EL MUNDO ÁRABE VIVE SU REVOLUCIÓN NACIONAL

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EL MUNDO ÁRABE VIVE SU REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA
Las revoluciones se extienden por todo el mundo árabe, Tunes, Egipto, Yemen,
Libia, Jordania, Bahrein, Irak, Marruecos, Argelia, Oman… un hecho histórico
irrepetible. Los pueblos árabes salen a la calle, reivindicando la caída de regimenes
dictatoriales, reclamando libertades, democracia, mejoras sociales, contra la
corrupción de una clase dominante que servía los intereses del sistema capitalista
internacional, y enriquecida vendiendo las riquezas nacionales, empobreciendo a la
población.
Estos hechos históricos son esperados, a los árabes no les ha sorprendido la
explotación de una cadena de revoluciones, pero a lo mejor, lo que no era
esperado o desconocido es el momento indicado. En todo caso, en ningún lugar del
mundo se puede precisar el momento de la revolución, pero si, se puede tener la
previsión de que las condiciones para una revolución objetivas están maduras o no.
En el mundo árabe las condiciones estaban más que maduras, casi podridas, la
revolución era eminente.
LA CRISIS DEL RÉGIMEN ÁRABE OFICIAL: TRAICIÓN NACIONAL Y REPRESIÓN.
El régimen oficial árabe esta en caída vertiginosa, impotencia frente a los desafíos
nacionales, de defender los intereses nacionales como países, o a nivel general
como nación árabe. A nivel nacional, muchos regimenes han pasado de la
impotencia, a formar parte de la ofensiva imperialista y sionista contra el mundo
árabe, han pasado a la complicidad a la traición nacional. El caso más flagrante,
en el conflicto árabe-israelí, o palestino-israelí, es Egipto, desde Camp David,
pasando por sus acciones contra la resistencia palestina, la resistencia libanesa, al
cerco de Gaza. Estos regimenes son incapaces de asegurar la integridad territorial y
la independencia de sus propios países, es el caso de Irak, de Sudan, de Somalia,
el mismo Egipto estaba en la puerta de una guerra civil. El fracaso, o la incapacidad
del régimen oficial árabe, se expresa en su renuncia a la soberanía nacional a favor
de presencia militar extranjera, ocupaciones o bases militares norteamericanas y
de la OTAN, en el desmembramiento de estados, y la transformación de la Liga
Árabe en un estructura sin poder, ni influencia. Si hagamos un repaso generalizado
del mundo árabe: la causa palestina, la renuncia por parte de la llamada “autoridad
palestina” a la resistencia, sus sucesivos concesiones sin nada a cambio, la
división entre organizaciones palestinas, la tensión interna del Líbano, la ocupación
de Irak y las divisiones étnicas y sectarias provocadas, la situación en Sudan, en
Argelia, en Somalia etc.. demuestran que el régimen árabe establecido ya es un
impedimento para el progreso, para la unidad nacional, y para las aspiraciones
democráticas de los pueblos. Los estrategas norteamericanos de las anteriores
administraciones y también la actual definieron esa etapa por “la anarquía
constructiva” para crear un “nuevo oriente medio”, ese nuevo oriente medio no es
más que guerras civiles, y desmembramiento de los estados, las divisiones de los
estados actuales, nuevas fronteras, miniestados débiles dominados por EEUU y por
Israel. Pero también esa debilidad árabe, la perdida de influencia en el orden
regional e internacional, ha permitido la presencia de potencias o candidatas a ser
potencias regionales a tener su influencia y más presencia en el mundo árabe, es el
caso de Irán, y es el caso de Turquía, un vacío hay que llenar.
La impotencia y la complicidad de los regimenes árabes contra los intereses
nacionales, se traduce a nivel interno, en mayor represión, la creación de aparatos
de seguridad su único fin, liquidar a la oposición, asesinatos, atentados y
transformando los países en grandes cárceles. En algunos países, el estado de
sitio lleva impuesto más de 30 años, es el caso de Egipto y Argelia. Esos aparatos
de seguridad junto al apoyo de las potencias europeas y norteamericana, son los
únicos pilares que hacían mantener regimenes podridos y en sus fases terminales.
Las fuerzas progresistas, democráticas y de la izquierda son los más que han
sufrido la represión con asesinatos y prohibiciones.
La crisis no solo ha afectado al régimen árabe oficial, o a los regimenes árabes
establecidos. También, la alternativa real y transformadora ha sufrido su propia
crisis. El debilitamiento del panarabismo después de la guerra de 1967, sobretodo
lo que representaba las ideas del Naserismo como oposición frontal al
panislamismo, y como un pensamiento nacional, laico, con orientaciones
pseudosocialistas, y la crisis de la izquierda en general y las fuerzas marxistas y
comunistas, por motivos subjetivos, objetivos, y por la caída de un modelo.
EL ISLAMISMO POLÍTICO ES EL PRUDUCTO DE LOS PROPIOS REGIMENES Y DEL
IMPERIALISMO:
IMPERIALISMO
Los propios regimenes han practicado la política de favorecer al islamismo político
para reprimir a los nacionalistas árabes y a la izquierda en general, y a los
comunistas en particular. Han construido miles de mezquitas que han sido las
tribunas del islamismo político, y han introducido cambios constitucionales para
favorecer el Islam político, para contentar a Arabia Saudita como expresión del
islamismo en la región. Durante décadas los gobiernos occidentales han apoyado
políticamente y logísticamente a los islamistas contra el panarabismo. EEUU,
Inglaterra, Alemania, y Arabia Saudita durante los décadas de los cincuenta hasta
finales del siglo XX, han sido los que financiaban, e entrenaban militarmente a los
islamistas. La estructura exterior de los islamistas tenían sus bases en Inglaterra y
Alemania. Así que, los islamistas nunca han sido alternativa real al poder
establecido, sino una manifestación del propio poder, que sus objetivos no es
cambiar los regimenes, sino participar en la administración del mismo régimen
opresivo y dictatorial bajo cobertura religiosa
En todo caso, el movimiento islamista, no es un movimiento homogéneo, es un
abanico de fuerzas, intereses, y objetivos diferentes. También como todo en la
vida, es un movimiento dinámico, que podemos dividir en cuatro corrientes
principales: los jihadistas relacionados con Al Kaida, históricamente relacionados
con la CIA y sectores del poder saudí, se consideran los más violentos, sus objetivos
es destruir y desmembrar los estados: los Hermanos Musulmanes que
históricamente apoyados por Inglaterra, Alemania y el poder oficial de Arabia Saudí;
los islamistas relacionados con sectores innovadores del Islam, donde engloba
sectores que han intentado históricamente sumar aspiraciones nacionales del
mundo árabe, expresar las aspiraciones de la mayoría de los pueblos árabes
creyentes, a la liberación nacional y la justicia social, es el sector más extenso, el
más enraizado en la cultura popular, pero es el menos organizado, ese sector
últimamente ve en el islamismo turco como modelo a seguir; y al final el islamismo
relacionado con la revolución iraní mayoritariamente chiita, su influencia en
algunas zonas del mundo árabe ha crecido para llenar el vació que ha creado la
debilidad de Egipto y el panarabismo combativo contra el imperialismo y el
sionismo.
LA SUMA DE FACTORES,
FACTORES, HAN CREADO LAS CONDICIONES PARA LA REVOLUCIÓN:
Regimenes árabes cómplices contra los intereses nacionales, que han renunciado
a la soberanía nacional, a la causa árabe central, han renunciado a los derechos
nacionales del pueblo palestino, cómplices en la humillación que han sufrido los
pueblos árabes durante décadas, son incapaces de dar respuesta a las sucesivas
agresiones israelí e imperialista contra los pueblos árabes, regimenes que no solo
son incapaces de dar soluciones al desarrollo social y económico, sino forman
parte de las causas de la pobreza y la injusticia social, regimenes que se han
mantenido por la represión y por la corrupción, familias que han enriquecido a
cuesta de la soberanía y de la riqueza nacional. La suma de todo eso, es la bomba
de relojería que ha provocado la actual revolución árabe.
LAS REVOLUCIONES SON EL ACUMULO CUALITATIVO DE LAS LUCHAS:
Las revoluciones no son esporádicas, son fruto del acumulo de muchas luchas. El
facebok o las redes de comunicación social de Internet no hacen revoluciones, lo
hacen los pueblos, hombres y mujeres. La suma de factores crean las condiciones
objetivas para la revolución, el acumulo de luchas diarias crean las condiciones
subjetivas para que hombres y mujeres salgan a la calle, concientes y con la
voluntad de sacrificio para hacer la revolución.
Todos los países árabes, cada uno a su ritmo y forma han ido acumulando luchas
de todo tipo. Desde Palestina, El Líbano, Jordania, Tunes, Egipto, Bahrein,
Marruecos, Yemen etc.… cada pueblo a lo largo de su historia ha ido creando las
condiciones para un futuro cambio. Los sacrificios en la lucha nacional, en la lucha
social, por las libertades democráticas, están en el origen de esa nueva revolución
nacional y democrática. Las luchas contra la ocupación, para la liberación nacional,
para la dignidad, para las libertades democráticas, para el desarrollo social, y para
la justicia, se venían produciendo a lo largo y a lo ancho del mundo árabe. En
Tunes, la lucha por las libertades, sumado a la lucha por la mejora social, con
protagonistas partidos políticos nacionalistas y de la izquierda: partidos de Acción
Democrática, el Partido Comunista Obrero de Tunes, el Partido El Tajdid
(excomunista), organizaciones juveniles, movimiento de mujeres, sindicatos en
UGTT, movimientos estudiantiles, de parados etc. Un amplio abánico de fuerzas
políticas que han ido creando las condiciones de esa revolución que ha terminado
con un régimen corrupto y dictatorial. En Egipto también, en los últimos años
hemos vivido grandes revueltas sociales, huelgas en diferentes sectores, la última
más importante en el año 2006 en el sector industrial más importante de Egipto
que es el textil, en Mahala, que ha saldado con varios muertos y 300 detenidos, y
ha sido el origen de un nuevo movimiento sindical independiente del poder, el
movimiento 6 de abril , también esa organización ha sido la más activa en la
revolución de Egipto; hay que sumar las luchas diarias desde diferentes sectores
contra la política del régimen hacia la causa palestina y la resistencia libanesa, las
manifestaciones por las libertades políticas y sindicales; un movimiento amplio de
lucha en condiciones difíciles en un país que desde más 30 años esta impuesto el
estado de sitio: nacionalistas del partido Al Karama, comunistas del Partido
Comunista de Egipto, democratas de izquierda de la Agrupación Nacional,
movimiento 6 de abril, liberales de Al Ghad y Kifaya, movimientos juveniles y
amplios sectores del pueblo son protagonistas de esa revolución del 25 de enero.
Los islamistas han tenido en todas esas luchas sociales papel insignificante, y en la
revolución se han sumado al cuarto día y no desde el inicio, y durante los días de la
revolución han ido intentando pactar con el régimen.
En Bahrein, ese pequeño emirato, ha conocido en su historia un movimiento
político y sindical muy importante, la lucha armada del Frente de Liberación
Nacional de Bahrein de raíces nacionalistas y marxistas, también grandes luchas
sindicales; siempre reprimidas con la intervención del vecino Arabia Saudita, de
Inglaterra y luego por la instalación de bases militares norteamericanas, todo ese
movimiento de lucha esta en la raíz de la actual revolución.
En Yemen, toda la historia moderna de Yemen es una tensión política permanente,
desde la revolución por la independencia y la división de Yemen en dos, Yemen
socialista del sur gobernada por el Partido Socialista Unificado, y Yemen del norte;
luego en la reunificación no han cesado las luchas políticas y sociales.
En Irak, con gran tradición de lucha de los comunistas contra la monarquía, y
después apartados del poder por un golpe de estado organizado por Sadam
Hussein, un movimiento sindical bastante enraizado: las últimas revueltas han sido
protagonizadas por la Confederación de Consejos y Sindicatos Obreros de Irak, y
por la Agrupación de la Izquierda Iraquí, y por el Partido Comunista Iraquí.
Son ejemplos de los sacrificios, de las luchas incesables de sectores populares,
demócratas, progresistas, nacionalistas, de izquierda y comunistas, en todo el
mundo árabe en condiciones duras y complicadas.
LA REVOLUCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA ÁRABE:
Todas esas revoluciones tienen en común: la lucha por la soberanía nacional, el
dominio de las riquezas nacionales, dignidad nacional frente a la humillación
imperialista y sionista de Israel, la salida de tropas extranjeras y bases militares
extranjeras, por las libertades democráticas y públicas, contra la corrupción, para
mejoras salariales, para condiciones de vida mejor. Todo se resume en “la caída del
régimen”, no como personas, sino como estructura y política. Esos son los objetivos
de la revolución nacional democrática árabe, no es un paseo, ni un desfile
revolucionario, es un proceso de lucha complicado y duro. Los aparatos de los
regimenes, y las potencias occidentales, y EEUU también reaccionen e intentan
abortar la revolución donde es posible, al inicio o en medio; pero intentan que la
revolución fracasa. La historia nos ha enseñado que las revoluciones que quedan
en medio, terminan en retroceso y en derrota. En Tunes, intentan que los aparatos
del régimen siguen presentes pero sin la figura de Ben Ali. Por eso el movimiento
popular sigue movilizado, para eliminar todos los tentáculos y representantes
conocidos y desconocidos del antiguo régimen, en ese sentido, las últimas
movilizaciones que consiguió la dimisión del primer ministro, es un avance muy
importante. También en Egipto, la continua movilización para exigir la dimisión del
gobierno nombrado por Mubarak y rectificado por Consejo Militar, la abrogación del
estado de sitio, la liberación de todos los presos políticos, y elaborar una nueva
constitución, es muy importante, y seguramente los millones de personas, que
salen cada semana a la calle, vencerán. Igual que en Yemen, en Libia, en Irak o
Bahrein, el movimiento del pueblo conseguirá la victoria. Así la revolución nacional
democrática es el inicio de una nueva era en el mundo árabe. Es el renacimiento de
la conciencia de la unidad nacional en cada país, y la unidad árabe en general, las
revoluciones han demostrado la unidad de los pueblos dentro de cada país contra
las divisiones religiosas, sectarias o étnicas, y han demostrado las aspiración de los
pueblos árabes a la unidad, pero esa vez sobre bases democráticas y de justicia
social, es la verdadera combinación entre lo nacional y lo social, en un entorno de
libertad y de democracia.
Seguramente, los restos de los antiguos regimenes, fuerzas políticas entre ellos los
islamistas, intentaran paralizar el proceso revolucionario, con reformas de imagen y
superficiales, también EEUU y Europa no los interesa un cambio real, sobretodo que
puede afectar sus intereses económicos y financieros; el control de las reservas
energéticas, los pasos marítimos, como son el canal de Suez, o el estrecho que une
el mar rojo con el océano Indico; la seguridad de Israel y su función en la zona, las
correlaciones de fuerzas a nivel regional en el conflicto árabe-israelí, harán que
esas potencias con cómplices internos intentan abortar esas revoluciones o
preparar la contrarrevolución.
EL PECADO DE LA IZQUIERDA EUROPEA
Es lamentable el silencio de la izquierda europea en general, es un silencio
vergonzoso, el pretexto del desconocimiento de la situación, no es una justificación
válida, al contrario, demuestra que la izquierda europea ha sido espectadora ante
el intervencionismo político y militar en el mundo árabe para controlar las riquezas
de los pueblos árabes, han sido espectadores ante la política de sus gobernantes
de apoyar a las dictaduras, y han sido espectadores ante la represión y los
asesinatos contra la izquierda y los demócratas árabes. No son capaces de
entender, porque nunca han hecho el mínimo esfuerzo de pensar, reflexionar y
escuchar a la propia izquierda árabe. Han tenido las ocasiones de establecer y
consolidar relaciones con las fuerzas progresistas, de izquierda, comunistas de la
otra ribera del mediterráneo, pero desgraciadamente, han caído en el pecado de la
prepotencia o no entender que el mundo ha cambiado, el mundo bipolar ha
terminado, estamos viviendo la cristalización de un mundo multipolar.
Ante el “sorprendente” proceso revolucionario en el mundo árabe, utilizan los
mismos argumentos que sus propios gobernantes de derecha, el miedo a elegir
entre “dictaduras o islamistas”, comprendo que el poder político y económico de
la derecha europea presenta esa ecuación para justificar su apoyo a las dictaduras,
para asegurar un dominio económico y militar sobre el mundo árabe; pero lo que no
entiendo la superficialidad con que la izquierda utiliza los mismos argumentos. El
proceso revolucionario en el mundo árabe, es un proceso dinámico y de lucha, para
que los demócratas, progresistas y la izquierda árabe avanzan y ganan peso, y para
resistir a la contrarrevolución representada por los aparatos de los regimenes, o
también por sectores islamistas, o también por injerencias del poder europeo y
norteamericano, necesitan la solidaridad de un movimiento internacional sobre
todo europeo. Ese apoyo no es una simple declaración, es importante, sino una
presión sobre sus gobiernos, para una política diferente, que respete la voluntad de
los pueblos árabes a la soberanía nacional sobre sus riquezas, para favorecer a las
libertades democráticas, y para relaciones equilibradas y de respeto mutuo, de
amistad entre pueblos, sin injerencias políticas, ni militares.
Las relaciones de Europa con el mundo árabe no puede seguir igual, la revolución
nacional democrática en el mundo árabe, impone una nueva realidad a nivel
nacional, a nivel del dominio de las riquezas energéticas, de los pasos marítimos
estratégicos, y también queda en alarma roja la causa del pueblo palestino. Europa
está ante el desafío de relacionarse con un nuevo mundo árabe. La izquierda
europea tiene que intervenir y presionar para que esa nueva relación sea de igual a
igual, de solidaridad y cooperación, y para una solución justa a la causa palestina
para la creación de su estado independiente y el retorno de los refugiados, y sin
duda la necesidad de luchar por otro modelo de crecimiento económico nivel de
Europa en general y de cada estado en particular. Basar el crecimiento de la
economía europea sobre la expropiación y el robo de las riquezas del mundo árabe
ha tocado su fin.
Una nueva era de progreso, de democracia y de justicia comienza en el mundo
árabe, a pocos kilómetros de Europa, en la otra ribera del mediterráneo, que tendrá
un gran repercusión sobre los pueblos que comparten ese mar común y sobre las
relaciones internacionales. Es triste y lamentable que la izquierda europea se
queda muda, sin papel a jugar, y sin influencia en el desarrollo futuro de los
acontecimientos ni a nivel interno de sus países, ni a nivel de la gran casa Europa, y
no digo a nivel internacional.
Abou Tarek
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