navegando hacia los sueños - Relatos de Tomás Cortijo Pérez

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NAVEGANDO HACIA LOS SUEÑOS
AUTOR: TOMÁS CORTIJO PERÉZ / ESCUELAS PARA LA VIDA
La fantasía pertenece al mundo de los sueños
NAVEGANDO HACIA LOS SUEÑOS.
Erase una vez un niño llamado Simón, que navegaba en un barco de
ensueño, cuando podía y no tenía deberes en el colegio. Todos los días
cuando venía del colegio, hacía las tareas y merendaba con sus dos
hermanos. Pero nadie sabía lo que Simón hacía en su cuarto cuando se
tumbaba en la cama, momento mágico que convertía en una fantasía,
navegando por lugares desconocidos, bordeando costas increíbles hasta
llegar a un lugar llamado “Amistad”. Amarró en el puerto y bajando
de su flamante barco, veía el trato de la gente, como se pedían las
cosas por favor sin conflicto entre ellos, todo eran halagos y verdadera
ilusión por vivir cerca de los demás. Simón, en sueños, decía:
-“En mi país no hay nada de esto, solo hay rencor, orgullo y malos
pensamientos hacia los demás”.
La madre de Simón le llamaba a
éste desesperada y le decía:
-“¡Simón, Simón!, por favor,
despierta y vuelve a la realidad,
¿no comprendes que no se puede
vivir permanentemente en un
mundo de fantasía?
A la mañana
siguiente, de
camino al colegio, Óliver y Luis esperaban a Simón como de costumbre,
para compartir sus alegrías, sus sueños mientras caminaban a sus
respectivas casas para dormir. Óliver, después de un momento de
reflexión, comentó que había soñado que volaba hacia nuevos
horizontes donde la gente no competía, sino cooperaban por ser todos
mejores personas. Un lugar donde sólo hay sitio para el amor.
Luis a su vez soñaba, que se sumergía bajo el gran océano y veía el
mundo marino a sus pies. Inmerso en las profundidades escucho como
una ostra y un mejillón se decían:
-“Se siempre generoso, y no rencoroso. Cuando des,
desinteresadamente; cuando recibas, sé agradecido.
hazlo
Hay que querer a los otros, aunque ellos no se quiera y saber que, por
muy mal que lo hagan, siempre habrá alguien dispuesto a tender su
mano para ayudar”.
Siguió durante un rato más buceando en la vida del mar. Vio tiburones,
los tocó y se montó encima de ellos dando rienda suelta a la imaginación
para recorrer y comprender todo este mundo fantástico que le rodeaba.
Todo era mágico, y sin darse cuenta llegó la hora del colegio. En clase
los maestros decían:
-Vuestro futuro se crea con vuestras decisiones; tenéis que valorar los
esfuerzos de cada día por pequeños que sean, sólo cuando seáis capaces
de valorar cosas pequeñas; podréis disfrutar de las cosas grandes. La
grandeza está en el sentido que damos a nuestras vidas.
Simón y Luis hablaban y reflexionaban sobre sus fantasías. Se decían
sabias palabras.
- Cuando soñamos abrimos nuestra mente a ese mundo mágico, lleno de
fantasía,
que nosotros mismos
fabricamos al dormirnos
y
abandonamos al despertar.
Mientras tanto, una voz de fondo resonaba en los oídos de Simón
diciendo:
-¡Tienes que ayudarme con tus hermanos! Hay que
bañarles,
vestirles, para ir al colegio. Simón, en ese momento estaba muy
confuso. En ese preciso instante que se quedó pensando en las palabras
que le decía su madre, se le apareció una mariposa; ésta se poso en su
mano y le dijo:
-¡Simón! ¡Simón!; si no te decides a salir de ese mundo de fantasía en el
que estás inmerso, cuando despiertes, jamás podrás volver a la realidad.
Te convertirás en un personaje de cuentos de hadas, viviendo en el
mundo de las ilusiones. No podrás disfrutar de los abrazos de mama, ni
de los paseos con papá; pero sobre todo, tus fieles amigos no estarán
esperándote, como cada día, para jugar contigo en el parque de tu
ciudad.
En el camino de regreso de los sueños, empezó a navegar hacia
horizontes de retorno, viendo y comprendiendo que sin la alegría de
compartir con la familia y los amigos el camino de la vida, es muy difícil
encontrar la seguridad que solo el amor, la confianza y el cuidado de los
tuyos, te puede dar. En ese preciso instante averiguó que: las ilusiones
en la vida te hacen recordar que no vale la pena vivir grandes fantasías si
no es para compartirlas con los demás.
Fin
ESCUELAS PARA LA VIDA
15/03/2013.
AUTOR: Tomás Cortijo Pérez.
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