El Cáncer de Mama por Claudia Lara

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El Cáncer de Mama por Claudia Lara
Me gustaría compartir mi aventura contigo. Tantas veces, cuando hay adversidades, nos
sentimos solos y desesperados. Estoy aquí para asegurarte que no estamos solos. Jesús nos
dice en Mateo 28:20 que él estará con nosotros siempre.
Mi testimonio empezó en noviembre de 2.000 cuando sentí una masa en el seno izquierdo. Yo
tenía una mamografía programada. Una mamografía es dónde el médico toma una radiografía
o una fotografía de sus senos. El resultado no mostraba síntomas. Un par de meses pasaron y
vi hoyuelos en el seno donde tomaron fotos. Entonces llamé el Doctor por teléfono y él me
envió a ver a un cirujano quien me examinó y me envió para hacer otra foto. Tomaron varias
fotos y una mamografía. Me hicieron una biopsia donde el médico extrajo líquido para ver si
era cáncer o no. Ambas cosas confirmaron que yo tenía el cáncer de mama. El médico me
decía que necesitaría una vasectomía la cual es quitarse el seno. La quimioterapia es una
forma de veneno para matar las células de cáncer y la terapia de la radiografía consiste en una
dosis muy intensa de la radiación al área afectada para matar células cancerosas.
Temor y ansiedad llenaron mi corazón. Sentí como si estuviera en medio de un mar oscuro
sola, sin chaleco. Pero yo sabía que Dios estaba conmigo y sólo me traería cosas a mi vida que
fueran buenas para mí. Él nunca me abandonará.
Así que fui a casa desde la oficina médica y me senté en un sofá. Me recuerdo orando y
pidiendo el Señor que me de su paz. No sabía cómo, pero pedí por ella. Fue el 24 de Abril que
abrí mi Biblia para leer Su Palabra y leí Juan 14:27 que dice, “La paz os dejo, mi paz os doy,
yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Yo le
pregunte a Dios, “¿Cómo vas a hacer esto?” Por favor abre mis ojos y mi mente para verte en
todos los sitios y en cada cosa. El 29 de Abril, el día de mi cumpleaños, compartí con mi
familia que yo tenia cáncer y necesitaba la cirugía. Ellos lo tomaron mal y estaban
preocupados por mi. Una semana después el 9 de Mayo tuve la cirugía. Todo fue bien y al día
siguiente llegue a casa con un tubo en mi seno para eliminar el fluido un par de veces cada día
durante tres semanas. Después de una semana, tuve una cita con el oncólogo. Él me informo
que necesitaba ocho tratamientos de la quimioterapia cada 21 días y las enfermeras sacaron
sangre cada catorce días para asegurar que todo seguía su camino. Además el médico me
informó que tenía el 50 por ciento de probabilidades de que el cáncer aparecería otra vez
después de los tratamientos, porque tenía diez nodos linfáticos infectados los cuales llevan el
cáncer a otras partes del cuerpo. Eso es mucho. Otra vez, el temor llenó mi corazón. Yo le
pregunte al Señor ¿Voy a morir?
El correo llegó después de esto y había una nota de una amiga con el versículo de Salmos
57:1 que decía “Ten misericordia de mi, Oh Dios. Ten misericordia de mí. ¡Porque en ti ha
confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los
quebrantados!”
Creo en La Palabra y creo que sobreviviré.
Entonces el 15 de Junio, cinco semanas después de la cirugía, empecé la quimioterapia.
Fue una enfermera que me inyectó en el brazo un tubo con una bolsa que llevaba la medicina
de la quimio. Tenia que estar 3 ó 4 horas para recibir la quimio. Después, cuando regresé a
casa, estaba tan agotada que tenía que dormir. Tenía dolores de cabeza, dolores del
estómago, vómitos, palpitaciones del corazón y me dolía todo el cuerpo. Los efectos de la
droga me duraban 3 ó 4 días pero luego me sentía mejor. Sabía que esta quimio se usaba para
curarme pero tenía sentimientos negativos y dudas durante ese tiempo, pero también sabía
que cada paso hacia Cristo y Su Palabra matarían esas dudas. Así que, cuando tienes dudas, lo
mejor es leer la Biblia.
Catorce días después de la primera quimioterapia empecé a perder mi pelo, lo cual es normal
porque las drogas afectan las células que crecen rápidas. No quería verlo caer así que mi hijo
mayor me lo cortó todo. Después compré una peluca, un par de pañuelos y un sombrero. No
me gustaba mi apariencia pero una vez más el Señor me enseñó a aceptar mi apariencia por
lo que yo era y no por lo que yo aparentase.
Una vez los tratamientos de la quimioterapia terminaron me llevaron a ver a otro médico quien
me asignó unos tratamientos de radiografía. La radiografía consiste en un rayo como láser que
esta enfocado a un área del cuerpo para matar células de cáncer que quedaron en la
superficie. Los tratamientos de la radioterapia duraron 6 semanas menos los dos días del fin
de semana. El tratamiento sólo duraba 15 minutos. Y la radiación fue más fácil que la
quimioterapia. Yo me sentía más a gusto subiendo a la mesa de la radiografía.
Existen efectos secundarios de la quimioterapia y la radiografía que pueden ser resueltos con
una dieta sana y la medicina. La crema de Alovera ayudó a mi estomago y yo hacia unos
batidos con arándanos y plátanos y añadía semillas de lino molido. Hay que comer mucha fruta
y vegetales. Y hay que descansar mucho.
Otro problema que puede aparecer es la limfodemia. Es un hinchamiento en el brazo donde
los nódulos linfáticos han sido quitados. Hay que hablar con el médico sobre esto porque se
puede tratar este problema y controlarlo.
Es un sentimiento extraño después de meses de tratamientos, el sentirse liberada de la rutina.
Pero después de ver al médico cada tres meses para hacer un chequeo es un alivio difícil de
explicar.
El Señor me dijo al principio todo esto en el libro de Isaías 42:9, “He aquí se cumplieron las
cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias”.
Han pasado cinco años (2006) y Su Verdad me ha llevado. Tengo canas por las que estoy
agradecida. Y también tengo ropa nueva y joyas que hacen juego con todo lo que me ha
pasado. Pero lo mejor es que aprendí a vivir cada día como si fuera el último y confío en cada
palabra de las que Jesús dijo. No soy una estadística. 1 Cor. 2:5 dice que nuestra fe no esta
fundada en la sabiduría humana sino en la Palabra de Dios. El problema pasará cuando
veamos a Dios en todo. Bendiciones….
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Traducido por Dennis Swick
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