Pueden constatarse las apreciables diferencias que se presentan

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Boletín Oficial de Canarias núm. 141, lunes 29 de octubre de 2001
Pueden constatarse las apreciables diferencias que
se presentan con relación al consumo total de agua
y en las dotaciones por hectárea. En el Avance del
Plan Hidrológico Insular, éstas son globalmente superiores en más de un 10% a las del PRECAN, aunque en algunas zonas (“I”) pueden superar bastante
este porcentaje.
vivido el regadío palmero según avanzaba la década de los 80. Así, en 1986 el 69,1% de la superficie
de platanera situada por debajo de los 150 sobre el
nivel del mar y el 100% de la situada sobre esta misma cota se regaban a manta; en 1993, estos porcentajes habían descendido respectivamente al 35,4% y
al 50% (Agrimac).
Al margen de algún que otro problema estadístico responsable quizá de una pequeña parte de estas
diferencias, lo que verdaderamente se pone de manifiesto con ellas es la gran transformación que ha
El siguiente cuadro muestra la proporción de los
distintos sistemas de riego aplicados a la platanera
según las zonas en que se ha dividido la isla:
Estos últimos años se han caracterizado en la agricultura de la isla por el comienzo del desarrollo de
los invernaderos y la proliferación de la variedad
gran enana. Actualmente, en las islas hay un fuerte
desarrollo de nuevas plantaciones, se estima que como consecuencia de la política de subvenciones de
la U.E.
“II” de la isla y con referencia al año agrícola 93/94
(Recursos Hidráulicos Sobrantes en la Comarca
Oriental de La Palma, de J. J. Braojos y M. Martínez).
En el siguiente gráfico se aporta una visión de los volúmenes de agua de riego y de lluvia que contribuyeron a satisfacer la demanda de agua de los cultivos a lo largo de dicho año.
§IX.2.2.- El consumo de agua de riego.
Tal cual se dijo más arriba, los datos hasta ahora
expuestos sobre las demandas hídricas reflejan los requerimientos reales de agua de riego de los cultivos,
esto es, los volúmenes de agua que en verdad aplican los agricultores a sus plantaciones. Sin embargo, en ellos no están comprendidas todas las necesidades hídricas de las plantas, porque una parte de ellas
queda satisfecha con cargo a las aportaciones naturales de la lluvia.
En 1995 se realizó un estudio en el que se contempló esta circunstancia en relación con la zona
CONSUMO DE AGUA DE RIEGO Y APORTACIÓN
DE AGUA DE LLUVIA EN LA ZONA “II”
EL AÑO AGRÍCOLA 93/94 (hm3/mes)
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