Teorías de los estadios del crecimiento económico

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Art hur JI. Cok. III1\il/t'" 1:'lltcl.,)rist' in its Socia! Scu inv, Camlnid¡«
Mass" 1959.
39. Cfr. Frank Ramsey, "A Mathcmatical Thcory of Saving", ECOIICI/lli r
Jou rn al , XXXVIII, 1928, p ágs. 543·59.
40. Pero se recordará que Pareto intentaba demostrar que una (COll
acta) distribución planeada de ingresos era "natural". Véase H. S. Hou
t hakker, "The Pareto Dístribution and the Cobb-Douglas Production Func[ion in Activity Analysis" Rel'iew 01 ECOIlOmic Studies, XXIII, 1955-56,
págs. 27-31.
41. Obra citada. Las condiciones de Ramseys para un óptimo, empicando un mundo neoclásico relativamente no complicado, son: Inversión
óptima "~ (Deleite - nivel actual ele disfruteyutilidad marginal del COIlsu rno presente).
42. Véase a este re specto, Solow, "A contribution . ,. " obra citada;
Richard Stone, "Misery al' Bliss" ECOIlOmía lnternazionale, VIII, 1955,
págs. 72-93; James Tobin, "A Dynamic Aggrcgative Modcl", Iournal of Politic al Economy, LXIII, 1955, págs. 103·15; Paul A. Samuelson y Robert M.
Solow, "A Complete Capital Model Involving Heterogeneous Capital Goods",
Ouarterly Iournal 01 Economics, LXX, 1956, págs. 537-62.
43. La ausencia de dirección apropiada puede exigir la centralización
cuando el elemento humano tiene atributos que, dacio el medio ambiente
(cierto o incierto), se sabe que son antagónicos para los objetivos genel"a h:s (de bienestar),
T eories de los estadios
del crecimiento económico
por
BERT.
F.
HOSEl.tTZ
Este ensayo está dedicado a analizar las teorías del crecimien to económico que consideran una serie de estadios en la
evolución de los sistemas económicos y que explican el proceso
de crecimiento económico en términos de desarrollo sucesivo de
l:SOS estadios, Entre los economistas que elaboraron la teoría
de los estadios económicos, destacan los miembros de la escuela
histórica alemana de Economía, y una parte importante de este
ensayo estará dedicada a analizar sus teorías. Pero el estudio de
las teorías de los estadios económicos supone mucho más que
ese análisis de sus conceptos y clasificaciones. Tiene ramificaciones en el campo de la historia económica, e incluso de la historia
general; afecta también a ciertas cuestiones asociadas a las teorías sobre la evolución social, en general; y, por último, en el
propio campo económico, lleva a considerar una serie de teorías
sobre el crecimiento que afirmaban que existen ciertas relaciones
entre las formas de estructura ocupacional y los estadios de progreso económico.
Empezaré estudiando las teorías sobre los estadios ccon ómicos expuestas por varios economistas alemanes en el siglo XIX,
en especial Friedrich List, Bruno Hildebrand, Karl Büchcr, Gustav Schmoller y Werner Sombart. Sus escritos constituyen una
base para un ulterior examen de los problemas de estadios 1.'l'0 nómicos en Alemania, y, en cierta medida, en cualquier 01 1"0
país. Existe, sobre todo, un número considerable de escritos SL' cundaríos en los que se comparan y analizan críticamente las
teorías y clasificaciones de esos cinco escritores, y especialmente
de los tres últimos. A pesar de su volumen, gran parte de esa
literatura secundaria no es original y -lo que es mucho más
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con pocas excepci ones, I1U sube reconocer lus problemas
re almente cruciales suscitados por las diversas teorías sobre los
«stadios económicos.
En primer término, los propios exponentes de los esta dio s
económicos, así como sus críticos, se confundieron a menudo, por
lo que se refiere a la interpretación de sus teorías. Esta confusión se centra en tres puntos principales: el primero es el problema de si la identificación y la clasificación de los diferentes
estadios económicos son un medio de estudiar el desarrollo progre sivo de estudiar una economía dada o si es un método par, el
examen comparativo de sistemas económicos, El segundo es la
cuestión de si esos estadios son esencialmente "construcciones
ideales", elaboradas para facilitar el análisis de los sistemas económicos y de sus aspectos dinámicos, o si son presentaciones
abreviadas y en cierto modo sistemáticas de desarrollos históricos reales. El tercer problema -que es el que más nos interesa
en relación con el estudio del crecimiento económico- es la cuestión de identificar los factores que producen el cambio, especialmente los que determinan la transición de la economía de un
estadio al siguiente. Como nos interesan fundamentalmente las
teorías sobre el crecimiento económico, intentaré destacar este
último problema, y mi valoración de las diferentes teorías no girará simplemente en torno a la cuestión de si establecen o no tipos
útiles a efectos comparativos, sino fundamentalmente sobre si presentan o no afirmaciones explícitas sobre las formas de transiciones de un estadio a otro -y sobre los factores implicados en
ella-, especialmente si se observa que unos estadios subsiguientes representan un progreso en relación a estadios anteriores. Como veremos más adelante, los diversos autores de sistemas de est adios económicos no siempre fueron explícitos sobre este punto y
algunos ni siquiera se percataron de su significación. Al mismo
tiempo, no cabe dudar de que uno de los objetivos de todos los
autores de la escuela histórica alemana fue intentar descubrir
leyes de desarrollo de las economías nacionales, aunque discrepaban sobre los métodos que hay que empicar para de scubrir esas
leyes así, como sobre las esperanzas de que pudieran formularse
con algún grado de precisión.' Al calibrar el papel asignado a las
leyes de evolución económica, podemos distinguir tres en foques,
.acln \1110 de los cuales es característico de uno de los principales
r . ruantes de la escuela histórica antigua: el primero concibe
priu rip io de la evolución económica como análogo a la vida
• I li l ',l ; las economías crecen, llegan a madu rez y mueren. Esta
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fu' la posici ón de Wilhclm Ro schcr. El 'l:gu ndu cuu i
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110 económico como un aspecto de la t .nd ncia general al pl'~I! ' 1 . ~ J
de la cultura humana, Esta fue la co ncepción de Karl K ll ~ :-. 10,1
tercero ve (,1 crecimiento econ ómico realizado en la SUCeSlOI1 de
estadios cada vez más elev ado s de organización económi~a, Esta
fue la posición de Bruno Hildebrand.' A las ~res concep~lOnes se
I s puede encontrar raíces en las div~rsas mtcrp~'e,taclOnes del
progreso humano contenida en los escrítos de los ñ l ósofos de l~s
siglos xvn y XVIII. Pero, mientr~s que el impa~to de la analo~l~
organismática y la más o menos ingenua creencia cn la perfectibtlidad humana encontró pocos seguidores entre los escritores posteriores, la teoría de los estadios reapareció una y otra. vez con
nuevas apariencias. Por ello parece más provecho:,o dedIc~r ~ste
ensayo a un análisis de las teor~as sobre los es~adlOs ecOnOmI~?S
del crecimiento, en lugar de dedicarlo a las teor ías de la eVOlU~lO?
económica desarrolladas por los miembros de la escuela histó rica alemana,
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El primer sistema de estadios económicos que. examinamos
es el que presentó Friedrich List en su obra Das nationale System
der politischen Oekonomie?
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Antes de que examinemos detalladamente la clasificación de
List de los estadios económicos y su relación con su concepto
de crecimiento económico, conviene hacer algunos comentarios. En
primer lugar, la idea de estadios económicos como tales no. era
nueva en la época de List. Como ha señalado Schum?eter, la. Idea
general de estadios progresivos de desarrollo la tomo, de la fIlo.sofía ilustrada del siglo XVJII. 4 En segundo lugar, el libro ,de LI,S~,
aunque se presenta como un ~rata?? general de ,~conomla,p~htI­
ca es, en esencia, un comentario crítico a las pohtIca.s econorrucas
de Adam Smith y de sus seguidores (a los que habItualmente se
refiere List, lIam{¡ndolos "la Escuela") y un estudio de la polí.tica
económica más apropiada para fomentar las fuerzas productivas
(Produktions-kriift eJ de un país, Dicho en otras palabras, la obra
de List no era un intento de presentar una tcoria económica nueva
simplemente por el gusto de teorizar: era un il~tcnt() de pr?~or­
cionar los apuntalamicIlt l , te óricos para un conjunto de pu]¡tIc.as
económicas para el desarrollo l.'conóm ico u, rn ás bien, para la 111dustrialización. En este objct ivo la obra de List se parece mucho a
los libros actuales sobre el crcciruient o econ ómico, que se elaboran
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que muchas de las ideas expresadas por List se encuentren de
nuevo en la literatura contemporánea sobre el crecimiento económico o que, recíprocamente, ciertos pasajes de las obras de List
tengan un completo sabor "moderno".
Aunque List escoge p a ra un tratamiento especial a políticas
comerciales alternativas lo hace porque estaba de sustancial acuerdo con la proposición de la "Escuela" de que la libre competencia
en el interior de un país lleva a una óptima asignación de recursos, y de ahí -pensaba él- a una est ímulación máxima de sus
fuerzas productivas . Esta posición er a, en parte, una consecuencia
del estado real de las políticas regula dor as de su época ; en aquel
tiempo, de todas las form as de política gubernamental la que más
destacaba era la cuestión de] libre cambio contrapuesto al proteccionismo. En parte, lo que él tenía constantemente presente
era la emanación de una situación concreta: el hecho de que la
industria de los do s países que él conocía mejor y por cuyo progreso se interesaba más, esto es , Alemania y los Estados Unidos.
era inferior a la de Inglaterra. De ahí que no haya que interpretar a List como si estuviera en favor del proteccionismo como tal.
sino solamente en favor de la protección de la industria y, de
hecho, de la protección de la industria únicamente en su estadio
infantil inicial. Por ]0 que se refiere a la agricultura, List era un
librecambista decidido y sin equívocos, y la base lógica de esta
posición está implícita en su teoría sobre los estadios econ ómicos. '
En tercer lugar -y esto está implícito en el título de su obra
y en su preocupación por la política económica- a List no le interesaban las relaciones económicas en un sistema abstracto y
cerrado, sino como aspectos de un sistema de naciones. List cree
que el progreso del bienestar humano es función de la asociación .'
Descubre hasta qué punto el individuo en el estado de naturaleza
es débil y desvalido. Afirma que la "más alta asociación de individuos realizada hasta ahora es la del Estado, la Nación y la más
alta imaginable es la de toda la raza humana . Pero List cree que
la unificación de todos los hombres en un Estado mundial es utópica y que, por consiguiente, "preservar, desarrollar, y mejorarse
ahí misma como nación es . .. actualmente, y habrá de serlo sic mpre, el objeto principal de los esfuerzos de una nación. No hay en
esto nada que sea egoísta o falso; es un a tendencia razonable, que
t. perfectamente de acuerdo con los intereses real es de la humaida d: po rque lleva naturalmente a una asociación universal que
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constituye una ventaja para los hombres en lanto l.'JI c u IIIIt 1.1.
Ilaciones han llegado al mismo grado de cultura y de poder v, p OI
consiguiente, en tanto en cuanto pueda realizarse por vía <JI' ""0
elaci ón o de confederación"? Así pues, la unidad que estudia Lixt
es el estado nacional, y su teoría de los estadios económicos debe
ser entendida como aplicable únicamente a estados nacionales.
Este es un aspecto importante de su teoría, ya que fue una de las
principales razones de que autores posteriores la rechazaran. BUcher, por ejemplo, señala explícitamente el hecho de que List y
Hildebrand "suponen que por muy lejos que se remonte uno en
la historia . .. ha existido una economía nacional basada en intercambio de bienes . .. No dudan en absoluto de que los rasgos fun damentales de la vida económica hayan sido siempre esencialmente similares",'
En cuarto lugar -y esto no se refiere tanto a un aspecto de
la teorización de List, sobre los estadios económicos como tales,
como a un aspecto de sus concepciones sobre la efectividad .del
crecimiento económico-s-, postula que el crecimiento solamente
puede darse en sociedades en las qu e exista libertad interna, esto
es, libertad de organización política y libertad de los individuos .
Considera que este punto de vista es susceptible de ser derivado
de las "lecciones de la historia". Dice, por ejemplo, que "es inútil
que los individuos sean industriosos, ahorrativos, inteligentes, e
inventivos; esas instituciones libres seguirán siendo necesarias
para una adecuada aplicación de aquellas cualidades. De hecho,
la historia nos enseña que los individuos derivan la mayor parte
de su poder productivo de las condiciones sociales y de las instituciones de la sociedad"," Hay un claro reconocimiento de la interacción de las condiciones sociales y, sobre todo, de las políticas
de una nación y el grado de desarrollo o de su poder productivo,
esto es, su adelanto económico general. List reprende a la "escuela" por intentar "persuadirnos de que la política y el gobierno del
Estado no tienen nada en común con la Economía política", esto
es, por aislar las variables económicas en tanto que tales para el
examen y el an álisis.'? Aunque en esta acusación se pasa de la raya
aunque se la aplique a Ricardo, del que se dice que fue el pensador más abstracto de la escuela cl ásica, es cierto que los economistas clá sicos que escribieron antes que List concedieron muy
poca atención a lo qu e ahora llamaríamos factores "culturales"
y que en sus obras podemos encontrar muy pocus an álisis explícitos y realistas de las relaciones económ icas en un marco social
diferente al de su propia época . A este respecto habría que rnen-
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'n I re su x segu id or es-e- que su propio análisis de lus l~S­
1ructuras sociales y políticas de las sociedades que son diferentes
de las del occidente moderno carece también de realismo y de
exactitud y de precisión científica; ésta fue una de las principales
razones de que escritores posteriores rechazaran esa clasificación
de estadios económicos," Pero sigue siendo cierto, no obstante ,
que List suscitó un importante punto de crítica contra la escuela
clásica que más tarde se convirtió en uno de los baluartes en el
a taque de la escuela histórica contra los clásicos, a saber: el carácter esencialmente deductivo de la teoría clásica y su falta de interés por derivar generalizaciones del estudio y examen de los procesos históricos empíricos. En este contexto es en el que hay que
entender las teorías de List sobre los estadios económicos, así
como ciertas teorías posteriores.
Si nos ocupamos ahora en examinar más detalladamente las
clasificaciones de List, encontraremos que distingue los cinco estadios siguientes: (a) el estadio salvaje, (b) el estadio pastoral, (e)
el estadio agrícola, (d) el estadio agrícola e industrial, y por último , (e) el estadio agrícola, industrial y comercial." Aunque: algunos crítícos de List han argüido a esta clasificación, especialmente
en lo que se refiere a los tres primeros estadios, él mismo no sentía
relativamente gran interés por ello, y la mayor parte de su estudio
se centra en la transición del estadio (e) a los estadios (d) y (e).
Un examen crítico de la clasificación de List puede dar origen, en
principio, a tres preguntas. Primera, ¿son sus distinciones la base
de una teoría de! crecimiento económico? Segundo: ¿en qué medida sus estadios describen con realismo las condiciones económicas reales dominantes en sociedades diferentes en planos diferentes de progreso económico? Tercero: ¿qué concepto sustentaba
List sobre el proceso de crecimiento económico, especialmente las
condiciones de transición de un estadio a otro? No nos ocuparemos ahora de las do s primeras preguntas, porque plantean problemas comunes a todas las teorías sobre estadios económicos
Pero puede ser útil repasar con cierto cuidado la explicación de
List de los procedimientos de crecim ien to dentro de un estadio
y la transición de un estadio a otro.
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El estudio teórico de List del crecimiento económico -incluso en forma ligeramente explícita- se refiere únicamente a una
parte limitada de su clasificación. No dice nada del progreso desde
el e stadio salvaje al pastoral ni desde éste al agrícola. Además.
hay poca diferencia entre los dos últimos estadios: el agrícola e
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en las que puede darse un Estado agrícola maduro, en el que p\ln ll'
progresar, y en el modo en que un estado agrícola se transforme
en uno de nivel superior mediante la introducción de industrias.
Quizá resulte más sencillo presentar el desnudo esqueleto de la
teoría de List con un cierto número de afirmaciones más bien
abruptas y directas, tales como las siguientes:
(1) Si bien se supone que todos los países han pasado por
los estadios primitivos de desarrollo solamente los países de la
zona templada son aptos para la industria. "Un país de la zona
tórrida cometería un error fatal si intentara convertirse en país
industrial. Al no haber recibido ninguna invitación de la naturaleza
a esa vocación, progresará mucho más de prisa en riqueza y en
civilización si sigue intercambiando su producción agrícola por
productos manufacturados de la zona templada","
(2) Los países que "por naturaleza" est án destinados a ser
agrícolas, o los que todavía no están preparados para la industrialización con un estado suficientemente desarrollado de la agricultura, progresarán de modo óptimo si mantienen relaciones de libre
cambio con países industriales. "Cuanto menos haya progresado
la agricultura tanto más tendrá que hacer el comercio exterior en
el intercambio de productos agrícolas y materias primas del país
por artículos manufacturados en el extranjero; cuanto más hundido en la barbarie esté un país tanto más requerirá un régimen
monárquico absoluto, tanto más el libre cambio, esto es, la exportación de productos agrícolas y la importación de productos manufacturados, concurrirá a su prosperidad y civilización"."
(3) Una vez que un país de la zona templada ha alcanzado un
nivel más bien elevado de desarrollo agrícola, y si posee una población relativamente densa y además recursos variados, solamente podrá seguir progresando si introduce industrias. Esto puede
ocurrir de dos modos: (a) puede realizarse u bien "bajo la ley del
libre cambio, cuando las diversas naciones comprometidas en ese
momento en la industria manufacturera estén en el mismo grado
de progreso y de civilización', o bien (b ), si algunos han superado
a los demás en industria, comercio o navegación, esto solamente
podrá alcanzarse introduciendo el proteccionismo industrial."
(4) Una vez que un país ha establecido industrias manufactureras puede prescindir gradualmente de protegerlas según vayan volviéndose más fuertes, pero en ningún caso debe introducir un proteccionismo agrícola. Para que la agricultura florezca en
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la Industria urbana y la agricultura rural. Adem ás, el incrc -
mento de productividad de Ia agricultura en un país industrializado viene asegurado por la extensión a la agricultura de prácticas
industriales. "En ningún país son las máquinas e instrumentos
agrícolas más perfectos, y en ningún país está la agricultura en
estado más adelantado, que allí donde florece la industria manufacturera. Por influencia de ésta, la propia agricultura se convierte en una manufactura, en una ciencia"."
De esto se desprende que, fundamentalmente, List reconoce
solamente un elemento dinámico en el proceso de crecimiento económico: la introducción de la industria manufacturera. La agricultura est á destinada o a permanecer estancada o a aumentar de
productividad, bien por el estímulo ejercido sobre ella por la demanda de la exportación o bien por su interacción con el crecimiento industrial, en cuyo caso se ejerce una doble influencia
sobre la agricultura, Su incremento de productividad es estimulada, por un lado, por la demanda creciente de su producción
por parte de la población no agrícola (esto, es la industrial) y, POIotro, por la transferencia de métodos de producción más racionales y eficaces a través de la aplicación de procedimientos técnicos, elaborados en la industria. Habría que hacer notar, además,
que el impacto de la industria no se limita al campo puramente
económico, esto es, a través de su influencia en la demanda de
productos agrícolas y de la comunicación :J la agricultura de nuevos métodos productivos, Su influencia se ejerce también en el
campo de la estructura social y de la cultura. List insiste repetidas veces en la asociación entre agricultura y despotismo por un
lado, e industria y libertad política y personal, por otro. Esta dimensión no económica del crecimiento de la industria es un ingrediente necesario de la teoría de List porque explica la razón de
que la industria proporcione un ímpetu al crecimiento. En este
punto, LisL discrepa de otros protagonistas del proteccionismo industrial, que consideran a la industria como superior a la agricultura simplemente ·en "poder productivo"." Pero lo que List tiene
presente no es una comparación entre una industria y una rama
de la producción agrícola, o entre la industria en general y la agricultura en general, sino la comparación entre una sociedad basada
fundamentalmente en la agricultura, y poblada por una población
indolente y tradicionalista con horizontes estrechos y sin espíritu
de innovación, y una sociedad basada en la manufactura y en la
industria y en las ramas asociadas de producción requeridas por
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el futuro. Dicho en otras palabras, 13 base de la supcrior h Id \ 1,
producción industrial sobre la agricultura no estriba SOI¡III1I.' 1I h '
en su superioridad económica, esto es, en su productividad ma : U I •
sino en los rasgos sociales y culturales que diferencian a los P¡ll '
ses industriales y agrícolas.
Aparte de que la teoría de los estadios de LiSL, y especialmente
su interpretación de la superioridad de un Estado industrial sobre
otro agrícola ofrece semejanzas superficiales con teorías proteccionistas ulteriores, existe una clara similitud entre los tres estadios de List y el concepto de producción primaria, secundaria y
terciaria elaborada en la década de 1930 por A. G. B. Fisher, y difundida más tarde por Colin Clark." Según la formulación de esta
teoría por Colin Clark, se advierte una relación entre el progreso
económico, esto es , el crecimiento de la renta real media (o uno
de sus derivados) y el incremento progresivo de la proporción .
primero, de personas ocupadas en la industria y en la minería
(esto es, la producción secundaria) ')', m ás tarde, en los servicios
esto es, producción terciaria ),20
Ahora bien, de los títulos que List pu so a sus tres últimos
estadios se desprende claramente que, si se transforma el estadio
agrícola en estadio agrícola-industrial, el "centro de gravedad"
relativo de la economía se desplaza a la industria secundaria; y
si el estadio industrial agrícola se transforma en estadio agrícolaindustrial-comercial, ello implica un crecimiento de los servicios
o producción terciaria. Esto resulta todavía mucho más claro si
analizamos más cuidadosamente la descripción del "comercio"
de List, En esta categoría no solamente incluye el comercio al por
mayor y al detall sino también la navegación y el transporte terrestre, e indudablemente él habría incluido otros servicios como
la publicidad y otras formas de organización de ventas, la operación de medios de comunicación, diversas formas bancarias y de
seguros, y análogas clases de actividad económica, si hubicrnn
estado en su tiempo lo bastante desarrollados como para exi .j l '
un estudio explícito. Por otra parte, no habría que olvidar que, ' 11
tiempos de List, el concepto de comercio o negocio ten ía un signi icado mucho más . amplio que hoy día. Todavía unos poco s 110~
antes de la época en que escribió List, a los indus nialcs y munufuctureros se les designaba corrientemente de mercaderes, y exist ía
aún muy poca separación entre las entidades comc rciulcs. en sen ti do estricto, y las actividades bancarias v Iinnncicrus, especialmente en muchas de las zonas más al¡'asadas ell' Europa central.
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Fi sh cr y Clark se destaca aún más si comparamos su extensión
a.. campo de l~s aspectos no económicos, que implica la transl
cion de l~. agricultura a la industria. Se puede hacer la mejor
comparaclOll de este aspecto de los dos conjuntos de teorías
s~ .consi?era~os la primera formulación de la teoría de la produccron pnmana, secundaria y terciaria que publicó en 1933 ABan
21
G. ~. Fisher. Fishcr empieza su ensayo proponiéndose presentar
un breve esbozo no demasiado imaginario de la historia económica mundial". Muestra a continuación que "en el primer estadio
del desarrollo, el esfuerzo se concentraba principalmente en la
producción primaria, en las ocupaciones agrícolas v pastorales".
A ese siguió un segundo estadio en el cual "empezar~n a predominar la producción secundaria o industrial .Y las actividades asociadas con ella". Por último viene un estadio terciario en el cual
asign.an recurs~s crecientes a proveer" facilidades para viajes,
dístraccíoncs de diversas clases, servicios personales e intangibles,
flores, música, arte, literatura, ciencia, filosofía v demás" 22 1 ()
significativo es que Fisher al igual que List atribuye la sUP~rio;i­
dad del estadio industrial y del industrial-comercial sobre el estadio puramente agrícola al desarrollo de la ciencia y de los conocimientos. ~firma que la transición de la agricultura ~ la producción
secundaria tuvo lugar principalmente debido a la ampliación de
los conocimientos; y la lista de actividades caractcrísticas de la
produ~ción tc:ciaria que se cita es la prueba de que él, al igual
que List, sostiene que el progreso económico no está asociado
si.~plemente .con un bienestar material creciente sino que también proporCIOna un ímpetu a la ciencia, el arte y a las diversas
formas de búsqueda del conocimiento.
s:
Pero precisamente este aspecto de la teoría de List, que deriva su inspiración de las nociones generales sobre el progreso de la
mente humana, es el que fue tan popular en los siglos XVIII y XIX.
Por supuesto, es un hecho incontrovertible que en los últimos siglos ha h~bido ~n nuevo aumento de conocimientos científicos y,
en los paises mas adelantados, margen para cultivar el arte, las
aficiones y otras actividades espontáneas. Pero un simple paralelo
entre el crecimiento de la ciencia y el progreso económico resulta
una muy pobre y estéril teoría de las implicaciones no económi~as o meta-e~onómicas del p.r?greso económico. List introdujo un
Importante vínculo de conexi ón que puede considerarse adecuadamente como un aspecto de la estructura social más amplia, esto
es , la distinción entre el despotismo de los estados agrícolas y la
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libertad de. los estados industriales y comerciales. E sl l ' , I I1
misma, una interpretación insuficiente y probablemer Il' in cc 11 tf
tao El enfoque es correcto, por cuanto List reconoció <JIll' la s u:
tanciación de una clasificación de estadios progresivos de los si stemas económicos por su principal organización productiva (u
ocupacional) depende también de la posibilidad de relacionar esa
organización con la estructura política y social global de una sociedad. Si bien basándose en un análisis histórico m ás bien superficial resulta fácil demostrar que el conocimiento científico y técnico ha crecido de un modo comensurable con los incrementos
de la productividad económica; más difícil es demostrar aquellas
características generalizadas de la estructura social que harán
posible, y quizá incluso reforzarán mutuamente, un. ~ovimie:1to
hacia adelante simultáneo, en esos campos de la accion humana.
List no resolvió este último problema, pero incluso la literatura
contemporánea sobre crecimiento económico o in?ustr~ali~~ciú~l
no ha producido una visión de este proceso a un nivel significutivamente más prof U!1Clo ." 1
JI
A la vista de la semejanza externa entre la teoría de Lis! de
los estadios económicos V la de Fisher y Clark, no es sorprendente
que se haya criticado a ~mbas de un modo similar. Los argumentos, suscitados contra cada una de las dos teorías, discutían en parte su validez analítica y en parte su aplicabilidad empírica. Además de esto los críticos de Colín Clark pusieron en tela de juicio
las pruebas' estadísticas aportadas por él. Como List no ~u~lic6
estadísticas y no basó su argumentación en pruebas estadíst icas.
no se pudo emplear contra él esa objeción."
Si bien, además de Hildebrand, otros partidarios posterior l · ...
de las teorías de los estadios económicos -entre ellos Büchcr ~.
Sombart- han criticado la teoría de List, solamente 1<, crttica dl
Hildebrand es lo suficientemente extensa y detallada corno P; Il ;1
merecer amplia consideración. Sombart reduce su cr íri .:\ ¡~ la . hservación de que "la teoría emplea características de cl:1,;if lel 1~ 1l 1
demasiado superficiales", y Bücher critica tanto a la tc o r tn de Li I
como a la de Hildebrand, al afirmar que ellos suponen <)11 • "Cl/JI la
única excepción del estado primitivo, ha cx ist ido siemp re ma
economía nacional basada en el intercambio dl' bienes". En otras
palabras, Sombart acusa a List de poca prorlll~diJad, y ~ii~her
le acusa de no haber sabido reconocer que la unidad ele actividad
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re ales bajos, sencillamente porque las condiciones iécnicux lu l .1
les de producción y de distribución en esas eco nom ías requieren
concentrarse grandemente en el comercio y en otras formas d('
producción terciaria."
En relación con la aplicabilidad empírica de la teoría de List,
por un lado, y la teor ía Fisher-Clark, por otro, las críticas son
también paralelas. Bauer y Yarney citan cierto número de ejemplos de Africa occidental- que prueban que en esas sociedades
están muy difundidas las ocupaciones terciarias, especialmente el
com er cio, y que esa gran extensión de las actividades comerciales
es desenlace necesario de las condiciones económicas, esto es, los
precios relativos y los recursos di sponibles. Esta observación ha
s ido después m ás elaborada por Rottenberg, que proporciona una
base eco nóm ica apremiante a esa proliferación de pequeños servicios. No solamente aduce pruebas de la gran cantidad de diversa s formas de servicios, especialmente el comercio al menudeo en
algunas islas del Caribe, s ino que demuestra también que esto se
debe a la orientación general del valor predominante en muchas
partes del mundu, que hace que un trabajador venda sus servicios
por cuenta propia a un precio cercano a cero, e incluso igual a
cero, mientras que impide que cualquier otra persona le contrate
por ese salario, Ahora bien, en una sociedad con una productividad muy baja de la mano de obra, es posible que no se ofrezca
un empleo porque la productividad del trabajador no llegue al
salario mínimo mantenido socialmente (o legalmente). Pero en
esta situación, es posible que una persona venda su propio trabajo ofreciendo diversos servicios a un precio que producirá unos
ingresos menores que el salado mínimo aceptable, Este -arguye
Rottenberg- es el fundamento racional económico del gran número de personas ocupadas en industrias de servicio en muchos países infradesarrollados."
Análogamente, Hildebrand reprueba a List porque -:;11' IIlJ
miró con suficiente detenimiento el mundo empírico a l 11tH' '".
suponía que se aplicaba su sistema de los estadios, I\q uy«, plll
ejemplo, que, en el mejor d e los casos, la sucesión de 111', • 1. 11 lio 'i
de List se ajusta a la historia económ ica de In ·la ll' l'I'" V 11 arlc
que "si List hubiera he cho una simple comparacl('.lII " UII In Id·.llIria
de la Holanda actual, se habría convencido de 1111 ' ' 11 I 'o . 1 110 era
sostenible" ,29 Afirmaba que los halan e! 'S ' S 111 '\' Jll Illll -h I Ill:is importantes como comerciantes que co mo m :lIlIII;lI'I11 1 ·r}, . y que
E )/H t\.';
la agricuitura en la épUC~1 de la grandeza de Holanda. Solamente se dedicó Holanda a fomentar la
industria y la agricultura al decaer la superioridad holandesa en
el comercio. Hildcbrand llega así él la conclusión de que, sobre
bases analíticas así como empírico-históricas, resulta inadecuada
una teoría de los estadios económicos que emplee como principio
de clasificación las esferas de producción o las ocupaciones, y que
hay que sustituirla por otra que utilice las formas de distribución
como criterios de clasificación. Johann Plenge ha caracterizado
este desplazamiento del hincapié, calificándolo de sustitución de
una "Berujsstuienthenris" (teoría de los estadios ocupacionales)
por una "0rganisatiorzsmitteltheorie" (teoría de los medios de
organización ).30
el comercio eclipso incluso
<l
Lo que buscaba Hildebrand era encontrar algún aspecto de
actividad económica que fuera invariante respecto a las condiciones ambientales de una sociedad." Descubrió que la producción ,
y por tanto la preocupación en una sociedad, dependía de los
recursos dc que disponía; descubrió que, análogamente, las dife rencias en el consumo dependían de aquellos bienes que emergían
del proceso de producción. Siguiendo la vieja división del análisis
económico en producción, consumo y distribución no quedaba más
que ese último campo de actividad, y Hildebrand adscribió a él
su teoría de los estadios porque, como dice hablando del sistema
de distribución, "el material que es distribuido por él es irrelevante. Lo que el hombre consigue con él no está vinculado a un
objeto determinado por la naturaleza. De ahí que el proceso de
distribución sea independiente del clima y de la tierra, y no esté
influido por las condiciones locales de la naturaleza. Es e] proceso
m{IS universal y m ás generalmente humano. Por esta razón la distribución de bienes es la esfera en la que encontramos las mi smas
formas comunes de desarrollo entre todos los pueblos y que observamos que se siguen las unas a las otras en el mismo orden"."
Aunque Hildebrand afirma que su teoría presenta estadios
sucesivos, sus tres tipos de economía --economía natural o de
trueque ("Naturahvirtschaft"), economía dineraria y economía
crediticia- deben ser considerados simplemente como formas
comparativas de organización económica, m ás que como fases reales en el desarrollo. Porque Hildebrand no nos indica cómo y POlqué un estadio surge del anterior, y algunos de sus críticos le
han acusado de que, en lugar de explicar rasgos básicos realmente
distintivos de cada estadio, haberse limitado simplemente a prestal' atención a "síntomas" o "a spectos" especiales. " Por un lad o
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-señala Gustnv Cohn- la dilcrcnci u l.'1I1 re L:C LJ II O l ll h d lu · I .t l ,
economía crediticia es sólo superficial, porque \.:1 dinero j uc . I 111
papel análogo en amb~s; la única diferencia consiste <'~II I,a l. ~ I 1. \
física que reviste el dmero. Por otra parte, ,no puede fOlIUU] I r ,
netamente la distinción entre una econorma de trueque Y, 1111.1
economía dineraria, porque, empíricamente, existen dem~~,;]ado~
casos en los que parte de los intercambios se hacen en dlDe1'~ y
parte consiste en trueque directo. Además, i~cluso en economías
en las que las transacciones de trueque constl~uyen la regla ?eneral muchas valoraciones, p.e., las multas o los Impuestos se CIfran
en 'dinero, y el dinero o las monedas circulan como ?bjetos, en
parte con funciones de mercancías, y en parte en funciones puramente monetarias."
Aunque se dé por sentada la razón de estos argumentos, la
distinción entre economías en las que las transacciones se hacen
exclusiva o predominantemente por medio del trueque, aquéllas
en las que se hace principalmente con d~nero al c?ntado y ~qllé­
llas otras en las que se emplea una cantidad creciente de dmero
crediticio, tiene el mérito de destacar las rigideces decrecientes
en el intercambio y la gradual supresión de limitaciones a una
asignación más eficaz de los recurs~s,. po~~ue es e~d~l:te que
la posibilidad de conseguir la especializaci ón y la, dIVISIón del
trabajo se ve seriamente limitada en una ec~nomI~ en la c~al
el trueque es el único, o el predominante medio de mter~amblO,
y que, comparada con la amplia disponibilidad de crédito y la
extensión de un mercado para valores de todas clases, una economía que exige que todos los pagos se hagan en dinero al ~on­
tado, tiene grandes limitaciones. Además, como ya se ha VIsto,
el hecho de que predomine el trueque, el dinero al contado o el
crédito, como medio de intercambio tiende a producir diferentes
pautas institucionales que, a su vez, influyen en la for~~ de
organización económica y en el desarrol.lo ~e l~ productividad,
Las economías de trueque se apoyan en ínstítucíones para la redistribución de la reciprocidad, y solamente las economías al
contado crean mercados genuinos como norma para las transacciones distributivas. El predominio del crédito requiere también
el desarrollo de nuevas instituciones como, por ejemplo, formas
societarias de empresa, bancos comerciales y de inversión y una
deuda gubernamental que se finanza por medio de ~ítu~os
venta libre. Algunas formas primitivas de todas estas mstitucto nes fu eron elaboradas tace nuis de 200 ¡¡ÜOS, pero solamente e 1
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·1 cur so de lus dos últimos siglos se han generalizado ampli am cn te y se las ha dotado de un impacto de largo alcance,"
Johann Plenge y, siguiéndole a él, Alfons Dopsch, han prestado
una atención renovada a los conceptos de Hildebrand y a su
utilidad." Sin embargo, los dos vieron una conexión entre la clasificación de estadios de Hildebrand y otras desarrolladas más
tarde por Karl Bücher y Gustav SchmoIler. Por ello pospondremos el estudio de la reaparición de los debates sobre la economía de trueque y la dineraria en la literatura económica alemana
hasta que nos hayamos familiarizado más con la doctrina de
Bücher, doctrina que causó más conmoción y más debates que
todas las anteriores clasificaciones sobre estadios económicos
juntas.
JII
La teoría de estadios económicos más popular y probablemente la más estudiada, es la que elaboró Karl Bücher. Aunque
hizo referencia a ella en escritos precedentes, la publicó por primera vez de un modo totalmente desarrollado en su ensayo
"Die Entstehung del' Volkswirtschaft", que forma el capítulo
principal de su colección de ensayos en el volumen que lleva ese
título. La primera edición apareció en 1893; la segunda, en cierto
modo revisada y ampliada, en 1897; la tercera edición, con un
breve apéndice con respuestas a los argumentos de algunos críticos, fue publicada en 1900. En total, hacia mediados de la
segunda década de este siglo habían aparecido 16 ediciones del
libro. A partir de entonces su popularidad ha decaído en alguna
medida, pero su impacto, especialmente después de la primera
guerra mundial, tanto en Alemania como fuera de ella, no solamente está acreditada por sus numerosas ediciones alemanas
sino por el hecho de que fuera traducida al inglés, al francés, al
húngaro, y a otras lenguas." Según iban apareciendo nuevas
ediciones, Bücher añadía más ensayos, de modo que el libro que
e mp ezó con 6 capítulos acabó con 20. Pero la aportación capital
de Bücher a la teoría de los estadios económicos está contenida
en una conferencia que pronunció en 1890 y que se incluyó en la
primera edición del libro. Se añadieron, en posteriores ediciones,
estudios en apoyo de su teoría, especialmente en relación con
condiciones económicas de los pueblos primitivos, pero la traducción inglesa, que se tomó de la tercera edición alemana, coniene las ideas de Bücher en su forma definitiva . Más adelante,
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biantes opiniones de Bücher, en particular en rcl acion e 11 h
aplicabilidad empírica de su teor ía."
En la forma definitiva de su clasificación, B ücher propone
3 estadios: (a) el estadio de la economía doméstica o familiar .
independiente; (b) el estadio de la economía urbana; y (e) el
estadio de la economía nacional." En cada una de sus clases,
añade dos características explicativas más, que constituyen el
criterio según el cual se ha realizado su clasificación. En un plano ideal la economía doméstica se caracteriza por la inexistencia
de intercambios, y por tanto, por una producción exclusivamente
para la unidad familiar. Los bienes se consumen en el lugar en
que se producen. Bücher no estipulaba un estadio del cual estuviera ausente la división del trabajo. Lo que faltaba era un sistema institucionalizado de intercambio de mercado. Pero esto
no quiere decir que en el estadio de economía doméstica no existieran ciertos indicios de una extensión del sistema comercial.
Bücher señala específicamente la existencia de indicios de comercio, como son: los pesos y las medidas; el transporte de
personas, noticias y bienes; las posadas, y la transferencia de bienes y servicios. "Sin embargo, en todo ello falta el rasgo característico del intercambio económico, a saber, la conexión directa
de cada servicio por separado con su servicio recíproco, y la libertad de acción por parte de las unidades individuales que
comercian entre sí." 40
El estadio siguiente, la economía urbana, se caracteriza por
el intercambio; pero éste se limita a los bienes que pasan directamente del productor al consumidor, esto es, en un plano ideal.
toda producción L'S producción de consumo. La transición a este
estadio surge de la d isoluci ón gradual de la propia economía
doméstica. En alguna de sus manifestaciones, y "en la superficie", ya han aparecido dementas del estadio de economía urbana bajo el general predominio del sistema de economía doméstica. Hay dos tipos de transacción en los que B üchcr insiste
particularmente. Uno es la distribución de mercancías de alto
valor como tejidos de lujo, joyas, especias, y otro el de las mercancías que sólo se producen en un pequeño número de lugares,
bien por las condiciones nat urales limitadas en las que aparecen
o bien por la es a ' '1. d ' 1;1 ' a pacidadcs t écnicas que implica su
producción. En la icd i In ' 11 la <¡U ' 'sas mercancías son distribuidas, provocan cie rt a Inrma de co m ercio organi zado para su
circulación. B ücher arguye q ue. ;1I11 1'l l l l ' t' 1) f hiel os se desplazan
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lu a res muy ale jados del suyo de origen, a rncnudu llegan
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.t -stin , o en el curso de un comercio organizado, sino más bien
en forma de donativos, botín o tributos, No obstante, una parte
esos objetos es comerciada por mercaderes que tienden gradualmente a especializarse cada vez más en ese tipo de servicios.
Biicher ilustra esta transición, citando varios ejemplos como el
del propietario de esclavos que presta a un vecino un esclavo
especialmente cualificado durante algún tiempo a cambio de una
cantidad de vino o de madera. Da otro ejemplo, el de un siervo
artesano al que se le concede el privilegio de vender, por propia
cuenta, objetos que ha producido durante el tiempo en el que
no estaba obligado a trabajar para su señor. Sin embargo, los
intercambios eran escasos; los procesos de intercambio eran
complicados y engorrosos; y los comerciantes especializados constituían una proporción casi despreciable del conjunto de la p oblación,"
Esta transición puede durar largo tiempo, y de hecho, Bücher caracteriza a los últimos siglos del imperio romano y a
varios siglos de la Edad Media como un estadio de economía
doméstica en el que estaban presentes esos síntomas de transición.
¿Es el desarrolo de una economía urbana simplemente una
acumulación gradual de la frecuencia de transacciones de intercambio, o interviene alguna otra fuerza para crear un cambio
en cierto modo más discontinuo? Parece que Bücher vio esa
fuerza externa en la constitución política de la ciudad medieval.
Si bien sería difícil demostrarlo detalladamente, yo creo que su
concepción del carácter social de la ciudad europea medieval es
similar al elaborado más extensamente por Max Weber," Weber
subrayó el hecho de que la característica peculiar de la ciudad
europea de la Edad media era su condición de entidad corporativa
de defensa, que requería la cooperación económica de todos sus
habitantes, y que con ello los separaba del pueblo común del campo abierto. Bücher también subraya ese hecho. Pero Weber insiste en otro punto, que probablemente Bücher hubiera aceptado,
aunque no lo menciona explícitamente. Me refiero a la manera d "
conseguir la condición de miembro de la comunidad urbana. Esta
parece ser una característica que distingue a la ciudad europea
de las ciudades, tanto de la antigüedad como de las civilizaciones
no occidentales. Según la concepción de Weber, los miembros de
la comunidad europea me d ieval no solamente formulaban una
co u idad defensiva --tales comunidades han existido en ciudad
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des a n t i zuns V en todas las partes del mundo-e- sino IIn:1 \ 0 11 11 11
da I basada en un vinculo religioso. Mientras que en las el 111 .
partes del mundo los diferentes subgrupos que vivían juntos 'ti
un medio urbano permanecían ceremonialmente ajenos los u no s
a los otros, Y no eran por ello capaces de formar comunidades
ritu alis tas basadas en pactos jurados, el carácter ecuménico de
la religión cristiana, que admitía a cualquiera como miembro
si se adhería a los sacramentos, hizo que fuera posible la formulación en la Europa medieval de una comunidad que se basaba
en un vínculo sagrado de hermandad que abarcaba a todos los
miem br os de una misma fe. Así todos los cristianos -y es bien
sab ido que los judíos permanecieron constantemente extraños en
la ciudad mcdicval- eran admitidos a la comunión, y podían participar como miembros iguales en la coniuratio en la que se basaba, en último término. la constitución urbana de la ciudad europea occidental,"
El desarrollo del estadio de economía rural se basa, pues,
en el desarrollo de un fenómeno institucional muy especial, esto es,
el desarrollo de la ciudad europea occidental medieval. Por un
lado, esto supone una limitación de la teoría de los estadios de
Bücher al reducirla a un intento de interpretar el crecimiento
econ6mico de la Europa occidental y central, pero, por otra parte,
confiere también cierta fuerza a la teoría al delimitar un marco
institucional concreto v bien estudiado dentro del cual puede
comprobarse el contenido empírico de la teoría. El estadio de la
econom ía urbana en particular ha sido estudiado y reestudiado tan
extensamente que no es necesario analizarlo detalladamente. Po dría decirse, sin cxag ira c io n, que si el sistema de los estadios de
Bücher recibió una a c p tuc i ón tan difundida especialmente en Europa, fue debido a s u eles .r ipci ón de la cualidad esencial de la
economía urbana mcd i va l.
Sin embargo, lo q ue o l'rccc un interés máximo para nosotros
no es ni la dcscripci óu 1 '1 aliada de la economía urbana ni la transición de la economia d01l1 ' ~,I i 'a a la cconornfu urbana, sino m ás
bien el proceso de e re .iiui .n t o cc o n .uu ico c o ns titu ido por la tr a nsición de la CCOIHlIll (a u r ba na ;1 ];¡ l'l' I JlIlÍ:l ua clnnal. Bücher
caracteriza a la CC0 l10 1ll 1 I JI " - iO I I: " l 'OIIlI) .tq u 'l la en la c unl los
bienes son producid )s al p r Il I:l YIlI ' pa ra 1111 111 ' 1" " 1<10 , ((11' cons t ituye la Institución ca ra c t I'b t I . , .1 Ir W s 1 h ua l circulan estos
bienes. El productor y el co n 111111110 1 1I0 11 Ir )i ': IJI mtc lIlJOS deseonacidos el uno para ,1 otro, uurtu nhue rn c I s bi e ne s pasan por
muchas manos antes de 11 c ,¡ : 1 Sil el ",1 ill' últ imo . Dicho en otras
J J JI I ,h /11 J
'ru , . ,ji 11 i
I IJ J ( 'otV() lJ(
CJ
" . l. l» <1> el c s l aclio de ccononua nacional corresponde, el: gene1:,.1, . .d si stema económico característico de las naciones más industri nlízadas de los dos o dos y medio sialos últimos. 'Cómo sezún
.~i.ich~r, se convirtió la economía urb:na en econo~ía na~io;al?
I arnbi én aquí la principal influencia sobre esa transición es exterior al sistema económico en cualquier sentido estricto. Bücher
~:xplica esta tra.nsición en su aspecto más crucial cuando dice que
el desarrollo final de la economía nacional es en esencia, un fruto
de la Edad Media, con la aparición de organizaciones estatales
territoriales, y encuentra ahora su plenitud con la creación del
Estado nacional unificado. La unificación económica de fuerzas
va al mism.o paso qu~ la sumisión de los intereses políticos privados a los fines superiores de la nación considerada como un conjunto"."
Al igual que un factor político, esto es, la constitución de la
ciu~ad com.o forma particular de asociación socio-política, pre-
paro el cammo para un ulterior crecimiento económico en la transición d~ !~ economía doméstica a la economía urbana, igualmente
la tr~nSIClOl1 de ~a e~onomía urbana a la economía nacional puede
exphc~~sc como instigada por una. reorganización política, la desintegración del p~rtIculansmo medieval en el campo socio- político,
y, a conse~u.encIa de ello, en el económico y su sustitución por el
Est~do unificado moderno. Por consiguiente, en tanto que explicacíón de procesos económicos de crecimiento, la teoría de Bücher. debe ser <:,onsiderada como una regresión, comparada con la
de LI~t ..Es posible que empíricamente resulte más adecuada para
describir diversas formas concretas de organización económica
que las de List o Hildebrand, pero, si bien su realismo puede suponer una ventaja para el estudio de la historia económica o de
la antropología económica, carece casi de valor como teoría de los
pr?cesos económicos. Esto plantea dos importantes preguntas ,
Pnmera; ¿por qué fue tan popular la teoría de Bücher? Segund,a: ¿cual es exactamente la naturaleza de su importancia emp írrca para la historia económica?
No podemos contestar a la primera pregunta arguyendo simplemente que el estado, generalmente insatisfactorio de la teoría
e~onómica de Ale~ania en la época en que escribía BUcher justifIca. la gran acogida que recibió su teoría, ni tampoco podemos
decir que, como él estaba muy vinculado a los dirigentes de la
llamada "nueva escuela histórica", su obra estaba destinada a ser
muy ~ie? acogida. ~ücher era un estudioso de gran integridad y
conocimientos. Su libro sobre el Francforr medieval es uno de Jos
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mejores estudios soc io-ccouomico que :-oc ha {'!>{ rilo 11 111
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brc una ciudad medieval." Análogamente, varios 1.'II s a n . ' u yo
sobre temas especiales de historia económica y de org.u ¡ I ' I, I 11 1
económica son obras maestras de análisis conciso, claro e ill" .ni
so. y sin embargo, su aportación más importante a la tcur ía del
desarrollo económico, campo de investigación que él valoraba J11l1
encima de todo y en el cual hizo su principal aportación, es cscncialmente estéril en percepciones analíticas ." En cualquier caso,
cuando la Entstehung der Volkswirtschait de Bücher apareció por
primera vez, él era ya un estudioso muy conocido y respetado, y su
obra había de leerse con interés y atención. Me atrevo a decir que
su éxito se debió a dos hechos: por un lado, resumió hábilmente
ciertas ideas muy difundidas en su tiempo, p.e., la descripción de
la economía rural medieval. Por otra parte, causó una conmoción
al buscar el rastro del desarrollo de los sistemas económicos mo dernos hasta llegar a sus antecedentes más primitivos. Ambos
problemas eran muy importantes para la segunda pregunta que he
formulado antes, esto es, la cuestión de la importancia empírica
de la obra de Bücher para una mejor comprensión de la historia
económica.
Analicemos primero el contexto de economía urbana," El propio Bücher reconoce que ese concepto y la descripción de la economía urbana como forma especial de organización económica
no son originales. Nos dice que derivó su concepto de un ensayo
de G. Schünbcrg y m ás tarde Below demostró que substancialmente las mismas ideas habían sido publicadas incluso anterionnente por Híldebrand y por otros autores," De hecho, el concepto general de econom ía urbana y el análisis de sus principales
formas econórnicus se había convertido en un tema de común
aceptación en la economía alemana de aquella época y la aportación especial de Büchcr consistió en dar expresión concisa y clara
a este cuerpo de ideas.
Tampoco surgiú con B ücher el concepto de economía doméstica cerrada. Como 101 mismo afirma, extrajo esta idea de la obra
de Rodbertus que, sin embargo, había empleado un término diferente "oikos" economía." Pero lo que Bücher omitió decir es que
Rodbertus no solumcntc había descrito externamente los oikos
economía y la huhíu considerado como la forma dominante de
organización cconóruica de la antigüedad, sino que con ello había
realizado también una contribución importante para salvar el
abismo entre la teoría de estadios económicos de Hildebrand y la
del propio Bücher. De hecho, en ciertos aspectos el análisis econó -
' ~j'
" / ( I {(/
/1 0 /'1 ,1
mi n ele
Rod h~' 1 t u s
con t icn c
~·()llc,.'pci()nes,
especialmente sobre
Ir nfllllJ';deZ.l y la fun ción del dinero, que se han perdido en la
nos te r ío r teoriza ci ón so bre estadios económicos.51 El puente que
R dbert us cons truye e n tre la teoría de los estadios propuesta por
Hildobrand y su propio concep to de oik,os economía descansa en
dos pilares: el uno es el p apel del medio de intercambio; el otro
e l· organización social global característica de cada estadio económico. Mientras qu e Hildcbrand había afirmado que en su sucesor. la economía el... trueque, la economía dineraria y la economía
cred iticia constituye estadios sucesivos en la historia de un puehlo, Rodbertus prefirió considerar esa sucesión como descripción
de todo el desarrollo económico del mundo occidental. Según esa
concepción, el primer estadio de una economía de trueque resulta
así coincidente con la economía doméstica u oikos; el segundo
estadio de economía dineraria coincide con la fas e medieval y
po stmedieval de crecimiento económico (esto es, con la economía
urbana y la economía n acional); y el tercer estadio de econom ía
crediticia es un sistema del futuro,
En apoyo de esta in te r p re tac ión , Rodbertus analiza primero
la función social del m edio de intercambio en lo s tres estadios
~(;onómicos.52 En la economía de trueque cualquier objeto que
sirve de medio gen eralizado de intercambio es una mercancía
que só lo se distingue de las demás por su aceptabilidad m ás gene
ral. El tipo característico de ese medio de intercambio en una
economía de trueque es el ga nado o unas barras de metal ---objetos que ti en en un valor de uso inmediato de uso para su poseedor.
Incluso en la an tigüedad cl ásica, cuando el dinero circulaba en
form a de oro y plata, su transfo rmación en obj los de uso era
obvia y de hecho se daba muy a m enudo, En una ec onom ía dincraria, el medio de int ercambio sigue teniendo val or intrínseco,
pero realiza primordialmente una función monetaria . En otras
palabras, a unq ue el dinero metálico puede circular en una economía de trueque, se le considera simplcmen te que esto es una forma
temporal as umida por una merca ncí a cuyo uso primario es el de
servir a otras necesidades que no son la s de faci litar las transacciones de intercambio. Por el con tra r io , en una ec on om ía dinerari o
la transformación del dinero met{IIico en platos u otros objetos y
su retirada de su funci ón primaria como m edio de intercambio es
una excep ción . El aspecto de mercancía del d in ero metálico h a
s ido tilla función primaria en el estadio de economía de trueque
y se ha convertido en una función subs idiar ia en el estadio de
.:conom ía dinerari a. E n el es ta d io de econo m ía cre d iticia el valor
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Dopsch, M. I. H,OSloV l zc H y R. " 011 Pohlrnann." La cuestión principul suscitada por estos críticos de la teoría de Bücher-Rodbcrtus
se basa en su concepto de la semejanza esencial entre la economía
del mundo antiguo y el actual. Quiza la afirmación más externa
de la "modernidad" del mundo antiguo se a la furmulada por Rostovtzeff cuando dijo que la economía del periodo helenístico y del
primer período romano imperial//era sólo cuantitativamente, pero
no cualitativamente, diferente de la econom ía moderna. Para mí,
esto es un hecho"." y sin embargo, yo creo que una sim ple reflexión bastaría para convencernos de que, debido a profundas diferencias en estructura social, realización económica y progreso
técnico entre las sociedades de la antigüedad y del Occidente moderno, hay que rechazar esa afirmación por extrema. Rostovtzeff
se pregunta si se ha dado o no alguna forma de progreso económic~ durante los 4,000 años de la historia antigua. Descubre que
se dio ese progreso y que, a lo largo del tiempo, se desarroIlaroll
instituciones y formas de organización que externamente se parecían a las de la Europa moderna. Hay que poner en duda este
último argumento. No puede negarse que haya habido progreso
en la antigüedad, por lo menos que haya habido un crecimiento en
el número absoluto de población, en riqueza absoluta y en conocimientos técnicos y económicos. Sin embargo, la cuestión es si la
presencia del progreso por sí misma lleva necesariamente a una
economía que, en sus rasgos estructurales básicos, sea idéntica o
incluso estrechamente similar a la moderna, El sentido claramente implicado en la argumentación que formularon hombres como
Dopsch, Meyer y Rostovtzeff afirma esta proposición. Pero yo
opmo que, en vista de las diferencias de realización económica y
debido a la elasticidad muy reducida de las sociedades antiguas
ante las crisis económicas y otros tipos de adversidad, no puede
sostenerse esa concepción. Es posible, por supuesto, que sea demasiado estricto de scribir la economía de la antigüedad como economía doméstica cerrada II oikos economía. No describe ciertamente
de un modo adecuado la variedad de instituciones económicas
que existieron en el segundo s iglo de nuestra era. Pero muy b ien
puede ser una descripción apropiada de un tipo ideal que, con
sólo modificaciones y divergencias relativamente ligeras, pueda
ser la forma característica de organización económica del mundo
antiguo."
Pero, mientras que la crítica de un grupo de es critores se reducía a la interpretación de la natu raleza griega y romana. otro
I/O NJ.,h "
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I n.'; ¡ "",\ ,'I / I I.
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b cona c o rn o tal. La argumentación de Dopsch es qm', d: ld( ~ <111
. . 'l' t e
eor,
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el dinero es un me di10 de
. e cambi10, cua Iquie
la ausencia del dinero implícitamente afirma tam~ién que ro d n
las unidades económicas de que se compone la s~cledad son nu t osuficientes y persiguen un a p olítica de aut~rqUl~: Por tanto, e
concepto de Naturalwirtschait de signa una sltuaCl?11 en la q~c .~o
tiene lugar ningún intercambio y en la que la unidad econ()m?~a
consume todo lo que produce. Dopsch afirma que esta concepc.lOn
está basada en situaciones puramente imaginari~~,. y ~~e "eXIste
intercambio incluso en " los niveles inferiores de civilización . Además, una vez que se superan esos niveles muy bajo~ de cultura
primitiva no encontramos sociedades d~ las qu~ este ausentt: e l
dinero u otra mercancía que sirva de dinero, 1lI tan~poco encontramos que ninguna economía esté com p ues ta de .entIdades .pl~~n¡)­
mente autosuficientes que vivan absolutamente sm comercio.
La crítica de Dopseh es , en parte, un combate entre 'hombres
de paja" de su propia fabricación y, en parte: :eve!a una falta ~e
disposición a considerar debidame?te las ..calificaciones present,:das por Bücher, El presenta la tcona de Bucher .d e un mod? extr~­
mo y absurdo. La obra de Dopsch revela, ade~nas, su pro~la deb ilidad como teórico, especialmente su incapacidad de extr aer, conclusiones teóricas de lo s datos que él. mismo aduce," Bastara con
un ejemplo. En un lugar de su obra, Dopsch muestra que, a lo
largo de la Edad Media, muchos magnates pagaban a sus emp~:a­
dos en gran parte no en dinero sino in natura: esto es, concedi éndoles casas y alimentos u otros bienes. No a_tnbuye es~o a la esc~:
sez de dinero sino al hecho de que esos senores poseIan grand,e ~
haciendas que tenían casas dentro de sus límites y que, adem ás.
producían los alimentos y otras cosas concedidas a esos e~ple;l­
dos en concepto de salario. De ahí deduce que,. en ~a condiciones
que prevalecían entonces, esa forma de p.~~o sm ~rnero l'l'~ l ~la(:
económica puesto qu e eliminaba el beneficio del intcrmcdia r io.
Dopsch no se da cuenta de que ese argumento refuta la parl~ ~l'l _
tral de su tesis principal. La razón de que eso fuera un a 101 n " l
mutuamente beneficiosa de remuneración \11 la alta .E J:~ d J\~C(h:1
' . d bía principalmente a la falta de mcrvauus (" (l I Il O iru.t u ucr o ncs
se el
, I.I
.
que servían como medio rnr~ el intcrc.unhio. \:. ( l'
I?':~'l I ~'_; .
me nte al predominio de un síst umu d e ,' COllOlIlI ;J d(JJm:~IIl:".
, _ . Su
confusión entre la economía do "sika .Y la l: c()lIontl;~ S\ll, .:Ille;cambio t Eigenwirtsclmlt} y su int crpr ' Ia - jc.'Jl I supcrximnlific: ~,;¡
dc la función social del din ero le hall dl',-;on"lIla<!o. No hav n1O-
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lt"lJNO ,lI((I
lO,tivo para que, e n un plano típico ideal, un sistema de
e ono ml~l doméstica n o pueda contener ciertas operaciones de in t rcambio O t,cnga un objeto que realice funciones monetarias.
ola,mente ~t~len caricaturiza un a teoría puede llegar a las conclusiones Criticas a la s que llegó Dopsch,"
.
IV
" Au~,que cst~s ataques se dirigieran principalmente contra la
fo rma cl~ ~ de B~cher de los estadios económicos, la mayor parte
de .la crrt íca, aSI como las alabanzas, se aplicaban también a la
de Scllmo~lel: de los estadios económicos . Porque las dos ser rc son muy Similares, y su característica diferenciadora no es
{, .l? de clase corno de hincapié. Me he referido ya a la controversia. ;l1trc los dos hombres por lo que se refiere a la cuestión
de quien de los dos puede reivindicar la prioridad con respecto a
I~ ,n omencla tu ra empleada en la sucesión de estadios. La presentacion d? Schmoller -que se publicó por primera vez en 1894
apa.reclO con tln~ forma más definitiva en su Grundiss der allg?lIl~men lf olkswirtschaitslehre-s- incluye los cinco estadios SÍ~U1 r.;ntes: economía de aldea, economía urbana, economía territorial , cco~omía nacional y economía mundial.? Teniendo en cuenta
la semejanza de las dos clasificaciones, sería ocioso adentrarnos
en un largo análisis crítico del punto de vista de SchmoIJer. Por
el I mento bastará con tres breves comentarios.
Primero, la clasificación de los estadios económicos presentada por Schmoller se deriva claramente de la historia económica
de. :Ucmania. ~ientra.s que los estadios de Bücher -como dijo él
mismo-e- podr~al1 aplicarse por lo menos a la Europa occidental y
c,en~ral. la validez de los estadios de SchmolIcr es todavía más
I1 ritada.
Segundo, su economía de aldea -como puede verse por los títulos que da Schmollcr a los otros estadios- corresponden m{IS
lCn?S a la economía doméstica cerrada de B ücher: en lo rest nte, mtercala la economía territorial entre la economía urbana
y la nac~onaI, y al Iinul añade el estadio de la economía mundial.
Aho~a bien, el. ~roblema que se discutía, y que podría discutirse,
e~ S1 la expreslO~ de Bücher -"cconomía doméstica"- es prcícn~le a la expreslón. de Schmoller -"cconomia de aldea"- y si
existe o no una cas illa separada para la economía territorial en
e! ma~'co de la clasificación. Si se consideran los estadios como
upos Ideales o construcciones lógicas, no importa la forma partís~ne
1 /0( 1/' / .' , /JI , 1.0 ' [ .
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cu la r . La cosa .m nhiu , :-il1 t'lllh;\ '~II. ".i ,"1' ~un"id rn n (/
corno dcscripcloncs r ca lis rus o incluso ~:sqllcmal iz'Ki()nl':. t i '
dados históricos reales del desarrollo ecunómico. Esta I i. 11 :
obscl'vación puede aplicarse a la cuestión de si es deseabl e 1 1 110
intercalar el estadio de la economía territorial. En mi Opilli(~ 1\
la discrepaci6n de Blicher con Schrnoller en estos punto pa rec e
indicar un enfoque científico diferente. Para Bücher, la importancia histórica estricta de las diferentes categorías era menor que
la de su contenido analítico explicativo, pero Schmoller realizaba
una valoración que era el reverso de esa.
Esta interpretación parece también estar conforme con la
tercera observación que cabe hacer a propósito del sistema de
Schmoller. Su enfoque metodológico general de la economía insistía en la exposición del desarrollo histórico de las institucion('~~
económicas, más que en el análisis deductivo de las relaciones
económicas y en el intento de relacionar los principios así obtenidos con la realidad empírica.63 Dada la preferencia de SchmolIer
por el enfoque histórico no resulta ~if~cil ver la raz?~ de que ~I
considerara sus estadios como dcscripcrone« esquematIcas de episodios en el desarrollo económico de una sociedad, más que como
categorías lógicas de formas de organización económica que pudieran someterse a un análisis comparativo.
El contraste entre las interpretaciones de Bi.ichcr y de Schrnoller de la validez de los estadios económicos consiste menos en la
estructura particular de la clasificación que en el uso que se asigna a esos estadios económicos. Mientras que Schmoller los vela
como secciones corticales a varios intervalos cruciales en la descripción de un proceso histórico, Bücher los veía como pautas de
formas características de organización económica, que, en su con junto, estaban relacionadas entre sí formando eslabones e~ ~na
cadena de desarrollo histórico. Para Schmoller, la deSCrIpCIón
de un proceso de desarrollo histórico destacaba en primer ~~r­
mino; para Bücher tenía importancia fundamental la comparaclOn
de las relaciones económicas a distintos niveles de la escala de
r
desarrollo
El empleo comparativo de los estadios económicos fue subrayado cada vez más por los autores posteriores. De hecho, en ~?S
intentos de Arthur Spicthoff de reinterpretar la fundamentaclOn
metodológica de las teorías de los estadios, lo que se destaca por
encima de todo es la utilidad que a efectos de comparación riencn
los estadios económicos -o'\:stilos ccou ómicos'l-r- como él pre fie
re llamarlos."
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En el r -.'a ,o de es te ensayo. pnJ curarc Lraz a¡ : bl'l:VClll t,;lll c e l
desnl:ro!!o ~c . los es ta d io s d\.' Bücher ti través de los "sistemas
cconuml:os de Sombar~, a los "dest inos económicos" de Spietboff.
Co~no se~1alan La ne y Rlcmersma en s u introducción a l ensa yo de
Spiethoff sobre la met~~ologia de los e stadios económicos', que
mcluyeron. en su colecclOn de cnsayos económicos sobre Empresa y cambios seculares (Enterprise and Secular Chanae) 66
las
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0. ras I11~S recien tes se buscaba que la teoría de los estadios sirv~era ~I int ento .de tender un puente entre la teoría dinámica y la
~I~tona eCOnÓITIlCa; en su fase más reciente, esa tendencia del análISIS ha nevado a realizaciones tales como el ensayo de Bowman y
A~ders~J~, sobre "tip~s económicos" que vienen precedidas por la
afl~aclO~ de qu~ adoptando una concepción comparada de
la cwnom~a ~undlal, I~odemos obtener perspectivas nuevas sobre
las potenCIalIdades y lImitaciones de la teoría económica modern~ y sobre algunos puntos en los que la teoría y la historia económica son I~utuamentc dependientes". y en el resumen d e
msayo ' C d
. bi 1'"
e se
t.;.
s. Ice que SI len a tlpolog ía no está centrada en el carn~1O, contle~e mll~hos elementos dinámicos... (y) todo un conJunto. de hIpótesIS conce~'nientes al cambio económico pueden
deducirse .de I~ comparación de asociaciones de rasgos observadas en el mteríor de esos tipos"."
v
Hemos :'isto que a 1.0 largo de la obra de Bücher y de Schmouna CIerta ambigüedad por lo que se refiere a
y
SI .ha q?~ su~r~yar los aspectos. empírico-históricos o los aspec:0:>. ~nahtlco-lo~lcos de los estadios, Desgraciadamente, esta conf~slOn n,o quedo resue!ta al ap~re.cer Werner Sombart con su propia teor ía de los estadios economlCos. Sombart procuró desbrozar
el te~re?o para. un nuevo enfoqu e distinguiendo entre estadios
economicos (Wlr~scJ~a~tsstl/fel2), sistemas económicos (Wírtschaf(ss!st.en: e ), y pnnciptos de actividad económica (WirtsclzaftsPn¡lz~pl~n! pe~o,.en. lugar de presentar una cla sificación basada
en principios dlstl~tlvos de categorización, com bina las tres series
en u~a que e~ u~llformc, y asigna ciertos sis temas económicos a
estadI?s. economl~os. concretos, así como a principios concretos
de actlVl.da~ ~cononllc;:l. :>in embargo, en la superficie, los estadios
~ los ~r~nclplOs. economI~o~ no se "solapan" plenamente, por 10
que se (1.1 una Cierta amblguedad en la clasificación de Sombart.~
l~er predommaba
HlI/
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11)•• 1 . .1 11 11
, {l 1· I , ( " "
J,\I Il , f I 1'('{) \! U ;\I I n J
".
.. 1
A Fin el e re solv e r cxtc problema, sigamos los principios de
Sornbart. Para encontrar un prin cipium divisionis, intenta haIJar
un fenómeno que tenga las prop iedades siguientes : tiene que ser
(a) un fenómeno social que permita (b) la cooperaci.ón de .diversas formas de cooperación económica, pero que al rm smo tiempo
esté Ce) estrechamente relacionado con el hecho más im~o.rtante
de la vida económica, esto es, el desarrollo de la productividad y
que también (d) se aproxime al máximo al desarrollo hi~tór~co
fáctico de la vida económica . Sombart encuentra tales cntenos
en el grado de integración social [Vergesellschajtung] y llega a In
conclusión de que hay tres es tadios económicos, que dependen del
grado de integración so cial. Llama a esos tres estadios: economía
individual economía transicional y econom ía social. El primero.
se acerca 'mucho al concepto de Bücher de economía doméstica
cerrada. Como explica Sombart, es el estadio en el que la interacción social existe fundam entalmente en el interior de una unidad
familiar y en el que sólo se da un ligero contacto, más que una
interacción plena, con otras unidades económicamente activas.
El estado transicional es aquel en el que las necesidades totales
de una sociedad son satisfechas a través de la cooperación de todos los miembros de esa sociedad, pero el grado de esa interacción
es todavía limitado. En otras palabras, la economía transicional es
un estadio mixto en el cu al parte de las necesidades son satisfechas por producción individual de cada unidad por sí mism~,
y parte por intercambio con las demás. Fina~mente la ec~nomla
social es un estadio en el que todas las necesidades se satisfacen
por interacción con las demás. En otras palabras, en el primer
estadio de la economía individual el principio general es la autosuficiencia de cada unidad familiar o sim ilar. Existe cierto intercambio en la economía transicional, pero una parte considerable
de las necesidades de una unidad familiar se sa tisfacen por su
propia producción; y en la econ om ía so cial la división del trabajo
ha prosperado en tal medida qu e cada unidad consumidora y productora, en principio depend e de su integración dentro de la sociedad en su conjunto .
Los sistemas económicos que da Sombart son simplemente
ejemp los de disposiciones in stitucionales concretas que corresponden a cada uno de esos tres estadios . Por ejemp lo: para el estadio de eco nom ía individual Sombart establece una lista que comprende las economías tribales, las econ omías de grandes familias
unidas, y las llamadas econom ía s autosuficientes exten sas ( erweiterse E igenwirt schai ten ] cuyo mejor ejemplo es el oikos. En t:1
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nor ) m dicval, la economía de ald eu y la econom ía urbana, -:.11
el tercer estadio de economía socia1, incluye la economía escla vista
ele la antigüedad, la economía esclavista de los imperios modernos .
la economía capitalista y la economía socialista. Con estos ejemplos se ve claramente que los estadios economícos de Sornbart
no se proponían trazar una línea uniforme de desarrollo histórico. La antigua economía esclavista aparece en el tercer estadio ,
y el feudo medieval y la economía u rbana en el segundo. No parece, además, que se dé un segundo es ta dio que corresponda claramente a la transición de la oikos economía (que está en el primer
estadio) a la antigua economía esclavista (que est á en el tercero) .
Por otra parte, al incluir la antigua economía esclavista entre las
economías del tercer estadio de "economía social", Sombart se
ha puesto "a horcajadas" sobre el obstáculo que hizo que Bücher
discutiera con Meyer y otros historiadores a propósito de la naturaleza del sistema económico de la antigüedad y de su grado de
"modernidad".
Aunque la clasificación de Sombart en estadios parece librarse de algunas de las dificultades de sistemas anteriores, realmente
no lleva mucho más lejos nuestra visión del asunto. Es evidente
que un problema crucial es la extensión del significado del concepto de interacción social (Vergesellschaftung). ¿En qué sentido
es cierto que la vida económica de una tribu primitiva esté basada en menos interacción social que la de una sociedad capitalista
moderna? Por una parte, el número de individuos implicados en
el proceso de interacción bajo el capitalismo es mucho mayor que
en la tribu primitiva, yesos individuos están implicados en ocupaciones más diversas. Por otra parte, en sus actividades productivas los primitivos están normalmente mucho más estrechamen te
vinculados a los demás miembros de su sociedad de lo que lo
están los actores económicos en la economía capitalista relativamente anónima, aunque ese vínculo sur te sus efectos a través de
una división del trabajo más mágica y ceremonial que racional.
Así, el nivel de Vergesellschaftung o bien es inaplicable corno medio de distinguir entre los diferentes estadios económicos o bi en
se convierte en un indicador del grado de especialización económica, comercialización de la economía y división del trabajo. En
este aspecto, sin embargo, la teoría de Sombart no representaría
un adelanto sobre la de B ücher, aunque algunas diferenciaciones
concretas estuvieran más claramente dilucidadas y algunas variables características más exactamente definidas.
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Pero Sombart complica su descripción de los cs trulio s l~ . 11 •
micos al sobrcimponer sobre ellos su diferenciación de lus pr I I
pios de actividad económica. Distingue dos pr~ncipios quc.vU~:I~'f;l"
a aparecer periódicamente en su obra posten~r. Es?s prmcipios,
que en algún lugar Sombart compara con el leltl!wtlv de ~na eco nomía, se centran en torno al princi?al prop6~lto conscle~te de
la actividad productiva. Si la producción se realiza para satl:facer
necesidades, no es lo mismo que si se realiza ~o~ un propósito d~
zanancia como fin en sí mismo." Sombart distingue, por consi~uiente entre el principio de subsistencia (Idee der Nahrung} y
~l prin~ipio de adquisición . El principio de subsistencia cara~te­
riza a los dos primeros estadios económicos, esto es, los estadios
de economía individual y economía transici?nal. Con una, sola ~)l;­
cepci ón -la economía soci~li.sta- el es!a.d~~ de econorrua SOCIal
está dominado por el principio de adquisición. Aunque la economía socialista es claramente una economía que pertenece al tercer
estadio de la economía, con una interacción social plenamente
desarrollada, su principio director no es la adquisición sino la
sa tisfacción de necesidades.
.
Si bien no podemos adentrarnos en ese aspecto de la teo:Ia,
parece evidente que en el razonamiento de Sombart se han .fu~dldo
dos ramales de teorías históricas, económicas y evolucionistas.
Uno brota de la escuela histórica alemana y el otro del marxismo.
He indicado ya que los tres estadios de Sombart s0fo! fundamentalmente repeticiunes de los estadios de Bü~her. SI? embargo,
mientras que Bücher basaba su división en la m~,eracclOfo! en,~re el
consumidor y el productor, Sombart intenta generalizar ese
principio de categorización, sustituyénd?lo. c?n el, grado de Vergesellschajtung. Esta sustitución de un prmcipio mas general. es ~?r
si mismo un indicio de influencia marxista. Pero la combinaci ón
de estadios económicos y de principios económicos en el. esquema de Sombart resulta ser una secuencia dialéctica que SI no en
el contenido sí ciertamente en su espíritu se deriva de la á?ra ~e
Karl Marx. Como es bien sabido, Marx consideraba la . hlst~na
del desarrollo social humano como un gran proceso dialéctico.
Para él, la tríada histórica mundial era un estadio i~,icial de .com~l­
nismo primitivo, en el cual el productor es t~mblcn ~rop~etano
de los medios de producción y en el cual. debido al bajo mvel de
desarrollo tecnológico, está ausente la explotación del hombre por
el hombre; de ahí que no se disponga de ning~n valor e~ce~ente y
que nadie pueda explotar a -?adie. Es!e ~S~a?lO es sustituido ~o.r
el siguiente en el cual la SOCiedad esta dividida en tres clases. (1
• I
I'I,UJU,\ S
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1 ( 0 , CM lJ ¡ '1I
lrabajadOl~ está separado de los medios de prnduccion y C~, l'.\jllotado en dlfc:rentes formas (esto es, como esclavo en la untig üc
dad, c?mo SIervo en l~ eC?l1omía medieval, y como libre proletario
aS,alanado con el capitalismo moderno). El paso siguiente en la
tríada es la futura sociedad socialista, en la cual la productividad
altamente de.sarmllada que se ha hecho posible bajo el capitalismo se c.ombma de nuevo con la socialización de los medios de
prodUCClÓ? y la abolición de la explotación y, por tanto, de las
clases sociales."
, Comparamos e,st~ es.q:lcma con el de Sombart. El primer est~dlO e~ la econom ía Individua¡ presidida por el principio de sub-
srstencla, ~ste es~a?io cambia gradualmente y es sustituido por
la econ~mIa t~anslclOnal, que está todavía presidida por el sistema
de SU~~lstencla. Pero el último "sistema económico" en el estadio
translcl~n~l es la economía urbana, en la que empiezan a manifestars~ multlples formas del principio de adquisición. Este estadio
es fmalmente sustituido por el tercero, el capitalismo esto es
~na economía social presidida por el principio de adq~isición ;
est~, ~ su vez, Il~v~ en último término a una economía plename~te
socIal~zada p,resldlda por el principio de subsistencia (o, más bien
la satIsfa~~lOn de necesidades); y es el socialismo. Los procesos
de evolucíon son paralelos, exceptuando que Sombart es en cierto
n~odo menos esquemático que Marx e interpone el estadio transicI~nal que se .corresponde más o menos con las formas precapitalistas de sociedades de clase de Marx.
> •
En realidad: l~ clasificación de Sombart es también un gran
esquema eVOlUCIOnIsta de formas de organización socio-económicas, y su pret~ns,i~n de que presenta tipos comparativos, más que
una cadena histórica de estadios económicos, viene apoyada más
Pror el modo de presentarla que por el contenido de su estudio.
~o obstante,. hay do? ,aspectos de la teoría de Sombart que cons~ltuyen una m~~vacIOn. y ,que, en conjunto, fueron pasados por
a.lto p~r los cntlc~s ~ l.nterpretes de Sombart. El uno, es su in~lstencla .~n el prmcipio de Vergesellschaftul7g; el otro es su
introduccíon del concepto de motivación de la actividad económica como aspecto Importante de un estadio o sistema económico. ~n .este aspecto, Sombart elevó el estudio de los estadios
eCOn?mICOS desde el campo del análisis puramente económico
-e incluso puramente económico-histórico- y 10 situó en un
marco general sociológico y socio-sicológico. Ciertamente el uso
c~ncreto, ~ue él hizo del principio del Vergesellschaftung ~ra más
bien estenI -como creo haber demostrado antes- pero, a pesar
J I!
'\ " .11 lo~q tl da 1, co n t ie n e Hila medula de clara percepción , JlIl
l•. l. cco noc i ó cla r.nn cn tc que cualquier exposición signilu a i ,1
le! desarrollo económico por medio de estadios económicos JIU
me que considerar a esos estadios meramente como formas
e ¡ . or ganización económica, sino más bien como formas de organización social con facetas económicas diferentes. Un estadio
ec onó m ico no es significativo porque describa diferentes formas
d e conducta económica, sino porque relaciona esas formas de
conducta con diferencias de estructura social y con motivaciones
socialmente relevantes . Así pues, Sombart amplió considerablemente el sentido de los estadios económicos, pero todas las implicaciones que esto tenía siguieron sin reconocerse hasta hace
pocos años cuando se centró la atención en este aspecto de la
icorfa.!"
Basándose en el análisis del sistema de Sombart de los estadios económicos presentado hasta aquí, no sería difícil deducir
su concepción sobre el mecanismo de transición de un estadio al
estadio siguiente. En su ensayo de 1899 Sombart concedía poca
atención a este problema, pero explicó detenidamente este punto
en su obra posterior sobre el desarrollo y crecimiento del capitalismo. Veremos que, si se aplica este último análisis a su clasificación de los estadios económicos y a la combinación de éstos
con los sistemas económicos y los principios de actividad económica, surgen ciertas dificultades que ponen de relieve la debilidad básica del esquema de Sombart. De hecho, podemos imaginar
que la exposición de Sombart de un sistema supuestamente universal de estadios fue un "tour de force", que realizó de un modo
perfectamente gratuito mientras trabajaba en su libro sobre el
capitalismo. Lo que a él realmente le interesaba era explicar la
aparición del capitalismo, y su análisis de la transición de un estadio al estadio siguiente solamente se aplica con toda su fuerza
a la transición de la economía urbana predominantemente orientada a la subsistencia, a la economía capitalista orientada hacia
la adquisición. La dificultad que surge en el esquema general de
Sombart de 1899 se debe a que, según ese esquema, tiene que
haber tenido lugar en la antigüedad otra transición análoga, esto
es, una transición de Ia economía oikos, orientada hacia la subsistencia, a la economía esclavista, orientada hacia la adquisición.
Aunque Sombart presenta un extenso estudio de los orígenes
del capitalismo, omite completamente cualquier análisis del proceso paralelo de la antigüedad. Esto puede interpretarse o bien
como el hecho de haber abandonado su sistema inicial de estadios
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Sombart el hecho r
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del problema de los estad'
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él -al igual que para List nomrcos ichc tenía importancia para
ci ón de la aparición de la Ye~o~~ n;uc os, ot:os- era la explica,
razones de sus diferencias ca
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vídad económica,
n otras formas antenores de a c ti-
Si se plantea en estos términos el) bl
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de Sombart sobre las fuerza'
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por el principio de adquisición 1p flllCIPlO ,e S,ubslstenclU, y éste
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religión, la nueva ciencia y 1'1 nu~e n~~lO.c nuevo estado, la nueva
va economía, Este espíritu
.;;a cernea, creó también la nueeconómica, rompe las barr'erau~ d · ora empieza a dominar la vida
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siguiente, su explicación del proceso del que surgió el cspu it u
del capitalismo y su afirmación de que hay que considerarln
como determinante de las "condiciones determinantes de producción" no debe considerarse como una explicación de un proceso social como tal, sino fundamentalmente como una polémica
con tra el marxismo, y especialmente contra la interpretación
marxista de la historia,
Seguir la excursión de Sombart por el campo de la filosofía
de la historia nos alejaría demasiado del núcleo central de este
ensayo, Sus observaciones más pertinentes están contenidas en
el libro que dedicó al análisis sociológico e histórico del espíritu
capitalista y de la motivación económica en una economía adquisitiva, contrapuesta a una economía de subsistencia," El simple hecho de que la teoría de Sombart del desarrollo histórico
no suscitara gran atención da fe del hecho de que se la pueda
considerar como la floración de una mente que caracterizó muy
bien Schumpeter cuando dijo que "los pronunciamientos metodológicos" de Sombart siguen a la moda demasiado cerca como
para ser interesantes" ,75
Lo que más nos importa, en el contexto de este ensayo, es
que la interpretación de Sombart de la transición de un estadio
al estadio siguiente requiere también la intervención de un deus
ex-machina , en este caso, la alteración de una ideología económica, Pero como la relación entre una ética económica y la forma
real de organización económica de un estadio económico dado es
más bien tenue, y dado que queda casi totalmente sin explicar
la interdependencia de cambio en uno y en otro, la utilidad de la
aportación de Sombart no está ni en sus afirmaciones sustantivas ni en su método. Estriba principalmente en el hecho de que
insistió -como List y Bücher e incluso SchmolIcr lo hab ían
dejado entender antes que él, aunque con mucho menos fuerza
y persuasión- en que el pleno significado del &::IlIP!cO de los
estadios económicos como sistema de estudiar el desarrollo económico gira en torno a la interrelación de formas de organización económica con los correspondientes factores socio-culturales
y políticos, y quizá también con tendencias predominantes en
motivación económica. Pero todavia carecemos de una teoria
social completa que ponga de manifiesto esa interdependencia,
7'l.(}W ¡\.... /1/ I n ' l .
VI
Sombart presentó su teoría de los estadios económicos en
un artículo que apareció en 1899. Aunque esta fecha concreta
sea accidental, tiene un significado casi simbólico porque, al terminarse el siglo XIX se terminó también con el montaje de grandiosos esquemas de estadios económicos que abarcaran explícita
o implíci tamente toda la historia humana y todas las formas de
cultura humana. La labor realizada en el siglo xx en el campo
general de la teorización sobre estadios económicos ha sido principalmente una continuación de los intentos de valorar la importancia empírica de un estadio económico dado con realidad histórica o cultural y la discusión metodológica relativa al papel
de los estadios económicos en la teoría del crecimiento económico. Se ha intentado, además, clasificar las distintas economías ,
no como representantes de diversos estadios de desarrollo sino
más bien como entidades descritas por ciertas magnitudes cuantificables. Me ocuparé de esos tres temas sucesivamente,
Por lo que se refiere al primero hay poco que añadir. Ya he
mencionado el debate sobre el grado de modernidad de las instituciones económicas y las formas ele las organizaciones económicas de la antigüedad, que algunos han designado con el nombre ele "controversia oikos". Otros intentos de relacionar las
clasificaciones de los teóricos de los estadios con el desarrollo
histórico a largo plazo fueron realizados por H. Spangenberg,
que estudió la Edad Media alemana y la aplicabilidad de los
conceptos de economía urbana y economía territorial corno títulos descriptivos de la economía de aquel período, y por Hans
Geiss, que estudió la utilidad de la dicotomía entre economía
natural y economía dineraria en el caso de la alta Edad Media
en Italia," Estas monografías son quizá las dos obras más valiosas
de toda una serie de disertaciones y artículos de revista que aparecieron sobre estos ternas en Alemania durante los años veinte
y treinta. Muchas de estas obras recogen un material de datos
muy valiosos, pero, en su conjunto, ni confirman ni descartan
la secuencia de estadios que se proponen analizar.
Otro acontecimiento que fue origen de que resurgiera
interés por la validez de las clasificaciones propuestas por Bücher.
Schmoller y Hildebrand fue la publicación de la obra de Dopsch
sobre la economía de trueque y la economía de dinero. En 1930,
cuando apareció este libro, Dopsch estaba en la cúspide de su
reputación. Era inevitable que se discutiera y comentara amplia-
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1 fírmaci ón de Dopsch sobre
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nque se mantiene a a 1
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tn natura, y a~
1 d los sistemas mixtos, se rechazan as
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con~lusio~.~s extrem~~b~~ :a~ü me~la de transacciones monetahabla argüido ~ue,
. la distinción entre estadios ecorias y transaCClOnes en :spec~, d 1 punto de vista de la histonómicos es falsa y engadnosa t esdee eacuerelo con gran parte de la
.
" ca A pesar e es ar
na ec?~?mIfác'tica de Dopsch, sus críticos, en especial ~andwler­
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don de e
ta n pop ula r el cnloquc histórico en economía y en sociología , ispr- cia lmcnte antes de 1914, las reflexiones metodológicas básicas sobre el empleo de los estadios económicos como
tipos ideales en el an álisis histórico, que provienen en último término de la obra de Max Weber, fueron interpretados de modos
muy diferentes." Aunque Weber había mostrado explícitamente la
aplicabilidad de las construciones de tipo ideal para el análisis de
las relaciones teóricas generales en la ciencia social, así como
para reconstrucciones históricas, existen todavía dudas sobre si
podría sostenerse la opinión de Spangenberg de que "la historia
económica debe a la escuela de economistas alemanes la importante herramienta metodológica de medir y representar los múltiples fenómenos de la vida económica por medio de la construcción de estadios económicos", o bien si habría que considerar a
los estadios económicos como unidades en una teoría económica
comparada, como había propuesto Johann Plenge,"
Franz Oppenhcimer hizo un intento para resolver este problema definitivamente, empleando un enfoque "sintético" 81 El
enfoque de Oppenheimer es sintético en dos aspectos. Por un
lado, combina las teorías de los estadios de Hildcbrand, Bücher
y SchmoIler, y añade de su cosecha una "cuarta dimensión" ,
basada en formas gradualmente más complejas de división del
trabajo. Por otra parte, afirma explícitamente que, partiendo
del punto de vista de la teoría económica, construirá tipos ideales
a fin de mostrar la "evolución general de la economía social no
perturbada por fuerzas políticas" para que el historiador económico pueda identificar los "hechos de la tendencia histórica de
desarrollo que hay que considerar como perturbaciones, anormalidades o fuerzas que retrasan". Pero Oppenheimer admite que ,
incluso entonces, no se puede descubrir que ninguno de los tipos
ideales haya existido COlDO forma universal de actividad económica durante un estadio dado, sino que los estadios "anteriores"
y "posteriores" puedan coexistir. y de hecho coexisten. Por ejemplo, la designación "economía urbana" significa simplemente que.
durante un determinado período, predominó un sistema económico que estaba caracterizado por la preponderancia de la producción artesana; unas relaciones directas en el intercambio entre
productor y cliente; el empleo de moneda metálica acuñada; y
una división del trabajo según las ocupaciones, pero no todavía
según una especialización en el interior de grupos ocupacionales .
Esta forma de organización económica coexistía con otras formas
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I
VII
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. no han creído que las diverEn su conjunto. lo~ CCOnOD;llS~aS tuvieren gran utilidad. Han
sas teorías de los estadIOS ec~no:;~~res como List, corno Hildedado la lista de conceptos e. 1 han considerado bien como
brand, Bücher .y Schmol1er, .pe~~ ~:sificaciones que tienen poca
aberraciones bIen com? .c~nosonómico Incluso J. A. Schumpeter,
importancia para. el anaüsís ~c l' 0'1' la historia, considera que
economista que siente gran Sl~P~ la Pes "de lo más primitivo".83
el empleo de.l?s est~diO\~~O~~l~~~oquede estadios econóx:ni~os,
La cuestIOn de a UtI.l a .'a económica y la teoría econoIDlca,
como puente entre la. htston
1 últimos treinta años. Dado
ha sido suscita.da van~s :,ece~:~e ~~nsiderarse como descripción
P
.. , n de equilibrio se plantea
que cada estadIO econoIIDCO
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de una economl.a cerc, . .
desarrollo económico por medio e
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la histórica alemana presenta poco valor para el estudios del crecimiento económico, especialmente en sociedades cuyas instituciones básicas se suponen constantes," Pero, aunque la mayoría
de los autores de la escuela histórica esperaban estar en condiciones de proporcionar una explicación al desarrollo secular de las
economías por medio del enfoque de estadios , se daban cuenta
de que el proceso de crecimiento que ocurría en el interior de un
estadio exigía un tipo distinto de análisis. De ahí qu e muy pron to
reconocieran que se podía aplicar cualquier modelo de estadio ,
no tanto al estudio del equilibrio dinámico en el seno de una economía en la que el marco institucional básico se considera constante, sino más bien al estudio de la alteración del marco institucional, es decir, socio-político, dentro del cual op era una economía,
Por esta razón, teorías como las formuladas por Predohl sobre
las fases o períodos del desarrollo capitalista, o la de Walter
Hoffmann sobre estadios de industrialización, o incIuse una interpretación más estricta de la concepción de Colin Clark sobre pautas cambiantes de distribución ocupacional de la población trabajadora, tiene objetivos diferentes a los de las teorías de estadios
elaboradas por autores anteriores,"
A Predohl le interesa sobre todo describir empíricamente la
expansión de la industria capitalista en el mundo, y la subsiguiente creación de varios "campos de gravitación industriales"; la obra
de Hoffmann se centra en la determinación empírica de los diferentes valores atribuíbles a los consumidores y a las industrias de
bienes de capital en períodos diferentes de madurez de las sociedades industriales, Aunque ni Predühl ni Hoffmann prestan atención explícita al marco institucional, del concepto de sus escritos
se desprende claramente que solamente les interesan los procesos
de crecimiento en lo que List llamaría el estadio agrícola-industrial-comercial o lo que Bücher hubiera calificado de estadio de
economía nacional. De ahí que las más recienetcs teorías de Predohl y de Hoffmann no sean teorías de los esta dios en el sentido
de los escritores del siglo XIX y que, cualquiera que sea su mérito
para una mejor comprensión de los procesos de crecimiento den tro de las sociedades industriales, no arrojan ninguna luz sobre
el problema de cómo se industrializa una sociedad preindustria l.
problema que -como hemos visto- constituía el centro de interés
de las teorías más antiguas, y forma todavía hoy un aspecto principal de la teorización sobre el. crecimiento económico."
En contraste de la obra de Hoffmann y de Predohl, Spiethoff
intentó rehabilitar la teoría de los estadios desde el punto de vista
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N me adentraré en una exposición detallada 1~1 ' 11 un
no~:c,a'd 01
taci
de Spiethoff. Sería superfluo, teDlcntll J t 11
análísís e a apor aClO11
' 1 an h '
cuenta la excelente introducción que La~e y Rleme7m~hl<1 c~.
cho a su ensayo -reimpreso en Enterpnse and Secú ~:b ~n~
teniendo en cuenta el ensayo final de Lane en ese .1 ro, . "ara
~ucstros fines el problema pr~nci1?al suscit~do por , S,~:ethoH, es c~:
.
"de que existe un nivel mtermedIO de an áltsls de CIen
a f ír macion
.
d 1 hi
iad
'tesocial entre el enfoque ideogrMico extremo e ls~na fr, ID"
resada en la explicación de sucesos únicos, por ,un la o, y a teoria
generalizadora y abstracta del análisis econóI~llco" con su ~nf~:~e
estrictamente nomotético, por otra, A este Dlvehl,ll1~ermed{~1 ~etil~
llama" teoría de la Gestalt económ ica " , y su ve lC~? es e ~s:
económico" que es una forma más r~alist~ y empm,camentc ~~s
válida de estadio económico. Lo que tiene ll11portancm en .deellos
con los estilos económicos de Spiethoff es qu.e cada u~ol de.~ os
es un ordenado complejo de variables ~uya ll1terdepe~cencra .se
dilucida lo más claramente posible. MIentras que Spleth~ff,no
insistía dem asiado en los problemas del desarroll,o :cO~?mlC~,
Bowman v Anderson han demostrado que una delimitaci ón. CUld d
d~ tipos económicos (que están estrechamente :elacJOnad~s ~s:n los estilos económicos, y de paso, tambiér: con CIertas f~'­
mas de estadios económicos) contienen implíCItamente m~: ,~
material que hace de ellos útiles construcciones para el a,nahsls
del crecimiento económico,89 Parece que este pl~nto ,de ~lsta es
com artido por un número bastante grande d,e h ístoríadores cco~
nóJcos, y tiende también a ser cada vc~ mas . ac eptado por los
historiadores económicos ingleses y amencanos,
.,
N S B Gras ha pres entado un buen resumen de 1~ utJhda~1
de l~s' e~ta(:iios económicos, especialmente en la hist.ona .econu
ll
'ca occidental." Gras no solamente da la lista de,los hlSlonatlll. '"
rm , ' . U e han empleado los estadios COlTIO inst ru m .n to 11.1 .\
ec.onomlCOS 4
1
I h: n '1111 11\ " , , . , de la historia económica y os que no o .\ l
•
su exposlclOn
1
I 11 ,
.
bi
raliza detalladamente e come I 'J( 1\ (1,
\
do sino que tam len al
'
"
'11 \
.
,1 "
~ I di
la obra de los historiadores econonllCOS, I u nq r
..
esta lOS en
l
I I . W '\ ' 1' 11 " I
.
," , de Gras no es tan neta y e ara como a 1
1,
,
expoSlclOn
1 estar[ilO econrnru. •0 , e 1I 0lJ
,
1
"
es
decir
que
e
a la misma conc usion,
.,
aradigma abstracto de variables, forma ,el v~lll:ulo
mn
p
1 álisis económico teórico Y la hlS(UI'!;l t.: l: O !l O ll ll l .l COIl u
entrc e ana,l ,l D" h · con otras ly;hhl"ls CO!110 vll'slat1io eco n óestud io emplrlCO, lC o
< << •' •
1
"
t!' ,"n:
I } )J 1, \. ' />1 l . ( /U ' : ¡
I
q
i
tu: ro u
ONOMIUJ
s una const rucci ón de I ipo id eal, puede montarse de mudo
. presente una interrelación sistemática de variables relevantes.
, ,-¡S var iables no son. por supuesto. las de la teoría económica.
si n que se relacionan más bien con las instituciones sociales (p.e..
<"1 meca n ism o que facilita el intercambio, las instituciones relacionadas con la concesión de crédito o la disposición de ahorros acumulados )', sobre todo, las instituciones que determinan la distribución y el uso de la autoridad del poder decisorio en la sociedad).
En un sistema semejante, puede rastrearsc el cambio producido
por una variable y relacionarse con carnbios en otras variables del
sistema, Puede además ser posible identificar el cambio en ciertas
variables que producirá un cambio del sistema en su conjunt.o, o
por lo menos. las magnitudes de cambios de ciertas variables pueden surtir ese efecto, esto es, un estadio económico bien construido
puede considerarse como un instrumento metodológico, gracias
al cual se pueden analizar los aspectos generalizados del cambio
económico institucional y, por consiguiente. del crecimiento económico. Al mismo tiempo, la construcción de un estadio económico tendrá cierta importancia -aunque limitada para la investigación empírica histórica.
Es cierto que con el empleo este método resulta extremadamente dificil evitar una confusión entre la teoría y la práctica.
Weber ha subrayado esta cuestión . Después de afirmar que las
secuencias del desarrollo pueden concebirse como tipos ideales,
advierte:
" E l hecho de que el curso empírico-histórico del desarrollo sea
o no realmente idéntico al concebido, solamente podrá investigarse
empleando ese concepto como sistema heurístico para comparar el
tipo ideal y los 'hecho s' ... Este procedimiento 110 da lugar a dudas
metodológicas. con tal de que tengamos claramente presente que
la elaboracián. y la historia de desarrollo típica ideal deben ser netamente distinguidas la una de la otra, y que aquí la elaboración no
es más que el medio de imputar a sus causas reales un suceso histórico explícita y válidamente, a la vez que se eliminan las causas que,
en base a nuestros conocimientos actuales, parecen irnposibles't.w
Así pues, a fin de ser de máxima utilidad para una teoría del
crecimiento económico, los estadios económicos deben ser conce-bidos de modo que se minimice la probabilidad de que en los procesos de cambio económico, ilustrados por esas concepciones, se
incluya. más que las variables generatrices de cambio "ciertas".
las que son meramente "posibles". Sobre esta base más que sobre
cualquier otra habrá que juzgar las diversas teorías elaboradas
J
I LOU/ AS 111: LOS 1 S'I t11 /1/.'" lIJ" . 1 II (
lu n
¡ {lIl O 'l " '; ; I "
j
'l ' 1X. '1
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.
,,1
> . e histuriadores <.1e1 :>Ig ti X " .
•
por economIstas •. emanes
t n un aspecto 1111 1
1I
u 1
medida no presen a
' 1'
dad, al ap icar es .esa .
. '-, 'e elidas de observar que. se t i I
Hante. Hemos tenido ocaSIOnes 1 p . . .
tadas por IO !i
- de Las d' 'sas claslÍ1caclOnes presen
lo que se diga e a.s . rver
estadios económicos, ningún: de
diferentes protagomstas de 1~~
u e incluyan a las principales
ellas consigue contener mo e os bql d la transición de un estaden ser responsa es e
. d
variab l es que p u e . 1
son auténticas secuenCIas e
di al siguiente. En ese sentíc o, ~o .
10
.
es de tipo Ideal.
desarrollo de c~nstrllcclOn
, d
e fracaso. Algunas concepdudosa sianificación, y
No es dííícíl ver las razone~ bel eS
de
di
'ncluyen
vana
es
bId .
cienes d e esta lOS 1
l
1
ariables instituciona es end
.t
por comp eto as V ·
d.
.
d modo que su impacto es e
a menu o orm en
vadas de fuentes no economlcas, e
el sistema de Werner
hecho puramente contingente. Otras, elec
de variables pero
Sombart, son más incluyentes. etn s:ltl,ecaecdCelOtnodaCs las variables o
.
.
laci "n SIS ema
carecen de una mterr~ aclO.
ermitirían tratar de un modo
combinaciones de variables. Cl.u~ P amo sistemas uniformes Y
generalizado los. estadios _su~esl:O~e cacción social. Solamente en
funcionalmente !nterrelaCl~~a~o 1 . n progreso concreto en este
estos últimos anos se ha t:~ ~ ~t~arson~ v sus colaboradores.
sentido, especialmente por a ca
. una nueva teoría de los
Puede haber llegado la hor~ deb 0elabonraarteor'ía de los estadios d. e
1"
••
. . s -o mas len u
estadios economlCO
d proporcionar la exp lcaClO n
. 1
que pue a
.
b' ~ onómico que no SUple-los sistemas SOCla es .
iones de cam 10 L:C
.
auténtica de 1as sltUaclO..
p
una teoría semejante requen~
ron dar las teorías antenol~S. e~o . . .. por el momento habra
ría un esfuerzo capital de nwestlgaclO11.
!
'"
o
que posponerlo
93
,
l1 'O JO.\ · , tn-¡ (' ''' ' I\ / U ' N l t l /oI '),''''U.lII,'O
fO.'
NOTAS
>
1. Gcrt:'ud Kalveram ha presentado
. . .
(k los ~sta(hos consideradas como inst un anal~~ls de las diversas teorías
econ ómica en su libro Die TI
_
rumentac íon de leyes de evolución
. 73.117.
1933,
zcorten van den Wirstc1wftssttlfen, Leipzig,
ágs
_, Examinaremos más adelante d
brand, Las concepciones de Roscher ~t~l1adamente la teoría de Hildee~onómico han sido estudiadas po
l mes sobre ~as leyes del desarrollo
pags, 129 y sígs., pero cspccialmc:te a vc~~m, op, CIt., en particular en las
und die Iogische Problcl~lc del' hi t p.or ax ~eber~. "Roscher und Knies
mell e A.~tfsiitze zur WiSSeJlc1laftsl~~¡~:l~~~~Natl~nalok~nomic" en Gesamgre t Hüter, Die Methodolo iie der ' ,' mgen, ~22, pago 24 y sigs.: Mar,
und K~lies, Jena 1928 P"l<1 33g
lGVlrtschaftswlssenSChalt bei Roscher
,
.
,
e b'
y slgs' ottfrí dE'
d:s Historismus in der deutsch;1l
ti
r~ke IS~rm¡.mn, Die Grundlagen
b5-57, 198-199.
a lOna o 0I1011HC, Stuttgart, 1956, págs,
r
rZ.
N
3. La primera edici ón de este libro f
.
en Stuttgart , por J .G. Cott a. U na' ? 'I cdició
.. ue publicada
en abril de 1841'
.,
tercera con ligeros cambios en ~I ~ext 0
n apare~lO en 1842, y en 1844 la
c:a, obra s~ basan en esa edición d~ 1
may~r~~ de ]~s ,reedidones de
esta ,contcII1da en el volumen VI de F '"
: ,La ~dlclOn ~nnclpe de la obra
Berlín, 1930. Esta edición qu 11
Iucc!nch List, Schrijten, Reden Brie]e
'
,
'
e eva e subtítulo' F ," .d . 1 L'
IZa e Systcm del' Poltistischen Oek
"
f
. llC nc 1 íst, Das Natio1
Aunque la clasificación' de estad ,OI/OUlle, , 1I~ preparada por Artur Sommer
'
.
lOS cconormcos de L' t
.
.
Nationale
System es la más co
id
IS contenida en Das
\
'f'
..
nocl a no fue ni 1
.
c as! "ICaClOn. Elaboró una serie /,
11
l a pr~mera III su única
unl ensayo que cumpuso en p~ ~as (c
ada de estadios económicos en
.
.
arrs en 1t9a37 para
por l a Acádcmic des Scicnces Morales et P ,<.' un ~ certamen convocado
se publicó po r primera vez 'e n I
1 e
olitiqucs. El manuscrito de List
e vo umen IV de l' dici
d
comp1etas (Fricdrich Líst Das N tii . _ ,
a e rcion e sus obras
wmzie, Edgar S 'IHn y Artu'r S a iirliche System der Politischen Oekoe
ommer cds.: Fri xl . h L'
.
.
riele, Bcrlín 1927 IV) p r
: . ,.,
c nc
1st, Schnlten, Redel!
"
. l;: maneclO pues d '
B .
'd
'
l' escono, CI a hasta 1927 y la
e laSlficación de los eshell'oS eco . . '
,"
' <
nomlcos e aborad '
'.
1l1l1guna mfluencia en los esc it
'
a en esa obra no ejerció
premio llevaba el título L,' Syrst~res posteriores. El en, sayo presentado al
"
.
v
eme 11atllrcl el'Eco
.
l' ,
PUl' sus editores, y contiene un 'st d'
,
." nOrll!e po !tIque, puesto
o "períodos" agrícolas y utros treO ~ 10 m~s bIen. extenso de tres estadios
estadio cazador y tlllU pastoral es lI1~lustnalcs, LIst considera además un
d'
'
< , anterlures al PI"
,
'
~versas cl asificaciones
de estadio d e L'
lmer estadIO agrícola. Las
SIstema Nacional de Ecollomía P sl't.
en el c.nsayo de París, en su
> '
° 1 Ica 1st
y en un cIerto '
ensayos publIcados entre 1839 y 1844 1'
.
numero de otros
Sldo
extensamente
por A.
Sonlmer
.1a1 L i t' presentados
y estudiados
.
. "F'
' n e d'nc
P . >
•
•
1n
1837, Ihre Bedcutung und ihre Stellu <1' ro S s aTlScr ~re]sschrIft van
gen der Friedrich List Gesellschajt, ~., l~l ~~~amtwe~:ke LIst's", ~itteilull4. Joseph A. Schumpeter !-¡¡<¡tO ,. , . _
' espeCIalmente pags. 56.g0.
~f E t.:OllOrlllC
Nueva York '
1954, _pág. •SOS. Véase tamb'lc;n 'la IIOt~L' )'numéro
12
.Allalysis,
d
J. Vease el estudio de List sobre el libr
' mas. a elante.
tanto en los países a"rícolas com
e cambIO en la agricultura
. d'
b
o en aquellos que t b'"
'
In ustrla m~nllfaclllrcra, en Friedrich L' .
.
amSystem
len disponen
de
,
1St, N atlOnnl
01 Politic
84; 41
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{nu/u;\S DI:: I .OS
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I \ "' n .... Il/.l. r' W I'I I\J/ I
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Hit
1, JI ( )
Economy, traducido por G. A. Mantlc. StcphclI Colwcll, ,'ti . 1'1 l lt t 11 .
1356, págs. 297-300. Todas las citas ulteriores de Sistema naciona! ,¡ , h (1
nomia política de List, a no ser que se diga otra cosa, se refcrir;~lII \ (' ...
traducción americana, qu e se mencíonaré como "National System".
6. Análogamente. Henry C. Carey considera que el principio de 1:.1 aso
' iación es el central tic su teoría (Cfr. PrincipIes oi Social Sóence, Filadelfia, 1875, I , pág. 41 Y sig s.), y pu ed e, por consiguiente, plantearse la cuestión
de la influencia mutua entre esos dos hombres. Es imposible dilucidar, en
este punto, ninguna conexión clara entre los escritos de List y Carey. El único autor que ha comparado sus tesis sobre la asociación llega a la conclusión
de que discrepan en ese punto, Véase Eduard Meuser, List uná Carey Als
Wissensc1zaftliche NationalOkonotlleJ1, Maguncia, 1915, págs. 7-10. Pero es
verosímil que en general List ejerciera una influencia sobre Carey, aunque
se discute sobre el grado exacto de esa influencia. Algunos han afirmado
que las tesis más características de Carey en sus obras de madurez se derivan de List. Entre los que sustentan este punto de v ist a se encuentran
Eugen Dühring (Kritisc11e Ges chichte d er National6lceJ1Zomie und der Socialismus, Berlín, 1875, págs. 336, Y Gustav Schmoller (Zur Literatur:
gescllichte der S/uats-tl/zd Su:ialwiss ensclzaf t cn, Lcipzig, 1888, pág. 109,
Otros aunque reconocen que List ejerció alguna influencia en Carey, opinan
que las concepciones de éste fueron elaboradas en substancia de modo
independiente. Entre los autores que sustentan este punto de vista están
Alfred Marshall, PrincipIes 01 Economics, Londres, 8" edición, 1920, pág.
767; Margaret E, Hirst. ru« [Jite oi Fricdricll List, Londres, 1909, págs, 118121; Y Meuscr, OJ}. cit., possim. El problema completo ha sido resumido
por W. Notz, editor del segundo volumen de las obras completas de List
(véase Friedrich List, Schritten, Reáen, Brieie, Berlín, 1931, n, págs, 415416). Cualesquiera que sean las conexiones que puedan encontrarse entre List y Carey, éste no adoptó la teoría de estadios de List, que se desarrolló solamente después de que List publicara sus Outlines of American
Political Bconomv. Y fue esta obra. más que ninguna otra, la que pudo
ejercer alguna influencia sobre Carey.
7, Na tioJ1al System, págs. 70-71.
8. Karl Bücher, Industrial Evolutioll, S. M. Wickctt, traductor y editor , Nueva York, 1904, pág. 86. (El subrayado en mío.)
9. National Syst em, págs, 178-179. La tesis expresada en ese pasaje
era sustentada ampliamente por los intelectuales más ilustrados de la
Europa de aquella época. Cfr, por ejemplo, John Stuart Mili, Prillcil'lcs
o t Po/ilical ECOIl0111Y, W. J. Ashley, ed. Londres, 1909, pág, 940.
10. National Sj'stem, pág. 218.
11. Cfr. Btichcr, op. cit.• pá~. 86 Y sobre todo, Werm'l' 50mbart, "Die
gew erb liche Arbeit lInd ihre Organi;¡ation", Arc/eiv fiir SO?illle G t..Rc1l1l11l~
lmd Statistik, XVI, 1899, pá g. 371 (citado de ahora en ad c a ule ~~Oll lt l (;,
wer bliche Arbeit).
12. National Systellt, pág. 72. La c1asificaci(1Il tI..: lo~_ t r<'~, 111'illl('ro'; ,:¡ .
tadios, esto es, salvajismo o nomadismo, pastorali~'¡LII) Y a 'I'il"llltIIri. mo,
es muy antigua. La primera llistinción ent n~ l)[wl1los qlle Rll b . ist ' n e l\
medios diferentes puede remontarse a la J!nliti¡'(/ I\\: Ar i. to td es , Erlll~sl
Barker, ed., Oxford, 1946, 1, viii, púr. 6-1:\ , p6 . 2(J·21. En ('sa obr~l Arist6·
tele~ distinguía ele modo mu y ·nl' I':ll. ,:lItrc pUl-bICI" p:l',loT"f\ks. ;:¡~ricul-
/111
1L nt¡
l.... UJ·
( 1M J "'''TU
n
CJ N II ,\ .f CU
rores, saqll,l:a~lon'~' pescad ores, y los que viví an de la C:lUI Dicca rco Ul:
Aristóteles (hacia 320 a n te s de Cdst~) fue • uizá el
M~:ss:ne, dlS~lpulo d~
~;::;~b~~~:t:~d~~lr ~n~ sucesi~n ~ie
estadios. . ~llnque su obr~ sobre
,
perdido, cansen amos SU$ t ' S IS sobre es tad ios pro.
~
succsn '.os gracias al famoso es cri tor rom ano Marco TerenC'iO Va
~r n, e re agricole, !I, i, pár. 34, traducido por W. D. Hooper l.~ndres·
934, págs. 312·315. Dlceurco, y siguiéndole a ' él Varr ón dl'stI'n."
t ~'
estadios El ri ' ' '
.
r
e
guian res
. ,
.
p mero era aquel estado de naturaleza en que el hombre
~~~~ de los Productos. que la tierra virgen producía por su propia vohm.
ei h~::~::gU~~lo cst~dIO :ra el pastoral ; y de spués " por un tercer estadío
pasaba de la vida pastoral a la de cultivador de la tierra"
d A:nco~tramos una clasificación de estudios muy semejante en la' obra
L~bra a,m193~itJ~ (.Weall/z ~~ Nation s, EdwÍl.1 Cannan, Nueva York, Modcr:¡
cit
d,P.g~. 657 Y.SI"S.). .Au nq u e Srnith no presenta una teoría explía '.e esta 10:; ~con~nlIcos, dlstmgue entre "naciones de cazadores (1)('
constItuyen el mas bajo y tosco es tado de la soc iedad ": "naciones d'd plas:
tores, que son un estado más avanzado de la sociedad" '''un estad t d ':,
más avanzado d i , .' I 1
'
. <o o o avi a
ti
-c
e ~ SOCle( ~(: ' " aquellas naciones de u"ricultores que
Ienc~ I?0co come~'~1O e~tcnor y sólo las manufacturas tO:cas
casera "
q~e casi toda far~l1.ha prtvada prepara pOI' sí misma"; y un cstad~ todaví:1
: ~ ava,n~ado .0n,~ma~lo 'pOI' "el proceso de las manufacturas y las mejOr;l~
t
ai t~. b élico . Diffcilrncnto puede calificarse a esto de teoría de Io~
es
a
lOS
igna de
Jo seph
Cropsey h 'l·
. t
'
el1
.'
i" ese ,nombre,
.
•v si n crnbarun
:=.
,'~
• VIS o en
o ,C~ ~l una, a rrmacion ~Ie la "filo sofía de la historia" de Srnith, intcrpretací ón que yo soy reacio en ac ept ar, V éase J . Cropsey Policy a11Cl E co~~~Y'hLadHaya, 1957, ,p ág s. 56 y sigs, Todos est os autores 'tienen en com¿ n
ob ~ec o e qu e ,consldemban a los e..st adios como una s ucesión natural "
., L
•
o vm que no eXlg ~ > mli
I
r >: . e ~xp rcacion.
os factores que engendran la transición
de un estad 10 ,al siguiente quedan sin explicar o se supone que están asociat os "en esencia al progreso general de la mente~ human"¡• . ASI' pues, c ~ a:,
e~n~~ no son teorías de los estadios económicos en sentido estricto sino
reflexiones sobre los a spectos económicos de las teorías del progreso hu mano en geJ?eraI: Algunas de esas teorías fueron muy corrientes en Roma
Y,en la. Grecia clásica, pero llega ron a su máximo florecimiento e n la Euro~~eOCCIdental de los SIglos XVIII y XIX. Sobre este punto, cfr. J, B. BuI"\',
Idea DI Progress, Londres, 1920, cspec íalmcnro capítulo VII.VIX
. . Para mí no cabe ninguna duda de qu e la propia t eoría de List' es orirl~a:me~te una secuela del gran predicam ento íntclcctuat de que go; arun
as eorias del progreso durante s us años de formación .
el ti
lVZS
G',
J,
a
~.
est;3(J!~:ce~. s~r ~~c ~ propi~
List no a tr ibuyó demasiada importancia
~ (.IS mcron, n un hbro po sterior vuelve a dar la lista de SU "
e~tadlOS y dlstmgue solamente cuatro de ellos. Los dos últimos se com
binan en uno. Cfr. National S"stem
p'í tr ')6:; QUI'za' s ea' In
. t eresante llaccr'
•
,.c ' notar que en un en sayo publicado en 1839 List presentó una clas'f'
"
en tres est d'
,
'
, I ICaCIOlJ
. a lOS correspondIentes a las tres edades del hombr~ E l '
ticulo "L'E
.
l' ,
e. n e al '.
CO I IO IU W po tttqw!. d evam le T li bw zal de I'Histoire" (F L'
su Schr.tf ten, Reden, Briefe, E.\'. Beckerath, e l al, cds., Berlín 1928'V ISf ~~1
109 y slgs.) presenta los estadios si'ruientes' (a) I'nfancI'a'
, d' P á g. .
t
(b)
e '
.
caza ores ,.
pas o~es;
,adolescencin - pastores y después aO'ricuItores'
(e) d d
varoml - agricultura, industria y co m ercio. Tampoe~ aquí se ha~c Ilin~[j
' '"
.J.
l'J:'( )lUI1S
in:
UlS h . T A lJ/CJ."'· 11 /'/.
Uf ( '/ ,I /ff ' N / O f ( 'O
(1 1/ ( "
Ir
distinción entre los diversos estadios posteriores, ~' .'>1.' insiste s n ll1[ ,,,.1,,
en la transición de la "barbarie" a un m ínimo de civilización ( 'JI 1.1 11 1111
sici ón del estadio [a] al estadio Eh]) y de una sociedad desp ótica y I I.LI I "
mente sin civilizar a otra pl enamente desarrollada en sus institu ' iu n.,
políticas, sociales, y económicas (en la transición del estadio [b] al estadio
[e]) . Esta última transición parece ser el punto central de la teoría del erecimiento de List,
14. National Syst cm, p ág. 75,
15,
tua.. p ág. 266.
16. Ibid., págs, 72-73.
17. Ibid., pág. 286. El proceso genera l de desarrollo económico según
las Iíncas directrices presentadas en el texto ha sido r esumido por List
en un breve párrafo (ibid., pág. 77) Y má s extensamente en la clasificación
de estadios de su ensayo d e 1837. En él presenta la sigu ien te lista de estadios; tres estadios agrícolas, esto es, (1) agricultura sin influir por el comercio (éste se parece aproximadamente a la categoría de Bücher de " economía doméstica independiente"); (2) a gricultura asociada a comercio
exterior, esto es, exportación de materias primas agrícolas contra im por tación de productos manufacturados; y ( 3 ) agricultura en equilibrio con
la industria manufacturera en un mismo país. Estos tres estadías de la
agricultura están contrarrestados por tres estadios correspondientes de
la industria manufacturera, esto es, (1) las mercancías manufacturadas son
producidas fundamentalmente por labradores y terratenientes así como por
"artesanos comunes" (ese estadio se parece mucho a la ca tegor ía de "economía urbana" de Büchcr); (2) surgen industrias manufactureras de cierto
tamaño en campos que pueden soportar la competencia extranj era "debido al bajo nivel de los salarios
a otras condiciones locales especiales";
(3) estadio de la industria manufacturera en el que pr ácticamente toda la
demanda nacional de productos industria1cs es proporcionada por u na
producción nacional. Por último, ambos conjuntos de estadios vienen segu ídos de un cuarto estadio, en el que un país está en condiciones de importar
materias primas agrícolas y de exportar a cambio artículos manufacturados. Véase F. List, S chrijten, Reden, Brieie, IV, págs 236 Y s igs., especialmente 326-328. Cfr. también los comentarios del compilador, ibid. pá gs.,
580·581.
Ahora bien, es evidente que a estos siete estadios no se les considera
como estadíos sucesivos sino como dos conjuntos de estadios paralelos
que "se solapan" en parte. La conclusión que surge claramente de esa clasificación es que la fuerza dinámica de ese desarrollo es la industria. EH
lo que se refiere a la agricultura, progresa en la medida en que el conruct»
con la industria se hace m ás estrecho y más frecuente. En el estadio agr icola aislado, la distancia entre la agricultura y la industria es "infinita ";
• 1 el segundo estadio se establece cierto contacto pero la agricllltllr¡l ~ la
industria están situadas en países diferentes, y en el tercer estadio ,1 con·
tacto es más estrecho y más frecuente, porque la agricultura 'la industria
están situadas en el mismo pars e intl:ractúan pIe na lIlC/l h.: t:: ll t n~ ,' :1. rOl' lo
que se refiere a la segunda serie, la del cr{'cimicnlo imlllslríal, vil'm: dd cl'minada por el desarrollo dc la canlidad absoluta y n'lar i\'~1 de rel:lll'S()S dc:dicados a la industria manufaduren¡ en LIl1 pa rs dado, y n,~pn: s\;nla por tanlu.
el sistema "más puro" de los estadios pro rcsi\'o.,; dcs;lITulbdos por Li ~, l.
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Aunque J;.\ JIIl'Y r parlt: de I ()~ escritores anterio r ':; :se ¡lIler 'si th all pltl
,,1 ú l ¡!lIU t :r l11 ino de la clusificacion d e estadios. e sto c.= " , la t ranxici óu dd
..nlva j is rn o al pastoralisrno y a la ugricultura. Sir Wil liu m Pctty, al igual
qu e List, se Iij ó en el extremo supe rior. Pctty no formul ó estadios, pero
lomó en consideración la productividad de diferentes tipos de producción,
y se e xp re se) sobre
le p u nt o en su Politi cal Arithmct ic, publicada p or príme r a vez e n 169 1. T a mb i J1 a l j u a l q ue List, P etty ub r aya 1(1 extraordir ia i m por ta nc ia d e la lib ta d d e onc icncia y afir m a que ésta fue una
de la s caus os d el auge d e la ccouomfa holandesa, Pero d ice también que
lo , é xit os e on órni co s d e los hol : nd e ses se d eb en a l h echo le que aceptaron
u n gr a n pa r le d el co m erc io u ropco po rqu e "ha y mucho más que ga na r
co n la I ndus tr ia que con la Agr icultu ra, y co n el Comercio que con la
Ind us n a ". William Petty, Eco nomic W r ifings C. H. Hull , cd .. Cnmbridge .
I ~ 99 , 1, pág. 256,
18, V éa se por ej em plo , J\lihail Munoi lcscu. Tl ieor v j Pro tectio n am i
l nternationai Tra il e, Londres , 1931 , págs. 36 y s igs . En un pasa j e ( p 'i· r • S·)
Manoilcs
cr itica a L i sl po r ia b .r pre sentado una doc t r ina de la "p ro tecci ún" m ás o menos d esconectada de Jos Facto res es tr icta m e nt e económicos ,
Es ta c r ít ica se basa en un mal entendimiento de la do ct ri na d e Li s t. Aun que es ci erto que List e st aba en fa vo r ele la industrializaci ón - e n parte
po r razo '5 IlO eco nómicas, esto es , principalmente políticas . socio lógicas - tu vo una clara percepci ón de la posihilidad de ec onom ía s externas
que la ind u s tr iulizac l ón podría provo car. La primera obra en que se expone
s u m ás reciente v má s madura teoría del proteccionismo indust r ial es
Ou tli ues 01 Anwricall Political E CU/UII/IY quc apareció e n 182i . ' q ue fue
reimpresa en S ch ri jtc n , Redell, Brieic , n. Allí, habla en al guna oc asi ón d e la
part e mayO!- dcl poder productivo pl"Olllovid o por la industrializaci ón, que
:se elcbe a " la s condiciones intcleclua lc.s y 5m:i;.1 1c's de Jos indivi duo s y que
yo lla mo ca pil al mcntal" (pág. (19). E n otro lu gar (púg. 133) di c e: "Todo
llu evo negoc io L'S t ú conec ta d o COl! g ra ndes pé r d it a:; por- falta d e e;xpe r ie ncia y d e habilidad durante un co nsid ' ra bll: espacio de t iempo, El progreso
d e todo tipo de industrias maullfa lu re r" . d pt:ndc dI'! ,'1ro~ rcso (k o tros
muchos tipos, de la adccuada co n... 1r uc -ió n ti · ca sa s y t f"<lbaj s, d e illsl ru mentos y maquinarias". E slo se an :n :;: rnll dlO al po ~luJado de eco no m ías
exte r na s a una industri<t tal como ... ,~ e xp ' L'sa en los libros más recient es.
Ch. por ejemplo P, N. ROSclls tt'i Il·Rm hlll , " Pr o b lL' m s of 1nc! us lri a liza t ion o f
Eastern amI South-Eas t er n E u ro pc", cm w l1I ic l o tir/ Jal, un, 1943, pú gs.
202-211; K. Mandelb.\Um, Th e [¡ulu s! rializ.atiOH (JI Hack lvard A reas , Oxford .
1947, págs. 1-4; y Hans Singel', "Ecnoomic Progress in lJn derdcvdopcd Countries", Social Re sea'-c/I, XVI, 1949, pú gs . 1-11.
19. Véase ABan G. B. Fishcr, Th e Cla:;J¡ (J I l) mg "ü,~ llIul Securily, LOI1dres, 1935, págs. 25-43; íd em , "Production, Prinw.I'Y, S ec ondar)' and Tertiary",
Ecmwmic Record, XV, 1939, págs. 24-38: y Colin Clark , TI /(' ümdit ilms 01
ECOf1Onzic Progress, Londres, 2' edición, 1951, págs. 39:; y s igs.
20. Véase Colin Clark , 017. cit., págs. 420 y sigs.
21. Allan G. B. Fi sher, "Capilal and thc Growth of Knowlcdge" HcOlwmic JOllma1. XLIII, 1933, págs. 379-89.
22. [bid. , págs. 379-380. Es inlerl'Sa ntc ohservar q ue recientemenle se
ha so m e t id o a un análisi s más detallado el carácter en del-to modo hetero génet o de la producción terciaria, y se han propuesto las categorías ulte-
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ob lll l y (mil I ~C()IL<Jll1 ÍG Ad v.mc ' 111 <= 11. " , /\ !II ('/"iCtll! ¡ ', ' O mnt !•
L 11, 19.1], p;'¡ is . 364-467.
l' Srlll'rzo ) a r~L det e rm ina r lu relación entre ca m b io te nol ó icn
,
mbio soc ia ! ha s ido realizado por Yak Brozen, espe c ia lm en te en . 11' ,
-n 'ayo -. "Thc So cial Irnpa ct of Technological Change", Iournal 01 Enginc, lit Edllcat iOrl, XLI, 1950. pá gs . 148-154; "Adapting to Technological
'ha gc" , I ournal 01 Bus in ess 01 the Un iv crs ity of Chica go , XXIV, 1951 , págs,
114. 126; y "Thc Value of T cchnolog ical Change" Ethics, LII, 1952, págs. 2402b ; y, en un plano m ás e s t ri ctamente económ ico , por Adolph Lowe (Econ o'Il ics and S ociology, Lo n dres , 1935, pá gs. 107-115) . Pero en to~os es~os ensa
yos s e supone que el ca ubio t ec nológico v iene dado, y se Investigan s~s
implica ci o nes . Sería interesante an alizar las pautas de estructura SOCial
que chocan, de modo diferente con los cambios tanto técnicos como económicos. Aunque es éste uno de los fin es d eclarados de la Sociología de la
'¡encí a y (k la Tecn olo g ía, ha sta el momento apenas s i se han publicado
re.<;ultad~s v álidos a est ; respecto; pero véase Robert K. Merton, "Scicuce,
T ch nolouv and So cie ty in Scv cntecnth Century", Osi r is, IV, 2a parte, 1938.
11' us . ,) O~362 : G. N. Clark, Scic/l ce and Social Wellar e il~ the Ag e of Ne wron . xford, 1937: y Bcrnard Barhcr. Sci ence (!lId tl te SOCial Ord er, Glcncoc,
[ 11, 1952.
24, Para la crítica de la teor ía d e Fishcr-Cla r k V~Ll SC P. T. Bauer y
B. S. Yamey, "Economic Progress and Occupationul Dist ri bu t ion", E c onomic Jo u rn al, LXI , 1951, pá gs. 741-755; y Simon Rottenberg, "No te o.n
Eco nom ic Progrcss a nd Occupational Dist ributions" R evicll' of Economic
m¡d St atistics, XXXV, 1953, p úgs. 168-170, Para una crítica d e la teoría de
I ¡st , véa se Bruno Hildebrand, D ie Nati(JllalOlwl101nie del' Ge gellwal't ~lld
2 ¡k m lf t , Frankjllrt·am-Maíl1. 1848, págs . 73 y s igs . y ídem ., "N~tura~~vlrt­
scha rt , Gcldwirtschaft. und CreL1itwir scha fl" JallrIJiicli er fiir NatlOllalokollom íe und Starístik, n, 1864, págs . 2-3. Las dos obras de Hildebrand, junto
con otros cuatro e nsayos , fueron reeditados en 1922, bajo la dirección de
Ha 15 Gehrig, en J ena: con el título de, Di e Natielllalokollomie del' GegelllVar t tmcl ZUkll11lt and aluIere ges m n m elt e ScJzriftcll. Las últimas citas de la
obra de Hildcbrand se remitirán <1 esa ed ic ión, que mencionaremos C(H110
N atíonaWkonom ie. La s r eferencias citadas en es t a nota pueden en contrarse en págs. 61-62 de la NationaWkOflOmie.
25. Véase Sombart, op. cit., púg. 372; Büchcr, op. cit., pág. 86.
26, Hildebrancl, NationalOlwllomie, p á gs . 59-61, 326-327,
27. Bauer ancl Yamey, op. cit., págs. 747-748.
28. Véase Rottenberg, op. cil., pág. 169. Puede deducirse otra r azón,
del predominio d e los se r vici os en economías r elativamente inlradesarroI!adas, del hecho de que la ma yor parte de los tipos de artesanía o indust ria manufacturera requieren o mú s capac id a d físic a o más capital, mientr'a s que muchos servicios, p.e., el ser vicio dom~stico o incluso el comercio
al menudeo, pueden e.iercerse sin capital o sin capacidad técnica.
29. Hildebrand. NatiOlUllOkOllOl1lie, pág. 58.
30, Cfr. Johann Plcnge, Die Stammformell der v ergleicllel/(Ien W¡rt ·,
c1w !tst}¡eorie, Essen, 19] 9, pág. xv .
31. Al insistir en la misión puramente soci a l que d ebía cumpli r lIl hl
t co .'.", de los c stadios , Hidclbrand se fij ó lLna tarea ambiciosa y ;Igol a 11 11 I
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Como veremos más adelante, nu cous iguio crear una <I11ll:J1Iil'a teoría li<' J;¡
l:vo,lucí.on económica. y su análisis de los estadios apunta más a f'actores
limitativos que a factores responsables de cambios económicos. Pero en
concepción general así como en penetración metodológica. la teoría de los
estadios de Hildebrand es superior a la de los demás miembros de la
~ntigua ~scucla his~órica. Con;o señalamos a~ principio de. este ensayo (p ág.
_21), Kmes no creo una leona de Jos estadios, y la teona de los estadios
de Roscher es extremadamente simple, y más que de teoría podría calific ársela de analogía.
La aproximación más grande a una teoría de los estadios contenida
en escritos de Roscher, es un pasaje de su ensayo, "Deber das Verhaltnis
del' Nationalokonomíe zurn Klassischen Altertum" (en Berichte iiber dir
Ve:h~ndlul1gen~er kiiniglichen siichsischen Gesellschait d er Wis serlschaften,
L.elpzlg, 18.49, pago 123), en donde dice que tocios los pueblos de civilizaci ón superior pasan por tres estadios que corresponden a los "tres factore s
que hay .que combinar en toda producción: naturaleza, trabajo y capital.
En el pnmer período predomina poderosamente el factor naturaleza. Los
bosques, los pastos y l~s torrentes alimentan a una extensa población de
un modo casi vol~ntarJo. . . En el segundo período -como han experimentado la n~ayona de los Estados actuales durante la segunda mitad de
la Edad Medl.a-:- se hace ca da vez ~l1ás importante el factor del trabajo
humano. Por último, en el tercer per íodo aparece en primer plano el factor
d~l capital: la productividad del suelo se ve inconmcnsurablernente enriquecida por la aplicaci ón de capital; asimismo, en la industria el trabajo rnanual de cada operario va siendo gradualmente desplazado por la industria fabril y las máquinas; todo ello contribuyó a un constante incremento
de la riqueza nacional". Roscher repite esta clasificación en su tratado extenso de Economía (Principles 01 Political Economy, con una Introducción
de L. Wolowsky, traducido por John L. Lalor, Chicago, 1882, I, págs. 165166). Sin embargo, aquí no consideramos esa clasificación en términos de
estadios sucesivos, sino más bien como un principio de comparación de economías diferentes. No hace falta extenderse más sobre los estadios de
R;oscher puesto que se basan en conceptualizaciones en gran parte operacionales, y además, porque nunca fueron utilizadas por él o por cualquier
otra persona corno un principio gracias al cual pudiera describirse o expli carse un proceso secular de progreso económico.
32. Hildebrand, Nationalokonomie, pág. 329.
3~ .. Esta crítica fue . suscitada primero por Sombart, op. cit., pág. 373.
La repineron J. G. van Dillen, H el economisch Karakter der middeleuwsche
S~ad, Aros.terdam, 19~4, pág. 9; por Georg van Below, "Deber Theorien del'
\Vlrtsc~af]¡chen Entwicklung del' Volker", Historische Zeitschrijt, LXXXVI,
1900, pago 17; y por Gustav Schmoller, Grundiss der allgemeinen Volkswirtschajtslehre, ~eipzig, 1904, II, pág. 1117. Se repite otra vez en forma diferente por Eh Heckscher, "Natural Economy and Mane Economy" Iournal
01 Economic and Business History, III, 1931, págs. 2-3.
34. P?ra la críti.ca hecha ,por Cohn, véase Sombart, op. cit., págs. 17.
1? Y es,?eclalmente p ágs . .18 y sigs.: pero la prueba más amplia de la presenc~a conjunta de tr~n.sac~lOnes de trueque y dinero, e incluso de casos oca.
síonales de ,autosufic~encl a, la presentó Alfons Dopsch (en Naturalwirtschajt
lmd Geidwlrtschait 11l der Weltgeschicllte, Viena, 1930),
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insto con Hiklcbrarul hay que sc ñulur qru- I ,,'
d .lb .l cuenta de las dificultades que entraña distinguir entre econo m í I ,Ictrueque y economía monetaria, Doce afias después de la aparición lit: :'11
primer ensayo sobre este t ema publicó otro estudio al que se ha prestado
m uy poca atención. Esto no re sulta sorprendente porque únicamente se
(ra l a ele una pequeña obrita de poco interés científico, pero, aunque aporta
muy poca substancia, es una prueba de que Hildebrand intentó resolver
e-l comp lej o problema de trazar una distinción tajante entre economía de
t ru equ e y econom ía monetaria. En su ensayo, "Die Entwíckelungsstufen
de r Gcldwirtschaft", l ahrbiicher [ilr Nationaliikonomie lmd Statistik, XXVI.
1876, págs. 15-26 (y reeditado en Nationaliiekonomie págs. 359·373). Hilder: 1 d distingue tres estadios dentro de la economía de trueque y dos estad ios dentro de la economía monetario. Se limita a dar la lista de los tres
es t adios de la primera, a saber , (a) el nomadismo, que implica la ausencia
de propiedad de la tie rra; (b ) el predominio de la propiedad comunal de
la tierra; y (c) predominio de la propiedad privada de la tierra. Parece
1 zonable s uponer que esta cla sificación se inspiró en las investigaciones de
Maurer sobre el primitivo Markgenossenschajt, que era muv popular en la
lema n ia de aquella época. La clasificación de sus estadios "en la economía
monetaria está aparentemente sin terminar. Hildebrand sólo consizna dos
es tad ios, pero esto solamente le lleva al final de la Edad Media; no se
ocup a de las formas modernas de economía monetaria. Los dos estadios
ue él distingue son el de circulación monetaria de lingotes y placas círculares y el de la circulación monetaria en [arma de moneda acuñada. El
primer estadio representa un sistema mixto en el que todavía se considera
al metal moneda corno un objeto de trueque; el segundo estadio es la forl ila más antigua de auténtica economía monetaria. Hildebrand explica la
transición del primer estadio al segundo diciendo que surgió de las necesidades y privilegios de los gobernantes. Marc Bloch, "Economie-nature ou
éco nornie-a rgen t" Annales d'histoire sociale, I, 1939, pág. 11.
Es de lamentar que Hildebrand no completara su análisis de los subestadios y rellenara de ese modo su clasificación de los estadios. Podría
haber señalado una serie de aspectos políticos o culturales que hubieran
dado un giro más útil a la muy abrupta y casi estéril distinción entre econo mías de trueque, monetaria y ccditicia, Al carecer de ese estudio más ex tenso de los subestadios, su teoría consiste simplemente en rótulos. más
o m enos adecuados, aplicados a las diferentes formas de cambio, en vez d e
ser una explicación teórica de los cambios en la organización económica.
35. Sobre la distinción entre redistribución, reciprocidad y mcr do..,.
Véase Karl Polanyi, Thc Great Transiormation, Nueva York, 1944, ca p tul ..·.
4 y 5; sobre los Bancos e instituciones conexas, la bibliografía " ti II Hl
siado voluminosa y conocida para que sean precisas citas especiales. v(~ , tito
sin embargo, Alcxandcr Gcrschcnkron, "Economic Backwardn , . in l li: Inr i
cal Perspectivo?" en The Progress oi Underdeveloped Arcl/'" 11 . l . Ilmdil 1.
ed., Chicago, 1952, págs. 3-29.
36. Véase Johann Plenge, op. cit., iden, Grund lcgu ug , 1"
chcnden Wirtschafstheorie", AmIa/el! [iir sozialc Poli tl tnu! (;,' • I
Y, 1917, págs. 492-518; y Dipsch, op. cit.
37. Dos traducciones aparecieron en 19l1l, uu.t "11 1';111(, ", ('011 "1 titulo,
Et udes d'histoire el d'économie politiquc, traducida pOI' /\, 1I11l1';Y, I'arls y
II II U 11 ' ,
nr¡
l '
t « 1\11 h V r tl
I CONO'- J( ()
Bru sclus, I!JClI ; Y ot ru en ingl és . baj o el t ítulo de Lnduvtrial E vol u t ian tra elu cida pOI' S . M , Wickct t, Nuev a York , 1901. E n a de la n te todas la s rc feren cías a l pri nci pa l ensayo d e Büch er se remi tirán a la traducción inz les u
pu b licada por Wic ket t.
•
. 38. Georg van Belox , op . cit ., págs . 22,24 y J. G. van Dillen, p. cit. ,
pags. J2-17 h an presen tad o un es t udio m uy in teres a nte de lo s ca m b ios P O el
tex to e n tre la 1" y la 2" ed ic iones a lem ana s .
39. Biich er, Indust r ial Evolutinn , ca pít u lo J . es pecia lme n te pal! o 89.
40.
págs . 106-107.
4 1. tu «, p ágs . 108 y s ig s .
. 42; Véase M~lx ' .....e ber, WirtscJ/Q j¡ // /1(1 O ese íl sc u a ] r , Tübinge , 1922.
p'l~S . :>32-542; y id em , Gene ral Econom ic Histo r '. t ra d uc id a por l . F.
Kn ight, Glcn coe, 1950, p; gs . 315 y sí gs.
tu«,
" . . 43' . P a r a un es tud io más extenso de este pe r iodo, v la se m i ms ayo
c;Itles m A<1~'a n ccd ami Underdev el oped Count ri es" , Conlluence, I V. 1955,
pags . 324 y s rgs .
44. E n t re las pu blicaciones m ás intcre .a nt c sob re fa eccnu m ía urbana medieval , ba sada s en parte en los es tud ios lit: B íichcr. v éa n se so b r to do .
J. G. van Dillen, 0]7. cit.; Fritz R dri g, Die euro pdischc S tadt im Mittclalte r
( 1932) Gottingen, 1955; Hcnri Pire nne, Me dieval Cit les, Pr incct on, 1925: v
Max Web er, General Economic Hist ory, capítulo 28.
Si se acep ta cxt a in tcrp rc tuc l ón cid p apel p cl ít ico cx lusivo d la c iu dad europea med ieva l y s i se considera qu e la pc cu liarldad de la "ce nom a
urbana" es una ernau ió n del alto g ra do de so lida r id a v autod t rrn in a ci~~ polít ica .~ e la c iud a d eu ro pea m cd i .va l, la ur gu rn c nt ac i ón d e a lgunos
c rr t rcos d e B üche r e e qu e no exte n d i ó su a ná lis is de la ec onomía urba na
a la s ciudades no europ as es no solar n cnt impert inen te sino ta m b ién
en ga ño so . J oh ann Pl cn ge , p.e., e n "Gr u dl egu n d e l' vcr z lelchcnd cn Wi rl scha fts thcoi-ie" p ág. 98, d ice uc hay q ue lament ar que B Uch er no comprend iera có mo "ut ilizar COI c la mcn te" la oh ras sob re ci ud a des me 'cvales
m usu lmanas y h iza n t ina s y f<ls condi .i(lnes urlnlllas eo China,: fu de d. l'
a su tcoría d e los es tu d ios "esa ext n. iÓIl u ni\'c l'sal -hist ó ri ·u" q u . rc q uic r .
Pl en gc se d ejó engañar po r ci ert o s aSJll' tos su perficiales del fun ci o na mi e nto d e los mercados y por d te r mina a funciones a ná lo"as de supcr \'Ís ión
d e me rcados y superv is ión de la producción po r organi za ciones gremia les .
Si se J1U~iera fij ado en esas ci udades no eu ro peas, 1,. r ía t'nco llt r <ld o p ro .
fund as dI ferentes que d em ucs tran la sa b id u r ía d e Biicher a l lim ita n ,\: a
Oc ciden te co mo p r im e r a a proximación.
45. B Uch e r , o p . cit., pü g. 1.14.
46. Barl Büche!', Die B ev01ken lllg 1'11/1 F , tl k j ll r t {/m ¡H ain i m ¡er ::e/lIlt en lII u1 fÜtlfz ellllten Jahrlu mdcrt, Tüh in¡;e n, 1886.
47. H a bría q ué s cf a l<! r q ue en s u libro, I mll/slrial Ev olmiou (PiÍ gs.
154 y s igs .) h ay a un o tro sis tc la de es tadios ap,trtt: dd que es t ud ia m s
aquí. Se encuentra en el capítu lo 4· , titulado " A Hi stori eal Sur vey o f In.
dustrial Syste ms ", en el cual se d a una lista d e cinco es ta dios . Son; tr abajo
doméstico, trabajo sa la r ia l. a rt esanía, indus t r ia c as era o si st ema d e p oner
dinero a interés , y trabajo fabr il. Estos c inco es ta d ios correspond cn m ás
o m en o s a los tres estad ios ec onómicos glo bales . El trabajo doméstico se
co r respond e con el primitivo ~i s t c ma doméstico; el trabajo sala ri al con
el nnal del si s tema dom é sti co .Y 1" t n lIls icilm al sis te m a de economía
n .i ua s« /1/ lo. 1 : ,I.lH/lJ.'" IJJI
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.Jr l t· ~; lI l1 a
l". la Iortua l'<I ra ctl'l bt it a d,' organiladúlI uulu: tI 1 "
urhaua; los do s últ irno s e ~ l .id ios xe cor . p u ud 11 l IIU I I
primera v la últ ima fas es d e la economía na ci o nal. Así pues, ' t u ln
caci ón de es tadios es simple men te u na lista d e a lgunos aspectos cspv b r
del sistema más general de estadios económicos presentados por Bíichc r,
Co m o a n ális is d e lo s p rocesos eco nó mi cos de crecimiento, es inferior: I
an te rio r, y e n la med ida en que explica lo s sucesivos s istemas de organización industrial co mo ba sados en una creci ente d ivis ión del trabajo, resul ta
mucho menos so fist ic ado que lo que Adams S mi th había dicho s ob r e el
par t icula r .
4R. Los aná lisis del res to d e esa secci ón podr án SCI' co ns iderad os po r
al gunos lec to re s co mo una cuestión marginal. En lu ga r de comp r ob a r la
va lidez ana lítica d irect a d e la " teo ría" de B üchcr. va m os a estudiar sus
concepciones sob r e la economía urba na y la
nd ic iones eco nómicas primi tivas . Pero , como el es tudio d el creci miento eco nó m ico secula r tiene
un a importante dimensión h is tó rica, y co m o se pue de n com p re nde r mejor
ciertos problemas d el d esa r r oll o eco nóm ico . i somos conscientes d e la !';
d iferencias y d e fas a na log ías - 1. 1 co m o c. i te n
ent re formas adek a da s moder na s y forma s total m e n te p r im itiva s d e o r ga n izac i ón econó m icas
y s us COI' espo nd ierues es truct 1 s soc iopol ü icas . IIlI a teor ía que subr aya
esos pu n tos ti e ne g ra n va lo r pa r a un a m ej or compren s i ón d el c re ci m ien to
.co n óm ico , aunque no se ce n tre concre ta m ente en Jos p rocesos puramen te
econó m icos d el recim icn to .
49. Véa se
a r l B üchcr, "Envíe! T U Il ,", Jah rh ii .hcr j iir Gcset zgebung
Verlva ltll Ig u nd Volk sw irtschait im D uu sclten R eiclt, XVIII, 1894, p ágs.
'18·319; G ' a l' van Bc low , op , cit ., p ágs . 4-6; u ta v , chonber g, "Z u r wirtschaftlichcn Bedeu tung d es deutsch en Zu nftwcs n s i rn M itt cl alt " Jah r bii ·
cl i cr [iir Nationaliikonom ie Im d S tuti stik, IX, 1867, PÜ<TS, 13-14; y B runo
H ilde b 'a nd , " Zur Gcschicht c del' dc u tsche n Woll elli ndu sll"Íe" ¡/}id .. VTI.
J 866, pá ns . 85·86.
50. Cfr. BUcher, hldl lslria l Evolllt ioll, púg. 97; t a m b h~ n ~ lI " Erw íd el'lIng" loco cit . La cllesti llll de s i la apo r taci ó n d e Biicher fu e ori in a l o no.
ha sid o suci ta do en 11 ,l n..:cepc iún d e la prim era ed iciólI dt~ E II [S t t:1W Ii ! '
de r \! olksw i r l 'd Ia j l que Gu st a \' Schmclle r p ub licó en el Jah rlJll /1 j¡ ir
Geset " elJlm g Verwaltu ng lII ld V olk slVi r t sch ajt im D elltscllCl l R eic1l, ' VII.
1893, pá gs . 129 y si gs. S chmollcr había ci tad o a lgu nos d e sus propios escri.
los a n teriores y se hab ía quej a do de q ue BUch c:' no ~,,' hubie r a n 'fend(l
a ello". La r es pues ta de Büche r fue que el méri to de haher tic, ubi r lo el
concepto de el:o I1l>mÍa urbana no le co r respondía n i a é l m i ITI(' ni lL
Schmol h.:ro s ino a S chombcrg. r"l ús turde, 8 elow cncol\tnJ 1'<..' lo'. de " 11 id ••1
en la obra eh: Hildeo ra nd y Pe r lhes . Po r lo que sc n: ricI\ ' a l t un ep lo d '
eco no mía domé st ic a cerrada , Bücher r cconot'ió ha her 10111: d , ': ll; mi nu
de ull a obscura o b ra dc u n [a l E. Bech cr, ~. ~II S a Jl IO~¡ d ' ~' 1 ¡p l l\, ~ d..
Rodbertus.
- eaEl a taqu<.: d e Sdu nu lle r cont ra la prclv ll ~. i<i ll d, · Bii..lJt·r .1,. t i "
dar de la teo ría lk los tres estadios -l·ClIIIOlll i.1 c101ll' 1. ti a , <.cullu rnía u r bana y ec ono m ía n at'i un al - no fuc d LJnieo. Voh·j¡1 ;! )) " 11 ' 1' ,. t'U Id , de j u ici o
su condi ci ón d e ::ulor d,' la IcOl ia l'\1 ;ll\du .1 ,, 1J ;1I 11 I 1'1., , . e n " Wirtschafss luffen und Wirtsch a fs ellt wicklulIg" I t\/II/l1/"1I jji, S" 111/" "olilik I/Illi C eset r.x ebUl lfl;, IV, 191 n. p ú¡.!s. 011)5, 'J I. volví.) : 1 d b nll ir !l ll ( ' Bí¡ '! ll'l' IÜt'ra el des1111 . 111 1;
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"11 In e ounm ia
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r!','O!UtlS VI:'! , (:UhClMnN ro / : • lNOM/('()
LUb r i J ~l'
de la t~'oria ~r atribuyó su creación a Gustav Schonberg, Plcnge
rec ur r ió a seleccionar una serie de párrafos del primer ensayo de Schon bcrg sobre los gremios medievales, "Zur Wirtschaftlichen Bedeutung des
deutschen Zunftwesens im Mittelalter", págs. 1-72-97-169, v demostró a conti~uación q~e Schonbcrg había empleado en ese ensayo -los conceptos que
mas tarde incluyó Bücher en su teoría, y que había presentado características aproximadamente similares para cada uno de los tres estadios.
Biic~l~r contestó a la critica de Plcngen con una áspera réplica a la que
volvi ó a contestar Plenge, Zum Prioritatsstreit über die Theorie der Wirtsehaftsstuffen" Alma/erl [ilr Soziale Politik und. Gesetzgcbung, V, 1917, págs.
248-262). Los argumentos más importantes, y en último término los más convincentes, presentados por Bücher contra la pretensión de Plenze son los
sig~icntes: Büch~r dice que "Sch ónbcrg no se dio cuenta del hc~h~ <.le que
tema ante sus OJOS las partes ele una sucesión uniforme de estadios. Solamente describió diversas situaciones que comparó entre sí. Cuando más
tarde estudió en su tratado los sectores económicos se refirió a la teoría
d~ F. List y mencionó .t a mbién la teoría ele los estadios presentada por mí
Husmo. No puede explicarse ese hecho --como ha hecho Plenge- diciendo
que no se acordaba de una teoría de su juventud. Nunca tuvo una teoría
semejante" (pág. 253).
'
. Plengc ~o contestó a esos argumentos. Gertrud Kalveram (op. cit ..
pags . 107 y sigs. ha vuelto a suscitar el problema de si Schónberg elaboró
o no una teoría original ele los estadios y contesta afirmativamente. Señala
tam~ién que la distinción principal entre los procedimientos de Schonberg
y. Büchcr es que aquél presentó sus estadios con un número mayor de van~bles "características" que Bücher o Schmoller, Si se acepta el razonamiente de la señorita Kalverarn, r esultará que los estadios de Schonberg
~stán descritos m ás como "tipos reales" y los de Bíichcr rn ás como "tipos
Ideales".
51. Véase Karl Rodbertus, "Zur Gcschichtc del' rómischcn Tributsteucrn scit Augustus", Iahrbiicher [iir Nationaliikonomie und Statistik VIII
1867. pág. 106, nota 51 en las páginas 400-403 y págs. 408 y sigs.
'
,
52. Habría que subrayar que nos interesa la función social del dinero
y. no la Cco.flómiea. Esta ~ltima es idéntica en los tres estadios, esto es, el
dinero actúa como medio generalizado de cambio y como depósito de
valor. Pero la función social del dinero -y, como v~remos más adelante
la función social de otras instituciones, p . e., los mercados o sus equivalen·
tes- puede variar considerablemente, ya que no depende de los efectos
puramente económicos de esa institución, sino fundamentalmente de la acti·
tud general que con respecto a él tienen los miembros de una sociedad.
53. Las tesis de Rodbertus sobre la cambiante función social del di·
nero ~llcron elaboradas mucho antes que sus escritos sobre las condiciones
a~ranas en la anti~ua Roma. En su primera obra importante, Zur ErlcennlfllS .wlsrer st.aatswrrt~c1zaftIielzellZllstiiflde (Neubrandenburg, 1842, pág. 147
Y SlgS.) analiza las diversas formas que puede asumir un medio de circulación, y distingue entre moneda con valor intrínseco de mercancía (p, e.,
y plata) y el dinero del futuro, que es un mero símbolo
":l0nedas ~e
s~n v~lor mtn~seco. En el curso de este análisis, examina el desarrollo
hlstÓ~ICO del dmer~ y da una explicación que guarda una sorprendente
s-:meJanza con las Ideas que más tarde Hildebrand incluyó en su emayo
0;0
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\"",. 1)1.1.
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) 'O,' I,\ I H"
.lc I L Aunque Rodhcr t l i 1l\1IlGI prutcndió que la clus if icución (\ l '
eli l .
de H ihk br:\I1cl se dcrivu ra de su anterior an álisis, las scm ejanzas : .U II l . 1I
.... ra ndcs que pueden llevar a suponer que es posible que Bildcbrand uv ic .'
presente la obra anterior de Rodbertus cuando compuso su ensayo (k I!1M
Si esto fuera así, habría que considerar a Rodbertus no solamente como la
fuente original de inspiración para una parte de la teoría de Bücher, sino
ta mbién de la teoría de estadios económicos de Hildebrand.
54. Rodbertus, op. cit. pág. 401.
í
55. Eduard Meyer, "Die wlrtschaltliche Entwicklung de Altertums"
Iahrbúchcr [iir Nationulokonomie und St ati stik, LXIV, 1895, págs. 696-74,3;
Dopseh,op. cit.; M. I. Rostovtzeff, "Revie~ of..J0h~lmes. Ha~ebr?ek, Griech isch e Wirtschalts lmd GcsellscTwllsgesehlcllte , Zeasdmtt f¡~r die gesamte
Stoatswisserscnait, XCII, 1932, págs. 333-339; y R. von P óhlmann, Ce~clfichte
der sozialen Erage ul1d des SozialislIlus in der antiken Welt, Berlín, 1925.
Véase también G. Salvioli, del' Kapilalisl1ws im Altertum, Stuttgart, 1912, y
véase la réplica de Bücher a los ataques de Eduard Me~'er, en su artícu~?
"Zur grieehchischen Wirtschaftsgeschichte" (1910), rce~ltLldo c~ Karl Bu cbcr, Beitriige ZIIr Wirtscl¡aftsgesc1fic1lle, Jcna. 1922. pago 1 y sigs,
56. Roztovtzeff, op. cit . p ág. 335.
57. La controversia entre los partidarios ele la teoría de Bücher-Rod.r tus y sus contradictores se ha visto últimamente somcti~a a dos plante am ientos distintos. Puede verse un resumen de la controverSIa en Edouard
Will "Trois quarts de siecle d e rcchcrches sur l'éconornic grccque antiquc".
/lfm~lesl IX, 1954, págs. 7-19; Y en un ensayo de H. W. Pearson,. "The
Secular Debate ou . onomic Primitivism" en Trade and Market lH the
Early Empircs, K. Polanyi, C. M. Arensberg, y H. W. Pcarson, eds. Glencoe,
1957, págs. 1-11. (Véase también la evaluación de la controversia del "oikos"
por Max Weber, Gcsamllldte Auisiits:« zur Sozial -und Wlrtsc}laftsg~s­
chiclitc, T übingen, 1924, es pecia lme nte págs. 8-12, 31-33.) El e~sayo de wm
contiene un gran número de citas biblíogrMicas oportunas. WIll resume su
análisis definiendo la economía griega del modo siguiente: "Una estructura socio-política orientada hacia una ciudad, basada en último e~tremo
e n una economía esencialmente agrícola y limitada a una producci ón arcaica de artesanía para la satisfacción de necesidades restringidas.. El cr.ecimiento de la ciudad hace que el comercio exterior sea necesario ~ fin
de satisfacer las necesidades del tropllé, y en segundo lugar (pero snnul·
táneamente), del Fisco. E sto produce una categoría ir:dispensabl.c de perso·
nas con una orientación cosmopolita y orientada haCIa el ex tenor, an.t,ago '
nista de las tendencias arcaica'; fundamentales. El volumen, la compleJidad
yla extensión de ese comercio fueron muy mode~tos al principio pcr~l
creció progresivamente, aunque siempre permaneCIó extremadarm:lI\(: 11·
mitado en comparación con nuestras concepciones modernas" (p f, '. 19).
Aunque esta definición parece a primera vista una posici6n (It: ":lIln :o
término medio" entre dos extremos, apoya consickrahk01ent~: la 1IlIvrpr,'
ladón de Bücher V de Rodhertus, más que la lesis I11ml 'm ista, ya ([U"
destaca el carácter' predominantemente agricola y arll'sallll I Iv 1:1 l'clmomía
griega y el ámbito relativamente limitado tI¡; su l'UllI -rdo.
58. Véase Dopsch, op. cit., passim, pera csp c ¡¡¡lmente e pít ulos 1 y 2.
59. Esta debilidad de Dopsch fue ya cemm ra c.la ;'¡sp cr~lIncnte -yen
mi opinión, muy lógÍl:amcnLe- por SUlIlhart , en l ' '1:lció n con la obra de
mr :,
ni J
J 1 ( / ,\ 1/ " 1() I.C LJ.
fJ
II ,p ,(I1 , ¡JI . ' 1\'; ' 1' 1/' r twic k lu iu; dcr Kurolon ge r; 'i, ( Wd Ula r, :t vols,
1 12-19 13; c lr. S umh a rt . Dcr !"JOr/t'r1l Kapiu ti tllT I. , Muni ch, S· ed ici o n .
922, l. p.i g~. . -55 ),
cíO, Dopsch . Na t uratwirtschu ]t un d Geld wirt scha jt in d cr J.-/ l g es
chich te, pág s, 253-25,J,
61. La ingenuidad d e Dopsch se po ne, a demás, de mani fies to en el
argumento ( ib id ., p ág. 254) de que el s istema med ieva l de pa gos en especie es idéntico al sist em a de trueque. Pero m ient ra s UC, en las condiciones dom inantes .n la Ed ad Med ia , el pa go en espec ies era p referido por
la s dos p artes. deb id o p
i m ent e a la au: e ncía de merca do s orga izados, el s istema de trueque , e n le med ida en q ue e p rac tica en cc on m a~
en las que fu n cionaban mer cados bi en es a r rolla dos no era un- in tituc ió n m utuamente beneficiosa sino u n modo de expl ot ar a l obrero . D ahi
q ue ambos s is temas ten ga n sólo un a . m ianza superficia l y sea n b . kamen te diferent es en s us fu nciones so lo-econ óm ica s.
62, Véase Gu sta" Sc hrn o llcr, T lie Mercantil Svstcm (trad uccio n d
u n ca pítu lo de "S t udic iib er d i ' Wir L ha ft lich Polit ik Fricd r ic 's d es
Gro s scn" publicado prime ram e n te e n l BS J, VIl, J, Ashlcy, cd . y rr ad uctor,
Nuev a Yo rk, 1895, á . 3-6. Pa ra u na e.' OSK'¡On m ás reciente v e, t ' 11 a
véase Gu st av S chmoller, Gru ndri..\ riel' algcmci ncn Volkswirtschaitsteh re,
Lei pzig, 1904, Ir, p ágs . / 126-11 31.
63, So bre el m ét odo de Sclu uo llc r. c. pec ialme ntc sobre s . opini o ues
po r lo que se r efiere a la cccno m ía . \ a t: c hu rnpc ter . op , cit., pá gs. H09815 .
M. l' te punto de vista lo pone mu,\ le relieve Karl Büche r , " Vu lkswirtsc ha lich e E ntwicklu gsstuk n" . 0 1ll l1d r iss de,. SuzialOk0l10m i , T ii ·
bi ngcn, 1924, J . 1> pa r k, ....spec i.tlJ11l'II! . p ~ . ~ . 6. 17-1 8.
65. Véas ' Ar thu r S piet ho 1, " Dil' a ll eme inc Volkswirschaftslehl c a b
¡rcschich t ¡¡ch e Th L'orie ; ie Wir t ' afL : tilc ", S cJmlOllers J all rbucll, LV 1.
1932, púgs. 51-84; e id ell1. "Ans chauli e IInu rd ne vo lkswirlschaftlic h '
Thco.-ic IIn u ih r Ve r htilt is l.Ue in3f1 c!l:r" en SYl1opsis, E dgar Sa lin, cd "
Heidel berg. n. d. pá gs. 567-M4. Pm't ' tI<: es te IÍlti m o e nsayo se publicó e ll
una t raducció n ing lesa t.:on ,1 tí tulo "Pu r t.: T hcor v and E cono m ic Ges ta t
Th eo ry: Id eal T ypL's amI R ..11 T _ es", e l) E;¡ terp;'is e alld Secular IzaIItze,
F. C. Ltlllc y J. C. Ri rncrs r , crJs., Homewo o tl, 111" J955, pá gs, 444-46~.
66. Véa se Lanc y Riemer. ma , 0 1'. 'j J., pá gs. 440-443.
67. Mary :lea ll 80\ 'm an y C. Arn o ld Anderson, "Wh,tsch ll ::. type n".
Scll/IlOll crs .la/l r/m ell , LX ' V, 1955, péí g ~ , 514. 5 ~2 ,5 3 3, Cito IIna ve rs ió n in·
glesa multicopia da difundida pOI' sus autor.:s .
68, Vt:as c Somba rt , ';Gewerblich c Ar be it " lo e. cil ., pá g, 402. Para u n
es t ud io de la s "es tadio ~ ~ mómicos ", V":' é\Sl' i }¡íd. , pá gs , 390-393 y pa ra
un l~stud io de los "pri n -ipios tlt.: él t ¡,,¡da d e o núm ica", i bid., p¿ g. • 3<)- • 6.
69. Cfr, Somb;lrt, "G ew crblichc Arbei l " lu e. cit., págs. 394-395. V ' se
también Sombart, D er ,Hoclcm c.: Kapiral '.\/I1/1S, 1, pas:.il1l, e:;pcc ialmen te
págs. 14, 31 Y s igs , 320, 327-330,
íO, El propio So m bm-t p rl'se llla u n re s umen de s u l'squema , Cf r.
"G ew erbkichc Arbeit " loco ciJ. , págs. 379-3S2. espec ia lmente pá g, 38 . ero
véase también J . L. Gray, " Ka r l Marx a m i Sod al PhilosopllY", en The So·
cial ami Polit ical Ide as a! Sa il/c Rep rf'H:Il ' a l iw ! T rill ke r,s 01 Oze Vic to rim l
I/"/I/I,'./JI
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P¡ ' S , U 5-13l\.
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1/1 , ,
1 1I ~ \ .I' ; \ ' .. llh.1W. I ,, " . h l l l' l l
.
'
71. V éase , por cjc m plo , Bo w ma n ~ Al II rso , °.1, c i t .; v III ~ '
" So cia l Structure a nd Eco uomic Gr owth"
CO/W 111 U! Iru erna zio
"
1953, p ágs. 52-72, y "Sociological Appr.oach lo EconOllllc Developm nt , /~tl.'
del Con greso In te rnazio na u: d : St udio su l Pro bl en ui d el /a Aree A rret rut c,
Milún, 1955, n. págs. 755-758.
12, Sam ba rl, Der MUll en/ e K api talisflll lS. 1, p ágs. 327-328.
73, I bíd ., p ág. 329,
. . ,
l)17
74. Werncr So rnb; rt, Th c Ollilll essence uf ( apila /15m : Lo nd res , 1 .
E l ca pítulo alemán d e ese lib ro es Dei' ñoureeois ( MUIllCh,. 1913).; eS,te
t ítulo indica m ejor su contenido y en foq ue g ner a l qu e el tit u lo , ~ngles.
75. Sc numpe tcr. op. ci t., pág. 8l5, Véa se también la va l?rac ll n g~­
ncral q ue da Schumpct e r a la ap o r lació n de S orn b art a l est udio d el cap it ali s mo,
lb iá.
.
/ M
76, H. S p¡ w 'c nbe rg, T crr it or ialw irt sc! w f t /I/u1 SI(~t1I \\'l r l~Sch(! ,1, ' u'
ni ch 1932; H an Geiss , Ce/ el -/II/(1 I/{l w r alw i l'l Sclw l tllcl le E.rsclte l ntm~s'
/o n;ICI/ illl st aatllch en /w f !J(//: l t al iens 1 tih r end d er Gotenr eit , S lu ttga rl ,
1931 .
. A
t
77. V éa se H a ns van "Ve -c k e , " Econollli e·Nal u rc '1 J.•l·0I10111 IC · r ·.JI :
Une Discussion". Anuales d'/¡isl or i ¿f'01lOm iq ll c el H)Lit~lc:, 1[1, 1931, pa :.
428-435; Henri S ée, "Review nf Alfo ns Dop sch , Natura l» '/r !Scllll/l lI u1 Geld·
" 'i r scha lt Íl I dcr Wd lge.\ c iicht ". :cOIuJIIl ic History Revi e v, IV. 1932-1?34,
{//Ur all,,'¡r t. " " Vi9.360' Hcn r i H, us er, " R view of Alfo n Do psc h ,
fJ·II_ ~ . _.
,
.
O'
'7 ' 4"8 Otto H intze
clt~ ft. . . ele", " Révtlt~ Crit ique ", XCVII , 193 , pags . 't, ' . ' ; ,
• •
. ,
"Review uf Alío ns Dops ch , I at t 1"1l1\Vi r l scl w f t . , . etc.", ' N : ~to n.<c11C Zei tschr i { l , C 'U I!, 1931, p úgs, 524,~7; .Ii , H eck. che f . op. , ~ll: , p~~.- . ~ .2~; y ~ '1 ~~:
Blo ch . " L ' cl asliit icat io ns l~Ol1 l) n\lqtle.· ;. la lllm le re, tI< s lar t s
~ dOlo .
Annal ' d 'h i. toirc écor om iq LIl: el social ' . l IT. 19_ 1, pa " s. 435,·~40.
78, Hi n tz.:, 01'. d I.. p fu' , <;25.
79. La cxpo~icióD. clás ic, d '\ us o de CUJl5lr Ucd o llCS d c t ipo ~dl",:l c; (',1,
.:lI sa 'o de Max W ' (' 1' so bre "Obj el i\'it ' in Soci a l Sci 'n~t: . d S~clal Poh~y .
qu e e pu bli có por p ri nw ra \ " 1,. l ' • 1904 , Y qu.: 1: 1, SIdo II1c1U1~1 c n/ : ~""
\"," her T/¡ e M c tll oduJogy (J f rlw f) CIII S C! i?JIC t.'S. le ncoc, III. l A ? , p U l1 ' O
y s igs, (Es te lib l'O se r ú ci ta du l~ 1I adl'l a nlc COlllO ;H(,I II nd ol oIt,Y· ) E n. ,se l' l1 '
sayo, Wcbe r a lll e explic ita n ' Il e • \a econu: Ir. u rbana ,Y ~~ ~-al ll, I~.L .. ~I '
.:jcmplo d t.: l ipo ideal. H ' ~ m ot ivos ,p a,m P 'nsa r qll ~ ,l~, ?I Op ~.l clJ n~ Cfl'I(lI,1
de Blich e r de lo s es t, io ' es JIlUY slm Ila l' a la exphcaCl~n .d t ,W~ l> 1 , \ _...l.1
supo sici ón p ro \' iclI de la ;\ri nn ació n d ' BiidlCJ' ~n el prd'ac llJ 1I . l a ~'~' r'~ 'll d .~
edición a lemana ele Die E.l/ sl '!U lI/ d a l!o/k s\l 'l rsc/¡¡¡!1 ~ II d Ulld di \ : 11.,.
cíe do es pe da l refe renc ia a los lIos cap ít ulos q:' c con t~cll:'1I ~Il [ 'o " (.I l
. ta d ios económ ico s, que "su ol1r<l 1 ta dc lco n a cco.non llra
10 <le: h'~. l'c ;,>. . . E n la, PI'I' rJ1"~ 1"\• ed ic ión m e LXl'l'cse
' U II ¡' -¡., Ia llt
to n, a eeonom
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liad, p ero, por lo que se re ficrc.: a l canícle r ló~i~(~ de l0.: e .t~~l~1t s " ~"'.'~ I.IC :',
S in embargo , he aprovech ado la pres enW cd lelol1 pa l,l 1l.1I '~ lo... 1101. ·lI t
11
cu es tió n una forma t al que en el fu tu ro no se k s 11\Il'l1a 1111<'l'p 1'1'1 .1 Ilwl
con buenas intenci ones". ([ I/{[lIslria/ RCI'(Jlul ioll l, p 'i)', " ,
'u IH:lva dos
n...
son míos ),
Est e a r brtlmento fue pasa do po r alto po I' 11lllelIll~ e.d l ieo s d:'.stle el
]Ju nto de \'ist a de la his torié], P ero la Il'o rÍ<i <h' lIiiclwr l11e n 'coglda po r
11
I ¡j O I I \.
11, I,.w (' " .
/)1.1 (" 11 t« '/ ,111 h \ ' /11 I ( 'U N OM I CO
..
mtcrprctaci. ,ón diciendo
que cualquiera
L Il !l) l.• 1111. 11. ro r d e B üchcr, sus estadios implican una sucesión
11 l. 1~ 1" ' 1 d - II (J t
H 111 11 1 S , esto es, una sucesión más o menos rota del'~ l
I"~ ( U 1
"
'
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•
Iio:
. ' .. 1, \ ' , 0T', cu. , p LlgS. __-24.) De hecho, el análisis real de los esta( lOS lit: R ucl •
'l l ,'u •'11 TI bi
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.
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• ' .
)(guo. C uand
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mencIona
explícitamente los
_ .11Jea d~ ( nst n~c:lO nes lógicas, pero en el curso de su ensayo los ;rata
•,"UJI,I.O. T< ('~ I ~uL e Justamente Belo\\'- de puntos focales en una evolución
histórica unilineal, Por otra parte, en cierta ocasión dice que desea "dividir
~O(lo ,el (;urs~ del desarrollo económico, al menos en el caso de la Europa
l.~ntr,lI y occidental, .. , en tres estadios" v en otro IU<7ar habla el l "
si ón históri
d
"
.
.
1:>
,
e a succ', uu ca e. SIstemas Industriales" (Tndust rial Evolution, págs, 89 y
~ 54), Esta ?1aner<l de presentar las cosas puede f ácilmente producir malas
lIltcrpretacrones.
•
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S~I1. cl11b~rgo, después ~e la primera guerra mundial el magisterio me~d~log~~O de ,Weber 1;(' habla abierto camino entre los sociólogos alemanes ,
) tam~)Jcn gradualmcn.te entre los demás, hasta el punto de que la ín t er ;;~laclón ~e los estadl~!; económicos como tipos ideales era comúnmente
ep tad a, ~ solamente algunos contumaces se negaban a admitirla E t."
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el :1ClaS sociales, destaca Akxander von Schelting Cfr su "D'
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. ~ .sem cgrrr cs. Idc~ltypus" Archiv [iir So::.ialwissc1'Isclzalt und
So..~alF~J¡,t¡f,., XLI.X: , 1922, paps. 101-726. Cfr. también el Prólogo de Edward
A, Shíls en 1.\ ed ici ón amcncana de la Mcthodology de '''''eber
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pags. iu-x .
dle, case: .Spam\cnbcrg, op. cit., pág. 1; Y Johann Plenze "G
~Il der vc r glc ichc nd en Wirtschaftstlworic" All/'wlen [iir soziale 'por;tn ~
G ' ~ ' l ;:.g e !J111I g , V , 1917, p ágs. 52 v xius .
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81. Franz Oppcn eimer, S'\'S/~;1I del' So ziologie, Jcna, ]923, IIr, l'
pa r te, págs. 275-300.
.
82. 1bid. p ágs. 277 v 300.
lB. Schumpetcr, op. cit, pág. 442.
1; 84. lIe.rbcrt Gicrsch, "Stugcs and Spurts 01' Economic Developmcnt"
~. 1 tzcononuc Progress, Lcon H , Dupdicz, ed. Lovaina, 1955, pág. 194.
, 85, Andreas Prcdohl, Aussenwirtschatt Güttül"cn 1949 especialrnenrs
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a ~CI'O mann, St adi cn und T'y pen der Industrialisierung
l-: .. a, 1931; y Colin Clark, op. c i t., pág. 395 " s igs .
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.
86." Cfr., por ~jemplo, W. W. ROSI\lW, "rhe Take-Off into Sclf-Sustained
~r:()~vt/¡ .', E~OllOnll~ Journal, .LXVI, 1956, págs. 2548; y mi artículo "Nont.: ~or:.~mlC Fdct~rs 1lI ECOnOITI!C Dcvdopment" Americall EcollOmic Review,
XL\ .I. 1957, pags. 2R.41.
87. V~ansc los escritos de Arthur Spicthoff, citados en la nota 65.
" . 88. Ye~se L~ne y. Riemersma, cds" 0[1 . cit., págs. 341443;
F. C. Lane
(r,JIIclUSlOl1 , ¡bu/., pags. 522.534.
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i' . 89. Cfr. ,~o\Vman y Anderson, op. cit., págs. 533·534 . Tampoco se ha
l..)rado de cntlcas la obra de Spicthof. Quiz{t el ataque más agrio contra
ella y contra los .estadios económicos, sea la formulada por Walter Eucke:l
(en T~'e FOlll1dal101tS of Ecollomics, Chicago, 1951, págs. 64·102). Muchos d e
I~s ?lgun;entos de .Eucken so~ repeticiones de críticas anteriores a las
t 'O~laS de los ~stadlos ~c~)UómIcos, p. e., que los estadios son arbitrarios,
qu<: no se aplIcan emplncamente a las situaciones para las que fueron
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idea les y reales: y que son la consecuencia de un puntu de vista hi' t' l 1 ' t i
Eucken arguye que, en lugar de construir estadios o estilos de ti.. I Lr ·11..
económicos, la única manera de tender un puente entre la historia J' la { 11
nomía es tomar de la historia "hechos" económicamente relevant ' . y C lit
diar las formas de actividad económica y características de esos hechos .
En este sistema estudia Eucken un monasterio medieval típico y las relaciones económicas en las que estaba envuelto, o un artesano medieval
representativo o un intermediario en el comercio o en la industria o un
hombre que toma dinero a interés. Eucken cree que con ese método se
puede llegar a aislar un "cierto número limitado de formas básicas que pueden combinarse de diversos modos en estructuras económicas reales" (p ág.
116). A partir de esas estructuras se pueden construir tipos ideales que es
posible clasificar y examinar sistemáticamente, A consecuencia de ello,
Buckcn llega a una serie de tipos ideales de sistemas económicos u "órdenes económicos" que se convierten en terna de análisis comparativo.
A pesar de la crítica de Euckcn a los métodos de sus predecesores,
resulta difícil estimar que sus propuestas positivas equivalgan a algo que
no sea un método alternativo de formular los tipos económicos. Su interés
principal estriba en que desarrollar tipos contemporáneos de sistemas
económicos para fines comparativos. E:-; evidente que no hay ninguna indicación de líneas de desarrollo que lleven de un tipo al siguiente. Los tipos
están colocados, por así decirlo, en compartimientos completamente estancos. Pero no hay nada cn la exposición de Spiethoff que haga que ese
procedimiento resultara inaplicable. Es cierto que Eucken llama a su s
tipos "tipos ideales" mientras que Spiet hoff les llamaría "tipos reales":
pero se trata simplemente de una discrepancia terminológica mínima y,
como lo ha demostrado Alexander van Shelting (op. cit., págs. 726-731).
incluso Max Weber tenía dos conceptos de "tipo ideal": el uno designaba
una combinación concreta de sistemas históricos de acción (p. e., la eCO\1(¡·
mía urbana medieval) y el otro, una pauta puramente abstracta de variables que no tiene en la realidad ninguna contrapartida, y forma, por lo
tanto, una pura "utopía" (p. e., ciertas proposiciones de la teoría económica, como el concepto de hombre económico), En la medida en que WCbCl'
intervino en la discusión de la aplicabilidad de las teorías de los estadios
a los problemas de la historia económica, aludía a la primera clase de sus
tipos ideales, como veremos más adelante. Igualmente, hay que entender
la concepción de Hintze, citada anteriormente (véase la pág. 264 de ('sil'
libro) como implicando el concepto de "tipo ideal" en el primero de los
sentidos weberianos, esto es, en un sentido que Spiethoff hubiera l'alific,¡JI'
de "tipo real".
En mi opinión, todo conflicto entre Euckl'n y los L'slTilorL'~, qUl~ critica se resume en dos puntos: en primer lugar, Euckl.'T1 clllp1t:a sus tipos
para un propósito diferente que el que Biichcr 11 Schlllollcl' tellían presente al pensar en sus estadios. EuekclI Sl' intl'resa s illlp ll'n lt,:u t . por una
tipología compuesta exclusivamellte: por variahles l.'I;OIlC'Jlll icas para t:omparar sistemas; Büchcr y SchnlOllcr Sl: inll'r ':111;111 l'U las 1ipologías con
el fin de reconstituir los carnllins insliltll·illll.I!(·s, tal y ('011\0 Ol:llrricron
en un proceso de dcsal'rollo hist( 'll'ico, La se lInd .1 dil l"c n ia es qu ..~ Eucken
se opone al historicismo quc d l'nClIl:ul ra t'n los c. critus de la Escuela
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, r .) . Po~t~lUmus, ,:1 que xe desl aca por ha ber consi derado lo s zs tnd io s
e,o,n~o ~~?OS Id~al ~s: E,l, I, cn:cr grupo, q t e " ha ce de los estad ios el • 'qUdc t~l
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o exis te CU C t1lO de doc t rina o COI j un to de prin cipios que
pueda n con co nfi an za ca lifi ca r se ele "l a teor ía mode r n a del crecimi ento económico". Los libros recientes a bundan en ideas seminales , re vel a do r as percep cio nes, fragmen to s de penetrante análisis,
cabos sue ltos e hipótesi s irreales, Existen modelos elegantes y
riguro s os, preocupados de explicar un Ien órncno concebido muy
est ric tamente: ha y estudios genera les , que pres entan de modo arnbigu e impreciso todos los factores que cabe concebir como rclacion d os con el proceso ec on ómico; y hay aportaciones de todo
tipo , in te r med ias entre estos c..trcrnos. Correlativamente, hay escritores que creen que lo único que puede espera¡' alcanzar una
teoría del crecimiento econ ómico es el est ablecimiento de un marca m uy laxo que consis ta en un cie rto número de proposiciones
ge nerales. unidas entre sí por la intuición y por una teorización
ad ho c; y están también aquellos que creen posible elaborar una
do ctrina del crecimiento comparable en elegancia y precisión, por
ejemplo, con la moderna teoría a corto plazo de la determinación
de la renta.
A pesar de este modo de caracterizar la situación y el pensamiento sobre la teorización en torno al crecimiento económico, un
en sayo que se proponga informar sob re esas teorízac íones tiene
que esta r ordenado dC' al g ún moJ o, A fin de c!derminar ese orden ,
se r á ueccsa r io 0.<.10])1 , r u n p lll11 0 de vista co nc re to por lo que se
rd iere al ámbito de la teo rí a clel crecimi ento y, a continuación,
procurar formular una de scripciún co he ren te y unificada del ensami ento que cae dent ro de esa zona arbitrariamente delimitada,
~ E xc ep tua ndo unu.; c ~\I11 iJ i os estilísticos tI.:: m enos importancia 'Y la
adición de alguna .; [lo ta s . e sle l'l1sa yo fue terminado en 1957,
319
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