Barcelona, viernes, madrugada 28 de abril de 1939 Mi querido D

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Barcelona, viernes, madrugada
28 de abril de 1939
Mi querido D. Manuel [Aznar]: Quiero decirle algunas cosas aprovechando que Paco [Francisco
Casares, secretario de redacción de La Vanguardia y mano derecha de Aznar] va a Madrid mañana.
Ya le contará Paco, el efecto que ha producido aquí el nombramiento de Galinsoga [Luis, director
de La Vanguardia]. En primer lugar, el pretexto del nombramiento es muy extraño. Al parecer se
produjo un altercado entre Juan Ignacio [Luca de Tena, propietario de Abc] y Galinsoga motivado
por la presencia de [Manuel] Halcón en ABC —y esto puede tener fundamento por lo mal que
habla Galinsoga de Halcón— lo que motivó que Galinsoga se encontrara sin puesto en Madrid. Y
así, considerando que La V. es un gobierno civil o cosa parecida, se le nombró para este puesto.
Se dice aquí, para dar un poco de dorado a la cosa que Galinsoga emprenderá una campaña contra
el catalanismo. A mí, esto me es igual pero piense Vd. Aznar que La V. no es un periódico —si se
quiere mantener esta fórmula— para esta clase de campaña. Por otra parte, ya comprenderá Vd. que
al llamado catalanismo le importa muy poco una, dos y hasta tres campañas de Galinsoga. En
cambio puede importarle mucho al periódico como fórmula económica aún pujante. Galinsoga ha
estado aquí tres o cuatro días. No ha hecho nada más que hablar con Godó. Se ha marchado a
Sevilla a levantar un piso y ha prometido volver el 12 o 14 de mayo. Pasará por Madrid pero no sé si
tratará de verle. Lo dudo. Lo que sí ha hecho Galinsoga aquí es hablar. Ha dicho que hay que
reorganizar la casa y sobre todo la renovación de planta, de cuajo. Se llevará al periódico gente de
Madrid y de Valencia. Se organizará un secretariado. Ya comprenderá que la redacción y en general
toda la casa, que ya estaba descompuesta, ha quedado apabullada. Godó y Martínez Tomás actuarán
ya formalmente y comenzarán las venganzas.
No se sabe en qué consistirá la reorganización de cuajo. ¿Será la depuración política? ¿La sustitución
de los asilados de ayer por los nuevos asilados? Esto aumenta la desazón y el malestar de la casa.
Todo está haciendo un gran daño al periódico.
Galinsoga ha dado a Godó la fórmula para resolver el problema jurídico. Le ha restablecido de
hecho en la propiedad con la advertencia de que este restablecimiento de hecho se convertirá en
restablecimiento de derecho si se tiene discreción y se mantiene la casa en una penumbra más o
menos vaga. Godó está delirante. Considera a Galinsoga un genio y se ha entregado a él en cuerpo y
alma. Esto coincide con toda clase de insinuaciones respecto de Vd., respecto de su lealtad, de su
capacidad para tenerle contento y engañado, de su falta de fair play. Godó es un pobre insensato,
que no sabe lo que se hace. ¡Ha caído en buenas manos! 17 años de adulación a los Luca de Tena
forman un buen bachillerato. Galinsoga hará de él lo que le dé la gana.
Yo no sé la opinión que tenía Vd. de Galinsoga y sus antecedentes morales. Es de Cartagena. Mac
Klinkdock, de Armstrong Cork, de Sevilla [empresa americana instalada en Andalucía], me ha
dicho que era un hombre profundamente inmoral. Yo no sé nada pero quizás valdría la pena
enterarse.
¿Qué hay que hacer? Vd. dirá. Desde luego se le tendría que dar desde arriba una sensación de
interinidad y de que es vigilado. Lo mejor sería nombrarle gobernador de una provincia cualquiera y
quitarlo de en medio. Es un enemigo. Ya sé que Víctor [de la Serna] y Paco han jugado muy mal en
este asunto y que ha sucedido lo inevitable. Pero todo puede corregirse sobre todo cuando hay tanto
que hacer. Desde luego, no se podrá contar con él para nada.
Yo me iré a su regreso (de Galinsoga), al pueblo, a vivir al campo. Le mandaré algún artículo
inactual para que me los haga vender en algún papel. ABC, por ejemplo. Supongo que me ayudará.
No nos dejen a [Ángel] Marsá y a mí, estos últimos días en la estacada. Escriba algo, que Paco
trabaje.
Si los días que yo he estado aquí, gracias a los cuidados constantes de Marsá sobre todo, no hemos
tenido ni un solo roce ni bajas. Hemos mantenido el tiraje alrededor de los 200 mil. Hemos hecho
lo indecible para publicar la mayor cantidad de posible de anuncios y para respetar el tono. Y la
fórmula económica del periódico. Marsá, que es la pieza maestra de la casa, me ha ayudado como un
hermano.
Ya comprendo que está Vd. muy ocupado. ¿Pero no tendrá un momento para escribirme una carta?
Considero imposible hoy por hoy aguantarse en el extranjero porque la falta de papel no permitirá
enviar artículos y telegramas. Pero cuando esto esté resuelto, quizás convendrá hablar de ello.
Muchos recuerdos.
Reciba un abrazo de José Pla.
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