ADRIANO IN SIRIA (F. M. VERACINI) Auditorio Nacional de Madrid. 26 Enero 2015. El Centro Nacional de Difusión Musical (CNMD) se ha convertido en cita obligada para los amantes de la música en general y de la ópera barroca, en particular. Su director, Antonio Moral, ha conseguido convertir el Ciclo Universo Barroco en cita obligada del aficionado. Si hace unos meses pudimos disfrutar de una Alcina con Joyce DiDonato como protagonista, ahora le llega el turno a una auténtica rareza del más bien desconocido compositor italiano Francesco Maria Veracini, tras haberse ofrecido con mucho éxito unos días antes la ópera Niobe, Regina di Tebe, de Agostino Steffani. Estas óperas necesitan como condición sine qua non que se ofrezcan con conjuntos y repartos de calidad y eso hay que reconocer que el CNMD lo consigue una y otra vez. Francesco Maria Veracini (1690-1768) fue un compositor y violinista florentino, que tuvo una gran notoriedad en su tiempo, habiendo dejado una importante obra musical, en la que destacan unas 50 óperas. Hoy la obra de este compositor (contemporáneo de Vivaldi y Haendel) ha caído en el olvido y solamente el interés musicológico de maestros como Fabio Biondi – por cierto, también violinista – están recuperando algunas de su obras, como es el caso de la ópera Adriano in Siria. Fabio Biondi La ópera Adriano in Siria que nos ocupa (hay más de 50 ópera con el mismo título) tiene libreto de Pietro Metastasio, como tantas otras de esa época, y fue estrenada en Londres, bajo la dirección de Veracini al violín, contando con un reparto de lujo, en el que destacaba la presencia de los castrados Sinesino y Farinelli, además de la soprano Francesca Cuzzoni. La obra está bien construida musicalmente con páginas de gran lucimiento para los cantantes. Le falta la genialidad que ha hecho a sus contemporáneos Hendel y Vivaldi auténtica referencias de la época. El libreto es bastante truculento y de escaso interés. El Emperador Adriano acaba de derrotar a los Partos en Siria y se enamora de Emirena, hija del derrotado rey Osroa, aunque está prometido a la princesa romana Sabina. Por su parte Emirena está enamorada del Príncipe parto Farnaspe, siendo correspondida por éste. La cosa se complica con la llegada de Sabina, que lucha por recuperar a Adriano. Súmese a esto la figura del rey Osroa, sediento de venganza y de Idalma, confidente de Emirena y a su vez enamorada de Adriano, moviendo los hilos, como si de un Iago se tratara, para conseguir su objetivo. Finalmente, Adriano se casará con Sabina, Emirena con Farnaspe y Osroa e Idalma serán perdonados por el emperador, como si del clemente Tito se tratara. La recuperación de esta ópera es labor de Fabio Biondi, que la presentó hace algo más de un año en Cracovia con su Europa Galante y un reparto vocal casi idéntico al ahora ofrecido en Madrid. Fabio Biondi ha puesto en evidencia que ama esta música y ha ofrecida una versión muy cuidad de la misma, apoyando a los cantantes y sacando un estupendo partido de la muy notable Europa Galante, como tantas otras veces. Vivica Genaux Hay que destacar la actuación de Vivica Genaux en la parte de Farnaspe, la auténtica protagonista de la ópera, y que es la única novedad respecto de la ocasión referida de Cracovia, donde fue Ann Hallenberg la intérprete de Farnaspe. El personaje tiene nada menos que 6 arias, dos por cada uno de lo actos de la ópera, y fue la gran triunfadora de la noche, consiguiendo que el público le dedicara ovaciones y bravos tras su dificilísima aria Amor, dover, rispetto, donde estuvo particularmente brillante. Hay que destacar también las actuaciones de Sonia Prina (Adriano) y Roberta Invernizzi (Emirena). La primera es una insustituible contralto en los personajes barrocos y lo volvió a demostrar. La segunda cantó con mucho gusto, aunque estuviera algo descontrolada en la parte alta. Me resultó plenamente convincente la mezzo soprano italiana Lucia Cirillo como la confidente Idalma, irreprochable vocalmente, con una voz atractiva y muy bien manejada. Lucia Cirillo Kristina Hammarström fue una eficiente Sabina, menos brillante que sus colegas de reparto. Finalmente, Ugo Guagliardo fue un Osroa de voz un tanto basta. El Auditorio ofrecía una entrada de alrededor del 75 % del aforo. El público dedicó una cálida acogida a todos lo artistas, especialmente a Vivica Genaux. El concierto comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 58 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 33 minutos. Cinco minutos de aplausos. El precio de la localidad más cara era de 40 euros, costando 15 euros la más barata. José M. Irurzun