5º Domingo del tiempo ordinario (C)

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5º Domingo del tiempo ordinario (C)
La pesca milagrosa.
¡Dejándolo todo se fueron con Él!...
Lucas 5, 1-11
1. Oración inicial
Espíritu Santo que desvelas los misterios de Dio; abre nuestros corazones al don de
la Palabra y vivifícalos.
Enséñanos a vivir en obediencia el seguimiento del Hijo
y a seguir sus pasos con sencillez. Amén
2. Una posible división del texto:
Lc 5, 1-3: Predicación de Jesús en el lago Genesaret . Le sigue la multitud.
Lc 5, 4-6: Jesús invita a pescar y Pedro. La pesca milagrosa
Lc 5, 7: Pesca abundante. Ayuda. Pedro se derrumba a los pies de Jesús.
Lc 5, 8-11: Pedro se reconoce pecador e incrédulo. Admiración de todos. Llamada al seguimiento y
respuesta de Pedro y los Zebedeos.
3. Notas para profundizar el texto.
1. Terminada la sección introductoria (1,5 – 2, 52) que ha presentado a Jn Bta y a Jesús y la sección
consagrada a esbozar la misión de ambos (3, 1 – 4, 44), ha quedado abierto el camino público del Mesías
Jesús y comienza el cuerpo del relato evangélico. El desarrollo del evangelio comienza con la llamada de
Israel al nuevo éxodo del Reino que se hace inminente en la persona, la predicación y los gestos
liberadores de Jesús: la perícopa que hoy tenemos entre manos deja abierta esta perspectiva (5, 1-11). Sólo
Lc usa el término “lago” en lugar de “mar” de Galilea. Para los otros sinópticos e incluso para Jn, “el mar
de Galilea” está significando permanentemente la salida del territorio judío hacia los paganos. Lc va a
plantear en su evangelio que el éxodo definitivo de los que han dado su adhesión a Jesús, arrancará de
Jerusalén fruto de la misión recibida en la pascua (Hch 1, 8).
2. Jesús entra en contacto con Simón y sus compañeros haciéndoles una petición: “echad vuestras redes”;
Simón responde a Jesús como a alguien que tiene autoridad para él (Jefe, “epistatês”), no le llama
simplemente “maestro” como hacen en Lc los que no son discípulos. “Noche”, “tiniebla”, “bregar” en las
certezas de lo conocido, se revela un esfuerzo inútil incapaz de producir frutos de vida… La pesca es
extraordinaria, Pedro confirma la autoridad divina de Jesús (“se postró ante Él”), aquel acontecimiento
inesperado le conduce a su verdad profunda, no es un observante de la ley (“dejó la sinagoga y entró en
casa de Simón” 4, 38), se siente impuro, indigno ante Jesús (“soy un pecador” 5, 8) y teme. Jesús parece
no hacer caso de sus palabras, le anuncia su camino en adelante: “serás pescador de hombres vivos”
(traducen algunos textos) o también traducción literal según J. Mateos “salvarás personas en peligro”. Lc
juega con este significado manteniendo la alusión a la pesca. “Desde ahora”, hay un anuncio solemne de
que algo ha cambiado radicalmente en su vida. La invitación, sin embargo, parece que vale para todos pues
acto seguido, dejando entrever una ruptura con el pasado, dice el texto: “sacaron las barcas a tierra y
dejándolo todo le siguieron” (5, 11); queda evidenciado el plural que utiliza la narración.
3. El proceso del encuentro de Pedro con Jesús y la aventura de su seguimiento, es un nervio central en el
este texto de Lc. Sin duda podremos establecer analogías, desde una perspectiva espiritual del proceso de
fe y seguimiento que vivimos cada uno de nosotros llamados a ser discípulos.
El diálogo vital de Pedro con Jesús comienza con un reconocimiento sincero de su “ser pecador” y
terminará también en la noche de la pascua con llanto amargo del remordimiento (Lc 22, 61-62), pero ¡será
un pecador perdonado! Entre estos dos momentos de verdad y de gracia, se teje un camino de creyente al
que no es ajena su extraordinaria historia vocacional. Pedro en la escena de hoy, fascinado por la autoridad
escatológica de aquel hombre desconocido (“Jefe”) obedece a una orden de cuyo éxito no está convencido
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y sobrecogido por los hechos que él no controla ni entiende se siente “desnudo”; algo por dentro le lleva a
su propia verdad y se confiesa “pecador” e indigno de lo que está aconteciendo por gracia en aquel
encuentro. Comienza a desvelarse en su propia persona que Jesús ha venido para los pecadores (Lc 5, 32).
Pedro no tiene muchas más cualidades personales que puedan atraer el interés de Jesús, era un pescador
impulsivo, miedoso, que al parecer se desinflaba fácilmente en su ánimo… fue así como siguió a Jesús
hasta la negación del jueves santo. En esta experiencia quedará patente para todos que tal como era él
comenzó su seguimiento de Jesús y terminó su convivencia con Él siendo un traidor. Renegó de su
Maestro en los momentos más difíciles de su vida. Este recorrido sin trampa ni cartón es el que consintió a
Pedro hacer verdadera experiencia del amor incondicional de Jesús y de una confianza gratuita y renovada
hasta hacerle primer testigo de la resurrección junto con algunas mujeres (Lc 24, 8-12) y enviarlo para
confirmar a sus hermanos y ser piedra firme donde se apoyara la iglesia (Lc 22, 32).
4. Pedro ha experimentado su amor a Jesús, como María Magdalena, porque se les ha perdonado mucho
(Lc 7, 47). Quien no experimenta en su propia carne la gratitud del que ha sido perdonado por puro amor y
bondad, difícilmente podrá amar hasta entregar lo mejor de sí mismo. El Hijo del hombre ha venido al
mundo para salvar a los pecadores y como Pablo podríamos decir cada uno de nosotros: “y yo soy el
primero” (1Tim 1, 15-16). El camino del seguimiento puede convertirse así para cada creyente en
oportunidad de amor y de confianza experimentadas en Jesús que tiene poder para transformar la vida
entera.
5. “¿Quién eres Tú, Señor mío? Y ¿quién soy yo, inútil siervo tuyo?” (Consideraciones Llagas 3)
Francisco en su camino de seguimiento de Jesús se siente un pecador perdonado generosa y gratuitamente
y se ve a sí mismo pequeño, sin hacer pie ante tanta gracia regalada. En sus escritos, las expresiones
“pequeñuelo, grandísimo pecador, mísero, siervo” reflejan con verdad la experiencia transformadora del
evangelio y de la persona de Jesús en su existencia. Sus expresiones no son literatura piadosa sino susurros
del corazón, en las categorías religiosas de un cristiano de su época, evidentemente.
4. Orar con el texto
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La multitud se agolpaba alrededor de Jesús para escuchar la palabra de Dios
Pasando a la orilla del lago vio dos barcas…los pescadores estaban lavando las redes
Subió a una de las barcas, la de Simón y le rogó que la retirase un poco de tierra
Se sentó y desde la barca se puso a enseñar a la multitud
Cuando terminó dijo a Simón: echad las redes para pescar
Señor, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada pero fiado en tu palabra
echaré las redes
Cogieron una cantidad de peces tan grande que reventaba la red
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: apártate de mí, Señor, que soy un
pecador.
Él y todos los que estaban con él, se habían quedado maravillados de la redada de peces que
habían cogido
Jesús dijo a Simón: no temas desde ahora serás pescador de hombres
Ellos sacaron las barcas a tierra y dejándolo todo lo siguieron
5. Otros textos útiles:
Sal 16; 23; Gn 12, 1-9; Ex 3, 1-12; Nm 9, 15-23; 1Sam 3; Is 6, 1-8; Jr 1, 4-12; Jn 21, 15-19;
LM 13; CtaO 1-4
6. Oración final
Señor Jesús, visítanos en nuestras tareas y compromisos. Descúbrenos en nuestras búsquedas y
pecados, muéstranos tu amor y tu perdón, tu confianza y tu espera inquebrantable para que nuestra vida se
regenere en tu seguimiento. Amén
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