Evaluación del comportamiento agronómico en cereales de

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Área de Consolidación: Cultivos Extensivos
“Evaluación del comportamiento agronómico en cereales
de invierno conducidos bajo dos sistemas de labranza:
siembra directa y convencional”
Autor: Esteban Irouleguy
Tutor: Ing. Agr. Ricardo Maich
Resumen
La respuesta agronómica de los distintos cereales al cambio en el manejo de
suelo no resulta unívoca debido a las características intrínsecas de cada
especie y las condiciones ambientales de cultivo. El objetivo del presente
trabajo fue medir el efecto del manejo de suelo sobre el comportamiento
agronómico en cuatro cereales de invierno. Durante el bienio 2013-2014 en el
Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) se
evaluaron cuatro cereales de invierno: trigo para pan, trigo para fideos,
cebada cervecera y avena para grano. El experimento se condujo en bloques
con dos (2013) y tres (2014) repeticiones, pero debido a la restricción
impuesta por los métodos de labranza (siembra convencional y directa) la
aleatorización no fue completa. Se midió el rendimiento en grano (kg/ha), en
biomasa aérea (kg/ha) y el peso de mil granos (g): Por su parte se estimó el
índice de cosecha (%) y el número de granos por m2. Diferencias
estadísticamente significativas entre medias inherentes al sistema de labranza
se observaron para el índice de cosecha. Bajo un manejo de SC el índice de
cosecha resultó más alto (17,4%) que en el caso de SD (13,7 %). En cuanto al
rendimiento en grano y en biomasa aérea, y el peso de mil granos, se
constataron interacciones significativas entre sistemas de labranza y cereal
de invierno. Respecto a la producción de grano, en el trigo para pan el
comportamiento agronómico resultó superior en SD, mientras que lo
contrario ocurrió en el trigo candeal. Siendo el trigo para pan la especie más
cultivada en la región, es de esperar que este sistema de labranza se afiance
cada vez más.
Introducción
La adopción de la siembra directa (SD) en Argentina se hizo casi sin escalas.
Los costos operativos inclinaron la balanza hacia la SD. Posteriormente,
aspectos inherentes a la sustentabilidad del sistema ganaron espacio y
brindaron el sustento teórico a la SD. La implementación de la SD produjo
una mejora de la fertilidad física, química y biológica del suelo, con la
salvedad que las tasas de los cambios en las propiedades del suelo no
resultaron homogéneas debido a las características climáticas de cada región y
al tipo de suelo bajo estudio (Buschiazzo y colab., 1998).
La disponibilidad de agua y de nitrógeno para la mayoría de los cultivos
invernales es esencial. Luego de un barbecho de verano e independientemente
de las condiciones de sequía durante el ciclo de cultivo, al momento de la
siembra la SD, usualmente, garantiza una mayor cantidad de agua en el suelo
respecto a la siembra convencional (SC) (Lenssen y colab., 2007). Cuando se
toma en cuenta la disponibilidad de nitrógeno, la SD puede estar en desventaja
respecto a la SC, especialmente en el caso de cultivos muy demandantes de
este nutriente. El pasaje de la SC a la SD trajo aparejado algunas
consecuencias no deseadas sobre la producción. En ciertas ocasiones se han
reportado mermas en el rendimiento de los cereales de invierno (trigo para
pan, cebada y avena). La explicación de estos resultados se sustenta en la
ruptura de la capilaridad en el caso de la SC y en consecuencia una mayor
disponibilidad de agua para el cultivo por debajo del nivel de roturación
(Schillinger, 2005).
Desglosando cereal por cereal y comenzando con el trigo para pan, los
resultados de un estudio realizado en Canadá, con cuatro años de evaluación,
muestran que en dos años la SD resultó superior a la SC, en uno ocurrió lo
inverso y en otro los rendimientos fueron equiparables (Tessier y colab.,
1990). En otro trabajo canadiense y al cabo de 12 años de evaluación, el
cultivo de trigo rindió un 7.4% más en SD que en SC (Lafond y colab., 2006).
De la revisión bibliográfica que sustenta la presente nota, no resulta la
presencia de interacciones entre sistemas de labranzas y secuencia de cultivos
(Soon y Clayton, 2002). Se sugiere que la ausencia de interacciones se debe a
que el conocimiento desarrollado bajo SC resultó extrapolable a la SD. En
otras palabras, cuando las distintas secuencias de cultivos se evaluaron en SD
se mantuvo el orden de mérito observado en SC. En España e Italia la SD
anduvo mejor en años secos mientras que la SC lo hizo en años húmedos tanto
en trigo para pan como para fideos (López Bellido y colab., 1996; De Vita y
colab., 2007). Cabe aclarar que por debajo de los 300 mm de precipitaciones
durante el ciclo de cultivo se considera que el año es seco. En la región central
semiárida de Argentina rara vez se superan los 100 mm de precipitaciones
durante el ciclo biológico y por lo general acontecen hacia el final del ciclo.
En cuanto a la cebada, un estudio realizado en España muestra una merma en
el rendimiento del 53% en SD respecto a SC (López y Arrúe, 1997). Los
argumentos que se esgrimen para explicar estos resultados están referidos al
bajo uso del agua por parte del cultivo durante la encañazón y la pérdida por
evaporación. Resultados similares, aunque estadísticamente no significativos,
se obtuvieron rotando la cebada con Vicia sativa (Martin-Rueda y colab.,
2007).
En base a lo expuesto, la respuesta agronómica de los distintos cereales al
cambio en el manejo de suelo no resulta unívoca debido a las características
intrínsecas de cada especie y las condiciones ambientales de cultivo.
El objetivo del presente trabajo fue medir el efecto del manejo de suelo sobre
el comportamiento agronómico en cuatro cereales de invierno.
Materiales y métodos
Durante el bienio 2013-2014 en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias
Agropecuarias (UNC) se evaluaron cuatro cereales de invierno: trigo para pan
(Klein Guerrero), trigo para fideos (Buck Esmeralda), cebada cervecera (Alfa)
y avena para grano (Mana). La siembras se realizaron el 2 mayo (2013) y el 7
de mayo (2014) en parcelas de siete surcos de 5 m de longitud distanciados
por 0,20 m. Se sembraron aproximadamente 250 semillas viables m-2. El
experimento se condujo en bloques con dos (2013) y tres (2014) repeticiones,
pero debido a la restricción impuesta por los métodos de labranza la
aleatorización no fue completa. Los bloques para cada tipo de labranza se
ubicaron, en dos lotes contiguos, ambos con más de 8 años de prácticas
continúas de siembra directa y convencional. Se midió el rendimiento en
grano (kg/ha), en biomasa aérea (kg/ha) y el peso de mil granos (g): Por su
parte se estimó el índice de cosecha (%) y el número de granos por m2. La
información fue analizada estadísticamente utilizando el programa InfoStat
(www.infostat.com.ar).
Resultados
El análisis del suelo arrojó valores promedios de materia orgánica del 2.49 %
(SC) y del 2.65% (SD). En cuanto al nitrógeno de nitratos los valores
promedios para los primeros 20 cm de suelo fueron de 16.8 ppm (SC) y 20.4
ppm (SD). Las densidades aparentes (DAP) promedios resultaron para los
primeros 7.5 cm de 1.08 g/cc (SC) y de 1.22 g/cc (SD), mientras que entre los
7.5 cm y 15.0 cm fueron de 1.18 g/cc (SC) y de 1.31g/cc (SD). Finalmente y
hasta el metro de profundidad, el porcentaje de agua útil almacenada resultó
en promedio del 37% (SC) y del 61% (SD). La cosecha del material se llevo a
cabo entre los días 19 (avena y cebada) y el 25 (ambos trigos) de octubre
(2013) y entre los días 5 (avena y cebada) y 30 (ambos trigos) de octubre
(2014). A lo largo de todo el ciclo de cultivo llovieron 50 mm (2013) y 126.5
mm (2014).
Diferencias estadísticamente significativas entre medias inherentes al sistema
de labranza se observaron para el índice de cosecha. Bajo un manejo de SC el
índice de cosecha resultó más alto (17,4%) que en el caso de SD (13,7 %). A
nivel de especies, las diferencias se constataron para el índice de cosecha y el
número de granos por unidad de superficie (Tabla 1). El trigo para pan resultó
la especie con el mayor índice de cosecha y número de granos por unidad
superficie. En cuanto al rendimiento en grano y en biomasa aérea, y el peso de
mil granos, se constataron interacciones significativas entre
sistemas de
labranza y cereal de invierno (Tabla 2, 3 y 4). Respecto a la producción de
grano, en el trigo para pan el comportamiento agronómico resultó superior en
SD, mientras que lo contrario ocurrió en el trigo candeal. Tanto para el trigo
para pan como para la avena la producción en biomasa área fue mayor en SD,
no habiéndose observado diferencias entre sistemas de labranza para las
restantes dos especies. Finalmente, en SC el peso de mil granos resultó
superior en SD sólo en el caso del trigo candeal.
Tabla 1. Medias de índice de cosecha y número de granos.
Especie
Índice de
Cosecha (%)
Número de
granos/m2
Trigo pan
18,5
A
7536
A
Trigo candeal
11,4
C
2786
C
Cebada
18,1
A
5850
B
Avena
14,1
B
8489
A
Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0.05)
Tabla 2. Medias de rendimiento de grano
Especie
Manejo
Grano (kg/ha)
Trigo pan
SD
2915,7
A
Trigo pan
SC
2495,4
B
Avena
SD
2371,7
B
Cebada
SC
2289,1
B
Avena
SC
2021,3
B
Cebada
SD
2019,7
B
Trigo candeal
SC
1634,7
C
Trigo candeal
SD
885,7
D
Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0.05)
Tabla 3. Medias de producción de biomasa.
Especie
Manejo
Biomasa (kg/ha)
Trigo pan
SD
17206,7
A
Avena
SD
16962,7
A
Avena
SC
14812,7
B
Trigo pan
SC
12455,5
C
Cebada
SD
12366,7
C
Trigo candeal
SC
11416,3
C
Cebada
SC
11030,7
C
Trigo candeal
SD
10718,7
C
Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0.05)
Tabla 4. Medias de peso de 1000 granos.
Especie
Manejo
Peso 1000 granos
(gramos)
Trigo candeal
SC
47,4
A
Trigo candeal
SD
40,6
B
Cebada
SC
37,3
C
Trigo pan
SD
35,9
C
Trigo pan
SC
35,4
C
Cebada
SD
35,4
C
Avena
SD
25,9
D
Avena
SC
25,9
D
Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0.05)
Discusión
El mayor porcentaje de agua útil almacenada a la siembra en el caso de un lote
sujeto a SD respecto a un manejo convencional del mismo se ajusta a lo
observado por otros autores (Lenssen y colab., 2007).
En cuanto a la mejor partición a grano de la biomasa aérea en términos de
índice de cosecha observado en SC; es probable que la ruptura de la
capilaridad haya traído aparejado una mayor disponibilidad de agua por
debajo del nivel de roturación (Schillinger, 2005).
Por su parte, la ausencia de interacciones entre sistemas de labranzas y
secuencia de cultivos, tal como lo demostraron Soon y Clayton (2002), no
implica la ausencia de interacciones entre el tipo de manejo del suelo y la
especie que se cultive sobre él. De la revisión bibliográfica surge que el
comportamiento agronómico del trigo para pan, candeal y la cebada en SD y
SC no resultó predecible debido a la diversidad en cuanto a las condiciones
ambientales. Quizás la especie que más dramáticamente manifestó una
dicotomía entre ambos tipos de manejo fue el trigo candeal. Los rendimientos
alcanzados en SC duplican a los logrados en SD. Al respecto cabe hacer la
siguiente consideración, la zona agroecológica donde se cultiva por lo general
el trigo candeal (Región triguera IV) posee características edafoclimáticas
diferentes a la de la región triguera V norte. Basta con mencionar que los
suelos de la región triguera IV son producto de depósitos de arena en forma de
delgada cobertura, dando perfiles sumamente someros. En consecuencia la
exploración del suelo por parte de las raíces rara vez se encuentran con una
impedancia física. Respecto al trigo para pan, el pasaje de la SC a la SD trajo
aparejado más bien beneficios que perjuicios agronómicos. Siendo la especie
invernal más cultivada en la región, y teniendo en cuenta el buen manejo que
se le brinda al lote en el que se condujo el ensayo bajo SD, es de esperar que
este sistema de labranza se afiance cada vez más.
Agradecimientos:
Al Ing. Agr. Ricardo Maich, como tutor y acompañante durante todo el
trascurso del trabajo.
Al Ing. Agr., M Sc, Antonio Aoki, quien llevó a cabo el primer año de
evaluación (año 2013) de este ensayo.
Al Biólogo, M Sc, Dr Honoris Causa, Julio A. Di Rienzo, por facilitarme los
resultados de los análisis estadísticos.
Al Ing. Agr. Gustavo Giambastiani, responsable del Área de consolidación de
cultivos extensivos.
Bibliografía
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Spain. Soil and Tillage Research, 44: 35–54.
Martin-Rueda, I. Muñoz-Guerra, L. M. Yunta, F. Esteban, E. Tenorio, J. L.
Lucena, J. J. 2007. Tillage and crop rotation effects on barley yield and soil
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Schillinger, W. F. 2005. Tillage Method and Sowing Rate Relations for
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