Dictadura_PrimoDeRivera_II Republica

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CEAD.
Historia de España 2º Bachilerato
Guión para el estudio del tema La Dictadura de Primo de Rivera
II.- La crisis del Estado y la sociedad 1923-1939.1.- La dictadura de Primo de Rivera: Orígenes y planteamientos políticos e ideológicos.
Cronología de la etapa a estudiar: 1923-1931
Etapas de la Dictadura de P.R.
a) 1923-1925: Dictadura Militar.
b) 1925-1929: Dictadura civil. /1930 dimisión y muerte de P.R.
1930 Gobierno del general Dámaso Berenguer.
1931 Gobierno del Almirante Aznar, hasta abril de 1931.
I.- Antecedentes del golpe de Estado.• 1918-1923: gobiernos de concentración (11), sin respaldo.
•
De la tensión social
Movilizaciones obreras de CNT y UGT que se radicaliza.
Derrota de Annual de 1921.
• Rumores de golpe de Estado en verano de 1923:
Indiferencia de la opinión pública. Razones.
• Papel del rey en el golpe de Estado.
• Contexto internacional que influye en el golpe.
II.- El golpe de Estado.• Materialización del golpe el 13 de septiembre de 1923.
• Objetivos del golpe: (contenidos en el manifiesto)
Acabar con el sistema de la Restauración.
Solucionar problema marroquí.
Garantizar orden público.
Combatir el anticlericalismo y el separatismo.
• Los españoles ante el golpe; grupos sociales que apoyan y rechazan el golpe.
III.- La reorganización del Estado.• Objetivo.
• Medidas políticas tomadas
Supresión y represión de lo anterior.
Creación de un Directorio Militar (1923-1925)
M.P.R. presidente del Directorio, concentra todos los poderes.
Militarización del Estado
•
•
Regeneración o renovación fallida. Base real del sistema no cambió.
Proyecto de nuevo modelo de Estado de M.P.R.
Creación y función de la Unión Patriótica (UP) en 1924
Creación de la Asamblea Nacional Consultiva en 1927 durante el Directorio
civil. Competencias de la Asamblea.
Redacción de nueva constitución en 1929.
IV.- Sociedad y Economía de la época.Aspectos sociales.A) Desde el punto de vista cultural: Sociedad contradictoria.-
Guión Tema La Dictadura de Primo de Rivera
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CEAD.
Historia de España 2º Bachilerato
Conviven una España vanguardia de la modernidad, y otra analfabeta.
Personajes.
B) Punto de vista social:
También dualidad entre minoría oligarca dominante y mayoría de agricultores
y obreros politizándose.
C) Orden Público:
Fuertes medidas represivas. Falsa calma social.
D) Actitud ante el Nacionalismo Catalán:
Persecución que provoca fuerte rechazo en Cataluña.
Aspectos económicos.• Buena coyuntura económica de los años 20.
• Características de la política económica:
o Refuerzo del proteccionismo.
o Subvenciones a empresas nacionales con dinero público.
o Fuerte inversión en obra pública para disminuir el paro.
o Monopolios Telefónica y CAMPSA.
• Consecuencias de la política económica:
o Positivas:
Disminución huelgas / Finalización de obras públicas importantes /
Aumento de la producción industrial.
o Negativas:
Excesivo endeudamiento del estado / Beneficia a pocos.
V.- La oposición a la dictadura.•
•
•
•
•
Los Republicanos.
Intelectuales.
Mundo universitario.
Sindicatos.
Nacionalistas: cuestión catalana.
VI.- El fin de la dictadura: la caída de la monarquía.•
•
•
Factores que lo explican y hechos que se suceden
o Aumento de los opositores / Distanciamiento entre Alfonso XIII y P.R. /
Vuelta Huelgas (1929) / Dificultades financieras del Estado / El ejército
deja de apoyar a P.R. / Enfermedad de P.R.
o Dimisión de P.R. en enero de 1930 y muerte 2 meses mas tarde en París.
General Dámaso Berenguer nombrado nuevo jefe de gobierno (1930)
o Misión del nuevo jefe de gobierno:
Volver al sistema constitucional de la Restauración
Salvar la figura de Alfonso XIII ante su creciente impopularidad.
Nuevo gobierno del Almirante Aznar a principios de 1931.
o Convocatoria elecciones municipales; Consecuencias
Triunfo de republicanos y socialistas
Lectura de las elecciones: rechazo a la monarquía.
Abandono de España de Alfonso XIII. Fin de la monarquía.
Proclamación de la II República en Abril de 1931, presidida por
Niceto Alcalá Zamora.
Guión Tema La Dictadura de Primo de Rivera
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LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA.
ORÍGENES Y PLANTEAMIENTOS POLÍTICOS E IDEOLÓGICOS
El periodo 1918-1923 supone el último acto del decrépito sistema
constitucional de 1876. En esos años la crisis que se venía fraguando no hace
sino profundizarse hasta extremos gravísimos, para culminar en el golpe de
Estado de septiembre de 1923, que terminó con el régimen parlamentario.
Desde 1918 se iniciaron los gobiernos de concentración que caracterizan
el periodo final del régimen, sucediéndose hasta un total de once gobiernos,
respaldados por minorías mediante difíciles equilibrios de partidos, e incapaces
de sacar al país del marasmo político.
La tensión social iba en aumento. Un congreso anarcosindicalista reforzó
la vía de las movilizaciones, línea que confirmó la CNT en 1919, a lo que se une
la revisión del programa del partido socialista (PSOE) en sentido revolucionario.
La derrota de Annual en 1921 terminó de agotar el sistema al hacerse
evidente la ineficacia e inoperancia de los gobiernos para resolver el problema
de Marruecos.
En el verano de 1923 los rumores sobre un golpe de Estado estaban a la
orden del día, y la prensa venía denunciando las actividades conspirativas. La
opinión publica, desengañada del régimen y exasperada por la corrupción
política, el alza de los precios y la cuestión marroquí, presionaba en el mismo
sentido. La posibilidad de un “hombre de hierro” que pusiera orden y practicara
una “política quirúrgica para acabar con las lacras de la Restauración”,
comenzó a ganar adeptos.
Por último, hay que señalar dos factores añadidos. En primer lugar, el
apoyo del Rey. La mayor parte de los testimonios coinciden en que Alfonso XIII
valoró la posibilidad de un gobierno militar, lo que no está tan claro es que
alentara la conspiración. Pero sí es evidente que, al menos, colaboró con el
golpe al no oponerse al mismo y contribuir, con su lenta reacción, a afianzar el
pronunciamiento. Es cierto que hubiera sido difícil resistir, pero su apoyo
explícito al Dictador en las horas claves del golpe ligó para siempre el futuro de
la Monarquía al de la misma Dictadura.
El otro factor significativo era el contexto internacional. La violenta
crisis económica, el trauma generado por la I Guerra Mundial y, sobre todo, el
triunfo de la revolución y establecimiento del comunismo en Rusia en 1917,
alentaban los movimientos radicales y militaristas.
Llegamos así al 13 de septiembre de 1923, cuando el capitán general de
Cataluña, Miguel Primo de Rivera, sacó sus tropas a la calle, ocupó los
principales edificios oficiales e hizo público un manifiesto declarando los
motivos de la rebelión y sus intereses. (Texto 1)
Los objetivos del golpe eran:
a) Acabar con el viejo sistema político parlamentario liberal surgido en 1875 y
calificado por Primo de inmoral y corrupto.
b) Solucionar definitivamente el problema marroquí.
c) Garantizar el orden público y poner fin a los asesinatos e insurrecciones
revolucionarias.
d) Terminar con el anticlericalismo y el separatismo.
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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Los valores que inspiraban al general Primo eran tradicionales, simples y
típicamente castrenses: orden, eficacia, disciplina, autoridad y amor a la
patria.
Sin duda alguna, la sublevación militar no sorprendió a la sociedad
española de 1923, y la opinión pública en general acogió la nueva situación
entre la indiferencia y la aprobación. La burguesía católica, así como los
sectores patronales industriales y mercantiles recibieron la Dictadura con
entusiasmo. Por el contrario, anarquistas y comunistas reaccionaron al golpe
militar convocando una huelga general que fracasó. Los socialistas no
ofrecieron resistencia activa y sólo protestaron verbalmente con gran
prudencia.
La reorganización del estado
En principio, la Dictadura se presentó como una solución política
provisional y excepcional. Sin embargo, con el tiempo, el general Primo olvidó
sus primeras intenciones, confirmando su voluntad de continuar y prolongar su
poder personal para crear un nuevo Estado que sustituyera al sistema
parlamentario definido en la Constitución de 1876.
Las medidas políticas iniciales tomadas por Primo de Rivera desde el
poder durante los primeros días fueron la suspensión de la Constitución, la
disolución de las Cortes, prohibición de las actividades de los partidos políticos
y los sindicatos con una fuerte represión del obrerismo más radical –cenetistas
y comunistas— y la instauración de la Dictadura Militar con la creación de un
Directorio Militar (1923-1925)para gobernar el país.
En realidad, Primo, como presidente de este Directorio, concentraba en
sus manos todos los poderes, dirigía el Estado como único responsable de la
gobernación del país y asumía sin límites las funciones legislativas con potestad
para dictar normas y decretos con fuerza de ley.
La administración del Estado quedó en manos del Ejército, los puestos
claves y los altos cargos fueron ocupados por militares, todos los delegados del
gobierno en los ayuntamientos y todos los gobernadores provinciales
pertenecían al Ejército.
La regeneración política, que era uno de los objetivos primordiales del
discurso del dictador quedó en una gran farsa, ya que se suspendieron todos los
mecanismos electorales y la “renovación” política se limitó a sustituir unos
caciques por otros. La Dictadura no tocó la base real del sistema: la oligarquía
de terratenientes e industriales, siguió dominando la vida económica y social, y
se aprovechó del control que ejercía el Dictador y de la ola de prosperidad
económica de los años veinte para aumentar su fortuna y afianzar su poderío
financiero.
En cualquier caso, el proyecto más ambicioso de Primo de Rivera
consistía en destruir los fundamentos del parlamentarismo liberal y
reemplazarlo por otro modelo de Estado con nuevas instituciones. Los tres
momentos principales de este intento de organización de un nuevo régimen
político fueron:
1- Creación en 1924 de la Unión Patriótica (UP), nueva fuerza política,
impulsada y protegida por el gobierno, que significa un intento de crear
desde el poder un partido único para apoyar y colaborar con el régimen
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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primorriverista. Ideológicamente, los upetistas se definían como
derechistas,
antiparlamentarios,
defensores
del
autoritarismo,
monárquicos y católicos. La presidencia, como jefe nacional de la UP,
quedó reservada a Primo de Rivera.
2- Durante el Directorio Civil (1925-1929), Primo intentó institucionalizar su
régimen con la creación de la Asamblea Nacional Consultiva (1927),
asamblea que carecía de capacidad legislativa, consistiendo su única y
limitada función en asesorar e informar al dictador. Estaba compuesta por
400 miembros, elegidos directa o indirectamente por el gobierno, entre los
que se encontraban afiliados de la UP, numerosos oficiales del Ejército,
obispos y representantes de los grupos económicos más poderosos del país
(latifundistas, grandes industriales y líderes de organizaciones patronales.)
3- Redacción de una nueva Constitución encargada por Primo a la Asamblea.
Dicho documento fue terminado en junio de 1929, cuando ya la Dictadura
estaba en plena decadencia, no sirviendo para nada.
Durante la primera etapa de la Dictadura, el conflicto de Marruecos
centró el interés de Primo. A partir de 1925 se inició una política de
colaboración con Francia que incluyó una acción militar coordinada. Fruto de
esa colaboración fue el desembarco de Alhucemas (1925), que se saldo con
gran éxito; derrotado Abd-el-Krim, las tropas españolas dieron por concluida la
ocupación efectiva del todo el Protectorado.
LA SOCIEDAD Y LA ECONOMÍA
La sociedad española de la dictadura es una sociedad llena de
contradicciones. Junto a una tasa de analfabetismo que en 1920 es superior al
20% están los escritores de la generación del 98 en su espléndida madurez
creadora, o la de 1927, hablándose de una “Edad de Plata” de la cultura
española.
Queremos decir con lo anterior que junto a una España que
culturalmente estaba en la vanguardia de la modernidad (Unamuno, Valle
Inclán, García Lorca, Picasso), subsistía una España analfabeta, arcaica y negra.
En cuanto a su estructura social seguía siendo la de los años anteriores:
una minoría dominante que controlaba los aspectos políticos y económicos de la
sociedad y una mayoría de agricultores y obreros industriales que luchaban por
mejorar su situación cada vez más politizados y organizados.
En cuanto al orden público Primo de Rivera tomó medidas represivas
contra estas masas populares mediante la supresión de la libertad de expresión
y reunión, al mismo tiempo se realizaron detenciones de líderes obreros, con
cierres de locales y periódicos. Estas medidas se tradujeron en una disminución
de los atentados terroristas, y en una calma social totalmente falsa.
Por lo que se refiere a los Nacionalismos, la Dictadura los persiguió tanto
en su matiz autonomista como separatista, prohibiéndose cualquier
manifestación de éste origen (banderas o lengua).
Por lo que se refiere a la política economía, la Dictadura se benefició de
la buena coyuntura económica de los años 20. la política económica se orientó
hacia la defensa y protección de la economía española, para impulsar su
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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reactivación. Se practicó una política caracterizada por una fuerte intervención
estatal destinada a controlar todos los sectores productivos.
Otras medidas intervensionistas fueron:
a) El reforzamiento del proteccionismo arancelario tanto agrario como
industrial.
b) Ayudas y subvenciones con dinero público a empresas nacionales.
c) Incremento de la inversión pública en la construcción de redes de
carreteras y obras hidráulicas, para dar trabajo a los trabajadores en
paro.
d) La creación de monopolios como el de Telefónica y CAMPSA.
Los resultados de esta política económica fueron la disminución del número
de huelgas, la finalización de modernas obras públicas y el aumento de la
producción (hierro, acero y cemento). Por contraste, el Estado se endeudó en
exceso y, en definitiva, los principales beneficiados fueron los grupos
capitalistas españoles. Hay que señalar por último, que la economía española se
benefició de la recuperación internacional tras la I Guerra Mundial.
La oposición a la Dictadura
La oposición a la Dictadura estuvo integrada por buena parte de los
líderes de los viejos partidos del turno, los republicanos, los comunistas y
anarquistas, determinados sectores del ejército y la casi totalidad de los
intelectuales.
Los republicanos organizaron la llamada Alianza Republicana, que logró
unir a las diversas facciones del movimiento y desarrollar una amplia campaña
propagandística en el exterior. El enfrentamiento de los intelectuales con la
Dictadura estuvo protagonizado por figuras como Unamuno, Ortega y Gasset,
Blasco lbáñez y Menéndez Pidal, muy críticos con el régimen y que, en 1924,
suscribieron un manifiesto con más de 1000 firmas en contra de su política
cultural. La oposición del mundo universitario se materializó en la revuelta
estudiantil y en el apoyo conseguido por la FUE (Federación Universitaria
Española)
La CNT se mostró contraria al régimen, pero en su interior se agravó el
enfrentamiento entre quienes defendían una actitud más radical y partidaria
de la violencia y aquellos que defendían posturas más posibilistas, entre los
cuales se encontraba Ángel Pestaña. Los primeros, en julio de 1927, crearon la
FAI (Federación Anarquista Ibérica), que en su mayoría era partidaria de la
insurrección popular. También el PSOE cambió su posición hacia 1929 cuando
rechazó abiertamente los intentos continuistas del régimen y se pronunció a
favor de la República
La cuestión catalana se convirtió en un conflicto. Las medidas políticas
y administrativas tomadas por Primo de Rivera como la liquidación de la
Mancomunitat en 1925, la prohibición del uso público de la lengua catalana y
del baile de la sardana, o la clausura del campo del Barcelona hicieron que el
régimen fuese visto en Cataluña como profundamente anticatalanista. Todo
ello provocó un notable distanciamiento incluso de los sectores que, como la
Lliga Regionalista, habían acogido la Dictadura con evidente simpatía. Pero la
acción opositora que tuvo más impacto en la opinión pública, incluso en la
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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internacional, fue la fallida invasión del territorio español desde Prats de Molió
(Francia), en 1926, dirigida por el nacionalista catalán Francesc Maciá.
EL FIN DE LA DICTADURA: LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA
Hacia mediados de 1928 comenzó la decadencia del régimen
primorriverista. Encontramos diferentes factores que lo explican:
a) El creciente número de opositores al régimen: republicanos, anarquistas,
comunistas, nacionalistas catalanes y medios intelectuales.
b) El deterioro de las relaciones de Primo con Alfonso XIII.
c) La reaparición de los conflictos sociales y de las huelgas en 1929.
d) Las crecientes dificultades financieras del Estado, endeudado para
realizar los programas de obras públicas.
e) La pérdida de apoyo de los mandos del Ejército, que retiraron su
confianza a Primo.
f) La enfermedad del dictador.
El general, incapaz de solucionar los problemas y mantenerse en el poder,
dimitió en enero de 1930 y se marchó a París, donde murió dos meses mas
tarde.
Después de la renuncia el rey nombró jefe del gobierno al general Dámaso
Berenguer, cuya difícil tarea debía consistir en:
a) Reponer el sistema constitucional liberal suspendido por la Dictadura.
Esto suponía una anacrónica vuelta al pasado, a la constitución de 1876,
que era ya inaceptable para republicanos, demócratas y socialistas.
b) Salvar la figura de Alfonso XIII, evitando que el rey fuese considerado
responsable del golpe de Estado militar y de los seis años de Dictadura.
Este propósito parecía imposible, pues mayoritariamente se asociaba al
rey con la Dictadura y la persona de Alfonso XIII era crecientemente
impopular entre las clases medias y los sectores obreros.
A comienzos de 1931 el almirante Aznar sustituyó a Berenguer al frente
de un nuevo gobierno que convocó elecciones municipales para el 12 de abril.
Sorprendentemente, los candidatos republicanos y socialistas triunfaron en
todas las grandes ciudades y en buena parte del país. Estas elecciones
adquirieron de hecho un valor superior al propio (simples votaciones para los
asuntos municipales) y se convirtieron en una prueba concluyente del rechazo
contra la monarquía por parte de la opinión pública española. Sus resultados
determinaron el inevitable derrumbamiento del régimen monárquico.
Alfonso XIII descartó la resistencia por la fuerza y, tras escuchar el
consejo de sus hombres de confianza, decidió aceptar la voluntad nacional,
suspender el ejercicio del poder real y abandonar España para evitar
enfrentamientos sangrientos. (Texto 2)
El 14 de abril de 1931 era proclamada la II República. Un gobierno
provisional presidido por Alcalá Zamora asumió el poder de manera interina
desde esta fecha hasta diciembre de 1931.
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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Texto nº 4. Manifiesto de Primo de Rivera tras el golpe de Estado
Al país y al Ejército:
" Españoles: ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado
(porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin
interrupción la vida española) de atender a las ansias, de recoger el clamoroso
requerimiento de cuantos amando la Patria, no ven para ella la solución que libertaría de
los profesionales la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de
desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un
próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha
cogido en sus mallas, secuestrándolas, hasta la voluntad real. Con frecuencia parece pedir
que gobiernen los que ellos dicen que no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su
único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue
tinte de moral y equidad que aún tienen, pero que en realidad se avienen fáciles y
contentos al turno y reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar
nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de
rebeldías mansas, que, sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que
está recia y viril a que nos lancemos por España y por el Rey.
(...) No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano manda e impone.
Asesinatos de prelados, exgobernadores, agentes de la autoridad, patronos, capataces y
obreros; audaces e impunes atracos, depreciación de monedas, francachelas de millones
de gastos reservados, sospecha política arancelaria por la tendencia, y más porque quien
la maneja hace alarde de descocada inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando por
pretexto la tragedia de Marruecos;
incertidumbre ante este gravísimo problema nacional; indisciplina social que hace al
trabajo eficaz y nulo ; precaria y ruinosa la producción agraria e industrial; impune
propaganda comunista; impiedad e incultura; justicia influida por la política; descarada
propaganda separatista; pasiones tendenciosas alrededor del problema de las
responsabilidades (...) " .
ABC, 14/IX/1923
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1931)
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TEXTO 5: MANIFIESTO DE ALFONSO XIII
«AL PAÍS
He aquí el texto del documento
que el Rey entregó al
presidente del último Consejo
de ministros, capitán general
Aznar:
Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente
que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese
desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España,
puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas
coyunturas.
Un Rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez, pero
sé bien que nuestra Patria se mostró en todo momento generosa ante
las culpas sin malicia.
Soy el Rey de todos los españoles, y también un español.
Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en
eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero
apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en
fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos,
porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya
custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la
conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo
deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España,
reconociéndola así como única señora de sus destinos.
También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a
la Patria. Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan
los demás españoles.»
ABC, 17-IV-1931
Guión para el estudio del tema La II República Española (1931-1936)
II.- La crisis del Estado y la sociedad 1923-1939.2.- La II República ante los principales problemas de España: Las reformas políticas,
sociales y económicas.
Cronología de la etapa a estudiar: 1931-1936
I.- Reflexión / antecedentes de la II República
II.-.- Período constituyente Abril a Diciembre de 1931.Bases del sistema de la República
III.- Bienio Progresista 1931(diciembre) a 1933(noviembre).
IV.- Bienio derechista (Radical-Cedista) 1933 (nov) a 1936 (enero)
VI.- Gobierno del Frente Popular febrero a junio de 1936.
I.- Reflexión de la etapa de la II República.
Afloramiento de conflictos.
o Aumento tensión social y consecuencias.

Coyuntura internacional.
II.- Período const….1931 .Bases del sistema de la República.
Antecedentes de la instauración de la II República.
o Pacto de San Sebastián.
 Integrantes y finalidad.
o Elecciones municipales 12 de abril.
 Significado.
 Consecuencias.

Formación del gobierno provisional del 14 de abril.
o Integrantes / Finalidad / Primeras medidas adoptadas. / Problemas del gobierno
provisional.

Constitución de 1931:
o Composición de cortes que la elaboran y aprueban.
o Aspectos destacables.
o Conclusiones.
ETAPAS DE LA II REPÚBLICA:
III.- Bienio progresista (dic. De 1931 a nov. De 1933)





Presidente de la República (Jefe de Estado) Niceto Alcalá Zamora. Presidente de
gobierno (Jefe de Gobierno) Manuel Azaña.
Frentes que entorpecen la actividad del gobierno y aumentan tensión política.
Reformas y actuaciones del gobierno del bienio progresista:
III.1.- Reforma Militar:
o Impulsor / Objetivos / Promulgación y contenido de la “Ley de retiro de la
oficialidad” / Causas del fracaso de la reforma. / Otras actuaciones.
III.2.- Problemas económicos:
o Coyuntura internacional desfavorable.
o Problemas internos.
Guión Tema La II República Española (1931-1936)
1



o Problemas creados por el gobierno del bienio.
III.3.- Reforma agraria:
o Problemas principales de la agricultura.
o Objetivos de la reforma. Social / político / económico.
o Análisis de datos estadísticos:
 Tipos de campesinos / decretos del gobierno.
o Ley de reforma agraria:
 Contenido / Financiación de la Ley / IRA y su efectividad /
Consecuencias de la ley.
III.4.- Relaciones con la Iglesia:
o Objetivo del gobierno.
o Aplicación de la constitución: Ley de congregaciones / Financiación de
la iglesia /
o Consecuencias en las relaciones Iglesia-Estado.
III.5.- Reforma educativa:
o Actuación del gobierno.
o Actuación de la oposición.
IV.- Bienio derechista ( nov. De 1933 a enero. de 1936).



Partidos gobernantes.
Medidas contrarreformadoras adoptadas.
Revolución de octubre de 1934:
o Causas, convocantes. Incidencia.
o Asturias:
 Desarrollo, balance y solución del conflicto.
o Cataluña:
 Actuación de Lluís Companys y las fuerzas obreras.
 Solución del conflicto.
Crisis del segundo bienio o consecuencias de la revolución de octubre:
o Aumento del poder de la CEDA. Actuaciones.
o Anteproyecto para modificar constitución y desacuerdos en la derecha.
o Casos de corrupción en la derecha (radicales).
o Convocatoria de elecciones para febrero de 1936.
V.- El gobierno del Frente Popular (feb. a julio de 1936).


Integrantes de la alianza del Frente Popular.
Decisiones del gobierno del Frente Popular.
Dificultades del gobierno del Frente Popular.
Guión Tema La II República Española (1931-1936)
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LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
1
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
La II República es quizás la etapa más crucial de la historia contemporánea de
España. En el breve período de cinco años a que se limitó su supervivencia,
emergieron de manera diáfana y abierta todos los conflictos, todas las
frustraciones históricas y todos los graves problemas que dividían al país. En su
transcurso, la tensión social fue en continuo aumento, en una escalada de
luchas de clase entre trabajadores y oligarquía que desembocará, en julio de
1936, en la sublevación militar que dio origen a la Guerra Civil.
La II República coincide en el tiempo con las repercusiones internacionales del
crack de Wall Street de 1929. La llamada gran depresión, iniciada en 1930 en
Estados Unidos, y extendida después a toda la economía mundial. Esta recesión
supuso el crecimiento de posturas extremistas, Fascismo en Italia, Nazismo en
Alemania, que desembocarían en un conflicto a escala mundial (II Guerra
Mundial 1939-1945)
FUNDAMENTOS DEL NUEVO SISTEMA
Las elecciones municipales celebradas el 12 de abril habían supuesto un claro
giro en la situación. Los partidos de la oposición las habían presentado como un
plebiscito entre monarquía y república.
Si las ganaba significaría que el pueblo español prefería la república a la
monarquía. Daba igual que hubiera más concejales monárquicos que
republicanos, porque la lectura política, que podía hacerse de los resultados,
era muy clara: el voto más consciente, el de las capas urbanas, significaba un
rotundo rechazo de la Monarquía, tal y como se había pedido en la campaña
electoral, y así lo interpretaron tanto republicanos como monárquicos.( los
partidarios de la república ganaron en 45 de las 50 capitales de provincia. En
Madrid los republicanos obtuvieron el triple de votos, en Barcelona, el
cuádruple)
El pacto de San Sebastián
En
agosto
de
1930,
en
la
semiclandestinidad, representantes de
partidos republicanos (Lerroux, Azaña,
Marcelino Domingo), socialistas (Prieto,
Fernando de los Ríos), nacionalistas
gallegos y catalanes (Casares Quiroga,
Carrasco i Formiguera) y otros se
reunieron en la ciudad de San Sebastián.
Pactando una política antimonárquica y
eligieron un Comité Revolucionario para
llevarla a cabo. Incluso hubo una
actuación
militar
que
fracasó,
fusilándose a los capitanes Fermín Galán
y Ángel García que lo iniciaron. Estos
fusilamientos desacreditaron aún más a
la monarquía y aumentó la tensión social
en las ciudades y en el campo con
huelgas, agitación política...
Tras conocerse el resultado del escrutinio,
el día 14 por la mañana, en un clima de
euforia,
muchos
ayuntamientos
proclamaron la República, Eibar, en el país
Vasco fue el primero en hacerlo y, a lo largo
de día, también lo harían otras ciudades
españolas (Valencia, Sevilla, Oviedo,
Zaragoza, Barcelona...) Ante la nueva
situación, Alfonso XIII, durante algunas
horas, dudó; pero terminó abandonando el
país partiendo hacia el exilio (Francia). En
modo alguno, renunciaba a sus derechos a
la Corona ni a los de su familia.(texto PAU)
El 14 de abril se forma un gobierno
provisional que representaba a todas las
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
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fuerzas progresistas del país. No era un gobierno revolucionario, la mayoría
eran hombres de clase media conscientes de la necesidad de modernizar el
país, pero partidarios de hacerlo por la vía democrática y legal, y no de forma
violenta. Pero encima de la heterogeneidad de planteamientos e ideologías,
todos actuaron, sin embargo, con bastante coordinación y asumieron como
función prioritaria asentar la naciente República hasta el momento de poder
convocar Cortes Constituyentes.
Siguiendo lo acordado en el Pacto de San Sebastián, el Gobierno provisional
convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Paralelamente, decidió
emprender con premura algunas de las reformas consideradas de extrema
urgencia y cuyo inicio no podía esperar al debate constitucional. Una serie de
decretos ministeriales pusieron en marcha un proyecto de reforma agraria, la
reforma del ejército y el inicio de negociaciones con catalanes y vascos para
pactar una solución autonómica.
La nueva República tuvo que enfrentarse
pronto a una serie de conflictos sociales
(huelgas en Sevilla, Asturias, Barcelona...),
a
la
creciente
animadversión
de
empresarios y propietarios agrícolas y a la
oposición de la jerarquía católica. Desde
el comienzo, los sectores más reaccionarios
de la jerarquía eclesiástica, encabezados
por el arzobispo de Toledo y primado de
España, cardenal Segura, manifestaron
abiertamente su oposición al nuevo
régimen.A su vez, resurgió el viejo
anticlericalismo popular y entre los días 11
y 12 de mayo fueron incendiados algunos
conventos y edificios religiosos en varias
ciudades de España (Madrid, Sevilla, Cádiz,
Murcia ...)
LA CONSTITUCIÓN DE 1931
Con este clima el 28 de junio se celebraron
las elecciones a Cortes Constituyentes, con
sufragio universal masculino (a partir de los
23 años). Votaron unos 4,5 millones de
electores, aproximadamente el 70% del
censo, que dieron una clara victoria a la
conjunción republicano-socialista, y por
tanto, un respaldo popular a la acción del
gobierno.
Se formó la Comisión constitucional que
elaboró un proyecto. Después de tres
meses de intenso debate, el 9 de diciembre
quedó definitivamente aprobada.
LOS CONCEPTOS DE
IZQUIERDA, DERECHA Y CENTRO
¿Qué significaba ser de izquierdas? En primer
lugar, preferir la república como sistema
político, una república de alguna manera federal o
que por lo menos aceptaba ciertas autonomías
regionales; ser partidario de realizar cambios
socio-económicos que mejoraran la situación del
pueblo (reforma agraria, legislación laboral, etc.) y
le acercara a nivel de los países avanzados de
Europa. Rechazar, en general, la influencia que
viejas instituciones tenían sobre el Estado
(Iglesia, Ejército...). Confiaban en el criterio de los
intelectuales progresistas y en una educación laica
y racionalista para llevar a cabo estos cambios.
¿Qué significaba ser de derechas? En principio, ser
partidario de mantener las estructuras económicosociales de la Restauración, es decir, el poder de
los terratenientes, industriales y banqueros y no
efectuar demasiados cambios; se apoyaban en las
viejas instituciones, como la Iglesia, el Ejército, el
funcionariado... para mantener el orden y los valores
tradicionales (familia, propiedad, seguridad, etc.).
Mayoritariamente eran centralistas/españolistas y no
estaban dispuestas a aceptar las autonomías.
Las derechas eran preferentemente monárquicas,
aunque los partidos que representaban esta tendencia
en el Parlamento parecían haber aceptado la
República
El centro era más difícil de definir. En general,
estaba constituido por gente moderada, predispuesta a
hacer pocos cambios; en caso de situación social
conflictiva, se inclinaban rápidamente hacia las
derechas. Cuando la sociedad española se radicalizó,
hacia la derecha o la izquierda, en un momento de
gran tensión (elecciones de febrero de 1936), el
centro casi desapareció.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
3
La Constitución de 1931, consta de 9 títulos y 125 artículos, era bastante
avanzada para su tiempo, con algunos toques socializantes como parecía darlo a
entender el articulo 1º “España es una República democrática de trabajadores
de toda clase...” o la posibilidad de expropiación de bienes privados (tierras,
minas...) si lo hiciera necesario la utilidad pública.
LA CONSTITUCIÓN DE 1931
Título preliminar. Disposiciones generales
Art. 1 España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de
Libertad y de Justicia.
los poderes de todos sus órganos emanan de¡ pueblo. la República constituye un Estado integral,
compatible con la autonomía de los Municipios y de las Regiones. (...)
Art. 3 El Estado español no tiene religión oficial.
Art. 4. Él Estado español, dentro de los límites irreductibles de su territorio actual, estará integrado por
Municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía. (
...)
Art. 13. En ningún caso se admite la federación de regiones autónomas. ( ...)
Art. 25. No podrán ser fundamento de privilegios jurídicos la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase
social, la riqueza, las ideas políticas, las creencias religiosas. (...)
Art. 27. La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan
garantizados en todo el territorio español. (...)
Art. 29. Nadie podrá ser detenido ni preso sino por causa de delito. Todo detenido será puesto en libertad o
entregado a la autoridad judicial dentro de las 24 horas siguientes al acto de detención. ( ...)
Art. 31. Todo español podrá circular libremente por todo el territorio español. (...)
Art. 32. Queda garantizada la inviolabilidad de la correspondencia. (...)
Art. 34. Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus opiniones, valiéndose de cualquier medio de
difusión y sin someterse a censura previa. ( ...)
Art. 38. Queda reconocido el derecho de reunirse pacíficamente. ( ...)
Art. 39. Los españoles podrán asociarse o sindicarse libremente. (...)
Art. 51. La potestad legislativa reside en el pueblo, que la ejerce mediante las Cortes y/o el Congreso de
los Diputados.
Art. 52. El Congreso de los Diputados se compone de los representantes elegidos por sufragio universal,
igual, directo y secreto. (...)
Art. 90. Corresponde al Consejo de Ministros, principalmente, elaborar los proyectos de ley que haya de
someter al Parlamento, dictar decretos, ejercer la potestad reglamentaria.
Art. 94. La Justicia se administra en nombre del Estado. Los jueces son independientes en su función. Sólo
están sometidos a la ley.
Sus principales características son:
a) La definición del Estado como “República democrática de trabajadores de
toda clase”, subrayando el carácter popular de la soberanía.
b) Una extensa declaración de derechos y libertades, no sólo individuales y
políticas, sino también económicos, familiares y culturales. Entre los
aspectos más novedosos destaca el sufragio universal para mayores de 23
años, y por primera vez en la historia de España, también femenino, un
tema que fue objeto de intenso debate, al temer una parte de la
izquierda que el voto femenino pudiera inclinar el electorado hacia la
derecha.(Texto ). Se establece el matrimonio civil, el divorcio y la
equiparación de derechos de hijos legítimos e ilegítimos. Se declara la
igualdad de todos en el derecho a la educación, y el trabajo como
obligación social protegida por la ley. Asimismo se establece la
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
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subordinación del derecho a la propiedad privada al interés público,
previéndose la posibilidad de expropiación.
c) Las Cortes quedan configuradas como la representación principal del
pueblo. Elegidas cada cuatro años, constan de una sola cámara, y tienen
en exclusiva el poder legislativo, su predominio sobre las demás
instituciones determina un Estado en el que la acción política tiene lugar
en el Congreso más que en el Gobierno o en el seno de los partidos
políticos. Los años de la República fueron, de hecho, de intenso debate
parlamentario.
d) El Presidente de la República es elegido cada seis años por los diputados y
un número igual de compromisarios, de esta forma se combina el sufragio
directo con el sometimiento del Presidente a las Cortes. Las competencias
del Presidente están restringidas y son controladas en todo momento por
la Cámara.
e) El Presidente nombra al Jefe del Gobierno y, a propuesta de éste, a los
Ministros, pero éstos deben ser ratificados por las Cortes, ante quienes
responden individualmente.
f) Se establece un poder judicial totalmente independiente, con un Tribunal
de Garantías Constitucionales cuyos miembros son elegidos por las Cortes,
como máximo organismo jurisdiccional del Estado.
g) Se prevé la posibilidad de que un conjunto de provincias se constituya
como región autónoma, para lo cual deberán presentar su proyecto de
Estatuto a las Cortes, a quienes compete aprobarlo. La Constitución
recoge con detalle las competencias susceptibles de ser transferidas a las
regiones autónomas.
h) En el tema religioso el Estado republicano se declaró no confesional,
suprimió toda ayuda económica a la Iglesia católica y prohibió a las
órdenes religiosas ejercer la enseñanza. En el texto constitucional quedó
sólo autorizado el culto privado, por lo tanto, para celebrar cualquier otra
ceremonia religiosa pública (como las procesiones) se exigía la
autorización gubernamental.
i) En cuanto a los derechos del ciudadano se completó sin limitaciones el
reconocimiento de los derechos individuales, apareciendo por primera vez
en la historia constitucional española, una serie de derechos sociales al
trabajo, a la educación, a la salud y a la vivienda digna.
En conjunto la Constitución era totalmente progresista, inspirada en las más
avanzadas de la época, y un texto que permitía el desarrollo de un sistema
político abierto a izquierdas y derechas. Sin embargo fue frontalmente atacada
por la Iglesia y por los partidos de la derecha, que convirtieron la cuestión de la
religión católica en principal causa de su rechazo.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
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Tras la aprobación de la Constitución, el 10 de diciembre fue elegido Niceto
Alcalá Zamora como primer Presidente de la República.
ETAPAS Y REFORMAS
La II República puede dividirse en tres etapas claramente diferenciados:
1- El bienio progresista entre diciembre de 1931 y noviembre de 1933.
Dominado por la izquierda (republicanos y socialistas)
2- El bienio derechista de noviembre de 1933 a febrero de 1936, o Bienio
Negro, con gobiernos radicales y de la CEDA.
3- Retorno de la izquierda al poder con el Frente Popular, aunque por
muy poco tiempo porque el 18 de julio de 1936 estalló el
pronunciamiento militar que llevó a la Guerra Civil.
EL BIENIO PROGRESISTA (1931-1933)
El período se caracteriza por el intento del Gobierno de izquierdas de
profundizar en las reformas ya iniciadas durante el periodo provisional. El
proceso se vive en un clima permanente de tensión política, propiciada desde la
izquierda a través de huelgas y levantamientos obreros y campesinos, y desde
la derecha mediante el boicot, la resistencia ante las reformas y la provocación
al Gobierno.
La reforma militar
La necesaria transformación de las fuerzas armadas fue impulsada por Azaña
que pretendía crear un ejército profesional y democrático, para lo cual se
creía necesario reducir el número de generales y oficiales (de 21.000 a 18.000)
y ajustarlo a las necesidades reales y a la capacidad presupuestaria del país,
poner fin al fuero especial de los militares y asegurar su obediencia al poder
civil. A estos fines se fijó la "ley de retiro de la oficialidad" por la que todos
los militares en activo debían prometer su adhesión al régimen,
concediéndoles la posibilidad de retirarse con el sueldo íntegro si así lo
deseaban. Se daba por supuesto que los que continuaban en servicio eran
adictos a la República, y así juraron fidelidad los jóvenes generales africanistas
(Sanjurjo, Mola, Franco, Goded...)
Además, se redujo el número de unidades y oficiales, y se cerró la Academia
Militar de Zaragoza para frenar el crecimiento innecesario del número de
oficiales. Se intentó reorganizar el sistema de acceso para dar primacía a los
estudios y exigir la formación para el ascenso, lo que le granjeó la enemistad
de una parte de los oficiales. Azaña creó, también, un nuevo cuerpo militar de
orden público, la guardia de asalto, con hombres adeptos a la República.
La reforma, aunque estuvo técnicamente bien planeada, no logró sus objetivos
porque el número de oficiales retirados fue menor al esperado. Se consiguió la
disminución de los gastos del ejército, pero la reducción del presupuesto de
defensa dificultó la modernización del material, del armamento y de los
equipamientos. Por todo ello, la ley fue recibida por sectores del ejército,
sobre todo por los africanistas, como una agresión a la tradición militar y
provocó amplias tensiones en su seno.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
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Los problemas económicos
La Segunda República nació en un mal momento de la economía mundial. La
caída de la Bolsa de Wall Street en octubre de 1929 había provocado una
fuerte depresión que afectó a todo el mundo: fueron los terribles años 30.
La quiebra de la Bolsa de Nueva York repercutió menos en España porque tenía
una economía bastante autárquica, sin grandes relaciones económicas con
Europa y América.
De todas maneras, planteó una serie de problemas: la reducción de las
inversiones de capitales extranjeros que tanto habían contribuido al
desarrollo de la industria y de las fuentes de energía; el descenso de las
exportaciones sobre todo de productos agrarios (aceite, cítricos, arroz, vino,
etc.) y mineros (hierro, piritas, etc.); la interrupción de la emigración, hacia
América preferentemente, que podía ser una solución para el problema del
paro, porque aquellos países, también con problemas económicos,
restringieron la entrada de emigrantes
Los problemas internos del país agravaban aún más las dificultades
económicas. Había, en primer lugar, un alto paro crónico en el campo andaluz
y extremeño, debido en gran medida al desigual reparto de la propiedad de la
tierra; por otra parte, la República se encontró con una enorme deuda
pública, provocada por los presupuestos de la Dictadura, que había llevado a
cabo costosas obras públicas.
Finalmente, los mismos gobiernos de izquierda de la República propiciaron
otros problemas. Al defender un aumento de los salarios de los obreros y
campesinos, que coincidió con una bajada de los precios de los productos,
provocaron la reducción de los beneficios de los industriales y de los bancos.
Inmediatamente, éstos dejaron de invertir y muchos burgueses, alarmados,
trasladaron sus capitales al extranjero porque desconfiaban de los gobiernos de
izquierdas. Esta situación supuso el aumento del paro y del malestar social.
Aunque la República hizo aprobar una serie de leyes favorables a obreros y
campesinos (jornada laboral de 8 horas, regulación del derecho a la huelga,
contratación laboral, accidentes en agricultura...), el aumento del paro no
cesaba lo que provocó huelgas y revueltas, dirigidas especialmente por los
anarquistas de la CNT y la FAI —fracción mucho más revolucionaria—
La reforma agraria
La reforma agraria fue uno de los caballos de batalla de la obra reformista de la
República. Los problemas principales de la agricultura nacional seguían siendo
el latifundismo y el elevado número de jornaleros sin tierra, que vivían en
condiciones muy duras, sobre todo en Andalucía, Extremadura, Castilla la
Nueva y parte de Levante. Así pues, los tres objetivos de la reforma agraria
fueron: (Texto )
- Objetivo social. Entregar tierras a los campesinos a fin de obtener su
apoyo para afianzar el recién nacido régimen republicano, y, al
mismo tiempo, evitar conflictos y revueltas en las zonas rurales.
- Objetivo político. Eliminar el poder económico de los grandes
terratenientes, en su inmensa mayoría monárquicos y enemigos de la
República.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
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Objetivo económico. Incrementar la producción total del sector
agrario y elevar el nivel de renta del campesinado, que aumentaría
sus niveles de consumo estimulando así el desarrollo de las
actividades industriales y comerciales españolas.
De los 8.5 millones de la población activa española, 3,8 millones eran
campesinos, más de 2 millones no tenían tierras en propiedad, es decir,
trabajaban como jornaleros, con unos sueldos de miseria, cuando los
terratenientes les ofrecían trabajo en tiempo, sobre todo, de la siega, la
vendimia o la varea de la oliva. Su gran esperanza era llegar a ser propietarios
de una parcela de tierra.
Un 1 % de grandes propietarios poseía, por otra parte, el 50% de las tierras,
cuyo trabajo dirigía, muchas veces, un administrador/arrendatario, ya que los
"señoritos" vivían en la capital de provincia (Sevilla, Granada...) o en Madrid.
Eran absentistas.
Otro porcentaje de campesinos eran arrendatarios o aparceros, que
trabajaban las grandes propiedades según diversos tipos de condiciones.
Finalmente, casi un millón de campesinos eran pequeños o medianos
propietarios que malvivían de su trabajo. Los había, sobre todo, en la mitad
Norte de la Península (Castilla la Vieja, Navarra, Galicia...)
Los primeros decretos del Gobierno reformista de izquierdas procuraron
proteger a los campesinos arrendatarios, poniendo dificultades a la anulación
de los contratos por parte de los grandes latifundistas; también se decretaron
mejoras para los jornaleros: jornada de 8 horas, Ley de Términos Municipales
que obligaba a los terratenientes a dar trabajo, en primer lugar, a los
jornaleros del término municipal donde se encontraban sus tierras, antes de
buscar mano de obra más barata en otros municipios.
Era evidente que el Gobierno de izquierdas estaba obligado a realizar una
reforma agraria que mejorase, de algún modo, la situación de tantos
campesinos pobres. Ahora bien, el modelo de colectivizaciones llevado a cabo
por los comunistas de la URSS, asustaba a los republicanos de Azaña que tenían
objetivos más modestos.
La Ley de Reforma Agraria, a pesar de su moderación, asustó a los grandes
terratenientes castellanos, andaluces y extremeños y, sobre todo, a una
mayoría de la alta nobleza: los "Grandes de España". Fueron ellos los que
incitaron al general Sanjurjo a dirigir el pronunciamiento contra la República
("Sanjurjada", Sevilla, de 10 agosto de 1931). Este pronunciamiento fracasó y
apremió a republicanos y socialistas a sacar adelante esta ley, que fue
aprobada el 9 de septiembre de 1932 por las Cortes.
la Ley de Reforma Agraria proponía la expropiación, sin indemnización, de las
tierras de los terratenientes que habían participado en la "Sanjurjada" y, con
indemnización, de las tierras de señorío, de las tierras semiabandonadas o que,
siendo de regadío, los propietarios no se habían preocupado de trabajar.
Pero los fondos dedicados fueron muy escasos; sólo 50 millones de pesetas al
año (apenas un 1% de los presupuestos del Estado). El Gobierno mantenía
tenazmente el criterio de no endeudarse lanzando al mercado bonos de Deuda
Pública que les hubieran permitido invertir más fondos.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
8
Por otra parte, el Instituto de Reforma Agraria (IRA), creado para la
aplicación de la ley, se encontró, además, con muchos problemas
administrativos y burocráticos y con la falta de estudios previos sobre la
situación real de los grandes latifundios. El Gobierno había programado instalar
entre 60.000/70.000 familias cada año; en diciembre de 1934, cuando las
derechas en el poder pararon la reforma, apenas habían concedido tierras a
unas 12.000 familias.
En lugar de crear una sólida base de campesinos-propietarios, adictos a la
República, la Ley de Reforma Agraria provocó dos tendencias, ambas, adversas
a ella: la oposición decidida de las derechas, que acusaban a la reforma de
comunista, y el desencanto y protesta de los campesinos, que la culpaban por
su extrema lentitud. En consecuencia, los jornaleros hambrientos de tierra
quedaron decepcionados con la República y se inclinaron hacia las soluciones
revolucionarias propuestas por los anarquistas
Las relaciones con la Iglesia
Para la República fue uno de los problemas más graves. Los partidos de los
gobiernos de izquierda (republicanos y socialistas) eran decididamente
anticlericales; eran partidarios de la separación de la Iglesia y el Estado. Las
medidas que tomaron fueron muy duras en aquel momento y la Iglesia
consideró que eran un ataque directo.
La Constitución establecía un Estado no confesional (por primera vez en las
constituciones españolas desde la de Cádiz, 1812) y proclamaba la libertad de
cultos; por la Ley de Congregaciones (1933), se prohibía a la Iglesia dedicarse a
la enseñanza; se eliminó la asignatura de religión de los colegios públicos —
Ambas decisiones provocaron el rechazo frontal de la derecha y de la Iglesia,
que se negó a cerrar colegios y prohibió a los católicos que matricularan a sus
hijos en las escuelas del Estado. La enseñanza se convirtió en uno de los
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
9
contenciosos más graves entre la derecha y el Gobierno—. Se establecían el
matrimonio civil y el divorcio, se suprimía el presupuesto del clero (la cantidad
que, desde el Concordato de 1851, el Estado español pagaba a la Iglesia a
cuenta de la desamortización de los bienes eclesiásticos que había llevado a
cabo Mendizábal)
Las relaciones Iglesia-Estado llegaron a ser tan tensas que el cardenal primado
Pedro Segura, arzobispo de Toledo, fue expulsado del país por sus pastorales y
su actitud contrarias a la República. De aquí la oposición contra el Gobierno,
del partido católico, Acción Popular, y más tarde de la CEDA, uno de cuyos
principios programáticos era la defensa de los intereses de la Iglesia.
La reforma educativa
Ésta era considerada la cuestión clave para conseguir la modernización de
España. Ya en la Constitución se había declarado la escuela primaria
obligatoria, gratuita y mixta, esto último para escándalo de la derecha. El
gobierno republicano-socialista incrementó en un 50% el dinero destinado a
gastos educativos, construyó escuelas para luchar contra el analfabetismo,
mejoró la enseñanza secundaria y potenció la investigación en los niveles
universitarios.
La oposición de las derechas, ya organizadas (CEDA), y la tensión y los
desórdenes en el campo, debido a las demoras de la reforma agraria y en las
zonas industriales con un aumento considerable de las huelgas, con las cruentas
represiones posteriores, desgastaron al gobierno de Manuel Azaña que se vio
obligado a dimitir. El presidente de la República, Alcalá Zamora, convocó
nuevas elecciones para noviembre de 1933.
EL BIENIO DERECHISTA (1933-1936)
Tras su victoria en las elecciones generales de noviembre-diciembre de 1933, la
derecha (CEDA) y el centrista Partido radical iniciaron una colaboración
parlamentaria y gubernamental, cuyo evidente propósito consistía en rectificar
la labor del gobierno anterior y detener las reformas iniciadas. En este sentido,
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
10
durante los dos años de gobierno de derechas se adoptaron decisiones de tono
reaccionario:
a) Puesta en marcha de una auténtica contrarreforma agraria que significó
el bloqueo del proceso iniciado por el gobierno precedente. El gobierno
derechista paralizó la reforma incrementando exageradamente la
cuantía de las indemnizaciones que debían ser percibidas por los antiguos
propietarios, recortando drásticamente el presupuesto estatal dedicado
al asentamiento de campesinos sin tierras y devolviendo a los Grandes de
España las propiedades que les confiscara el gobierno republicanosocialista. Todos estos hechos agudizaron los conflictos campesinos, que
respondieron al empeoramiento de sus condiciones con numerosas
huelgas.
b) Mantenimiento económico del clero católico en zonas rurales, en contra
del texto constitucional.
c) Ralentización del programa de construcción de escuelas públicas.
La revolución de octubre de 1934
La entrada de miembros de la CEDA en el gobierno fue interpretada por la
izquierda como un camino abierto al fascismo y la reacción no se hizo esperar.
El día 5 de octubre la UGT con escasa participación de la CNT declaró una
huelga general en las grandes ciudades. Fracasó por la falta de coordinación del
movimiento y la contundente respuesta del gobierno que decretó el estado de
guerra.
A pesar de ello, los acontecimientos adquirieron una especial
relevancia en Asturias y Cataluña.
En Asturias, fruto del acuerdo previo entre anarquistas, socialistas y
comunistas. Columnas de mineros armados ocuparon los pueblos de la cuenca
minera, tomaron gran parte de los cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron
los ayuntamientos por comités revolucionarios que asumieron el
abastecimiento de alimentos, los transportes y el suministro de agua y
electricidad. Los mineros sitiaron Oviedo y formaron patrullas dispuestas a
defender la revolución y a enfrentarse con las fuerzas del orden. Éstas no
tardaron en llegar ya que el gobierno decidió mandar al Principado, desde
África, a la legión para reprimir el levantamiento. La resistencia asturiana se
prolongó durante unos diez días, pero finalmente todos los núcleos insurrectos
fueron derrotados.
El balance del conflicto fue muy cruento. Las estimaciones más fiables hablan
de más de 1.000 muertos entre los mineros y 450 entre los militares y las
fuerzas del orden, así como más de 2.000 heridos. El elevado número de bajas
entre los mineros se debe a la serie de ejecuciones sumarias ordenadas por los
generales responsables y a la durísima represión desencadenada tras el
levantamiento. La violencia y radicalización del conflicto asturiano fue un
preludio de lo que ocurriría dos años después con el estallido de la guerra civil,
tanto por los sucesos revolucionarios que allí acontecieron (formación de
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
11
comités y milicias, persecución anticlerical...) como por la forma en que se
ocupó militarmente el Principado y la posterior represión.
En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, proclamó el 6
de octubre la República catalana dentro de la República Federal española. Al
mismo tiempo, una alianza de fuerzas obreras (con la colaboración del PSOE,
UGT, Unión de Rabassaires y comunistas, pero con la abstención de la CNT)
organizaba una huelga general. la negativa de la CNT, que era la fuerza
mayoritaria, a participar en la huelga y la escasa participación ciudadana
hicieron fracasar el movimiento insurreccionar. En Cataluña la revuelta tuvo
un carácter más político, ya que Lluís Companys quería evitar la formación de
un gobierno de derechas, en un momento en que la autonomía se veía en
peligro como consecuencia de la paralización sufrida en el traspaso de las
competencias autonómicas.
La rebelión fue rápidamente sofocada con la declaración del estado de guerra
y con la ocupación del palacio de la Generalitat por el ejército al mando del
general Batet. La represión tampoco se hizo esperar y el gobierno de la
Generalitat y el pleno del Ayuntamiento de Barcelona fueron encarcelados. En
total hubo más de 3.500 detenidos, se suspendió la autonomía catalana y la
presidencia accidental de la Generalitat quedó en manos de un militar. Azaña,
que se encontraba en Barcelona, fue encarcelado y en Madrid también fueron
detenidos varios líderes de Comité de huelga, entre ellos Largo Caballero.
La crisis del segundo bienio
Las consecuencias de la revolución de octubre fueron notables. La influencia
de la CEDA en el gobierno aumentó. La CEDA se mostró partidaria de aplicar
las condenas con rigor y de proceder a una reorientación más dura de la
política del gobierno. Se suspendió el Estatuto de autonomía de Cataluña, se
devolvieron las propiedades a los jesuitas. Sin embargo, la dura represión unió
a las fuerzas de la izquierda, hasta entonces divididas, contra la política del
gobierno y en torno a un programa común que exigía en primer lugar la
amnistía para todos los detenidos.
La influencia de la CEDA se tradujo en un anteproyecto para modificar la
Constitución, que fue presentado a las Cortes en julio de 1935. En él se recogía
una revisión en sentido restrictivo de las autonomías, la abolición del divorcio
y la negación de la posibilidad de socialización de la propiedad.
Pero tampoco los gobiernos de derechas ofrecieron estabilidad ni seguridad a la
República. Al malestar social y al enfrentamiento cada vez más duro entre los
partidos políticos se añadieron los casos de corrupción de los radicales de
Lerroux que culminaron con el asunto conocido con el nombre de "el caso del
estraperlo" (una ruleta trucada que bajo soborno se había intentado implantar
en varios casinos españoles) o como el asunto Nombela, que denunció intentos
de malversación de fondos por parte de varios políticos radicales. Estos asuntos
agravaron las diferencias en el interior de la coalición gobernante, entre
radicales y cedistas, al mismo tiempo que desprestigiaron a los radicales como
opción de gobierno.
Con el clima político enrarecido,
elecciones para febrero de 1936.
Alcalá Zamora decidió convocar nuevas
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
12
EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR (1936)
Para detener el avance de los partidos de derechas, cada vez más inclinados
hacia soluciones fascistas o autoritarias, que entonces triunfaban en muchos
países europeos, los partidos de izquierdas decidieron formar una alianza
electoral que recibió el nombre de Frente Popular y que incluía a
republicanos, socialistas y comunistas.
Por el contrario, los grupos de derecha concurrieron a las urnas desunidos, pues
no llegaron a concretar acuerdos, lo que provocó la victoria del Frente Popular.
El Frente Popular consiguió 263 escaños; la derecha, 133 y el centro-derecha,
77.
A los pocos días, Azaña fue nombrado jefe de un gobierno compuesto
exclusivamente por republicanos de izquierda y de centro. Sus decisiones más
importantes fueron:
- Amnistía y excarcelación de los presos tras los sucesos revolucionarios de
octubre de 1934.
- Restauración del Estatuto de autonomía de Cataluña.
- Alejamiento de Madrid y distantes entre sí, de los generales sospechosos
de conspiración: Franco a Canarias, Godeb a Baleares, Mola a Pamplona.
- Aceleración en la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, de manera
que en algunas semanas fueron expropiadas más de 230.000 hectáreas
repartidas entre unos 150.000 campesinos.
Sin embargo, el gobierno se enfrentaba a graves dificultades:
- La enorme cifra de desempleados (casi un millón)
- La extensión de los desórdenes públicos (huelgas, quema de iglesias,
ocupación de tierras...)
- Los atentados y la creciente violencia política desplegada por los grupos,
cada vez más agresivos, de extrema izquierda (militantes anarquistas,
comunistas y socialistas) y de extrema derecha (Falange)
- La firme decisión tomada por poderosos grupos socioeconómicos e
importantes jefes militares de destruir la República mediante un golpe
de fuerza para impedir el desarrollo de reformas que iban en contra de
sus intereses. Los contactos entre los grupos de la derecha y generales
contrarios a la República fueron en aumento desde el Bienio Progresista,
y después de algunos intentos frustrados, el 17 de julio de 1936 un golpe
militar ponía fin a la II República y comenzaba la Guerra Civil.
LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)
13
El problema agrario
" El nuevo régimen se instauró sin causar víctimas ni daños. Una alegría
desbordante inundó el país. La República venía realmente a dar forma a las
aspiraciones que desde los comienzos del siglo trabajaban el espíritu público, a
satisfacer las exigencias más urgentes del pueblo.
La sociedad española ofrecía los contrastes más violentos. En ciertos
núcleos urbanos, un nivel de vida alto, adaptado a todos los usos de la
civilización contemporánea, y a los pocos kilómetros, aldeas que aparecen
detenidas en el siglo XIV. Casi a la vista de los palacios de Madrid, los albergues
miserables de la montaña.
Provincias del noroeste donde la tierra está desmenuzada en pedacitos,
que no bastan para mantener al cultivador provincias del sur y oeste, donde el
propietario de 14.000 hectáreas detente en una sola mano todo el territorio de
un pueblo.
La República, como era su deber, acentuó la acción del Estado. Acción
inaplazable en cuanto a los obreros campesinos. El paro que afectaba a todas
las industrias españolas, era enorme, crónico, en la explotación de la tierra.
Cuantos conocen algo de la economía española saben que la explotación
lucrativa de las grandes propiedades rurales se basaba en los jornales mínimos y
en el paro periódico durante cuatro o cinco meses del año, en los cuales el
bracero campesino no trabaja ni come. Con socialistas ni sin socialistas, ningún
régimen que atienda al deber de procurar a sus súbditos unas condiciones de
vida medianamente humanas, podía dejar las cosas en la situación que las halló
la República ".
Azaña, Manuel : Causas de la guerra de España, 1939
LAS FUERZAS
ESPAÑOLA.
POLÍTICAS
DE
LA
SEGUNDA
REPÚBLICA
Los partidos políticos que habían subsistido más o menos ilegalmente
durante la Dictadura y los últimos tiempos de la monarquía, afloraron, se
desarrollaron, se fragmentaron y entraron en un proceso de
descomposición y de reagrupamiento a lo largo de la Segunda República.
Aunque durante algún tiempo pudo hablarse de un “centrismo”, el
proceso de bipolarización que caracterizó al quinquenio republicano hizo
desaparecer por completo tal posibilidad en las elecciones de 1936. Por
ello es posible la clasificación de los partidos en izquierdas y derechas.
De izquierda se pueden considerar los partidos y organizaciones que
reúnen las siguientes características: Adhesión manifiesta a la República
como forma política; aspiración a conseguir transformaciones sociales
más o menos intensas; rechazo de las viejas instituciones
(confesionalidad del Estado, intervención del Ejército en la vida política,
educación en manos de órdenes religiosas); aceptación de la
personalidad diferenciada de las distintas regiones españolas y de su
derecho al disfrute de un mayor o menor grado de autonomía. Sobre
estos puntos se forjó el acuerdo de los grupos antimonárquicos en el
Pacto de San Sebastián (27-8-1930), aunque algunos de los firmantes,
especialmente el Partido Radical evolucionó hacia el centro derecha.
Las características de los partidos y grupos que clasificamos como de
derechas pueden definirse como el antagonismo claro o velado a la forma
republicana de Estado, o la aceptación de la misma sólo muy en los
últimos tiempos del Régimen (ejemplo la CEDA) y siempre como un mal
menor; los grupos derechistas se aferraron a la estructura económica y
social entonces vigente o sus aspiraciones de transformación se
canalizaron hacia fórmulas claramente antiparlamentarias; las
formaciones de derecha reivindicaron el pleno valor de las viejas
instituciones (Iglesia y Ejército) como salvaguarda del orden y los valores
tradicionales; rechazaban de forma abierta cualquier transferencia de
poder del gobierno central a las organizaciones regionales.
A lo largo del periodo se observa la siguiente evolución: en la primera
fase predominio de la izquierda que planteó, sin llegar a consumarlos,
grandes proyectos de transformación económica y social; en la segunda
fase, de gobierno de la derecha, tampoco se lograron llevar a cabo los
programas políticos y económicos. La ineficacia de ambas etapas tuvo
como consecuencia un enfrentamiento radical en las elecciones de 1936
que dieron finalmente el triunfo a la Izquierda (Frente Popular), triunfo
rápidamente apagado por la conspiración militar.
IZQUIERDAS
1. Partidos Republicanos
1
Acción Republicana.
Izquierda Republicana.
Partido Republicano Radical-Socialista.
Unión Republicana.
2. Partidos autonomistas regionales
Esquerra Republicana de Catalunya y Estat Catalá.
Partido Catalanista Republicano.
Organización Regional Autonomista Gallega (ORGA).
3. Partidos y organizaciones obreristas
Partido Socialista Obrero Español (PSOE y UGT).
Partido Comunista de España (PCE).
Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).
Partido Sindicalista.
Confederación
Nacional
del
Trabajo
(CNT)
Anarquista Ibérica (FAI).
y
Federación
DERECHAS
1. Partidos Republicanos
Partido Republicano Radical.
Derecha Liberal Republicana, Partido Progresista y Partido Republicano
Conservador.
Partido Agrario.
Partido Liberal Demócrata.
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA): Acción
Popular y Derecha Regional Valenciana.
2. Partidos autonomistas
Lliga Regional de Cataluña.
Partido Nacionalista Vasco (PNV).
3. Partidos Monárquicos
Renovación Española.
Comunión Tradicionalista.
Acción Española.
4. Partidos autoritarios
Partido Nacionalista Español.
Juntas Ofensivas Nacionalsindicalistas (JONS).
Falange Española.
2
Acción Republicana (AR): Era la formación de Manuel Azaña
(funcionario de Justicia, escritor de cierto prestigio y procedente del
Partido Reformista de Melquíades Álvarez). Fundada en 1925 como
asociación de encuentro entre tendencias republicanas se convirtió en
partido político en la primavera de 1930. Sus militantes eran
especialmente intelectuales y profesionales y sus votantes procedían de
las clases medias. Fue el Núcleo de los gobiernos republicanos de
izquierda. Su principal aliado fue el PSOE. La filosofía política de Azaña
giraba en torno a la necesidad de desmontar el ejército tradicional,
supresión del poder de la Iglesia, aceptación de la reforma agraria, (pero
con demasiadas ambigüedades y dilaciones), colaboración estrecha y de
buena fe con los socialistas y admisión de las autonomías.
Izquierda Republica (IR): Tras la derrota electoral de 1933 Azaña fundó
en abril de 1935 un nuevo partido al que atrajo a la antigua ORGA y al
Partido Radical-Socialista Independiente de M. Domingo. Así surgió
Izquierda Republicana que consiguió un gran éxito en 1936.
Partido Republicano Radical-Socialista (PRRS): Creado en diciembre
de 1929 por republicanos de izquierda, fue un grupo muy heterogéneo
con un programa liberal muy avanzado. Estaba dirigido por Marcelino
Domingo, Álvaro de Albornoz, Félix Gordón de Ordax y Botella Asensi. El
ideario del Partido Radical-Socialista recogía aspiraciones similares a las
de Acción Republicana. Estaba muy ligado a la Institución Libre de
Enseñanza, a la Masonería y al autonomismo catalán. Debido a su rápido
crecimiento que imposibilitó su consolidación, sufrió profundas crisis. En
la primavera de 1932 se produjo la primera escisión dirigida por Botella
Asensi que fundó Izquierda Radical-Socialista (IRS). En 1933 su ala
izquierda (Domingo y Albornoz), que deseaba colaborar en el gobierno de
Azaña con el PSOE se enfrentó con el ala derecha Gordón de Ordax) que
quería acercarse al Partido Radical y en septiembre de ese año los
primeros fundan el Partido Radical-Socialista Independiente (PRSI).
Unión Republicana (UR): En septiembre de 1934 el PRRS de Félix
Gordón de Ordax, la IRS Botella Asensi y el PRD de Martínez Barrio se
unen formando un nuevo partido la Unión Republicana, con la intención
de recomponer la unidad republicana de 1931.
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC): Fue formada en marzo de
1931 por la agrupación de las izquierdas catalanas republicanas
antagónicas del conservadurismo de la Lliga con la unión de Estat Catalá,
creado en 1922 Francesc Maciá, desde el que reivindicó el derecho de
autodeterminación y manteniendo una constante lucha contra la
Dictadura de Primo, y del Partit Catalá Repulicà, fundado en 1917 por
Francesc Companys y M. Domingo. Maciá fue el principal promotor del
Estatuto Catalán y tras su aprobación en 1932 fue el primer presidente
electo de la Generalitat hasta su muerte en 1933, siendo entonces
sucedido por Lluis Companys, quien en 1934 proclamó el Estado Catalán
y fue encarcelado hasta la victoria del Frente Popular en 1936.
3
Partido Catalanista Republicano (PCR): Más a la derecha de Esquerra.
Después de las elecciones de 1931 perdió importancia.
Organización Regional Gallega Autónoma (ORGA): Representa el
sentimiento autónomo de Galicia, menos acusado y extendido que el de
Cataluña. Dirigido por Santiago Casares Quiroga, a mediados de 1932 se
une con la Federación Republicana Gallega (FRG) para crear el Partido
Republicano Gallego (PRG), muy próximo a Azaña. En 1935 entrará a
formar parte de Izquierda Republicana.
Partido Socialista Obrero Español (PSOE): El partido había sido
fundado en 1879 por Pablo Iglesias (la UGT en 1888) y en el momento de
proclamarse la República, el PSOE y la UGT eran las organizaciones
políticas y sindicales más amplias y mejor organizadas de España. Sus
centros de irradiación , las “casas del Pueblo”, estaban diseminadas por
todo el territorio nacional pero eran especialmente fuertes en Asturias,
Vizcaya, Madrid, las zonas agrarias del norte de Andalucía, Castilla la
Nueva y Extremadura. En las zonas rurales adquirió gran importancia la
Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT) perteneciente a
UGT.
Durante la Dictadura el PSOE y la UGT habían experimentado un largo
debate interno sobre su participación en los organismos sociales y
políticos, surgiendo varias corrientes lideradas por sus principales
dirigentes. Indalecio Prieto, que desempeñó siempre el papel de líder
moderado y realista, era partidario de participar en le gobierno al lado de
los republicanos, firmando a título personal el Pacto de San Sebastián, lo
que le dio al PSOE la entrada en el comité revolucionario primero y en el
gobierno provisional después. Julián Besteiro fue contrario a la
participación del partido en lo que él consideraba pacto con la burguesía
de San Sebastián, aunque no tuvo inconveniente en ser el presidente de
las Cortes republicanas de 1931, moderando sus actitudes a partir de ese
momento. Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT, no
habiendo participado en el Pacto, sin embargo formó parte del comité
revolucionario y del gobierno provisional.
Entre 1931 y 1933 el PSOE colaboró en los gobiernos republicanos, pese
al creciente rechazo de su política por las bases del partido, de la UGT y
de los besteiristas. Sin embargo diferentes conflictos hicieron que el
PSOE saliera del gobierno en septiembre de 1933 y que se presentara en
solitario a las elecciones de noviembre.
Durante el bienio derechista se produjo un proceso de radicalización en el
partido que culminó en el movimiento revolucionario de octubre de 1934.
El dirigente de esta evolución fue Largo Caballero, con el apoyo de las
Juventudes Socialistas, que rechazó cualquier colaboración con los
republicanos. Prieto, líder del ala centrista, y Besteiro, del ala moderada,
se opusieron sin éxito a esta política. Las consecuencias trágicas de la
Revolución del 34 obligaron al partido a cambiar de actitud y a participar
con republicanos y comunistas en el Frente Popular a fines de 1935.
4
Partido Comunista de España (PCE): Fue un partido sin apenas fuerza
hasta el comienzo de la Guerra Civil. Su dogmatismo estalinista impidió
su crecimiento hasta que en 1932 llega a la dirección José Díaz. Desde
ese momento, aprovechando el descontento de las bases del PSOE
comenzó un lento crecimiento, ofreciendo desde entonces a los demás
partidos republicanos y de izquierdas un frente antifascista. El PCE
participó en la Revolución del 34 con el PSOE. Sin embargo no estuvo en
condiciones de jugar un papel importante en la izquierda hasta la
formación del Frente Popular.
Partido de Unificación Marxista (POUM): En 1930 Joaquín Maurin, tras
salir del PCE, crea junto al minúsculo Partit Comunista Català, el Bloc
Obrer y Camperol (BOC), de implantación casi exclusiva en Cataluña,
para uirse posteriormente con Izquierda Comunista (IC) de Andrés Nin y
formar el POUM. De implantación sobre todo catalana y con un ideario
marxista próximo al trotskismo y al anarquista, participó en el Frente
Popular y colaboró activamente con la Republica y al Generalitat,
especialmente en el primer año de la guerra
Confederación nacional del Trabajo (CNT): Sin ser un partido político,
sino un sindicato de tendencias anarquistas, la importancia política de la
CNT es tal que debe incluirse entre los diferentes partidos políticos
españoles del período republicano. Esta central aglutinaba a los
sindicatos anarquistas. Creada en 1910 y fuertemente reprimida durante
la Dictadura. Tuvo su mayor clientela en Cataluña, Aragón, Levante y
Andalucía. Sus propósitos eran la destrucción del sistema capitalista, la
colectivización de los medios de producción y la sustitución del Estado
por los sindicatos. De la CNT nació la FAI (Federación Anarquista Ibérica)
más radical, organizada en grupos secretos y dispuestos a la acción
directa que se opuso a los dirigentes sindicalistas, más moderados, Ángel
Pestaña y Juan Peiró, que habían establecido desde 1930 cierta
colaboración con los republicanos. La CNT mantuvo durante los cinco
años de régimen republicano una oposició constante por medio de
huelgas, muchas veces mal preparadas y resueltas, y levantamientos
armados, mientras en su seno se enfrentaban Peiró, Pestaña y la FAI.
Como resultado de este enfrentamiento en 1933 el sindicato, dominado
por la FAI, sufrió una escisión con la creación de los Sindicatos de
Oposición, y A. Pestaña fundó el Partido Sindicalista (PS). En 1934 la
CNT se negó a colaborar con socialistas y comunistas en el movimiento
revolucionario de octubre. No participaron en el Frente Popular aunque
tampoco se opusieron a su existencia. Cobraron gran importancia durante
la guerra, llegando incluso a integrarse en el gobierno.
Partido Republicano Radical (PRR): El partido había sido fundado por
Alejandro Lerroux en 1908 con unas bases ideológicas muy débiles.
Originariamente era un partido muy anticlerical, caracterizado por su
radicalismo y extremismo social y por su anticatalanismo, en 1930 se
había moderado, estando interesado en llevar adelante la República
5
siempre que no comportase profundas mutaciones. Firmó el Pacto de
San Sebastián pero en el primer año de vida de la República quedó claro
que el pretendido izquierdismo de Lerroux había desaparecido y se
separó del gobierno buscando centrar el régimen combatiendo a la
izquierda. Entró en el gobierno de nuevo en 1933 con el triunfo de la
derecha, siendo Lerroux su presidente en varias ocasiones. En 1936,
debido a los escándalos y a la corrupción en el ejercicio del poder de
algunos de sus miembros (Estraperlo), el partido estaba completamente
desacreditado. En abril de 1934 Martínez Barrió, segundo del partido, se
separó con el ala izquierda del PRR y fundo el Partido Radical Demócrata
(PRD), que luego entraría en Unidad Republicana. Esta escisión hizo que
el PRR se abriese más a la derecha y buscara la colaboración de la
CEDA.
Derecha Liberal Republicana (DLR): Este partido se fundó al final de la
etapa monárquica en torno a Niceto Alcalá Zamora (terrateniente y
exministro liberal) y Miguel Maura (antiguo conservador). Ambos se
declararon republicanos sólo en 1930 y ambos firmaron el Pacto de San
Sebastián. Era un partido conservador en el más estricto sentido de la
palabra que deseaba una república moderada. Tras las elecciones de
1931 pasó a denominarse Partido Republicano Progresista (PRP) y en
enero de 1932 su ala derecha, dirigida por Maura, se separó y formo el
Partido Republicano Conservador (PRC). Alcalá Zamora fue presidente
del gobierno provisional y, más tarde presidente de la República, cargo
desde el que intervino de manera personalista en el gobierno. Así fue
destituido por haber disuelto indebidamente las nuevas Cortes de 1936 y
se marchó a Francia.
Partido Agrario (PA): Uno de los más claramente clasistas de la II
República. Defensor de los pequeños y medianos agricultores,
especialmente de Castilla la Vieja y León. A finales de 1934 pasó a
denominarse Partido Agrario Español (PAE), declarándose republicano y
participando en los gobiernos de derechas del bienio negro. Su actividad
se centró en oponerse a la Reforma Agraria.
Partido Liberal Demócrata (PLD): Fue la versión de la II República del
Partido Reformista fundado por Melquíades Álvarez en 1912. Este grupo
que defendía los intereses financieros y de las Cajas de Ahorros,
mantuvo una postura claramente derechista.
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA): Surge en
torno a Ángel Herrera Oria, dirigente de Acción Católica, y fundador del
diario El Debate. A los pocos días de la proclamación de la República
Ángel Herrera forma junto a José María Gil Robles un partido
conservador, católico y muy ifluido por el clero que se denominó Acción
Popular (AP). En su seno se desarrollaron dos tendencias, la monárquica,
dirigida por Antonio Goicoechea, y la accidentalista, dispuesta a actuar
dentro de la República en defensa de sus intereses socioeconómicos,
dirigida por A. Herrera y Gil Robles. En marzo de 1933 surge de la unión
de Acción Popular y la Derecha Regional Valenciana (DRV) la CEDA.
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Tras las elecciones de 1933 se convierte en la principal fuerza
parlamentaria y en un partido de masas, con casi medio millón de
afiliados, de gran influencia social. Su ideología clerical conservadora
para algunos se aproximaba a la democracia cristiana y para otros al
fascismo. Su asociación juvenil, las Juventudes de Acción Popular
(JAP), si estaban en un proceso de fascistización.
Lliga Regionalista de Cataluya (La Lliga): Era un partido catalanista
conservado,r cuyos orígenes están vinculados a Prat de la Riba y a
Francesc Cambó, que se opuso a cualquier tipo de reforma agraria para
Cataluña. Su principal líder fue en estos momentos F. Cambó, que en la
guerra llegó a facilitar ayuda económica Franco. Defendía los intereses
de la burguesía catalana.
Partido Nacionalista Vasco (PNV): El PNV, en sus orígenes un partido
nacionalista, derechista y confesional, no mostró ningún apoyo por la
República en sus primeros años, llegando a presentarse en las primeras
elecciones en una coalición electoral con los carlistas tradicionalistas. En
el segundo bienio, dirigido por José Antonio Aguirre, adoptó una posición
más centrista buscando entre los republicanos el apoyo para lograr un
estatuto de autonomía para el País Vasco, que la derecha católica
española rechazaba de manera absoluta. En los primeros momentos de
la Republica sufrió una escisión prorrepublicana que se denominó Acción
Nacionalista Vasca (ANV).
Renovación Española (RE): Partido monárquico de tendencia alfonsina
fundado por los monárquicos de Acción Popular (Antonio Goicoechea).
Tuvo una amplia actividad conspiratoria. Destacó en este partido José
Calvo Sotelo, ex ministro de la Dictadura y portavoz de la ultraderecha en
el Parlamento. Pretendía crear un Estado Nuevo, tras un alzamiento
cívico-militar, que impondría una Monarquía autoritaria basada en una
dictadura corporativista de estilo fascista.
Comunión Tradicionalista (CT): Partido carlista. Desde los primeros
pasos de la República reorganizaron su milicia (“requetés” o “boinas
rojas”). Participó en varias conspiraciones contra la República. Su centro
estuvo en Navarra. Se opuso a la política religiosa de la República.
Acción Española (AE): Partido monárquico moderado generado en torno
a la revista del mismo nombre creada en 1931. Fue esencialmente un
grupo de intelectuales, cuya principal figura fue Ramiro de Maeztu, que
sirvió de enlace personal y doctrinal entre los tradicionalistas y
Renovación Española..
Falange Española (FE): Aunque hubo varios núcleos políticos de
tendencia autoritaria y fascista desde comienzos de la década de 1930,
como el Partido Nacionalista Español (PNE) del Doctor Albiñana, que
apoyó el golpe militar de Sanjurjo en 1932, los más sólidos fueron las
Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS) de Onésimo Redondo y
Ramiro Ledesma y Falange Española, liderada por José Antonio Primo de
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Rivera, fundada en 1933. A finales de 1935 ambos grupos se fundieron
formando Falange Española de las JONS. Como fuerza parlamentaria
apenas llegó a tener importancia (sólo J. A. Primo de Rivera logró ser
diputado en las elecciones de 1933 con el apoyo de la CEDA). El partido,
inspirado en el fascismo italiano y el nazismo alemán, pretendía la
supresión de los partidos y del parlamentarismo y organizar un estado
autoritario corporativista basado en la familia, el sindicato y el municipio.
Su desarrollo corresponde a los años de la guerra.
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