Resol. Serie "C" Nº 41 Expte. Nº14.228 - Año 2000

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Resol. Serie "C" Nº 41
Expte. Nº14.228 - Año 2000 - Autos: "Codinar S.R.L. Const. y Gordillo E.
Const. c/ Provincia de Santiago del Estero s/ Recurso Contencioso
Administrativo".*-*-*-*
Santiago del Estero, veinticinco de abril de dos mil once.Voto Dr. Eduardo José Ramón Llugdar con adhesión de los Dres. Armando
Lionel Suárez y Federico Lopez Alzogaray:
Y Vistos: El incidente de caducidad de la caducidad de instancia solicitada a fs.
777/778 de autos.
Y Considerando: I) Previo a analizar la procedencia de la incidencia articulada por
la demandada, es necesario exponer en prieta síntesis las actuaciones previas al
planteo que nos ocupa.
A fs. 403/407 la accionada articula nulidad de la prueba pericial contable,
solicitando su declaración de inadmisibilidad, con costas. El incidente es proveído a
fs. 411 y se ordena la suspensión de los plazos probatorios.
A fs. 777/778, la actora acusa caducidad de instancia de la nulidad articulada por la
demandada. Manifiesta que el incidente no ha sido instado, habiendo transcurrido
desde entonces el plazo previsto en el art. 54 de la LPA, por lo que considera
procedente su pedido.
A fs. 782/787 la actora contesta el traslado conferido respecto del incidente de
nulidad de la prueba pericial solicitada previamente. A fs. 795 se solicita la
suspensión de los plazos procesales, la que es proveída a fs. 796.
A fs. 803/805 Fiscalía de Estado contesta el traslado del incidente de caducidad
articulado por la actora y solicita su rechazo. A fs. 806 se reanudan los plazos
procesales suspendidos.
A fs. 815 /816 el Ministerio Público se expide sobre la procedencia de la incidencia
articulada a fs. 777/778 por la actora. A fs. 817 se dispone el pase a estudio del
Tribunal.
A fs. 820 Fiscalía de Estado se notifica personalmente del pase a estudio, en mérito
a la previsión contenida en el art. 8 de la Ley Nº 6201. A fs. 821, se dispone
nuevamente el pase a despacho.
A fs. 822, el Dr. Pedro Agustín Rímini Olmedo se excusa de entender en autos, por
encontrarse comprendido en las causales del art. 17 inc. 9 y 30 del CPCC, respecto
del Dr. Francisco Cavalloti. A fs. 824/5, se resuelve la excusación, admitiendo las
causales invocadas y a fs. 826, se dispone la nueva integración del Tribunal. II) A
fs. 829/830 nuevamente se deduce incidente de caducidad de instancia, esta vez
Fiscalía de Estado, respecto del pedido de caducidad promovido anteriormente por
la actora. Este útimo planteo es el que nos ocupa. Entre los argumentos esgrimidos
por la incidentista en sustento de la caducidad promovida, se expresa que no se
consiente acto alguno llevado a cabo en el proceso a partir de la deducción del
incidente deducido a fs. 777/778. Manifiesta que surge de las constancias del
expediente que la última actuación corresponde al decreto del Tribunal de fecha
8/04/09 por el que se dispone la nueva integración del Tribunal atento a la
inhibición resuelta, sin que a partir de ese momento, se produjera ningún acto
impulsorio del procedimiento con entidad suficiente para interrumpir el curso de la
caducidad. De modo que, habiendo vencido con creces el plazo previsto por el art.
314.4 del CPCC., sin haberse instado el procedimiento con actos válidos a tal fin,
solicita se declare la caducidad de instancia del incidente de caducidad promovido
por la actora a fs. 777/778. A fs. 832/835 la actora contesta el traslado de la nueva
incidencia con una multiplicidad de argumentos tendientes a su rechazo. En líneas
generales, sostiene que no procede la declaración de caducidad de la instancia, en
tanto del expediente surge que el pase a estudio quedó suspendido por la
resolución Serie "C" Nº 32 obrante a fs. 824/825 y que la providencia de fecha
08/04/09, configuran tramitación del expediente que el Tribunal realizó sin notificar
a las partes, porque la instancia está a su cargo y no de la parte. Sostiene que la
notificación de la nueva integración del Tribunal debió ser remitida por el propio
organismo y no por su parte. La actora aduce también, que es necesario que el
Tribunal tenga en cuenta su conducta procesal en autos, a los efectos de
determinar la procedencia de la caducidad. Así sostiene que el expediente, según la
información proporcionada por Secretaría Judicial I, invariablemente dijo que se
encuentra a despacho para dictar sentencia. Por otra parte, afirma que el propio
Tribunal no exigió la notificación de la providencia de fs. 823 ni de la resolución
obrante a fs. 824/825 vta. -ambas, constitutivas de actos que, claramente, debían
notificarse por cédula- lo cual le autoriza a concluir que el Tribunal entiende que se
trata de trámites cuya instancia está a su cargo. Asimismo afirma que la
integración del Tribunal, ya contenía al Vocal Dr. Rímini Olmedo y la intervención
del Dr. Cavalloti existió desde el origen del pleito, en consecuencia tal modificación
resulta un acto excepcional en el curso del proceso y que su parte nunca pudo
suponer o imaginar como probable. Finaliza diciendo que existe una razón operativa
que obsta a la procedencia de la caducidad alegada, que es la información inexacta
brindada por la Secretaría Judicial I, ya que los autos no se encuentran a despacho
para resolver y sin embargo, continua informando dicha circunstancia. De lo
contrario, se exigiría a los litigantes que aún cuando las actuaciones se encuentren
a despacho para resolver, deban dirigirse a la Secretaría Judicial II para verificar si
la situación ha variado, lo cual resulta irrazonable por la cesación de la carga de
instar
que
se
produce
en
dicha
situación.
Que
dicha
Secretaría
resulta
operativamente obligada de revisar, cuestión que no es suplida suficientemente por
los listados que se pegan en el avisador existente en la Secretaría Judicial I. III)
Que planteada así la cuestión, cabe advertir que la perención de instancia es un
instituto procesal de orden público, cuyo fundamento objetivo es la inactividad de
los litigantes por un tiempo determinado y su finalidad propende a la agilización del
reparto de justicia, pues tiende a liberar a los órganos jurisdiccionales de la carga
que implica la sustanciación y resolución de pleitos, evitando la duración indefinida
de éstos, cuando las partes presumiblemente abandonan el ejercicio de sus
pretensiones. En virtud de ello, debe interpretarse en sentido estricto, y en
consecuencia, y como lo expresa la doctrina "...debe optarse en caso de disyuntiva
o de duda por la decisión de mantener viva la instancia" (Fenochietto-Arazi,
"Código Procesal...", Ed. Astrea 1993, T. II, pág. 26); criterio que este Tribunal ha
mantenido invariable, con consonancia con lo sostenido por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación: "La caducidad de la instancia es un modo anormal de
terminación del proceso, cuyo fundamento reside en la presunción de abandono de
la causa, motivo por el cual su interpretación debe ser restrictiva y la aplicación que
de ella se haga debe adecuarse a ese carácter" (CSJ., sent. del 24-10-00, en autos:
"Brigne S.A. C/ Empresa Constructora Casa S.A. y Otros").
IV) Que del estudio de las constancias de autos, surge que el último acto idóneo a
fin de impulsar la causa es el planteo de caducidad de la instancia de la nulidad de
la prueba pericial planteada por la actora de fs. 777/778 de fecha 12/09/07, no
hubo actividad procesal de su parte tendiente a instar el proceso, hasta el pedido
de caducidad de Fiscalía de Estado. Ello puede corroborarse con las constancias de
fs. 817 que dispone la notificación del pase a despacho, carga que no fue cumplida
por la actora, hecho que se desprende de la presentación de Fiscalía de Estado de
fs. 820, en la que el abogado asesor se notifica personalmente. Por ende, al tiempo
de promoción del presente incidente, esto el plazo de de seis meses previsto por el
art. 54 de la LPA a los fines de la declaración de perención, se encontraba
ampliamente cumplido.
V) En otro orden de ideas, se advierte que la incidentista también afirma que no
consiente actividad procesal alguna tendiente a impulsar el proceso desde la citada
fecha. Al respecto, he sostenido que "... en la LPA no existe norma expresa que
otorgue eficacia a la falta de consentimiento que manifieste la parte a la que la
continuidad del proceso no le beneficie -a diferencia de lo que acontece en el
proceso civil, que exige que los actos procesales de impulso realizados sean
consentidos por la contraparte a los efectos de purgar la perención producida-..."
en Tribunal Pleno -Expte. 10.936 -Año 1990 -Autos: "Ciocci Chiericcotti c. Consejo
Provincial de Vialidad s. Recurso Contencioso Administrativo" de fecha 31/10/07. A
criterio del suscripto, la purga de la caducidad puede operarse tanto por una
actuación del Tribunal como por la actividad procesal de la parte, sin que, para la
misma produzca sus efectos, requiera el consentimiento de las actuaciones por
parte
de
la
contraria.
Ello
es
aplicable
en
el
procedimiento
contencioso
administrativo, para purgar el término de perención operado, conforme el art. 54
de la LPA, siempre y cuando el acto de impulso tenga la suficiente idoneidad para
producir el avance del proceso.
VI) Cabe destacar, puesto que ha sido fundamento de la defensa del incidentado,
que en el proceso administrativo también rige el principio dispositivo, por lo tanto,
es obligación de las partes la de activar el procedimiento con peticiones idóneas,
pues no es posible pretender que el órgano jurisdiccional sustituya a los interesados
en su tarea de dar trámite a la causa hasta el dictado de la sentencia final, esto es,
en esta instancia, la que resuelva el recurso interpuesto por la actora. De tal modo,
si bien en autos se había decretado el pase a estudio y el decreto de fs. 823 no
dispuso la notificación del pase a estudio de la excusación solicitada a fs. 822, el
actor debió tener en cuenta que la Resolución Serie "C" Nº 32 obrante a fs.
824/825, contiene inserta al pie de la foja una fecha (07/04/09) que da cuenta de
que la resolución estaba en lista para conocimiento del interesado. Asimismo, el
decreto que dispone la nueva integración del Tribunal de fs. 826, ordenaba la
notificación; disposición que es reiterada afs. 828, adonde nuevamente se ordena al
actor la notificación de la nueva integración del Tribunal. Dicha carga no fue
cumplida por el actor. Así, pues "...si con posterioridad y previo al dictado de la
sentencia se ordena una medida como, en el caso, la integración del nuevo tribunal,
cuyo cumplimiento es previo para que la causa vuelva a quedar en estado de dictar
sentencia, ocurriendo en este caso, que queda a cargo de la parte interesada urgir
su producción para poner los autos nuevamente en estado de resolver..." (STJ.,
Sent. del 1-11-05, en autos: "Storniolo, José Francisco c/ Consejo General de
Educiación y/o Presidente Interventor s/ Recurso Contencioso Administrativo").
En consecuencia, si bien la integración del nuevo tribunal en este caso se efectuó
de oficio, el decreto que dispone esa nueva constitución produce los efectos de
reanudar la instancia y hacer revivir los plazos de caducidad que se encontraban
suspendidos con la providencia que pone los autos a despacho para resolver; por lo
que resurge para el recurrente la obligación de notificar ese decreto. De modo tal,
que al haber omitido cumplimentar con dicho recaudo, el recurrente se ha
desentendido absolutamente de su obligación, manteniendo una prolongada
inactividad procesal por un plazo superior al que establece la ley a los fines de que
opere la caducidad de la instancia abierta con su recurso, por lo que corresponde
declarar la perención peticionada, con las costas a su cargo.
VII) A todo evento y a efectos de aventar posibles reparos en el recurrente, cabe
expresar que el pedido de regulación de honorarios de la actora de fs. 827 no tiene
la virtualidad de acto impulsorio. Es así, por cuanto las cuestiones referentes a
honorarios como principio general no constituyen actos que tengan por finalidad
impulsar el procedimiento, por lo que carecen de efecto interruptivo del curso de la
caducidad con relación al fondo del asunto. Al respecto, se ha expresado que "el
pedido de regulación de honorarios no interrumpe la caducidad", y que "el
consentimiento de la demandada con esos trámites no tienen ninguna significación
sobre la perención" (Eisner, Caducidad de Instancia p. 143). "Ello así, por cuanto
para revestir de verdadera aptitud impulsora del procedimiento, y suficiente
virtualidad interruptiva del curso de la caducidad de la instancia, la petición debe
guardar directa relación con la marcha de proceso y sujetarse a su estado y
condiciones de desarrollo, resultando, en consecuencia, inocua la actuación que
carezca de influencia sobre la prosecución efectiva de la instancia y no innove en
cuanto a su situación." (cfr. Eisner, ob. cit. p. 249).
Por lo expuesto, y conforme lo dictaminado por el Ministerio Público Fiscal, Se
Resuelve: I) Hacer lugar al incidente de caducidad interpuesto por la parte
demandada respecto del incidente e caducidad de la actora a fs. 777/778. II) Con
costas. Fdo: Eduardo José Ramón Llugdar - Armando Lionel Suárez – Federico
Lopez Alzogaray - Ante mí: Dra. Isabel M. Sonzini de Vittar - Secretaria Judicial
Autorizante - Es copia fiel del original, doy fe.
Voto Dr. Sebastián Diego Argibay con adhesión del Dr. Raúl Alberto Juárez
Carol:
Y Vistos: Para resolver el incidente de caducidad de instancia articulado por la
demandada a fs. 829/830. Y Considerando: I) Que previo a adentrarnos en el
tratamiento de la cuestión traída a estudio de este Alto Tribunal, considero
oportuno efectuar una referencia a las actuaciones cumplidas en estos autos por las
partes. En ese andamiento, surge de las constancias de autos que a fs. 403/407 la
demandada articuló incidente de nulidad de la prueba pericial contable ofrecida por
la actora. Que a fs. 777/778, la actora planteó la caducidad de esa instancia
incidental, argumentando que la nulidad fue articulada en fecha 23/12/06 y fue
proveída por el Tribunal a fs. 411, siendo ésta la última actividad de la parte que
instó el incidente, hasta que fuera notificado el traslado por cédula en fecha
04/09/07. Que habiendo transcurrido con exceso el plazo de caducidad fijado por el
art. 54 de la Ley de Procedimientos Administrativos, su parte no consiente este
último acto procesal y por ello planteó la caducidad de la instancia incidental de
nulidad articulada por la demandada. Que según proveído de fs. 796, se
suspendieron la totalidad de plazos procesales que estuviesen corriendo para las
partes, hasta tanto se notifique la reanudación de los mismos, los que fueron
reanudados por providencia de fs. 806. Que corrido el traslado del incidente de
caducidad articulado por la actora según providencia de fs. 781, a fs. 803/805 la
accionada evacuó la vista conferida, expresando que el último acto de impulso
procesal anterior al acuse de caducidad de la actora es el retiro de cédula para
notificar el traslado del incidente articulado, en fecha 03/09/09, y que desde ese
momento hasta la interposición de la perención de instancia no se había cumplido
el plazo fijado por el art. 303 inc. 3º del Código de Procedimientos en lo Civil y
Comercial. A más de ello, argumentó que no era necesario el consentimiento del
acto impulsorio efectuado por su parte, y que su sola realización sanea la
inactividad previa. Agregó que la incidentista no había cumplido con el art. 5º de la
Ley Nº 6201 que prescribe que las notificaciones a Fiscalía de Estado de toda
resolución, decreto o providencia, deben ser efectuadas mediante cédula, recaudo
que no fue cumplido por la actora y en consecuencia, no puede tenerse por iniciado
el plazo para el cómputo de la perención de instancia. Por ello, solicitó el rechazo
del incidente de caducidad, con costas. Que a fs. 815/816 obra el dictamen del
Señor Fiscal, quien aconseja el rechazo del incidente de perención articulado por la
demandada, por cuanto la demandada ha realizado actos de impulso procesal
previo al acuse de caducidad de la actora, y su sola realización resulta suficiente
para purgar la perención, sin necesidad del consentimiento de la contraria. A fs.
817 obra el pase a estudio del Tribunal, del cual se notificó personalmente el
representante de Fiscalía de Estado, según escrito de fs. 820. Que encontrándose el
expediente en estado de resolver, el Señor Vocal de este Alto Cuerpo Dr. Pedro
Rimini Olmedo, advirtió que el Dr. Francisco Cavalotti había tenido participación en
estos autos, letrado con quien se encuentra comprendido en las causales de
excusación prescriptas por los arts. 17 inc. 9 y 30, segunda parte del Código de
Rito en lo Civil y Comercial, y solicitó su apartamiento (fs. 822), el cual fuera
resuelto por el Tribunal según sentencia de fs. 824/825. Así, efectuado el sorteo
correspondiente, el Tribunal quedó integrado con el Dr. Lopez Alzogaray en su
reemplazo, quedando el expediente nuevamente a Despacho para resolver, según
constancias de fs. 826. II) Que a fs. 829/830 comparece el Dr. Raúl Abate, en su
carácter de Fiscal de Estado, con el patrocinio de los Dres. Eduardo Fabián Gil y
Juan Rafael (h) y plantean la caducidad del incidente de perención previamente
interpuesto por la actora a fs. 777/778. Expresan que el último decreto dictado por
el Tribunal es de fecha 08/04/09, mediante el cual se hizo conocer la nueva
integración, sin que haya acto procesal alguno que tenga la virtualidad de impulsar
el procedimiento con entidad suficiente para interrumpir el curso de la caducidad.
Que encontrándose cumplido el plazo previsto por el art. 314 inc. 4º del C.P.C.y C.
sin haber la parte instado el procedimiento con actos válidos a tal fin, solicita se
declare la perención del incidente de caducidad de instancia previamente articulado
por la actora. Que corrido el traslado de ley según proveído de fs. 831, a fs.
832/835 comparece la actora y evacúa la vista conferida. Alega que según consta a
fs. 821 de autos, el Tribunal dispuso el pase a Despacho para dictar resolución, el
cual se cumplió mediante providencia del 06/11/08, y el pedido de caducidad de la
instancia resulta improcedente si se hubiese llamado a autos para sentencia, según
lo prescripto por el art. 317 del C.P.C.y C. Agrega que, si se pretendiera que el
llamamiento de autos ha quedado sin efecto mediante la providencia del 11/03/09
(fs. 823), todo proveído dictado entre el llamamiento para sentencia y el dictado de
la misma, debe ser notificada por cédula a tenor de lo dispuesto por el art. 138 inc.
5º del Código de Rito en lo Civil y Comercial, y todo acto de trámite está a cargo
del Tribunal pues el aludido llamamiento provoca la cesación de la carga de instar el
procedimiento a cargo de los justiciables. Expresa que la providencia que suspendió
el pase a Despacho, la resolución que hizo lugar a la separación del Señor Vocal
excusante y la providencia de fecha 08/04/09, configuran tramitación del
expediente que el Tribunal realizó sin notificar a las partes del pleito, porque la
instancia está a su cargo y no de la parte, y con idéntico criterio, la cédula de
notificación de la integración debió haber sido remitida por el propio Tribunal y no
por su parte. Agrega que resulta preciso juzgar su propia conducta a la luz de
ciertos elementos, ya que la registración de que estos autos se encontraban a
Despacho para resolver obrante en la Secretaría Primera de este Tribunal no ha
variado, y ante cada requerimiento de su parte, ésa era la respuesta obtenida.
Además, alega que la integración del Tribunal ya contenía al Señor Vocal Dr. Pedro
Rimini Olmedo y la intervención del Dr. Cavalotti existió desde el origen del pleito, y
en consecuencia tal modificación resulta un acto que excepciona el curso natural del
proceso y que su parte de ningún modo pudo suponer o imaginar como probable.
Aduce a más de ello una razón operativa, ya que si el expediente se encuentra a
Despacho según lo informa la Secretaría Primera, resultaría irrazonable exigir a los
litigantes a dirigirse a la Secretaría Segunda a efectos de controlar que dicha
situación no hubiese variado por tramitaciones posteriores. Finalmente, alega que si
bien los argumentos expuestos son suficientes para rechazar el planteo de
caducidad, resulta de las constancias del expediente que no se ha cumplido el plazo
del art. 314 inc. 4º del C.P.C.y C., ya que la última actuación del Tribunal que tuvo
por efecto impulsar el procedimiento es del 30/10/09 (fs. 828). Por todo ello,
solicita se rechace el incidente de caducidad articulado por la demandada, con
costas. III) Que a fs. 860 obra el dictamen del Señor Fiscal, quien aconseja hacer
lugar al incidente de perención interpuesto, por cuanto entiende que la carga de
instar el procedimiento se encontraba a cargo de la actora, y que la obligación de
controlar el procedimiento no había cesado por la circunstancia de encontrarse el
expediente en Secretaría Segunda, si lo que se encontraba para resolver era un
planteo de su parte. IV) Que en primer lugar, corresponde puntualizar que la
caducidad de instancia es un modo anormal de terminación de los procesos, que se
configura en aquellos supuestos en que la parte interesada en la tramitación de una
instancia judicial no realiza actos de impulso procesal durante un tiempo
prolongado, lo que hace presumir su intención de renuncia o abandono de la
misma. Así, nos enseña la doctrina: "Es un desistimiento tácito de la demanda o la
extinción de la instancia por cesación de los procedimientos durante cierto tiempo.
(...) La ley presume que quien ha paralizado la instancia comenzada durante los
plazos que la ley ritual fija, quiere renunciar a ella" (Eisner Isidoro, Caducidad de
Instancia, Edit. Depalma, Bs.As., 1991, pág. 17). En este sentido, este Alto Tribunal
ha sostenido que: "La caducidad de la instancia es un instituto que tiende a evitar
la dilación indefinida en los procesos, facilitando el dinámico y eficaz desarrollo de
la actividad judicial" (S.T.J., sent. del 24/11/05, en autos: "Zurita Carlos Roberto c/
Editorial El Liberal S.R.L. y otro s/ Daños y Perjuicios – Casación"). Que en virtud
de tratarse de un modo anormal de terminación de los procesos judiciales, debe
interpretarse en sentido estricto, y en consecuencia, sólo ser admitida cuando la
inactividad de la parte hace presumir la intención de hacer abandono del pleito. Por
ello, "debe optarse en caso de disyuntiva o de duda por la decisión de mantener
viva la instancia" (Fenochietto-Arazi, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
Edit. Astrea, Bs.As., 1993, Tomo II, pág. 26), y tal ha sido el criterio mantenido por
nuestro Tribunal en esta cuestión. La doctrina señala como presupuestos del
mencionado instituto los siguientes: a) La existencia de una instancia; b)
Inactividad procesal de las partes, del juez o de sus auxiliares; c) Cumplimiento del
plazo fijado por las normas procesales (art. 54 LPA); siendo éstos los extremos a
probar por la parte que interpone el incidente. Que cabe dejar sentado que la vía
incidental es también susceptible de perimir, y no corresponde exceptuar de la
regla al incidente de caducidad de la instancia. La jurisprudencia así ha expresado:
"La posibilidad de perención del propio incidente de caducidad de instancia es
necesaria consecuencia de la naturaleza incidental del pedido de caducidad y de la
necesidad de dar idéntico tratamiento procesal a la inactividad de ambas
partes"(Cam.Civ.Par. 2, sent. del 15/10/96, en autos: "Derudder Hnos. SRL c/
SGER s/ Sumario", Mag. votantes: Pita- Samitier), y en idéntico sentido, se ha
pronunciado este Alto Tribunal en su actual integración en autos "Diaz Carlos
Eduardo c/ IPVU s/ Recurso Contencioso Administrativo de Plena Jurisdicción" (STJ,
sent. del 21/02/06). V) Que sentado ello, y ya con referencia al caso particular que
nos ocupa, la accionada ha planteado la perención del incidente de caducidad de
instancia, articulado en primer término por la actora respecto del incidente de
nulidad de la prueba pericial ofrecida en los autos principales. Así, corresponde a
este Tribunal la tarea de verificar si ha existido efectivamente inactividad procesal
imputable a la parte que dio comienzo a la instancia incidental –en el caso, la
actora- por el plazo exigido por las normas procesales. Que si bien la demandada
incidentista alega que el expediente se encontraba paralizado desde el 08/04/09, y
que hasta la fecha de promoción del incidente de caducidad (04/12/09) se había
cumplido el plazo previsto en el art. 314 inc. 4º del C.P.C.y C., sin embargo surge
de las actuaciones referenciadas en los considerandos precedentes que el incidente
de caducidad de instancia previamente articulado por la actora a fs. 777/778 se
encontraba a Despacho para resolver, el cual había sido suspendido (por decreto de
fs. 823) incluso luego de haber emitido su voto tres de los Señores Miembros de
este Alto Tribunal -tal como surge de las constancias de fs. 821 vta.-, en razón de
haber advertido el Señor Vocal Dr. Pedro Rimini Olmedo que en estos autos tenía
participación un letrado respecto del cual se encuentra incurso en una causal de
excusación, tal como surge de la invocación de fs. 822, resolviéndose su
apartamiento según sentencia de fs. 824/825. Que en consecuencia, integrado el
Tribunal con el Dr. Lopez Alzogaray en su reemplazo, los autos quedaron
nuevamente en estado de ser resueltos, debiendo ser notificada esta nueva
integración personalmente o por cédula, según el proveído de fs. 826 (08/04/09).
Que cabe dejar sentado que las actuaciones referidas a la separación de uno de los
miembros del Tribunal, fueron efectuadas con posterioridad a que los autos se
encontraran en estado de ser resueltos, momento a partir del cual había cesado la
obligación de impulsar el procedimiento a la parte que dio origen a la instancia. Que
si bien el proveído de fs. 826 que hacía conocer la nueva integración de este Alto
Cuerpo debió haber sido notificado personalmente o por cédula, debe a nuestro
criterio razonablemente entenderse que la parte interesada pudo haber entendido
que su obligación había cesado, ello por cuanto "En la inteligencia de las normas
instrumentales, como son las referidas a la caducidad de la instancia, debe
prevalecer el criterio de razonabilidad" (CSJN, sent. del 24/10/78, L.L., 1979-A-58).
Que en el caso, el deber de diligencia de la parte obligada a impulsar el
procedimiento
debe
ser
entendido
razonablemente
de
acuerdo
con
las
circunstancias particulares del caso concreto sometido a juzgamiento, y no ser
interpretado en el sentido de imputar a la parte incidentista la carga de contralor
del expediente una vez que el mismo ha pasado a Despacho y que sólo por
circunstancias ajenas a la intervención de los litigantes, el llamamiento de autos
había sido suspendido. Que las normas procesales estatuyen que no se producirá la
caducidad de instancia si se hubiese llamado autos para sentencia, ya que "con el
llamamiento de los autos para el dictado de la sentencia cesa la carga de las partes
de impulsar el procedimiento, pues desde ese momento el juicio quedó sustraído de
la actividad de ellas" (Eisner Isidoro, ob. cit., pág. 180), y la jurisprudencia ha
entendido que, en caso de dictarse por ejemplo, una medida para mejor proveer
con posterioridad al llamamiento de autos, no se producirá la caducidad de
instancia, en el entendimiento de que se trata de una medida cuyo cumplimiento
depende de la instancia del Tribunal y no de la parte. Así, "Si el llamamiento de
autos para resolver ha sido suspendido para dictar una medida para mejor proveer
de oficio por el Tribunal con el objeto de completar las pruebas ya rendidas, la
instancia no se reabre, y en consecuencia, las partes no tienen la carga de instar su
cumplimiento no siendo viable la caducidad". (Cám.Civ.4, Mendoza, sent. del
08/10/04, en autos: "Porcari Pedro Luis c/ Dolcemascolo De Blasis Humberto y
otros", Mag.: Gonzalez-Bernal-Sar Sar). Que aplicando analógicamente estos
principios al caso que nos ocupa, podría interpretarse que en el presente, las
actuaciones que se sucedieron con posterioridad al llamamiento de autos fueron
efectuadas a instancia del Tribunal y no de la parte, sin que resulte necesaria la
realización de actos impulsorios por la incidentista, por cuanto pudo haber pensado
que los autos se encontraban aún a Despacho. En ese entendimiento, y
considerando que el deber de impulsar una instancia a cargo de la parte que la
promueve debe ser interpretado según el principio de razonabilidad, corresponde a
nuestro juicio el rechazo de la perención articulada por la demandada. VI) Que a
más de ello, surge de la compulsa de estos actuados que el Dr. Francisco Cavalotti
-con quien el Señor Vocal adujo encontrarse incurso en una causal de separaciónhabía tenido participación en estos autos desde la promoción de la demanda el
02/06/00 (fs. 231/263) y el actual Tribunal había sido designado por proveído de
fs. 303 el 06/04/05, por lo cual la posterior excusación del Señor Magistrado en
fecha 11/03/08 resultó un hecho que la parte no pudo haber previsto, lo cual la
releva a nuestro entendimiento de la obligación de controlar el expediente que, en
principio, ya debía estar a Despacho para resolver el incidente de caducidad
anteriormente articulado por la actora. Que además, la solución a la cual arribamos
se encuentra acorde con el principio restrictivo con el cual debe interpretarse la
caducidad de instancia, y que enseña que, en caso de duda, debe estarse a la
vitalidad de los procesos. En ese sentido, se ha dicho: "Por ser la caducidad un
modo anormal de terminación del proceso y de interpretación restrictiva, la
aplicación que de ella se haga debe adecuarse a ese carácter, máxime cuando el
trámite del juicio se halla avanzado y los justiciables lo han instado durante años"
(CSJN, sent. del 28/05/87, L.L. Del 11/03/88). En consecuencia, corresponde a
nuestro juicio el rechazo del incidente de perención articulado por la accionada
respecto del incidente de caducidad anteriormente planteado por la actora, lo que
así se declara. VII) Que cabe efectuar una aclaración por cuanto este Tribunal en
su actual integración ha resuelto en el precedente citado por los Señores Vocales
preopinantes que, al haber existido cambios en la integración del Tribunal -lo cual
constituye un hecho de público conocimiento- correspondía a las partes la
obligación de instar el procedimiento a efectos de que la causa se encuentre
nuevamente en estado de ser resuelta. Sin embargo, la situación fáctica acontecida
en estos autos difiere sustancialmente de dichos precedentes, por cuanto allí se
trataba de los numerosos cambios en la integración de este Alto Tribunal que se
sucedieron entre los años 2003 y 2005, los cuales fueron calificados por esta Corte
como actos de público conocimiento, en tanto que en estos actuados el letrado
respecto del cual el Señor Vocal ha invocado una causal de separación, había
participado en el expediente desde la promoción de la demanda, y los trámites
tendientes al apartamiento del Magistrado no resultaban actos de público
conocimiento, y consecuentemente, no pudieron haber sido previstos por la parte.
VIII) Que merece una consideración especial la cuestión relativa a la imposición de
las costas, por cuanto a nuestro juicio la presente se trataba de una cuestión
dudosa, en que la parte incidentista pudo entenderse con derecho suficiente para
articular el planteo efectuado, y por ello, consideramos equitativo apartarnos del
principio general en materia de costas, e imponer las mismas en el orden causado,
tal como lo prescribe el art. 99 inc. 3º de la Ley Nº 2297.
Por todo lo expuesto, y oído que fuere el Señor Fiscal de este Superior Tribunal, Se
Resuelve: I) Rechazar el incidente de caducidad de instancia articulado por la
demandada a fs. 829/830 de autos, y en su mérito; II) Ordenar que la causa
prosiga según su estado. III) Costas por su orden, atento a los fundamentos
expuestos en el Cons. VIII de la presente. Fdo: Sebastian Diego Argibay - Raúl
Alberto Juárez Carol - Ante mí: Dra. Isabel M. Sonzini de Vittar - Secretaria Judicial
Autorizante - Es copia fiel del original, doy fe.
Santiago del Estero, veinticinco de abril del año dos mil once.En mérito al resultado de la votación que antecede, el Tribunal en Pleno del
Excmo. Superior Tribunal de Justicia, por mayoría de votos, Resuelve: I) Hacer
lugar al incidente de caducidad interpuesto por la parte demandada respecto del
incidente e caducidad de la actora a fs. 777/778. II) Con costas. Protocolícese,
expídase copia para agregar a autos, hágase saber y oportunamente archívese.
Fdo: Eduardo José Ramón Llugdar - Armando Lionel Suárez – Sebastian Diego
Argibay - Raúl Alberto Juárez Carol - Federico Lopez Alzogaray - Ante mí: Dra.
Isabel M. Sonzini de Vittar - Secretaria Judicial Autorizante - Es copia fiel del
original, doy fe.
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