18-21 TD52_Maquetación 1 02/07/13 15:51 Página 18 CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS Los toros de “Sepúlveda de Yeltes” mantienen su seriedad y buena crianza tradicionales, pero ahora con hechuras más bajas y afinadas, como muestran los de la camada de 2013. Sepúlveda de Yeltes: fidelidad y evolución Anclada en una tradición casi centenaria, la ganadería de Sepúlveda de Yeltes supo evolucionar para acomodarse a los distintos escenarios de la tauromaquia en cada época. Y aunque a lo largo del tiempo fue incorporando sangres diferentes, en realidad su estilo y filosofía se mantuvo en lo esencial, centrada en la búsqueda de un toro noble y con clase. Tras llegar a lo más alto en los años 80 y mediados de los 90, con el apego de las figuras, una súbita y aguda crisis de juego la relegó en pocas temporadas a carteles más modestos y obligó a su actual director, Íñigo Sánchez-Urbina, a buscar nuevos caminos para volver a encontrar el éxito. Un proceso duro, siempre lento y aún más difícil en época de crisis, que esta divisa salmantina afronta con realismo, ideas claras y la clave de una afición desmedida. Texto: Joaquín López del Ramo Fotografías: Manuel Durán, Joaquín López del Ramo y Sánchez Vigil 18 P or genealogía familiar, “Sepulveda” entronca con una de las casas ganaderas más asoleradas del Campo Charro, como son los Sánchez de Agustínez, quienes en 1924 compraron la primera ganadería del marqués de Villagodio, originaria de sangre veragüeña y luego cruzada con Coquilla. Pero la historia independiente de “Sepúlveda de Yeltes” se inició cuando el abuelo de sus actuales dueños, Ignacio Sánchez y Sánchez (no confundir con el ganadero homónimo y primo suyo que poseyó el hierro de Trespalacios) adquirió en 1942 una importante partida de reses de Juan Terrones, quien a su vez era pro- 18-21 TD52_Maquetación 1 02/07/13 15:51 Página 19 pietario desde 1920 de la mitad de la muy famosa vacada de Contreras. Como es sabido, aunque Contreras se llevó la fama, en realidad fueron los salmantinos Sánchez de Terrores y Sánchez Rico, quienes conformaron y dieron categoría a esta sangre. Sus toros gozaron de un gran prestigio entre los toreros por su embestida noble y boyante, basada en la bravura, además de poseer una morfología poco aparatosa. Don Ignacio debutó en Burgos, ya a nombre de “Sepúlveda de Yeltes”, el año 1946 con una corrida que despacharon Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez y Parrita. Durante las dos siguientes décadas lidió con notable éxito, si bien no compareció en Las Ventas, ya que los toros con más trapío de las camadas eran comprados por la empresa Balañá, o bien se destinaban a la feria de Pamplona. DE C ONTRERAS A TAMARÓN En el año 1958, la mitad de la ganadería fue vendida al conde de Mayalde, y otro lote fue a manos de Vicente Charro; ambos consiguieron triunfos destacados con los toros de origen Contreras, lo que evidencia tanto la calidad de lo comprado a “Sepúlveda” como, por supuesto, su acertado tino como criadores. Por fallecimiento de don Ignacio, la vacada pasó en 1960 a manos de sus hijos, Antonio y Luis Sánchez-Urbina, quedando el primero de ellos como único propietario unos años después, momento en que compró el hierro actual, al que traspasó todas sus reses. Lo de Terrones se fue enriqueciendo con otros sementales, entre los que cabe destacar a Sangriento, de Sánchez Rico, que ligó de forma extraordinaria. Durante los años 60 los contreras de “Sepúlveda” mantuvieron su muy buen cartel, pero finalizando la década la Fiesta empezó a cambiar. Al tratarse de toros cornicortos y de no excesivo tamaño, como todos los de la misma procedencia, eran mal vistos por la corriente de prensa autodenominada “torista”, que tanto daño ha hecho a la variedad genealógica de la cabaña brava. Por otro lado, existía una elevada consanguinidad, y ante la perspectiva de poder lidiar sólo en novilladas o plazas pequeñas el ganadero inició un progresivo cambio. En 1967 se produjo una primera renovación de sangre con la llegada de un Toros del debut de Antonio Sánchez-Urbina en la feria de San Isidro, el 18 de mayo de 1979, fotografiados en la Venta del Batán. Aún se aprecia la huella Contreras. lote de vacas y sementales de Javier Solís de Casablanca, procedentes por vía directa de Juan Cobaleda, cuñado de Atanasio Fernández y del mismo origen Tamarón-conde de la Corte que las de éste. Sin abandonar por completo la base de Contreras (como lo prueba la pervivencia de los nombres de muchas reatas hasta la actualidad) ya entrada la década de los setenta don Antonio se decantó más claramente hacia lo de Atanasio, que daba un tipo de toro más grande y con más pitones. En 1977, don Antonio reforzó de forma decisiva la línea Tamarón mediante la compra a Atanasio Fernández de una partida de vacas y el semental Malagueñito, a los que añadió un lisardo de idéntico origen llamado Gironero. gundo, Hojalatero, también muy bueno, tras cuya muerte dio la vuelta al ruedo Manili. La ganadería se anotó otros triunfos importes en esa misma temporada, especialmente la magnífica corrida de la feria de julio de Valencia. Todo apuntaba, como así fue, a que los sepúlvedas estaban en condiciones de escalar a lo más alto. Sin embargo, el prematuro fallecimiento del ganadero en febrero de 1980 le impidió ver culminada su obra, y fueron sus hijos, los hermanos Sánchez-Urbina Chamorro, quienes disfrutaron de ella. Dos años antes, en la corrida de Beneficencia de 1975, se había producido el estreno de la ganadería en Madrid, aunque pudiera decirse que fue por “la puerta de atrás”, ya que los toros de “Sepúlveda” llegaron para sustituir a los rechazados de Bohórquez. Fue la tarde del 12 de junio y en aquél festejo actuaron Ruiz Miguel, Niño de la Capea y Roberto Domínguez. La cosa salió regular, ya que los animales dieron pocas opciones al éxito, si bien el maestro Capea pudo cortar las dos orejas al más noble de ellos, el segundo, de nombre Idiota. En la feria de San Isidro de 1980 Curro Romero estoqueó varios toros de “Sepúlveda”, pero además de ellos, el 30 de mayo saltaron al ruedo de Las Ventas cinco de este hierro para Gabriel de la Casa, Roberto Domínguez y Tomás Campuzano; dieron juego desigual, pero el segundo, Imprudente, fue un toro de triunfo claro. El siguiente hito que consolidó la ganadería en Madrid fue la corrida del 19 de mayo de 1984, a la que se apuntaron Dámaso González, Niño de la Capea y Espartaco. Abrió plaza el toro Tramposo I, que fue soberbio en la muleta y permitió a Dámaso cortar una oreja; también fue de éxito el tercero, llamado Sacristán. Este mismo año, Pajarero obtuvo el trofeo “Toro de Oro” en la feria de Salamanca. Don Antonio debutó en la feria de San Isidro el 18 de mayo de 1979, y aunque su corrida no pudo salir completa, dos de los cuatro ejemplares lidiados fueron excelentes: el primero, de nombre Enrejado, que tuvo gran calidad y temple en la muleta de Paco Alcalde, y el se- MOMENTO ESTELAR Mediada la década de los ochenta, la familia Sánchez-Urbina había dado un sello distintivo a sus toros, en una especie de recreación de los atanasios y lisardos con un toque de Contreras. Lograron unos animales más finos, des- 19 18-21 TD52_Maquetación 1 02/07/13 15:51 Página 20 CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS baratado en el reconocimiento veterinario (era tarde de figuras…) y del que sólo se lidiaron cuatro toros. El sexto, Enrejado II, fue sensacional y se llevó el premio del Ayuntamiento de Madrid al más bravo del serial. Parecida jugada se produjo en el festejo isidril del 17 de mayo de 1990, en el que sólo pudieron correrse cuatro toros de esta divisa, dos de cuales fueron excelentes: el primero, Voluntario, con el que Fernando Lozano confirmó alternativa, y el gran Judío, al que Ortega Cano cortó una oreja. Ortega Cano frente al toro Tramposo, lidiado el 18 de mayo de 1992 en la corrida que se llevó el premio a la más brava de San Isidro. colgados de cara y acucharados de cuerna, con predominio de los pelos negros, colorados, castaños y salpicados, e intentaron corregir el típico comportamiento frío o avanto de salida característico de muchas ganaderías originarias de Tamarón, y especialmente de la rama Atanasio, manteniendo su proverbial clase. La corrida lidiada el 23 de mayo de 1985 en la feria del santo labrador mostró un comportamiento desigual, dentro de una tónica buena, y de nuevo saltaron en ella otros dos toros notables: Intendente, al que el Niño de la Capea cortó una oreja tras un gran faena, y Delicado, que fue noble a más y con un punto de transmisión en manos de Julio Robles. Un éxito memorable en la feria de Salamanca de ese año, donde Capea, Manzanares y Ojeda cortaron seis orejas y un rabo y se le dio la vuelta al ruedo al toro Campesino, terminó de poner a “Sepúlveda” en la cumbre de las preferencias toreras. en el éxito, y en dicho sentido la temporada 1988 marcó un punto de inflexión. El 9 de junio de ese año se lidiaron cinco cuatreños en la corrida de Beneficencia, que torearon Rafael de Paula, Joselito y Fernando Cepeda. Dentro de un fondo de nobleza general, destacaron los del lote del gitano de Jerez, llamados Sacristán y Churrascón, y la noble boyantía del sexto, Enrejado, al que Cepeda cortó una oreja. En la feria de San Isidro de 1989 los ganaderos de “Sepúlveda” trajeron un serio encierro que fue extrañamente des- La corrida de San Isidro de 1991pecó de mansedumbre, si bien el sexto, Humorista, desarrolló nobleza en la faena de Litri. Pero los astados del campo de Yeltes volvieron a Las Ventas el 1 de octubre siguiente con Manzanares, César Rincón y el confirmante Luguillano, y entre ellos hubo dos extraordinarios: el primero, de nombre Taquillero, que embistió de ensueño, y el tercero, un puro atanasio llamado Cardicaco al que cortó una oreja Rincón, que obtuvo otra de un sobrero de Moura y salió por la puerta grande. De aquella temporada cabe recordar también las magníficas corridas de las ferias de San Fermín y Almería. El 18 de mayo de 1992 se lidió el lote más completo de “Sepúlveda” que hemos visto hasta el momento en Madrid, una corrida que fue premiada como la mejor de la feria y en la que embistieron con claridad nada menos que cinco toros: Tramposo, Preciosito, Imprudente, Prisionero y Tabaquero, destacando por su El encierro lidiado en la feria de San Isidro de 1986 supuso por su mansedumbre un borrón dentro de una línea ascendente, si bien el Niño de la Capea volvió a triunfar cortando una oreja del toro Pajarero. Tampoco los toros lidiados en Madrid en la temporada 1987 añadieron especiales laureles al palmarés de la ganadería. A finales de los 80 los sepúlvedas lograron alcanzar la anhelada regularidad 20 Enrique Ponce en su fanea de consagración en Madrid con otro gran sepúlveda de nombre Tramposo, el 1 de junio de 1994. 18-21 TD52_Maquetación 1 02/07/13 15:51 Página 21 tándole una oreja. En las siguientes temporadas las cosas rodaron con desigualdad para la ganadería salmantina, hasta que el 2 de junio de 2002 volvió a anunciar una corrida en San Isidro, en la que saltó un toro bravo y noble, llamado Cariotito, al que El Fandi cortó una oreja. Dos tardes se anunció en Madrid el año 2003, y aunque en ellas predominó lo deslucido, justo es recordar que en ambas hubo un toro con posibilidades de éxito, sobre toro Enrejado, que le tocó a Sergio Martínez el 29 de junio. El clasicisimo y empaque de José Luis Bote frente al excelente toro de “Sepúlveda” al que cortó una oreja en la feria de San Isidro de 1999. gran juego los dos primeros, que integraron el lote de Ortega Cano, y el tercero de los nombrados, que le tocó a Paco Ojeda. Si esta fue la cara, la cruz llegó el 1 de octubre del mismo año por lo soso y deslucido de los seis toros estoqueados en solitario por Enrique Ponce. En la temporada 1993 sólo pudieron lidiarse tres toros, que rompieron con nobleza en el último tercio, en especial el tercero, Preciosito, con el que Finito de Córdoba realizó una excelente faena mal rematada con la espada, y el cuarto, Baratero, que correspondió a Ortega Cano. En el año 1994 “Sepúlveda” compareció tres tardes en Madrid. La primera en la concurso del 2 de mayo, con un toro noblón. La segunda fue el 1 de junio, en un cartel de lujo compuesto por Manzanares, Paco Ojeda y Enrique Ponce, quien se consagró aquella tarde en Madrid tras realizar una gran faena al mejor toro del encierro, el tercero, Tramposo, tras cuya muerte cortó una oreja y dio dos vueltas al ruedo. Los cuatro morlacos de este hierro lidiados en la feria de Otoño de este mismo año sacaron nobleza y movilidad, sobre todo Campesino y Hospedero, y a ambos cortó una oreja Juan Mora, que así pudo salir a hombros por la puerta grande. BACHE Y R ENOVACIÓN De forma brusca y para muchos sorprendente, mediados los años 90 la regularidad de los sepúlvedas empezó a menguar, lo que desembocó en un bajón de juego y la pérdida de su puesto en los carteles estelares. La mansedumbre de los toros jugados en la corrida de Beneficencia de 1995 en un mano a mano entre Rincón y Ponce fue el primer aviso serio. En la temporada 1996 sólo uno de los toros lidiados en Madrid fue bueno de veras, Preciosito, que le tocó a Juan Mora el 1 de junio, pero sus hermanos de camada corridos ese día y los de la feria de Otoño en general dejaron mucho que desear por su sosería. Parecido juego, con ligeros matices, dieron las corridas de las ferias de San Isidro de 1997 y 1998. En el año 1997 se recuperó el hierro originario de la familia, poniéndose a nombre de “Sánchez Urbina”, que hoy es propiedad de Antonio, hermano de Íñigo. Se formó con vacas domecqs de “Aldeanueva”, luego reforzadas con otras de “El Torreón” y Sánchez Arjona, y funciona como ganadería totalmente independiente y separada de “Sepúlveda”. Siguiendo nuestro relato cronológico, el 17 de mayo de 1999 pareció que “Sepúlveda” volvía por su fueros en Madrid gracias a una manejable corrida estoqueada por José Luis bote, Finito de Córdoba y Javier Conde, en la que sobre todo hubo un cuarto toro magnífico, también de nombre Tramposo, con el que Bote lució su proverbial torero de empaque, cor- Desafortunadamente, las apariciones de la ganadería en el ruedo madrileño durante el periodo de 2004 a 2011no han contado con ningún ejemplar digno de mención, sino al contrario. No es fácil explicar esta crisis, aún cuando los ganaderos elevaron el listón de exigencia en las tientas, pero así acontece en ocasiones con esta alquimia que es la crianza de ganado bravo. Tampoco fue bueno el excesivo aumento en el tamaño de las reses, aspecto que siempre redunda de manera negativa en su juego. Unas y otras causas, además del absurdo y reciente desapego de algunas figuras hacia las vacadas de origen Atanasio, sin olvidar la desaparición de la propia vacada matriz de “Campocerrado”, aconsejaron a Íñigo Sánchez-Urbina dar un nuevo rumbo a “Sepúlveda”. Y como hiciera su padre cuatro décadas atrás, sin abandonar la base genética de su ganadería, en los años 2000 fue incorporando sementales de diversos hierros originarios de Juan Pedro Domecq, tales como Daniel Ruiz, Sánchez Arjona, García Jiménez o el conde de Mayalde, junto con algunas vacas de la misma sangre. La idea es clara: hacer un toro más bajo y armónico sin perder trapío, y dar bravura, alegría y continuidad a las embestidas. Una reciente visita a la dehesa “Sepúlveda de Yeltes” nos ha permitido comprobar el magnífico aspecto de la camada de toros de 2013, en la que abundan los de pelo colorado ojo de perdiz, mezclados con negros, mulatos, chorreados y salpicados. Tan serios de cara y fuertes como los de antes, pero con hechuras más finas y bajas. Fidelidad a un estilo y evolución para superar la crisis y reencontrar el éxito, son las claves que mejor pueden definir el presente de este clásico ganadero salmantino. 21