
a nivel
desterritorializada:
horror es
de la miseria, su cara desnu
las percepciones respecto al
otro-rniserable, desligándolas de la causal moral, para llevarlas al plano de la injus
ticia social. Esto es posible gracias a las transformaciones de la ciudad letrada26,
cuentra
da, y no la defensa de la
22 Ibid.
p.69.
23 Ibid.
p.66.
el
élite).
Este
aquí el aspecto
gesto
inédito
abre
24Ibid_p.67.
el poder de construir realidad. Aquella que
establece un orden gnoseológfco: el
del significado inmediato del mundo y en particular del orden sodal". Rene Bouidieu en Yentzen, Marcela.
"Construcción de identidad nacional a través de la narrativa de la Independencia: el caso chileno". San
25 "el poder simbólico es
tiago:
132
Aras, 1996.
p3.
AISTHESIS
sobre
del
todo
siglo
N°
en
lo
19. El
respetabilidad
dado por los
fines del XIX
ESTUDIOS
referido a
ser
letrado
pública,
múltiples
'escritores'27
miento
34, 2001
Según
una
crítico"28
las implicaciones
que
tuvo la modernización de
apareció entonces como un modo
con un grado mayor
focos
Ángel
que
la
Rama:
de
de
"Efectivamente,
Baldomero Lillo, y
y de
de los poderes,
desempeño de los
autonomía respecto
nueva economía abre para el
disidencia dentro de la
finales
ascenso social
ciudad
en general
comenzó a manifestarse
letrada
los
desde
que configuró el pensa
escritores
CTiollistas-naturalis-
tas, forman parte de ese pensamiento crítico, cuya principal función fue permitir el
comienzo de una nueva visualización del otro, el habitante del mundo popular. Gesto
clave en el constante proceso
dad
ya no pudo
que
tuvo que
formarse
de
construcción
más a partir
comenzar a mirar el
de la identidad
únicamente de la
horror de la
miseria
y
nacional.
mirada
sus
Esa identi
horrorizada,
sino
demandas.
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Yentzen, Marcela. "Construcción de identidad nacional a través de la narrativa
de la Independencia:
26 "En el centro de toda
el ejecutor
ciudad
.
.
.
el caso chileno".
hubo una
ciudad
Santiago: Arcis, 1996.
letrada
que componía el anulo protector
de su órdenes". Rama, Ángel. La ciudad letrada. Hanover : Del Norte, 1984.
27 Cfr. Rama,
28 Ibid. p. 78.
Ángel, op.cit.
del poder y
p.25.
p.74.
133
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