El pañuelo blanco, la única condena

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El pañuelo blanco
Revista de la Fundación Madres de Plaza de Mayo
AÑO II . NÚMERO 17 / DICIEMBRE 2010
Kirchner x Sueños Compartidos
DE HIJO A PRESIDENTE
NÚMERO ESPECIAL: ESCRIBEN EL OTRO YO / CAPUSOTTO/ CARRI / INCARDONA / LLONTO / MICELI / PARODI / SANTORO
Foto Tiempo Argentino
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DE HIJO A PRESIDENTE
Kirchner x Sueños Compartidos
Néstor, en el corazón de Latinoamérica
02 EL PAÍS DE LA LIBERTAD
Kirchner y la cultura
07 ¡LOS PIBES PARA LA LIBERACIÓN!
10 CARTA ABIERTA AL
COMPAÑERO NÉSTOR
Felisa Miceli
A través del gobierno de Néstor Kirchner, iniciado en mayo de 2003, Argentina
encontró su verdadero lugar en el mundo: América Latina.
Nuestro país lleno de Sur descubrió, de una vez y para siempre, que su espalda
no está en el propio continente, sino más allá del océano, o cruzando el río que
separa a México del último estado Norteamericano. El reconocimiento, sin embargo, no es un dato geográfico; tiene una dimensión histórica, política y cultural.
Néstor Kirchner fue el primer Secretario General de la UNASUR; el gran mediador en profundos conflictos regionales; el que sintonizó con lo mejor que estaba
ocurriendo en América latina la propia experiencia nacional; el que recibió a
Fidel Castro y a Hugo Chávez el día de su asunción. Sin dudas, Néstor fue una
de las espadas que enterró en Mar del Plata, cuando la cumbre de 2005, el voraz
plan neocolonial del imperialismo norteamericano, llamado ALCA.
Ya se lo extraña, mas cuánto ha crecido nuestro continente desde que él asumió los
desafíos populares de integración continental. Ese sueño de Patria Grande ya había
sido soñado por nuestros próceres y patriotas doscientos años atrás, y también
durante el siglo XX, con dispar éxito y mucha muerte imperialista para frustrarlo.
Hoy no existe en un creciente número de países latinoamericanos espacio alguno
para que se desarrollen engendros políticos favorables a los países centrales
en desmedro de los propios pueblos de América. Las fronteras de la región
cada vez están más abiertas a sus pueblos, y cerradas como una fortaleza ante
quienes insisten en dividirlos, desde fuera y con complicidades locales también.
La unidad latinoamericana: he ahí otro legado, quizás el más importante, de
Néstor Kirchner.
14 YA NADA SERÁ IGUAL
Pablo Llonto
22 EL BLOG DEL PAÑUELO
Pantallazos / La tele y la Plaza
24 EL RETORNO DE LA
PATRIA GRANDE
26 Hasta la victoria siempre, querido hijo
Néstor y las Madres
32 POESIA Y MADRES
Recordarlo sin llorar ni lamentarse
CORTAMOS EL CORDÓN
Suplemento Nº4. Coleccionable
Demetrio Iramain
“SUEÑOS COMPARTIDOS” Año II Nº 17 / DICIEMBRE 2010/ REPÚBLICA ARGENTINA
Editorial: Fundación Madres de Plaza de Mayo/ ISSN 1852-4745 / Propiedad Fundación de Madres de Plaza de Mayo Reg. INPI EXPEDTE. 784.377
Coordinador General Demetrio Iramain Coordinación Periodística Equipo de Prensa Madres Editora General Lucía García Editores Fernando Ashkar/ Cynthia Berenguer/
Sandra Conte/Agustín Crivelli/ Pedro Lanteri/ Liliana Szwarcer/ Luis Zarranz Redacción Daniel Ballester/ Sandra Conte/ Lucía García/ Solana Landaburu / Andrés Martínez
Cantó/ Leonardo Rodríguez/ Daniel Roncoroni/ Alejandro Seselovsky/ Liliana Szwarcer/ Luis Zarranz Colaboran en este número Cristian Aldana/ Gisela Gorjon/ Alejandra
Bonafini/ Víctor Budge/ Albertina Carri/ Diego Capusotto/ Juan Diego Incardona/ Pablo Llonto/ Felisa Miceli/ Teresa Parodi/ Daniel Santoro Corrección Liliana Szwarcer/ Luis
Zarranz Asesor de Producción Pablo Moratorio Cortamos el cordón Inés Vázquez Ilustraciones de Cortamos el cordón Patricio Plaza Historieta Jorge Meijide Humor gráfico
Fabián Prol Edición de fotografía Cesar Capasso Fotografía Jeremías Cifarelli/ Sebastián Romero Colaboración Fotográfica Ayelén Escobar Valdez/ Jorge Santana Fotos
Archivo de Madres Juan Martín Bonacci Diseño y diagramación Nicolás Gil/ Sebastián Santos Producción Imprenta Marcelo Moreira Impresión Imprenta de las Madres.
Domicilio: Hipólito Yrigoyen 1584. CP 1089 Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel/Fax: (011) 4383 6430. E mail: [email protected]
Kirchner y la cultura
Por Liliana Szwarcer / Andrés Martínez Cantó
Mujeres y hombres de la cultura expresan sus sentires y pensares sobre la gestión de
Néstor Kirchner. Recuerdan encuentros, valoran su política, dimensionan al dirigente
que dejó su estela en el universo de lo simbólico. Huellas colectivas, que de tan profundas, son personales, políticas, artísticas.
La elegida
Teresa Parodi Directora del Espacio Cultural Nuestros Hijos.
Cantautora de música popular
Néstor y Cristina, los compañeros, los militantes.
Néstor y Cristina y el corazón de ambos latiendo al unísono y
repartiendo el amor que ellos mismos se tuvieron, se tienen
y se tendrán.
Néstor y Cristina llenándonos de ideales todas las casillas. Llenándonos de compromiso. Devolviéndonos la fe en la lucha, en
nosotros mismos, resignificando la palabra pueblo, la palabra
revolución, la palabra compañero.
Demostraron que se puede enfrentar al FMI, al país del Norte, a
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sueños
los poderes del dinero, a las clases dominantes, a la Argentina
financiera, a la Sociedad Rural, al monopolio de los medios, a
los militares todavía contaminados, restituyendo y reivindicando
la lucha por los derechos humanos, declarándose hijos de las
Madres de Plaza de Mayo y bajando los cuadros y expulsándolos de la ESMA y restableciendo la dignidad del trabajador, del
anciano, de la empleada doméstica, de las amas de casa, de la
comunidad homosexual, de los descreídos, de los marginados,
del pueblo en toda la hermosa extensión de la palabra.
Demostraron que la fuerza de los pueblos de la América Latina
es el vértice más sonoro de la esperanza inalterable de la patria
grande y que es la hora de construir el modelo nacional y popular, tan ansiado y soñado por generaciones, y profundizarlo
Foto Tiempo Argentino
con pasión, decisión y coraje, para que crezca y se reafirme al
calor y la lucha de los que no dejamos de creer en ese futuro
con mayúscula que nos merecemos tanto.
Murió Krichner, sí, pero nació el kirchnerismo hasta en los
que no creyeron jamás en nada, en los indiferentes, en los que
decían “que se vayan todos”, pero fundamentalmente en las
generaciones nuevas, en esos miles y miles de pibes y pibas
con banderas y compromiso amoroso y necesidad de ser los
que construyan el porvenir porque el porvenir es hoy. Es justo
hoy. Es para siempre hoy.
Por eso Cristina, la compañera lúcida, apasionada, brillante, decidida, con amor en los ojos y la palabra y la acción es la elegida.
Es la que seguimos y seguiremos, es la que acompañaremos
en todos los frentes, la que bancaremos con el alma como en
esas jornadas de dolor y esperanza y compromiso y toma de
posición clara y definitiva en que rompimos, una vez más, el
discurso único y mentiroso con el que creyeron someternos
inventando un país virtual que no somos ni queremos ser.
Sí, señores, nosotros los muchos, los “nadies”, en asamblea
espontánea con cientos de oradores convencidos y convincentes, hemos decidido por fin nuestro porvenir: “Cristina 2011”.
Cristina para la esperanza, para la consolidación de las políticas ya emprendidas y las que faltan, para el modelo nacional
y popular que dignifica.
Sin ambigüedades ni concesiones.
Cristina Presidenta, Néstor en el corazón de todos para siempre.
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Daniel Santoro. Artista plástico
Desde hace algunos años viene gestándose de manera más o
menos larvada algo que podríamos llamar “nuevas formas de
abordaje de nuestro gran relato histórico” (el peronismo). Que
incluye todo lo que está en torno a su galaxia de sentidos, así
como sus infinitas derivas.
El peronismo, tomado como irrupción cultural, flota en medio
del mar de nuestra cultura como un temido buque fantasma.
En general, evitaban el abordaje y su presencia generaba temor; suponían que estaba la peste a bordo. De pronto, en estos
últimos años, en una vía paralela a las novedades políticas
que irrumpieron con los gobiernos de Néstor y Cristina, fue
consolidándose un progresivo fenómeno a través del cual un
masivo deseo de abordaje de esa nave se apoderó del núcleo
más activo de nuestros actores culturales.
Primero desde la literatura y la dramaturgia, un heterogéneo
grupo de escritores jóvenes y no tanto penetraron y se apropiaron de todo cuanto ofrecía este gran relato histórico. Algunos se
apresuraron hace algún tiempo en clasificarla como “literatura
neoperonista”. Juan Diego Incardona, Carlos Godoy, Guillermo
Saccomanno, Daniel Guebel, entre otros, y poetas como Luis
Tedesco, son los que rápidamente se destacaron. En la dramaturgia, Mauricio Kartun, Ricardo Bartís, Alejandro Tantanian
y Francisco Lumerman son sólo algunos de los nombres que
podríamos resaltar.
Paralelamente, el cine también tuvo sus notables abordajes a
través de Sergio Bellotti, con “La vida por Perón”; Alejandro
Fernández Mouján con “Pulqui, un instante en la patria de la
felicidad” y “Los resistentes”; Luis Barone con “Los malditos
caminos” y “Zenitram”, o “El hada buena, una fábula peronista”,
de Laura Casabé.
En la plástica, Carlos Gorriarena, Nicolás García Uriburu, Nora
Iniesta, Aurelio García, Miguel Rep y el que suscribe tomaron
extensamente el imaginario del peronismo.
El efecto de este fenómeno es el de la definitiva apropiación que,
en estos últimos días, potenciado por la desaparición física de
Néstor Kirchner y su repentino ingreso como un nuevo actor
a la dimensión mítica del peronismo, produjo una gigantesca
ola que rebalsó todos los límites, provocando un estado de
excitación creativa que personalmente me genera una enorme
expectativa para los próximos años. Todo parece presagiar una
especie de revolución en nuestro pacato e indiferente mundo
de la cultura. Se proponen reuniones, circulan proyectos, ideas
locas, reclamos de participación; es una especie de momento DADÁ*, todos quieren quitar las esculturas de sus bases y
reemplazarlas por mingitorios. Todo se puede cuestionar, el
mundo de la cultura, de los medios, el propio peronismo es
materia prima para un nuevo paradigma.
Casi como un ritual propiciatorio, el velorio del ex presidente,
lejos de la arquitectura del poder y sin las distancias que éste
antepone para las exequias de Estado, funcionó, en cambio, casi
como una asamblea popular, y en cierta medida también como
una acción artística, en la que Cristina oficiaba de mediadora,
manejando acertadamente cada uno de los detalles. Toda esta
energía sin contenciones ni especulaciones se proyectó hacia
afuera desatando de manera inesperada los intensos flujos de
la creatividad popular que, no me cabe duda, en poco tiempo
consolidarán un nuevo y enriquecido paradigma cultural.
*DADÁ: Movimiento artístico surgido en 1916, se caracterizó por rebelarse
contra las convenciones literarias y artísticas y, especialmente, por burlarse
del artista burgués y de su arte.
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Foto Tiempo Argentino
El abordaje del gran relato
Una manera de ver
Diego Capusotto. Actor, humorista
Considero que, desde que se produjo la apertura democrática, el gobierno más aliado a todas las expresiones artísticas ha sido
el de Néstor Kirchner y el de Cristina.
El kirchnerismo originó una toma de posiciones en la sociedad; por otra parte, es evidente que cuenta con una capacidad de movilización que nadie más posee. Creo que se trata de una construcción muy interesante para discutir. Es un espacio que se ha tratado
de oscurecer deliberadamente desde la vulgaridad de las denuncias de autoritarismo, falta de libertad de expresión, etcétera.
Sin embargo, a diferencia de lo que sostiene la oposición, es dentro del estilo confrontativo (en el buen sentido) que se producen
manifestaciones ricas y variadas de expresión. Es muy interesante ver que con un sustento ideológico fuerte para los espacios
creativos comienzan a aparecer las contradicciones de los pseudo-demócratas, que plantean sus demandas mediante una
retórica del diálogo y las negociaciones, para darnos cuenta finalmente de que éstas son sólo excusas para sus negociados. Es
preciso tener en cuenta que hay sectores con funcionamiento y lógica de conspiración, que seguirán adelante del mismo modo
y que, si fuera preciso, seguramente volverían a las armas.
Lo que se le achaca al kirchnerismo es la toma de posición, el tener una ideología y asumir una manera de ver la vida. Por supuesto, ésa no es coincidente con la de otras personas: por ejemplo, la idea de cultura de Macri consiste en inaugurar un cine
e invitar para eso a Mirtha Legrand.
Por otro lado, en esta etapa veo una inserción y un interés muy grande de ciertos sectores de jóvenes que empiezan a tomar
posiciones y se cuestionan las representaciones que construyen los medios de comunicación como formas de entretener a la
familia; esos lugares de participación política estaban encriptados, y ahora se comienza a mirarlos de otra manera.
Sin duda, con la muerte de Kirchner se produce una gran pérdida en términos políticos y de poder, pero hay mucha solidez en lo que
él deja. Esto, como hecho simbólico, es lo que se sintetizó en la movilización: se rompió un poco el prejuicio de ciertas capas medias
cuando se dieron cuenta de que en el peronismo también hay gente valiosa. Me gustaría que todas las personas, tanto las que fueron
a la Plaza como las que no pudieron ir, empiecen a sentir que son tan valiosas como la persona a la que despidieron.
Pasión por la vida
Albertina Carri. Directora de cine, guionista y actriz.
¿Cómo no repetirse? ¿Cómo no decir una y otra vez lo que
otras y otros vienen repitiendo desde el miércoles 27, en que
Néstor Kirchner dejó de respirar? Aunque ahora mismo debo
corregirme: Néstor no dejó de respirar, respira en el corazón de los desclasados; en el pecho de los que en el 2003 no
creíamos en nadie ni en nada; en los pies con zapatillas de los
niños y niñas que reciben la Asignación por Hijo; en los nietos
recuperados; en la reivindicación a los años de militancia que
llevaron adelante Abuelas, Madres e Hijos de desaparecidos;
en la oposición que destila odio hablando de inseguridad –es
el paco que ellos mismos desparramaron para convertirnos
en una sociedad de autómatas–; en la pared vacía del colegio
militar donde no hace mucho se exhibía el cuadro de un dictador y genocida; en la palabra Política, que los jóvenes de hoy
pronuncian con orgullo; en Cristina y su potencia arrasadora.
Es imposible no repetirme, porque el agradecimiento que siente/sentimos el pueblo argentino hacia la figura de ese hombre
desbordado en gestualidad es enorme, porque nos devolvió la
fe en la política. ¿Y cómo no sentir que el corazón explota de
emoción, de agradecimiento, de orgullo y de amor, cuando un
líder nos alienta a seguir luchando por lo que siempre creímos,
aquello por lo que muchos, muchísimos, dieron la vida?
Es aquí donde quiero hacerle un agradecimiento personal.
Filmé mi primer película a los 24 años, por esa razón viajo por
el mundo a festivales desde muy joven. Por muchos años, durante esos viajes, sentí vergüenza al tener que explicar frente
a europeos, norteamericanos y orientales que Latinoamérica, nuestro pueblo latinoamericano, no era Fujimori, Menem
o Collor de Melo. Que el continente latinoamericano estaba
conformado por otras historias, por otras ideologías; que esos
payasos cancerberos del neoliberalismo no nos representaban.
Que estábamos heridos, malheridos después de tanta muerte
pero ya nos íbamos a parar; que no éramos una colonia de
los norteamericanos y éramos –somos– un pueblo fuerte y
digno. No me creían. A mí los argumentos se me acababan
pronto, porque la vergüenza que me daban “nuestros líderes”
me rebasaba.
Vergüenza de ser latina, vergüenza de sentir vergüenza.
Fueron años espantosos. Sentir que traicionaba no sólo a
mi pueblo y a mí misma, sino también a mis padres asesinados, a mis padres y a la ideología por la que dieron sus
vidas. Y Néstor con su ojo bizco, su aspecto desgarbado y
su entusiasmo por las causas que muchos llamaban, con
placer, perdidas, me devolvió el orgullo, el orgullo por Latinoamérica, el orgullo por la discusión frente al pensamiento
hegemónico, el orgullo por ser quien soy. Lo más importante
no es que me devolviera a mí personalmente ese orgullo,
sino el movimiento que hizo para que esto que me sucede a
mí le suceda a tantos.
Néstor ubicó la Historia de nuestro continente en donde se
merece. Nos exigió recordarla y recordarnos en su épica popular. Reivindicar la historia es reconocer de dónde venimos
y dar dimensión dramática a nuestras vidas para pensar en
futuro. Orgullo por Castelli, por Perón, por Evita, por San
Martín, por nuestros 30 mil, por Juana Azurduy, por Simón
Bolívar, por José Martí, por Mariátegui, por Haya de la Torre,
por las Montoneras, por Salvador Allende, por Bartolina Sisa,
por los que están y por los que vendrán. Orgullo por una
tierra de lucha, capaz de transformarlo todo.
Gracias, Néstor, por devolvernos lo que es nuestro: la pasión por la vida.
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Cristian Aldana. Integrante de El Otro Yo. Presidente de la Unión de Músicos Independientes (UMI)
Conocí al ex presidente Néstor Kirchner enfrentándonos. Fue cuando logramos la
derogación del decreto que reglamentaba la Ley del Ejecutante Musical; decreto que él mismo había firmado un año antes por recomendación del SADEM. Sin
embargo, al escuchar el reclamo de miles de artistas que nos manifestamos de
forma masiva y espontánea en el Bauen para oponernos a esa norma, Kirchner nos
convocó a una reunión en la Casa Rosada. Allí nos saludó a los treinta músicos que
habíamos asistido, uno por uno: nos dio la mano y un beso. Entonces se sentó y nos
dijo: “Perdón, muchachos, me equivoqué” y anunció que iba a derogar el decreto.
De todos los hombres de poder que he conocido en mi vida, son muy pocos los que
reconocen cuando se equivocan y son capaces de cambiar la historia. Y eso es un
acto de grandeza que todos deberíamos tomar como ejemplo.
En esos días, también bajo su gestión, se eliminó el IVA a las entradas de los recitales (algo
que veníamos pidiendo desde la Unión de Músicos Independientes) y, de esta forma, se generó
un beneficio para el desarrollo de la música en vivo. Por otro lado, después del trabajo realizado durante cuatro años por músicos de todo el país, hoy la Ley Nacional de la Música está
próxima a convertirse en realidad, ya que está en el Senado para su inminente tratamiento.
Su mandato, en síntesis, me hizo ver que no hay que tenerle miedo a la política. Esa es una
idea muy de los ’90 que logró que los jóvenes no participemos pensando que “no votar”
era lo más contracultural. Hoy prefiero ser un virus político como militante de la música
comprometido con la realidad que nos tocó vivir. Y siempre voy a recordar al ex presidente
por dar su apoyo a las normas que contemplaran los derechos de las minorías, como la
nueva Ley de Medios o la Ley del Matrimonio Igualitario. Por eso, todos los jóvenes que
llevan en sus mochilas la esvástica tachada, en un signo de repudio a la discriminación
y al odio, deberían sentirse identificados con esas medidas que implican un cambio de
mentalidad. Ése es uno de los legados más importantes que nos dejó Néstor Kirchner:
como político tuvo actitudes rockeras animándose a desafiar a los más poderosos como
los multimedios, los represores de la última dictadura militar y las potencias extranjeras,
por dar algunos ejemplos. Y todo eso es un modelo distinto a la política convencional a
la que nos habíamos acostumbrado. Un auténtico virus del sistema.
Color y blanco y negro
Juan Diego Incardona, escritor.
Digo –porque a veces escribir es decir- estas pocas palabras en Nuestra noche
triste, después de deambular durante doce horas por la Plaza, en esa dimensión tan
surrealista que es la historia. Ahora, después de la euforia por estar en la calle entre
tanta gente, viene el bajón.
¿La fila de veinte cuadras continuará, entre las vallas? ¿Los amigos estarán, aún, cruzándose en las calles y jardines, hablando, opinando, abrazándose? ¿Y la Plaza de Mayo
seguirá, todavía? ¿En donde está la Plaza de Mayo cuando nosotros no estamos allá?
Pareciera que, a veces, llevamos el presente a los túneles del tiempo, por Diagonal
Sur o Norte, o por Avenida de Mayo, y arribamos a una zona de épocas mezcladas que,
sin embargo, forman, entrelazadas, una sola memoria. Los revolucionarios de 1810, el
aluvión conurbano y las patas en la fuente, los discursos de Perón y Evita, el bombardeo
del 55, las Madres de Plaza de Mayo, la vuelta de la democracia, el 2001… Todas las voces y sentimientos en el mismo lugar, de boca en boca y de generación en generación,
sonaron de nuevo, esta vez en las canciones de la muerte de Néstor, ¿un velorio?, no lo
sé, porque era triste pero también festivo. Una vez más, la cultura popular transforma la
muerte en vida. Entre las viejas pintadas, entre las marcas que dejaron las esquirlas de
las bombas de otrora, entre las palmeras, ayer quemadas, hoy reverdecidas, y el viento,
que, por alguna misteriosa razón, sopla más fuerte en estas ocasiones, apareció escrito,
como si ya perteneciera a un tiempo mítico: “Néstor con Perón y el Pueblo con Cristina”.
Y no sólo es una consigna; se trata –los políticos y dirigentes tienen que saberlo– de un
mandato. Es hora de ser leales, de cerrar filas y cuidarse de los traidores y los hipócritas
de siempre. Éste es el momento de redoblar el compromiso y trabajar, todos los que
amamos al país y a nuestra gente, para que este modelo se profundice y la justicia social
rija, como principio, nuestras vidas.
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sueños
Foto Tiempo Argentino
Política Rockera
Foto Enrique Sorkin
La juventud y el proceso político a partir de Néstor Kirchner
¡Los pibes para
la liberación!
Los jóvenes eran protagonistas del
kirchnerismo mucho antes de la
contundente demostración de afecto
que realizaron para despedir a Néstor
Kirchner. Aquí ahondamos en esa
construcción que hoy permite pensar la
política como herramienta de cambio y no
de corrupción, y participar activamente.
Por Sandra Conte
L
a nueva militancia no es una experiencia espontánea y
sorpresiva que surge a partir del 27 de octubre, sino el
resultado de una construcción que lleva años y que se
ha ido consolidando en la certeza de que los jóvenes pueden
protagonizar la transformación social con la política como herramienta central del cambio.
En este sentido resulta innegable el proceso de acumulación de
fuerzas que permitió que un hecho triste como el fallecimiento
de Néstor Kirchner mutara de inmediato en un evento auspicioso, entendido como catalizador de una cantidad de voluntades
que aún tenían cierto grado de dispersión. Reaccionaron con
la contundencia necesaria para consolidad y sostener el único
proyecto político que en los últimos 50 años de historia argentina
logró lo que se proponía: incluir.
Esa inclusión no sólo fue declamada sino efectivamente ejercida
desde la convocatoria a participar en la construcción y ejecución
de las políticas públicas. Los gobiernos kirchneristas fueron los
que contaron con mayor cantidad de funcionarios menores de
40 años, no sólo para asesorar en temas específicos sino incluso como responsables de áreas estratégicas: Anses, Autoridad
Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Aerolíneas,
y hasta la Jefatura de Gabinete de Ministros.
sueños
7
La política que enamora
Justamente es Juan Manuel Abal Medina, Secretario de la Gestión Pública en el ámbito de la Jefatura de Ministros, quien nos
cuenta: “En los años 90, era muy difícil encontrar a jóvenes
que mostraran entusiasmo y orgullo por militar en política. Los
pocos que participaban eran vistos casi con sospecha, porque
la política era considerada como una actividad autorreferencial,
sólo destinada al beneficio personal de quienes la practicaban.
Junto a ello, se mostraba como una actividad incapaz de mejorar la calidad de vida del pueblo, e incluso los políticos vivían
sosteniendo que distintos factores (como la globalización o los
organismos internacionales) eran límites infranqueables que
impedían una acción autónoma y soberana. Así, la política había
dejado de ser el centro de las decisiones ordenadoras de la vida
social, dejando ese rol a los mercados, al FMI o a gobiernos
extranjeros. ¿Para qué, entonces, militar? Si los límites de lo
que se podía cambiar eran tan estrechos, ya no tenía sentido
comprometerse con la militancia. De esa manera, la política fue
perdiendo progresivamente legitimidad social, y en 2001-2002
presenciamos una enorme crisis de representatividad de las
fuerzas políticas”.
Pero aquel escepticismo inicial encontró un punto de inflexión:
“Desde 2003 esa realidad empezó a cambiar. La razón principal
de este cambio es simple: Néstor Kirchner demostró, desde el
día que asumió su gestión como Presidente, que esos supuestos límites eran falsos, que eran barreras imaginarias que los
propios políticos esgrimían para justificar su incapacidad para
enfrentar a los poderosos del país y del exterior. Kirchner probó
que con voluntad política era posible juzgar a los genocidas
de la dictadura; desarrollar una política económica independiente; negociar con firmeza ante los mercados, logrando una
reducción de la deuda externa que generaciones de argentinos
y argentinas le agradecerán. Muchos jóvenes se acercaron a
esta política transformadora. Con entusiasmo, con ganas, con
organización, una militancia comprometida con una Argentina
más justa fue creciendo por todo el país”.
No es extraño, entonces, que el avance inclusivo haya despertado esa voluntad de protagonizar la historia: “Con la Presidencia
de Cristina esa militancia se multiplicó. Quienes aún dudaban
vieron cómo un gobierno se jugaba a fondo por causas valiosas
como la distribución de la riqueza, la pluralidad de los medios,
la recuperación de la seguridad social y el matrimonio igualitario. Todas estas iniciativas encontraron enemigos poderosos,
y eso motivó aún más a la militancia, porque ahora había que
defender lo conquistado y seguir avanzando. En ese sentido, la
participación política recobró un sentido que había perdido. Hasta antes del fallecimiento de Néstor Kirchner, muchos querían
negar esta realidad indudable. Pero la masiva demostración
de compromiso y lealtad de tantos jóvenes exhibió, para todo
el mundo, que la militancia política había vuelto a enamorar a
grandes sectores del pueblo argentino”.
Un largo camino
Hay quienes prefieren pensar que se trata de un enamoramiento
fugaz, “amores de juventud”, pero Agustín Rossi, jefe del bloque
oficialista de la Cámara de Diputados, es concluyente al respecto: “Esta no es una generación espontánea. Una primera
reacción surge con la 125, eso que era incipiente se desarrolló
ampliamente con el debate de la Ley de Medios, luego el 11 de
marzo hay un movimiento muy importante en Ferro organizado
por la Juventud Evita, después la Plaza llena de autoconvocados
del programa 6-7-8 mayoritariamente jóvenes, también el 24 de
marzo asistimos a una Plaza masivamente colmada por jóvenes,
8
sueños
“En los años 90, era muy
difícil encontrar a jóvenes
que mostraran entusiasmo
y orgullo por militar en
política. Los pocos que
participaban eran vistos
casi con sospecha, porque
la política era considerada
como una actividad
autorreferencial, sólo
destinada al beneficio
personal de quienes la
practicaban.”
Juan Manuel Abal Medina
Foto Tiempo Argentino
Foto Enrique Sorkin
Foto Tiempo Argentino
Foto Tiempo Argentino
nacidos en democracia. El año pasado, por primera vez desde
la recuperación de la democracia, se recuerda “La noche de los
Lápices”. Fue muy importante el acto del Luna Park organizado
por La Cámpora; en fin, hubo una participación juvenil creciente que se expresó masivamente en la fenomenal muestra de
cariño con que los jóvenes despidieron a NK. Pero este proceso de participación juvenil es mucho más contundente. Como
espacio político tener esta generación de jóvenes participando
nos da la certeza de que vamos en el buen camino, constituye
la posibilidad de trascender”.
Esta cantidad de jóvenes -sujetos de hecho y de derecho incluso
como parte de minorías históricamente excluidas- no irrumpen
en la arena política desde un supuesto punto “0”, sino que vienen
a retomar las banderas históricas de aquella generación raleada
en la dictadura genocida, capitalizando tanto las experiencias de
las organizaciones territoriales paridas a la sombra del neoliberalismo (imposible no pensar en la Tupac Amaru y tantas otras
organizaciones territoriales menos conocidas que resistieron
sus embates) como las de las agrupaciones universitarias (cantidad de grupos que sostuvieron su compromiso de participación
a lo largo de estos años), sin olvidar la construcción de nuevas
vertientes dentro del sindicalismo.
Esta experiencia se vio potenciada por las múltiples posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, no sólo para facilitar la masiva puesta en circulación de una comunicación
que permita horadar el discurso hegemónico, sino también
como herramienta concreta: es conocida la convocatoria
lanzada por La Cámpora a través de la dirección electrónica [email protected] que contó con adhesiones
masivas y fue replicada en gran cantidad de blogs de todas
las latitudes.
Todo un signo de estos tiempos que docentes de la UPMPM
percibieron de manera directa: “Antes tenías que convocar, convencer, insistir, hoy son los mismos compañeros que asisten a la
Universidad los que te preguntan “che, ¿no sabés donde puedo
participar, a qué grupo puedo acercarme?, quiero hacer algo…”,
nos cuenta Fernando Delfino Polo, integrante del Equipo de
las Cátedras Bolivarianas que, coordinadas por Daniel Ezcurra,
nacieron en 2003 a instancias del Presidente de Venezuela Hugo
Chávez como una semilla de integración latinoamericana: “Año
a año vemos cómo la edad promedio de los inscriptos es cada
vez menor, muchos son estudiantes secundarios que reniegan
del bache ocasionado por una educación que durante décadas
miró hacia afuera”.
En su rol de Coordinador de Investigación de la Secretaría de
Organización y Comunicación Comunitaria del Ministerio de
Desarrollo Social, Daniel Ezcurra llevó adelante las Cátedras
Populares, “nudos de discusión estructurales sobre un proyecto de país”, cuyo cierre se llevó a cabo en el Auditorio Juana
Azurduy en octubre pasado. “Organizaciones que a veces en
el territorio compiten pudieron comprender que la formación
política es esencial para configurar cuadros que puedan permitir
fortalecer y profundizar el proyecto nacional y hacerlo todos
juntos en un mismo cuerpo, da cuenta de otra de las necesidades del campo popular. La diversidad de opciones está muy
bien pero atravesamos un momento en el que es imprescindible
encontrar un nudo de sutura y una agenda común que nos haga
más potentes”.
Está claro que la diversidad de experiencias maduraba a lo largo
y a lo ancho de nuestro territorio. Sólo necesitaba ese héroe
colectivo que las aglutinara y con las primeras luces del 27 de
octubre de 2010 apareció, impulsado por miles de jóvenes y en
todo su esplendor, el kirchnerismo.
sueños
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Memoria y balance
Por Felisa Miceli. Directora del CEMoP
La ex Ministra de Economía del gobierno de Kirchner reflexiona acerca de la gestión que integró
y reivindica a un Presidente que devolvió a la política su lugar central y puso a la economía
donde siempre debió haber estado: al servicio de mejorar la vida de las y los argentinos.
C
uando el 25 de Mayo del 2003, en tu discurso de asunción, señalaste que la causa de la pobreza era la política
económica (algo tan obvio, pero que todos los influyentes
de entonces se negaban a admitir), muchos supimos, con esperanza y alegría, que empezaba una nueva época. Que había
grandes posibilidades de dejar atrás casi 30 años de políticas
neoliberales, de entrega y saqueo del patrimonio nacional
acumulado por generaciones de argentinos, de sometimiento al capital financiero y a los organismos internacionales, de
endeudamiento sin fin, de desaparición del estado, de ajustes
permanentes, de destrucción de la producción y del mercado
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sueños
interno, de avasallamiento a los derechos de los trabajadores,
de pulverización del empleo y de exclusión social.
Y empezaste nomás. Diciéndonos que había que salir del infierno.
Que si cada día hacíamos algo para mejorar la vida concreta
de nuestro pueblo, pasado algún tiempo íbamos a mirar hacia
atrás y veríamos la acumulación de los resultados en la transformación de la ruinosa situación en que tomaste los destinos de
nuestra Patria. Néstor, la Argentina no salió sola del infierno: tuviste la convicción política necesaria y nos condujiste con firmeza
hacia su salida. La juventud y todo tu pueblo, te lo reconocen.
Desde el principio nos aclaraste que la economía debía estar
subordinada a la política. Nos recordaste que nos fue muy mal
cuando en la Argentina predominaban ministros de Economía
fuertes y presidentes débiles, que con la cantinela del “consenso” firmaban las medidas que ya les traían escritas los representantes de las corporaciones. Nos dijiste que había que
negociar con el verdadero poder económico pero jamás claudicar, que debíamos ser humildes con los humildes y altivos con
los poderosos. Que, como vos, nunca debíamos dejar nuestras
convicciones en la puerta de nuestros despachos.
Y seguiste. Aumentando los salarios por decreto. ¡Qué herejía!
bramaba, desconcertada, la ortodoxia. ¡Cómo te atrevías a tener
injerencia en el “libre” funcionamiento de los mercados! Ya no
habría más inversión, decían. Y resulta que lograste la mayor
inversión en términos del PBI de la historia económica nacional.
Y aumentaste las jubilaciones y las pensiones y llamaste a las
paritarias y al Consejo Nacional del Salario Mínimo, Vital y Móvil. Y esos mayores recursos en poder de los más necesitados
fueron directo al consumo y aumentó la demanda, la producción
nacional y el empleo y así se puso en marcha el círculo virtuoso
del crecimiento. Y mentían: era un “rebote postdevaluatorio”,
una “primavera”, el “viento de cola”. Envidiosos e incapaces,
los mediocres de siempre, los hacedores de la destrucción, los
constructores de mil fracasos, empecinados en su pequeñez,
nunca admitieron las virtudes y las ventajas de tu política económica, a pesar de todos estos años de crecimiento.
Y seguiste. Desendeudando al país. Poniéndonos de pie ante
el mundo. No tomaste ni un dólar de deuda nueva. Sólo seguimos pagando la que asumieron los que todavía te critican. Te
preocupabas día a día, con instrucciones precisas, para que el
Banco Central incrementara las reservas internacionales (esas,
que un personaje menor atrincherado, le quiso escamotear a
Cristina para el Fondo del Bicentenario), por mantener un dólar competitivo, para lograr aumentar las exportaciones y el
superávit comercial, por controlar el movimiento especulativo
de los capitales financieros. Con calma y paciencia apasionadas supervisaste cada detalle de la propuesta a los acreedores
externos por la reestructuración de la deuda en default, sosteniendo que la quita debía ser muy grande para poder cumplir
con la otra deuda, la interna.
Y seguiste. Liderando al continente para que el “NO AL ALCA”,
que pedían nuestros pueblos latinoamericanos, se hiciera realidad. Y nos diste instrucciones precisas para cancelar la totalidad
de la deuda al Fondo Monetario Internacional y así recuperar la
autonomía necesaria para que la política económica abandonara
definitivamente el sometimiento a los dictados de los poderes
financieros. Y apostaste al Mercosur, a la integración regional
con el Banco del Sur, con la puesta en marcha del intercambio
en moneda local con Brasil, con la colocación de bonos conjuntos con Venezuela, con la creación de empresas mixtas, con
el establecimiento del Fondo de Convergencia para morigerar
las asimetrías con Paraguay y Uruguay.
Después de tanto descalabro, hiciste del superávit fiscal uno de
los pilares de la política económica. Incansablemente, cuidaste
las cuentas públicas como nadie antes lo hizo. La plata del
Tesoro Nacional, la de todos los argentinos. Esa, que tus detractores y opositores llaman “la caja”, operando para quebrar
al Estado, oponiéndose “no positivamente” al incremento de
recursos que significaban las retenciones móviles o intentando
Foto Tiempo Argentino
aumentar los gastos, votando a favor de un 82% jubilatorio,
demagógico e inaplicable.
Y Cristina, con firmeza, siguió con esa política económica, aún
con una economía mundial enfrentado la crisis más grave desde
la de 1929/30. Nacionalizando los aportes previsionales, pasando más empresas a la órbita estatal, bajando la pobreza, la
desocupación, la indigencia. Incluyendo a millones de argentinos
mediante la mayor cobertura social de la que tengamos memoria, tanto por las jubilaciones como por la Asignación Universal
por Hijo. Y seguirá profundizando el modelo para lograr todo lo
que falta. Todo lo que soñamos.
Entraste a la historia grande de nuestro continente porque te
fuiste a la eternidad luchando hasta el último minuto de tu vida,
contra los monopolios y las corporaciones. Contra el poder
concentrado, y en muchos casos, mafioso, que sacaste de las
sombras. Habías dicho: “Las corporaciones no quieren un Presidente. Quieren un gerente”. Y te negaste a serlo. Y pagaste
costos enormes, políticos y personales. Muchos de los que te
ofendieron, y al hacerlo nos ofendieron a todos nosotros, hipócritamente, hacían cola en tu velatorio para lucrar políticamente
con tu deceso.
Néstor, el día de tu fallecimiento en la pantalla de algún canal
apareció esta leyenda: “Murió Néstor Kichner. Reacción positiva de los mercados.” Y dentro de la pena enorme, sentí un
profundo orgullo y este compromiso personal: seguir todos los
días trabajando y luchando para poner la economía al servicio
del pueblo.
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Kirchner y la prensa
Ya nada será igual
Por Pablo Llonto
Foto Tiempo Argentino
Nada descubrimos si historiamos que al alba del gobierno de Kirchner la cuestión
“medios de comunicación” no existía. Ya hemos dicho que, por ello, fuimos duros.
Ocurre que estábamos con una bronca del demonio, porque el viejo axioma del
sinvergüenza apodado y apellidado Magnetto, era una profecía que parecía cumplirse.
¿Es que usted no lo sabía? Dijo José Pirillo (ex dueño de La
Razón) que le dijo Magnetto en los ochenta: “Vos no te olvides
de este consejo, a los gobiernos hay que tratarlos bien en los
dos primeros años para sacarles cosas, después hay que darles
duro en los siguientes dos años para que se asusten y sacarles
más cosas, y en los dos últimos años hay que voltearlos para
que el gobierno que viene sepa lo que le espera”.
Hablaba Pirillo de los tiempos en que un presidente duraba seis
años en la Argentina.
Si entre 2003 y 2008 existió un gobierno que dejó hacer a los
grandes medios de comunicación, la historia cambió desde el
llamado “conflicto del campo” y hoy observamos que más de un
historiador recordará la presidencia de Cristina Kirchner como
la única que ayudó a sacarles la careta a periodistas, medios
de comunicación y también a los historiadores de los medios.
Pero veamos qué tenemos hoy que no teníamos antes:
- Ley de Radiodifusión de la dictadura derogada.
- Investigación sobre los negociados y los delitos de Terrorismo
de Estado cometidos por Papel Prensa (Clarín y La Nación).
- Pronunciamientos desde el Ejecutivo a favor de la búsqueda de identidad de los hijos adoptados (en 1976) por la dueña del imperio Clarín.
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- Proyecto de ley para regular la producción y comercialización
del papel para diarios en la Argentina.
- Un canal estatal que pone en el aire un programa de discusión
política, después de muchos años. (6,7,8)
- Un canal del Estado que produce contenidos de calidad (Encuentro).
- Una nueva Ley de Servicios Audiovisuales que le pone algunos
límites a los monopolios.
- Ruptura del monopolio de la comercialización del fútbol de
Primera.
- La posibilidad de que cooperativas, universidades, sindicatos,
municipalidades, organizaciones populares, tengan una radio,
una productora, o un canal.
- Radios y otros medios comprometidos con los sectores populares y los derechos humanos, la Radio de las Madres, Radio
Cooperativa, la 750, Tiempo Argentino, Miradas al Sur, CN 23...
No es poco para un país que vio presidentes, ministros, secretarios, diputados y senadores arrodillarse ante un Clarín, un
Perfil, una Nación o un foco de TV.
No es poco para un país que, a fines de los 90, no se atrevía a
pronunciar el apellido Magnetto, cuestionar la falsa indepen-
dencia de TN, colocar en su lugar a Morales Solá, descubrir la
soberbia y arrogancia de Lanata.
Y no se trata solamente de la batalla con el multimedio monopólico. La política actual sobre los medios desató una intensa participación de sectores que estaban adormecidos, agazapados, otros
desilusionados y, los más jóvenes, atrasados y desorientados.
Hoy se discute en las carreras de comunicación, se multiplican
los debates y mesas redondas en las organizaciones populares,
se producen documentales, tesis, volantes y mamotretos. Mucho pueblo habla de los medios; otro tanto de los periodistas.
Las Madres realizaron esa maravilla de juicio público a la prensa
de la dictadura, y los medios del Estado, en vez de ocultarlo, resolvieron poner las cámaras y los micrófonos para que millones
de argentinos supiesen dónde estaba cada quién cuando almirantes, brigadieres y generales saqueaban el país al compás
de un plan de exterminio de militantes populares.
La decisión Kirchner de no permitir que el cuarto poder se fagocite todo saca a luz una suciedad que las grandes mayorías
y las grandes minorías desconocían.
En la Argentina ya no hay más periodistas acostadas como vacas
sagradas. Ya no hay más intocables.
Y nadie cree a ciegas en un artículo periodístico.
De aquel primer lugar que ocupaba el periodismo en el rubro
confiabilidad durante los tiempos de Menem, nada queda.
Y nos despeina, a todos, cierto vientecillo de libertad que antes
de 2001 no corría.
Multitudes se vuelcan a los facebooks, los correos, las pintadas,
las cartas de lectores, los mensajes en la radio, los grupos
de autoconvocados. Se pierde el miedo, y a los periodistas se
les dice de todo, con razón. Al que cobra por su silencio, se le
llama mercenario.
Hay quienes advierten que esta ola de cuestionamiento a periodismo y periodistas nació en las luchas de diciembre cuando el
pueblo le exigió a De la Rúa y otros bandidos que se marchasen.
Es justo reconocerlo. Fue en aquellos días cuando algunas paredes se pintaron con la consigna “Nos mean y la prensa dice
que llueve”.
Pero necesitábamos una ayuda. Una ayuda del Estado.
Y si bien costó esperarla, la realidad superó los deseos.
Que un gobierno (Cristina) y un político (Kirchner) no permitie-
ran que los empresarios periodísticos manejaran un país es un
avance. El primer paso de la más trascendental de las misiones:
lograr que la conciencia de los sectores populares deje de responder al mandato de consumo y sumisión que pretenden los
poderosos. La prensa, primer batallón de exterminio que usa
el capitalismo, ya no es tan invencible.
¿Cuándo fue que Kirchner advirtió que el gorilismo y el antipueblo se escondían bajo los disfraces de periodistas? ¿Quizás
cuando embistió contra Morales Solá y sus editoriales progenocida Bussi? ¿Quizás cuando Cristina senadora y Kirchner
presidente arremetían contra las mentiras del diario La Nación?
Tenemos un poco de tiempo para averiguarlo, pero mientras
tanto disfrutemos de este momento que permite la revisión
crítica, e implacable, de poner cada cosa en su lugar.
Para quienes aún tienen dudas sobre el rol de los enemigos,
pueden visitar las páginas de la SIP. La Sociedad Interamericana de Prensa, el agrupamiento de patrones de diarios y
revistas, está preocupada, alterada y horrorizada por el avance
del gobierno contra aquello que llama “libertad de expresión”.
Basta, entonces, aplicar el viejo esquema de pensamiento, “los
enemigos de mis enemigos, son mis amigos”, para elegir en
qué vereda ubicarse.
La SIP se queja; por lo tanto, vamos bien.
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Foto Tiempo Argentino
DE HIJO A PRESIDENTE
Por Lucía García
Investigación Alejandra Bonafini,Luis Zarranz y Demetrio Iramain
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Algunos momentos en las vidas de las personas marcan horizontes. Nacer en el sur, en un hogar de trabajadores. Estudiar en la ciudad más politizada en los
años 70. Enamorarse y compartir afectos y pasiones.
¿Quién sabe, en las complejidades de los seres humanos, quÉ de todo lo vivido hizo de Kirchner el hombre
y el presidente que necesitábamos?
Vientos patagónicos
María Ostoic ya había dado a luz a Alicia Margarita, cuando el
25 de febrero de 1950 en Río Gallegos nació Néstor Carlos. Su
padre, funcionario del Correo, continuó la tradición familiar de
llamar Néstor al hijo varón. Un nombre de origen griego que
en algunas acepciones aparece como el que recuerda y en
otras como el que es recordado. Luego llegaría María Cristina.
Curiosa mezcla de sangre croata y alemana.
“Con Néstor compartí en nuestro Sur natal la infancia, después responsabilidades sociales y políticas. Cuando éramos
chicos, pese a ser la mayor, él ejercía ese rol. Cuando murió
mi padre, él asumió esa responsabilidad familiar. Siempre fue
así” recordó Alicia. Una estrecha relación unió a los hermanos
que trabajaron juntos desde que él estuvo en la función pública. La más joven de los tres, María Cristina Kirchner siempre
vivió en Río Gallegos y es jefa del departamento de docencia e
investigación del Hospital Regional.
A los 7 años, el niño Néstor padeció una fuerte tos convulsa
que le dejó una marca de por vida, su ojo estrábico. Eso no le
impidió jugar, correr con sus amigos y hasta romper algún que
otro vidrio con la pelota.
Cursó la primaria y la secundaria en escuelas públicas. Se
graduó de bachiller en el Colegio Nacional “República de
Guatemala”. Ya por entonces se lo conocía como Lupín por
su parecido con un famoso aviador de historietas. Había
incursionado en el básquet, favorecido por su altura, pero
no lograba coordinar sus movimientos como para llegar a
ser un buen jugador. Su primera vocación fue la docencia,
pero no pudo desarrollarla por sus dificultades de dicción.
El destino lo llevaría mucho más lejos.
Por lo pronto a estudiar abogacía en la Facultad de Derecho de
la Universidad Nacional de La Plata. Según narran en “Setentistas. De La Plata a la Rosada” Fernando Amato y Christian
Boyanovsky Bazán, Kirchner fue parte del pequeño grupo de
galleguenses que, al no haber casa de Santa Cruz, organizaron
un centro de estudiantes regional.
La ciudad roja
Corría 1969, el que sería el año del Cordobazo. El Mayo Francés era un hecho reciente y abierto. El mundo era un estímulo
constante a la transformación.
En La Plata, eran también tiempos de peñas folklóricas y guitarreadas, donde las y los jóvenes de las provincias sentían
que empezaban a construir un lugar propio. Las amistadas
surgidas al calor de esos días, la intensidad de los primeros
amores y la pasión de las convicciones políticas dejaron huellas
imborrables en quienes vivieron aquellos años.
A los 18 años emprender una vida autónoma, viniendo de un
pueblo del interior y encontrarse con semejante realidad, significaba todo un desafío. Los lazos comunitarios se volvían constitutivos de la identidad. La llegada mensual de la encomienda
familiar con delicias regionales y platos caseros era esperada
ansiosamente por quienes querían variar del menú que ofrecía
el Comedor Universitario.
Se organizaban campamentos solidarios, meriendas en los barrios de Los Hornos, Altos de San Lorenzo y Villa Rubencito. La
articulación se va consolidando y surge la FURN, Federación
Universitaria de la Revolución Nacional, un espacio peronista
de izquierda estudiantil.
La Cofradía de la Flor Solar realizaba sus perfomances, el violín
de Pinchevsky tocaba sus primeros acordes y se saboreaban los
redonditos de ricota. Los hermanos Moura inquietaban con sus
melodías pop. Y la adolescente, Cristina Elisabet Fernández, de
16 años, estaba de novia con el rugbier Raúl Cafferata.
El sentido del humor ya se manifestaba por entonces, cuando
Lupín se aparecía imitando a Perón, saludando con las manos
en alto y sonriendo mientras entrecerraba los ojos.
Una tarde de octubre, un grupo de estudiantes de Ciencias Económicas iba a realizar una conferencia con el ingeniero Álvaro
Alsogaray, una reconocida figura de la derecha y del ala cívica
de los golpes militares. La convocatoria era al Aula Magna de
la Facultad y el tema “Evolución de la economía; perspectivas”.
-¡Vamos que está Alsogaray en Economía, vamos a matarlo!se escuchó en los pasillos de las pensiones platenses. Unos
60 militantes de la FURN marcharon hasta el Aula Magna.
Llevaban tomates podridos, huevos y todo tipo de hortalizas
para arrojar, también palos y piedras.
Instalado en un departamento compartido con los estudiantes
Norberto Ferrante, Raúl Angeloni y Juan Carlos Valinote, se
difundieron sus hábitos sonámbulos. En 60 entre 16 y 17 Kirchner durmió con Valinote, y Ferrante con Angeloni. “Fue siempre
así, hasta que una noche, Valinote despertó sobresaltado por
un grito. Kirchner estaba de pie al lado de la cama y gritaba
goles imaginarios de Racing.
-Che, Lupín es sonámbulo, no me deja dormir -se quejó Valinote
al otro día, y los otros rieron.
-Bueno, no es para tanto, de vez en cuando puedo dormir yo con
él -propuso Ferrante. Las escenas se repetían con frecuencia y
sus compañeros se limitaban a despertarlo -contra toda reglay llevarlo a la cama nuevamente” describen en “Setentistas”.
Alguna vez él lo explicó como temores de la infancia.
sueños
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Los sábados y domingos que no iba
a Río Gallegos,
iba a ver a Racing.
Seguía el básquet
del Club Platense.
Había jugado unos
meses en Club For
Ever, donde lo entrenaba Eduardo
Pestaña Gonzáles, un reconocido dirigente de
los trabajadores
no docentes de la
Universidad.
No había Internet
ni teléfonos celulares, sin embargo la noticia del
regreso de Perón previsto para
el 20 de junio de
1973 se supo al
instante en toda
la ciudad. Kirchner, con 23 años,
fue responsable
de un grupo de
militantes y parte
de la logística de
la columna.
Unos metros detrás de la FURN
marchaba la FAEP,
la Federación de
Agrupaciones Eva
Perón entre cuyas
filas se encontraba Cristina.
- ¡Nos están cagando a tiros!
Ante la voz de alerta comenzaron las corridas desesperadas y
de a pequeños grupos, o desperdigados, todos intentaron llegar
a sus casas. Muchos cayeron detenidos.
Días de primavera
El 21 de septiembre de 1974 Néstor festejaba el día de los
estudiantes junto a Omar Busqueta, con quien compartía departamento en la calle 6 y 40. Cholo, como lo llamaban, le pidió
que lo acompañara a la casa de su novia, Ofelia Cédola. Ella
tuvo que retirarse, acababa de fallecer su abuelo. Esa tarde
estaba estudiando en casa de Ofelia su amiga Cristina. Así es
que compartieron aquella tarde, ella intentando retomar su
lectura y él distrayéndola.
“La mañana del 9 de mayo de 1975 llovía a cántaros. Cristina
Fernández y Néstor Kirchner no se preocuparon. Subieron a un
colectivo que los llevó al Registro Civil de La Plata y se casaron.
No hubo ceremonia religiosa. De la oficina pública fueron directo a la casa de los padres de la novia, Ofelia Wilhem y Eduardo
Fernández, y a la noche se hizo una recepción muy íntima en
City Bell. De Río Gallegos sólo estaban los padres de Lupín,
Néstor Kirchner y María Juana Ostoic, y Oscar Cacho Vásquez,
amigo de la infancia y testigo de la boda. De la militancia platen-
18
sueños
se, Carlos Moreno,
Cacho Caballero y
Norberto Ferrante,
entre unos pocos.
Lupín también invitó a su amigo
y compañero de
estudios, el Gordo
Oliva Maturano.
Cristina llevaba
un vestido de gasa
azul y Néstor un
traje oscuro.
Después de comer
unos bocaditos de
ciruela envueltos
en panceta, llegó
el plato principal,
y luego la torta.
Con algunos tragos de más, los
invitados empezaron a golpear
la mesa y a canturrear la marcha
peronista. Cristina
sonreía. Su padre,
no tanto. No sólo
porque era un radical balbinista de
pura cepa, sino
porque le parecía
muy poco discreta una exhibición
de peronismo
militante en esas
épocas de cacería.
El primer hogar
de la pareja fue una pensión. Pero al poco tiempo, Eduardo
Fernández les prestó la casita de City Bell. Kirchner luego
obtuvo un empleo en Rentas, en el Ministerio de Economía.
“Fue gracias a una gestión de su suegra, que trabajaba allí”
cuentan Amato y Boyanovsky.
La pareja viaja a pasar las fiestas a Río Gallegos y Cristina
experimenta un frío al que no logra acostumbrarse, en pleno
enero. Una noche salen a tomar algo con sus amigos Cacho
Vásquez y su señora, Mabel. Un patrullero los sorprende y se
los lleva detenidos. Los acusaban de pertenecer a la Juventud
Peronista. La detención se extendió durante 28 días.
El golpe
De regreso a La Plata, con la experiencia reciente y un clima
político que cada vez resultaba más enrarecido, Cristina planteaba irse. Pero él estaba obstinado en terminar su carrera.
“Quiero ser gobernador de Santa Cruz” le dijo.
La madrugada del 24 de marzo, la lectura del Comunicado N º
1 lo encontró escuchando la radio. Despertó a Cristina, a Carlos
Labolita y a Gladys que compartieron la inquietud.
Finalmente el matrimonio decide instalarse en Río Gallegos,
Néstor con su título en mano. Al año siguiente nacerá Máximo,
su primer hijo al que Cristina bautiza como “Osito”. Ella completa sus estudios, y juntos trabajan como abogados hasta 1983.
LA CONDICIÓN HUMANA
Palabras de Néstor Kirchner en el Acto
de Homenaje a Carlos Labolita, detenido
desparecido, en la Ciudad de Las Flores
el 13 de diciembre de 2004.
Quisiera no tener que hacer este tipo de
recuerdos y que esto que ha pasado en
la Argentina nunca hubiera sucedido;
honestamente hermanos y hermanas
de Las Flores, Gladys, Don Carlos Labolita, familiares de otros desaparecidos que por allí les conocí o no porque
son parte de esta noche terrible que
vivió el país.
Yo estuve por primera vez en Las Flores
en marzo de 1976 acompañando a Carlos
y Gladys en la casa de su abuela, un mes
antes del golpe. Vine a conocer la tierra
de mis amigos, de mis hermanos, con
quienes compartimos una fuerte amistad. Carlos y Gladys estuvieron viviendo
en la casa que yo alquilaba durante largo tiempo. La noche del golpe estuvimos
juntos en una pensión tratando de salvar
nuestras vidas, el 24 de marzo de 1976.
Compartí con él ideas y esperanzas. Yo
discutí con él cuando decidió venir a Las
Flores con otro amigo, que está aquí, y
le pedí por favor que no viniera cuando
decía que lo iban a cambiar por el padre
que estaba preso, porque sabía qué clase
de gente era, la calidad de esta gente, y
él tenía la posibilidad de irse a trabajar a
Bariloche. Ustedes saben que él trabajaba en changas o de mozo para poder
sobrevivir con su amada, su compañera
de toda la vida, que fue Gladys.
Vino, era el padre y vino; y así le cumplieron, el papá estuvo hasta 1980 detenido y
Carlos no apareció nunca más. Ni palabra
tenían estos delincuentes para cumplirla,
procedieron de la peor de las formas.
Hoy quería estar con ustedes en el pueblo
de él, este pueblo que tanto amaba, junto
a su compañera, y de alguna manera les
quiero decir que voy a tratar de hacer por
Las Flores lo que seguramente él hubiera hecho si estuviera acá con nosotros.
(Aplausos).
Fíjense que el último libro que me regaló fue “La condición humana”, de André
Malraux, el día de mi cumpleaños, el 25
de febrero de 1976, y lo compartimos con
él, con Cristina y Gladys. Cristina está en
España, si no hubiera estado aquí, pero
va a venir. Y quiero decir a todos los hermanos y hermanas de Las Flores que fue
uno de los grandes amigos de mi vida,
un gran compañero. Se incorporó a la
política creyendo que este país se podía
cambiar, seguimos creyendo que se puede cambiar. Nunca lo vi tirar más que una
piedra o levantar la voz fuerte contra la
injusticia, siempre fue un amante de la
democracia, de la paz, de la convivencia,
de la pluralidad de ideas en consenso. Sin
embargo, en base al terror se generaron
este tipo de circunstancias.
Por eso los que están aquí con Don Carlos tienen desde el Estado nacional, desde la Nación, más allá de mi circunstancial situación de Presidente del país, un
reconocimiento del Estado, de la Nación
argentina a hijos e hijas que tendrían
que estar hoy aquí. (Aplausos). Esto es
recuperar la memoria y luchar contra las
injusticias, contra la impunidad y por la
reconciliación. Yo no creo en la venganza,
no creo en los odios, creo en el amor,
en los sueños y en las ilusiones, pero sé
que no hay justicia si hay impunidad, y
solamente hay reconciliación si hay justicia y no hay impunidad. Creo que así se
pueden superar las contradicciones que
nos han tocado vivir.
Gladys es una amiga, una gran compañera. Tantas cosas compartimos y todavía
recuerdo su oficio.
-¿Todavía trabajás?
Yo nunca me animé a cortarme el pelo
con ella pero dicen que era buena, ustedes sabrán si es buena o no. (Aplausos).
Realmente nunca me voy a olvidar de
ese marzo de 1976 cuando estuve en
la casa de Carlos y después cuando
volví, cuando el padre ya había salido
de la cárcel y estaba con él a ver qué
hacíamos para encontrar la ruta, que
creo que se ha encontrado y a uno de
los principales culpables le va a llegar
la justicia.
Les abrazo fuertemente a ustedes,
agradezco al pueblo de Las Flores
habernos acompañado a este reconocimiento a estos chicos, a esta gente grande. Siéntanme como uno de
ustedes, porque a los pueblos se les
aprende a amar a través de su gente
y yo conocí gente de Las Flores hace
muchos años que era muy buena, que
tenía pensamientos muy solidarios, que
pensaba primero en la Patria, en su tierra y después en ellos.
Muchísimas gracias.
sueños
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pasaban días juntos. Aún a pesar de las enormes responsabilidades que ocuparon tanto a Néstor como a Cristina, nunca
descuidaron la relación con sus hijos.
Compañero presidente
Máximo heredó de su padre, además de la pasión por la política, una más irracional pero igual de potente: el fanatismo
por Racing.
Allí la historia es más conocida, abren el Ateneo Juan Domingo
Perón, comienzan una militancia activa que lo lleva a Néstor a la
intendencia y luego a tres períodos sucesivos en la gobernación.
Y a Cristina a legisladora. Y curiosamente será la primera vez
que Néstor asume un cargo público, el de Intendente, la única
vez que Cristina lloró de emoción.
En 1990 nace la segunda hija de la pareja, Florencia. “Estoy
destruida. Acabo de llegar a EZEIZA y ahora partimos hacia EL
CALAFATE. Les agradezco por los mensajes de apoyo” escribió
el 29 de octubre en su twitter.
Un vínculo muy estrecho unía a los cuatro. Siempre que podían
20
sueños
Era cábala de Néstor comenzar los períodos previos a las elecciones con un acto en la ciudad de La Plata. Las diagonales y
los tilos guardarían quizás algo del sueño enorme que tantas
y tantos alimentaron en los 70.
Carlos Tomada, Ministro de Trabajo desde 2003, evoca al
hombre que asumió la conducción del país en una de sus
más graves crisis. Y recuerda lo que le dijo a horas de asumir: “Yo te voy a pedir que vos todos los días, hagas algo
chiquito, importante, normal, pero todos los días, algo para
que nuestro pueblo viva mejor. Si vos todos los días, pero
escúchame bien – ahí, ése era Kirchner-, si todos los días
hacés algo vas a ver que cuando pasen dos o tres años nos
vamos a dar vuelta y nos vamos a encontrar una Argentina
mucho más parecida a la que soñamos vos y yo y todos los
compañeros”.
A la hora de los conflictos, Tomada cuenta que “era como un
rayo. Yo tengo una idea del conflicto y de la resolución más
vinculada con el proceso, a la maduración. Kirchner pensaba exactamente lo contrario. Para él, al conflicto había que
resolverlo ya, si se podía, y había que llevar a las partes a
que alcanzaran rápidamente una solución. Para él, el mejor
conflicto era el conflicto resuelto”.
¿Qué preocupaba a Néstor Kirchner en los últimos días? El Ministro asegura que “la necesidad de consolidar los avances que
se habían conseguido, porque él descontaba la profundización
en manos de Cristina. El tema era cómo hacer para que todo lo
que se había avanzado se convirtiera en mojones sobre los que
no se pudiera retroceder y volver atrás.” Y agrega “no es casual
que sus dos últimos actos hayan sido el del Luna Park con los
jóvenes, y el acto de River con el movimiento obrero”. Y agrega
“En ese sentido, para él era importante generar organización,
crear las estructuras que permitieran que en ningún caso se
pudiera retroceder, esta idea de ni un paso atrás.”
Tecnología para hospitales y sanatorios.
Ampliaciones de edificios.
Incorporación de camas de internación.
Aporte de recursos médicos.
Desarrollo de salas de terapia intensiva.
Capacitación y actualización académica
permanente para médicos de cabecera.
Pantallazos
Por Leonardo Dameno
(Integrante de Espacio Queer)
Para decir algo sobre la muerte de Néstor Kirchner sólo opto por lo que me sale,
un recuerdo, una anécdota.
Año 2003, época donde no proliferaban personalidades ajenas a la militancia que
visibilizaran su sexualidad disidente, Juan Castro había emprendido ese camino desde
la afirmación pública de su homosexualidad. Ése periodista fue quien le preguntó a
Néstor Kirchner, en una entrevista, y entre otros temas, acerca de la posibilidad de
que dos hombres se casen y adopten un hijo. Esa pregunta en ese contexto (aunque
sólo 7 años atrás, bien diferente al de hoy) me impactó.
Pero la sorpresa cobró dimensión al oír a este político para mí desconocido, a quien
miraba con desconfianza, decir que sí, de modo tan sincero y suelto, despreocupado: “¿Por qué no van a poder adoptar? ¿Cuál es la diferencia entre una pareja gay y
una heterosexual? Ninguna”. Y yo le creí, y me cayó bien, algo me resultó genuino.
De todos modos, las imágenes descansan en nuestra mente y uno parece que las
olvida. No lo voté a Kirchner, y tampoco al innombrable, pero siempre recordé esa
respuesta (confieso que más por el recuerdo que guardaba de Castro como mi humilde ícono de visibilidad contemporánea y mediática). Y hoy la volví a ver gracias a
678, que rescató ese video que estaba -eso creía- sólo en mi mente. En este 2010 se
ha querido desmerecer el notable apoyo que brindó este gobierno a la ley de matrimonio igualitario, y al fortalecimiento de varios debates en la sociedad que estaban
frenados, prohibidos, en silencio... Pero surgen los archivos y muestran la verdad.
Mi recuerdo es muy cíclico, quizá todos lo sean. Aunque me ayuda para cerrar una
idea que me costó ver y aceptar: que yo estaba defendiendo este modelo, sus ideales,
este modo de ver la política que recupera el debate constantemente. Por esto último
recuerdo a Néstor, mucho más allá de mi pequeña anécdota.
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sueños
La tele y la plaza
Ocurre, generalmente, que vamos hacia la televisión. Pero cuando no están dadas las condiciones, materiales o simbólicas, las
que sean, lo que terminamos logrando es que la televisión venga
hacia nosotros, porque la llevamos encima, la llevamos puesta, la
traemos a donde haya que traerla. Son las seis de la tarde, Néstor
Kirchner ha muerto esta mañana y una televisión gigante se vuelve
acontecimiento en un lateral de la Plaza de Mayo.
Sobre Rivadavia, mirando hacia la Catedral, la pantalla nos agrupa, nos pone a todos en un living público, un espacio común,
indiscutiblemente espontáneo: el lugar que compartimos todos
los que estamos acá tratando de ver qué hacemos ahora con esta
nueva gran muerte argentina. El desfile constante de personajes
es la tensión que la pantalla entrega, en la que agota su sentido:
ver quiénes están, aplaudir a los buenos, abuchear a los malos,
pero en cualquier caso: ver quiénes están. Evo: aplausos. Correa:
aplausos. Reutemann: bu. Una semántica de red carpet nos atraviesa como sujetos frente a la pantalla, un poco inevitablemente:
ese reflejo frente a la celebridad, incluso en momentos de dolor
profundo, que nos reduce las opciones: me gusta/no me gusta:
Por Alejandro Seselovsky Foto Tiempo Argentino
lenguaje raso, hecho plano, comprensible, la televisión no habla
con subordinadas.
El guión de la realidad política argentina por momentos es deslumbrante y Cristina Fernández es la heroína de esta repentina no
ficción: en pantalla, va entregando su primera gestualidad de la
épica y el zoom de la cámara nos trae a todos su mano acariciando
el ataúd donde descansan los restos de su esposo; nos trae, la
cámara, los detalles de su dolor. Y entonces, de golpe, sucede
lo que toda la televisión del mundo busca que suceda siempre y
sólo en contadas ocasiones lo consigue: de golpe, nos olvidamos
que estamos frente a una pantalla, dejamos de ver el artefacto
intermediario porque la fuerza de lo que llega se lo devora. ¿Cómo
habrá sido ver por televisión la llegada del hombre a la luna?
No me refiero a los videos, a las grabaciones, que todos hemos
vistos y seguiremos viendo. Me refiero a la experiencia de estar
viendo eso que sucedía en el mismo instante en el que estaba
sucediendo. Un hombre pisa la luna, una Presidenta de la Nación
llora a su esposo muerto frente un país entero. Y todo sucede por
televisión y a quién carajo le importa la televisión.
sueños
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Néstor y la Unasur
El retorno de
la Patria Grande
La UNASUR, formidable construcción colectiva de la Sudamérica
de nuestro tiempo, quedará asociada al nombre de Néstor
Kirchner. Se trata de la concreción de una audaz visión política,
que recrea el paradigma de los grandes Libertadores. La primera
cristalización de la unidad de Nuestra América se da en el ciclo
revolucionario independentista; tal la fórmula bolivariana de
la Patria es la América.
Por Germán Ibáñez. Secretario Académico de la UPMPM
Fotos Tiempo Argentino
E
l fin del ciclo de la emancipación consagró las independencias políticas de la mayor parte de los dominios
españoles en América, pero dejó trunco el proyecto de
alcanzar la “libertad en la unidad”. Se impusieron los intereses de las clases mercantiles vinculadas a los ascendentes
centros industriales del Norte, y la utopía de los Libertadores
sufrió un largo eclipse. Vuelve a reaparecer la visión sobre la
unidad latinoamericana en la mirada de José Martí, en nuevas
condiciones que eran las del imperialismo contemporáneo y
24
sueños
el agresivo crecimiento del poderío estadounidense. El héroe
cubano advirtió la necesaria relación entre la independencia
de la Isla y la unidad latinoamericana. Los movimientos nacional-populares pusieron de relieve la recuperación del ideal
de unidad de Nuestra América, especialmente a partir de la
Revolución Cubana de 1959. Contemporáneamente aparece
también el paradigma de la integración económica, vinculado
a la teoría de la modernización y el desarrollo, y en la segunda
mitad del siglo se establecen acuerdos de integración como la
Comunidad Andina de Naciones y luego el MERCOSUR. Pero el
proceso de derrota de los movimientos de liberación nacional a
través de la contrainsurgencia y las dictaduras, y la instauración
del proyecto neoliberal, desarticulan el renacido paradigma de
la unidad y comprimen en los estrechos límites del “mercado”
a las propuestas integracionistas.
Las grietas que pronto aparecieron en la pretendida fortaleza
del modelo neoliberal, y el agotamiento de su potencialidad económica a fines del siglo, en medio de fuertes crisis políticas en
varios países de la región, volvieron a confrontar a Latinoamérica
con la realidad de su debilidad frente a las economías y Estados
metropolitanos. Sin embargo, el tránsito hacia un renovado paradigma de unidad no se dio “naturalmente”; fueron necesarios
procesos de rebelión popular en distintos países, y la decidida intervención política de un puñado de Presidentes. Es allí en dónde
hay que situar la aparición de Néstor Kirchner y su vocación de
recuperar márgenes de autodeterminación para el conjunto de la
región. Recordemos algunos episodios: la apertura de “tribunas”
políticas para Fidel Castro (en la Facultad de Derecho de la UBA
y luego en Córdoba) y Hugo Chávez (en Mar del Plata y en el Estadio Ferro); el hundimiento del ALCA en 2005; el fortalecimiento
de los vínculos con Brasil. La UNASUR se ubica en esta línea
de recuperar soberanía; no nace de un imperativo del mercado
sino de la voluntad política de establecer un marco de unión. El
patriotismo latinoamericano, la visión de la Patria Grande en el
contexto de los nuevos desafíos, no resulta así un factor inerte
o un elemento “decorativo”, sino una herramienta fundamental
en la construcción del bloque político –económico –cultural. La
elección de Néstor Kirchner como primer Secretario General
de UNASUR marcó claramente la importancia de su figura y el
“espíritu” del emergente nucleamiento: se lo eligió para defender la autodeterminación de la región y avanzar en la unidad.
Es decir, su elección por unanimidad no fue mera formalidad
sino traducción de una visión política que el ex Presidente de la
Argentina representaba de manera eminente. A poco de andar
tuvo su “prueba de fuego” con la mediación exitosa en el conflicto
entre los gobiernos de Colombia y Venezuela; buenos oficios
reconocidos por ambas partes. La muerte de Néstor Kirchner lo
arrebató a las tareas inmediatas de la construcción sudamericana, pero no podrá evitar su proyección como uno de los grandes
líderes y patriotas de Nuestra América.
sueños
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NÉSTOR Y LAS MADRES
Por Demetrio Iramain
¿Cómo se inició la relación humana y política entre Néstor Kirchner y las Madres
de Plaza de Mayo? Breve recorrido por una pasión de amor y compromiso.
“Hasta la victoria siempre, queridos hijos”, decía la bandera que
aquel día de abril de 1998 las Madres de Plaza de Mayo llevaron
a las puertas del Congreso nacional. Llovía, mas las Madres no
se movían de allí.
Los legisladores que aquella mañana ni siquiera habían logrado reunir el quórum necesario para sesionar y derogar hacia delante, sin
efectos retroactivos, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida,
les impidieron el ingreso a las gradas de la Cámara de Diputados.
Todo era una perfecta burla, que quedaría muy en evidencia de tan
sólo mirarlas a ellas y sus invictos pañuelos blancos.
La Alianza, que recién comenzaba a andar, y ya se anunciaba
como la coalición electoral que sucedería al menemismo en el
gobierno, había anunciado con bombos y platillos que anularía
esas leyes, para que los genocidas militares pudieran finalmente ser juzgados y condenados. Pero a poco de iniciar el
recorrido parlamentario de la propuesta, viraron la iniciativa y
la cambiaron por una mera declaración de buenas intenciones:
resolvieron sólo “derogar” las leyes y no anularlas. Es decir,
tan sólo dejar sentado en el Congreso que desde la sanción
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sueños
de la norma hacia delante, en el futuro, aquellas leyes por las
cuales quedaron libres miles y miles de asesinos ya no correrían más, lo cual tendría un efecto perfectamente inútil: los
genocidas seguirían sin ser juzgados. Fue bajo el gobierno de
Néstor Kirchner, por imperio del impulso político de su gestión,
que esas leyes, y también los indultos, fueron declarados nulos
e inconstitucionales.
Doce años más tarde de aquel triste día de 1998, las Madres
vuelven a despedir a sus hijos con esa emblemática consigna
con la que se dan el saludo final los revolucionarios del mundo
entero. Esta vez, en singular. “Hasta la victoria siempre, querido
hijo”, acarician por última vez las Madres a Néstor Kirchner, a
quien se le detuvo el corazón repentinamente una mañana de
octubre de 2010.
Hace muchos años las Madres se dieron a la tarea de socializar su maternidad. Primero, se reconocieron como Madres
de todos los desaparecidos, y no sólo del suyo o suya propio.
Tanto socializaron su vínculo filial, tan colectivo y plural fue su
parto, que empezó a dar nuevos hijos. Néstor fue uno de ellos.
Gracias totales
Ayer, 24 de marzo, fue un día histórico, no sólo para nuestro
país sino para el mundo entero. Es verdad que luchamos
27 años todos los días, todas las horas, pero sin usted, Sr.
Presidente, el día de ayer no hubiera sido posible.
Gracias por demostrar con sus palabras el amor a nuestros
hijos. Gracias por convertir en hechos las promesas. Gracias
porque con usted, a pesar que a veces tenemos diferencias,
podemos seguir caminando juntos.
Llamamos a todos los que creen en el socialismo y la revolución para que vean este momento histórico tan particular
que le demuestra al mundo una decisión política que jamás
soñamos. Falta mucho todavía para llegar a lo que soñaban
nuestros hijos, pero intuimos que éste es el camino, caminemos juntos.
Las utopías se construyen con amor y sueños.
Asociación Madres de Plaza de Mayo
25 de marzo de 2004
El 3 de junio de 2003, apenas 8 días después de haber asumido
el mando, las Madres se entrevistaron con él en la Casa Rosada.
Kirchner las recibió como ninguno otro lo había hecho antes.
Con amabilidad, sí, pero esencialmente con compresión. Humana y política. Las Madres le plantearon varios reclamos, que
el santacruceño fue cumpliendo uno a uno, a su modo y a su
tiempo, según se lo fue permitiendo la correlación de fuerzas
de cada circunstancia que debió atravesar su gobierno.
Entonces, las Madres demandaron: libertad y desprocesamiento de todos los luchadores populares (Kirchner nunca ordenó
reprimir una protesta callejera); cambio drástico en composición de la Corte Suprema de Justicia (Kirchner descabezó la
mayoría automática menemista); no pago de la deuda externa
(Kirchner escogió un modo novedoso de desprenderse del Fondo Monetario: instaurar un modelo productivo que favorezca el
consumo interno y la exportación, para que junto a él crecieran
las reservas fiscales, y, previa quita de un porcentaje altísimo de
la impagable deuda, cumplimiento efectivo de los vencimientos
internacionales, a cambio de una única condición: que el FMI no
se inmiscuya nunca más en las políticas económicas de nuestro
país), entre otros. También, le objetaron algunos nombres de su
primer gabinete de ministros: Gustavo Béliz y Roberto Lavanga.
Poco tiempo después, ambos abandonaron el gobierno.
Hacia diciembre de ese mismo año, las Madres realizaron su
23ª Marcha de la Resistencia. Apenas iniciada la incesante caminata de 24 horas, el Presidente Kichner las convocó a una
audiencia, nuevamente en Casa Rosada. Mientras una cuantas
permanecían en la Plaza para no interrumpir la marcha, una
comisión de la Asociación Madres de Plaza de Mayo cruzó a
la Casa de Gobierno y se entrevistó con el mandatario. Allí,
Néstor declaró que acompañaba el pedido de las Madres, y
decretó que a partir de ese año el Poder Ejecutivo entregaría
un premio anual en Derechos Humanos que llevaría el nombre
de Azucena Villaflor, una de las tres Madres desaparecidas y
principal impulsora del movimiento.
Era mucho reconocimiento institucional para las Madres, el
cual, si insospechado en aquel 1977, era tanto o más improbable en los primeros meses de 2003, cuando estaba el senador
Eduardo Duhalde a cargo del Ejecutivo. Pero todavía faltaba
más. El siguiente 24 de marzo, Kirchner decidió ir personalmente al Colegio Militar y ordenarle con un movimiento de sus dedos
al Jefe del Ejército que descuelgue de sus paredes los cuadros
de “honor” reservados para los genocidas Videla y Bignone. Por
la tarde, condujo el acto por el cual se le expropió a la Marina
de Guerra argentina su posesión sobre el inmenso predio de
la ESMA, que cedió a los organismos de derechos humanos,
incluidas las Madres.
Ellas, sin embargo, pusieron inicialmente cierta distancia con la
propuesta. Si bien la alentaron con todas sus fuerzas, objetaron
que varios gobernadores e intendentes que habían cimentado
la impunidad que el flamante gobierno de Kirchner pretendía
desmontar, fueran al cargado de simbolismo acto de entrega
del mayor campo de exterminio de la dictadura. El gobierno no
desautorizó a las Madres, muy por el contrario. Tanto fue así,
que aquellos políticos impugnados por los pañuelos blancos
desistieron de ir para evitar la segura rechifla con que los recibiría la multitud. Las Madres reafirmaban así su papel central
en el escenario político argentino, no como simple testimonio
de un tiempo de horror, sino como presencia palpitante y viva
de una línea dura y combativa, sostenida durante décadas con
ética y coherencia.
No obstante, las Madres contrapusieron un último reparo. Aceptaron ir a las puertas de la ESMA, pero se quedaron en la vereda,
sin ingresar, hasta tanto no se fuera de allí hasta el último marino. Ellas no querían compartir con ellos ningún espacio, por
mínimo que fuera, y por más que su salida definitiva del predio
resultara inevitable.
Como gesto final de gratitud hacia Néstor Kirchner, las Madres
emitieron al día siguiente del acto, un breve comunicado, aunque
contundente: le agradecieron infinitamente por el impensado
gesto del presidente, de declararse “compañero” de la generación de sus hijos, e “hijo” de esas Madres. Hasta ese entonces,
todos los mandatarios precedentes habían tratado a los desaparecidos como “terroristas” y, al tiempo que garantizaban
el perdón y olvido para los verdugos militares y sus cómplices
civiles, condenaban por lo bajo la lucha de aquella generación,
que ahora, tantos años después, un presidente de la Nación
reivindicaba a viva voz, sin dobleces.
A partir de allí la sincronía afectiva y política entre Kirchner y
los pañuelos blancos creció exponencialmente. Ambos se reconocieron en un lazo indestructible y vital. Como el que une a
una madre con su hijo.
Dolor
La Asociación Madres de Plaza de Mayo presidida por Hebe
de Bonafini llora la muerte de Néstor Kirchner lo mismo
que la de sus hijos.
Y con el mismo compromiso de la promesa que les hicimos
a nuestros hijos, no abandonaremos la lucha.
27 de octubre de 2010
sueños
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Kirchner y la Misión Sueños Compartidos
Nuestro Néstor
Por Daniel Roncoroni
Nestoríada: recopilación de mitos de este tiempo; todos se refieren a la búsqueda de la justicia. Se encarna, en
metáfora y realidad, en la figura de un pingüino que da las más inverosímiles batallas en pos de la construcción de
un país justo. Es representada generalmente al aire libre, en forma de ópera, con cánticos all’ uso; se instrumenta
con bombo, redoblante y trompeta. La poética es cambiante, de picaresco tono, a saber: “Andáte Quico, la puta
que te parió”, “Baila la hinchada baila / baila de corazón / somos los negros / somos los grasas / ¡pero gorilas no!”.
M
eses atrás, en un multitudinario acto realizado en el Auditorio Juana Azurduy de la Universidad Popular Madres
de Plaza de Mayo, se lanzó al ruedo cierto de la lucha
otra idea de las Madres: Las Cristinas. A fuerza de mujeres que
en toda su historia supieron el cómo y el porqué, encolumnadas
en el Proyecto Nacional y Popular, ahí estaban de nuevo tras la
liberación. La repercusión fue inmediata y Hebe fue recibida por
la Presidenta. Y se cruzó con el Néstor. El abrazo, los besos de
costumbre y de amor, y la sentencia que sorprendió a la Madre:
“Sos una traidora, ahora voy a organizar ‘los Néstor’”.
Agosto de 2009 venía enrevesado luego de la derrota electoral
del Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires.
Como siempre para adelante, las Madres hicieron el acto de
entrega de decenas de viviendas en Villa 15; el ánimo de los
militantes de la organización estaba embotado; igual, a modo de
las paredes que se levantan en la Misión Sueños Compartidos,
bien firme. Impensables, tangibles cosas se habían hecho desde el 2003, pero el cachetazo remitió al recuerdo de la historia:
límites de clase, límites de la democracia, sujetos ‘sujetados’
por los medios. Entonces, un llamado a Hebe la noche anterior
se convirtió en rumor que recorrió las calles del barrio como
los pibes corren tras la redonda: Kirchner quería estar en la
inauguración. El pasillo del Elefante Blanco tembló de vecinos
y de emoción cuando el ex Presidente lo cruzó esa mañana;
alguien dijo: “No puede ser, acaba de perder y viene acá. A este
tipo no lo para nadie”. Y así fue. Y dijo, ante un horizonte de
laburantes que esperaban el envión para seguir luchando: “En
una elección nos puede ir un poco mejor o un poco peor, pero
no por un resultado electoral uno va a cambiar. Al contrario,
si ese resultado no se da como uno esperaba, lo que tiene que
hacer es predicar más”. Y fue por más: “El diálogo no significa
ni conceder ni ponerse de rodillas”.
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sueños
Antes, en octubre de 2007, cuando fueron entregadas las primeras
viviendas en el mismo barrio, Néstor había declarado que “me tienen como un compañero más trabajando junto a ustedes porque
esto es despertar la Argentina, esto es despertar la cabeza”. Se
entiende, así, el regalo de la carta que en lo más negro de la noche
genocida escribió Hebe, expresando la convicción que alguna vez
uno de los hijos de las Madres sería presidente. Y claro, 30 años
después el presente fue para el “Lupín”.
En Santiago del Estero, en el Chaco, en la Plaza de Mayo, en Rosario, miles de familias y laburantes de la Fundación Madres de
Plaza de Mayo, por solo impulso de cariño y de agradecimiento
al tipo que se enfrentó a todos los que conculcaban ciudadanía
(ciudadanía K: Asignación Universal por Hijo, ampliación de
las jubilaciones, paritarias, matrimonio igualitario, Conectar
Igualdad, No al FMI, No al ALCA, integración latinoamericana,
y siguen las firmas) dieron presente en los obradores y en las
oficinas y marcharon como sus padres y sus abuelos lo habían
hecho en otros días, con las mismas voces.
El militante demorado en cuitas de salud se hizo tiempo para
acompañar a las Madres en Santiago. El último septiembre se
apersonó hasta el barrio Villa del Carmen, en la capital de la provincia, para acompañar otra entrega de viviendas de la Misión. Y
las palabras de Sergio Schoklender, del Gobernador Zamora, de
Hebe, y el mantra final de Néstor: “Felicito a los trabajadores por
lo bien que están construidas las viviendas; los verdaderos héroes
de esta tarea son los trabajadores y las Madres.”
Hijos del momento, a la vez fragmentados y fordistas, frívolos
y colectivos, fuimos protagonistas de las jornadas del hecho
político más generoso de los últimos 35 años en memoria y
acto para un tipo impresionante; y nuestros ojos, aquellas
patas en la fuente; en escorzo la historia, y Cristina Fernández de Kirchner.
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POESIA Y KIRCHNER
Recordarlo sin llorar ni lamentarse
Por Daniel Ballester
Néstor y su vigencia para siempre
en la letra de un poema escrito
tantos años atrás por un
militante desaparecido
¿Por qué cuando Néstor Kirchner leyó este poema en la edición
2005 de la Feria Internacional del Libro pasó desapercibido
para los medios masivos de comunicación y para muchos de
los allí presentes?
Era la presentación del libro “Palabra viva”, una recopilación
de textos de escritores que fueron asesinados en la Argentina
entre 1974 y 1983.
El libro, editado por la SEA (Sociedad de escritoras y escritores
de la Argentina), reúnes poemas, cartas, fragmentos de cuentos, artículos periodísticos y científicos de reconocidos autores,
además de otros que no llegaron a ser conocidos, como es el
caso de Joaquín Enrique Areta.
Años después del rescate de este texto por la SEA, la editorial
platense Libros de la Talita Dorada editó un volumen de su
colección “Los detectives salvajes” –dedicada a poetas desaparecidos- íntegramente con poemas de Areta.
Joaquín tenía 23 años, era correntino, estaba en pareja con
Adela Segarra y tenía un hijo, Jorge. Era obrero y poeta, militaba en la ciudad de La Plata, entre otras organizaciones, en
la Unión de Estudiantes Secundarios.
¿Por qué “Quisiera que me recuerden” fue elegido por el en-
tonces presidente Kirchner y por qué, de ser un poema olvidado, sepultado por la amnesia de la historia, estalló como una
bomba de luz transformándose en un bien social devorado
por multitudes?
A veces la muerte eleva a un primer plano dichos o hechos
que estaban destinados a ocupar un lugar en el desván de la
memoria de la conciencia colectiva.
Este poema, como tantos otros, fue escrito en las peores condiciones físicas y anímicas. Sin embargo su increíble derrotero
lo llevó a convertirse en bandera de lucha y declaración de
principios por un compatriota que entregó con pasión su vida
por la causa nacional.
Y el pueblo nunca olvida a los que generosamente, también
desde el poder, le han puesto poesía a nuestro sueño de vivir,
más temprano que tarde, en una patria liberada.
Quisiera que me recuerden
Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme,
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos,
por haber marcado un rumbo, porque emocioné su alma,
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados,
porque interpreté sus ansias,
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos, el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores,
con comprensión por mis debilidades,
con cariño por mis virtudes.
Si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo
por no cumplir mi deber de hombre.
Joaquín Enrique Areta
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