Venezuela es una “democracia aparente” en la que resulta “muy

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Periodismo
BUSQUEDA ■ Jueves 2 de junio de 2011 ■ Pág. 33
“Un gobierno que se cree democrático no violaría” la libertad de prensa, “no tendría presos políticos ni
perseguiría a quien se cree diferente”, señaló la experta en derechos humanos Elenis Rodríguez
Venezuela es una “democracia aparente” en la que resulta “muy
difícil expresarse” porque Hugo Chávez “concentra todo el poder”
Para la presidenta de la
Asociación Civil de Derechos Humanos y Civiles de
Venezuela (Fundeci) y secretaria de Derechos Humanos de la agrupación política
Primero Justicia, Elenis Rodríguez, en Venezuela se vive en una “democracia aparente” porque “el dictador”
Hugo Chávez “concentra todo el poder” y “no existe la independencia de poderes”.
Luego de citar varios ejemplos de magistrados, abogados y fiscales que fueron sancionados por fallar contra el
“gobierno bolivariano”, Rodríguez asegura que se vive
“bajo un régimen totalitario”.
“Vivimos en una democracia aparente; cualquier periodista me entrevista y salen
mis notas, pero luego el Estado va por mí e intenta callarme la boca. Un gobierno
que se cree democrático no
violaría este derecho humano, no tendría presos políticos ni perseguiría a quien se
cree diferente”, agregó.
La especialista visitó Uruguay el viernes 27 de mayo
invitada por el Centro para la
Apertura y el Desarrollo de
América Latina (Cadal). Fue,
junto con el miembro de Ca-
dal, Ricardo López, y el columnista de Búsqueda, Tomas Linn, comentarista de la
edición Nº 25 de “Perspectiva”, la revista de Cadal.
A continuación un resumen de la entrevista que
concedió a Búsqueda al finalizar el evento.
—¿Cuál es la situación
de Venezuela en cuanto al
respeto de los derechos
humanos?
—En Venezuela no existe
la independencia de poderes.
De hecho, un caso que lo refleja claramente fue que en
2010, 35 usuarios del metro
fueron privados de su libertad
y el dictador que tenemos por
presidente dijo “me los meten presos”. Y esta servidora
consiguió la libertad plena. La
Fiscalía apeló la resolución
pero el Tribunal de última
instancia nos volvió a dar
la razón. Esto, que debería
ser algo común en una democracia con separación de
poderes, es un hecho sorprendente en Venezuela.
Porque las denuncias que
sean contra el gobierno nacional no tienen chance de
ganar. Así de mal están las
cosas.
“Corsé para la información”
Un proyecto del gobierno español destinado a regular los contenidos que los medios difunden sobre la
violencia de género causó malestar entre las organizaciones profesionales, que consideran la iniciativa como
un intento de “injerencia” en su trabajo.
En un artículo titulado “Otro corsé para la información”, publicado el sábado 28 en el diario “El País” de
Madrid, se informa que la Secretaría de Estado de
Igualdad argumentó que en los casos de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, “el efecto imitación” puede ser “un factor determinante” y que por ello
“propició una nueva vuelta de tuerca en el intento del
gobierno en interferir en el trabajo de los medios”.
El documento oficial “recomienda que en televisión
las noticias sobre un homicidio de violencia machista
deberían oscilar entre 20 y 30 segundos y deberían
comenzar no por el hecho en sí sino por el tiempo y el
lugar en el que se produjo el homicidio para ‘reducir la
intensidad del impacto”.
Propone además, “que la información vaya acompañada de otros contenidos que ayuden a contextualizar
lo ocurrido”.
Las organizaciones profesionales, en tanto, “abogan
por la autorregulación”, informó el periódico.
—¿Qué peso tienen los
organismos internacionales en el respeto a los derechos humanos?
—Existió un caso en el que
un grupo de médicos intentó
una acción ante un tribunal
venezolano, contra una medida en particular. Los magistrados fallaron a favor de
los médicos y (luego) fueron
Elenis Rodríguez
destituidos de sus cargos.
Los magistrados acudieron
a la instancia internacional,
ganaron los juicios y la sentencia decía que debían ser
reincorporados en sus cargos y se les debía pagar una
indemnización económica.
Nada de eso se ha cumplido. Con todo, esos magistrados estaban dispuestos a
negociar que no les pagaran
la indemnización pero que
los restituyeran en sus cargos. Y ni siquiera así cumplieron. Hubo otra jueza que
por ajustarse y respetar los
estatutos constitucionales,
fue privada de su libertad.
Con el canal privado de televisión, Globovisión, también pasó algo parecido.
La Corte Interamericana de
Derechos Humanos falló a
favor de la cadena y la presidenta del Tribunal Supremo formuló declaraciones
que rayan en lo ignorante.
Dijo que esas sentencias
se inmiscuyen en la soberanía de Venezuela, cuando
el país suscribió libremente
el respeto a esos acuerdos
internacionales. Por eso me
atrevo a decir que estamos
bajo un régimen totalitario.
El presidente es un encantador de serpientes y utiliza el
hecho del protagonismo de
la mujer para colocar a varias
de ellas en puestos muy importantes, haciendo gala de
que es el único partido que
así lo hace. Es cierto que
tiene mujeres en altos cargos, pero ¿qué hacen? Están
arrodilladas. La presidenta
del Tribunal Supremo de
Justicia, violando todos los
reglamentos, hace proselitismo político. Cuando hace
dos años Chávez entraba en
el edificio del Tribunal, todos
gritaban “uh, ah, Chávez no
se va”, algo que creo no se
ha visto en ninguna parte
del mundo. Se supone que
ese Tribunal Supremo es la
instancia suprema donde un
ciudadano común busca justicia. Con esas actitudes se
demuestra que la justicia ni
es independiente ni es autónoma. A la fiscal general,
que tampoco puede hacer
proselitismo político, la hemos visto en varias ocasiones en actos con el presidente. La Justicia está arrodillada ante el dictador. Otra
de las mujeres, la presidenta
del Consejo Nacional Electoral, permitió que se viole
la voluntad del pueblo. Estas mujeres permitieron que
destruyeran la democracia
por capricho de un hombre:
Hugo Chávez.
—¿Hay libertad para
que usted haga este tipo
de denuncias en la prensa
venezolana?
—En Venezuela ya no se
lucha para proteger a la democracia, sino para restaurarla porque Hugo Chávez
ya la arrebató. Vivimos en
una democracia aparente;
cualquier periodista me entrevista y salen mis notas,
pero luego el Estado va por
mí e intenta callarme la boca. Un gobierno que se cree
democrático no violaría este
derecho humano, no tendría
presos políticos ni perseguiría a quien se cree diferente. Es muy difícil expresarse porque él concentra to-
do el poder. Ya sancionó a
34 emisoras, aunque hay
radios que ahora se están
atreviendo e invitan a personas como yo al estudio para
que den su versión de las
cosas. Otras tantas no; no
dicen todo lo que está pasando por miedo a que las
sancionen. El único canal
de televisión privado que se
atreve a presentar las cosas
como son es Globovisión.
Televen y Venevisión apoyan
mucho las luchas nuestras,
pero el extracto de la información que hacen es muy
pequeño.
—¿Usted percibe una
apertura de los medios a
desafiar las sanciones por
informar?
—Sí, totalmente. Incluso
la prensa escrita está muy a
la vanguardia en eso. Cuando ahora vamos a una lucha
por derechos humanos y demás, la prensa escrita nos
da espacio.
—Siendo la situación
tan grave como dice, ¿por
qué la sociedad sigue respaldando a Chávez?
—Es que el proceso electoral se realiza con complicaciones varias. Se colocaron centros electorales en
barrios con alta peligrosidad
y a muchos ciudadanos que
quieren participar cuidando
el voto ciudadano se les hace cuesta arriba porque los
chavistas se organizan para ir a votar a última hora de
manera que, así, los centros
estén abiertos hasta la madrugada. La hacen cada día
más difícil; siempre inventan
una. La gente ya no cree que
de Chávez se pueda salir con
votos. Y tanto perdió esa esperanza que no van a sufragar. Incluso teniendo el 52%
a nivel nacional, tenemos
menos diputados por todas
las triquiñuelas que hicieron
los chavistas, que terminaron con más diputados a pesar de tener menos votos en
todo el país.
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