Tema 4 Modernismo

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TEMA 4. POESÍA ESPAÑOLA A PRINCIPIOS DEL XX.
MODERNISMO Y VANGUARDIA. ANTONIO MACHADO, RUBÉN
DARÍO Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. (texto base: manual de 2º Bac. de McGrawHill)
Marco histórico. Toda Europa asiste al enfrentamiento ideológico entre un liberalismo
en crisis y las corrientes socialistas moderadas y extremas. En España, el desastre del
98 mueve a los intelectuales a proponer ideas modernizadoras. Pero en el reinado de
Alfonso XIII se agudizan las tensiones ideológicas y sociales. El atraso económico
español del siglo XIX impide la modernización del país. La proclamación de la Segunda
República en 1931 abre para muchos un tiempo de esperanzas y de inquietud.
El siglo XX nace en plena crisis del Positivismo y del Racionalismo. Determinadas
teorías científicas, como la de la relatividad de Einstein, cuestionan la optimista
concepción de una realidad manejable y estable, porque lo real es inestable y relativo.
De modo que se hace necesario asumir formas de conocimiento no racionales. El
irracionalismo como actitud domina el pensamiento de filósofos, artistas y
pensadores.
1.-Generacion de fin de siglo: Modernismo y Generación del 98
Modernistas y autores del grupo del 98 pertenecen a un mismo movimiento renovador
que reacciona contra el modo de vida burgués y los movimientos estéticos que lo
expresaban, aunque fuesen críticos con el mismo (como el Realismo y el Naturalismo).
A este movimiento renovador se le ha llamado Generación de fin de siglo.
Literariamente, esta generación está en deuda con el Simbolismo y el Parnasianismo
franceses, así como con los movimientos pictóricos del Impresionismo y el
Expresionismo (ambos, intentos de apresar lo real desde un ángulo diferente al usual).
En lo ideológico, hay que subrayar la repercusión del Krausismo y el Regeneracionismo
(especialmente en los hombres del grupo del 98): la regeneración de España ha de ser
tarea colectiva, basada en una educación progresista, tolerante y libre de dogmas.
Cabe decir que el Modernismo es a la poesía lo que los hombres del 98 son a la nueva
novela y el ensayo.
Podemos definir el Modernismo como corriente estética que recoge las actitudes
vitales y artísticas renovadoras de la Europa de fin de siglo y cuya influencia se deja
sentir, en mayor o menor medida, en todos los autores y en todos los géneros literarios
en España, pero especialmente, en la lírica. De ahí que, a menudo, suela identificarse
Modernismo con la poesía lírica de este periodo.
El momento de franco desarrollo del Modernismo se limita al breve periodo de tiempo
que va de 1885 a 1915. Señalemos sus características:
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-Las corrientes poéticas francesas del Parnasianismo (énfasis en la perfección formal
del poema, que, como una escultura, ha de ser modelado para transmitir belleza) y el
Simbolismo (énfasis en las correspondencias entre los sentidos y la realidad íntima,
concepción del arte y el poema como formas superiores de conocimiento de lo real
escondido), son decisivas en su formación ya que Francia era por entonces referencia
cultural en toda Europa e Hispanoamérica.
-La belleza como principio estético y vital. Temas, recursos literarios y técnicos se
ponen al servicio de la creación de belleza.
-Sensorialidad. Los sentidos son las vías para acceder a ese mundo de hermosura y
perfección. Recurren, por tanto, a todo tipo de efectos plásticos brillantes (adjetivación
colorista, léxico sensual, sinestesias) y de efectos fónicos y musicales (aliteraciones,
onomatopeyas, ritmos bimembres y trimembres, paralelismos) para satisfacer esa ansia
de belleza y su sentido de las correspondencias entre los sentidos.
-Innovaciones métricas. Belleza y sensorialidad exigen experimentar con versos poco
usuales o raros en la literatura, como el alejandrino y el eneasílabo; se adopta en
ocasiones el verso blanco y el verso libre; se buscan ritmos acentuales marcados, etc.
-La belleza de lo raro: vocablos extraños (cultismos, extranjerismos); mezclas insólitas
de campos semánticos; símbolos que establecen relaciones desconcertantes.
-Actitudes vitales contrapuestas: la angustia vital y el melancólico esteticismo se
combinan con el vitalismo y la exaltación de los placeres.
-Huida de la ingrata realidad por la vía del ensueño (intimismo), por la evasión en el
espacio (Oriente, ambientes versallescos) y la evasión en el tiempo (antigüedad pagana,
Edad Media, el refinado siglo XVIII, mitologías nórdica y clásica).
2.-Rubén Darío (1867-1916)
Aunque tanto en España como en Hispanoamérica, a principios de la década de los
ochenta se está gestando ya un renovación poética, cansada del prosaísmo realista,
(precursores como Manuel Reina, Ricardo Gil, Salvador Rueda, José Martí, José
Asunción Silva), la figura destacada del movimiento es Rubén Darío.
Su trayectoria representa la de todo esta corriente (del modernismo “alegre y
despreocupado” al modernismo “reflexivo y angustiado”):
-Un primer periodo de sonoridad y brillante plasticidad con temas refinados y exóticos, y
una actitud frívola. Azul (1888) es su primer libro, al que le sigue Prosas profanas
(1896), culminación del modernismo exuberante y alegre, y donde introduce temas
españoles.
-Un segundo periodo de mayor intimismo, angustiado en ocasiones y con mayor
hondura reflexiva, donde aparecen temas de la realidad americana. Preocupaciones
sociales y existenciales. Cantos de vida y esperanza (1905) es la obra representativa.
Junto a esta, El canto errante (1907) y Poemas de otoño y otros poemas (1910).
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3.-Antonio Machado (1875-1939)
En Machado, el Modernismo, aunque atenuado, está presente en sus comienzos.
-Primera etapa, calificada de modernismo intimista, influida por Bécquer y por el
Simbolismo. Soledades, galerías y otros poemas (1907) es un libro denso y de larga
gestación en el que se manifiestan las preocupaciones vitales del poeta y el sentido que
otorga a su poesía, a la que define como “la palabra esencial (expresión de los temas
universales del paso del tiempo, la infancia, la muerte, Dios) en el tiempo vital e histórico
del poeta”. En las galerías de su alma, Machado conversa consigo mismo y proyecta
también sus vivencias en el mundo exterior, en el paisaje, donde encuentra los símbolos
recurrentes (el agua, la tarde, el camino) para dar forma a sus reflexiones. Lenguaje
sencillo, connotativo, de resonancias románticas y métrica variada.
-Segunda etapa, representada por Campos de Castilla (1912), obra que refleja el
impacto y la identificación (no exenta de crítica) con el paisaje y las gentes sorianas y
castellanas, con su austeridad, su callada hospitalidad pero también con su cainismo
(recordad lectura de La tierra de Alvargonzález). Las preocupaciones esenciales de su
poesía se extienden a la sociedad, se abren a las gentes y, en este sentido, se acercan
a las inquietudes del grupo del 98.
-Tercera etapa, con Nuevas Canciones (1924): agotamiento lírico que compensa con
inquietudes filosóficas en forma de breves poemas sustentados en formas métricas y
estrofas populares.
4.-Vanguardia
Entre 1910 y 1920 aparecen en Europa una serie de movimientos (los ismos:
Futurismo, Cubismo, dadaísmo, Surrealismo, etc.) que proponen en sus manifiestos una
ruptura con el arte anterior, en todos los sentidos, en un intento por transformar de raíz
el concepto tradicional del arte y la literatura. Aunque fueron movimientos efímeros,
demasiado teóricos o imprecisos en sus pretensiones, su importancia radica en que
abrieron la literatura y el arte a nuevas posibilidades expresivas y temáticas.
En España, las vanguardias se adaptan a la peculiaridades del país y comienzan a
conocerse hacia 1910, coincidiendo con los últimos coletazos de la renovación
modernista y con la aparición de una nueva generación, la Novecentista o del 14, uno de
cuyos miembros, el poeta Juan Ramón Jiménez, desde su original concepción de la
poesía, ensanchó los límites de la lírica española, liberó la palabra poética de viejas
convenciones y fue modelo y maestro para los jóvenes poetas de la generación del 27
(Lorca, Guillén, Aleixandre, Cernuda, Salinas, Alberti…). Es el más destacado
representante de la llamada poesía pura, aquella que quiere verse libre –depurada- de
subjetividad, sentimentalismo y adorno superfluo para transmitir emoción a través de la
inteligencia y el exacto manejo de las palabras.
5.-Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
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Planteó su poesía como búsqueda incansable de la belleza y lo absoluto. Poesía como
medio de conocer lo esencial, en todos sus temas: la belleza, el amor, el ansia de
eternidad, Dios. Esta exigente tarea le lleva a reelaborar continuamente su obra.
Distinguimos en su producción tres etapas, las mismas que el poeta estableció al final
de su vida como jalones de su creación (y de las que habló, entre otros, en su famoso
poema “Vino, primero, pura…”, aunque en él distinga cuatro fases, y que tienes al final
del tema):
-Etapa sensitiva (hasta 1915), en la que diferenciamos dos fases: primeras obras
impregnadas de simbolismo y regustos románticos, intimistas y sencillas, que tratan de
la soledad, el tiempo o el erotismo en tono melancólico; obras modernistas, revestidas
de mayor adjetivación, más elementos sensoriales y una visión más mundana y
modernista del amor, la belleza y la naturaleza. La soledad sonora (1911), Melancolía
(1912). Platero y yo (1914) es un poema en prosa de evocaciones de la infancia del
autor en su Moguer natal que representa el tránsito hacia una poesía más depurada.
-Etapa intelectual (1916-36), etapa de “poesía desnuda” que se inicia con Diario de un
poeta recién casado; poemas breves, conceptuales y emotivos, en prosa y en verso
libre, la mayoría, en los que busca el nombre exacto de las cosas, el conocimiento
primordial del mundo. Otras obras de esta etapa: Eternidades, Piedra y cielo, La
estación total.
-Etapa “suficiente” o “verdadera”, desde el exilio hasta su muerte. Obras de difícil
lectura por su hermetismo. Destacamos Dios deseado y deseante, que refleja en
versos libres impregnados de misticismo, la sed de eternidad en un dios que, en la
conciencia del poeta se hace naturaleza, amor, verdad y poesía.
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Vino, primero, pura,
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
(Eternidades, 1918)
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(NOTA: Conceptos clave que no debes dejar de mencionar en este tema:
* la renovación radical que tratan de llevar a cabo los jóvenes, por lo que se les tachó despectivamente de
modernistas;
*la idea de que Modernismo y grupo del 98 son dos tendencias dentro de la misma corriente;
* el magisterio de R. Darío en la poesía modernista, adicta a la belleza y el exotismo;
*el camino personal y meditativo de Machado ante las tierras castellanas, aunque no pudiera sustraerse al
influjo modernista en sus primeros años;
*el concepto de poesía pura para hablar de la poesía de Jiménez: conocimiento y belleza hechos una
misma realidad.)
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