1 Bogotá, julio de 2014 Señor IGNACIO MANTILLA PRADA Rector UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA LA CIUDAD ASUNTO: Solicitud de no ejecución de la sanción impuesta al profesor Miguel Ángel Beltrán por la Procuraduría General de la Nación Jorge Ignacio Salcedo Galán, en ejercicio del Derecho de Petición, en mi calidad de ciudadano colombiano, de egresado de la Universidad Nacional de Colombia (1987) y de haber sido ocasionalmente profesor de la misma, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 23 de la Constitución Política de Colombia y, específicamente, en el artículo 94 del Código Único Disciplinario que determina que la ejecución de la sanción disciplinaria debe hacerla efectiva “El nominador, respecto de los servidores públicos de libre nombramiento o remoción y de carrera” y ser usted el nominador del profesor Miguel Ángel Beltrán Villegas, respetuosamente le solicito no ejecutar la sanción impuesta al profesor Beltrán por parte de la Procuraduría General de la Nación, que anuncian las noticias, por constituir ésta una flagrante violación de la autonomía universitaria, un grave agravio a la libertad de cátedra y a la libre expresión del pensamiento (razón de ser de la Universidad), y por ir en contra del derecho y obligación de buscar la paz como lo ordena la Constitución. Le requiero, especialmente, que para tomar su decisión tenga en cuenta que la destitución del profesor Beltrán deslegitima la participación académica de la Universidad Nacional de Colombia, en el proceso de paz que se sustenta precisamente en la existencia del que ha sido objeto de su trabajo académico, actividad por la cual sería destituido: la existencia de un conflicto social, político y armado en Colombia. Desde el punto de vista “puramente” jurídico debe advertirse que la destitución del profesor Beltrán involucra al Rector de la Universidad Nacional, porque la decisión del Procurador afecta el núcleo de la autonomía universitaria, como lo es, darse y aplicar sus propios reglamentos (incluidos los disciplinarios) y porque es al Rector como nominador a quien le correspondería ejecutar o no la destitución del profesor Beltrán, por lo que antes de tomar tan drástica decisión deberá inevitablemente hacer una valoración de legalidad y conveniencia de la misma manera como lo hace con cada decisión administrativa que en el ejercicio de su cargo toma. A continuación se presentan algunos argumentos para que, en su momento, tal como explícitamente lo solicito, no destituya usted al profesor Beltrán. 2 No dudo que al conocerse la decisión del Procurador en relación con el profesor Beltrán surgirán argumentos nuevos de orden jurídico relacionados con el derecho Fundamental al Debido Proceso en el mismo sentido, que deberán sumarse a los que por ahora expongo. I. FUNDAMENTOS DE LA PETICIÓN I.I. EL CONTEXTO: LA DESTITUCIÓN DEL PROFESOR BELTRÁN, UNA NUEVA FASE DEL INTENTO DE DESCONOCER EL CONFLICTO INTERNO COLOMBIANO La destitución del Profesor Miguel Ángel Beltrán por parte de una entidad pública ajena a la academia, la Procuraduría General de la Nación, que notifican los medios de comunicación por estos días1, se presenta como un interesante problema jurídico no resuelto pero en el fondo oculta un delicado tema político ligado a la posibilidad de lograr la tan soñada y esquiva paz colombiana, que se construye en el actual proceso en el que participa activamente la Universidad Nacional de Colombia. El problema político que subyace, como conflicto oculto pero real y definitivo de la pregunta jurídica planteada, está ligado al núcleo del debate político colombiano en este momento histórico en relación con el cual la Universidad Nacional está obligada a dar respuesta académica que, planteado como pregunta, sería el siguiente: ¿Existe o no en Colombia un conflicto armado y político interno; y de existir cuales son sus causas y sus posibles soluciones? En este caso, estamos frente al derecho y deber de la Universidad Nacional de Colombia a ejercer su autonomía que, se vería gravemente afectada, al tener que desvincular por decisión de un tercero políticamente parcializado (el procurador) a uno de sus docentes por haber ejercido su derecho a investigar uno de los aspectos más importantes de la historia reciente del país. No debemos olvidar – y esta no es una afirmación retórica sino una importante verdad histórica – que el reconocimiento político (por parte del Presidente Santos) del objeto de estudio del profesor Beltrán y el reconocimiento legal del mismo a través de la llamada Ley de Víctimas, por parte del Congreso, de la República son los supuestos esenciales del proceso de paz que se adelanta actualmente en la ciudad de La Habana (Cuba). En relación con lo jurídico la verdad es que el problema no tiene antecedentes porque, hasta ahora, no se ha presentado una coyuntura como la del profesor Miguel Ángel Beltrán al verse destituido por abordar académicamente un tema que para el 1 http://www.eltiempo.com/index.php/politica/justicia/procuraduria-confirma-sancion-contracienfuegos/14302255 3 Procurador es pecado, y que para el anterior Presidente no existía: el conflicto armado interno en Colombia. No se debe olvidar que negar la existencia del conflicto fue parte de la doctrina política del presidente Uribe y que esta postura ideológica determinó toda su acción política durante sus ocho años de gobierno. Tan importante es el tema, que la pelea entre Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos tiene este punto como el centro de la discordia, lo que revela la importancia política del mismo. 2 Deberá usted tener muy en cuenta, señor Rector, al momento de tomar su decisión, que finalmente, en contra de las posturas de Ordóñez y de Uribe, el Congreso de la República “legalizó” el tema de investigación del profesor. En la medida en que era doctrina de gobierno (Uribe) - que no de Estado - negar la existencia de un conflicto político y armado, la acción de abordar académicamente el tema convertía al profesor Beltrán en un terrorista que es el cargo que creo le imputa el señor Procurador. En ese contexto era previsible que tanto el Presidente Uribe como el Procurador y una Fiscalía cómplice investigaran e intentaran condenar al profesor. Afortunadamente nuestro Estado de Derecho deja la decisión de destituir o no al profesor Beltrán en usted, señor Rector, por ser legalmente su nominador. I.II. EL PROBLEMA JURÍDICO I.II.I. LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA VS. EL PODER PREFERENTE DEL PROCURADOR Los temas jurídicos nunca son por si mismos relevantes ni mucho menso interesantes, al punto que la mayoría de veces no parecen ser más que ejercicios retóricos para estudiantes de lógica, por lo que hibernan – no resueltos – hasta que un día cualquier coyuntura de la historia o la política los hace relevantes y hace que sea urgente resolverlos. El problema jurídico no resuelto que adquiere gran importancia por la destitución del profesor Beltrán, presentado en forma de pregunta, es el siguiente: ¿Puede el Procurador General de la Nación ejercer la facultad disciplinaria preferente para tramitar un proceso disciplinario en contra de un profesor de la Universidad Pública, sin vulnerar la autonomía universitaria y sin vulnerar su misión de investigar y construir el conocimiento necesario para contribuir a la búsqueda de la paz, que es lo que ha hecho el profesor Beltrán al investigar el conflicto social, político y armado colombiano?. Yo diría que la respuesta es no, y en sustento de esta afirmación presento a continuación los argumentos. 2 DAVILA, Vicky Enemigos: Santos y Uribe ¿Por qué se odian? Edito DAVILA, CAMM, Bogotá, Colombia. 4 I.II.II. EL CONFLICTO DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA VS. EL PODER PREFERENTE DEL PROCURADOR NO ES UN CONFLICTO DE DERECHOS Evidenciada la trascendencia del tema político, trasfondo del problema jurídico propuesto, se debe resolver jurídicamente la supuesta incompatibilidad entre dos normas constitucionales (el derecho a la autonomía universitaria y la facultad disciplinaria prevalente del Procurador). Esta incompatibilidad aparente entre dos normas constitucionales es muy fácil de resolver ya que cualquier dificultad interpretativa que involucre, por un lado, un derecho y, por el otro, la asignación de una competencia estatal se deberá resolver siempre en favor de los derechos de los ciudadanos. Es decir, en este caso, no es válido pretender resolver el tema a través de ejercicios de ponderación de derechos en conflicto sobre lo que existe amplia jurisprudencia que, entonces, no resultaría aplicable al caso. ¡Que quede claro! Este no es un conflicto entre derechos sino un conflicto entre un derecho que debe ser ampliamente protegido y la asignación de una función represiva del estado, que debe ser restrictivamente aplicada.3 Esta aclaración se hace porque existen antecedentes jurisprudenciales que resuelven conflictos entre el derecho a educarse de un ciudadano y una universidad en concreto que defiende su autonomía; o conflictos sobre el derecho al debido proceso de un estudiante y el derecho de una universidad a crear sus propios reglamentos. Es decir la mayoría de jurisprudencias y trabajos académicos4 sobre la autonomía universitaria se limitan a evaluar procesos disciplinarios adelantados por las instituciones de educación o, se refieren a las tensiones que pueden presentarse entre la autonomía universitaria contra el derecho de inspección y vigilancia del estado; o entre el derecho a la educación de un estudiante y la autonomía de una universidad que no lo acoge, no lo aprueba o no lo gradúa. En el campo disciplinario en el que se ve involucrada la autonomía universitaria todos los antecedentes se refieren al debido proceso en el ámbito disciplinario cuando 3 Como antecedentes de esta evolución en la protección de derechos pueden contra las facultades sancionadoras de los estados pueden citarse de la Historia de Inglaterra: La Petición de Derechos de 1628, La Declaración del Habeas Corpus 1679, La Declaración de Derechos 1689; de la Historia de Francia la Declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano de 1789; de la historia de de EEUU la declaración de Virginia y la Declaración de Independencia 1776; y de la Historia de Colombia el acta de declaración de Independencia de 1810, algunos avances de nuestras múltiples Constituciones y la Constitución Política de 1991. 4 Autonomía universitaria y derecho a la educación: alcances y límites en los procesos disciplinarios de las instituciones de educación superior Revista de Estudios Sociales no. 26, abril de 2007: 196 pgs. ISSN 0123885X: Bogotá, Colombia; 158-165 pgs. Carol VILLAMIL. Alcance de la autonomía universitaria en Colombia, 1980-2002.Una reflexión desde la evolución legislativa y jurisprudencial bibliotecavirtual.clacso.org.ar/.../villamil%20ardila%20artículo%20en%2... 5 las universidades en ejercicio de su autonomía, eventualmente han violado derechos ciudadanos, casos que no tienen nada que ver con el propuesto.5 Lo que está en juego en el caso del profesor Beltrán es el respeto a la definición mínima de lo que es un Estado de Derecho, como lo es el colombiano según la altisonante y ojalá no solo retórica declaración constitucional. Lo que está en juego es el concepto de la democracia que precisamente se consolida en el mundo al establecer que el estado más que derechos tiene obligaciones y funciones asignadas y los ciudadanos derechos que deben ser respetados. Los estados modernos justifican su existencia en la protección de los derechos y las constituciones de los siglos XX y XXI para ello establecen una compleja red de normas de control y equilibrio institucional, a través de las limitaciones al ejercicio del poder y la garantía de que los órganos que lo representan se mantengan dentro del marco jurídico. Más argumentos al respecto pueden llenar bibliotecas y forman parte de los programas académicos de la oferta institucional de la Universidad Nacional, por lo que no quiero intentar abundar en lo que le sobra a mi amada Universidad: conocimiento comprometido con la democracia, la justicia social y la construcción de la paz. Respetuosamente, Jorge Ignacio Salcedo Galán C.C. Nº 19.449.162 de Bogotá [email protected] C.Co CONSEJO DE SEDE CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO COMUNIDAD UNIVERSITARIA EN GENERAL 5 Los fallos de la Corte Constitucional que se han referido a la autonomía universitaria en conflictos entre ciudadanos y universidades son las siguientes: Corte Constitucional, Sentencia T-264 de 2006, M.P. Jaime Araújo Rentería, Sentencia T-263 de 2006, M.P. Jaime Araújo Rentería, Sentencia T-156 de 2005, M.P. Rodrigo Escobar Gil, Sentencia T-361 de 2003, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Sentencia T-1317 de 2001, M.P. Rodrigo Uprimny Yepes, Sentencia C-653 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Sentencia T-225 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell, Sentencia T-474 de 1996, M.P. Fabio Morón Díaz, Sentencia T-301 de 1996, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz, Sentencia T-180 de 1996, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.