Ayer y hoy de la rendición de un ideal El 11

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Iritzia
GARA • 2004 otsaila – 8 igandea
kolaborazioak
aroto fue protagonista de un hecho
histórico. Desafortunado y desagradable para nuestros derechos, pero fue un hecho.
La respuesta a la pregunta
de por qué se impuso la
Constitución española como
paso previo a nuestros derechos es que Maroto, al rendirse, aceptó la ley constitucional, hecho que plasmó el
consiguiente decreto.
Y el decreto es de quien
lo hace. No reivindico a Espartero como su autor beneficiado, sino al poder que éste representaba en nombre
de la Constitución de un estado; de su gobierno, como
él mismo dice. La firma del
llamado Abrazo de Bergara
fue una rendición de potestades en favor de una de las
partes. La asunción de la
unicidad en un solo Estado
–con la pérdida material de
la existencia de una entidad
en favor de otra–. La Constitución otorgó al Estado, en
tanto que ley suprema y
unitaria, la facultad exclusiva de legislar sobre materias del Todo; es decir, la capacidad de modificar hasta
el tratado suscrito. La otra
parte sólo será en adelante
una pieza o parte del Todo.
Es ésta una reflexión sobre un hecho pasado –no remoto–, cuyas consecuencias
había tratado de imponer la
jerarquía española desde
hacía siglos y que consiguió
finalmente establecer tras
una guerra. No todo es
transferible al presente, ni
todos los ejemplos resultan
concreciones exactas. Pero
partiendo de la fraseología
empleada por los políticos
actuales en sus promesas de
«los vascos serán lo que
quieran ser», «el pueblo
vasco podrá manifestarse»,
etcétera, resulta necesario
para los habitantes de Vasconia conocer el posible trámite de las promesas que
los políticos les han hecho y
si representan realmente el
M
Abdelghani Mzoudi
le acusaron de ser
terrorista, de colaboración con banda
armada, de haber participado en la preparación del
asesinato de 3.000 personas, perpetrado el 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York. Esta semana ha sido absuelto porque un juez
alemán consideró insuficientes las pruebas y testigos presentados por la acusación. ¿Cómo es posible
que el juez haya decretado
la libertad de Mzoudi?
Primera posibilidad: Alemania es un Estado de Derecho cuyos jueces son absolutamente independientes
y, por lo tanto, actúan libres
de cualquier presión política, aplicando en cada momento el in dubio pro reo.
Ojalá fuera así, pero la realidad es bien distinta.
Segunda posibilidad: esta
vez al Estado alemán le inte-
A
Pedro Esarte • Historiador
Ayer y hoy de la rendición de un ideal
ejercicio de sus derechos o
un fraude a los mismos.
La rendición llevó a los
entresijos del Convenio de
Bergara en pleno siglo
XIX. Tras la cruenta guerra de seis largos años, el
31 de agosto de 1839 se verificó el llamado Abrazo de
Bergara, como formalización de la paz, entre los generales Maroto –derrotado–
y Espartero –vencedor–. Se
ponía así término a la Primera Guerra Carlista. Con
un lenguaje militar similar
al empleado por el general
Franco el 1 de abril de
1939, el Excmo. Sr. Duque
de la Victoria y Capitán General, actuando como Jefe
del Ejército, y por medio de
Excmo. Sr. Secretario de
Estado y del Despacho de
la Guerra, expuso que, en
virtud de las facultades
conferidas por el Gobierno
de S.M., había celebrado un
convenio con el teniente general don Rafael Maroto,
«jefe superior que fue de
las fuerzas enemigas».
El auto elaborado certificó la rendición de cinco batallones y dos escuadrones
de la división castellana;
tres batallones y cuatro
compañías con un escuadrón de la división guipuzcoana; ocho batallones de la
división vizcaína y cuatro
piezas obuses de a 12 de a
lomo, todos ellos presentes
en la formación. El Duque
de la Victoria mostró su
efusión con una arenga a la
fraternal unión de las tropas que suponía el acto, con
glosas a la patria, la reina,
el ejército y España. Con
aclamaciones y un abrazo
entre los generales –vencedor y derrotado–, se consignó el final de la guerra. Re-
petidas aclamaciones de
unas y otras tropas justificaron la proclama, que se
dice gozosa porque detuvo
el derramamiento de «la
preciosa sangre de españoles por españoles, de hermanos por hermanos».
Se recoge luego que «el
resto de las fuerzas guipuzcoanas que actualmente se
hallan sobre la línea de San
Sebastián se prestarán
igualmente al convenio celebrado, y espero que seguirán el mismo ejemplo las divisiones alavesas y navarras». Se exaltó el extraordinario y glorioso suceso, la
satisfacción de S.M. y de la
nación entera y el regocijo
por «la paz y la unión por todos sus pueblos sin ajenas
intervenciones para el arreglo de sus diferencias». Es
decir, un cierre tan en falso
como falsa fue la última frase citada.
En su primer artículo, Espartero prometió que recomendaría «al Gobierno el
cumplimiento de su oferta
de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión o modificación de los fueros».
Los otros nueve artículos
fueron para consignar las
condiciones en que quedaban los militares rendidos.
En ellos se aprecia cómo
fueron premiados y pagados por rendir las ideas por
las que luchaban. Les reconocieron empleos, grados,
toda clase de condecoraciones y libertad de acudir al
Arma que tenían o de ir para sus casas. Se les dio también a elegir su colocación
en los cuerpos del ejército
como efectivos, o de que-
dar por supernumerarios,
siempre en el orden que
ocupaban y en la escala de
inspecciones del Arma correspondiente.
Así, generales y brigadieres, jefes y oficiales, naturales o extranjeros, obtuvieron opciones de seguir
en el ejército con igual rango, arma, categoría, sueldo,
destino, etc., y la opción de
licenciarse –temporal o definitivamente–, retirarse a
sus casas, domiciliarse en
el extranjero –con provisión de pasaporte y adelanto de pagas hasta que se
dieran las Rs. Os.–, etc.
Después cobrarían igualmente sus emolumentos.
Los que mantuvieran su
ideal, por contrario, sufrirían –sufrieron– la suerte de
seguir siendo prisioneros.
El 25 de octubre del mismo año de 1839 se emitió un
nuevo decreto: se confirmaron los Fueros de las Provincias Vascongadas y de
Navarra, sin perjuicio de la
unidad constitucional de la
monarquía. El Gobierno se
comprometió al mismo
tiempo, a proponer a las
Cortes «la modificación indispensable que en los mencionados fueros reclame el
interés de las mismas, conciliado con el general de la
Nación y de la Constitución
de la monarquía».
La similitud de posiciones que aprecio entre la
rendición de Bergara y el
actual proyecto de Ibarretxe –salvando las distancias, no tantas políticamente hablando–, me impulsa a plasmar mis ideas
por escrito mediante las siguientes comparaciones:
1) En ambos casos dicen
salvar los fueros o dere-
Ingo Niebel • Periodista
El 11-S y la presunción de inocencia
resa más la puesta en libertad que la habitual condena.
Sí, reconozco que existe
la presunción de inocencia,
pero sé que este derecho
fundamental desaparece
cuando una persona está
acusada de ser «terrorista». Yo no le quito este derecho al presunto delincuente, lo hacen los demás
medios. Por eso la presunción de inocencia es un ideal, en el cual podemos creer y podemos aplicar en la
medida de lo posible, pero
en la vida real... es un mero
decir, como lo es también la
sacrosanta independencia
de la Justicia. No dudo de
la inocencia de Mzoudi ni la
cuestiono, pero su puesta
en libertad no tiene nada
que ver ni con principios,
ni con el valor de un juez,
ni con la validez de pruebas, sino exclusivamente
con el interés del Estado.
A los EEUU no les interesaba entregar las declaraciones del presunto organizador del 11-S, Ramzi Binalshib, al tribunal alemán.
El Gobierno alemán se negó a ello también, por petición de Washington, pero
desde la cancillería de Berlín sí se filtraron las declaraciones a un medio de comunicación. Además, la
Policía Federal alemana,
BKA, envió un fax diciendo
que Mzoudi no había estado
involucrado en la preparación de los atentados. Otros
servicios alemanes secundaron esta versión. Cabe la
pregunta: si poseían estas
noticias ya antes, durante
el periodo de investigación,
¿por qué no las entregaron?
Fueron instituciones estatales las que crearon una situación que obligó al juez
de un Estado de Derecho a
poner en libertad a Mzoudi,
porque por el puro amor a
principios legales no lo podría haber hecho.
La presión sobre Alemania fue enorme, dado que,
según los medios, los atentados del 11-S fueron pre-
parados por una célula en
Hamburgo.
En 2003 terminó en Hamburgo el primer juicio del
mundo contra uno de los
supuestos responsables del
11-S. Mounir Al Motassadeq fue condenado a 15
años de cárcel... con los
mismos testigos y pruebas
que ahora han resultado insuficientes. Pronto podría
ser puesto en libertad... si
interesa. Durante el juicio
de Mzoudi se «descubrió»
que no sólo los servicios
alemanes sino también la
CIA tenían al grupo perfectamente controlado.
El 11-S y la «lucha contra
terrorismo» en general y la
chos, pero los someten a la
Constitución –y en consecuencia, a constituciones
posteriores–.
2) En ambos casos firman en nombre de un pueblo privado de su derecho
a decidir.
3) En ambos casos conciertan con el vencedor su
status. Condena del que no
se rinde y puestos, cargos,
pagas, ventajas, prebendas, etcétera para el que
se somete.
4) En ambos casos el último firmante que sanciona
es el jerárquico superior de
la parte humillada.
5) En ambos casos admiten la supremacía de la
Constitución y unidad común, sin hacer reserva de
ejercitar la creación de potestad legislativa.
6) En ambos casos atan
al pueblo vasco con un
«pacto» por un tiempo impreciso o de prolongación
de la situación, lo que sólo
retrasa o impide la solución natural que se dice
proponer y se presupone.
7) En ambos casos dejan
la interpretación legal en
manos de órganos y jueces
de nombramiento de una
parte y de jerarquía superior a la otra.
8) Ambas partes, en ambos casos, arrastran a la
aceptación del «pacto» a
sus subordinados y simpatizantes.
9) Ambas partes, en ambos casos, serán voceros
de la bondad y beneficios
del acuerdo, para engaño
de la ciudadanía.
10) Y ambos postergan la
solución política y mantienen el conflicto.
Querría equivocarme.
Me pesaría acertar viendo
cómo la historia se repite,
pero más me dolería silenciar lo que considero el resultado de una chapuza. Y
por qué no decirlo, de un
nuevo caso de marotismo
desde todos los ángulos del
poliedro. •
«célula de Hamburgo» en
especial han sido dos elementos con los que Washington ha podido presionar a Berlín. Con la sentencia en el caso Mzoudi y
la esperada puesta en libertad de Motassadeq, el Gobierno alemán se ha librado
de esta presión, porque la
pelota cae de nuevo en el
tejado de la Casa Blanca:
sus servicios tenían controlados a los integrantes de la
célula de Hamburgo pero
los dejaron entrar a EEUU;
el FBI o la CIA tiene en su
poder a Binalshib, el presunto «organizador» de los
atentados. ¿Por qué no lo
juzgan? ¿Dónde está el
hombre que fue detenido
en Paquistán ante las cámaras de TV? ¿Vive todavía?
Veremos si el juicio de
Hamburgo y el 11-S van a
tener alguna repercusión
en la campaña electoral de
EEUU. •
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