nadie se acuerda de «santa bárbara» hasta que

Anuncio
OPINIÓN
22
LA RAZÓN
MARTES, 27 - II - 2001
TRIBUNA LIBRE
E
sta semana se resolverá la
privatización de la E.N.
Santa Bárbara en el Consejo de Ministros, ya que
el último plazo para esta
decisión «personal» del
presidente Aznar termina
el último día de febrero. La
SEPI seleccionó el proyecto industrial de futuro para Santa Bárbara, de la norteamericana
General Dynamics (GD), por ser superior en
todo (aportación económica, cartera de trabajo, mantenimiento de la plantilla y centros de
producción...) a la oferta de los alemanes. El
Gabinete Aznar hará pública la decisión de la
privatización de la E.N. Santa Bárbara después
de casi tres años de negociaciones a cargo de
la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y transcurridos más de diez meses desde que fuera seleccionada la oferta de
GD como la más ventajosa económica y laboralmente. El 12 de abril de 2000, la SEPI seleccionó el proyecto industrial de futuro de GD
para la privatización de la E.N. Santa Bárbara,
por ser el plan industrial de los norteamericanos
superior, en aquellos días, al de las empresas
alemanas Krauss-Maffei y Reinh Metall en
unos 40.000 millones de pesetas, siendo la aportación de cartera de trabajo entonces, de GD,
de 13.800 millones de pesetas, el valor de las inversiones a realizar ascendería a 10.000 millones de pesetas junto con transferencias de
tecnología y procesos y, además, la
GD garantizaba la permanencia de
los ocho centros de Santa Bárbara
repartidos por España con la sede
central en Madrid: Sevilla, Oviedo,
Trubia, La Coruña, Murcia, Granada, Palencia y el Centro Tecnológico
de Paracuellos de Jarama (Madrid).
La empresa norteamericana se comprometió, por escrito, al mantenimiento de la actual plantilla de la empresa de armamento terrestre
española, en sus ocho centros, por
lo tanto, a no cerrar las factorías más
difíciles de mantener de Palencia,
Granada y Murcia, de la división de
Pólvoras y Explosivos. Así mismo,
la desaparición del Centro Tecnológico de Paracuellos, que parecía
inminente, no se produciría al convertirse en un centro de Investigación y Desarrollo (I + D), de
acuerdo con la propuesta norteamericana.
La decisión del Consejo de Administración
de la SEPI, según determinada prensa, abrió
un importante conflicto político con el gobierno de Alemania, que más que político, denominaríamos nosotros de guerra económica, ya
que hasta ahora Santa Bárbara, en el mundo,
no era competidora de la industria de defensa
alemana y si la compañía pasaba a depender
de los norteamericanos podría convertirse, a
partir de los cinco primeros años de saneamiento y modernización, en un duro competidor en armamento terrestre, como está ya ocurriendo en la industria naval, con la nueva
Bazán en su pugna con los astilleros alemanes.
El carro de combate alemán «Leopard» combatió en su día «económicamente» con el M1 «Abrams» norteamericano, fabricado por GD.
Los «contactos» de los socialistas españoles, y
más concretamente de Felipe González, en materia de armamento con el Gobierno alemán se
remontan a 1993, cuando cedieron al ejército
de Tierra español 108 carros de combate «Leopard» en alquiler, a un precio político que iba
unido a la fabricación posterior, en España (60%
NADIE SE ACUERDA DE «SANTA
BÁRBARA» HASTA QUE TRUENA
MICKEY MOUSE
CONTRA
STALIN
Alfonso DE CARLOS
Manuel AYLLÓN
del carro) y en Alemania (el 40%), de 219 carros «Leopardo 2E» y dieciséis carros de recuperación «Leopardo 2ER».
GD ofreció en noviembre la ampliación de
la carga de trabajo de Santa Bárbara, ofreciendo a la SEPI la posibilidad de fabricar en España –en La Coruña– sus rifles deportivos Weatherby Magnum para todo el mercado
norteamericano. Estos fusiles de caza supondrían unos ingresos de 1.800 millones de pesetas anuales a partir de 2002, siempre que no
se dilatara la privatización. Esta nueva línea de
producción, que daría trabajo a más personas,
completaría la del fusil de asalto alemán G36E de 5,56 mm., de Heckler Koch (HK), ganador en España del concurso internacional para
dotar a nuestras Fuerzas Armadas de un arma
que sustituya a los CETMEs de Santa Bárbara.
La fabricación en La Coruña de este arma li-
gera de materiales compuestos, al requerir un
proceso mecanizado, daría a su fin en un año,
de acuerdo con las fuentes consultadas. Sin embargo, el rifle deportivo norteamericano, al ser
artesanal, completaría el trabajo de la factoría
gallega. Ademas de la exportación de este nuevo producto, para todo el mercado norteamericano, Santa Bárbara sería subcontratista de
GD en el programa del nuevo vehículo blindado de ruedas LAV-III de los que se fabricarán,
en los EE UU, 1.830 unidades para un total de
cinco brigadas del US Army, por lo que se puede alcanzar, en su conjunto, una facturación de
800.000 millones de pesetas, de los que alguna
parte quedaría en España. Por supuesto no se
fabricaría aquí, como se ha dicho en un periódico nacional, la barcaza, torreta y el cañón, ya
que eso son exageraciones. De momento GD
al 50% con General Motors tienen asegurado
ya el primer contrato de 366 vehículos de ocho
ruedas, para dotar a la primera brigada.
La contrapartida alemana no consistió en aumentar su oferta para igualar, por lo menos, a
la norteamericana, si no que su única propuesta fue «integrar las empresas de Defensa espa-
ñolas, como Santa Bárbara (armamento terrestre) y la nueva Bazán en un consorcio de Defensa europeo liderado, como no, por las empresas alemanas, que de esta forma tendrían
amordazadas y maniatadas a las españolas, eliminando la competencia, sobre todo la naval,
que el pasado 28 de febrero de 2000 consiguió
para España, en dura lucha con los astilleros
alemanes, la construcción de cinco fragatas F85 para la marina Noruega, por un valor de
220.000 millones de pesetas, demostrando al
mundo entero que nuestra Nación ha dejado de
ser hace muchos años el país productor de botijo y castañuelas. Pero el tema de la Nueva Bazán ya lo trataremos en otra ocasión. Mientras
los alemanes no ofrecían ninguna mejora a sus
ofertas iniciales para hacerse con Santa Bárbara, la ofensiva económica de GD continuaba
con la propuesta de fabricación de componentes del carro M-1 «Abrams», la estrella de GD, por valor de hasta
30.000 millones de pesetas. Los norteamericanos no contentos con estas
ofertas y ante el peligro alemán (con
encerrona al presidente Aznar en
España, Francia y Alemania, en esta última visita, acompañado de su
esposa, con «tercer grado» seguramente, por un lado, y «cantos de sirena» económicos por otros) continuaron con el «órdago» por escrito
en el escenario español, como se deben hacer las privatizaciones ante
los ciudadanos y nunca entre bastidores; ofrecieron además la fabricación de componentes de los nuevos tractores de asalto anfibios
AAAV (no lanchas como las ha denominado un periódico nacional)
que sustituirán en los US Marines
y esperemos que la Infantería de
Marina española a los actuales vehículos anfibios de cadenas. Este
programa, que ganó en concurso
RAÚL
GD, podría suponer para la empresa norteamericana la fabricación de 1.013 vehículos por valor de unos 2,8 billones de pesetas a entregar entre 2005 y 2015. Barajándose la
posibilidad de la fabricación del sistema MK-46
de 30 mm., arma principal del vehículo en Trubia/Oviedo. No podemos seguir extendiéndonos en las propuestas de trabajo que ha hecho
GD a cada una de las factorías de Santa Bárbara, puesto que estamos hablando del tercer o
cuarto grupo industrial de armamento del mundo, que potenciará su presencia en Europa continental con la «cabeza de puente» española si
por fin se confirma la oferta de adjudicación
que seleccionó ya la SEPI el 12 de abril de 2000,
beneficiándose a su vez nuestra Santa Bárbara
del mercado de defensa americano, doble en tamaño del europeo. La solución la tiene en sus
manos Aznar, de su persona depende esta decisión, que sólo tiene una salida, esperemos que
sea la correcta y si no tendrá que dar grandes
explicaciones y, por supuesto, que no se demore el fallo porque cada día que pasa supone muchas pérdidas de trabajo para nuestras factorías.
Alfonso de Carlos es militar en la reserva
E
s mi deseo que todos tengamos en
cualquier parte los mismos derechos
que una lavadora eléctrica, y puestos
a pedir me gustaría que fuesen unos pocos
más, pero nunca menos. Debieran todos los
nacidos de mujer, cual fuera su condición,
desplazarse libremente, como una mercancía o una divisa. Creo que me gustan las cosas antiguas y racionales que están quedando preteridas por la globalización económica.
Me incomoda esa patria común de ensueños para millones de nuevos clientes que
fueron antes viejos ciudadanos de Estados
que ya no sirven y por ello me opongo fervientemente a las políticas monetaristas y
ultraliberales de los hijos bastardos del maligno Milton Friedmann.
Me indigno ante el sometimiento universal y silente al régimen de los mercados que
se convierten en agresores de la democracia, pese a que conserven un voto para casi
todos los ciudadanos que tengan papeles.
No quiero que sea más eficaz que el voto
político ese otro que, eufemísticamente, los
economistas llaman el voto monetario. Ese
voto que no va a las urnas y se decide en los
gabinetes de estrategia de las corporaciones
financieras.
No quiero un mundo de inversores contra contribuyentes, donde los brokers conspiran contra los ciudadanos y las corporaciones contra los gobiernos. Me ofende ver
preterida la Política frente a la Economía y
que el Mercado domine y sojuzgue al Estado.
Considero inmoral la disciplina que los
capitales imponen a los estados ignorando
que la democracia está sometida a leyes diferentes que los programas de análisis financiero y me parece escandaloso que los
telécratas, como Berlusconi, puedan gobernar bajo apariencia de legitimidad.
Cuando fracasan los Estados ante las embestidas monetaristas y antisociales de los
globalizadores nacen, como refugio de los
ciudadanos asustados que ven peligrar su
escaso bienestar, la xenofobia, el separatismo y la esperanza irracional en un mercado
mundial cuyas mieles no serán para más que
un veinte por ciento de la población. Para el
resto, si hay suerte, sólo quedan la MTV,
Disney y la McDonald’s y quinientos satélites para infectar las conciencias.
Hace años Stalin, un loco homicida, pretendió ser omnipotente, y no lo consiguió
pese a todo. Hoy un terrible ratoncito, Mickey, ha logrado ser omnipresente y está en
el imaginario colectivo de más de cinco mil
millones de humanos. Ted Turner, Soros, el
FMI, la Reserva Federal USA y la Factoría
Disney han conseguido lo que no soñaron
los mariscales soviéticos. Están construyendo
un mundo globalizado al pie de las divisas,
los paraísos fiscales, la defraudación contra
los estados y el recorte masivo de los derechos sociales y políticos de tantos hombres
y mujeres como han sido engañados por un
efímero bienestar. ¡Muera Mickey Mouse!
Manuel Ayllón es arquitecto y escritor
Descargar