de regreso al país de las maravillas

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ALICIA
de regreso al país de las maravillas
Esta obra se estrenó el 15 de agosto de 2010 en el Teatro Leopoldo Marechal de
Moreno, Provincia de Buenos Aires, con el siguiente elenco:
María
Alicia
Enfermera
Conejo
Sombrerero Loco
Liebre
Pescado
Lechuza
Lagartija
Cucaracha
Rosa
Camelia
Violeta
Margarita
Oruga
Patachunta
Patachún
Ratón Rodríguez
Dos de bastos
Seis de bastos
Ocho de bastos
Cuatro de copas
Cinco de copas
Siete de copas
As de oros
Nueve de oros
As de espadas
Dos de espadas
Tres de espadas
Comodín
Maria Antonieta Cervo
Marta Goso
Delia Guerrero
Esther Clavería
Luis Penice/ Aníbal Palermo
Margarita Hebrard
Mirta Natta
María Luisa García
María del Carmen Soraire
Marta Paglione
Sara Seli
Alicia Andrés
Ethel Lezana
Matilde Wouterlood
Ana María Vassia
María Pato
Ñata Silva
Paulina Bozicovich
Ethel Lezana
Osvaldo Rodríguez
Olga Bernal
Yolanda Yensi
Estela Cordi
Marcelo Sánchez
Zulema Masciotta
Delia Mierez
Miguel Sequeira
Rosa Altamirano
Nélida Ramos
Alicia Andrés
1
Caballo de espadas
Reina de oros
Rey de oros
Reina de corazones
Eugenio Filippini
Luisa Meliet
Aníbal Venutti
Dora Meza
Diseño y realización escenográfica:
Cintia Español
Diseño y realización de vestuario:
María Cristina Ledesma
Ede González Jara
Cecilia Montiveros
Maquillaje:
Claudia Torres
Asistencia de maquillaje:
Diana Foscaldo
Delia Guerrero
Anahí Bazán
Utilería:
Miguel Sequeira
Música Original:
Composición: Dani Manrique
Letras: Gastón Quiroga
Edición de sonido: Mariano Tizziani
Grabada en: Estudios Calipso
Actriz suplente:
Teresa Mangudo
Producción General:
Dirección General de Cultura de la Municipalidad de Moreno
Libro y dirección:
Gastón Quiroga
2
ESCENA 1
(Habitación en un hogar de ancianos. Alicia, de 70 años reposa en una mecedora.
María, una mujer bastante mayor, lee un cuento).
MARÍA-. Y entonces el príncipe la besó. La princesa abrió sus enormes ojos azules,
aquellos que había cerrado hacía cien años, y vio por primera vez al noble príncipe con
quien compartiría el resto de sus días sobre la tierra. ¿Me está escuchando? ¡Ya se
quedó dormida otra vez! (Alicia abre los ojos) ¡A su edad no sé dónde encontraré un
príncipe que venga a despertarla!
ENFERMERA-. (Trayendo un enorme paquete) Muy bien señoras… ¡aquí está!
ALICIA-. ¡Lo consiguió!
ENFERMERA-. ¡Ufff…! ¡Mire que me ha costado trabajo! Esa casa parecía un refugio
de fantasmas. ¿Cómo pudo vivir allí tantos años? En ese lugar húmedo, sucio, ¡un
espanto!
ALICIA-. (Mientras abre el paquete y saca un vestido celeste con delantal blanco)
Hace años que ya no vivo allí.
MARÍA-. ¿Se puede saber qué es eso tan importante que mandó a pedir? Hace una
semana que no habla de otra cosa que de ese bendito paquete. ¡Al fin sabremos qué es
eso que la perturba tanto!
ENFERMERA-. Un vestido. Pero no parece nada especial. No es de casamiento, ni de
comunión.
MARÍA-. ¿Acaso es un vestido de fiesta?
ENFERMERA-. (Muerta de risa) ¡Jajaja…! Dudo que a alguien se le ocurra asistir a
una fiesta vestido de ese modo.
MARÍA-. (Viendo el vestido) Parece más bien un traje de mucamita. Pero… Ese vestido
no pertenece a una mujer. Es demasiado pequeño.
ENFERMERA-. ¡Claro! Es un vestido de niña ¿Es de su hija?
MARÍA-. ¡No, no, no! Apuesto a que es de su nieta.
ENFERMERA-. Creí que ella no tenía nietos.
MARÍA-. Es verdad. Y había olvidado que tampoco tiene hijos.
ENFERMERA-. ¿Entonces? ¿Para qué me mandó a buscar ese vestido, y por qué es tan
importante para usted?
ALICIA-. (Luego de una pausa. Con el vestido sobre su pecho) Este vestido perteneció
a una niña… una niña de diez años que una vez soñó un sueño tan pero tan maravilloso,
que se negó a creer que era un sueño.
ENFERMERA-. Esa niña era…
ALICIA-. (Interrumpiéndola) ¡No importa quién era! Lo que sí importa es todo aquello
que pudo haber sido y no fue. Con este vestido la niña vivió aventuras maravillosas, y
conoció a personajes insólitos y sorprendentes que ninguna otra niña conoció jamás.
ENFERMERA-. ¡Alicia…! No irá a empezar usted con esas historias de siempre. Con
eso de que los naipes caminan y los animales hablan. A propósito: ¿tomó ya su
medicación?
MARÍA-. (Por lo bajo) No la tomó.
ENFERMERA-. Pues mal hecho. Si no toma sus remedios empieza enseguida con sus
delirios de buscar gusanos por toda la sala, y charlar con el cinco de diamantes como si
fuese su hermano.
ALICIA-. (Corrige) El cinco de corazones.
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ENFERMERA-. Tome su medicación. Volveré a verlas en un rato. (A María) ¡A las dos!
(Sale).
ESCENA 2
ALICIA-. (Mirando el vestido) Si tan sólo pudiera…
MARÍA-. ¿No estará pensando en ponerse ese diminuto vestido?
ALICIA-. Si pudiera lucirlo ante el espejo sólo una vez más.
MARÍA-. ¡Alicia, por favor! No sólo no es su talle, sino que además es espantoso. Un
verdadero esperpento. Jamás había visto mamarracho parecido.
ALICIA-. Pues a mi me encanta. Y lo guardo como a un verdadero tesoro desde hace
sesenta años.
MARÍA-. ¡Jaj! ¡Ya ve usted! ¡Ni las polillas se lo han querido comer!
ALICIA-. (En su mundo) Sólo me falta Diana.
MARÍA-. ¿Diana? ¿Y esa quién es?
ALICIA-. Mi gata.
MARÍA-. ¿Usted quiere que nos echen? En este lugar están prohibidos los gatos y los
perros. Los gusanos y las lagartijas, las tortugas y los tucanes y cualquier otro animal al
que a usted se le ocurra traer. Lo único que no está prohibido es el póquer. Así que tome
asiento y juguemos una partida. (Se sientan. Violeta toma un mazo de naipes que hay
sobre la mesa y baraja).
ALICIA-. ¿Alguna vez usted se preguntó por qué estamos aquí y no en alguna otra
parte?
MARÍA-. Porque somos viejas y estamos locas. Ni más ni menos. ¡Corte!
ALICIA-. (Corta el mazo y María reparte) Sin embargo, a veces creo que usted no está
tan loca como yo.
MARÍA-. ¡Jaj! ¡Qué duda cabe! Al menos disfruto de la vida. No me la paso durmiendo
como otras. (Juega. Pausa. Alicia se lleva un naipe al oído) Le toca a usted.
(Alicia con el naipe al oído, ríe cómplice) ¿De qué se ríe? ¿Ya empezó otra vez?
ALICIA-. Perdón (Juega).
MARÍA-. (Desconfiada) Deje ya en paz esas cartas o me retiro del juego.
ALICIA-. No se preocupe. No me contestan.
MARÍA-. ¿Y entonces para qué les habla?
ALICIA-. Porque me escuchan. No pueden hablar, pero escuchan... (Alicia mira al
suelo y recoge algo) ¡Oia…!
MARÍA-. ¿Qué encontró?
ALICIA-. Una cucarachita.
MARÍA-. (Pega un grito) ¿Me quiere matar de un susto? ¡Saque ese bicho asqueroso!
¿Sabe qué? Me cansó. Siempre haciendo trampa. ¡Siempre! Me voy a mi cuarto. Y es
más: A partir de ahora, yo tampoco le contesto. Haga de cuenta que soy el tres de bastos.
¡Buenas noches! (Sale ofendida).
ALICIA-. (Habla a la cucaracha) Pobre María. No es mala, sólo un poco cascarrabias.
Es mi única amiga aquí dentro. Pero es igual a los demás. No me cree. No cree que
ustedes son tan reales como la palma de mi mano. Seguiré creyendo en ustedes…
Siempre. Aunque ya me cueste recordar sus rostros… aunque desde aquella vez, cuando
era apenas una niña, no los haya vuelto a ver. Yo los espero amigos, los esperaré durante
cada hora de los años que me quedan por vivir. Y sé que algún día se abrirá la puerta y
el conejo blanco me dirá: “Vamos Alicia, vamos, que se hace tarde. Sí…Ya es hora de
regresar a aquel extraordinario país de las maravillas”.
(Se queda dormida lentamente. Comienza la música y entonces canta:)
4
Algún día… volverán las maravillas, algún día…
Seré flor en primavera, como la niña que era… algún día…
Ha pasado tanto tiempo desde aquel mágico encuentro
Nunca más he visto a verlos…
La tristeza hoy me inunda el alma entera
Ya no hay sol en mi vereda, algún día…
La vejez me ha sorprendido triste y sola en este asilo
Ya no puedo resistir mi soledad…
(Alicia se duerme abrazando el vestido. Se abre la puerta del ropero y entra un coro de
animales)
ANIMALES-.
¡Ay Alicia! Vivirás mil aventuras…
Volverás a las andanzas ¡qué alegría!
Han pasado tantos años desde aquel mágico encuentro
Hoy venimos a invitarte a un nuevo cuento
Porque el viento… se convierte en una danza
Si conservas con el tiempo la esperanza.
(Entra el conejo blanco. Los personajes visten a Alicia con el viejo vestido, y la
preparan para la gran aventura)
CONEJO-.
TODOS -.
CONEJO-.
TODOS-.
¡Ya se hace tarde! ¡Hay que apurarse!
Corran, empujen, arriben, que ruja el motor.
Saquen pasaje para este sueño
Donde recitan las nubes y canta la flor.
No se detengan. ¡Rápido vengan!
Hay que ganar la carrera contra este reloj
ALICIA-.
Yo soy Alicia. Traigo primicias.
Traigo noticias de ensueño de un sueño de ayer.
Soy esa niña, que a los setenta
Tiene un montón de caminos por recorrer…
ANIMALES-.
¡Vamos Alicia! Con tu sonrisa
a los incrédulos tal vez puedas convencer.
Y así comprueben que tu locura
guarda un millón de aventuras de hoy y de ayer.
CONEJO-. ¡Vamos, vamos! ¡Que se hace tarde! ¡No hay tiempo que perder! ¡Ohh… la
reina estará esperando! ¡Hay que llegar a tiempo! ¡Vamos! (Todos salen por el ropero.
Apagón).
ESCENA 3
(En el bosque. Algunos animales atraviesan el escenario. Hay un enorme hongo y un
grupo de flores avejentadas).
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ALICIA-. (Al conejo) Sabía que algún día volveríamos a encontrarnos. Estaba segura.
No te imaginas, conejo, cuanta emoción me provoca volver a este país de maravillas.
CONEJO-. No te emociones antes de tiempo. Las cosas han cambiado, ya no es el reino
que conociste en tu niñez. ¡Uy…! ¡Qué tarde es! El tiempo es tirano. Espérame aquí, ya
nos veremos luego…
ALICIA-. Pero…
CONEJO-. Nos encontraremos más tarde. ¡Chau…!
ALICIA-. ¡Conejo…! Siempre apurado. ¡No ha perdido la costumbre!
VIOLETA-. (Estornuda)
MARGARITA-. (Estornuda)
ROSA-. Violeta, pásame el termómetro, creo que tengo fiebre.
PETUNIA-. Un momento, Rosa. Vamos por turnos, me toca a mí.
VIOLETA-. ¡Ay…! Este dolor de tallos me está matando.
MARGARITA-. Porque no sabes como tengo yo los pétalos.
ALICIA-. (Grita) ¡Conejo…!
VIOLETA-. ¿Escucharon eso?
MARGARITA-. Una abeja.
ROSA-. Ya vendrá a molestarnos.
PETUNIA-. Espantémosla. No estoy para abejas hoy.
ALICIA-. Perdón señoras flores, lo que sucede es que… estaba siguiendo a un conejo
blanco que…. ¡Qué desmejoradas están! ¿Qué les sucede?
VIOLETA-. Estamos enfermas.
MARGARITA-. Muy enfermas (Tose)
ALICIA-. ¿Y eso por qué? ¿Alguna epidemia en el reino vegetal?
ROSA-. Sí, los humanos. Son realmente una epidemia.
PETUNIA-. Demasiados humanos últimamente por aquí.
VIOLETA-. Han contaminado todo. Mira como estamos.
PETUNIA-. Así que será mejor que no te nos acerques abeja. Vete con los jazmines y
las nomeolvides. ¿No ves que ni polen ya nos queda? (Lloriquea)
ALICIA-. No soy una abeja. Soy humana.
VIOLETA-. ¿Humana? (Todas pegan un grito, comienzan a lamentarse, a sollozar).
ALICIA-. Esperen un poco, no voy a hacerles daño.
MARGARITA-. Todos dicen lo mismo.
(Sale una avalancha de humo de un hongo)
ROSA-. ¡Oh no! Se despertó el maldito gusano. (Las flores tosen)
ALICIA-. ¿Cuál gusano?
(Aparece la oruga y se sienta sobre el hongo mientras fuma)
ALICIA-. ¡Hola! (La oruga no responde) ¡Hola! (Igual) ¿Acaso no sabe quien soy?
ORUGA-. ¿Y por qué habría de saberlo?
ALICIA-. Porque ya nos conocemos, ya nos hemos visto antes.
ORUGA-. ¿Ah si? Pues no lo creo. A ver, dejame observarte bien: mmm…. Veamos…
cuatro patas, largos cabellos y cara de ornitorrinco… No, no recuerdo haberte visto
jamás.
ALICIA-. ¡No tengo cuatro patas! Tengo dos manos y dos piernas, y no tengo cara de
orticonrrin… ornicotin….
ORUGA-. Ornitorrinco.
ALICIA-. ¡Eso!
6
ORUGA-. Si te hubiese visto por aquí anteriormente no te hubiese olvidado
incuestionablemente. Es la primera vez que tengo ante mis ojos a un gusano tan
extravagante.
ALICIA-. ¡No soy un gusano! ¡Soy Alicia!
ORUGA-. ¿Alicia? ¿Y qué clase de insecto es ese?
ALICIA-. No es un nombre, es un insecto, quiero decir, no es un insecto, es…. (Tose)
¿Podría dejar de fumar un segundo?
PETUNIA-. No lo hará.
VIOLETA-. Nunca lo hace.
ALICIA-. Yo me acuerdo muy bien de usted. Es la oruga. Usted es la oruga.
ORUGA-. ¡Vaya descubrimiento!
ALICIA-. Quiero decir que es la misma oruga que estaba en este mismo hongo hace
unos sesenta años, cuando era una niña y visité este país.
ORUGA-. Es probable. No suelo moverme de aquí.
ALICIA-. ¿Y cómo es que sigue siendo oruga? ¿Por qué todavía no se ha transformado
en mariposa o en murciélago?
ORUGA-. Quizás por la misma razón por la que aún no te has convertido en
ornitorrinco. Ahora dime… exácticamente… ¿qué es lo que te trae por aquí?
ALICIA-. Era tan pequeña cuando vine. Durante años se lo conté a todo el mundo. Les
hable de ustedes… de la oruga fumadora, del sombrerero loco y la liebre, de la reina de
corazones…Me tomaron por loca. Querían convencerme de que todo había sido un
sueño. Pero ya ve, estoy de nuevo aquí.
ORUGA-. Indudablemente eso ha sido hace muchísimos años…
ALICIA-. (La oruga le tira el humo en la cara. Alicia tose). Esto es una falta de respeto.
Debería prohibírsele fumar a los gusanos. Estoy segura que es por eso que no se ha
convertido en mariposa como lo hacen todas las orugas. Con tanta nicotina en sus
pulmones nunca van a crecerle las alas…
ORUGA-. Probablemente…
ALICIA-. ¿No cree que ya es tiempo de dejar esa boquilla? Ya es una oruga vieja, y a
los viejos, como a los niños, les hace daño el humo.
ORUGA-. Mmmm…. Posiblemente.
ALICIA-. ¿Y dígame qué hará cuando sus pulmones estén a punto de explotar?
ORUGA-. Eso nunca sucederá.
ALICIA-. ¿Ah no? ¿Y por qué está tan segura?
ORUGA-. Porque los gusanos no tenemos pulmones.
ALICIA-. Su cuerpo entero, todo su cuerpo de gusano, de oruga, o lo que sea, sólo será
una gigantesca bola de humo gris. ¿Y qué hará entonces?
ORUGA-. Llamaré a los bomberos. Ellos saben apagar el fuego y combatir el humo.
(Vuelve a tirarle el humo en la cara).
ALICIA-. Mire a estas pobres flores enfermas. Debería al menos tener un poco de
piedad por ellas. Solían bailar y cantar, y hoy están viejas y tristes… Como yo…mire
ese suelo lleno de cenizas. ¡Está arruinando este lugar! ¡Cómo fuma! ¡No se puede
creer! ¡Miren cómo fuma! (Sale).
ORUGA-. Me retiraré a descansar. Estoy harta de viejas locas. (Vuelve detrás del
hongo)
ALICIA-. ¿Vieja loca yo? ¿Vieja loca a mí? ¡No se lo voy a permitir! Estoy cansada de
que me digan…
ESCENA 4
7
(Entran los gemelos Patachunta y Patachún)
GEMELOS-. ¡Vaya! ¡Tenemos visitas!
ALICIA-. ¡Patachunta y Patachún!
GEMELOS-. ¿Cómo sabes nuestros nombres?
ALICIA-. ¿Acaso no me recuerdan?
GEMELOS-. No.
ALICIA-. Nos conocimos hace algún tiempo. Para ser exacta hace unos… sesenta años.
GEMELOS-. Eso es mucho tiempo.
ALICIA-. Claro. Estoy un poco cambiada.
GEMELOS-. Todos estamos un poco cambiados.
ALICIA-. Cuéntenme como van las cosas en este país. ¿Aún sigue gobernando la
malvada reina de corazones?
PATACHUNTA-. ¿Corazones? ¿Dijo corazones?
PATACHÚN-. ¿Dónde has estado en los últimos sesenta años?
PATACHUNTA-. Donde sea que haya estado no ha leído los diarios ni visto los
noticieros.
ALICIA-. ¿Qué ha pasado con la reina? Cuéntenme.
PATACHUNTA-. Está bien. Si quieres saberlo…
PATACHÚN-. Te lo contaremos.
PATACHUNTA-. Pero eso sí…
PATACHÚN-. El precio del relato es de cincuenta centavos más IVA el minuto.
ALICIA-. ¿Cincuenta centavos? Sólo tengo cinco.
PATACHUNTA-. ¿Cinco centavos?
PATACHÚN-. No es un buen negocio. (Deliberan en voz baja)
PATACHUNTA-. ¡Cinco centavos por la historia de la reina de corazones…!
PATACHÚN-. ¿Quién da más? ¿Quién da más?
PATACHUNTA-. Cinco centavos a la una…
PATACHÚN-. ¿Quién da más?
PATACHUNTA-. Cinco centavos a las dos…
PATACHÚN-. Se cierra…
PATACHUNTA-. Cinco centavos a las tres.
GEMELOS-. ¡Vendido a la señora en cinco centavos!
PATACHÚN-. La historia de la reina de corazones:
PATACHUNTA-.Hubo una vez en este reino una reina a quien nadie quería
PATACHÚN-.Igual que la de ahora que se la pasa sentada en la peluquería.
PATACHUNTA-.Aunque la reina de ahora es más buena que la de corazones.
PATACHÚN-.Pasa el día en el gimnasio y a la noche se atraganta con bombones.
PATACHUNTA-.A aquella reina mandona, un día su marido le pidió el divorcio…
PATACHÚN-.Ser rey a costa de aguantar sus gritos no resultaba buen negocio…
PATACHUNTA-.La reina ofendidísima condenó a su pobre esposo…
PATACHÚN-. ¡Que le corten la cabeza! ¡Que decapiten ya mismo a este rey quejoso!
ALICIA-. ¡Eso es espantoso!
GEMELOS-.En la guillotina puso la cabeza del rey condenado.
Pero el pueblo entero ante la sentencia reaccionó indignado.
¡Descabecen a la reina! Clamaba la gente lejos de temerle
Y a la dictadora le agarró tal miedo que se puso verde.
ALICIA-. ¿Y que pasó con la malvada rein…digo…con su majestad?
PATACHUNTA Y PATACHÚN-.
La reina azorada huyó por las calles clamando piedad
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Si aun sigue escondida tendrá por lo menos cien años de edad.
El rey sin su esposa en la guillotina sonrió feliz
Se marchó contento a jugar al póquer a otro país.
Desde aquel entonces la reina de oros está en su lugar.
Muchas cirugías pero nada sabe sobre gobernar.
¡Queremos un día tener una reina pero de verdad!
Que grite poquito, que nos de justicia, paz y libertad.
ALICIA-. ¿O sea que se marchó y no volvió nunca más?
PATACHUNTA-. ¡Ni que se la hubiera tragado la tierra!
PATACHUNTA-. Con decirle que para jugar al póquer hubo que reemplazarla con un
comodín.
ALICIA-. ¿Y quién me dijeron que está ahora en su lugar?
GEMELOS-. (Deliberan en secreto). Eso no te lo diremos.
PATACHUNTA-. Cincuenta centavos por la continuación de la historia.
ALICIA-. Pero no tengo más dinero.
PATACHÚN-. Mmm… Una lástima… Podríamos contarte muchas cosas…
PATACHUNTA-. Y advertirte sobre algunos peligros…
PATACHÚN-. No le digamos nada sobre el ratón Rodríguez.
ALICIA-. ¿El ratón Rodríguez?
GEMELOS-. (Uno al otro) ¡Shhhh!
PATACHUNTA-. No diremos nada. Nada sabemos.
ALICIA-. Pero…
GEMELOS-. Hasta luego… (Se alejan del mismo modo en que entraron).
ALICIA-. ¡Oigan, no se vayan! (Pensativa) El ratón Rodríguez… ¿Quién es ese?
VIOLETA-. Deberíamos advertirle, Petunia.
PETUNIA-. ¿Tú crees?
ROSA-. Será mejor que lo sepa.
PETUNIA-. (A Alicia) El temible ratón Rodríguez suele merodear por aquí.
MARGARITA-. Le gusta andar entre los viejos.
ALICIA-. ¿Perdón?
PETUNIA-. Cuando a un viejo se le cae un diente, el ratón Rodríguez aparece y…
ALICIA-. ¡Y le deja dinero bajo su almohada!
ROSA-. ¡Qué ingenua!
PETUNIA-. Se lleva el diente y además le roba todo su dinero.
VIOLETA-. Aquí todos le temen al ratón Rodríguez.
MARGARITA-. Menos nosotras.
ROSA-. Porque ni dientes tenemos (Todas ríen).
ALICIA-. Pobres flores. Veo que al menos conservan su buen humor.
ESCENA 5
(Aparecen la liebre y el sombrerero loco. Éste último viene probándose distintos
sombreros)
SOMBRERERO-. Me atrevería a decir que éste es el que mejor me sienta.
LIEBRE-. Y yo me atrevería a decir que con eso en la cabeza pareces un astronauta.
ALICIA-. ¡No lo puedo creer! ¡Son ustedes!
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LIEBRE-. Pues está usted en lo cierto. Si no fuéramos nosotros seguramente seríamos
usted, él, vosotros, ellos…
ALICIA-. ¡La liebre y el sombrerero loco!
SOMBRERERO-. ¡Un momento! Eso de loco está de más.
ALICIA-. Perdón. En verdad en este país todos están un poco locos…
LIEBRE-. ¿Ah si? ¿Y cómo van las cosas por el tuyo?
ALICIA-. Mmm… no son tan diferentes. ¡No se imaginan cuánto los extrañé! Quiero
volver a festejar con ustedes mi no cumpleaños.
LIEBRE-. ¿Tu no queeeeee…?
ALICIA-. Ustedes me enseñaron que sólo tenemos un cumpleaños una vez al año. Y
que tenemos 364 días de no cumpleaños y por eso es mejor festejar los no cumpleaños
ya que son muchos más.
SOMBRERO-. Ya no está de moda festejar los no cumpleaños.
LIEBRE-. Eso fue hace mucho tiempo.
ALICIA-. ¿Y entonces qué festejan?
SOMBRERO-. No festejamos nada.
LIEBRE-. Ya estamos viejos y no hay motivos para festejar.
SOMBRERO-. Sólo hacemos fiestas una vez al mes y es cuando cobramos nuestra
jubilación.
LIEBRE Y SOMBRERERO-. ¿Jubilación…? (Ambos corren y saltan de alegría por
todas partes)
LIEBRE-. ¡Jubilación ¡ ¡Dijo jubilación! ¡Hoy es el día en que cobramos nuestra
jubilación!
SOMBRERERO-. Hoy es día de festejo. ¡Hoy estamos de fiesta!
CONEJO-. (Entra corriendo) ¿Qué están esperando? ¡Vamos que se hace tarde!
ALICIA-. ¡Conejo…!
CONEJO-. ¡Hay mucha gente haciendo la fila! ¡Y no cobraremos un solo centavo si no
nos apuramos! ¡Vamos!
ALICIA-. Yo también tengo que cobrar mi jubilación, ¿puedo acompañarlos?
SOMBRERERO-. (Probándose sombreros) Este es mejor. No, no, mejor este. Combina
mejor con el saco. O éste. Hace juego con mi corbata.
ALICIA-. Yo creo que ése está bien.
CONEJO-. ¡Vamos que ya es muy tarde!
(Salen apurados. Apagón)
ESCENA 6
(Una fila conformada por todo tipo de personajes. Forman un enorme círculo y en el
centro un cajero automático)
CONEJO-. Ya llegamos, ya estamos, ya llegamos. ¿Quién es el último?
PESCADO-. Yo.
SOMBRERERO-. ¡La jubilación, la jubilación!
LIEBRE-. Haremos una gran fiesta con té y galletitas.
ALICIA-. Disculpen pero… creo que hay un error.
SOMBRERO-. ¿Un error dijo?
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LIEBRE-. Un error.
SOMBRERERO-. Seguramente sea un error de cálculo. Tal vez sea cuatrocientos
veintiocho por pi elevado a la décima potencia sobre treinta y dos y no ciento diecisiete
menos cuatro por x al cuadrado.
LIEBRE-. No, no, no. No creo que sea un error de cálculo. Creo que es un error
garrafal.
ALICIA-. ¿Garrafal?
LIEBRE-. Sí, encargó dos garrafas y le llevaron seis. Acabó teniendo tanto gas que le
explotó la casa.
ALICIA-. Quise decir que hay algo que no está bien.
SOMBRERERO-.Claro que hay algo que no está bien. ¡Qué novedad! Siempre hay algo
que no está bien.
LIEBRE-. No está bien cepillarse los dientes sin antes irse a dormir.
SOMBRERERO-. No está bien que las personas mayores se burlen de los niños.
LIEBRE-. No está bien comer como un cerdo sin antes engordar como una vaca.
SOMBRERERO-. No está bien que el sol salga sin pedir permiso. Ni que la luna se
esconda sin decir adónde.
LIEBRE-. No está bien cazar liebres.
CONEJO-. Ni conejos.
PESCADO-. Ni pescados.
LIEBRE-. Los pescados no se cazan. Se pescan.
SOMBRERERO-. ¿Y los perros?
LIEBRE-. Se perran.
SOMBRERERO-. ¿Y las ovejas?
LIEBRE-. Se ovejan.
SOMBRERERO-. ¿Y los lagartos?
LIEBRE-. Se lagartan.
LECHUZA-. No está bien doblar la esquina sin luego enderezarla.
CUCARACHA-. Ni atarse los cordones sin desatar primero la senda peatonal.
LAGARTIJA-. No está bien que sea mediodía sin que antes sea un día entero.
CONEJO-. (A los gritos, armando un escándalo mientras se retira). ¿Mediodía?
¡Mediodía! ¡Mediodía!
ALICIA-. ¡No…! ¡No te vayas! ¡Conejo…! (Al pescado) ¿Usted dijo que era el último?
PESCADO-. Así es.
ALICIA-. ¿Y cómo lo sabe si la fila no apunta hacia ninguna parte?
PESCADO-. Soy el último de los pescados.
SOMBRERERO-. ¿El último de los pescados?
LIEBRE-. ¿Ya no quedan más? ¿Ni uno sólo? ¿Cerrarán todas las pescaderías?
ALICIA-. ¿Cómo que es el último?
PESCADO-. Así es. Traté de escapar pero me pescaron igual. Fui el más veloz de todos,
por eso les costó tanto atraparme. Fui el último pescado.
ALICIA-. ¿Y con qué lo pescaron? ¿Con caña? ¿Con red?
PESCADO-. Con número.
ALICIA-. ¿Con número? ¿Cómo se pesca con número?
PESCADO-. Nos dan un talonario con un número a cada uno. A mi me tocó el último,
el ochenta y seis. Los demás fueron afortunados porque un pulpo se devoró lo que
quedaba del talonario.
ALICIA-. ¡Atención por favor! Les propongo una cosa. Avancemos todos. Un paso.
(Todos avanzan un paso hacia delante) ¡No….! Así no. La idea es que la fila comience
a moverse. (Todos se mueven en el lugar) ¡Así tampoco! Den todos media vuelta
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mirando hacia el compañero. ¡Tampoco! ¡Vuelvan a sus lugares! Ahora, escuchen con
atención. Todos levanten la mano derecha.
PESCADO-. ¿Y los que no tenemos manos?
ALICIA-. La aleta derecha, la pata derecha, la oreja derecha, lo que sea que tengan a la
derecha. Y así, muy despacito den media vuelta hacia ese lado. ¿Ya estamos uno detrás
de otro? Bueno, que avance la fila. (Todos caminan en círculo).
LAGARTIJA-. Es maravilloso.
CUCARACHA-. ¡Sensacional!
LAGARTIJA-. Estos humanos sí que se las saben todas.
LECHUZA-. ¿Y cómo hacemos ahora para llegar hasta el cajero y poder cobrar?
ALICIA-. No lo sé. ¡Es que así no se hacen las filas!
LECHUZA-. Usted no nos va a venir a decir cómo debemos hacer las cosas aquí.
CUCARACHA-. Es nuestro país y aquí las filas se hacen de esta manera.
LECHUZA-. ¡Estos extranjeros! Siempre se creen más que uno.
CUCARACHA-. No va a venir a imponernos su estilo se vida. ¡Qué se ha creído!
LECHUZA-. La invasión cultural ya no se frena con nada.
LAGARTIJA-. Denunciémosla ante la embajada.
TODOS-. ¡Sí!
LECHUZA-. ¡Qué vaya a su país a enseñar cómo se deben hacer las filas!
TODOS-. ¡Sí…!
(Alicia sale corriendo. Pausa).
SOMBRERERO--. ¿Y ahora?
LIEBRE-. Ahora hagamos como siempre. En perfecto orden entramos al cajero
automático y cobramos nuestra jubilación.
TODOS-. (Avalanzándose sobre el cajero) ¡Sí…! (Todos se enciman alrededor del
aparato, se empujan y hablan a la vez. De repente entra el ratón Rodríguez caminando
rapidito y a pequeños pasos, y se suma a la multitud)
TODOS-. ¡El ratón Rodríguez! (Todos pegan un grito y salen corriendo. El ratón sale
del cajero sin entender mucho qué es lo que sucede. Mira hacia un lado, mira hacia el
otro. No ve a nadie. Alza su tarjeta electrónica y habla al público)
RATÓN-. No hay dinero.
(Apagón).
ESCENA 7
(Alicia persigue al conejo que está buscando algo, tal vez una zanahoria).
ALICIA-. ¡Conejo! ¡Conejo! Me acabo de enterar que la reina de corazones
desapareció.
CONEJO-. Hace mucho tiempo.
ALICIA-. ¿Y qué ha sido de ella?
CONEJO-. ¿Qué? ¿No lo sabes? ¡Todo el mundo lo sabe!
ALICIA-. Pues yo no.
CONEJO-. Desde que el pueblo la echó de aquí, la reina ha estado disfrutando de una
cuantiosa jubilación. Ha prometido volver muy pronto. Todas las mañanas lee las
noticias y se enfurece cuando se entera de las barbaridades que aquí suceden.
ALICIA-. ¿Cómo cuáles?
CONEJO-. Por ejemplo… que los corazones no se hayan podido presentar en las
últimas elecciones.
ALICIA-. ¿Y quién decidió eso?
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CONEJO-. (Bajo) Todas las cartas hicieron trampa para ganar. Pero los corazones
debieron conformarse con mirar las elecciones por televisión. ¡Imagínate! Si volvían a
ganar…
ALICIA-. Pero eso no es justo… Los corazones tienen tanto derecho como los tréboles,
como los diamantes, los bastos, las espadas... ¿Quién puede prohibirles que armen su
propia lista de candidatos y puedan ser elegidos?
CONEJO-. En las cosas de la política no hay derecho ni revés. Además…
ALICIA-. ¿Qué?
CONEJO-. Mmm…No se si debería contarte esto.
ALICIA-. ¡Vamos!
CONEJO-. La reina de corazones nunca quiso decapitar al rey. Le tendieron una trampa.
Alguien puso al rey de corazones en la guillotina para que el pueblo se enojara. Cuando
todos vieron al rey a punto de ser decapitado, se enfurecieron y a la reina no le quedó
más alternativa que escaparse.
ALICIA-. Y desde entonces la reina de oro ocupa su trono.
CONEJO-. Exacto.
ALICIA-. ¿Y cuándo regresará la ex reina de corazones?
CONEJO-. El …. (dice la fecha actual) a la medianoche en punto. Yo mismo soy el
encargado de ir a buscarla.
ALICIA-. ¡Conejo! ¡Esa es fecha hoy!
CONEJO-. ¿Hoy? ¡No me digas que es hoy! ¡No me digas que es hoy! Con tantas cosas
en la cabeza me olvide por completo. Me matará. Me decapitará.
ALICIA-. No si llegas antes de las 12 de la noche. Todavía estas a tiempo. Vamos,
conejo que se hace tarde. (Salen. Apagón).
ESCENA 8
(En el palacio de la reina los naipes juegan al truco. Cada uno lleva en la mano su
basto, su copa o su espada. Las cartas de copas están siempre completamente
borrachas y los oros cubiertos de joyas).
2 DE BASTOS-. ¡Embido!
8 DE BASTOS-. ¡Tengo flor y no la tiro!
2 DE BASTOS-. Una carrera corrieron
el sapo y la comadreja,
y el sapo al aventajarla
le dijo truco en la oreja.
AS DE ESPADAS-.Con las cartas que yo tengo
tampoco me asusta el cuco
y si es que no me detengo
le digo quiero y retruco.
2 DE BASTOS-. ¡Quiero!
AS DE ESPADAS. ¡Quiero vale cuatro!
2 DE BASTOS-. Nos ganaron de nuevo
7 DE COPAS-. Vamos por otra.
6 DE BASTOS- .Ya no tenemos qué apostar. Además, hacen falsas señas.
AS DE ESPADAS-. Eso no es cierto
6 DE BASTOS-. ¡Claro que sí!
AS DE ESPADAS-. ¡No me enfrentes!
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5 DE COPAS-. Nosotros no queremos problemas. Muchachos, vámonos al mazo.
9 DE OROS-. Yo propongo que no volvamos a jugar con ellos.
7 DE COPAS-. ¡Y tú por qué no te callas? ¡Con esa cara de bizcochito de grasa!
9 DE OROS-. ¡No me insultes!
COMODÍN-. ¿Y ese olor? (Todos ponen cara de asco y se tapan la nariz).
SOTA DE ESPADAS-. Mmmm….Rajemos muchachos, llegó el as de oros.
(Entra el as de oros con un rollo de papel higiénico en la mano. Las copas se alejan un
poco y continúan bebiendo. Bastos y espadas comienzan a luchar).
AS DE OROS-. Buenas… (Todos hacen gestos de mal olor).
AS DE ESPADAS- Nosotros les vamos a enseñar a respetar las reglas.
2 DE BASTOS- ¿Ah si? ¡No vales más que yo! ¡Tan ancho como te crees!
(Comienzan la lucha entre bastos y espadas, las copas alientan a uno y otro bando.
Entran los caballos, tocan trompetas.)
CABALLOS-. ¡Su majestad, la reina de oros…! (Entra la reina)
REINA-. ¡Ministros! ¿Qué están haciendo aquí? ¿No les pedí a todos que custodiaran
mi ochito de peluche y lo llevaran a mi recámara?
COMODÍN-. Está prohibido hablar delante de su majestad, su majestad.
REINA-. No cuando les hago una pregunta. ¿Adónde está mi ocho de peluche? Les pedí
que me lo trajeran. Saben que no puedo dormir sin él.
AS DE OROS-. ¡Yo no fui! ¡Le juro que yo no fui!
REINA-. ¿Y quién te dijo algo? ¿Acaso tienes la cola sucia as? (los demás ríen) ¡Cinco!
¡Responda!
CINCO COPAS-. Yo no lo tuve encima, ni siquiera lo vi, el seis de bastos lo llevaba
consigo, su majestad.
REINA-. ¿Seis?
SEIS DE BASTOS-. ¡Invenciones de cinco, su majestad! ¡Se le cayó al nueve! ¡Se le
calló al nueve!
NUEVE OROS-. ¡No es verdad! El as de espadas lo tenía en su poder.
AS ESPADAS-. ¡Nunca! Nueve de oro me lo dio pero le pedí al siete que lo llevara.
SIETE COPAS-. Cuatro de copas me dijo que lo quería llevar él.
CUATRO COPAS-. No te hagas la sota, siete. Sabes bien que se lo di a ocho.
OCHO BASTOS-. La sota de espadas me lo pidió por un rato. Dijo que se había
encariñado con él.
SOTA DE ESPADAS-. Yo no fui el que dijo eso. ¡Fue dos! ¡Fue dos!
DOS BASTOS-. Lo dije pero nunca me lo dieron, vi que lo tenía cinco y luego se lo dio
al caballo… de espadas (Todos asienten y miran al caballo).
REINA-. ¿Usted?
CABALLO ESPADAS-. Como Ministro de transporte, jefe de correos, chofer,
encargado de mudanzas, fletes y encomiendas, me dirijo a su majestad para informarle
que a mi debido entender, a su apreciado ochito de peluche… se lo comió el caballo, su
majestad.
REINA-. Si fuese la reina de corazones ya le hubiese mandado a decapitar a usted y a su
caballo. Pero soy una reina famosa por su compasión y generosidad, amada y querida
por su pueblo. Un encanto de naipe como quien dice.
CONEJO-. (Entra apresurado) ¡Su majestad, la peluquería…! ¡La cosmetóloga su
majestad! ¡Vamos que se hace tarde…! Debe estar lista antes de las nueve para su
partida de pocker.
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REINA-. ¡Será mejor que me consigan un nuevo ochito de peluche! (Sale la reina y
todos los naipes enfilados detrás, quedan las copas que continúan bebiendo)
5 COPAS-. ¡Un ocho de peluche! ¿Dónde se ha visto una reina más cursi?
4 COPAS-. Manías de la realeza. ¡Sírvete otra copa, siete!
5 COPAS-. ¡Viniendo de Chacabuco me planto con flor y truco! ¿Ustedes ven lo que yo
veo?
4 COPAS-. ¡Por todos los naipes! Que caballo mas extraño es ese.
7 COPAS-. Pero no digas pavadas, cuatro. Si no es un caballo. Es un ocho de bastos.
5 COPAS. Yo le veo cara de comodín.
ALICIA-. No soy un naipe.
4 COPAS-. ¿Ah no? Pues para ser un dado te faltan lunares. (Los tres ríen).
5 COPAS-. Hoy es nuestro día de suerte. Que cosa podría ser sino el ocho de peluche de
la reina.
ALICIA-. No soy un oso, ni un ocho y mucho menos de peluche.
4 COPAS-. (Sujentándola ) La llevaremos con la reina.
5 COPAS-.Buena idea. Así nos anotaremos varios puntos.
7 COPAS-. Yo opino que mejor sería que nos fuéramos de copas.
(Apagón).
ESCENA 9
(El As y el tres de espadas ofician de guardias, mientras otros naipes están por ahí
haciendo la limpieza).
6 BASTOS-. Hey, dos, ¿Has visto por ahí a la escoba del quince?
2 BASTOS-. Claro, fue abandonada en la antesala antes de la partida de Chinchón.
6 BASTOS-. Pues será mejor que la traigas así terminamos de limpiar todo esto.
2 BASTOS-. ¿Y por qué tengo que ir yo? Pídeselo al comodín.
(Entran las copas sujetando a Alicia).
6 BASTOS-. Comodín…
COMODÍN-. ¡Ya lo sabía! Comodín para allá, comodín para acá… Como si no fuera
suficiente con tener que reemplazarlos a todos cada vez que se les ocurre hacer huelga.
5 COPAS-.Mirad lo que hemos encontrado afuera.
7 COPAS-. Un ocho de peluche.
4 COPAS-. El ocho de peluche de la reina. Y se lo hemos traído.
2 BASTOS-. Creo que ustedes tienen unas cuantas copas de más.
COMODÍN-. (Trae una escoba con un moño, en la que se lee “15 años” (La muestra al
púnlico). ¡La escoba del 15!.
REINA-. (Entra hablando por un teléfono celular y rodeada por un séquito de naipes
que la maquilla, la peina, la abanica, le prueba distintos modelos de zapatos, etc).
¡Pero mi querida! ¡Te advertí una y mil veces que ese médico no te convenía. Es un
estafador. Tienes que consultar al que te recomendé. Hace unos años sacó cuatro kilos
de grasa de mi barriga y dejó mi dentadura blanca como el Cadillac de mi esposo.
ALICIA-. Disculpen, ¿alguno de ustedes ha visto por aquí a la reina? (todos detienen lo
que están haciendo, giran hacia ella y la miran asombrados) ¿Por qué se quedan así
como estatuas de cera? Pregunté si alguien ha visto a la reina.
REINA-. Tengo que cortar querida. Ha surgido un pequeño inconveniente. (A Alicia)
¿Cómo se atreve a pronunciar palabra delante de Su Majestad? ¿Acaso no sabe que está
prohibido? ¿Quién es su superior inmediato? ¡Responda!
ALICIA-. Bueno…. Yo… no tengo superior… Sólo busco a la reina.
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REINA-. ¿Qué no tiene superior? ¡Ja! ¡Hágame reir! ¿No les causa gracia? (Ríe a
carcajadas y el séquito hace lo mismo) ¡Silencio! (Todos callan) ¡Todo el mundo tiene
un superior! ¡Qué impertinente! ¡Seguridad! ¡Detengan a esta terrorista! (Dos guardias
la sujetan).
ALICIA-. No me diga que usted… ¿usted es la reina? Yo no sabía… La última vez que
anduve por aquí, había otra reina. La reina de corazones.
REINA-. Hace décadas que se fue de aquí esa perversa. Yo estoy en su lugar desde
entonces. ¿Pero qué canal estaba mirando, mi querida? Fui tapa de todas las revistas.
ALICIA-. Lo que sucede es que no vivo aquí.
REINA-. Ahhhh… Ahora entiendo. ¡Es una turista! ¡Pero mujer! ¡Lo hubiera dicho
antes! ¡Cómo todo extranjero desconoce las leyes de este país! Aquí, querida mía, está
prohibido hablar delante de la reina. Pero no se preocupe. Veo que esto no ha sido más
que una tonta confusión. Nosotros fomentamos el turismo y nos encanta que los viajeros
se sientan a gusto y como en su propia casa. ¡Ordenanzas! Quiero que nuestra visitante
goce de todas las comodidades de este reino. ¡Atiéndanla como a una reina! (Todo el
séquito corre hacia Alicia y realizan sobre ella las mismas acciones que hacían sobre la
reina).
ALICIA-. Gracias. No esperaba semejante hospitalidad.
REINA-. Ya sabrá retribuírnosla gastando unos buenos billetes en nuestros hoteles,
excursiones y comidas típicas.
ALICIA-. ¿Dinero? No he traído ni un céntimo.
REINA-. ¡Seguridad! ¡Detengan a esta inmigrante ilegal! (Los guardias vuelven a
sujetarla y el séquito se traslada nuevamente hacia la reina). Si no ha traído dinero
seguramente es una desocupada que ha entrado al país indocumentada, o lo que es peor,
con documentos falsos para quitarle el trabajo a nuestro pueblo.
ALICIA-. No, su majestad. En absoluto. Soy jubilada. Sólo quise regresar a este lugar
maravilloso donde hace muchos años conocí a…otra reina, tal vez fuese su abuela.
REINA-. ¿Usted conoció a mi abuela? ¡Pero mi querida! ¡Hubiera empezado por ahí!
¡Reciban con todos los honores a esta amiga íntima de la familia real! ¡De seguro es una
prima lejana, lejanísima…! (El séquito vuelve sobre Alicia).
ALICIA-. Así es. Su abuela la reina de corazones…
REINA-. ¿Corazones dijo? Los corazones no tienen nada que ver con nosotros.
¡Guardias! (El séquito se aleja) La reina de corazones de la que usted habla fue
enjuiciada y castigada debido a su mala costumbre de cortarle la cabeza a todo
individuo que dijese lo que ella no estaba dispuesta a escuchar. Y nunca fue mi abuela.
¡Qué disparate!
ALICIA-. Ah… yo pensé que… es verdad. Ahora que lo pienso, los corazones no son
muy simpáticos que digamos. Laten demasiado, nos delatan cuando queremos ocultarlos
y nos matan cuando dejan de latir.
REINA-. Esa sí ha sido una frase inteligente, digna de resgitrar. ¡Tomen nota! ¡Y
bienvenida a nuestro reino! Cuénteme por favor de dónde viene y cómo es que ha
llegado hasta aquí.
ALICIA-. Bueno, yo… vengo de un… internado, sí, sí. Estaba en el mejor de mis
sueños y de repente apareció el conejo blanco y nos escapamos por la puerta del ropero.
REINA-. ¿Internado? ¿Conejo? ¿Ropero? ¡Detengan a ésta prófuga! (Los guardias
vuelven hacia Alicia) Lo supe desde el primer momento ¡Contrabandista de telas!
¡Traficante de animales! ¡Asesina conejos para hacer luego tapados de invierno con sus
pieles! ¡Juicio oral y público a la intrusa! ¡Llamen a los testigos ¡Ya mismo!(Se aleja
gritando seguida por el séquito en el mismo instante que entra el rey).
REY-. ¿Qué es todo este alboroto? ¿Qué pasa?
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(Los dos guardias que sujetan a Alicia comienzan a da explicaciones, ambos al mismo
tiempo y hablando a gran velocidad).
TRES ESPADAS-. Esta mujer es una inmigrante ilegal que no tiene documentos. Se ha
hecho pasar por turista y ha venido aquí entrando furtivamente quién sabe cómo ni por
dónde y dándose el lujo de interpelar a su majestad la reina, inventando no se qué
cuentos de tatarabuelas.
AS DE ESPADAS-. Estamos cumpliendo órdenes de la reina. Hallamos en el palacio a
este sujeto de sexo femenino, indocumentada, se desconoce si tiene antecedentes
policiales, pero hemos comprobado que es prófuga de la justicia, traficante de mascotas
y de prendas de vestir, su majestad.
(Los guardias continúan hablando por lo bajo)
REY-. Comprendo, comprendo… Así que la señora es mi nueva masajista personal.
¿Qué pasó con la anterior? Seguramente mi mujer la despidió. Veremos si usted acierta
y logra curarme el reuma y la escoliosis señora…
TRES DE ESPADAS-. ¡Hable! ¡Diga algo! No va a conseguir nada quedándose callada.
AS DE ESPADAS-. ¡No se quede muda! ¿O quiere que le den veinte años de prisión en
vez de diez?
REY-. ¿Me parece a mí o esta mujer no habla?
AS Y TRES DE ESPADAS-. Afirmativo. La acusada se niega a declarar porque ha
perdido el don de la palabra.
REY-. ¿Es muda entonces?
TRES DE ESPADAS-. Se ha atragantado comiendo una manzana, Su Majestad.
AS DE ESPADAS-. (A Alicia al mismo tiempo que el otro guardia). Dígale cómo se
llama, cántese algo, recite la tabla del dos, pero abra la boca de una vez.
ALICIA-. (Bajito a los guardias) Me dijeron que no se podía hablar.
TRES DE ESPADAS-. No está permitido hablar en presencia de la reina.
AS DE ESPADAS-. Pero tampoco está permitido quedarse callado en presencia del rey.
REY-. Entendí perfectamente. La señora tiene extirpadas las amígdalas y está
padeciendo una terrible faringitis. ¿Qué esperan entonces para conseguirme otra
masajista?
ALICIA-. (Estalla, le roba la espada a uno de los guardias y la agita de aquí para
allá). ¡No soy masajista! ¡No soy muda ni tengo faringitis! Me dijeron que estaba
prohibido hablar delante de la reina, ahora me dicen que está prohibido no hablar
delante del rey, hace un minuto querían llevarme presa por abrir la boca, ahora me dicen
que me darán veinte años de prisión si no digo algo, cualquier cosa por disparatada que
sea. Está bien, ¿quieren que hable? Voy a hablar, pero después no me vengan con que
opinar también está prohibido porque voy a decir cosas que no le van a gustar señor rey,
voy a decirle que en este país siguen siendo todos tan excéntricos como cuando yo era
pequeña, que nada tiene sentido, que todos están locos de remate, y que todas las cosas
son tan ridículas, tan absurdas y tan injustas como lo son en el país en el que vivo.
¿Querían que hablase? Bueno, ya hablé. Ahora llévenme presa si quieren. (Al rey) ¿Me
escuchó? ¡A usted le digo! ¡Rey de los ridículos! ¿Me escuchó?
TRES DE ESPADAS-. No la escuchó.
AS DE ESPADAS-. No importa, siga hablando.
REY-. Ahora todo me queda bien claro. ¡Esta mujer es una clarividente! ¡Ha
pronosticado el futuro y predijo un terrible presagio! (Casi llorando) ¿Nuestro reino va
a desaparecer? ¿Cómo es eso? ¿Cuando sucederá? No debemos alertar a la población.
Cundirá el pánico, Todos querrán abandonar el país. Esto se convertirá en un caos.
ALICIA-. ¿Qué dice este hombre?
TRES DE ESPADAS-. Qué importa.
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AS DE ESPADAS-. Usted siga hablando.
ALICIA-. ¿Y que quieren que diga?
AS Y TRES DE ESPADAS-. Cualquier cosa. El rey es más sordo que una tapia. La
reina tiene la esperanza de que algún día recupere la audición por eso ha ordenado que
le hablemos hasta el hartazgo. No importa qué digamos, lo que importa es no quedarse
callado.
REY-. ¡Avisen a mi esposa! Ella sabrá que hacer. ¡Y no informen aún a la población!
¡Qué esto no trascienda!
TRES DE ESPADAS-. La señorita Lucy tenía un perro de color violeta. Un día lo dejó
suelto y le comió las chancletas.
REY-. ¡Tiene razón! Al primer ministro también.
AS DE ESPADAS-. Mi primo Preto del Prado pretende ser pretendiente de Protonia,
pero a prisa lo prendieron los prefectos y fue preso de su propio prontuario.
REY-. ¡Bien dicho! ¡Debemos huir pronto de aquí! (Sale).
ALICIA-. Nunca vi un sordo más sordo que éste. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos?
TRES DE ESPADAS-. A partir de este momento queda usted detenida.
AS DE ESPADAS-. Mientras tanto, tiene derecho a pedir un abogado y un té con
medialunas. ¡Marchando! (Se la llevan detenida. Apagón).
ESCENA 10
(En el palacio, un rato después. Todos los personajes presenciando el juicio. La reina
está sentada en su trono).
7 COPAS-. ¡Atentos! Se inicia el juicio oral y publico a la rea. Acusada de inmigración
ilegal, contrabando y de… un montón de cosas más.
ALICIA-. Eso no es cierto. Yo…
9 OROS-. ¡Cállese la boca! Que pase el primer testigo: El sombrerero loco.
SOMBRERERO-. Estábamos tomando el té cuando la señora aquí presente se hizo
presente… antes de estar ausente… quiero decir… primero estuvo ausente, luego
presente, luego se ausentó de nuevo, cuando hacíamos la fila para cobrar nuestra
jubilación, que dicho sea de paso, su majestad, aun no ha sido depositada, y dimos
media vuelta para allá. No, para allá, y levantamos todos la manos derecha y algunos el
ala derecha y el último de los pescados levantó su aleta izquierda y la lechuza dijo basta
y la cucaracha agregó que vaya a sus filas a enseñar como se debe hacer un país, o
mejor dicho: que vaya a su país a enseñar a hacer filas y además…
REINA-. Suficiente. Creo que con esta declaración ya puede llegarse a un veredicto.
ALICIA-. Pero si no se ha entendido nada.
8 BASTOS-. ¡Silencio! (Entra el rey. Todos hablan al mismo tiempo).
REINA-. Ya pueden callarse. (Todos callan) ¿Esposo mío donde has estado? ¿Que
llevas en esas maletas?
REY-. Nada, no me duele nada. Gracias. Estoy bien. ¿Todo bien por aquí? ¿No ha
pasado nada fuera de lo común? ¿El cielo sigue arriba? ¿La tierra sigue abajo? Bien,
bien, sigan en lo suyo.
ALICIA-. Esto es muy injusto. Quiero que llamen a un abogado. Tengo derecho a un
abogado.
REINA-. Está bien… desígnenle uno…
PATACHUNTA Y PATACHÚN-. Nosotros sabemos de leyes.
ALICIA-. ¡Fantástico!
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PATACHUNTA Y PATACHÚN-. ¿Tiene dinero para pagar?
ALICIA-. Ni un centavo.
PATACHUNTA Y PATACHÚN-. Entonces búsquese otro.
ALICIA-. ¡Qué poco solidarios son aquí!
LAGARTIJA-. Su majestad, este tribunal designa como abogada a la señora Lechuza.
REINA-. (A la lechuza) Entonces… ¿que puede decirnos sobre su cliente?
LECHUZA-. Shhhh…
REINA-. ¡Importantísimo! Tomen nota de eso.
AS DE OROS-. Es el turno del próximo testigo: El ratón… ¿El ratón Rodríguez?
(Todos gritan y se esconden)
REY-. ¡Tiembla la tierra! ¡El mundo se acaba! ¡No quiero morir! No quiero morir! (Se
coloca una máscara de oxígeno y un casco. Sale).
RATON-. (Pausa. Mira a su alrededor. Todos están escondidos. Muestra nuevamente su
tarjeta electrónica al público). No hay dinero. (Mira alrededor. No ve a nadie. Sale.
Regresan todos menos el rey).
REINA-. ¡Terrible susto me ha dado! Es que aun conservo completita mi dentadura
original.
9 OROS-. Que pase el siguiente testigo: la liebre.
LIEBRE-. Pues bien… la acusada ha cometido un error garrafal. Ha atado los cordones
de la vereda y cruzó la esquina sin enderezarla y se lavo los dientes sin irse a dormir y
esas cosas no están bien… no, no, no están nada bien. Lo que estaría bien sería festejar
nuestro no cumpleaños, ¿no le parece su majestad?
REINA-. ¿No cumpleaños?
LIEBRE-. Todos tenemos un día de cumpleaños y 364 días de no cumpleaños y hace
tiempo lo hemos dejado de festejar.
REINA-.No seria mala idea. Me encantan las fiestas. Son lo más “top”.
(Cantan la canción del “no cumpleaños”. Irrumpe en escena la reina de corazones
seguida por el conejo.)
REINA DE CORAZONES-. ¡Alto ahí! ¡Que hace esa mujer en mi trono?
TODOS-. ¡La reina de corazones!
ALICIA-. ¡Yo sabía! Conejo, sabía que lo lograrías. Reina de corazones, ¿Cómo le va,
tanto tiempo?
REINA DE CORAZONES-. ¡Cállese! Quiero saber quién de los presentes puso a mi
marido en una guillotina para que el pueblo me culpara y me odiara. Tuve que
esconderme por más de cincuenta años. ¡Y qué encuentro aquí! Que me han
reemplazado por este hazmerreir.
REINA DE OROS-. Yo….
REINA DE CORAZONES-. ¡Cállese! ¡Atención! Naipes: ¡mezclarse! (Los naipes se
ponen en fila y van cambiando de lugar) ¡Corten! (La fila de naipes de divide en dos)
¡Distribúyanse! (salen los naipes de a uno hacia los laterales rompiendo las filas)
¡Reveréncienme! (Todos obedecen) ¡Agachen la cabeza! ¡Levanten un pie! ¡Doblen la
cintura! ¡Muevan la cadera! ¡Alzen los brazos! ¡Agiten sus codos! Un pasito a la
derecha, otro a la izquierda… (Todos terminan bailando un pasito de salsa) Estos bailes
de ahora son mejores que los de mi época. ¡Detenerse! (Todos obedecen). He estado
pensando mucho sobre mi reinado. Sé que he cometido errores imperdonables. Se que
todos ustedes me odian y que me he comportado de mal modo con todos y cada uno.
Puedo comprender que no me quieran. He sido mala y despiadada. Les he causado tanto
daño. Años de miseria y de autoritarismo. Pero ya estoy vieja y he esperado este
momento para venir a pedirles perdón. Yo se que ustedes comprenderán y se apiadarán
de esta pobre vieja que lo único que pretende es pasar los últimos días de su vida como
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lo que siempre fue: una reina. En cuanto a esta mujer, que ha permanecido todos estos
años ocupando mi trono, puedo decirles una sola cosa: ¡Que le corten la cabeza! (Caos
general. Todos corren. Se pelean. La reina de oros huye).
ALICIA-. Su majestad… Un momento… Perdone que la interrumpa pero… solo quería
saludarla. ¿Se acuerda de mí?
REINA DE CORAZONES-. Claro que me acuerdo, Alicia. Que vieja estás, mujer. ¡Que
le corten la cabeza!
(De repente algunos personajes comienzan a corear el nombre de Alicia, otros los
siguen. Paulatinamente dejan de pelear y todos terminan coreando “¡A-li-cia! ¡A-licia!”)
PESCADO-. ¡Queremos que Alicia sea nuestra reina!
TODOS-. ¡A-li-cia!! ¡A-li-cia!
ALICIA-. ¿Qué? ¿Yo? No, ni loca. No me interesa ser reina de este país, ni de ninguno.
¡Quiero volver a mi casa! ¡Quiero volver a mi país! Es pobre, es triste, es injusto, pero
es mucho mejor que este. El mío, el mío es el verdadero país de maravillas (llora)
Quiero volver con mi amiga María…
(Aparece la oruga convertida en mariposa, con grandes alas multicolores. Le hace
señas de que se tome de sus manos. Todos comienzan a pelearse nuevamente. Alicia se
sube a la mariposa y ésta alza sus alas. Apagón breve)
TODOS-. ¡Vamos, Alicia…! suaves caricias
Sientes que van cosquilleando el alma y la piel
A tus setenta, vive la vida
Con una enorme sonrisa, ¡lo puedes hacer!
Vamos, Alicia, corre de prisa
Vuelve a tu mundo que el tiempo ya corre veloz
En esa tierra donde tú sueñas
Siempre ha de haber maravillas cuando hay ilusión
CONEJO-. ¡Corre, Alicia, corre….! ¡Vuela que nunca es tarde...! ¡Nunca dejes de
soñar….!
(Apagón).
ESCENA 11
(En el hogar de ancianos. La enfermera intenta despertar a Alicia que se ha quedado
profundamente dormida).
ENFERMERA-. ¡Alicia! ¡Alicia, Vamos! Vamos, que es tarde.
ALICIA-. ¿Qué pasó?
ENFERMERA-. Se quedó dormida. Tiene que tomar su pastilla. Y prepararse para
recibir a su nueva compañera de cuarto. ¿No dice siempre que le gustaría compartir el
cuarto? Hoy llegó una nueva paciente. Tome. (Le da a tomar la pastilla. Entra María
acompañada de una mujer que se cubre el rostro con una mantilla). ¡María! ¿Qué
todavía hace levantada?
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MARÍA-. Relaciones públicas. Le estoy mostrando a la nueva las instalaciones del
paraíso.
ENFERMERA-. Bueno. Diez minutos. Y a dormir, que ya es muy tarde. (Sale)
MARÍA-. Le presento a su compañera de habitación. No habla mucho. (Bajo) Está más
loca que usted y yo juntas.
ALICIA-. Volvió a pasar. Aquel sueño de mi infancia. Volví a soñar con el país de…
MARÍA-. De las maravillas.
ALICIA-. Todos tenían razón. No había sido más que un sueño. Un tonto sueño. Nada
fue real. Nunca. Eso quiere decir que estuve loca de remate todos estos años.
MARÍA-. Chocolate por la noticia. (A la mujer) Venga, hágase amiga. (La mujer se
acerca en silencio tapando su rostro). ¿O prefiere irse a dormir?
MUJER-. No puedo dormir si no tengo mi ocho de peluche. (Se quita la matilla y Alicia
descubre con sorpresa que es la reina de oros. La reina se lleva el dedo a los labios en
un gesto cómplice de silencio).
APAGÓN FINAL
-Está terminantemente prohibida la representación pública parcial o
total de esta obra, así como su publicación por cualquier medio
escrito o digital, sin la expresa autorización de ARGENTORES
(Sociedad General de Autores de la Argentina)
ARGENTORES:
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