Una oración sincera

Anuncio
Dia
6
Oh Señor, oye mi ruego pidiendo justicia; escucha mi grito de auxilio. Presta oído a mi
oración, porque proviene de labios sinceros.
Salmos 17:1 NTV
Una oración sincera
¿Sabías que es imposible mentirle a Dios? El es omnisciente – lo sabe todo. El conoce tus pensamientos antes
de que hables y tus sentimientos antes de que los expreses. Esa cualidad de saberlo todo, hace que hablarle a
Dios con honestidad sea increíblemente fácil.
Después de dar un mensaje difícil a Nínive, Jonás ciertamente no tuvo temor de decirle a Dios cómo se sentía.
Aunque no fue de la mejor manera, Jonás fue honesto con el Señor acerca de su frustración sobre su
misericordia para la gente de Nínive. La Biblia recopila esta conversación de la siguiente forma: “Este cambio
de planes molestó mucho a Jonás y se enfureció. Entonces le reclamó al Señor:—Señor, ¿no te dije antes de
salir de casa que tú harías precisamente esto? ¡Por eso huí a Tarsis! Sabía que tú eres un Dios misericordioso y
compasivo, lento para enojarte y lleno de amor inagotable. Estás dispuesto a perdonar y no destruir a la gente.
¡Quítame la vida ahora, Señor! Prefiero estar muerto y no vivo si lo que yo predije no sucederá. El Señor le
respondió:—¿Te parece bien enojarte por esto? Entonces Jonás se fue al oriente de la ciudad e hizo una
enramada. Luego se sentó bajo la sombra de la enramada mientras esperaba ver lo que le acontecería a la
ciudad.” (Jonás 4:1–5, ntv). En otras palabras, Jonás refunfuñó y se puso de mal humor después de que Dios
lo corrigió.
No es una situación agradable, pero es demasiado familiar. Todos nos hemos encontrado en lugares donde
somos estirados más allá de nuestra capacidad de entender y correr parece la mejor opción. En esos tiempos
la mejor opción es dialogar honestamente con nuestro Padre. El no nos vuelve la espalda. El se involucra en
estas conversaciones y no se siente ofendido por una respuesta honesta. En cambio, la utilizada para
dejarnos ver cosas que no podemos ver, darnos dirección y hasta dirigirnos a un cambio.
Hay otra veces donde ser honesto con Dios puede lucir muy diferente. En Lucas, un Fariseo invitó a Jesús a su
casa. Mientras estaba ahí, una mujer (…una pecadora!) tuvo el descaro de venir a El y no sólo lo tocó, sino
que lavó sus pies para expresar su amor por El. Lucas 7 nos dice “Cuando cierta mujer de mala vida que vivía
en la ciudad se enteró de que Jesús estaba comiendo allí, llevó un hermoso frasco de alabastro lleno de un
costoso perfume. Llorando, se arrodilló detrás de él a sus pies. Sus lágrimas cayeron sobre los pies de Jesús, y
ella los secó con sus cabellos. No cesaba de besarle los pies y les ponía perfume. Cuando el fariseo que lo
había invitado vio esto, dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué tipo de mujer lo está tocando.
¡Es una pecadora!».” (Lucas 7:37–39, ntv) Ella también, tuvo una comunión honesta y abierta con Jesús. Ella
no se limitó aún cuando quienes estaban a su alrededor la estaban criticando. Jesús recibió su honestidad y
amor mientras ella lavaba sus pies.
Jonás vino a El enojado, sin entender la dirección que El quería darle. Una mujer vino con una adoración
abierta y sincera. El Señor honró a ambos, al profeta enojado y la pecadora arrepentida. A uno le dio
instrucciones y dirección; a la otra perdón de sus pecados; a ambos su compresión, compasión y respuesta
amorosa. Dios quiere que tu vengas a El para todo; ven a El con tu amor, alabanza, adoración y acción de
gracias; pero también ven a El con tus preguntas, frustraciones, desilusiones, dudas y falta de fe. El es lo
suficientemente grande para manejar ambas – sólo se honesto con El.
El amor de Dios siempre será más profundo que cualquier hoyo en el que alguien pueda caer.
Corrie Ten Boom
Oración:
Padre gracias porque puedo ser real contigo, no necesito esconderme detrás de religiosidades sino que en
cambio puedo derramar mi corazón ante Ti con honestidad. Tu me aceptas cuando vengo en amor y también
cuando vengo gritando por una respuesta. Tu respuesta siempre es la misma – Me amas. Ayúdame a
conocerte como un Padre amoroso que entiende mis limitaciones humanas y que siempre está con los brazos
abiertos para recibirme con mis heridas, mis preguntas y mi amor. En el nombre de Jesús, Amén.
Acción:
! Cuando no entiendas una situación no tengas miedo de decírselo a tu padre celestial y espera por su
respuesta.
! Entiende que tu padre ya sabe tus pensamientos más profundos. Muchas veces ser honestos con El, en
realidad nos ayuda ser honestos con nosotros mismos.
! Recuerda que no hay condenación en Jesús. Durante tu tiempo de oración, el Espíritu Santo puede darte
convicción de que tienes algo que cambiar, pero nunca te condenará. En entender esa diferencia radica
la libertad para ser honestos con Dios.
Para estudiar más:
Salmos 5:1–3
Isaías 55:8-9 (nlt)
2 Timoteo 2:22
Descargar